nacionalismos

PAÍS VASCO 2

"Pasatiempos mentales" (Euskadi, Sabino Arana, diciembre 1900)

Pasatiempos mentales

Diré muchas verdades de Pero Grullo: séanme toleradas en gracia a que las verdades de este autor son, entre todas las que caen bajo la razón humana, las más claras, y, por lo mismo, las más ciertas.

I

SOBRE LA GUERRA SUDAFRICANA

El pueblo, cuando se mueve en masa impulsado por su propio instinto, aseméjase a la mujer: en su cabeza hay más imaginación que inteligencia; en su corazón, más sensibilidad que sentimiento.

Llora la mujer al ver al reo de muerte subir al patíbulo; lloró también ayer al enterarse del fin que tuvo la víctima de ese mismo criminal. Son lágrimas que no brotan del corazón; es llanto que no tiene su raíz más adentro de los ojos.

Así también, el impresionable vulgo, con su imaginación, proclama hoy como verdad o como virtud lo que mañana tendrá por falso o por vicioso; con su sensibilidad, ama ahora lo que al punto ha de aborrecer, y se entusiasma al presente por lo que luego le ha de irritar.

Ante el repugnante espectáculo que ofrece la desigual lucha que estamos presenciando de un pigmeo con un gigante, se ha exaltado la febril imaginación del pueblo europeo y conmovido su susceptible sensibilidad. Y su fantasía no se ha contentado con estimar justa la causa bóer, sino que ha llegado en muchos a la demencia de suponerla indefectiblemente victoriosa en plazo más o menos corto; y su emoción y ardimiento ha sido de tal intensidad, que a no pocos les ha hecho empuñar las armas y exponer su vida por el Transvaal.

Entre el fuerte y el débil, no ha concebido pueda estar la justicia sino de parte del débil. Y así, por huir instintivamente del execrable principio de que la fuerza es derecho, ha caído con la misma irreflexión en el que le antecede en el orden lógico y le origina: el de no ser independiente de la fuerza la justicia.

Porque si al fuerte, sólo por ser fuerte, le niegan esas gentes el derecho, ¿por qué al débil, sólo por serlo, se lo conceden?

***

La sensibilidad hizo llorar a las mujeres de Jerusalem al ver a Jesús encaminarse al lugar del suplicio con la cruz en hombros; el sentimiento hizo a un hombre, Simón, por sobrenombre Pedro, llorar entonces mismo y después toda la vida, su pecado.

Los pueblos europeos se declaran en pro del bóer, porque es el débil en la liza; el hombre honrado lamenta sea la fuerza la que lo resuelve todo en materia internacional, y condena la conquista... la pasada conquista del país africano por el bóer, la actual conquista del Transvaal por el inglés.

***

Sabida es de sobra la inhumana crueldad con que los blancos han tratado siempre y dondequiera a las razas de color.

He aquí la que emplearon para apoderarse del Transvaal, según Zimmerman (El origen del hombre).

"Los campesinos holandeses de las cercanías del Cabo de Buena Esperanza consideran a los cafres y demás vecinos negros más bien como animales que como hombres: matar a uno de ellos no les causa el menor remordimiento de conciencia, pareciéndoles que son animales dañinos que conviene destruir. Los boers organizan batidas contra los negros, cosa que los divierte mucho; pues se imaginan que se trata de una caza al lobo."

Es la historia sempiterna de la humanidad. Así se condujeron los griegos en el Asia, los romanos en tres partes de la tierra, los secuaces de Mahoma en todas ellas, los españoles en el Nuevo Mundo, los anglo-sajones en Norte América, y así proceden hoy todas las potencias en la China.

El asesinato y el robo, así como suenan, son las dos columnas, sobre las que levantan las naciones su poderío: en el asesinato fundan su dominación; en el robo, sus colonias.

¿Qué mucho que los ingleses procedan con los boers como éstos han procedido con los naturales del país? ¿Sólo por el color de su cara los habían de respetar?

***

Es verdaderamente ridículo que Krüger llame en su auxilio a la Providencia. ¿No estarán, más bien, realizándose ya los designios de ésta?

Muy fácil es decir ¡Dios lo quiere!; pero no tan fácil probarlo.

No parece sino que a Dios haya de interesarle el que el Transvaal sea poseído por negros, por morenos o por rubios. Lo que manda a todos los hombres y pueblos es que se amen y respeten los unos a los otros. ¿Han, siquiera, respetado los boers a los negros, como ellos quieren ser respetados por los ingleses?

Pues bien: los delitos de los pueblos hallan su sanción, a la corta o a la larga, aquí mismo, sobre la tierra, donde la vida de la sociedad humana tiene su complemento y es justo se paguen en la misma moneda.

***

Será inútil que los boers elevaran su plegaria al Dios de los Ejércitos. Estos Ejércitos de Dios no esgrimen otras armas que la virtud: su Caudillo, con ser infinitamente poderoso, murió en una cruz: es que era infinitamente santo. Y venció a sus enemigos y salvó a su pueblo muriendo.

Hubieran los boers esgrimido, en sus relaciones con los negros, no otra arma que ésta de la Cruz, y entonces era llegado el caso de esperar hoy en la Providencia.

