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- Mis à jour : 16 août 2023
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Eduardo GIMENO PEROMARTA
(Zaragoza, 1846-Madrid, 1914)
Jean-Claude SEGUIN VERGARA
Jon LETAMENDI GÁRATE
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Mateo Gimeno Fraca (Saragosse, 21/09/1811-[Saragosse] 14/01/1868]) :
- épouse María Peromarta. Descendance :
- Dolores Gimeno Peromarta (Saragosse-)
- Francisca Gimeno Peromarta (Saragosse-)
- Agueda Gimeno Peromarta (Saragosse-[1844]-)
- Eduardo, Calisto Gimeno Peromarta (Saragosse, 13/10/1846-Madrid, 09/08/1914) casado (Saragosse, 21/12/1868) con Josefa, Pascuala Correas Jaravo (Urrea de Jalón, 25/03/1844-Madrid, 19/06/1908), hija de Vicente Correas Pérez (Urrea de Jalón-) y Manuela Jaravo (Urrea de Jalón-). Descendance:
- épouse Gerónima Solanas.
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Orígenes (1846-1880)
Mateo Gimeno, padre de Eduardo Gimeno Peromarta, ocupa una plaza de pesador del macelo de cerdos desde [1835] hasta su muerte en 1868. Además (antes de 1854) es recaudador de los productos de puestos públicos, portero del palco de la Presidencia en el teatro y encargado del cuartel de convalecientes.
Eduardo Gimeno Peromarta aprende el oficio de ebanista con Manuel Melero y ayuda a su padre en el desempeño de sus diferentes cometidos. Al fallecer Mateo Gimeno, se le conceden a Eduardo los cargos de recaudador de los productos de puestos públicos y portero del palco de la Presidencia en el teatro y encargado del cuartel de convalecientes, con un sueldo de 400 escudos anuales. La estabilidad de este oficio le conduce a contraer matrimonio con Pascuala Correas y se installan en la Plaza de San Felipe, cerca de la iglesia del mismo nombre. A partir de agosto de 1875, se le encarga "el cuidado de las decoraciones y demás utensilios destinados al servicio del teatro principal, así como el de todo el edificio en sus distintos departamentos" y se le ofrece una vivienda en el teatro. Pero por otra parte, también se dedica a la representación de espectáculos en Zaragoza:
Sus comienzos fueron la representación en Zaragoza de varios números de circo y compañías teatrales, que le iban muy bien con su cargo, dejándole buenas comisiones, pero después de varios años de prácticas sintió que su ambición se iba elevando a más altas empresas, resolviendo ser empresario de sus proprios espectáculos.
Jean Antonio Cabero, Orígenes del cine, documento taquigrafiado, Filmoteca española, p. 36.
Finalmente, decide abandonar la plaza que tiene en el Ayuntamiento de Zaragoza:
Mas por el año 1879, y en vistas de los inconvenientes, exceso de trabajo, disgustos, responsabilidades, sujeción, poco reconocimiento de los miembros que se sucedían en dicho Ayuntamiento, y que la retribución o sueldo no correspondía por tanto para las obligaciones y responsabilidad -pues eran once mil reales anuales (2.750 pesetas al año)-, solicitó de dicho Ayuntamiento la dimisión de su empleo y por tanto, la de todos sus cargos como empleado.
Eduardo Gimeno Correas, 1938-1939: 2-3.
En realidad, la carta de dimisión la manda el 25 de junio de 1880.
Panorama, figuras de cera y otros espectáculos (1880-1894)
Se trata para Eduardo Gimeno Peromarta de poder dedicarse a lo que le apasiona, el mundo del espectáculo, eso a partir de 1879 más o menos, montando sus propios negocios:
Empezaría con pequeños ensayos que no costase mucho su montaje, ya que las posibilidades económicas eran limitadas, y sino podía presentarse en un gran escenario, a bombo y platillos, lo haría en los vestíbulos de teatros que dispusieran de capacidad, - como ocurría con el Principal de la Ciudad de los Sitios. Todo estaba previsto antes de fracasar en su idea, pues que en ella se jugaba su destino que era el pan nuestro de cada día.
Juan Antonio Cabero, Orígenes del cine, documento taquigrafiado, Filmoteca española, p. 36-37.
Empieza entonces para él y su familia, una vida ambulante que lo va a conducir por todo España, en incluso en alguna parte de Francia y de Portugal. En un principio, a partir de [1879], se dedica a la presentación de un panorama como los muchos que en aquellos años fascinan al público. Lleva el nombre ambicioso de Gran Exposición que, por el precio de un real para adultos y medio para los niños y soldados, permite al público “visitar los países más lejanos, sin necesidad de las molestias y gastos que los viajes originan.”. A su panorama tan al uso, Eduardo Gimeno Peromarta, ayudado cada vez más por su hijo, Eduardo Gimeno Correas, añade otra forma de espectáculos, el de las figuras de cera:
Por aquel tiempo empezó a ponerse de moda en España algo que hasta entonces sólo había tenido cabida en escasos museos europeos entre ellos el Grévin de París: las figuras de cera. Como este espectáculo no ofrecía muchas complicaciones por su fácil montaje, a él, pues, se entregó con todo entusiasmo, adquiriendo una magnífica colección compuesta por personajes célebres entre los que destacaban reyes, jefes de Estado, artistas de todas las artes, y, también asesinos y escenas de terror, prodigios de fidelidad.
Juan Antonio Cabero, Orígenes del cine, documento taquigrafiado, Filmoteca española, p. 37.
Sabemos que por lo menos desde 1884, Eduardo Gimeno se abastece en París acerca de la empresa Finet y Lehmann, a la cual compra, en particular, figuras de cera y maniquíes. En el diario de Gimeno Correas se dan detallas sobre las condiciones de instalación y de viaje del equipaje y del material:
Constantemente viajando, primero con una hermosa Exposición panorámica, después museos de figuras de cera (y todo aquello que en tiempos constituía espectáculo de novedad), en lo que se empleaba un equipaje o material ambulante que ocupaba cuatro o cinco vagones de las Compañías de ferrocarril y un peso de 20 o 25 000 kilos de equipaje donde se utilizaban un personal de doce a quince dependientes estables para el movimiento que necesitaba el tráfico de la industria movible, sin contar con los obreros que se tomaban en las poblaciones en que se instalaba.
Eduardo Gimeno Correas, Diario, 1938-1939.
Según las épocas, el nombre de su espectáculo va variando. En 1881 ofrece una "Gran Galería de Figuras de Cera" y "Exposición Universal de París" como lo apunta El Noticiero bilbaíno:
Gran Galería de Figuras de Cera y Exposición Universal de París. Se exhiben los episodios más modernos, en grupos de figuras desear y las mayores notabilidades del siglo presente, entre ellos hay un grupo que representa el asesinato del Emperador de Rusia. Pabellón primero de la Sendeja, frente al Arenal.-Entrada un real.
El Noticiero Bilbaíno, Bilbao, 20 de agosto de 1881, p. 3.
Dos años más tarde, en 1883, presenta en Valladolid su "Teatro Mecánico de Figuras de Cera", y luego otros pabellones que llevan nombres como "Rigolade Parisién", "la Rigolade Parisién" (Valencia), "Sorpresa Rigolade (Gerona) o Rigolade a secas (El Ferrol), "Las tres maravillas del mundo Thauma, Silvia y Metempsycosis...
Eduardo Gimeno, Carta al Presidente de la Comisión de Ferias y puestos públicos
© Archivo Municipal de Valencia, Ferias y Fiestas, año 1894, Sección Primera Sub, I Clase 2, Sub. A, núm. 1
Hemos tenido el gusto de visitar la Exposición de figuras de cera que en la Plaza de la Independencia ha instalado D. Eduardo Gimeno, y en verdad que merece la pena de ser visitada por nuestro público, porque difícilmente se presentara en una ocasión más propicia ni que menos cueste, pues la curiosidad solo cuesta veinticinco céntimos de peseta, precio insignificante si se tiene en cuenta el indudable mérito de las figuras y grupos que constituyen el Museo, el cual estará expuesto muy poco tiempo, pues el señor Gimeno tiene tomado arriendo de local en la Gran-Via de Barcelona, cerca del Panorama de Plewna, en donde tiene muy adelantadas las obras de instalación de su Museo y del Panorama de la Batalla de Tetuán. | |
Barcelona, Panorama Plewna, c. 1888 | La Lucha, Gerona, 5 de mayo de 1888, p. 3. |
Entre las muchas instalaciones ambulantes, una de ella está situada, en 1888, en la Gran-Vía de Barcelona, junto al lado del Panorama de Plewna. La situación personal de la familia va a cambiar hacia 1890 cuando Eduardo Gimeno Correas fija su residencia en Madrid, aunque sigue presentando espectáculos con su padre en varias fiestas y ferias de la península. Allí se casa también por primera vez, con la hermana del actor cómico Eduardo Marcén. No disponemos de informaciones precisas entre 1890 y ya 1894, año en que sigue, al parecer, con su barracón itinerante de figuras de cera.
El Nuevo Teatro de Maravillas (Glorieta de Bilbao) (20 de julio-[31] de agosto de 1895)
Sin renunciar a su vida de feriante, Eduardo Gimeno Peromarta va a instalar un teatro de verano en la glorieta de Bilbao, en Madrid, dedicado a espectáculo de varietés y a representaciones de zarzuelas. Según las informaciones recogidas por Cabero, los Gimeno se van a convertir en empresarios del Salón o Teatro Maravillas:
La instalación de su negocio en la entonces Corte tuvo lugar en el Salón Maravillas, situado en la Glorieta de Bilbao, entre las calles de Malasaña y Carranza, ya en calidad de empresarios, -constituyendo un éxito económico incalculable que duró varios años.
Juan Antonio Cabero, Orígenes del cine, documento taquigrafiado, Filmoteca española, p. 38.
"Ésta es la primera barraca de la empresa Jimeno en Madrid. Estaba situada en la Glorieta de Bilbao, esquina a la calle de Malasaña, La fotografía lleva esta fecha: 1894. Es decir, dos años antes de que apareciera en Madrid el primer cinematógrafo
Fernando Castán Palomar, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière".
