Al siguiente día el capitán de navío Dufourg congregó en un almuerzo a varios miembros del cuerpo diplomático y otros distinguidos caballeros, realizándose por fin el domingo a las 2 de la tarde la anunciada partida de la fragata. Desde la mañana un gentío enorme se hallaba apostado en el dique, para presenciar el espectáculo.Caras y Caretas, nº 184, Buenos Aires, 12 de abril de 1902, p. [23.]