Lo que pide Krüger es lo mismo que puede pedir Chamberlain; y si la época de los varios dioses ya pasó a la historia, ¿cómo tendremos providencias encontradas?

***

Aun demos por sentado que el bóer es el dueño legítimo del país que ocupa.

Entre pueblos, sólo el derecho a la vida moral está sobre el de la vida física, aunque otros varios señalen los autores.

Pero al declarar el Transvaal la guerra a Inglaterra cuando los ejércitos de ésta amenazaban invadirlo, no lo hizo porque temiera que el pueblo inglés pervirtiese sus creencias o corrompiese sus costumbres: sólo le movió a ello el propósito de mantener la integridad de su territorio y de conservarse dueño del mismo y de sus minas.

Ahora bien: ese derecho del pueblo bóer a poseer sus tierras y a gobernar en ellas ¿es, acaso, superior, al que tenía el inglés a conservar su vida?

***

La desgracia del pueblo bóer es tan grande como la que él mismo causó al negro indígena. Si hoy los boers, bajo el inglés, ven dispersas y diezmadas sus familias, asolados sus hogares y usurpadas sus haciendas, recuerden que a los naturales, bajo ellos, igual suerte les cupo; y si para los negros, ni en el África ni en la ordenatriz Europa se alzó una mano que los protegiera, los boers, combatidos hoy como aquéllos entonces, tampoco hallan amparo.

Krüger ha reconocido, como no podía menos, de cuán poco le sirven al Transvaal las manifestaciones de simpatía que en algunas ciudades europeas se le acaban de hacer con motivo de su visita. Y para apreciarlas convenientemente, aún sería preciso analizarlas despacio, separando de los transvalistas auténticos al público curioso, que en todos estos actos suele componer, por lo menos, las nueve décimas partes de la concurrencia.

Mas pase que la que ha llevado a cabo esas protestas de afecto a la causa bóer, lo haya hecho por puro transvalismo, o, más exactamente, por furia anglófoba: por odio al inglés, no por amor al Transvaal. Pase: pero no eran, en verdad, esas aclamaciones y esos vítores lo, que buscaba el infeliz anciano: sus miradas suplicantes, sólo se dirigían a los gobiernos de las potencias. Mas inútilmente: todos le han vuelto la espalda. Alguna frase poética... he ahí cuanto ha recabado su diplomacia.

No quisieron los boers bajar forzosamente la cabeza ante las injustas exigencias de Inglaterra: hoy han tenido que bajarla voluntariamente ante las demás potencias europeas: y la humillación ha sido mayor, pues todas han despreciado su demanda de compasión y piedad. ¡Triste sino! Escrito estaba, diría un musulmán.

***

La decepción había de ser tan grande como la candidez bóer. Decididamente, los boers, que tan bellas prendas reúnen para ser buenos padres de familia, y que tan intrépidos y diestros son para la caza del rinoceronte y del negro y tan resueltos para hacer armas contra el extranjero, no sirven para políticos. ¿Qué potencia, por pura filantropía, había de ponerse frente a la que no tiene superior?

No es fácil comprender, cómo allá, en el Africa Austral, los hijos de Europa se hayan formado, sólo por la influencia del clima, tan equivocada idea de las naciones mismas de donde proceden, que las juzguen filántropas antes que conservadoras de su prestigio y su hacienda.

***

En virtud de este error, los boers arreciaron el ataque al tiempo que el jefe de su gobierno arribaba a Europa.

¡Infructuosos planes!

Así, en virtud también de la ilusión que éstos trazaron, el retorno del chasqueado anciano a su tierra será el comienzo del fin de su disputada independencia.

***

Llegará un día en que el Sud Africa se emancipe de Inglaterra (¿quién lo duda?), como se emancipó Norte América, como se harán libres la Australia y la India; pero es claro que Krüger no lo ha de ver, e igualmente indudable que esa libertad será alcanzada por los hijos del mismo dominador.

Entretanto y entonces y siempre, en la práctica de la vida internacional, el único fundamento del derecho será la fuerza. Quien la adquiera podrá hacerse independiente, si es esclavo; mantener su libertad si la disfruta; someter a otros pueblos, si, prescindiendo de la conciencia aspira a extender su preponderancia por el mundo.

Quien de ella carezca, nada pretenda, nada espere, si no es humillación y muerte.

Las contiendas internacionales, no hay poder superior que las dirima. El único tribunal que entiende en ellas es la Providencia: ese mismo a que apela el infortunado promotor de una guerra desastrosa para su patria. Mas recurre a él sin razón y, de consiguiente, en vano.

Euskadi. Bilbao, Diciembre de 1900

"Los juegos florales en Bilbao (Euskadi, Sabino Arana, septiembre 1901)

Los Juegos florales de Bilbao

Los primeros que en Bilbao se han celebrado tuvieron efecto el 26 de Agosto, en el Nuevo Teatro.

