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- Création : 24 mars 2015
- Mis à jour : 15 juillet 2023
- Publication : 24 mars 2015
- Affichages : 20970
Enrique FARRÚS
(Granadells, 1865-Barcelone, 1929)
Jean-Claude SEGUIN VERGARA
Jon LETAMENDI GÁRATE
1
Farrús et Piñol. Descendance :
- Enrique Farrús Piñol (Granadells, 1865-Barcelone, 25/12/1929) épouse Carmen Pisano Nofrías (Laurenzana, Italie, [1865]-Barcelone, 14/10/1929)
- neveux et nièces : Rosina, Carmen, Pedro y Cándido
- Francisca Farrús Piñol
- Ignacia Farrús Piñol
- Juanita Farrús Piñol
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Enrique Farrús empieza a trabajar como hojalatero y se casa con Carmen Pisano Onofre cuya familia tenía una pequeña industria de instrumentos musicales. Al parecer, la pareja no llega a tener hijos o mueren jóvenes. En los años ochenta y noventa, Enrique Farrús, como cualquier feriante, va presentando sus espectáculos en barracas que van de ciudad en ciudad. El ilerdense visita Bilbao con atracciones variadas. Así en 1889 llega a las fiestas bilbaínas, acompañando a su mujer Carmen Pisano, con su espectáculo titulado Templo de la Metempsicosis en una barraca de 20 x 6 m. Por el precio de un real en general, dos para preferencia, presenta “el espectáculo más científico y de más asombro que se conoce, el cual había tenido el honor de exhibirse en uno de los Salones de Palacio y visitado por toda la familia Real y toda la aristocracia de Madrid. El programa incluye:
METEMPSYCOSIS
El Mármol se anima, gradualmente se transforma tomando el aspecto de la vida real.
EL ORACULO-ISIS
El que antiguamente los Reyes y grandes magnates lo veneraban y se aconsejaban para bien de sus estados.
Archivo Muncipal de Bilbao: 3ª, 89, 7.
En la feria de Navidad de Valencia, en diciembre de 1890, presenta una “mujer cañón”. Aunque parece no haber llegado a inaugurar su barraca, Enrique Farrús ha solicitado un permiso para instalarlo en Tarragona:
Núm. 1474
Anuncio
Con motivo de la reclamación promovida por D. Enrique Farrús y Piñol, solicitando en instancia de 10 de Abril último, permiso para la instalación de una barraca en el solar del Estado, sito en esta capital, esquina a la Rambla de S. Juan y calle de S. Agustín, para exhibición de perros amaestrados y otras originalidades; el Sr. Delegado en providencia de 21 del citado Abril, ha acordado en vista de no haber sido hallado el domicilio del mencionado Sr. Farrús, declarar desierta la reclamación entablada por el mismo.
Todo lo cual se inserta en este periódico oficial para conocimento del interesado y demás efectos que previene el art. 60 del reglamento de procedimiento para las reclamaciones económico administrativas de 15 de Abril de 1890.
Tarragona 12 de Mayo de 1891.
-El Administrador, Salvador Ruiz.
Boletín oficial de la provincia de Tarragona, Tarragona, 15 de mayo de 1891, p. 3.
Al año siguiente, en 1891, regresa a Bilbao con su “Exposición de Las tres maravillas del mundo, Thauma, Stella y la Metempsicosis” en la misma caseta que en 1889. En 1893, exhibe en una caseta de 24 x 6 m un Teatro de Novedades compuesto por “artistas de varias naciones procedentes de varios circos de España y del extranjero.” El precio de las localidades es de 35 cts. la silla y 25 la general (15 para niños y militares) y las sesiones son a las ocho de la tarde salvo los domingos y festivos en que se dan funciones de tarde y noche. Sorprende ver la actividad como “equilibrista o clown” del que más tarde será uno de los pioneros más importantes de los inicios del cine. El repertorio de su espectáculo era el siguiente:
1º El equilibrista Farrusini ejecutará difíciles y admirables juegos, equilibrios y malabares que causaron gran admiración en el Circo Ecuestre de Barcelona.
2º Gran baile por tres “Pierrots” mímicos, panderetólogos del Folies Bergére de París.
3º Una bonita pantomima ejecutada por la colección de Perros amaestrados titulada “El Desertor” y varios trabajos que sería prolijo enumerar.
4º El clown Farrusini hará ejercer trabajos admirables a su “Cerdo amaestrado”, entre ellos será el disparo de un tiro, admirable por su extrañeza. Asombro del mundo.
5º Dicha compañía para complacer más al público tiene contratados a dos liliputienses Boutin, hombres de treinta años de edad y sus estatuas de dos palmos de altura, los cuales bailarán y cantarán a costumbre de su país.
6º Farrusini presentará su “Gran colección de gatos y palomos” amaestrados que ejecutarán difíciles trabajos de dislocación y saltos mortales y entre ellos subida de la cucaña y disparar un tiro, trabajo que no se ha podido alcanzar de ningún gato.
7º y último definitivo. La señorita Saida, terminará la función con cinco trabajos de fuerza y valor, entre ellos será el disparo encima del hombro de un enorme “Cañón de montaña”.
Archivo Municipal de Bilbao. 3ª, 152, 36.
También presenta su Teatro de Novedades en Murcia probablemente en mismo año de 1889. Poco tiempo antes de empezar sus actividades cinematográficas, Enrique Farrús, desde San Andrés de Palomar (Barcelona), ha presentado una solicitud, el 27 de abril de 1895, al alcalde de San Sebastián, para ofrecer un espectáculo de “perros y monos sabios”, “durante la temporada de los Baños”.
Este mismo espectáculo lo presenta en Pamplona y es, según José de Ocaña:
… [una] especie de función teatral interpretada por perros y monos amaestrados y dirigidos siempre por el propio Farrusini: función cuyo argumento siempre igual solía ser de una sencillez y una ingenuidad grandísimas.
[…] magnífico órgano con muchos dorados y adornos multicolores, amén de una porción de figuritas de bulto muy bien hechas, que figurando, una de ellas dirigir la orquesta, y las demás tocar distintos instrumentos se movían al compás de la música.
S. De Ocaña y Elío, José, “Calidoscopio Barraquero”, Pregón nº2, Pamplona, julio de 1947. Citado por Alberto Cañada Zarranz, Llegada e implantación del cinematógrafo en Navarra (1896-1930), Pamplona: Gobierno de Navarra, 1997, p. 37.
La fecha de 1875 parece bastante curiosa y podría ser un error. En cualquier caso, la coherencia parece indicar que Enrique Farrús, en 1895, tiene un espectáculo de bichos amaestrados.
Ese mismo año, presenta otra solicitud, en Bilbao para instalar una barraca de 28 x 7 m exhibiendo perros y monos sabios, algo que recuerda su colaborador “Mariano”:
Tenía el oficio de hojalatero, que como es natural dejó al comenzar a trabajar en la barraca. Antes de dedicar su barraca al cine había en ella exhibiciones de perros y monos amaestrados[9].
Juan Carranza, “Farrasini fue, entre otras cosas, un precursor del cine sonoro”, La Voz de Cantabria, Santander: 1º de febrero de 1930, p. 2.
Resulta delicado saber en qué momento Enrique Farrús empieza a interesarse por el cinematógrafo. En cualquier caso, no es en 1896 ya que no existe ninguna huella de exhibición organizada por él, y en las ferias de Navidad de Valencia, en diciembre de 1896 y en enero de 1897 presenta su consabido espectáculo de “perros y monos sabios”. Una de las etapas habituales de Enrique Farrús es la capital de Navarra donde suele estar para los Sanfermines. El testimonio bastante confuso de Simón Blasco Salas evoca la estancia de Farrús en la capital navarra durante el mes de julio de 1897. Es cierto que allí está Enrique Farrús pero no presenta ningún cinematógrafo sino que ofrece un espectáculo muy apreciado por el público, una barraca de figuras de ceras. Al parecer, ha dejado su espectáculo de perros por un clásico de las ferias españolas, como lo recoge esta respuesta de la Junta de la Casa de Misericordia:
Don Enrique Farrús propietario de la barraca de figuras de cera y Mr. Gaballat “El hombre de la garganta mágica” piden se les permita al 1º exhibir el reservado y al 2º trabajar desnudo de medio cuerpo para arriba. No ha lugar a la petición del Sr. Farrús y respecto a Gaballat, podrá verificar sus trabajos con una camiseta delgada pero nunca desnudo.
Acta de la Junta de la Casa de Misericordia celebrada el 3 de julio de 1897. Libro Autos nº8.j.j.205/206, Archivo de la Casa de la Misericordia de Pamplona.
Acta de la Junta de la Casa de Misericordia celebrada el 3 de julio de 1897. Libro Autos nº8.j.j.205/206, Archivo de la Casa de la Misericordia de Pamplona. |
Los espectáculos de figuras de cera pueden ofrecer escenas truculentas como la que representa los "últimos momentos del anarquista Santiago Salvador ante un sacerdote que acercaba lentamente el crucifijo hacia los ojos del sujeto, mientras éste hacía que no con la cabeza y su esposa e hija levantaban los brazos y bajaban la cabeza en señal de dolor." Lo cierto es que en aquel momento Enrique Farrús todavía no ha empezado el negocio del cinematógrafo, si bien conoce ya a Estanislao Bravo que ha llegado al mundo de los feriantes últimamente. De esa época, se conservan los recuerdos de Pascual Rincón, uno de sus colaboradores.