Primer Plano, nº 85, 31 de mayo de 1942, p. 10
La prensa anuncia la inauguración del nuevo salón para el día 5 de julio de 1895, pero ésta se va a posponer hasta el día 20 de julio. La reacción de la prensa y de los periodistas es bastante negativa. La época se ocupa principalmente de las condiciones materiales que ofrece el "Nuevo Teatro de Mavarillas":
Nuevo Teatro de Maravillas.
cómo teatro, aunque sea de verano, el de Maravillas, que se inauguró anoche, deja mucho que desear.
Como barraca de feria sería injusto negar que es amplia, que resulta bastante cómoda y que esta bien iluminada.
En un extremo de un solar se levanta un escenario de reducidas proporciones. Y la sala se halla dispuesta de un modo parecido a la del antiguo coliseo de
Recoletos.
Las butacas están colocadas sobre la arena; á un lado y otro de sus primeras filas hay hasta media docena de palcos; en el fondo una gradería, y ocupa el
resto del local un paseo, llamémosle así.
Esta la barraca, es decir, el Teatro de Maravillas.
Para inaugurarlo, pusiéronse anoche en escena cuatro zarzuelas de repertorio: ¡Al agua patos!, ¡Si yo fuera hombre!, El diablo en el Molino y El Gorro Frigio.
La compañía, de la cual es director artístico el conocido maestro compositor D. Rafael Taboada, y director de escena el aplaudido actor Sr. Asensio, y en la que figuran como primeras tiples las Srtas. Raso y Pastor, interpretó las citadas obras con deseos excelentes y regular acierto.
Los precios de las localidades son muy módicos: la butaca sólo cuesta para cada sección 60 céntimos, y la entrada general 20.
Y anunciando todo esto, nada queda que añadir por hoy sobre el teatro, es decir, sobre la barraca de Maravillas.
La época, Madrid, domingo 21 de julio de 1895, p. 3.
En cuanto a El País, su crítica es más dura todavía:
Maravillas.
Tras repetidas suspensiones y continuos aplazamientos, verificóse anoche la inauguración del “Nuevo teatro de Maravillas”.
El local, enclavado en la Glorieta de Bilbao, es de regulares proporciones, y su decoración la adecuada á esta clase de barracones de feria con honores de coliseo de verano. No es bonito, pero en cambio es fresco y relativamente cómodo, razón por la que será el sitio de reunión de los habitantes de tan populosas barriadas.
Numerosa concurrencia acudió á presenciar la función inaugural, que pudo marchar casi satisfecha de las condiciones del teatro, pero que en modo alguno debe tolerar la compañía contratada por la empresa.
Forman la troupe el detritus de la escena que vaga por la acera del Diván; coristas de la zarzuela elevadas a primeras tiples por arte de birlibirloque, cómicos que no pasaron de racionistas en otros sitios figuran en primera línea y desempeñan los principales papeles, y de la conjunción de tantos Fulánez y Mengánez sin cédula, ha resultado la compañía que ha de actuar durante el verano, el público mediante, en Maravillas.
Lo que me extraña, y siento por ella, es que una tiple celebrada como Felisa Raso, que reúne excelentes condiciones, figure entre tanto indocumentado.
Señorita Raso, deben evitarse las malas compañías, y huir de ellas por los funestos resultados que producen y usted, desoyendo tan prudente consejo, está en una de las peores.
Procure no contaminarse si piensa permanecer cerca del peligro.
Las obras representadas obtuvieron la interpretación que los desdichados artistas á quienes se los encomendó podían darle. Únicamente la Raso estuvo á la altura necesaria.
Los demás, como no es mi propósito ensañarme, ni los cito.
¡Que el olvido les sirva de absolución!
Tan sólo diré que en Si yo fuera hombre se dio el caso de un dúo cantado por una sola persona, pues la otra por más esfuerzos que hacía no pudo oírsele desde las primeras filas de butacas.
A pesar de lo malo que allí abunda, creo que la empresa realizará una temporada, si no brillante, provechosa.
Y me alegraré de todas veras.
El País, Madrid, 21 de julio de 1895, p. 3.
A pesar de estas críticas, el teatro-salón de Maravillas va presentando, mal que bien, unas cuantas zarzuelas durante los días siguientes hasta que se anuncia su suspensión por razones laborales:
El teatro de Maravillas suspenderá hoy sus funciones.
Los artistas de dicho teatro se niegan a trabajar por la sencilla y poderosa razón de que no cobran.
El imparcial, Madrid, miércoles 14 de agosto de 1895, p. 3.
Con todo, el pabellón sigue presentando zarzuelas y, de forma menos habitual, acoge meetings políticos:
"Meeting" socialista.
En el Teatro de Maravillas se celebró anoche un meeting socialista, que presidió el compañero Francisco Diego.
El objeto de la reunión era protestar de la conducta de los patronos con los tejedores de Alcoy y los panaderos de Madrid, en las últimas huelgas.
[...].
Al acto concurrieron 1.000 personas.
La época, Madrid, sábado 31 de agosto de 1895, p. 4.
Con este meeting, terminan los anuncios relativos al salón Maravillas. Es de suponer que los Gimeno va a dedicarse a su oficio de feriantes.
La colección de figuras de cera (Glorieta de Bilbao) (< 28 de marzo-[mayo] de 1896)
A principio de 1896, Eduardo Gimeno Peromarta manda construir un pabellón para presentar sus figuras de cera, tal y como consta en el expediente de apertura de locales:
10-218-212: Gimeno Eduardo, Glorieta de Bilbao, Figuras de Cera:
1. Eduardo Gimeno y Peromarta natural de Zaragoza habitante en Madrid Paseo de Luchana, nº10, 2º piso y expositor de figuras de cera, según patente y cédula que exhuir (¿) A VE con el devido respeto espone: Que desea instalar un pabellón con carácter provisional de veinte metros de largo por diez de ancho en el terreno que existe en la Puerta de Bilbao Teatro de Maravillas y a dos metros de distancia de la medianería, con objeto de exhibir su colección de figuras de cera por una corta temporada. Y con este fin…. (Madrid, 20 de febrero de 1896)
Archivo de Secretaria, Expediente: 10-218-212 (Archivo de la Villa de Madrid).
La Glorieta de Bilbao, de Madrid, en 1896, Las (x) de izquierda a derecha, indican los sucesivos emplazamientos de los locales de Gimeno: 1º Teatro Maravillas (1896), 2º Proyecciones (1913). 3º Proyecciones (1932)
© Archivo Carlos Fernández Cuenca
La licencia de apertura les fue concedida el 30 de marzo de 1896, aunque el pabellón abrió algunos días antes como lo recoge La Época:
Merece visitarse la Exposición de figuras de cera, que acaba de abrirse en el Teatro de Maravillas (glorieta de Quevedo) [sic]. Los grupos representando un juicio oral, un combate en Cuba y el socorro de heridos por la Cruz Roja, son muy notables.
El salón está muy bien adornado y todo dispuesto con mucho gusto.
La Época, Madrid, sábado 28 de marzo de 1896, p. 3.
El kinetógrafo Werner (junio de 1896-julio de 1897)
La instalación de la exposición de las figuras de cera, junto al Salón Maravillas, tiene lugar pocas semanas antes de la llegada casi simultánea, en mayo de 1896, de dos aparatos: el animatógrafo de Edwin Rousby y el cinematógrafo Lumière. Cabero evoca lo que representa para los Gimeno el descubrimiento de este nuevo invento:
Picados los Jimeno por la curiosidad, primero, y tras las reflexiones que se derivaban del caso, pensaron cuerdamente, que aquel descubrimiento de que tanto se hablaba por todas partes pudiera constituirse en un terrible competidor, o tal vez fuese un bueno asunto compatible dentro de sus actividades, y puestos de acuerdo, padre e hijo, decidieron ser expectadores, por una vez, y a tal fin abandonando su negocio por unas horas, se introdujeron en el local de la Carrera de San Jerónimo, donde la casa Lumière había instalado su primer cinematógrafo, para convencerse, por sus propios ojos, de la realidad de tan cacareado prodigio. Presenciaron la primera sessión de películas proyectadas, y quedaron atónitos por la sorpresa que les causó, pero no convencidos de lo que sus asombrados ojos veían, volvieron a recrearse con las sesiones sucesivas, y al cabo de unas horas de contemplación, no sólo visionando la variedad de programas que figuraban en el cartel anunciador, sino observando, de paso, los efectos que el espectáculo ofrecía al público, quedando al fin convencidos de que en el nuevo arte se vislumbraba un gran negocio, y decidieron, allí mismo, adquirir un aparato para su explotación, al precio que les pidiesen.
Juan Antonio Cabero, Orígenes del cine, documento taquigrafiado, Filmoteca española, p. 38-39.
El relato de Cabero, que se tiene que considerar con cierta prudencia, refleja, sin embargo a grandes rasgos lo que ha podido ser este descubrimiento del cinematógrafo Lumière, entre finales de mayo y principio de junio, en la carrera de San Jerónimo. En cuanto a Eduardo Gimeno Correas, sus recuerdos recogidos por Castán Palomar son bastante imprecisos a la hora de recordar las películas que descubre en la pantalla:
Recuerdo la llegada de un tren, la salida de los empleados de la casa Lumière, una batalla de nieve, otra cinta que se titulaba Los baños de Diana. Películas que yo luego he tenido y he proyectado por ahí.
Fernando Castán Palomar, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière", Primer Plano, nº 85, 31 de mayo de 1942, p. 10.
La idea de padre e hijo es conseguir desde entonces un aparato cinematográfico:
Averiguaron que el tal aparato era de origen francés y preparando las maletas a París se fueron padre e hijo, antes de que se enfriaran los ánimos, con la cartera bien repleta de billetes de Banco por lo que pudiera ocurrir, henchido el ánimo de ilusiones y esperanzas que les hacía saborear de antemano el trunfo completo de su empresa.
Juan Antonio Cabero, Orígenes del cine, documento taquigrafiado, Filmoteca española, p. 39.