La idea de traerlos a esta villa sorprendió a muchos y debió de agradar a muy pocos. No se amoldaban al carácter de Bilbao, práctico y de suyo serio a pesar, de sus tartarinadas y de sus locas expansiones; ni eran para Bizkaya, como lo son para otros países, recuerdo de pasadas épocas o tradición digna de memoria; ni en ninguna parte responden al fin de la cultura intelectual que con ellos se pretexta perseguir. Basta el detalle de la Reina de la fiesta, con su corte de damas, que en la ornamentación de los Juegos Florales constituye la parte principal y el elemento más decorativo, para que tales certámenes no puedan pasar ante la inteligencia pensadora y el genio artista como torneos de las ciencias y las artes: porque ni la galantería suele simpatizar con el íntimo soliloquio de la investigación científica y la concepción en el arte; ni las preocupaciones feminófilas se asocian de ordinario con el trabajo intelectual, sino que le sirven sólo de penoso obstáculo; ni, en fin, la apoteosis de la mujer puede ser en el hombre que se la tribute señal de cultura moral, antes bien reminiscencia de tiempos bárbaros, ni para la mujer misma condición de perfeccionamiento, sino, que, como extremo que se toca con el de ser considerada como simple cosa, le es verdadero retroceso en la misión que la naturaleza le tiene confiada.

Pretender, por otra parte, encarrilar a un pueblo por las vías del cultivo intelectual y de la educación del sentimiento, transportándole y adaptándole a aquellos tiempos de los vagos, insulsos e inútiles trovadores y de la soñada y soñadora andante caballería, ya en su misma época despreciados los primeros y caricaturizada con mano maestra la segunda, es manifiesto contrasentido.

Innegable es que, así como el artista o el hombre de ciencia que no puede alcanzar la originalidad, porque es a muy pocos dado el crear y descubrir, se hace aceptable si copia bien las obras ajenas: así Bilbao, si no acierta, al trazarse un camino que le conduzca por el progreso intelectual y moral, con uno propio y privativo que le caracterice entre todos los pueblos, bien puede obtener relevantes méritos y éxito seguro copiando a otros. Pero esta copia de los Juegos Florales, y más como aquí se han verificado, es, verdaderamente, una mala copia, un calco material y torpísimo de fiestas cuya celebración puede hallar disculpa sólo en los países donde han tenido su cuna. Bilbao, sin embargo, población la más importante de Bizkaya y aun de todo Euzkadi, cuenta con elementos históricos propios y con carácter personal de perfiles peculiares y vigorosamente marcados: historia y carácter que, fielmente interpretados y combinados con acierto, podrían proporcionarle típica norma para su adelantamiento en las ciencias y en las artes, con personalidad bien definida y distinta entre todos los pueblos, la cual se manifestaría en las primeras por un método didáctico propio, por una propia expresión de la belleza en las segundas y en la literatura por un estilo suyo y original.

Pero si hay empeño en llegar a esos resultados con impulso impreso por exótico motor y vaciando la fisonomía de Bilbao en moldes en que, por extraños, no puede encajar, empeño vano: en este choque de fuerzas opuestas, o vence la índole peculiar del bilbaino, y entonces no habrá dado un paso en la empresa acometida, o se sobrepone el espíritu de fiestas al temperamento indígena, en cuyo caso Bilbao habrá empleado tantas energías sólo para colocarse al nivel de adocenadas ciudades de naciones que no se distinguen, a la verdad, por su cultura intelectual y menos aún por la moral.

***

Nada nos debe, pues, admirar hayan aquí fracasado los Juegos Florales a su primer ensayo.

La elección de los temas no fue el punto en que se procedió con más corrección. Unos, vagos e inexpresivos, ofrecían número indefinido de materias, de suerte que, entre los trabajos que se presentaron, podía muy bien no caber comparación alguna, siendo, por tanto, imposible decidir el mérito de uno sobre los demás. Otros, sobrado vastos, no podían ser tratados en el reducido plazo que había de mediar entre el anuncio del certamen y su celebración. Y otros, por último, vulgarísimos, asemejábanse a los programas de ciertos profesores que más se ocupan en hacer a sus discípulos aprender uno o varios autores determinados, que en guiarlos en el estudio de la asignatura iniciándolos en el método de investigación y enseñándoles a discurrir, a juzgar a los autores y a producir.

La calificación de los trabajos y adjudicación de los premios no fue más feliz. Parece que en algunos temas, como el principalísimo de Amor, la mejor composición fue preterida, y que en algún otro se concedió el premio a trabajo que correspondía a otro tema. Hubo jurado que salvó su voto ante la evidente injusticia del acuerdo de sus compañeros; y hubo quien, con argumentos incontestables, formuló pública protesta de la resolución adoptada.

Al tiempo que los informes de los distintos Jurados, publicáronse los nombres de los autores favorecidos en sus acuerdos, no debiéndose hacerlos públicos hasta el acto mismo de la distribución de los premios en los Juegos Florales, único momento en el cual y ante el público deben abrirse los sobres correspondientes a los lemas premiados. Cierto es que, así y todo, cabe haya inteligencia entre un autor y el Jurado del tema a que ha concurrido; pero formalidad es ésa que siempre debe cumplirse.

Muchos temas quedaron desiertos. En otros fue adjudicado el premio, no obstante que el Jurado correspondiente declara en su dictamen no satisfacerle ninguno de los trabajos presentados.

De tales circunstancias acompañados los Juegos Florales, que ya por sí son de poco culto y para acá exótico origen, hubieron forzosamente de salir fallidos.