"He aquí a la conzaonetista Julia Gálvez en la época en que actuaba en aquel pintoresco salón "Farrusini", allá por el año 1869 [sic], y que la mejor de sus canciones era el célebre "Garrotín". Como fondo de la foto puede apreciarse lo que eran aquellos órganos-orquestrones, uno de los cuales se hallaba instalado en la puerta de dicho salón, para no dejar dormir a los vecinos de la calle de San Miguel."
Amanecer, Zaragoza, viernes 28 de enero de 1944, p. 4.
La asociación con Estanislao Bravo (diciembre 1897- [mayo] de 1898)
Es muy probable que Estanislao Bravo y Enrique Farrús se conozcan desde hace varios años, y por lo menos desde 1893, momento en que coinciden ambos en Bilbao. Se asocian para explotar el cinematógrafo, ocupándose el primero de la instalación y el segundo de la compra del aparato de los Lumière. Según lo que señala Juan Antonio Cabero, la asociación funcion durante el año 1897:
Después de pagar muchos atrasos, y en posesión de seis mil pesetas, ganadas en varias capitales norteñas, se asoció con Enrique Farrús para ampliar el negocio. Bravo corrió con la instalación y Farrús se encargó de la compra de un Lumière que era el aparato de más solvencia.
La sociedad fue viento en popa, realizando grandes beneficios en Logroño y Zaragoza.
Juan Antonio Cabero, Historia de la cinematografía española, Madrid, Gráficas Cinema, 1949, p. 48.
Sobre esta gira se mantienen dudas ya que no se han encontrado informaciones hemerográficas o archivísticas que confirmen la presencia de Farrús y Bravo en Zaragoza (durante las fiestas del Pilar) y en Logroño (en las fiestas de San Mateo). Lo cierto es que ya a finales de año, Farrús y Bravo inauguran una barraca en Marqués del Duero (El Paralelo) de Barcelona – el 15 de diciembre de 1897, cerca del Teatro Circo Español:
Los señores Lumière et fils de Lion, dueños del cinematógrafo cuya inauguración se verificará hoy a las cinco de la tarde, han tenido la filantrópica idea de ceder íntegros los productos que se recauden en dicho día y en el siguiente, jueves, a favor de la benéfica Asociación de la Cruz Roja.
La instalación de este cinematógrafo se ha efectuado en la calle del Marqués del Duero, junto al teatro Circo Español, habiéndose señalado el precio de quince y veinticinco céntimos respectivamente por cada asiento o silla de preferencia.
Ambas funciones se celebrarán exhibiéndose los siguientes cuadros: “Soldados en el campamento” “Llegada de un tren” “Llegada de Mazzantini a la plaza” “Corrida de toros” “Riña de mujeres” “Batalla de nieve” “Baño de Diana” “Jugadores regados” “Desfile de Lanceros de la Reina” “Caballería pasando un río” y otros no menos notables.
Aplaudimos la idea y deseamos buenos rendimientos, dado el propósito laudable de los señores Lumière.
La Dinastía, Barcelona, miércoles 15 de diciembre de 1897, p. 2.
Apenas terminadas las funciones benéficas, un percance grave tiene lugar en la noche del 18 de diciembre de 1897 o sea tres días apenas después de la inauguración como lo confirma La Publicidad:
[…] Una barraca de la calle del Paralelo, en la cual se había establecido un Cinematógrafo, fue semi-derribada por el ciclón que no dejó cosa sana en el interior; otro barracón inmediato al Circo Español sufrió igual suerte, lo propio que varios kioscos y cobertizos situados en el muelle de San Beltrán.
La Publicidad (ed. noche), Barcelona, 19 de diciembre de 1897, p. 2.
Pocos días más tarde, se conoce lo recaudado entregado para el sostenimiento del sanatorio de la Cruz Roja:
La suscripción para el sostenimiento del Sanatorio de la Cruz Roja asciende a las cifras siguientes, según nota oficial que se nos remite:
Suma anterior por una sola vez, pesetas 68 867,48. […] Don E. Burbo [sic] y E. Farrús, producto de la entrada de los días 15 y 16 en el Cinematógrafo de su propiedad, 169,55 […] Suma y sigue 71 284,20 pesetas[9].
La Dinastía, Barcelona, viernes 24 de diciembre de 1897, p. 2.
En la Renaixensa del mismo día, se corrige algo el nombre: “Don E. Brabo [sic] y E. Farrius [sic]”.
La destrucción del barracón de Enrique Farrús y Estanislao Bravo interrumpe las proyecciones animadas y no sabemos si vuelven a presentar el cinematógrafo en las siguientes semanas. Durante los seis meses siguientes, no se encuentran huellas de los dos pioneros. ¿Hasta cuándo dura esta colaboración de la que habla Cabero? En este caso, ¿dónde han estado los pioneros? Una hipótesis lo constituye la presencia de un cinematógrafo Lumière en el Alcázar Español de Barcelona, que se presenta a partir del 5 de febrero de 1898:
Alcázar Español (Unión, 7)
Variadas funciones de zarzuela, verso y concierto por la célebre tiple española Encarnación de la Torre, la incomparable Zurita y demás artistas.—El torniquete y trapecio, por los aplaudidos hermanos Estrellinos.—Bailes españoles por la aplaudida pareja Ansina y Morenilla.—El incompatible Cinematógrafo Lumiere.
Restaurant económico.
La vanguardia, Barcelona, sábado 5 de febrero de 1898, p. 7.
Los anuncios se terminan el 28 de abril de 1898 lo que podría indicar también el final de las funciones. Según Antonio Cabero, tras ganar mucho dinero, los pioneros se separan:
Ganaron mucho dinero, y Bravo, ya en poder de un pequeño capital, se separó de Farrús, y comprando por su cuenta un Lumière, con veinte películas, montó una gran barraca en la Plaza de la Paz, con tan gran éxito, que un día llegó a dar 31 funciones, y a los precios de diez y quince céntimos, entraron en sus arcas 1 170 pesetas ¡en calderilla!
Juan Antonio Cabero, Juan Antonio Cabero, Historia de la cinematografía española, Madrid, Gráficas Cinema, 1949, p. 48.
Los cinematógrafos de Enrique Farrús y Carmen Pisano ([marzo]-[octubre] de 1898)
Si bien Estanislao Bravo se dedica al barracón instalado instala una barraca en la {tip La Vanguardia, Barcelona, viernes 3 de junio de 1898, p. 2.}plaza de la Paz, siempre en la ciudad condal a partir de junio de 1898, y, según Cabero, ya lo hace sin Enrique Farrús. En cuanto a éste, hasta el mes de noviembre no se sabe nada de él. La historiografía tarrasense suele hablar de la presencia de un "Cine Farruccini" en marzo de 1898. Esta información parece remontarse a 1926, año en que se publica una "efeméride" retrospectiva:
Les primers figures en moviment varen exhibir-se al Passeig pel març de l'any 1898 que va portar-les en una barraoa un italiá nomenat Ferruccini, i un any després en una altra barraca d'un alemany nomenat Polak.
El día, Tarrasa, 24 de julio de 1926, p. 3.
Un vaciado de la prensa publicada en Tarrasa no ha permitido confirmar esta información, pero sí la presencia de un cinematógrafo en marzo-abril de 1898 que sigue su ruta hacia Sabadell donde se habla de "Cinematógrafo Lumière". Con todo, los meses siguientes siguen marcados por muchas incertidumbres. Hay que esperar el verano, y concretamente el mes de julio para localizar a Enrique Farrús en Pamplona y luego, en la feria de Bilbao (agosto de 1898). Pasa luego por Logroño de donde escribe una carta para reservar dos plazas para las fiestas del Pilar de Zaragoza para sus dos barracones. En aquel momento está con su esposa Carmen Pisano, así que cada cual lleva un barracón.
Ayuntamiento de Zaragoza, 1898, Negociado Hacienda, AMZ-1-9-5-0001262
Fuente: Archivo Municipal de Zaragoza.
La estancia en Barcelona (11 de septiembre de 1898-abril de 1899)
Terminadas las fiestas, Enrique Farrús no tarda en volver a Barcelona. Existe un periodo entre finales de octubre de 1898 y abril de 1899 durante el cual no se le localiza en otra parte. Durante estos meses, lo más probable es que siga en la ciudad condal. Según los diferentes elementos (fuentes hemerográficas y testimonios) podemos intentar de recontituir su estancia. Enrique Farrús inaugura un local en Marqués del Duero (o Paralelo) el 11 de septiembre:
GRAN ÉXITO. Inauguración del cinematógrafo Lumière. situado en la calle Marqués del Duero; al lado del café Circo Español. Amenizará la inauguración una banda que tocará tarde y noche. Función extraordinaria para el domingo, 11 septiembre 1898. Abierto al público todos los días desde las cuatro de la tarde á las doce de la noche. Sesiones á cada media hora. Gran variedad de cuadros no exhibidos en Barcelona. PROGRAMA. 1.º Baile mejicano. 2° Llegada del Príncipe y Princesa de Nápoles. 3° Caballero montando un caballo salvaje. 4° Presidente de la República de Méjico de Paseo. 5° Una juerga en la féria de Sevilla. 6° Batalla de flores y desfile de carruajes. 7.º Carnaval de Nice. 8° Baile en el Folies Bergeres de París. 9.º El hombre perro trabajando en un circo. 10º Negros bañando caballos en un estanque. Entrada preferencia 20 céntimos. Entrada general 10 céntimos.