Los Gimeno deciden entonces salir para París para comprar un cinematógrafo, En sus recuerdos, Eduardo Gimeno Correas se equivoca de año, habla de 1895, en vez de 1896, pero probablemente el resto de la fecha sea bastante exacta, a finales de junio:
[…] pasando al 1895 [sic] en qué apareció el Cinematógrafo: Era por el 24 al 29 de Junio del año indicado, cuando padre e hijo Jimenos tomaron el tren para París en busca del Cinematógrafo, y con bastantes inconvenientes o adversidades y gastos, lograron alcanzar el invento deseado; más no la maquinaria perfecta que era de la Casa Lumière (por aquella época) (por no venderse hasta el año siguiente) si no otra, más imperfecta que costó quince mil francos y ya con ella, regresaron a España llenos de alegría é ilusión por ser los primeros que iban a explotarlo debidamente en España...
Gimeno Correas, 1938-1939: 5.
Efectivamente, en aquel momento los Lumière no han puesto todavía en venta su cinématographe, lo cual sólo se produce oficialmente en mayo de 1897. Gracias a Cabero, que firma con el seudónimo de Jack, disponemos de complementos de información relativos a la compra del aparato.
Ante tan inesperado conflicto, en pleno París, pensaron nuestros compatriotas volver a España fracasados; pero la Providencia salió a su encuentro en plena plaza de la Ópera. En un balcón, en forma de anuncio, se estaban proyectando unas películas ¡en colores!, que eran la admiración del público, y debajo de la proyección se leía: “M. Berné, rue Richelieu, 84”. Allí se encaminaron padre e hijo en busca del codiciado proyector. Una oficina admirablemente bien organizada, mucha gente que entraba y salía y compradores de todos los países. A su entrada en el establecimiento toparon con un señor de Canarias, según dijo, que iba al mismo objeto; pero por lo que observaron ya era conocido en la casa y se prestó a servir de “cicerone”. Vieron el aparato, que en nada se parecía al Lumière, sino que era un enorme cacharro que proyectaba, aunque mal, y luego tenía el atractivo de las películas en colores, cosa que no tenía el de Madrid, y entraron en tratos. Nueve mil francos (que estaban a 1,30) fue el precio estipulado, que a los señores Jimeno les pareció bien ya que no conocían otro sistema y era negocio que se prometía en grande. |
El aparato Berné tal como funcionaba. A la izquierda, Pepito M. Jimeno sosteniendo con una mano el rollo de película, y con la otra tirando de la cinta después de pasar por el objetivo. A la derecha, el cronista Sr. Cabero dando a la manivela para que funcione. En estas condiciones proyectaba el primer aparato que, después del Lumière, trajo a España el Sr. Jimeno. |
JACK, "Las primeras producciones cinematográficas en España", El Heraldo de Madrid, Madrid, sábado 6 de julio de 1929, p. 12-13. |
La casa Werner de París, precisamente instalada en el 84, rue Richelieu, comercializa desde hace pocos meses, un aparato cinematográfico llamado cinétographe (cinetógrafo) o kinétographe (kinetógrafo). Los hermanos Werner son unos "oportunistas" que intentan aprovecharse de la moda de las vistas animadas como lo van a hacer poco después con la de las motos... Como se puede apreciar, el nombre se "españoliza" en "Berné", pero también se encuentran la forma "Vernée". Según lo que cuenta Eduardo Gimeno Correas, el aparato Werner se vende con varias cintas y un líquido para pegar las cintas cuando se rompen:
Se nos dijo […] que esa casa vendía aparatos similares a los de Lumière. ¡Similares a los de Lumière! ¡Qué disparate! Pero nosotros, desconocedores entonces de la exacta mecánica del cine, dimos por bueno lo que nos enseñaron en aquellas oficinas, que tenían un valiente simulacro de negocio en pompa. El aparato era un armatoste que chirriaba de un modo tronitoso al pasar la película. Tenía un obturador descomunal, pesadote, renqueante, que daba la impresión de que lo devoraba todo. Pero, en fin, adquirimos ese aparato, que llamaban “Vernée”, y nos prometimos con él un gran triunfo en España. Con el cajoncito nos dieron varias películas y un frasco que contenía yo no sé qué líquido para hacer los empalmes. Pagó mi padre por todo ello quince mil francos. Fué un timo, un verdadero timo, según le explicaré a usted. Pero lo mismo hubiéramos pagado por aquella ficción de cine treinta y dos mil francos, que era la cantidad que mi padre llevó a París. Tal era nuestro afán por hacernos con un aparato proyector. Por eso dimos muy a gusto los quince mil francos, sin saber qué es lo que nos llevábamos. ¡Ah! Y eso, al cabo de no sé cuántos días en París, en manos de un agente que nos explotaba implacable.
Fernando Castán Palomar, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière", Primer Plano, nº 85, 31 de mayo de 1942, p. 11.
A pesar de las dificultades evocadas, padre e hijo empiezan su gira cinematográfica por Bilbao (agosto-septiembre) donde instalan su kinetógrafo/cinetógrafo en el Teatro Arriaga. En la capital vasca, reciben un correo de Francisco Yglesias, responsable de una Agencia de Aduanas (Irún, Hendaya y Pasajes), donde se indica que las cintas de la casa Werner no están todavía disponibles.
Francisco Yglesias, Eduardo Gimeno, Irún, 2 de agosto de 1896.
Fuente: MAR/02/32, Fondo Madariaga. Filmoteca Española.
Posteriormente van a Valladolid (septiembre 1896) y Zaragoza (1896). En ésta, siguen permaneciendo hasta finales de noviembre o primeros de diciembre, aunque no sabemos si siguen presentando su kinetógrafo.
Los Gimeno, feriantes desde hace años, tienen circuitos que les llevan de ferias en ferias y la etapa siguiente es Valencia, donde se celebra la feria de invierno. Sin embargo, ya no presentan vistas cinematográficas, lo cual se debe probablemente a las deficiencias del kinetógrafo Werner. Éste es un aparato muy rudimentario como lo recuerda el proprio Gimeno Correas:
El aparato era un armatoste que chirriaba de un modo tronitoso al pasar la película. Tenía un obturador descomunal, pesadote, renqueante, que daba la impresión de que lo devoraba todo.
[...]
La proyección es muy deficiente, y las películas se parten a cada paso. Para hacer los emplames, Jimeno el mozo, que es quien actúa de operador, recurre a cuantos procedimientos le dicen. Fórmulas extrañas e inútiles que compra precipitadamente en las farmacias y en las droguerías, siempre con la esperanza de obtener el líquido mágico que arregle las roturas. Nada, no hay nada para pegar las películas.
[...]
Con tales percances resulta que cada sesión, que no debía durar más de un cuarto de hora, se prolonga tres veces más.
[...]
El señor Jimeno, harto ya de probar ingredientes para pegar el celuloide, decide hacer los empalmes con alfileres, y así, ocn tran extraña solución, va el cine a Zaragoza y a Valladolid.
Días tremendos de angustia. Los alfileres destrozan las películas. Don Eduardo Jimeno ve que así no puede continuar el espectáculo. Entonces piensa en utilizar cola de la que emplean los carpinteros, una cola muy limpia, muy clarita, muy cuidada... Esto, de momento, es una alegría. La cola, efectivamente, une las partes rotas. Pero pronto esa dicha se quiebra al quebrarse las propias películas, las cuales, a las cuarenta y ocho horas de pegadas, saltan como obedientes a un resorte.
Fernando Castán Palomar, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière", Primer Plano, nº 85, 31 de mayo de 1942, p. 11.
La mala calidad del kinetógrafo Werner hace que los Gimeno renuncien a presentarlo en las siguientes ferias.
Plano de la feria de 1896 (parcial)
© “Ferias y Fiestas”, Sección Primera Sub. I, Clase 2, Sub. A, año 1896, Archivo Municipal de Valencia
Tanto en Valencia, donde sólo presentan sus "figuras de cera" hasta el mes de febrero de 1897, como en Castellón de la Plana, para las fiestas de la Magdalena, donde la prensa indica lo siguiente:
Anoche se abrió al público la exposición de figuras de cera La Rigolade situada en la plaza de Tetuán, siendo visitada por una numerosa concurrencia.
El Clamor, Castellón, lunes 15 de marzo de 1897, p. 2.
Entre las figuras de cera que allí se presentan, "el suceso de actualidad o sea la muerte del cabecilla Maceo y de Francisco Gómez, hijo del generalísimo de la insurrección cubana Máximo Gómez, muertos ambos por la columna al mando del valiente Cirujeda." Ya en Tortosa, los Gimeno vuelven a presentar su kinetógrafo, pero las cosas son poco claras. Si bien es cierto que se anuncia un nuevo cinematógrafo, éste ya se llama "kinematógrafo", y si bien se dice, en un principio, que las funciones van a ser en la plaza de Alfonso XII, finalmente parece ser que se dan en el Teatro Principal. Sin que sepamos, a ciencia cierta, si el aparato es realmente el suyo. Poco tiempo después los Gimeno instalan su barración en Lérida, pero sólo presentan su exposición de figuras de cera. Ya en junio, los Gimeno llegan a Burgos donde van a intentar, por última vez, presentar su cinematógrafo Werner. Pero cuando llegan a la capital burgalesa, se encuentran con los alaveses Eduardo Moreno y Antonio Salinas que disponen de un cinématographe Lumière.
El cinématographe Lumière nº 212 (julio de 1897-[noviembre] de 1898)
Probablemente esta situación sea la que provoque una fuerte tensión entre el padre y su hijo Eduardo Gimeno Correas:
Pero nadie sabe cuánto está sufriendo esa empresa que pasea por las provincias españolas un cinematógrafo rudimentario, defectuoso y sin accesorios. Jimeno el mozo, en constante servicio junto al aparato, no cesa de luchar contra las roturas de las películas y contra la falta de medios para lañarlas. El es quien da vuelta a la manivela y quien cuida de la luz. Como la película, según va pasando, cae a un cesto, es menester que haya un auxiliar que no pierda de vista ese cesto, que recoja la cinta -entonces a las películas les llamaban cintas- y que la arrolle, a mano, para dejarla preparada para la sesión siguiente. Todo esto, tan despacioso, tan desagradable, tan poco a propósito para aclimatar en nuestro país el cinematógrafo, pincha los nervios de don Eduardo Jimeno, el cual, al llegar a Burgos, dice rotundamente a su padre:
-Yo no puedo más. Así es imposible. O compras un "Lumière" verdadero, como el que en Madrid, vimos, o volvemos a nuestras figuras de cera.