***

El fracaso quedó colmado con el nombramiento de Mantenedor hecho en favor de don Miguel Unamuno y Jugo, Doctor en Filosofía y Letras y actualmente Rector de la Universidad de Salamanca: porque, realmente, el señor Unamuno, filósofo-literato conocido por sus excéntricas genialidades y por lo inconstante y variable de su criterio, que le ha llevado a abrazar alternativamente las teorías más contrarias en religión, en moral y en sociología, no era el bilbaino más indicado para mantener cosa alguna. Hombres doctos hay no escasos en Bilbao que habrían desempeñado con lucimiento y a satisfacción de todos los organizadores y amigos de los Juegos Florales el oficio de Mantenedor.

Ni es preciso ser sabio para mantener un torneo floral, ni el cargo de Rector de Universidad lleva consigo el lustre de sabio, siquiera en ocasiones le acompañe el título de Ilustrísimo.

El Ilustrísimo Rector de Salamanca, por cierto, no podía haber desempeñado de modo más lamentable el facilísimo papel de Mantenedor de las justas florales de Bilbao. No supo mantener ni el decoro de la fiesta, ni el buen nombre de la comisión que la organizara, ni el respeto debido al pueblo en cuyo seno se estaba celebrando, ni el mérito de los autores premiados y del orfeón que amenizaba el acto, ni siquiera la belleza y el honor de la dama bilbaina, representaba en la Reina de los Juegos.

Nada quiso mantener: sólo pretendió destruir. De tal manera que, si la palabra del señor Unamuno hubiese sido lanza de bien templado hierro y de poder tanto como grande fue su osadía, no habría quedado títere con cabeza en Bilbao ni en todas las montañas vascas.

Al saludar a este pueblo, fue su primera palabra decirle: eres un pueblo que te vas; cosa que sabe de sobra el indígena y no ignora el extraño. Pero le añadió: estorbas a la vida de la universal sociedad, debes irte, debes morir, transmitiendo la vida que te queda al pueblo que te sujeta y te invade. ¡Bonita manera de mantener los Juegos Florales, en muchos de cuyos temas, ora por el fondo, ora por la forma en que habían de tratarse, se tendía a conservar, como es corriente, algunos de los caracteres de ese mismo pueblo en cuyo hogar se verificaban!

Hablóle de su lengua, de la lengua que para uno de los tres principales temas se había fijado como precisa y para otros varios como admisible, de la lengua en que el Orfeón Bilbaino cantaba música vasca en los mismos Juegos, y díjole de ella: esa lengua que hablas, pueblo vasco, ese euzkera desaparece contigo; no importa porque como tú debe desaparecer; apresúrate a darle muerte y enterrarle con honra, y habla en español.

Y dirigiéndose a la dama bilbaina, representada en la Reina del torneo y en su séquito, la habló de esta manera: vas cargada de joyas, pero eres cursi y no sabes llevarlas: es que te sobra dinero, pero te falta cultura. Monstruosa inexactitud, que es cínica falsedad en boca de quien conoce a la mujer bilbaina.

De modo tan peregrino mantuvo el Ilustrísimo Rector el ilustre nombre de su dama, la brillante nobleza de la Reina de la fiesta, salpicando, por añadidura, su desmoronante discurso con un copioso vocabulario de descriptiva fisiología sexual.

Su oración, digna de Diógenes, molestó a todos los hombres de juicio, azoró y sonrojó a las damas, ofendió a los autores premiados, repugnó a los orfeonistas, dejó corridos a los organizadores de la fiesta, disgustó a cuantos se precian más o menos frívolamente del nombre devascos, indignó a los patriotas y produjo en el país un general movimiento de reflexión hacia sí mismo que luego reaccionó en otro de expansión y se hizo público condensándose en unánime desaprobación y en voz de unísona protesta.

Pero, realmente, no había motivo para tanto. La aparatosa protesta sólo fue efecto de dos concausas: la de ser ya en Bilbao muy considerable la población que, por la larga ausencia del señor Unamuno, no le conocía, e informada acerca de él por algún periódico que en el mismo caso se encontrara, formóse un concepto exagerado de su capacidad y su saber y muy equivocado de las intenciones de su discurso; y la de querer aprovecharse de aquella oportunidad los nacionalistas, para levantar, promoviendo protestas, el dormido espíritu del patriotismo.

Fuera de esto, no tenía razón de ser aquella tan espesa lluvia de protestas contra sus insultos y aquel tan recio fuego graneado de contestaciones a todo su discurso. Quienquiera que conociera el carácter del señor Unamuno, comprendía perfectamente que su desfogue no merecía la pena de ser contestado ni de provocar protesta alguna. Que es indudable que si tales cosas se hubieran dicho a otro pueblo oprimido que no sea el pacífico vasco, en su misma casa, por uno de sus propios hijos, el orador habría pagado muy caro su intolerable atrevimiento, es cuestión aparte, verdad clara y evidente y muy compatible con la que acabo de decir. Asegúrase que aquí el respeto a las damas contuvo al pueblo en el Teatro; pero a la verdad, el que la misma compostura se observara en la calle aquella noche y los días siguientes, sólo puede explicarse por el respeto a la policía.