El diluvio, Barcelona, 11 de septiembre de 1898, p. 3.
Se organizan días de moda:
Nuevo y Gran Salón
Del Cinematógrafo Lumiere en la calle del Marqués del duereo, al lado del Café del Circo Español.
Hoy jueves, día de Moda, en obsequio a sus favorecedores tocará la banda de la Casa de la Caridad, de 8 y 1/2 a 11 y 1/2 de la noche, siendo la entrada general de 10 cents. y la de preferencia a 20 cénts.-Sesiones cada media hora.
La vanguardia, Barcelona, jueves 15 de septiembre de 1898, p. 7.
En noviembre, al inaugurarse otro aparato en el Alcázar, es probable que Enrique Farrús y su esposa Carmen Pisano se repartan las tareas. Gracias a un informe relativo a la instalación, no autorizada, de tres foco eléctricos se sabe que el barracón está abierto desde hace ya tiempo:
Ayuntamiento Constitucional de Barcelona
numero 2614
excmo Señor,
Tengo el honor de poner en conocimiento de V. E. que d. Enrique Farrús, propietario del Cobertizo situado en la Calle del Marques del Duero, sin número, al lado de la Peluquería Modelo, ha colocado en la fachada de la misma tres focos electricos sin que conste de haber obtenido el previo permiso para ello.
Dios gde a V. E.…
Barcelona 9 de diciembre de 1898.
El Jefe de Vigilancia.Expediente nº 1551 (1898-1899). Arxiu Municipal Administratiu de Barcelona.
En noviembre de 1898, Enrique Farrús instala el "cinematógrafo Farrusini" en el Alcázar Español que va a seguir funcionando hasta el mes de abril de 1899. Por otra parte, abre, poco después, un local en Marqués del Duero (El Paralelo) que también sigue en pie hasta abril de 1899. Lo más probable es que comparta la responsabilidad de los dos cinematógrafos con su esposa Carmen Pisano. El cinematógrafo Farrusini de Marqués del Duero también llamado o "Nuevo Metensmograf", nombre que puede estar inspirado de un espectáculo llamado Metempsicosis que Enrique Farrús ha presentado anteriormente. Se han conservado algunos recuerdos de dicho barracón como el de "Mariano", colaborador de Farrús:
– Farrasini [sic] tenía un gran golpe de vista para esta clase de negocio. Él fue quien señaló el éxito que podría representar para los espectáculos el escoger como emplazamiento el Paralelo. La barraca de Farrasini fue el primer espectáculo que se instaló en el Paralelo.
– Cuánto costaba la entrada la entrada a la barraca?
– Diez céntimos la general y quince la preferencia. Cabían en la barraca unas ochocientas personas y se hacían tarde y noche infinidad de sesiones.
[…]
– Donde había feria allí se plantaba la barraca Farrasini, con su órgano de cuarenta metros y treinta figuras de movimiento que llevaban el compás de la música. Si dentro de la barraca se reunía gente, ¡fuera no quiera usted saber! La chiquillería y aun los grandecitos se pasaban las horas frente a la barraca oyendo el órgano y contemplando los graciosos movimientos de las figuras.
Juan Carranza, “Farrasini fue, entre otras cosas, un precursor del cine sonoro”, La Voz de Cantabria, Santander: 1º de febrero de 1930, p. 2.
Nuevo Metensmograf. Cinematógrafo Farrusini (1898-1899)
Completando esta descripción, disponemos además de otro testimonio, el de Miquel Vallcorba Balleteros:
A la entrada de esta barraca, lo primero que llamaba la atención, más que el descomunal órgano del que hablaremos después, era un formidable motor con honores de máquina de guerra y ruidos de ídem. Este motor servía para suministrar la luz a todo el establecimiento y energía cinemática al Metensmograf, curioso nombre que se había inventado el señor “Farrusini” para epaté a sus fieles parroquianos. El órgano, profusamente ornamentado […] ostentaba en mezcla anacrónica de estilos figuras en movimiento, vestidas según un siglo XVIII asaz fantástico, las cuales, con gestos epilépticos, marcaban el ritmo de aquellos valses azules tan populares en el fin de siglo. Las taquilleras constituían otro motivo ornamental nada despreciable. Eran, por lo general, señoritas de buen porte y estatura, vestidas de vivos colores, tocadas con descomunales sombreros y cargadas de joyas con enormes piedras […].
El poderoso retintín de un timbre continuo sobresalía, con desesperación para la vecindad, del rumor y vocerío de aquel espectáculo callejero. Un charlatán o speaker, como diríamos ahora, brindaba al público con la oportunidad de un viaje a París o a la Patagonia o con el espectáculo de un espantoso choque de trenes […]
El precio de la entrada general era de quince céntimos y de treinta la de preferencia. Los soldados y los niños sólo pagaban la mitad. A veces había terribles competencias, y los quince céntimos servían “para ésta y la otra”. A medida que el negocio fue prosperando, Farrusini mejoró el establecimiento. Su última barraca era un prodigio de ornamentación y de luz, sería inútil añadir que no se olvidó de aumentar los precios.
Entrevista de J. Esteve a Miquel Vallcorba, “La prehistoria del cinema. Los comienzos del cine en Barcelona”, Nuevo Mundo, número especial de noviembre de 1933.
El pionero Fructuoso Gelabert, a su vez, recuerda el pabellón de Enrique Farrús:
También fue instalado otro barracón, que como los que nombramos, quedó ya definitivo, frente al de los hermanos Soriano, titulado Farrús, del nombre de su propietario, que era un ilusionista y presentaba, entre película y película, atracciones como la "Mujer cañón", la "Cabeza parlante", el "Esquelecto vivo", etc.
Fructuoso Gelabert, "Aportaciones a la historia de la cinematografía española", Primer plano, año 1, Núm. 3, Madrid, 3 de Noviembre de 1940.
Si nos atenemos a lo que escribe Fructuoso Gelabert, Enrique Farrús traspasa su local a Martín del Olmo, probablemente hacia abril de 1899:
Hemos hablado del señor Ferrús, que alternaba las proyecciones cinematográficas con atracciones tan truculentas como la mujer cañón, la cabeza parlante, etc. Este señor añoraba sus viajes por las fiestas, donde exhibía sus espectáculos, y no le gustaba vivir sedentario; por eso traspasó su local al señor Martín del Olmo, que prosiguió el negocio en la ciudad, mientras que el señor Farrús lo continuaba en las ferias. El negocio del señor Martín del Olmo fue prosperando, y poco tiempo después instaló el primer cinematógrafo en Gerona, en un espléndido local titulado "Gran Vía".
Fructuoso Gelabert, "Aportaciones a la historia de la cinematografía española", Primer plano, año 1, Núm. 4, Madrid, 10 de Noviembre de 1940.
La explotación del barracón sigue, al parecer en manos de Martín del Olmo por lo menos hasta 1902.
Nuevas giras por España (junio de 1899-1907)
Después, aprovechando el verano, Farrús y probablemente Carmen Pisano salen para Pamplona (junio-julio 1899). También están en Albacete (septiembre 1899), Valladolid (septiembre 1899) y terminan el año en Valencia en la feria de invierno donde coincide con otros nueve dueños de barracones cinematográficos. En cuanto a los recorridos de los feriantes, son relativamente estables, y Farrús regresa a Pamplona (julio 1900) donde el temporal destroza su barracón. Sin embargo levanta cabeza y vuelve a presentar su cinematógrafo para la feria de invierno de Valencia donde sólo coincide con otros cuatro barracones cinematográficos, o sea la mitad que el año anterior. En 1901, se le localiza en Pamplona (julio-agosto 1901), Vitoria (agosto 1901), Valladolid (septiembre 1901) donde vuelve a ocurrirle otra desgracia, cuando el 17 de septiembre un incendio destroza su barracón. En aquel momento, a Juan Minuesa le pasa lo mismo, el mismo día, en las mismas fiestas de Valladolid. No obstante, sigue su recorrido hacia Guadalajara (octubre-noviembre 1901), Alcalá de Henares (noviembre-diciembre 1901) y finalmente en la feria de invierno de Valencia (diciembre 1901-febrero 1902).
Mientras sigue funcionando, durante varios meses de 1902, el barracón de Barcelona (Marqués del Duero), de la mano de Martín del Olmo, según parece, Enrique Farrús y Carmen Pisano están en Sevilla durante la feria (abril 1902). Luego, el barracón está en Segovia (junio-julio 1902), Vitoria (julio 1902), Valladolid (septiembre-octubre 1902), Burgos (noviembre 1902). En esta última ciudad, se publica un telegrama en la prensa que indica que Farrús está en aquel momento en Barcelona y muy probablemente, en relación directa, con Segundo Chomón:
A última hora se recibe el siguiente telegrama:
"Barcelona 14.—(9 h. 50 m.)