Don Eduardo Jimeno padre no responde. Medita, calibrando bien las razones que su hijo tiene para hablar de esa manera, sonríe como prometiendo... Y al día siguiente se va a Lyón.
Fernando Castán Palomar, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière", Primer Plano, nº 85, 31 de mayo de 1942, p. 11.
En los recuerdos del hijo, tenemos una versión más amplia y personal:
Mas ya a terminar el plazo de espera de la Casa Lumière de Lyón y estando en la plaza de Burgos, se suscitó entre los dos Jimenos padre é hijo una gran discusión (mejor llamada gran cuestión) que dio por resultado que el Sr. Jimeno padre, aquel mismo día saliera de Burgos con dirección a Lyón exclusivamente para adquirir el aparato Lumière de Cinematógrafo que fue el que verdaderamente era el bueno, (y que aprovechándose [?] unos vivos del retraso de su venta dedicaron a hacer ratoneras en que los más adelantados caían en sus trampas y esto fue el primer tropiezo en la vida cinematográfica de los Sres Jimenos) y siguiendo el curso de lo espuesto [sic], de Burgos salió el Sr. Jimeno para Lyón efecto del altercado familiar. Y sin descanso alguno en la ruta del viage, dejando y cojiendo [sic] los trenes más propicios, llegó por fin D. Eduardo (1º) a Lyón el cuál desconocía como igualmente, el idioma francés; como pudo, se hizo entender y en un coche le condugeron [sic] a Lyón Perrache donde se encontraba la casa y fábrica Lumiere, y, precisamente, en la hora que todo el personal salía de su trabajo, nadie le entendía ni le hacía caso, por fin: detuvo a un empleado. que al ver los billetes de 1 000 francos que el S. Jimeno mostraba y sonarle la frase Yo quiero un Cinematógrafo se sintió compasivo, y le llevó ante un pequeño conocedor del lenguaje español (y por este procedimiento y ante la presentación de los jefes Lumière pudieron entenderle perfectamente y servirle el aparato y las pocas películas editadas por aquél tiempo (unas veinte aproximativamente) (hay que decir también qué el coste de este magnífico aparato fue de 2 500 francos solamente y sus películas de un largo de 17 m a 50 francos una) en cambio, la primera ratonera adquirida costó Quince mil (porque no pidieron pués íbamos dispuestos a pagar lo que nos pidieran) (entiéndase bien: llevavamos [sic] para este fin veintitres mil pesetas.) y volviendo al asunto de estos incidentes del viage [sic] y adquisición del aparato; ya todo arreglado, el Sr. Jimeno, no se cuidó en buscar un descanso a su cuerpo fatigado, al contrario. volvió rutas a la estación de Lyón, preguntó, cuando salía el primer tren para España (que precisamente no tuvo que esperar más que dos horas) en las cuales, se ocupó de mandar un telegrama a Burgos diciendo regreso ahora, llevo aparato, prepara sitio para exhibirlo Eduardo 1º tomó en el restorante de la estación un refrigerio, sacó su billete, las cajas que componían el aparato unas a mano, y las otras como equipage llegaron directamente con él sin perder nada de tiempo.
Eduardo Gimeno Correas, 1938-1939: 6-7.
Estos recuerdos se pueden contrastar con la prensa burgalesa en la que, el hijo va informando al público del viaje de su padre. De hecho, al dejar de presentar el kinetógrafo Werner, sólo quedan los alaveses Moreno y Salinas que siguen proponiendo su cinématographe Lumière. Esta situación hace que el hijo Gimeno Correas se dedique a publicar varios artículos, haciendo del viaje del padre un verdadero serial. La primera gacetilla se publica en El Diario de Burgos, el 8 de julio:
Aviso importante,– Cinematógrafo Lumière, Calle Santander, número 12. El director de este espectáculo, agradecido de la buena acogida que ha tenido en esta capital, y tan solo con el deseo de corresponder a este ilustre público, ha salido para París con objeto de adquirir una nueva y variada colección de cuadros de gran novedad y atracción. Con este motivo y puesto que los cuadros que contaba este aparato están ya vistos por el público ha tenido a bien cerrar por tres o cuatro días este salón hasta que llegue la nueva colección que con seguridad ha de llamar extraordinariamente la atención del público. El día de la apertura se anunciará oportunamente. Cinematógrafo Lumière, calle Santander, número 12 (casa del Sr. Conde de Berberana).
Diario de Burgos, Burgos, jueves 8 de julio de 1897, p. 2.
En este primer artículo, no se trata de cinematógrafo, pero simplemente de vistas animadas... lo cual no corresponde a la realidad ya que el padre ha salido efectivamente para comprar un Lumière. Al día siguiente, un nuevo artículo se publica para mantener el "suspense":
El director del Cinematógrafo Lumière, que salió anteayer para París con el objeto de traer nuevo y sorprendente repertorio, para poder agradar a este ilustrado público de Burgos que tan bien ha correspondido a sus deseos, ha remitido hoy un telegrama a su representante en ésta, anunciándole que el domingo 11 del corriente, o tal vez antes, llegará a Burgos con el nuevo repertorio, y podrán nuevamente reanudar las sesiones del Cinematógrafo Lumière, que con tan gran éxito se han venido exhibiendo en la calle Santander, número 12 (casa del señor conde de Berberana).
Diario de Burgos, Burgos, viernes 9 de julio de 1897, p. 2.
Ahora, ya descaradamente, Gimeno Correas pretende que el aparato de que ha dispuesto es un cinématographe Lumière, y eso claramente para poder beneficiarse del éxito del aparato de los alaveses y aprovecharse de la confusión entre los dos locales para intentar confundir al público. Como es de esperar, los alaveses, viendo las no muy ortodoxas tácticas comerciales que está desarrollando su competidor, protesta, el mismo día 9 de julio, en la prensa local señalando que el único cinématographe que hasta el momento funciona en Burgos es el suyo:
Hemos tenido ocasión de examinar el Cinematógrafo Lumière que se ha exhibido en la calle San Juan, planta baja de la calle del Sr. Dorronsoro, y que podemos asegurar a nuestros lectores que es el mismo que hasta hace pocos días funcionaba en la calle Santander, único Cinematógrafo Lumière que se ha exhibido en Burgos, perteneciente al acreditado fotógrafo de Vitoria señor Moreno, quien ha regresado a dicha población, quedando en esta ciudad su socio el señor Salinas. Dicho señor abandonó el local de la calle Santander para establecerse en la espaciosa planta baja que actualmente ocupa y en la cual, aparte de otras ventajas ha conseguido la de instalar en mejores condiciones el aparato a fin de que la proyección sea más perfecta. Deseosos de que nuestros lectores no sean sorprendidos, hacemos constar estos hechos.
Diario de Burgos, Burgos, viernes 9 de julio de 1897, p. 2.
Por su parte, Gimeno Correas sigue utilizando la prensa para publicar un nuevo artículo que anuncia la llegada de Eduardo Gimeno Peromarta:
Cinematógrafo Lumiere.-Esta noche en el express de Francia llega de París el director del cinematógrafo Lumière que, como ya hemos anunciado anteriormente, salió hace tres días de esta para traer un repertorio nuevo al que se presentaba, pues aquel ya estaba visto por el publico de Burgos, pero hoy aseguramos, que no solo se trata de la grande y sorprendente colección de cuadros que trae, sino también de que ha estado en la acreditadísima casa de los señores Lumière, de Lyon, inventores y constructores de los aparatos llamados CINEMATÓGRAFOS-LUMIERES, y trae el último modelo de esta clase construido en estos días y completamente perfeccionado y corregido a todos los ya conocidos. El director y propietario Sr. Gimeno, lo exhibirá desde mañana domingo, siempre en los mismos locales donde se ha expuesto hasta la fecha.
CALLE DE SANTANDER, NUM-12.
(Casa del conde de Berberana).
El Diario de Burgos, Burgos, sábado 10 de julio de 1897, p. 2.
Finalmente, el hijo evoca por fin el cinématographe Lumière, pero habla de un nuevo modelo simplemente para poder rematar la publicidad que está haciendo e intentar derrocar a los alaveses. Finalmente la sala se va a preparar como lo cuenta Gimeno Correas:
Al recibir su hijo (en Burgos) Eduardo Jimeno el telegrama de su padre, ya tenía visto y arreglado (para si se podía utilizar) un local de lo más apropósito que pudo encontrarse fue este; (pues conviene reseñarlo), en la calle de Santander de Burgos, un caserón perteneciente a los Condes de Berberana por cierto, que el piso bajo y patio se destinaba por aquel entonces a posada y en el alto, donde vivían servidores o familiares de los Condes, allí, en un salón especial (?) para unas dos cientas personas allí hizo su primera exhibición el Lumière en Burgos, así que Eduardo Jimeno 2º con esto preparado ya, que también tenía hablado el asunto con el Director de la Fábrica de electricidad para instalar la corriente, salió inmediatamente a hacer publicidad con programas y por medio de los periódicos […].
Eduardo Gimeno Correas, Diario, 1938-1939, p. 9.