Por lo demás, agregando de nuestra parte al discurso del Rector salmantino algo que él se calló, nosotros, los que le conocemos perfectamente de luenga fecha, podemos hacer saber al resentido público que el celebérrimo Mantenedor no siente lo que dijo en el Nuevo Teatro: porque el señor Unamuno, que indudablemente piensa, pocas veces por sí, las más con otros, es, en materia de sentir, lo mismo por sí que con otros, casi absolutamente nulo cero. Lo contrario de lo que entonces dijo pudo muy bien decirlo al día siguiente, seguramente lo ha dicho en alguna ocasión y es probable lo vuelva aún a decir.

Como el cocinero que conoce a los que se sientan a la mesa, escoge y combina las especias y condimenta los manjares según el gusto de los que han de saborearlos, sin importarle un ardite que sean o no de su propio agrado los guisos que él mismo adereza: así el señor Unamuno, con toda frialdad, sin sentir mucho ni poco en pro ni en contra de lo que se propone decir, dice siempre a los que le oyen aquellas cosas que le conviene decirles, ora para mortificarlos, ora para ganarse su voluntad, sin que esto signifique que en el primer caso rechace lo que niegue o censure, ni que admita lo que afirme o apruebe en el segundo, sino que en aquél obedece principalmente al natural deseo de dar que hablar de él a los demás, y en éste especialmente al legítimo de atender a su propio sustento y al de su familia, moviéndose en uno y otro caso en ambas direcciones a la vez.

Había padecido poco sufridamente en Bilbao, su pueblo natal, tres distintos revolcones: (1) presentóse a concurso para la cátedra de euzkera (él, a quien nunca se le ha ocurrido tener aprecio a esta lengua, como tampoco le tiene a la castellana), y no le fue otorgada; hizo oposiciones para la Filosofía del Instituto, y él quedó a la zaga de dos bilbainos, uno de los cuales ganó la plaza; pretendió la de Archivero de la Provincia, y ni en esta ocasión fue tampoco más afortunado.

Partió entonces y vagó allende el Ebro, y sólo al cabo de siete oposiciones en distintas asignaturas, esto es, seis derrotas, alcanzó la cátedra de la de lengua griega en Salamanca.

Encumbrado luego al puesto de Rector, se acordó de su país, el cual ya de él no se acordaba ni tan sólo para mentarle. Alguien, sin embargo, hizo, por fin, aquí memoria suya, y llamado a su tierra el desterrado a actuar de Mantenedor en los primeros Juegos Florales, halló en ello oportunísima ocasión para matar dos pájaros de un tiro: hiriéndole a su propio pueblo en la fibra más sensible, con lo que conseguía hablara ya de él por todo lo que hasta entonces había callado; y, con las mismas afirmaciones y deseos de ruina para el pueblo vasco, lisonjeando a los políticos que privan en Madrid, con lo que el telescopio de sus añejas aspiraciones le acortaba la distancia al Rectorado de la Corte.

No es, pues, que en el Nuevo Teatro dijera lo que siente, ni aún que sintiera lo que dijo: es que le convino decirlo y lo dijo. Porque el señor Unamuno, a sus aficiones de filósofo y literato, une el temperamento de bilbaino: positivista para elegir el fin, práctico para excogitar los medios.

***

Y bien: ¿no se compadece de un modo cumplido con el discurso de tal Mantenedor la idea de impulsar a nuestro país al desarrollo de la cultura intelectual con certámenes como los Juegos Florales, extraños aquí por su origen, por su significación, por su alcance y por sus efectos?

Noble es la pública liza intelectual, y, bien estudiada y dirigida, eficacísima para aquel nobilísimo fin; pero en estos certámenes sobra en primer término la flor y después sobran todos sus adherentes, y aun suprimidos que les sean una y otros, ha de quedarles, tal y como aquí se han llevado a cabo, no poco que quitar, modificar y añadir, para que puedan ordenarse, dentro de la ineludible condición de atemperarse al país en que se celebran, al excelente objeto a que están consagrados.

Euzkadi, Bilbao, nº 3, septiembre 1901


1. Dígolo sin ánimo de ofender al Sr. Unamuno, a quien debo respeto y estimación como a todo prójimo, deseándole torne a los buenos caminos de la justicia universal y de los patrios lares (J. e. L.) en los que haría tanto bien como daño pretenda hacer desde los opuestos. Estos apuntes biográficos del señor Unamuno los anoto aquí con el único fin de explicar el por qué y el para qué de su discurso: es la filosofía de su historia, ceñida al punto y hora en que lo pronunció. Al proceder así, tengo en cuenta dos cosas: la primera es que esas páginas de su vida externa son del dominio público en su tierra; y la segunda, que no constituye deshonra, en mi concepto, las derrotas en la esfera intelectual, porque no es uno dueño de tener más inteligencia de la que tiene, ni, esto aparte, está en todos los casos obligado a saber más de lo que sabe, ni siempre ha de encontrarse en ganas de demostrar lo que de hecho alcanza y lo que es capaz de alcanzar. Que no es, a mi juicio, en las obras de la inteligencia donde el hombre puede justamente ganar méritos o padecer mengua, sino en los actos de la libre voluntad.