Alí Babá en colores: es maravilloso. Llegará sábado.—Farrus."
Este grandioso cuadro, extractado de "Las mil y una noches", se estrenará el próximo lunes.
Diario de Burgos, Burgos, viernes 14 de noviembre de 1902, p. 2.
Sigue luego para Vitoria (noviembre-diciembre 1902), Valencia (diciembre 1902-febrero 1903), Pamplona (junio-julio 1903), Zaragoza (octubre 1903), Valencia (diciembre 1903-febrero 1904) donde abre dos locales, uno para "cinematógrafo" y otro para "Variedades", Alicante (febrero-mayo 1904), Segovia (junio-julio 1904) ... Como de costumbre, de Segovia , Enrique Farrús viaja a Pamplona para los Sanfermines. Gracias un largo artículo firmado por "Don Cándido" tenemos una descripción detallada del pabellón cinematográfico:
En las barracas
LOS CINEMATÓGRAFOS
-¿Qué hace usted aquí parado?
-Chist, no me interrumpa, amigo, y preste atención, si quiere, y oirá usted una de las más bonitas composiciones musicales. Es un solo de flautín que, al escucharlo, cree uno que su autor lo ha escrito debajo de un frondoso árbol, embebido con los trinos de un ruiseñor y en una plácida noche de estío.
-En verdad que es bonito.
-Oh, es admirable.
Y así estábamos entretenidos frente a uno de los organillos de las barracas, saboreando con el órgano acústico los delicados tríos de la pieza citada, cuando, de pronto y sin previo aviso, rompieron a tocar otros dos organillos inmediatos, uno con la fantasía de Campanone y el otro con una tanda de valses, produciendo tal mezcolanza musical que parecía aquello una especie de Torre de Babel repleta de redondas, blancas, negras, corcheas, fusas, semifusas y cuantos signos completan el divino arte.
En nuestros rostros se advertía el disgusto que nos produjo la intromisión de aquellos dos intrusos que, con sus chillonas trompetas, vinieron a turbar el concierto que con tanto gusto estábamos oyendo, y tentados estuvimos a coger una buena cantidad de piedras, de las que tanto abundan en aquel paseo, y empezar a pedrada limpia con los organillos hasta conseguir su silencio.
Pero como mi objeto en aquel sitio nada tenía de agresivo, invité a mi apreciable compadre a visitar el cinematógrafo del Sr. Farrusini.
Era tanta la concurrencia que había, que difícilmente pudimos encontrar un par de sillas donde poder ver la sesión con comodidad.
La barraca está forrada de telas encarnadas y azules, colores recomendados por las casas constructoras de aparatos para que ningún efecto de luz pueda perjudicar a la que ilumina la película que se admira.
Según pude apreciar en los cuadros que vi, el aparato es muy fijo, cualidad de las más recomendables en este género de espectáculos.
De los cuadros no he de hablar; baste decir que la concurrencia sale satisfecha de la sesión, y a esto es a lo que debe aspirar todo artista.
Pero hay otra cosa en esto y en casi todas las barracas de cinematógrafo, que le quita a lo que se está viendo toda la importancia gráfica que en sí tiene.
Me refiero a los cicerones que están encargados de explicar, con todo lujo de detalles, y hasta con interjecciones inclusive, el argumento de lo que se está viendo.
Y esto me parece a mí que es faltar a la reunión, porque como decía un espectador el año pasado,-Hombre, ni que fuéramos aldeanos!
Está usted viendo que un padre le pega a un hijo dos o tres bofetadas por una mala acción que este le ha hecho, y dice el cicerone cumpliendo con su deber.-Toma, toma, toma, por bribón.
Lo mejor sería que, en esos cuadros cuya acción es complicada, se vendiese por cinco céntimos el argumento con los chistes y cantares que tiene la obra.
Que lo que se ve, no necesita explicación, como sea para los chicos.
DON CÁNDIDO.
El eco de Navarra, Pamplona, sábado 16 de julio de 1904, p. 1.
La gira se prolonga hacia Santander (julio), San Sebastián (septiembre), *Zaragoza (octubre), Huesca (noviembre), Valencia (diciembre y enero de 1905), Alcoy (enero-febrero), Pamplona (julio) donde lo visita el célebre compositor Pablo Sarasate y, días más tarde, se prende el toldo del cinematógrafo, Bilbao (agosto), San Sebastián (septiembre), Zaragoza (octubre), Alcalá de Henares (noviembre), Valencia (diciembre-enenro 1906). Enrique Farrús, como suelen hacerlo los feriantes más conocidos, organiza su gira por el Norte de la Península, terminando en general en el Levante.
En 1906, Enrique Farrús emprende una nueva gira por el Norte, empezando por Bilbao (febrero-marzo) y siguiendo con Pamplona (junio-julio), Vitoria (julio). Gracias al diario La Libertad, tenemos una descripción del barracón de Farrusini que señala la calidad no solo del espectáculo sino de la barraca:
El Cinematógrafo Farrusini va a ser una de las notas salientes de las barracas.
La fachade está espléndida de luz, como nunca se había visto aquí en el campo de las Brigidas y es un medio excelente para atraer al público el lujo de fuera y el de dentro, pues el interior del Cinematógrafo no está cubierto con ordinarias lonas y bombillas, sino todo pintado, simétrico, artístico, resultando un conjunto muy agradable.
Las películas que anoche se exhibieron fueron bonitísimas, y con las que ya conocíamos, como la de la boda del Rey, alternaron otras muy bellas, dominando las cómicas y éstas de gran fuerza, lo cual nos parece bien, pues el público no le gusta tener el corazón en un puño con los melodramones espeluznantes.
Felicitamos al propietatio del Cinematógrafo don Enrique Farru [sic] y le aseguramos que no ha de marchar descontento de Vitoria, pues le esperan muchos llenos.
A.G.
La Libertad, Vitoria, martes 24 de julio de 1906, p. 1.
En aquel momento, el pionero dispone ya una red de cinematógrafos por España:
Las barracas dieron ayer principio a su campaña de fiestas.
Nota de ella fue la inauguración del cinematógrafo de don Enrique Farrus, vulgarmente conocido por Farrusini, que además de un aparato muy bueno ha puesto una instalación preciosa, pues todo el frente de la barraca lo ocupa un gran órgano a vapor, adornado con multitud de bombillas eléctricas, de colores, y dos grandes arcos voltaicos.
En señor Farrus, que viene de Pamplona, tiene varios cinematógrafos en diversas capitales, uno de ellos en Bilbao con concesión para cinco años y aquí se propone amenizar el espectáculo con varias novedades, entre ellas “La muñeca eléctrica”.
Ayer contó por llenos las secciones.
La Libertad, Vitoria, lunes, 23 de julio de 1906, p. 2.
Sigue para Zaragoza (1906, plaza de Santa Engracia) y Huesca (noviembre). Y como siempre, para la feria de Navidad, está de nuevo en Valencia.
El progresivo asentamiento (1908-1914)
Estando ya en Zaragoza, en diciembre de 1907, Enrique Farrús decide instalar un local estable, y el día 7 de ese mes comienza las diligencias burocráticas para construir un edificio en el mismo lugar donde tiene su barraca provisional. Finalmente, se inaugura el nuevo establecimiento, el 25 de abril de 1908, en la calle de San Miguel, esquina, esquina calle de los Sitios:
EL CINE “FARRUSINI”
El sábado se inaugura el suntuoso y cómodo salón cinematógrafo de Farrusini, construido de nueva planta en los solares de la calle de San Miguel, frente a la Electra-Peral.
El cine Farrusini es el salón único que existe en Zaragoza, revestido de amianto, mineral que hace incombustible el edificio y le da completa seguridad.
Los cartones de amianto que Farrusini ha colocado en la techumbre y los soportes de su lindo teatro están instalados a prueba de agua y de fuego.
Tienen además este magnífico salón ocho amplísimas puertas de salida, por las cuales puede ser evacuado en poco más de un minuto, cómodamente y sin apresuramientos.
El amianto se ha empleado por primera vez en Zaragoza en la construcción del cine Farrusini. Con ese mineral se construyen las tiendas de campaña para el Estado Mayor alemán, cuya capacidad y ligereza son verdaderamente notables.
La industria moderna aplica el amiento a los telones de los teatros para hacerlos incombustibles.
El Farrusini será el preferido por el público, que encontrará allí todas las comodidades apetecibles y completa seguridad aun en el caso improbable de algún peligro.
Así lo han reconocido los técnicos que hacen grandes elogios de este grandioso salón.
Debutarán en Farrusini pasado mañana los notables artistas Mr. Florences y miss Selika, reyes prestímanos y excéntricos ilusionistas.
Auguramos al cine Farrusini grandes llenos como en la anterior temporada.
Heraldo de Aragón, Zaragoza, viernes 24 de abril de 1908, p. 2.
El largo artículo que el Heraldo de Aragón le dedica a la inauguración del salón Farrusini evoca, casi de forma exclusiva, a la seguridad del nuevo cine. Estas informaciones responden directamente a las nuevas normas que la Ley sobre los cines ha instaurado para luchar contra la inseguridad de los locales donde se proyectan las películas. Otro artículo se dedica más a evocar el pabellón:
Cinematógrafo Farrusini
No hace falta la presentación del popular Farrusini.