El encuentro entre el padre y el hijo no va a ser del todo sereno y provoca una nueva tensión entre los dos Gimeno:
… y al siguiente día fue a esperar a su padre a la estación que ya venía de viage de regreso; si trágica fue la salida, tampoco la llegada fue muy agradable, pues las frases de saludo fueron las siguientes; (que el que escribe este relato de incidentes de una vida de un constante trabajo no puede olvidar y su padre le dijo; ahí tienes tu deseo (dejando en el suelo paquetes y cajas) yo, estoy muerto voy a la cama, arreglate como puedas, no quiero saber nada y efectivamente salió andando y dejando en el suelo el equipage, y al hijo; seguidamente y recojiendo los bultos, y con una instintiva alegría me dirigí al sitio que de antemano tenía preparado, hablé con uno de los hermanos Berberanas, y aunque vervalmente, quedó arrendado el local para su exhibición, se utilizó la gente y los enseres puestos y aquel día quedó casi terminada la modesta sala para recibir el público, en tanto; Eduardo Jimeno 2º inspeccionaba los aparatos y los montó para su funcionamiento (pues eran sumamente fáciles en relación con los anteriores y de un mecanismo sencillo y refinado) y al llegar la noche, cuando ya tenía instalado el fluido eléctrico y los obreros habían terminado ya su trabajo (estando solamente con los de su mayor confianza hizo la primera prueba pasando la primera película Lumière titulada Batalla de nieve y al experimentar la claridad la limpieza y la finura del funcionamiento de aquel aparato que tantos desvelos, disgustos, gastos e incidentes había costado adquirir sintió tal alegría, tal emoción que casi se pudo decir uno de los más felices de su vida de trabajos pues se veía ya todo vencido, los defectos del anterior, los disgustos con su padre y sobretodo un futuro porvenir de mejoras en la vida, y una serie de éxitos allá, donde fuera presentado, todo esto; pensó Eduardo Jimeno 2º) al pasar el mismo, aquella primera película y para ser justo, hoy en este escrito gronológico [sic] y biográfico familiar de los Jimenos, confiando que él vio en este invento una revolución de fomento y grandeza más no creyó, poder llegar a conocer el gran fomento y grandeza que ha llegado hoy la séptima Maravilla del mundo, la Cinematografía).
Eduardo Gimeno Correas, Diario, 1938-1939, p. 10-11.
Gimeno Correas, utilizando sus recuerdos, muestra que, al fin y al cabo, y a pesar de los problemas, ha tenido razón insistiendo en la compra del Lumière.
Factura para el cinematógrafo Lumière, 9 de julio de 1897 © Filmoteca Española, MAR/02/51 |
Antoine Lumière & ses fils, Carta a Eduardo Gimeno, 13 de julio de 1897 © Filmoteca Española, MAR 02/53 |
Los Gimeno se despiden de Burgos hacia el 16 de julio cuando sólo llevan una semana con el nuevo cinématographe y siguen para Santander, para las fiestas de Santiago, Bilbao, Logroño (septiembre), Zaragoza (octubre)... Estando ya en Zaragoza, Eduardo Gimeno Peromarta solicita, por carta del 20 de septiembre de 1898, una plaza para su barracón. La lectura del documento es reveladora de la situación privilegiada del pionero con relación al ayutamiento. Valiéndose de unas sesiones benéficas organizada en 1897, ya ha solicitado, el 3 de febrero, el derecho de ocupar, "en tiempos de feria" un lugar para su pabellón, derecho que le es concedido el 8 de julio. Como el año anterior, Eduardo Gimeno se compromete a organizar nuevas funciones benéficas. Esta próximidad con el ayuntamiento, le permite beneficiarse de una situación algo privilegiada.
Caja 661. año 1898. Negociado Hacienda. AMZ 1-9-5_0001362. Archivo Municipal de Zaragoza. |
Sigue luego para Valencia (finales de 1897- principio de 1898)...
El salón Maravillas y el cinemátografo Lumière (diciembre de 1898->1899)
Sólo a finales de 1898 es cuando se estrena el cinematógrafo Lumière en el teatro Maravillas. La inauguración de las sesiones cinematográficas tiene lugar en los últimos días del mes de diciembre de 1898:
CINEMATÓGRAFO.-En el teatro de Maravillas (glorieta de Bilbao) se ha establecido el cinematógrafo Lumiere que dirige D. Eduardo Jimeno, y que es uno de los mejores que se exhiben.
El repertorio se compone de seiscientos cuadros.
Hay sesiones cada media hora y cada sesión se compone de doce cuadros.
La Correspondencia de España, Madrid, 30 de diciembre de 1898, p. 2.
Son poquísimas las informaciones que la prensa publica sobre las proyecciones que los Gimeno organizan en el teatro Maravillas. El Liberal le dedica un artículo que permite disponer de detalles en cuanto a los precios y a la presencia de un orquestrión:
Teatro de Maravillas
A los continuos llenos del último verano, han sucedido en este teatro los que en la actual temporada obtiene, sin interrupción, por tarde y noche, el notable Cinematógrafo Lumière, que presenta el ilustrado y popular empresario Sr. Jimeno, con una variadísima colección de más de 600 hermosos cuadros, en los que alternan, con las más modernas reproducciones del arte taurino, multitud de escenas populares.
Nunca se había podido presenciar en Madrid este espectáculo por tan poco precio, pues el de la entrada para cada exhibición de 12 cuadros es e! de 15 céntimos, lo cual, unido á la perfección del aparato y á las comodidades que el amplio local ofrece, justifica sobradamente la buena acogida del público.
El Sr. Jiménez [sic], que viene presentando su espectáculo por espacio de tres años en diferentes puntos de España y en el extranjero, y que ha obtenido diversos diplomas de honor de varias corporaciones oficiales, se propone que nadie pueda competir con su empresa, en la que cada día introduce, en obsequio del púbico, nuevas mejoras.
Un notabilísimo órgano Orquestion, que vale la pena de escucharlo, ameniza las sesiones del teatro de Maravillas, por donde, seguramente, desfilará todo Madrid.
El Liberal, Madrid, 18 de enero de 1899, p. 4.
La Glorieta de Bilbao, de Madrid, en 1896, Las (x) de izquierda a derecha, indican los sucesivos emplazamientos de los locales de Gimeno: 1º Teatro Maravillas (1896), 2º Proyecciones (1913). 3º Proyecciones (1932)
© Archivo Carlos Fernández-Cuenca
Algunos días más tarde, un nuevo artículo completa la información, en particular, sobre el propio Eduardo Gimeno:
D. Eduardo Jimeno ha puesto en el nuevo teatro de Maravillas una magnífica colección de más de 800 cuadros de cinematógrafo Lumiere, número á que no se había podido llegar hasta ahora.
El Sr. Jimeno ha recorrido toda España y parte del extranjero, en donde ha sido favorecidísimo por el público, como lo será indudablemente en esta corte.
Nosotros recomendamos con el mayor gusto á nuestros lectores visiten el nuevo espectáculo que se exhibe en el teatro de la glorieta de Bilbao.
La unión católica, Madrid, jueves 26 de enero de 1899, p. 3.
De esas escasas sesiones se ha conservado el testimonio de Eduardo Gimeno Correas recogido por Fernando Castán Palomar:
Cuando decidimos venir con el “Lumière” a Madrid –cuenta Jimeno el mozo– nos instalamos en el antiguo “Salón Maravillas”, en la Glorieta de Bilbao, un teatro de madera, muy pobre, donde el público acogió con entusiasmada simpatía el espectáculo cinematográfico. […] Nuestra instalación en la Glorieta de Bilbao tuvo mala suerte porque es que el teatro estaba en litigio y a los pocos días recibimos orden de desalojar el local. Fue un gran contratiempo. Tuvimos que coger nuestros bártulos y amontonarlos en un corralón. Esto, en pleno éxito del espectáculo, representaba un gravísimo quebranto. Y naturalmente había que armar en seguida, donde fuera, cómo fuera, un barracón en el que seguir proyectando películas.
Fernando Castán Palomar, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière", Primer Plano, nº 86 , 7 de junio de 1942, ob. cit., 7 de junio de 1942, p. 9.
Probablemente el extenso repertorio no se llega a presentar y no tenemos informaciones sobre las películas que se ofrecen durante esos pocos días. Los Gimeno abandonan así el Teatro Maravillas cuyo nuevo empresario es el Sr. Ruiz.
El cinematógrafo Lumière y el Wargraph Mágico ([agosto] de 1899-[mayo] de 1900)
En julio de 1899, Eduardo Gimeno está en París, y hace una visita a la casa Gaumont:
Nous ns rappelons parfaitement de votre bonne visite du mois de juilllet dernier.
Le Comptoir Général de Photographie, à Monsieur Eduardo Gimeno, Paris, 18 janvier 1900.
Filmoteca Española. MAR 04/126.
Poco después, Eduardo Gimeno empieza a presentar sus espectáculos asociando un "cinematógrafo Lumière" y un "Wargraph". Este último aparato, de origen desconocido, no es sino un aparato de vistas cinematográficas cuya principal particularidad es que puede ofrecer proyecciones de mayores dimensiones como lo hacen los cronofotógrafos de la Gaumont. En agosto de 1899, Eduardo Gimeno está en Gijón donde otro aparato cinematográfico está funcionando. Su dueño es Arturo Truan y ha rodado algunas vistas locales. Ambos coinciden y existen elementos que permiten decir que hay una relación entre ellos que puede explicar el rodaje posterior de vistas por Eduardo Gimeno. Al terminar sus funciones, Eduardo Gimeno sale para Oviedo donde permanece hasta octubre de 1899. De allí, sigue para Zaragoza para las fiestas del Pilar. Se trata de un momento importante, dentro de sus actividades por varios motivos. Durante su estancia en la capital aragonesa, está en contacto con la casa González, Ricart y Compañía que ocupa en aquel momento el papel de distribuidor de cintas y vendedor de aparatos cinematográficos. Gracias al fondo "Gimeno" de la Filmoteca Española, se conocen algunos documentos de las ventas efectuadas por la empresa y en particular el cinematógrafo Gaumont que le vende a Eduardo Gimeno, acompañado de algunas películas.
González, Ricart y Compañía, D. Eduardo Gimeno (Zaragoza), Barcelona, 10 de octubre de 1899.
Fuente: Filmoteca Española. MAR/03/100
Si bien la mayor parte de las cartas, escritas desde Barcelona (10 de octubre-24 de noviembre) por la González, Ricart y Compañía, permiten seguir algunos problemas relativamente secundarios relativos a las vistas que recibe Gimeno y su calidad, también nos informan que a partir del otoño de 1899, Eduardo Gimeno compra un cinematógrafo Gaumont y tiene un intercambio de cartas con la casa de calle Saint-Roch. La presencia de un número de La Mise au Point, revista comercial de la misma casa, con la fecha de mayo de 1899, parece indicar que estas relaciones son algo anteriores. También en esta correspondencia, se encuentra un documento muy informativo con relación a los rodajes de las películas. Se trata de una factura de la casa Lumière donde figura una lista de aparatos (objetivo de 50 m) o productos (reveladores y fijadores) que indican claramente la intención de sacar vistas animadas y de revelar los negativos o hacer positivos.