"Conócete a ti mismo" (Euskadi, Sabino Arana, septiembre 1901)

Conócete a ti mismo

Fue llamado al lugar de sus padres. Él, al encontrarse rodeado de sus hermanos, los llenó de oprobio. De sus hermanos, algunos le abrieron los brazos, los demás bajaron la frente y callaron. Unos y otros, ciertamente, vivían en su hogar; pero todos habían abandonado la hacienda de sus padres, y ya muy pocos amaban su apellido.

Triste es la suerte del hombre que busca su propio daño; pero aborrecible el cinismo de quien aconseja a sus hermanos le sigan en la ruina.

Al hombre que reniega de su patria, toda tierra debe cerrarle el paso, toda vivienda debe negarle hospitalidad. Pero el hombre que, renegando de su patria, sólo se acuerda de ella para injuriarla, ¿qué merece?

Ni sé cuál castigo sea bastante para quien contra un noble pueblo oprimido y vejado, no tenga más que palabras de afrenta y ose decírselas en su suelo y cara a cara. Sí sé que sólo un pueblo hay en la tierra tan indolente que sufra impávido tamaño ultraje. Y este pueblo es el pueblo vasco.

Quien las ansias de que perezca, así le declara, débele la raíz de su espíritu; pero su espíritu fue injertado del odio extraño, y el árbol resulta estéril. En ese pueblo tendió quien le denigra la escala de Jacob al cielo de las ideas madres; pero debilitado su espíritu por la savia de las tendencias exóticas e infracelestes, sintióse incapaz de ascenderla, y prefirió descender rápidamente por la escala que lleva al infierno de las ideas que todo lo destruyen, pero que nada crean.

Todo eso le debe él a aquella tierra de las austeras llanuras y llena de cielo. Y otro tanto le debe el suelo de que recibió los gérmenes que no supo cultivar.

Porque el pueblo vasco tenía vigor sobrado y sobrada energía para ascender con paso firme la escala tendida desde su personalidad histórica, a través del límpido éter de su innata libertad hacia el cielo de un perfeccionamiento que había sido la admiración de muchos pueblos cultos. Pero, absorbido y arrastrado por Castilla y sus hermanas, descendió en vez de subir, cayó en vez de levantarse y va aceleradamente derrumbándose hacia su total ruina en vez de haberse encumbrado hasta lo más alto de la social felicidad.

Está rico, ciertamente. Mas sus riquezas no son legadas por Castilla y sus hermanas. Quien nada tiene, nada puede dar. Envuelto en la capa o manta y tumbado al sol, no se produce. La laya vasca, manejada a un tiempo por el hombre y la mujer, levanta y vuelca la dura corteza de estas montañas. Estéril es el suelo; pero el sudor del vasco lo fecunda, germina la simiente del trabajo, fructifica, y gran parte de este fruto pasa el Ebro para servir de alimento al hidalgo castellano que, envuelto en su capa, sigue tumbado al sol, bajo, la bóveda del zafíreo cielo. Y cuando el hidalgo se ha cansado de tomar el sol y quiere refrescar su prognático rostro, pardo como su capa, su suelo y su vivienda, en las brisas del mar de los vascos, aquí halla amparo, hogar y trabajo; siempre tanta protección como el vasco mismo; muchas veces, más.

Está rico el vasco. Pero gran parte de su dinero pasa al Ebro. Preguntádselo al ministerio de Hacienda. Otra gran parte se emplea aquí mismo en tratar bien al forastero.

Lo que de bueno tiene el vasco no se lo debe a Castilla y hermanas. De lo malo, casi todo lo tiene de ellas recibido.

No hablemos de la navaja, ni de la blasfemia, ni de los cantares, ni de las danzas, ni de las ideas librepensadoras... Todo eso hiede.

Los etnógrafos extranjeros admíranse de la sociedad de las costumbres vascas; los obispos de diócesis extrañas se hacen lenguas ponderando la religiosidad del vasco, ferviente y seria y declaran no conocer semejante en país alguno del universo mundo. Pero procedentes del lado de allá del Ebro penetran otras costumbres que van sustituyendo a las vascas, y para reemplazar a la religiosidad indígena invaden por un lado la indiferencia, por otro el fanatismo. Lo de fuera ocupará el lugar de lo de dentro. La descomposición del organismo vasco se hará general; después... todo tejido muerto da vida a inmunda larva.

Verdaderamente, es mucho lo que el vasco ha recibido de Castilla y sus hermanas. Pero también tiene aún el vasco cosas propias.

Ved abiertas y arrancadas las entrañas de la tierra, taladrados los montes, refrenados los violentos ímpetus de la mar, surcadas las aguas por sinnúmero de navíos, velada por el humo la azul atmósfera, convertido en luz y en fuerza el salto de las fuentes, perforadas las montañas, agitándose en las mallas blancas y negras de una tupida red de vías ingente multitud de viviendas que producen y almacenan y transportan y vuelven a producir, a almacenar y a transportar, en incesante oleaje, loco y frenético que todo lo remueve y lo transforma y nunca cesa de remover y de transportar... Todo es obra del vasco.

Mas examinad: que en todo no hallaréis la misma vida. Mirad a ese capitalista, y a aquel otro y al de más allá. No halláis un rico que no envíe a sus hijos a estudiar carrera, ¿no es cierto? Muchos, casi todos, van a estudiar al otro lado del Ebro, donde no se estudia.