Nadie mostrará extrañeza cuando oiga su nombre.
En Zaragoza, todos, chicos y grandes le conocen.
En los pueblbos y villas de alguna importancia de Aragón, Farrusini fue el alma de las ferias, llevando con las alegres notas de su magnífico órgano y las vistosas proyecciones la admiración, el asombro y el regocijo al ánimo de todos los que solo se divertián en aquella época de jolgorio, pues desconocen el continuo expansioneo de la capital.
Tal renombre alcanzó en Zaragoza Farrusini, y tales las muestras de simpatía que aquí recibió, que convencido de que su cine daba mucho juego, pensó levantarlo de planta, con todas las exigencias de la comodidad, de la elegancia y de La Cierva, que aventajaba en exigencias a ambas cosas.
Y dicho y hecho; el cine quedó magestuosamente construido. Como seguramente no habrá ninguno en España.
Si yo hiciera esta afirmación, pudiera tildarse de arriesgada; por eso cedo la palabra a una persona inteligente en la materia.
Tal y como me habló lo consigno:
-Nos conocimos el señor... (llamémosle X) X y yo ayer por la tarde. Juntos oímos los acordes de un órgano, que no veíamos, pero que nos encantaba.
Juntos penetramos en el salón de Farrusini.
Tras minucioso examen y calmosa ojeada por muros y paredes, forradas todas de amianto, materia incombustible y de gran valía y utilidad, una exclamación salió de labios de mi interlocutor: Aquí es de todo punto imposible que ocurra incidente alguno desagradable, que tenga por causa el fuego.
-Hombre, algo se exajera, repliqué.
-Nada amigo mío, en las condiciones que esté el Cine de Farrusini, se encuentan pocos.
La Cierva no soño al redactar su real orden tener un tan fiel cumplidor de sus preceptos.
Terminamos nuestro coloquio, despidióse mi expontáneo amigo y yo charlé un momento con el simpático representante D. Eloy M. Fernández.
-¿Qué planes tiene V. para contentar a ese público que tan impaciente espera la apertura de su "Salón Modelo"?
-Muy sencillo; variar cotidianamente, o poco menos, las películas y contratar para completar el espectáculo a los números de varietés de mayor atracción de Europa.
-¡Si así lo hacéis, el pueblo os lo premie y sino que os aburráis!
Para el sábado, día señalado para el ansiado debut, están contratados los aplaudidísimos artistas Florence y Miss Selika, prestimanos, cómicos, excéntricos y reyes de la prestómania.
-Admirable, amigo, admirable.
Seguramente que la canción de moda después del debut, será esta:
Al cine de Farrusini
has de llevarme mamá
aunque tengas para hacerlo
que empeñar hasta el sofá.
CC.UU.
Diario de avisos de Zaragoza, Zaragoza, sábado 25 de abril de 1908, p. 2.
De las proyecciones efectuadas en el cinematógrafo Farrusini, José Blasco Ijazo deja algunas memorias en su libro de recuerdos:
Y es en este último año [1907], cuando Enrique Farrús, natural de Barcelona, cansado de viajar de feria en feria y después de haber permanecido una temporada con anterioridad al cine Coyne, en el terreno por éste ocupado, donde dio a conocer al ventrílocuo Gran Juliano con su popular muñeco “el Tío Roque”, se instala para varios años en el lugar que ahora ocupa el Cinema Goya.
Ya no era la garita de antaño. La nueva, con paredes maestras y techo de cinc, ofrecía cuatro palcos, preferencia, general y escenario.
Farrús ganó mucho dinero con unos cerdos amaestrados y luego, como feriante. Agradecido a Zaragoza por buenos negocios, no regateó gastos en la instalación, aun a sabiendas de su carácter provisional.
[…]
Después, practicadas reformas para ampliar el local, éste se dedicó de lleno al CINE FARRUSINI con películas y cupletistas. Entonces era época de iniciación en España de los espectáculos de Variedades.
[…]
Farrusini, recuerdo, anunciaba los números contratados mediante cartelones llenos de chafarrinones de pintura.
[…]
Los preliminares de aquella sesiones resultaban pintorescos: Enrique Farrús miraba desde el tablado que daba a la calle de San Miguel, exhibiendo su fuerte complexión y un brillante, tamaño de cinco céntimos, comprado a un indiano en 21.000 pesetas: su mujer, Carmen, una rubia llamativa, no se separaba de la taquilla; salían y entraban para recibir órdenes, el representante Faustino Marcos y el explicador de películas Pedro Casas; y Pascual Rincón (a) el Farrús, hoy vendedor callejero de lotería, era el encargado de animar a la gente con el clásico ¡Pasen, señores, pasen! Al propio tiempo, el órgano soltaba la música del rollo y los timbres, con fuerte estridencia avisaban el próximo comienzo. Todo ello contrastaba con el silencio y la seriedad del Teatro Circo, situado a cortísima distancia.
Farrusini tenía su público. Acaso sin la aureola que rodeaba la barraca, ésta no hubiera dispuesto de tan esforzados defensores.
José Blasco Ijazo, Los que fueron y los que son, Zaragoza, Los libros de El Día, 1945, p. 32-34.
Aunque son mucho más difusos, merecen citarse también los recuerdos de Luis Buñuel que descubre el cinematógrafo precisamente en el cine Farrusini:
En 1908, encore enfant, je découvris le cinéma.
L’établissement s’appelait Farrucini. À l’extérieur, sur une belle façade en bois où s’ouvraient deux portes, une pour l’entrée, l’autre pour la sortie, les cinq automates d’un limonaire, munis d’instruments de musique, attiraient bruyamment las badauds. À l’intérieur de la baraque, que recouvrait une simple bâche, le public s’asseyait sur des bancs. Ma nurse m’accompagnait bien entendu.
Luis Buñuel, Mon dernier soupir, París: Robert Laffont, 1982, p. 40.
La necesidad de adaptarse a las nuevas normativas que se ha votado el año anterior hace que se emprendan unas cuantas reformas en el salón en marzo de 1909 y se inaugura con una nueva disposición de las localidades. El Salón Farrusini propone tanto películas como números de variedades:
ZARAGOZA
SALÓN FARRUSINI.—Como siempre, rebosante de público, y bien lo merece, puesto que a los continuos estrenos de películas de la importante marca Pathé Frères, va unido lo más saliente en el género de varietés. Como se esperaba, Mariucha confirmó aquí su fama de bailarina excepcional; Amarantina, muy celebrada en sus couplets y bailes; Brazalema y Libertad, inimitables en sus duetos llenos de gracia y picardía.
Cartel magnífico, que proporciona grandes entradas a la empresa y constantes ovacioens a las bellas artistas.
Eco artístico, Madrid, viernes 15 de abril de 1910, p. 13.
Por razones, por ahora, desconocidas, Enrique Farrús abandona sus negocios cinematográficos. En marzo de 1911, el Salón Farrusini cambia de dueño:
Se ha hecho cargo del popular Salón Farrusini, de Zaragoza, una nueva empresa, que, en unión de D. Francisco Garnica, tienen el propósito de dar un gran impulso al negocio, presentando lo más selecto del género de varietés.
Eco artístico, Madrid, miércoles 5 de abril de 1911, p. 10.
A los pocos meses, el salón cambia de nuevo de dueños:
Los hermanos Martínez han traspasado recientemente su Salón Farrusini, de Zaragoza, a los Sres Cortés y Parlange.
Les deseamos mucha suerte en dicho coliseo.
Eco artístico, Madrid, sábado 25 de noviembre de 1911, p. 14.
Se conoce que la situación económica del salón no deja de plantear problemas, ya que pocas semanas después el Eco artístico publica la gacetilla siguiente:
Salón Farrusini.—Nuevamente ha cambiado de Empresa este Salón. Su propietario, D. Enrique Farrús, desde primero de año se nos presenta como empresario, y dirige al público una alocución ofreciendo hacer desfilar por su Salón las más notables artistas de varietés.
Una garantía muy grande es el nombre de su empresario, pues es persona sabedora de lo que son esta clase de negocios. Pero ¿sabrá el público recompensar sus esfuerzos?
Para la inauguración se presentaron artistas muy simpáticas y agadables del respetable. La Sevillita, una canzonetista admirable, que logró entusiasmar hasta a los acomodadores. Lina Moreno, transformista cómica, que tuvo que repetir seis veces números de su repertorio con grandes aplausos. Las Hermanas Franc, que escucharon una ovación en cada sección, y la simpática Consuelito, que bailó con un arte y finura muy poco común.
En resumen: un cuadro magnífico y un éxito de taquilla.—Tramullas.
Eco artístico, Madrid, viernes 5 de enero de 1912, p. 18.
La situación es cada vez más complicada y a los pocos días se vuelve a cerrar el local:
ZARAGOZA
Salón Farrusini.—Cerrado otra vez este Salón que es el único en el cual se cultivan los varietés. Se dice que el cierre es sólo temporal, y que el próximo domingo volverán a actuar notables artistas. ¿Será verdad?
Por falta de artistas, no será; pues hay en Zaragoza actualmente muchos y muy buenos números que están esperando un empresario que les tienda la mano para defenderle la cuesta de Enero.
