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- Création : 25 mars 2015
- Mis à jour : 1 juin 2021
- Publication : 25 mars 2015
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DAIMIEL
Jean-Claude SEGUIN VERGARA
Daimiel, ville de la province de Ciudad Real (Espagne), compte 9.498 habitants (1897).
1898
El cinematógrafo Lumière (Teatro Ayala, >9 de octubre de 1898)
En los primeros días de octubre se anuncia la próxima llegada de un cinematógrafo Lumière:
Nos aseguran que en el Teatro Ayala de esta ciudad se establecerá en breve el Cinematógrafo Lumiére; si es cierta la noticia, auguramos para la Empresa una buena campaña por tratarse de un pueblo culto deseoso de conocer los grandes adelantos, y porque aquí aún no se conoce este hermoso aparato que tanto está llamando la atención, en todas las poblaciones civilizadas.
El Daimieleño, Daimiel, 9 de octubre de 1898, p. 3.
Aunque no llega a hablar del cinematógrafo del Teatro Ayala, el periodista G. Molinero dedica un largo artículo, de carácter más o menos científico, a la reciente invención:
TEATRO AYALA
EL CINEMATÓGRAFO
Grandes é importantísimas han sido las invenciones hechas en este siglo. Aunque esta no tiene una relación directa, mencionaremos algunas de las múltiples aplicaciones de la electricidad en los modernos tiempos, debidas al superior talento de algunos hombres amantes fervorosos de la ciencia, constantes en el trabajo y profundos observadores, entre los que descuella, el que pudiéramos llamar, metafóricamente hablando, el monstruo científico del siglo XIX; el gran Edisson.
El fluido eléctrico; perdido en la inmensidad del espacio durante los siglos que lleva el mundo de existencia, ha sido recogido, digámoslo, así, por el hombre, sirviéndose de él como fuerza motriz, para transportar, por medio del Telégrafo, valiéndose de signos convencionales, el pensamiento humano con la misma rapidez con que se concibe á distancias enormes, por la relación inmediata que establece una corriente eléctrica entre el aparato transmisor y el receptor, unidos por hilos conductores.
Por medio del Teléfon, conduce también esta misma corriente la voz humana, de un modo natural, á través de millares de kilómetros, sin necesidad de apelar á la interpretación de los signos mencionados.
La mayor intensidad de esa corriente, produce la hermosa luz eléctrica, cuyo magnífico esplendor semeja al que esparce por la naturaleza el luminoso astro del día, centro de nuestro sistema planetario.
Las modificaciones que la ciencia ha hecho sufrir á esa corriente, ha dado lugar también al descubrimiento de los rayos X, haciendo ver con claridad el interior de los cuerpos, cual si en estos se verificara de repente una metamorfosis, que les convirtiera de opacos en transparentes como el cristal.
El fonógrafo, sirviendo de recipiente al sonido, reprodúcele, con las mismas armonías con que se emitió, al ponerse en relación directa con los tubos acústicos del aparato.
Omitiremos, en obsequio á la brevedad, otras invenciones debidas á la electricidad, para dar una ligera idea del sorprendente fenómeno óptico, producido por el aparato que sirve de epígrafe á este pobre y deshilvanado artículo.
La fotografía, como la mayor parte de los inventos, ha sufrido diversas modificaciones en este último tercio de siglo. Desde el año 1839 en que Mr. Daguerre, halló el medio de fijar sobre un cuadro los dibujos producidos en él por la cámara obscura, ¡qué serie de transformaciones ha hecho experimentar la ciencia al rayo luminoso!
Entre las numerosas aplicaciones á que ha dado origen la fotografía instantánea, puede afirmarse, que la cronofotografía ó fotografía del movimiento ocupa hoy el primer lugar.
El Cinematógrafo, inventado por Edison, ha sido perfeccionado de tal modo por Lumiére, que, nos hace experimentar, según observamos en las exhibiciones que de su aparato se están haciendo estas noches en nuestro bonito Teatro., la ilusión óptica de ver animadas las figuras reflejadas en el lienzo por la proyección del foco eléctrico, de tal modo, que parecen salir de la vida ficticia para entrar en la vida real; pues están fielmente representados los movimientos y actitudes que tomaron, durante el tiempo que estuvieron sometidos á la influencia del objetivo que constituye la parte principal del aparato.
Sería prolijo describir minuciosamente el Cinematógrafo Lumiére, y sólo nos concretaremos á dar una ligera idea de su fundamento, aunque nada nuevo podamos decir á nuestros ilustrados lectores.
El principio fundamental del Cinematógrafo, consiste principalmente en la persistencia de las impresiones luminosas sobre la retina. Cuando observamos detenidamente un objeto cualquiera, su imagen viene á reflejarse en el fondo de nuestro ojo, dibujándose realmente sobre la membrana nerviosa que le tapiza, á la cual se le dá el nombre de retina.
Si repentinamente quedara obscurecido el objeto iluminado, es natural que éste desaparecería en el momento; pero habiendo quedado impresa su imagen en el nervio óptico, persiste la impresión luminosa en la retina y seguimos viéndole por espacio de un 2/45 de segundo próximamente.
Por consiguiente; si antes que desaparezca la impresión del primer objeto se nos presenta otro y otro sucesivamente, se formará en nuestra vista una solución de continuidad, que nos permite apreciar los diversos movimientos practicados por la figura iluminada, durante el tiempo que permanece expuesta á la influencia del citado aparato.
Así en el Cinematógrafo Lumiére, se verifican 900 imágenes sucesivas en un minuto, que se suceden con el intervalo de 2/45 de segundo; tiempo que, según hemos dicho anteriormente, dura la impresión del objeto iluminado sobre la retina; de manera, que calculando en 1/45 de segundo el tiempo que permanece expuesto á nuestra vista, suman 3/45 de segundo la ilusión real y la aparente. Multiplicada esta suma por las 900 imágenes fotografiadas en la cinta que gira al rededor de un cilindro impulsado por una manivela que obedece á la voluntad de la persona encargada de hacer funcionar el aparato, dá un producto de 60 segundos, tiempo que el cuadro animado permanece expuesto á la vista del espectador.
No podemos establecer comparación acertada entre los que hemos visto, porque todos resultan de un efecto sorprendente y maravilloso, como lo demuestra el entusiasmo del numeroso público que asiste todas las noches á disfrutar de tan hermoso espectáculo.
Damos nuestra más cordial enhorabuena al representante de la casa Lumiére en esta población, y le auguramos un éxito feliz, no sólo en ésta, sino en todas cuantas exhiba tan admirable invento.
Es posible que dentro de poco tiempo, nos proporcione el eminente sabio Edison la unión del fonógrafo y el cinematógrafo, pues todo puede esperarse de la ciencia y el trabajo de tan profundo observador de los fenómenos naturales.
¡Paso á la ciencia! ¡Loor al trabajo! ¡Honor á la verdad!
G. Molinero.
El Daimieleño, Daimiel, 16 de octubre de 1898, p. 3.