A. Lumière & ses fils, Monsieur Gimeno à Saragosse, Lyon, 27 de octubre de 1899.
Fuente: Filmoteca Española. MAR/03/110.
En la lista faltan, curiosamente, los negativos vírgenes que podrían provenir de otra fuente. En este mes de noviembre, en Zaragoza, Eduardo Gimeno Correas va a rodar las tres únicas cintas que se le conocen: La salida de misa de doce del Pilar (5 de noviembre), La construcción de un puente sobre el río Ebro (14 de noviembre) y La salida de misa de doce del Pilar (19 de noviembre). Ciertos indicios dejan suponer que Arturo Truan ha podido asesorar o revelar dichas cintas.
Eduardo Gimeno, Salida de misa de doce del Pilar, 5 de noviembre de 1899.
Eduardo Gimeno sigue luego para Valencia (diciembre 1899-febrero 1900). Gracias a la correspondencia conservada (Filmoteca Española), se conoce mejor la red comercial de Eduardo Gimeno, y en particular sus relaciones con sus proveedores. El primero es la casa L. Gaumont de París. Una primera carta tiene por objeto la comprar de varias vistas y del intercambio del nº 70 (Danza española). La que sale de París, el 2 de febrero de 1900, está escrita de la mano de Alice Guy, en aquel momento secretaria de la empresa.
L. Gaumont & Cie (Alice Guy), A Eduardo Gimeno, 2 de febrero de 1900. Fuente: Filmoteca Española MAR 04/131 |
Gracias a esas cartas, también sabemos que Eduardo Gimeno, siempre mediante la agencia "Francisco Yglesias", está en contacto con Mme Thuillier que se ocupa de pintar las peliculas. Finalmente, en una postal fechada el 12 de abril, Léon Gaumont, al parecer directamente, informa a Eduardo Gimeno de la próxima disponibilidad de vistas que se van a sacar de la Exposición Universal de París. La última carta que le llega al aragonés tiene como fecha el 12 de abril, lo cual podría indicar que entre el final de la feria y su salida para Madrid, sigue en Valencia o en la zona presentando vistas animadas. Además, Eduardo Gimeno trata directamente con las casas Méliès y Mendel.
G. Méliès, A Monsieur Gimeno, Paris, 20 juillet 1899 Fuente: Filmoteca Española. MAR-02-77030 |
Georges Mendel, A Edouard Gimeno, Paris, 21 juillet 1899. Fuente: Filmoteca Española.MAR-02-78031 |
El Wargraph Mágico (1900-1901)
Madrid, [abril]-24 de mayo de 1900
El 9 de abril de 1900, Eduardo Gimeno solicita una licencia de apertura. En realidad, el barracón ya está instalado desde el abril del año anterior, pero ha permanecido cerrrado durante seis meses, lo cual justifica que pida de nuevo la licencia. Desgraciadamente, a los pocos días de volver a abrir el salón, se declara un incendio que destruye parte del local y del material de proyección:
Incendio.—Ayer, a eso de las siete y cuarto de la tarde y mientras salía el público de la recién terminada sesión cinematográfica, se declaró un incendió en el barracón titulado "Wargraph mágico", sito en un solar de la calle de Fuencarral, 127.
El público que restaba salió con facilidad, aunque no sin el susto consiguiente. Un guardia civil que por acaso se encontraba allí, avisó al bombero ma´s inmediato y antes de media hora estaba dominado el fuego, que comenzando por el sitio donde se coloca el aparato del cinematógrafo, se habiá comunicado al techo, formado con lienzos pintados sobre traviesas de hierro.
La luz eléctrica ha sido la causa del hecho, que por la pronta llegada de auxilio, no ha pasado a mayores consecuencias que un trozo de techo quemado. Se nos dijo que en breve podrá abrirse al público el agradable espectáculo.
El País, Madrid, viernes 25 de mayo de 1900, p. 2.
En otro periódico madrileño se completa la información relativa al cinematógrafo:
SUCESOS DE MADRID
[…]
Incendio.– En el barracón establecido en la calle de Fuencarral, núm. 125, solar, donde se explotaba desde hace algún tiempo un cinematógrafo, se inició ayer a última hora de la tarde, un incendio cuyo origen no ha podido precisarse con exactitud.
El fuego inutilizó el referido aparato y cuantos objetos de valor había dentro de la barraca.
La Época, Madrid, viernes 25 de mayo de 1900, p. 3.
El Cinematógrafo Lumière nº 212 de Eduardo Gimeno Fuente: Colección Queraltó |
Como se puede apreciar en estas fotos del cinématographe de Eduardo Gimeno el aparato tiene grandes marcas de quemaduras en la parte lateral y en la parte frontal. Con toda probabilidad, éste es el aparato que sufrió el incendio del 24 de mayo que lo inutiliza. El siguiente correo de los Lumière, parece confirma que los Gimeno compra material para poder emprender su gira veraniega.
A. Lumière & ses Fils, Monsieur Roman Muñoz, Paris, 15 juin 1900
Fuente: Filmoteca Española. MAR 4/146
A pesar de los problemas sufridos, los Gimeno va a salir para su gira.
La gira de 1900-1901
Los problemas sufridos hacen que la gira del año 1900 aparece como inhabitual y se concentra en sólo dos ciudades. Ya en agosto, Eduardo Gimeno se encuentra en Gijón donde inaugura su Wargraph Mágico. El que los Gimeno padre e hijo estén en el puerto asturiano no es pura casualidad. Allí está el fotógrafo aficionado Arturo Truan con el cual ya han estado en contacto anteriormente. Como cada año, los Gimeno tienen pensado salir para las fiestas del Pilar en Zaragoza, pero dado que el ayuntamiento retrasa su autorización, optan por instalarse en León (octubre-noviembre), mientras, en la capital aragonesa otro barracón suyo, el Palacio de Proyecciones se instalan llevado por el señor Sala. En cambio, sí acuden a la feria de invierno de Valencia.
Proyecciones Animadas (1901-1902)
Madrid (8 de junio->agosto de 1901)
Con el nombre de Gran Palacio de proyecciones animadas o, a secas, Proyecciones animadas, se inaugura, en Madrid, el día 8 de junio de 1901, el pabellón de los Gimeno:
PROYECCIONES ANIMADAS.– El “Gran Palacio de proyecciones animadas”, establecido en la calle de Fuencarral,125, se inaugurará esta noche a los ocho.
Las novedades que ofrece el programa de hoy, es sugestivo en extremo.
Escenas animadas, pasajes históricos, asuntos militares y de Marina, monumentos y notabilidades artísticas de todo el mundo; escenas cómicas de magia, corridas de toros, etcétera.
Es indudable, pues, que el Palacio de proyecciones animadas, se verá muy favorecido por el público.
El País, Madrid, sábado 8 de junio de 1901, p. 2.
El palacio de Proyecciones Animadas va a seguir funcionando, casi de forma ininterrumpida durante todo el verano y hasta el mes de octubre de 1901.
Palacio de Proyecciones así era el exterior del Palacio de Proyecciones que la empresa Jimeno instaló en la calle Fuencarral en el lado opuesto al actual emplazamiento del Cine Proyecciones |
Palacio de Proyecciones “He aquí el interior de la barraca que ostentaba el pomposo título de Palacio de Proyecciones |
Fernando CASTÁN PALOMAR, "Un día de 1942 con el primer español que compró un Lumière", Primer Plano, nº 87, 14 de junio de 1942. |
La gira de 1901-1902
La novedad del año 1901 es que mientras sigue funcionando el local de Proyecciones Animadas en la capital, otro barracón emprende una gira que lo lleva a Vitoria (agosto), Gijón (agosto), León (octubre), Valencia (diciembre-enero de 1902). Luego están en Elche (abril).
El Wargraph mécanico del Retiro ([julio] de 1902-junio de 1903)
Durante el verano de 1902, los Gimeno disponen de un pabellón Wargraph Mecánico instalado en el Retiro:
Wargraph mecánico.– Anoche, a las nueve, fueron presentadas a S. M. el Rey y familia Real en Palacio las vistas cinematográficas de las fiestas de la jura, tomadas en esta corte por M. Lefebre, de cuya exhibición ante la Embajada española en el salón Dufayel dieron cuenta los telegramas de París.
Don Alfonso XIII y su augusta madre y hermanas admiraron la perfección de esas vistas, que están hechas con arreglo a los últimos adelantos, y felicitaron a M. Lefebre.
A las once de la noche se reunieron en el café Cosmopolita, de la feria del Parque de Madrid, muchas y distinguidas personas, entre ellas algunos periodistas, invitadas por D. Eduardo Jimeno, dueño del Wargraph mecánico establecido en el mismo Parque, las cuales asistieron a la exhibición de las vistas de que se trata, y comprobaron que, tanto las tomadas durante la jura y revista militar, como otras del viaje de M. Loubet a Rusia, cacerías de ciervos y la catástrofe de la Martinica, constituyen el último adelanto en cinematografía.
Heraldo de Madrid, Madrid, 2 de julio de 1902, p. 3.
El Wargraph permanece parte del verano en el Retiro y Eduardo Gimeno pretende trasladar el pabellón Wargraph –también llamado Cinematógrafo Mágico– al solar de Atocha, 14. Para ello, consigue la debida autorización de la Dirección General de Correos, dueña del solar y solicita, el 26 de agosto de 1902, la licencia al Ayuntamiento de Madrid, pero la solicitud es denegada, a finales de agosto, por la siguiente razón:
Instalados en los terrenos procedentes del derribo del antiguo Ministerio de Fomento un cinematógrafo y un puesto de juguetes y solicitada licencia según los expedientes que tengo a la vista para instalar un puesto de libros, un “tiovivo”, otro cinematógrafo y el teatro guiñol que motiva este informe la concesión convertirá la calle de Atocha en unas “Américas, con perjuicio evidente para el vecindario y tránsito público y sobre todo con descrédito para el ornato de la capital.
Expediente nº 16-123-11, Archivo de la Villa de Madrid.