Todos, concluida la carrera, se preguntan: ¿para qué hemos empleado tantos años en estudiar? ¿De qué nos sirve el título?

¡Es que, teniendo algún capital, era preciso emprender carrera! ¡Todos hacen lo mismo!

¡Cuántos años de juventud y de energía perdidos!

Pues esto acontece en mayor escala al otro lado del Ebro: de allí nos viene la influencia. He aquí otra cosa que les debe el pueblo vasco a Castilla y sus hermanas.

Grandes fábricas y talleres hay en el país vasco: a sus puertos arriban grandes barcos. Pero la belleza no recibe culto. Al contrario: la bella naturaleza es repudiada por el hombre. Las riquezas se transforman en obras y edificios de todas clases; no pocos, inservibles para su objeto; muchos, agobiados por un lujo asiático; pero el arte no aparece por ninguna parte. También esto lo debe el pueblo vasco a la influencia ultra-ibérica.

Pasad el Bidasoa: vascos viven allí, vascos como nosotros. ¡Qué contraste! Allá la belleza natural es adornada de nuevas galas; donde la naturaleza ha sido ingrata, el hombre ha creado belleza. Es que aquellos vascos tienen otros amigos y reciben otra influencia.

En Salamanca la lengua es de las vivas, el arte es de los muertos. Su arte pasó a la historia: no supo Salamanca sustentarlo. Bilbao, villa de un pueblo siempre libre, no ha podido conservar lo que no pudo recibir de árabes y de germanos, cuyo yugo no conoció. Pero Bilbao tiene cabeza bien organizada, corazón animoso y caja bien repleta: sola la influencia de Salamanca, que no puede dar lo que no tiene, le impide caminar hacia el arte y hacia toda cultura intelectual.

La mujer vasca, en el campo, trabaja como el hombre. Es bella, con una belleza que ha perdido sus delicadas formas y se ha hecho varonil a los rudos golpes de la laya y se marchita para los treinta años. Pero es más bella de alma.

La mujer vasca, en la población, es hacendosa y honrada como en el campo. Sus virtudes se revelan en su vestir: elegante en el gusto, modesto en el precio, sobrio en los adornos.

Bella y delicadamente gentil es entonces la que en el campo habría sido varonilmente apuesta. Pero ¡qué musa podrá cantar la belleza moral de la mujer bilbaina! Su amor y fidelidad conyugales; su adhesión al hogar; el cariño a sus hijos a quienes cría y educa cristianamente por sí misma; su acertada dirección en el gobierno y administración de la casa; su seria piedad exenta de mojigatería; su caridad para el desvalido; su trato llano y sencillo... ¡qué pluma podrá describir tantos encantos como encierra su cristiano corazón!

Ciertamente: la genuina mujer bilbaina va siendo cada vez mas rara: ya en muchas la pérdida de aquellas virtudes se revela en su vestir. Pero esto también es fruto de la influencia exótica.

¿Tienen ellas la culpa? No cabe dudarlo, puesto que voluntariamente aceptan el contagio. Pero qué mucho que la débil mujer sea seducida, si el hombre que la dirige está ya extraviado?

Un grande hombre engendró la raza vasca: Ignacio de Loyola. Su obra fue aún más grande: la Compañía de Jesús. Verdaderamente, todo cristiano debe, como tal, venerarlos; todo vasco debe, por ser vasco, amarlos. Pero ¿qué les deberá el vasco a quienes los aborrecen, les silban, les apedrean y los persiguen?

Ignacio y su Compañía sirven a Cristo. Cristo dijo a los hombres: amaos los unos a los otros en orden a la gloria de mi Padre. Pero por esto mismo les añadió: del hombre malo, del que os aparta del amor a mi Padre, no os acompañéis. Y los hombres y los pueblos todos, obligados están a obedecer a Cristo.

Muchas cosas como las citadas ha recibido de Castilla y sus hermanas el pueblo vasco. Otras tantas han recibido ellas de los vascos, En tiempos pasados les ayudaron a conquistar sus tierras contra los moros, a explorar el océano, a someter las Indias, a pelear contra turcos y europeos; hoy les muestran las riquezas de las entrañas de su suelo, instruyéndolos en la manera de explotarlas, y dondequiera que en España se inicien empresas de desarrollo de vida y de progreso, allí se ve al vasco, dándolas impulso su espíritu practico, su certero golpe de vista y su energía.

Pedir expansión a la raza vasca es pedir luz al sol. Buenos Aires fue por nuestro Garay fundada; a aquella América de promisión la dio un Bolibar su libertad. Entre los nombres ilustres del Nuevo Mundo hallaréis muchos vascos. Entre los hombres que han figurado y figuran en España, no abundan pocos, Inglaterra, los Estados Unidos, Méjico, la América del Sur, las Filipinas, el Africa... no hay país en la tierra que no sea hollado Por la planta vasca y beneficiado con su sudor.

Pretender que este pueblo desaparezca de su cuna y se extienda para que su espíritu claro y activo y lleno de brío, fecunde e informe la masa inerte de otros pueblos, es pretender regar los campos agotando las fuentes, repartir el sol en pedazos entre los planetas para que haya más luz y más calor sin núcleo y foco en que se mantengan.