En cambio, los Cines se aprovechan, y están teniendo cada llenazo que va lo quisieran para ellos los empresarios de los Teatros, en los que entre acomodadores y espectadores no hay ni media docena en la Sala.
Corresponsal.
Eco artístico, Madrid, lunes 15 de enero de 1912, p. 14.
El corresponsal del Eco artístico señala la desafección cada vez más grande por los números de varietés y el auge que el cinematógrafo. El Cine Farrusini pertenece a una época del cinematógrafo que se está terminando y el final de su existencia es algo caótica como lo recuerdo Blasco Ijazo:
Terminó Farrús su negocio en 1912 y el 21 de septiembre de dicho año fue abierto de nuevo, pero ya por cuenta de don Francisco Martínez, de Almonacid de la Sierra, que lo había tomado en traspaso. Duró poco el nuevo empresario y lo siguió explotando brevemente el dueño del terreno don Ángel Corzán.
José Blasco Ijazo, ob. cit., p. 34.
Aunque las indicaciones no son del todo precisas, lo cierto es que el cronista señala las dificultades que tiene el salón Farrusini. En marzo de 1912, se remodela el interior del local y se instala un nuevo cinematógrafo. Sin embargo, el dramático incendio del 27 de mayo de 1912, en Villarreal, causado por un cinematógrafo y que provoca la muerte de 65 personas, con un saldo de un centenar de heridos, hace que las autoridades vigilen de manera más estricta la seguridad de los locales. Eso explica la nota siguiente:
Zaragoza
[…]
– Por no reunir condiciones, han dejado de funcionar en virtud de orden gubernativa, los cines “Ena Vitoria” y “Farrusini.”
La Vanguardia, Barcelona, lunes 3 de junio de 1912, p. 6.
La acumulación de problemas no hace que Enrique Farrús renuncie y el local vuelve a abrir el 21 de septiembre:
ZARAGOZA
Farrusini.–Después del cierre, a raíz de la catástrofe de Villarreal, el sábado abrió nuevamente sus puertas este Salón, autorizado ahora para cine (?) y varietés.
Se presentó la Novelty, que fue muy bien recibida por el público que gusta de las varietés. Después le siguieron Dorita Ceprano y las duetistas Dora y Silverdi que gustaron mucho y tuvieron que repetir su trabajo a instancias del "respetable" una porción de veces. Que siga el Sr. Farrús dando al público suyo buenos artistas y riase de los demás.
Eco artístico, Madrid, miércoles 25 de septiembre de 1912, p. 27.
Durante un año y medio, el Salón Farrusini vuelve a renacer y presenta un número importante de artistas de varietés. Además no solo se dedica a presentar películas o números de varietés sino que llega a acoger también mítines. Finalmente, el Salón Farrusini, a pesar del nuevo cambio de dueño, Ángel Corzán, no impide el cierre que tiene lugar, definitivamente, en marzo de 1914:
Zaragoza
El gobernador, cumpliendo los acuerdos de la Junta de Espectáculos, ha ordenado el cierre definitivo del Salón Farrusini y ha comunicado a los empresarios de los teatros Circo, Principal y Pignatelli las reformas que tienen que introducir, las cuales habrán de hacerse antes de Pascua
La Vanguardia, Barcelona, domingo 29 de marzo de 1914, p. 15.
Con el cierre del Cinematógrafo Farrusini, se acaba una época del cine en la cual los pioneros de la primera hora siguen teniendo un protagonismo importante.
Los últimos años (1915-1929)
El “Farrusini” es además un cine que tiene una repercusión enorme tanto en figuras como Buñuel que ya hemos citado como en el poeta Gerardo Diego que, en su Mi Santander, mi cuna, mi palabra, le dedicaba el siguiente poema:
El cinematógrafo
A Santos Capa
Cinematógrafo Farrusini.
Bajo los arcos de la alameda
Alza su templo frente a la rueda
Que tienta a Fuentes y a Mazzantini.
Órgano mago, fausto sonoro
Combina timbres dulces y crueles.
Giran las musas y los donceles
Policromados de azul y oro.
El Casanova que en medio esgrime
Diestra batuta, rítmica y cauta,
Divos y orquesta somete a pauta
Para que el friso sus vueltas mime.
Dentro ya, sombras, luces rayadas
Y parpadeos de línea trunca.
Viviendo estamos nueva espelunca,
Nueva prehistoria, nuevas andadas.
Carreras, sustos, risas, sucesos,
Saltos, caídas, guardias, ladrones,
Vallas del crimen, exploraciones.
Se inventan manos, visajes, besos.
De pronto el mundo cabe en linterna.
Vive la vida sueño en pantalla.
La vida es sueño, la vida calla.
Muda es la vida, la loca eterna.
Cuando salimos a la alameda
Bajo los arcos multicolores,
Nueva es la vida, nuevas la flores,
Nueva la antigua luz de la seda.
Gerardo Diego, Mi Santander, mi cuna, mi palabra, Santander: Ayuntamiento de Santander/Ediciones de librería estudio, 1996, p. 24-25.
Se sabe poco de la vida personal de Enrique Farrús y de su esposa, pero al parecer no tienen descendencia directa. Después de años dedicados al cinematógrafo, la pareja, que ha acumulado al parecer una auténtica fortuna, renuncia a cualquier actividad relacionada con el cine. Mueren ambos bastantes años más tarde. Carmen Pisano desaparece el 14 de octubre de 1929, en Barcelona, precediendo de algunas semanas el fallecimiento de su esposo Enrique Farrús, el 25 de diciembre de 1929 en Barcelona. El servicio de Cementerio ofrece las informaciones siguientes sobre la sepultura:
CARMEN PISANO NOFRIAS: Natural de Italia, falleció el 14/10/1929 a los 64 años y con estado civil casada. Lugar de defunción c/ Conde del Asalto 39-41 piso 1º de Barcelona perteneciente al juzgado Atarazanas. La inhumación se realizó el 15/10/1929 en el Cementerio de Montjuic Vía San Jaime Agrupación 10ª Hipogeo Trapecial número 692.
En el año 1932 los restos fueron trasladados a la sepultura donde descansaba su esposo Enrique Farrús, en el mismo cementerio.
ENRIQUE FARRÚS PIÑOL: Natural de Lleida, falleció el 25/12/1929 a los 64 años siendo Viudo. Lugar de defunción c/ Conde del Asalto 39-41 1º-2ª de Barcelona perteneciente al juzgado Atarazanas. La inhumación se realizó el 26/12/1929 en la Tumba Menor de Dos departamentos número 169 Vía San Jorge Agrupación 7ª.
Personas inhumadas en esta sepultura:
16/12/1929 Enrique Farrús Piñol
22/02/1932 Colocados los restos de Carmen Pisano Nofrias (consta Donofre)
01/10/1990 José Mª Farré Puyal (actual titular desde 1986)
En las esquelas no aparece ningún hijo y sólo hermanos y sobrinos.
La Vanguardia, Barcelona, martes 15 de octubre de 1929, p. 1 | La vanguardia, Barcelona, jueves 26 de dicembre de 1929, p. 1 |
Algunos años después de la muerte del pionero, en 1933, se estrena en Barcelona una barraca de cine en homenaje al cinematógrafo Farrusini:
Inauguración de la BARRACA DE CINE reproducción del Cinematógrafo Farrusini del Paralelo en 1900, con películas de la época, explicadas y órgano.
La Vanguardia, Barcelona, sábado 22 de julio de 1933, p. 12.
Esta iniciativa muestra que la figura de Enrique Farrús marca su impronta como ninguno en los primeros años del cinematógrafo.
3
Un noticiero
Por la calle…
Un día en Bilbao
[…]
Farrusini y el “reporter”
El “reporter” tenía verdadero capricho por conocer a Farrusini propagandista excelso, del cinematógrafo en sus diversas fases y coloraciones, y ha visto satisfecho su deseo. Farrusini sin cinematógrafo, ha sido el compañero de viaje del firmante.
Enrique Farrusini es un héroe, así como suena. El hombre que abona 600 pesetas mensuales por un terreno en Bilbao, cerca del palacio municipal, que bien pagado valdrá tres perras gordas, que posee un órgano que costó 23.000 francos, que tiene en contrato otro cuyo valor excede de 45.000, que es dueño y señor de 23.550 metros de películas, bien merece que le eleven una estatua.
Con menos motivo se ha estatuado a otros.
A parte las consideraciones que puedan hacerse, Farrusini hombre tímido que por nada en el mundo cruzaría el Urumea en una lancha, es el prototipo del gran bohemio, que conoce la vida y sabe donde le tropieza el zapato a cada quisque.
El público -nos decía,- es como dijo Lope de Vega, en su famoso pareado olvidado ya hasta por las amas de cría.
Yo le doy películas y música, música sobre todo que me cuesta 45.000 francos. El entra con las músicas y en el “establecimiento”.
Tiene usted razón Enrique-nos atrevimos a contestarle-este mundo es un completo batiburrillo de corcheas locas.
UN NOTICIERO.
El Correo de Guipúzcoa, San Sebastián, martes 9 de octubre de 1906, p. 1.
Mariano
Farrasini fue, entre otras cosas, un precursor del cine sonoro.
