[...] Pero lo que estimamos como verdadero clou del espectáculo es, la para nosotros admirable película "El alcohol engendra la tuberculosis,” intenso drama, cuya síntesis no vive y estalla entre espasmos de amores contrariados ni honras mancilladas, sino á la manera de Ibsen, frívolo al parecer cuando empieza, prosigue sutil, acerado y tenaz hasta el fin, dejando el ánimo augustiado y el pensamiento en hondas reflexiones.
Sin duda el artista que ha producido tan hermosa película, no se propuso tan solo desarrollar un tema más con que entretener y emocionar al público, sino que fué más allá su finalidad, poniendo de relieve con trazos magistrales los estragos que el abuso del alcohol produce en el individuo, que cegado por él, olvida sus deberes, hiere y mata y atosigado por sus vapores, muere en el manicomio entre convulsiones dolorosas, dejando por triste herencia á sus pequeños el raquitismo que los aniquila y la tuberculosis que los consume…
Francia, práctica en pedagogías, atiende á la juventud con enseñanzas gráficas y puebla al caso sus colegios é institutos, de cuadros que afean el vicio de la bebida y de otros tantos que degradan al hombre, y obtiene por éste sencillo medio escelente resultado, porque el niño graba más en su memoria lo que sus ojos vieron que el prudente consejo ó sabia lección que oyera de sus profesores.
¿Sería desacertado esperar, que los profesores de ésta ciudad, á falta de otros medios plásticos, aprovecharan la ocasión para esta enseñanza, ó que el Ayuntamiento acudiera con una pequeña subvención, para el mismo fin?

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Diario de Tortosa, Tortosa, 15 de febrero de 1906, p. 2.

Es un dramático estudio médico-social de grandísima transcendencia moral.

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La Discusión, La Habana, martes 31 de julio de 1906, p. 3.

El asunto, o por mejor decir el género de películas altruistas, no ha sido aún explotado; pero ya se inicia, a juzgar por la que esta noche ofrece la infatigable empresa Rosas. Es la del alcohol una vista que entraña un grandísimo problema social, y son sus cuadros tan sensacionales como dramáticos. Hasta la fecha, no se ha exibido seguramente en cinematógrafo alguno cosa semejante.

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La Discusión, La Habana, miércoles 1 de agosto de 1906, p. 3.