Efectivamente el lugar está muy concurrido y allí se ha instalado ya, en particular, el Salón Vidaograph Mágico que presenta películas. Sin embargo, por lo que se puede leer en la prensa, Eduardo Gimeno abre su barracón sin preocuparse de la licencia necesaria. De este barracón, de lo que se puede ver y oír, ha quedado un largo testimonio publicado por El País que es una auténtica escena costumbrista:
El cinematógrafo
– ¿Qué hay en ese barracón de enfrente?
-El cinematógrafo de Jimeno, un espectáculo óptico anunciado y amenizado al son de un órgano de Limonaire.
-Pues chico, te compadezco, viéndote sufrir esa música desde que anochece hasta las doce, si eso funciona como en la calle de Atocha.
-Funciona, pero no me incomoda, me divierte. Ese órgano, que es suave y armonioso, toca desde el género chico, la Alegría de la Huerta, El barquillero y La Czarina, hasta la ópera Campanone, Carmen, Traviata, Guillermo y ¡oh audacia de los orchestrion mecánicos, Lohengrin, pasando por la zarzuela grande Miss Helyet, La Dolores, ¡qué sé yo?
-A mí todo ello me agradaría poco.
-Porque debes ser de esos que se están quejando continuamente de los insoportables pianos de manubrio; es cuestión de gustos. Según el mío, estar escribiendo o entregado a otra ocupación pesada y sentirme agradablemente interrumpido por los acordes de La Giralda de Juarranz o de la sinfonía de Semtramis, es una feliz tregua, refrescante oleada de arte y de alegre vida. Bastantes ruidos ingratos produce la urbanización para que la música de esos pianos o de los órganos automáticos nos parezca un tormento.
Ya dije esto no hace mucho, cuando cierto policía enemigo del arte, mandó cerrar una noche el espectáculo, apenas comenzado con pretexto de ciertas quejas. El dueño que tenía licencia competente y pagaba contribución, hubo de protestar; se consulté al vecindario recogiendo firmas, y la mayoría fue de mi opinión. El cinematógrafo se abrió de nuevo con general satisfacción, ¡poquito que animaba él la barriada! Y volvieron a sonar las melodías de Bretón y de Rossini, en alegre concierto diario, bailable y gratuito en plena calle con mucha luz y movimiento; había triunfado el arte sobre la irritabilidad de algunos pocos refractarios a sus encantos.
-Pero esa diversión es infantil, buena para criadas o papanatas; un tutti li mondi movido, un juguete ampliado.
-Cabalmente, por pueril me agrada. ¡Quién fuera siempre niño! ¿Cuándo hemos sido mejores y más dichosos que en la infancia? Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos, dice el Evangelio. No parece sino que los naipes, el billar, el dominó y a veces el mismo teatro, no resultan algo más que pueriles.
Por mi parte, no encuentro recreo más sano que el que menos reflexión exige para su efecto.
El cinematógrafo se había dado a conocer aquí primero en una sala pública, luego en un circo. Yo lo vi por primera vez en un piso bajo de la calle del Divino Pastor, donde se entraba por 15 céntimos. De allí data mi afición a él.
-¿De manera, que te quedaste embobado?
-Poco menos, lo confieso. Ello será lo que fuere; mas en los circos y teatros la multitud, sin exceptuar a los ricos, se divierte con el cinematógrafo. En ese de enfrente veo entrar familias muy encopetadas que se apean de sus coches. ¡Vaya! Estos son de los míos, digo al contemplarlos desde mi balcón, y los míos deben ser muchos, tanto en Madrid como en provincias, cuando el cinematógrafo es ya un negocio, cuyos cultivadores abundan y prosperan; por algo será.
Como un niño me he deleitado ante los cuadros de la Cenicienta, Juana de Arco, el Castillo del diablo, La Martinica y el viaje en ferrocarril. ¡Cómo he reído con el hombre de muchas cabezas, cuyas facciones son las de mi amigo Barrantes! Una niña de casa me lo dijo apenas empezado el cuadro: ¡es Barrantes! Mírele usted, ¡y se ríe como él!… En efecto, el parecido es notable. ¿Y las magias? Nada más entretenido.
Una observación mía: En cuanto he visto, no se halla la nota nea. En cierto cuadro arde una joven dentro de negro calabozo inquisitorial. La gente, al verlo, experimenta cierto horror, y muchos maldicen por lo bajo de la Inquisición y de los frailes. El Vaticano allí presentado, en vez de simpatías, despierta repulsión en los espectadores. Por aquí algo va ganado la cultura popular con este recreo sencillo inocente. ¡Ponen las mujeres y los niños unas caras al verlo! Es porque, sin palabras, les dice mucho toda aquella fantasmagoría movible, que aún está en su infancia esperando progresos que le den más valor y vida. ¡Quién sabe a dónde puede llegar!
Parece que este invierno los cuadros cinematográficos alternarán con piezas líricas o de verso. Buena es la idea, ya que hacía falta en aquellos barrios altos un teatro económico; pero que no deje de sonar el órgano del vestíbulo; que no lo excluyan de esas combinaciones de la política y la escena. El pasado invierno estuvo cerrado el barracón por las noches, y aunque la calle es amplia, concurrida y está regularmente alumbrada, parecía tan triste, tan oscura y silenciosa…
F.
El País, Madrid, viernes 19 de septiembre de 1902, p. 1.
Este barracón va a permanecer en el solar hasta mediados de junio de 1903 pero el pionero no se preocupa en pagar lo que debe:
Copiamos de nuestro colega La Ley:
“El cinematógrafo que durante más de dos años funcionó en el solar del antiguo Ministerio de Fomento, aparece cerrado hace unos días.
Se sigue ignorando dónde se han ingresado los productos por alquileres de aquel local, cuyo usufructo corresponde al ramo de Bienes nacionales de que es Director el celoso Sr. Villalobos en el Ministerio de Hacienda.
Seremos tercos hasta que se aclare el caso, pues se trata de algunos millares de
pesetas que pagaron los arrendatarios del mencionado solar.
El Defensor del contribuyente, Madrid, miércoles 10 de junio de 1903, p. 197.
Los años 1902-1906
En diciembre de 1902, Eduardo Gimeno está en la feria de invierno de Valencia que se prolonga hasta el 8 de febrero de 1903. Estando en Madrid, solicita del ayuntamiento de San Sebastián:
...un terreno en esa población, de 24 metros de fondo, por 12 de fachada, lo más centro [sic] posible, para colocar un pabellón con objeto de exhibir al público durante la temporada de verano, un magnífico cinematógrafo, con todos los adelantos conocidos hasta el día.
Carta de Eduardo Gimeno, Madrid, 3 de julio de 1903. Archivo Municipal de San Sebastián.
En el Palacio de Proyecciones de Madrid, se diversifican las actividades y se van presentando zarzuelas, revistas...:
Palacio de proyecciones
Se anuncia para fecha muy próxima el debut de un buen cuadro de verso y zarzuela, más como las habituales de aquella casa, no querrán dejar de admirar sus bellas sesiones cinematográficas, tendrán éstas lugar al final de cada una de las cuatro sesiones de verso o zarzuela, verdadero aumento de espectáculo, que unido a las condiciones del local y mejoras de decorado, ventilación y otras que el público ha de estimar, hacen presentir una buena temporada para el dueño del Palacio de las Proyecciones.
El País, Madrid, domingo 12 de julio de 1903, p. 3.
La temporada efectivamente se anuncia de forma muy favorable y algunos días después un espectáculo de revista se presenta en el local remodelado:
Seguramente llamará la atención del público un nuevo espectáculo, que ha de presentarse en el Palacio de Proyecciones.
Trátase de una revista gráfica titulada “Leed Madrid-express”, en la que aparecerán caricaturas y semblanzas de políticos.Estas caricaturas y semblanzas se proyectarán por medio del aparato cinematográfico en un encerado.
Son autores de la obra los Sres Montesino, Torres, Maroto y Lengo.
El Globo, Madrid, jueves 30 de julio de 1903, p. 4.
Sin embargo, las cosas van a cambiar desde que las autoridades empiezan a interesarse por los locales cinematográficos y los teatros por el motivo de su seguridad que sigue constituyendo un auténtico problema:
El gobernador civil, Sr. Lacierva, ha ordenado al arquitecto del gobierno Sr. Grases que practique un reconocimiento en los teatros Molino Rojo y Palacio de Proyecciones, con objeto de informar sobre las condiciones que reúnen para el caso de que se originara un incendio.
La Época, Madrid, viernes, 31 de julio de 1903, p. 3.
Finalmente, la inspección es negativa y se ordenó el cierre del establecimiento:
¡Muy bien!
En vista del informe que el arquitecto provincial, Sr. Grases, ha dado al gobernador como resultado de la visita que aquél ha girado a los teatros de madera, el Sr. Lacierva ha ordenado la clausura del Palacio de Proyecciones, Molino Rojo y Barbieri.
Celebramos de todas veras esta medida gubernativa, y deseamos que no quede a medias el asunto; pues hay otros teatros en Madrid, que siguen siendo un peligro para la seguridad público, sobre todo en casos de incendio, y cuyos nombres no citamos hoy porque suponemos que los citará el Sr. Grases.
El Globo, Madrid, miércoles 5 de agosto de 1903, p. 3.
El cierre es sin duda bastante largo porque el Palacio de Proyecciones ya no se vuelve a anunciar en todo lo queda de año.
El palacio de Proyecciones da una gira por el Norte de la península: Vitoria (julio-agosto 1903), Valladolid (septiembre), Guadalajara (octubre)... En Valencia, para la tradicional feria de invierno, Eduardo Gimeno se presenta con dos barracones: el Palacio de las Proyecciones Animadas y el Cinematógrafo Modelo. Sale luego para Castellón de la Plana (febrero de 1904), Orihuela (abril-mayo 1904)...
A primeros de enero de 1904, también vuelve a funcionar el Palacio de Proyecciones. De hecho, Eduardo Gimeno solicita, el 30 de enero de 1904, una licencia para “poder funcionar en los intermedios de una u otra sesión [del cinematógrafo]”, “la caja mecánica musical que tiene colocada en el vestíbulo" (Expediente 14-109-11, Archivo de la Villa de Madrid), lo cual es denegado. En aquel momento, el pionero ha vuelto a una programación cinematográfica sin renunciar a otros espectáculos. Durante el verano, El País le dedica un artículo:
Palacio de proyecciones
Hemos visitado anoche, este cultísimo espectáculo situado en la calle de Fuencarral, 125, junto a la Glorieta de Bilbao, y ya conocido por la perfección de sus vistas cinematográficas.