El cine, como el teatro, también tuvo en España en sus albores una cuna humilde. Si el teatro nació en un corral, el cine lo hizo en una barraca. Son ya muy lejanos los tiempos en que el teatro comenzó a tomar....
Nuestras informaciones
FARRASINI [sic] FUE, ENTRE OTRAS COSAS UN PRECURSOR DEL CINE SONORO
El cine, como el teatro, también tuvo en España en sus albores una cuna humilde. Si el teatro nació en un corral, el cine lo hizo en una barraca. Son ya muy lejanos los tiempos en que el teatro comenzó a tomar carta de naturaleza entre nosotros. Los del cine son como si dijéramos cosa de ayer. El cine ahincó en España hace unos treinta y cinco años. Muchos son los ciudadanos aún con vida que asistieron a su advenimiento. Bien, ya no vive el que lo trajo. Hemos nombrado al popular Farrasini [sic] No hace mucho que murió. Escasamente hace un mes que dejó de vivir. Murió Farrasini [sic] el mismo día de Navidad. ¡Paradójica coincidencia! Bajó a la tumba Farrasini [sic] en el mismo día en que otros años su corazón repicaba con mayor gozo al compás del órgano que ocupaba el frontispicio de su barraca trashumante.
Vive actualmente en Barcelona uno de los servidores de Farrasini [sic]; Mariano, el operador del «Príncipe Alfonso»: Mariano recorrió en la barraca de Farrasini [sic] toda España. Nadie más indicado que él para hablar del introductor del cine en España.
-¿Farrasini [sic] era italiano?- le preguntamos.
-No, señor; español. Nació en Cataluña. Tenía el oficio de hojalatero, que como es natural dejó al comenzar a trabajar en la barraca. Antes de dedicar su barraca al cine hacía en ella exhibiciones de perros y monos amaestrados. Se llamaba entonces Enrique Farrás [sic].
-¿Y por qué italianizó su apellido?- inquirimos.
-No lo sé a punto fijo. Acaso porque su señora era italiana. Lo que sí sé es lo que aconteció con un jóven madrileño que también tenía una barraca-atracción y que se llamaba Pascual. Se lamentaba éste un día de feria en Pamplona de que a su barraca no iba tanta gente como a la de Farrasini [sic] y éste le dijo:
-¿Quieres tener siempre público? Pues quítate lo de Pascual y ponte Pascualini. Nuestros compatriotas son tan ligeros que creen que lo de fuera siempre es mejor.
Pascual siguió el consejo y cuando levantó la barraca para ir a otra ciudad ya era el «signor Pascualini».
-¿Dónde instaló Farrasini [sic] por primera vez su barraca cinematográfica?
-En Bilbao, alla por el año 1896, en unos terrenos de la Gran Vía.
-¿El programa sería muy reducido?.
- Películas de diez metros. Había dos que tenían un éxito loco cada vez que se representaban. «Riña de mujeres» y «Choque de trenes». Para esta última Farrasini [sic] contaba con un truco estupendo. Verá usted. Cuando chocaban los dos trenes, de detrás del lienzo salía a la sala un ruido infernal, que nosotros hacíamos arrojando al suelo cacerolas, hierros, maderos…
-Hombre, pues Farrasini [sic], además de ser el introductor del cine en España fue el introductor del cine sonoro-exclamamos.
Mariano asiente. Después dice:
-Farrasini [sic] tenía un gran golpe de vista para esta clase de negocios. Él fue quien señaló el éxito que podría representar para los espectáculos el escoger como emplazamiento el Paralelo.
-¿Cuanto costaba la entrada a la barraca?.
-Diez céntimos la general y quince la preferencia. Cabían en la barraca unas ochocientas personas y se hacían tarde y noche infinidad de sesiones. Yo recuerdo que en Bilbao un día entre tarde y noche hicimos veintiuna sesiones. Las películas se compraban en Francia a cuatro pesetas metro.
-¿Ganaría mucho Farrasini [sic]?.
-Yo creo que cuando se retiró del negocio, que fue cuando principiaron a montarse salas de cine, debía d tener un millón de pesetas.
-¿Tomaba usted otras películas de aquella época que tuvieron también éxito?.
-»Aladino o la lámpara maravillosa», «Aly [sic]-Babá y sus cuarenta ladrones», «La gallina de los huevos de oro», «La Pasión de Jesucristo», pero todas estas películas ya tenían de ciento y ciento cincuenta metros a quinientos. Cuando se proyectaban éstas la sesiónla sesión no duraba diez minutos como cuando se tiraban películas de diez metros. Las cintas eran producción francesa o italianas, las americanas no se conocían.
-¿Los explicadores surgieron?.
-En 1900. Entonces ya se proyectaban películas de 1.000 metros y como éstas no llevaban letreros que expicasen al público el desarrollo del asunto, pues surgieron los charlatanes entre los que había verdaderos oradores. Se estrenaron en aquella fecha entre otras buenas cintas «El contramaestre incendiario», «El vagabundo», «La hija del herrador» y «Contrabandistas y carabineros».
-¿Y como sucede ahora, los artistas que trabajaban entonces gozaban entre el público de una gran popularidad?.
-No, señor. El público se fijaba más en el asunto que en el artista y éste casi pasaba desapercibido.
-¿Recorrían ustedes toda España?.
-De punta a punta. Donde había feria allí se plantaba la barraca Farrasini [sic], con su órgano de cuarenta metros y treinta figuras de movimiento que llevaban el compás de la música. Si dentro de la barraca se reunía gente , ¡fuera no quiera usted saber!. La chiquillería y aún los grandecitos se pasaban las horas frente a la barraca oyendo el órgao y contemplando los graciosos movimientos de las figuras.
Lector, de la barraca de Farrasini [sic] han salido esas dos mil salas de proyecciones con que cuenta actualmente España. Las tres perras chicas que costaba en 1896 asistir en preferencia a una sesión de cinese han convertido en 1930 en tres pesetas. Estas cifras últimas son en realidad el reflejo del capital invertido en la hora presente en la industria cinematográfica mundial. Alcanza este capital la cifra de cuatro mil millones de dólares. Casi la mitad de esta cifra corresponde a los Estados Unidos donde la industria del cine ocupa el tercer lugardespués de la de conservas y de la del automóvil. Francia ha invertido en esta industria dos mil millones de francos. ¡Gran Bretaña, setenta millones de libras esterlinas!. Japón, doce millones de yens (trescientos millones de francos oro) y en Alemania una gran sociedad posee por sí sola un capital de cuarenta y cinco millones de marcos.
¡Que diferenciaentre estos tiempos y los trashumantes del cine en que la barraca de Farrasini [sic] rodaba por las carreteras de nuestro solar anunciando a golpes de platillos el advenimiento de un nuevo arte.
Juan Carranza
Reproducción reservada.
Facilitado por S.E.P. (Servicio Español de Prensa).
La voz de Cantabria, Santander, 1º de febrero de 1930, p. 2.
Este artículo también se publica en el Diario de Alicante, 5 de marzo de 1930.
Pascual Rincón
Un vendedor de lotería que dice haber sido empresario del "Farrusini".
[...]
A uno de tantos ofrecimientos de "que quedan diez iguales" había respondido distraídamente con mi impertérrito "¡no!", cuando alguien junto a mí dijo: "¡Ese es Farrusini!" Yo salí entonces de mi distracción y el pregunté al vecino de mesa:
-¿Qué dice usted, que ese señor es Farrusini?
-Sí, o por lo menos así le llaman. "Farrusini" fue un barracón de variedades que hubo hace años en la calle de San Miguel, y en él se exhibió por primera vez en cine en Zaragoza.
Corrí entonces a llamar al viejecito vendedor de lotería que seguía ofreciendo participaciones por las mesas cercanas, y le rogué que se sentara conmigo un momento. Le compré la lotería que antes había rechazado y comenzamos a charlar.
-¿Cuénteme usted algo referente a "Farrusini"!-le insinué.
El viejecito se reanimó al oír este nombre. Sus cansinos ojos de miope brillaron detrás de las gruesas gafas.
-¿Ah! ¡Aquellos tiempos!-dijo-. Yo estuve de empleado y de socio industrial en los espectáculos que don Enrique Farrusini trajo a Zaragoza. se armaba una barraca de tablas, se colocaban varias filas de bancos de madera sobre la mismia tierra del suelo, se cubría la portada de entrada con uno de aquellos órganos-orquestrones que ostentaban una figura de director en el centro moviendo la cabeza a los lados, y ya teníamos espectáculo. Yo era el que explicaba desde la puerta lo que dentro podía contemplarse; y al final de cada perorata decía: ¡Pasen señores, pasen; no vale más que diez céntimos la entrada!
-¿De cuándo data todo eso?
-Don Enrique Farrús vino por primera a Zaragoza hará unos cincuenta años, para las ferias de octubre. Entonces se instalaban las barracas de los feriantes en la misma plaza del Pilar, pues todavía no existían los jardines y sólo había allí una fuente de ocho caños que la llamaban de los "Niños", porque cada caño de agua era una figurilla de niño.
-¿Era italiano "Farrusini"?
