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Se da de comer

Se trata de un viejo avaro que se sienta en un café a leer el diario mientras un muchacho limpia sus botas; en eso llegan sucesivamente unos cuantos pobres de oficio, entre ellos una murga de ciegos; con estos últimos al viejo se le acaba la paciencia y llama al camarero para pagar y se marcha. Pero un guasón que estaba observando lo que pasó, le entrega al limpiabotas un cartel que decía: “SE DA DE COMER” y ese a su vez aprovecha la ocasión mientras el viejo estaba distraído para colocarlo en sus espaldas. Resulta que al pasar, los pobres que encuentra en el camino, todos leen el cartel y empiezan a seguirlo al principio al paso, luego al paso doble, más tarde, el viejo como espantado de ver tanta gentuza siguiéndole, echa a correr con toda velocidad. Los pobres detrás bajando cuestas, saltando paredes, etc. hasta llegar a su cada donde entran también los pobres apoderándose de todo lo comestible que encuentran a sus manos, así como también de los muebles. La cinta se acaba con uno bailando, con un mueble en la calle.

Nuevo Pabellón Cinematográfico Pascualini, Programa de mano, Málaga, lunes 4 de diciembre de 1905. (reproducido en Sergio del Río Mapelli y Pilar del Río Fernández, Historia del cine mudo en Málaga, Málaga, Fundación Málaga, 2015, p. 42).