En la temporada de verano, el propietario ha tenido la excelente idea de poner en el vestíbulo, brillantemente iluminado, una orquesta que ejecuta piezas escogidas muy notables, ya de género clásico, ya de zarzuelas, aires populares, sinfonías y trozos de ópera. Esto es regalar a la vecindad todas las noches el más bello concierto, y además dar a aquel trozo de barriada, una vida y animación, un movimiento y luz, que en extremo la embellecen, y hacen concurrida por lo atractiva que resulta.
Las proyecciones más notables que ahora se exhiben son: Una historia de amor, en varios cuadros bellísimos y conmovedores; Los novios fugados, episodio que acaba en boda por sorpresa… del padre que se encuentra a su hija ya casada con el que no quería; Incendio en un manicomio de Londres, sorprendente sucesión de escenas muy animadas; Los cazadores alpinos, Por dos conejos, Viaje marítimo, Venecia, El fondo de mar y otros no menos bellos.
El espectáculo funciona desde la primera hora de la noche a las doce, y en los días
festivos también por la tarde.
El País, Madrid, viernes 15 de julio de 1904, p. 3.
La aparición de una orquesta era indudablemente otro acierto del pionero que puede atraer al público y además amenizar gratuitamente la vida del barrio. Estas sesiones duran el resto del año de 1904 y se prolongan a lo largo del año 1905 con sesiones donde alternaban las proyecciones cinematográficas con otros espectáculos:
Palacio de Proyecciones.– Constantemente se ve concurridísimo este agradable espectáculo por la elegante sociedad madrileña que acude a visitarlo, presenciando las sesiones cinematográficas con exhibición de todas las novedades que crean en el extranjero.
La empresa no omite gasto alguno para que se cinematógrafo sea el primero en Madrid que presente los cuadros de más actualidad e interés, por lo cual no nos sorprende se cuenten por llenos todas las sesiones en todas las estaciones del año.
Para hoy lunes hay preparados dos hermosos programas con interesantes estrenos.
La Correspondencia de España, Madrid, lunes 25 de septiembre de 1905, p. 2.
En diciembre, Eduardo Gimeno vuelve a solicitar la autorización para que funcione el Orquestión, la cual le es concedida el 1º de abril de 1905 (Expediente 17-134-324, Archivo de la Villa de Madrid).
No obstante su progresiva implantación madrileña, Eduardo Gimeno sigue presentando su cinematógrafo en ferias, aunque de manera bastante más espaciada. Así en los meses de octubre y noviembre de 1904, vuelve a Zaragoza, en la calle San Miguel esquina calle de Los Sitios y, durante el verano de ese mismo año 1905, el pionero está en Vitoria donde presenta de nuevo su cinematógrafo.
El Cinematógrafo Mágico o Sucursal del Palacio de Proyecciones ([mayo] de 1906)
En Madrid, Eduardo Gimeno solicita una licencia para la apertura de un barracón en un solar de la calle de Alcalá, en los números 105 y 107. El local, llamado Cinematógrafo Mágico, pero que en la prensa se anuncia como sucursal del Palacio de Proyecciones, tiene una forma rectangular, con una superficie de 318 m 2 . Su construcción es rudimentaria, en madera y “decorado decentemente para no afear la calle. (Expediente nº 16-123-11; Archivo de la Villa de Madrid). Sin embargo, el barracón funciona antes de conseguir la autorización ya que El País desde el 20 de julio, señala que la “sucursal en Alcalá 105” ofrece un “bonito repertorio de Cinematógrafo” (El País, Madrid, viernes 20 de julio de 1906, p. 3). En octubre, y con ese mismo nombre, se presenta en Lugo:
En el cinematógrafo sucursal del Palacio de Proyecciones de Madrid, establecido en Santo Domingo, junto a la casa del Sr. Velarde, se ven novedades todos los días. Entre las películas que da a conocer al público se exhibirán hoy la de la reciente catástrofe de San Francisco de California, la boda Real, el "Circuito de la Sathe [sic]" y otras que seguramente llamarán la atención del que tenga ocasión de presenciarlas.
El Regional, Lugo, lunes 15 de octubre de 1906, p. 3.
Mundo Nuevo, nº 680 Madrid, jueves 17 de enero de 1907, p. 10.
Fuentes
SÁNCHEZ VIDAL Agustín, Los Jimeno y los orígenes del cine en Zaragoza, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza/Gobierno de Aragón, 1994, 256 p.
SÁNCHEZ VIDAL Agustín, El siglo de la luz, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada, 1996, 260 p.
3
1899
La salida de misa de doce del Pilar (5 de noviembre)
La construcción de un puente sobre el río Ebro (14 de noviembre)
La salida de misa de doce del Pilar (19 de noviembre)
4
05/1892 | Espagne | Cordoue | Real de la Feria | Figuras de cera | |
08-09/1896 | Espagne | Bilbao | Teatro Arriaga | kinetógrafo Werner | |
09/1896 | Espagne | Valladolid | kinetógrafo Werner | ||
10-11/1896 | Espagne | Saragosse | ¿kinetógrafo Werner? | ||
12/1896-02/1897 | Espagne | Valencia | Feria | ||
Espagne | Castellón de la Plana | ||||
[07]-[21]/04/1897 | Espagne | Tortosa | Plaza Alfonso XII/Teatro Principal | kinematógrafo | |
08->21/5/1897 | Espagne | Lérida | kinematógrafo | ||
26/06-[06]/07/1897 | Espagne | Burgos | San Juan | kinetógrafo Werner | |
07/1897-[16]/07/1897 | Espagne | Burgos | Santander 12 | cinematógrafo Lumière | |
[23]/07->09/08/1897 | Espagne | Santander | Primera alameda | cinematógrafo Lumière | |
18->31/08/1897 | Espagne | Bilbao | Terrenos de la Concordia | cinematógrafo Lumière | |
*09/1897 | Espagne | Logroño | cinematógrafo Lumière | ||
10/1897 | Espagne | Saragosse | Plaza de Salamero | cinematógrafo Lumière | |
12/1897-01/1898 | Espagne | Valence | cinematógrafo Lumière | ||
13/03->25/04/1898 | Espagne | Castellón de la Plana | Plaza de Tetuán | cinematógrafo Lumière | |
07/05-19/06/1898 | Espagne | Tortosa | Plaza de Alfonso XII | cinematógrafo Lumière | |
07-31/07/1898 | Espagne | Logroño | El Espolón | cinematógrafo | |
>14-31/08/1898 | Espagne | Bilbao | Gran Vía | cinematógrafo | |
>10/09-02/10/1898 | Espagne | Logroño | Calle de las Delicias | cinematógrafo | |
<19/07/1899 | France | Paris | voyage Exposition Universelle et Gaumont | ||
19/07-[25]/09/1899 | Espagne | Gijón | Paseo de Begoña | cinematógrafo Lumière y Wargraph Mágico | |
22/09-23/10/1899 | Espagne | Oviedo | Pasaje, calle Uría | cinematógrafo Lumière y Wargraph Mágico | |
>10/10->25/11/1899 | Espagne | Saragosse | Plaza de Salamero | cinematógrafo | |
[25]/12/1899->05/02/1900 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
*19-24/05/1900 | Espagne | Salamanque | Teato del Liceo | Cinematógrafo Lumière y Wargraph Magíco | |
<09/04/1900 | Espagne | Madrid | |||
>26/07-07/10/1900 | Espagne | Gijón | Paseo de Begoña | Cinematógrafo Lumière y Wargraph Magíco | |
21/10-25/11/1900 | Espagne | León | Recreo Industrial | Cinematógrafo Lumière y Wargraph Magíco | |
<06>/11/1900 | Espagne | Saragosse | Plaza de Salamero | cinematógrafo | Sala |
[25]/12/1900-01/1901 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
<08>/06/1901 | Espagne | Madrid | Gran Palacio de Proyecciones animadas | cinematógrafo Lumière | |
03->21/08/1901 | Espagne | Vitoria | Palacio de Proyecciones | cinematógrafo | |
<19/08-[10]/09/1901 | Espagne | Gijón | Junto a la capilla de Begoña | Wargraph y Cinematógrafo Mágico | |
25/12/1901-[02]/1902 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
*<03>/03/1902 | Espagne | Castrogeniz | Teatro | cinematógrafo Lumière | |
*19->19/03/1902 | Espagne | Melgar de Fernamental | cinematógrafo Lumière | ||
25/12/1902-08/02/1903 | Espagne | Vitoria | Feria | cinematógrafo | |
*07/1903 | Espagne | Saint-Sébastien | |||
23/07->08/08/1903 | Espagne | Vitoria | Palacio de Proyecciones | ||
*08/1903 | Espagne | Tolède | La Vega | cinematógrafo | |
<21>/09/1903 | Espagne | Valladolid | Gran Palacio de Proyecciones animadas | ||
10/1903 | Espagne | Guadalajara | Gran Palacio de Proyecciones animadas | ||
25/12/1903-02/02/1904 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
<10/03-[05]/04/1904 | Espagne | Castellón de la Plana | Plaza de Tetuán | Palacio de Proyecciones | |
22/04-12/05/1904 | Espagne | Orihuela | Plaza de la Constitución | cinematógrafo | |
*<27/07->24/08/1904 | Espagne | Tolède | Feria | Palacio de Proyecciones Animadas | |
10-11/1904 | Espagne | Saragosse | Palacio de Proyecciones | ||
16/07-20/08/1905 | Espagne | Vitoria | cinematógrafo | ||
>28/08-17/09/1905 | Espagne | Palencia | Paseo lateral del Salón | cinematógrafo | |
10->27/06/1905 | Espagne | Logroño | El Espolón | cinematógrafo | |
<21/09->05/10/1905 | Espagne | Logroño | El Espolón | cinematógrafo | |
02/12/1905->07/01/1906 | Espagne | Bilbao | Teatro de los Campos Elíseos | Cinematógrafo | |
30/09->15/10/1906 | Espagne | Lugo | Plaza de Santo Domingo | Sucursal del Palacio de Proyecciones |