-Farrús era de Lérida, y llevaba su espectáculo a base de una cuñada suya que disparaba un gran cañón y luego sostenía a dos hombres sobre el pecho. Don Enrique hacía juegos malabaristas, y su esposa, doña Carmen Panzani [sic], italiana, se hacía cargo de la taquilla y alguna vez tocaba el arpa en la facha de su garita como reclamo para la entrada.
-¿Y usted, cuándo les conoció?
-Al año siguiente; para las mismas fiestas del Pilar volvieron con un teatrillo de espejos, que se llamaba "la cámara oscura", y entonces trabé amistad con don Enrique. Luego se instaló en el Coso bajo, con unas figuras de cera que representaban los sucesos célebres de entonces, tales como el asesinato de Prim, el crimen de Higinia Balaguer y otras truculentas escenas.
-Tengo entendido que en Zaragoza se quedó "Farrusini" de manera permanente, ¿no?
-Sí, señor; con estos y otros parecidos espectáculos recorría las ferias de toda España, hasta que se instaló en Zaragoza con carácter fijo, primero en la antigua Casa de la Infanta, situada en lo que hoy es edificio del Monte de Piedad, y luego en la calle de San Miguel, en el solar que hoy ocupa el Cinema Goya. Por esta época ingresé yo de encargado en la empresa Farrús y se compuso la palabra "Farrusini", por italianizar el apellido y haerclo parejo al de su mujer, que era Panzani. Entonces se hicieron largas temporadas de variedades con perros y monos amaestrados, prestidigitadores, cupletistas y bailarinas. Entre los más famosos artistas que por allí desfilaron recuerdo al gran ventrílocuo Juliano, a los autómatas de Narbón, a Jenaro "el feo", al "Canela", y, sobre todo, a la renombrada Julia Gálvez, quien hizo una brillante actuación cantando cuplés mientras se iba quitando aquellos vestidos de lentejuelas, que a veces pasaban de diez.
-Y el cine, ¿cuándo empezó a exhibirse?
-En Zaragoza se vio cinematógrafo con películas de movimiento, por primera vez, cuando lo trajeron sus inventores, los hermanos Lumiere, quienes lo exhibían por todos los teatros de España. Nosotros, en el salón "Farrusini", habíamos dado alugna vez vistas fijas de cristales sobre una linterna. Pero el cinematógrafo de movmiento no se hizo hasta un poco más tarde, cuando el industrial zaragozano don Eduardo Jimeno se puso en sociedad con "Farrusini" y adquirieron en París equipos "Lumiere" y "Gaumont". El señor Jimeno fue después quien estableció el primer cinematógrafo fijo en Madrid, donde todavía continúan sus hijos con el negocio.
-¿Recuerda usted cuáles fueron las primeras películas?
-Sí; recuerdo algunas de ellas que se titulaban "El reino de las hadas", en colores. "Los apaches de París", "Robos al descubierto", "Las agonías de un melón", "Semana Santa en Sevilla" y "Napoleón Bonaparte". También hubo películas parlantes, en combinación con un gramófono que se colocaba detrás de la pantalla.
-¿Hasta cuándo funcionó el "Farrusini"?
-Hasta que se establecieron locales hechos a propósito, tales como el "Coyne", instalado junto al nuestro, en la calle de San Miguel; el "Palacio de la ilusión", en la de Estébanes, y más tarde, el "Ena Victoria" y el "Alhambra". Entonces hubo que cerrar el "Farrusini", que era un salón imprivsado, de tablas y sin ninguna comodidad.
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Todo esto cuenta el anciano vendedor de loterías Pascual Rincón, único superviviente de aquellos iniciadores del cine en Zaragoza. Con el recuerdo de los días en que él actuaba como dinámico encargado dle salón "Farrusini", su rostro se ha transfigurado momentáneamente.
A.
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1889 | Espagne | Bilbao | Feria | ||
[1889] | Espagne | Murcie | |||
15-19/12/1898 | Espagne | Barcelone | Marqués del Duero/Paralelo | cinematógrafo Lumière | Estanislao Bravo |
*[05]/02-[28]/04/1898 | Espagne | Barcelone | Alcázar Español, Unión 7 | cinematógrafo Lumière | |
*<12/03-<23/04/1898 | Espagne | Tarrasa | Paseo | cinematógrafo | |
<16-<26/07/1898 | Espagne | Pampelune | Calle de Chinchilla | *cinematógrafo Lumière | |
<31-31/08/1898 | Espagne | Bilbao | Feria | cinematógrafo | |
>10/09-02/10/1898 | Espagne | Logroño | El Espolón | cinematógrafo | |
10/1898 | Espagne | Saragosse | Plaza del Carbón (o Salamero) | cinematógrafo Lumière | Carmen Pisano |
03/11/1898-[09]/04/1899 | Espagne | Barcelone | Alcázar Español, Unión 7 | cinematógrafo Farrusini | Carmen Pisano |
<23/11/1898->20/04/1899 | Espagne | Barcelone | Marqués del Duero nº 9 | cinematógrafo | Carmen Pisano |
29/06-25/07/1899 | Espagne | Pampelune | General Chinchilla | cinematógrafo mágico | |
09/1899 | Espagne | Albacete | |||
09/1899 | Espagne | Valladolid | |||
[25]/12/1899-> 05/02/1900 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
<5-31/07/1900 | Espagne | Pampelune | Calle de Chinchilla | cinematógrafo | Carmen Pisano |
[25]/12/1900-[01]/1901 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
<23/05-<12/06/1901 | Espagne | Tarragone | Rambla de San Juan | cinematógrafo Farrucini | |
<07-27>/07/1901 | Espagne | Pampelune | Ensanche | cinematógrafo Farrusini | |
>04/08/1901 | Espagne | Vitoria | Campo de las Brígidas | cinematógrafo Farrusini | |
<17-17/09/1901 | Espagne | Valladolid | Campo Grande | cinematógrafo | |
>10/10-24/11/1901 | Espagne | Guadalajara | Plazuela de Santo Doingo | cinematógrafo Farrusini | |
>26/11->10/12/1901 | Espagne | Alcalá de Henares | cinematógrafo Farrusini | ||
25/12/1901-[02]/1902 | Espagne | Valence | Feria | cinematógrafo | |
04/1902 | Espagne | Séville | Feria | cinematógrafo | |
<26/06->03/07/1902 | Espagne | Ségovie | Plaza Mayor | cinematógrafo | |
27->31/07/1902 | Espagne | Vitoria | Campo de las Brígidas | Cinematógrafo Farrusini | |
<26/09-<09/09/1902 | Espagne | Valladolid | Campo Grande | cinematógrafo Farrusini | |
4-27/11/1902 | Espagne | Burgos | Plaza de la Libertad | Cinematógrafo Farrusini | |
29/11-08/12/1902 | Espagne | Vitoria | Teatro Principal | Cinematógrafo Farrusini | |
25/12/1902-08/02/1903 | Espagne | Valence | Feria | Cinematógrafo | |
11->11/04/1903 | Espagne | Felanitx | Teatro | Cinematógrafo Farrussini | |
22/06->12/07/1903 | Espagne | Pampelune | Feria | Cinematógrafo Farrusini | |
>09/10->14/11/1903 | Espagne | Saragosse | Puerta de Santa Engracia | Cinematógrafo | |
25/12/1903-02/02/1904 | Espagne | Valence | Feria | Cinematógrafo | |
>06/06-<04/07/1904 | Espagne | Ségovie | Plaza Mayor | Cinematógrafo | |
<10-17/07/1904 | Espagne | Pampelune | El Ensanche | Cinematógrafo | |
<16->28/07/1904 | Espagne | Santander | Alameda Segunda | Cinematógrafo Farrusini | |
<19>/08/1904 | Espagne | Bilbao | Campo Volantín | Cinematógrafo Farrusini | |
<23>/09/1904 | Espagne | Saint-Sébastien | Paseo de los Fueros | Cinematógrafo Farrusini | |
10-11/1904 | Espagne | Saragosse | Cinematógrafo | ||
20/11-10/12/1904 | Espagne | Huesca | Plaza de Zaragoza | Cinematógrafo Farrusini | |
25/12/1904-02/02/1905 | Espagne | Valence | Feria | Cinematógrafo | |
23/01-27/02/1905 | Espagne | Alcoy | Plaza de la Constitución | Cinematógrafo Farrusini | |
07/04/1905 | Espagne | Bilbao | Junto al Ayuntamiento | Salón Farrusini | |
24/06-06/08/1905 | Espagne | Pampelune | El Ensanche | Cinematógrafo Farrusini | |
10-11/1905 | Espagne | Saragosse | Solar del Palacio de Zaporta | Cinematógrafo | |
[12]/03-[09]/11//1906 | Espagne | Bilbao | La Sendeja | Cinematógrafo Farrusini | |
24->24/06/1906 | Espagne | Pampelune | El Ensanche | Cinematógrafo Farrusini | |
22/07-≥08/08/1906 | Espagne | Vitoria | Campo de las Brígidas | Cinematógrafo Farrusini | |
16->24/09/1906 | Espagne | Saint-Sébastien | Paseo del Árbol de Guernica | Cinematógrafo Farrusini | |
>02/10/1906 | Espagne | Saragosse | Plaza Santa Engracia | Cinematógrafo Farrusini | |
25/12/1906-04/02/1907 | Espagne | Valence | Feria | Cinematógrafo |