El vasco en todas partes se encuentra como el pez en el agua: toda la tierra y todos los mares son su elemento; todos los climas le reciben como suyo. Así también raíces del euzkera se hallan en todas las lenguas más antiguas del universo. Diríase que en la raza vasca se han perpetuado los caracteres propios de la familia generadora de todos los pueblos.

Pero el vasco nace de su raza; en su seno se educa, en su seno se forma. Suprimidle su hogar: ¿podrá educarse a lo vasco? Suprimid los padres: ¿habrá hijos?

Los pueblos se diferencian y sólo cultivando su personalidad privativa viven como pueblos. Pero esta diferenciación debe ordenarse a la suprema armonía universal. Diferenciación personal de pueblos: libre cambio espiritual entre ellos. He aquí la variedad en la unidad: he aquí el orden.

El pueblo vasco no cumple con esta ley. Observa el libre cambio espiritual; recibe brazos y en cambio esparce dinero y enseña al extraño la manera de progresar y de explotar las riquezas de su tierra. El cambio no es equitativo, sin embargo, en lo económico; mucho menos, puestos en un platillo de la balanza lo económico y material, y en el otro lo moral e intelectual. Lo que en este orden recibe nada pesa; por el contrario, elévase como las emanaciones pútridas y como el humo.

Lo que da en el mismo orden no es poco. Por eso, en todo el mundo se abren los corazones a los vascos... (menos en su propia tierra).

Pero el pueblo vasco no cumple con la ley de la armonía universal, porque carece de personalidad. Oprimido su espíritu por el extraño, su cuerpo se extenúa, se extingue, perece. La raza vasca, si así continúa, se va. Desaparecerá en el piélago de las otras razas, como el arroyo en la mar, y ya entonces ningún pueblo podrá servirse de la intrepidez, de la actividad y de la energía del vasco.

Dividid y subdividid los rayos luminosos de un reflector y no tendréis reflector.

Tomad un puñado de harina y lanzadlo al aire. La harina subsiste en la misma cantidad. Pero ya no podréis reunir un miligramo utilizable.

Al pueblo de allende el Ebro le convendría la fusión. ¿Quién lo duda?

Pero el morir para dar vida a otro, es muy generoso, es heroico. Y bien: ¿es tanto el cariño que el pueblo vasco le debe a aquél?

Renunciar a la vida en provecho de otro es, entre individuos, muy bello y hasta sublime. Pero entre pueblos, es poco práctico, y aun poco racional.

Si pretendéis que el pueblo vasco, perdida ya su personalidad política, pierda también su personalidad étnica, fundiéndose con el pueblo de allende el Ebro para engendrar un nuevo pueblo, ¿por qué no discurrís lo mismo respecto de España, y no preconizáis sea invadida y avasallada por el anglo-sajón, por ejemplo? ¿No desempeñaría en uno y otro caso el mismo papel pasivo el pueblo infraibérico?

0 ¿es que temería España perder en el cruce su cultura?

Proclamar para el pueblo vasco su difusión y absorción en el extraño, y para el pueblo español pregonar su condensación y desarrollo propio, mediante una concentración interna y un sólido enlace entre la nación y sus derivaciones de Sud América, es contradecirse notoriamente, en descrédito del sentido común de quien así discurra.

El euzkera se muere. Es verdad.

No lo mata el extraño. Los mismos vascos le están dando la muerte. Ha mucho tiempo que empezaron a negarle el sustento y hasta el aire.

Aun en aquella fecha en que estas provincias vascas eran estados independientes, su lengua oficial era la española. No es extraño: ni entonces los vascos amaban su independencia. Testigo, el convenio de Bergara: Las leyes vascas serán sancionadas por las Cortes españolas, sin perjuicio de la unidad constitucional del estado general, firmaron. Amaban, sí, sus leyes y sus bienes: no amaban la libertad.

Su lengua era maravilloso monumento de los tiempos primitivos. Era más que esto: elocuente testimonio de su innata independencia, timbre y sello firmísimo de su nacionalidad, noble ejecutoria. Pero los vascos no apreciaban su nacionalidad, ni amaban su independencia. ¿Para qué querrían su lengua? ¿Para adorno y lujo? Esto es poco práctico, y el vasco es de sentido muy práctico, y tiene razón en serlo.

El euzkera apenas sirve más que para hablar de las labores del campo. Pero encierra en sí elementos abundantísimos que, bien desarrollados, le harían de hecho la lengua más rica del mundo. Intentadlo y os llamarán geniales innovadores y aun enemigos de la tradicion vasca.

El euzkera, para vivir y propagarse y florecer, no necesita de academias alemanas, ni de literatura encerrada en un círculo de bombos mutuos, ni de eruditos que le ponderen al mismo tiempo que se cuidan bien poco de que la raza que la habla no desaparezca. El euzkera, para vivir y propagarse, no necesita tampoco de ser enseñado a quien no lo conoce, sino primero y principalmente de ser 
conservado entre los que le hablan, enseñando a los niños en euzkera, y no a los grandes el euzkera.

El euzkera, hoy de nada vale. Al contrario, es un obstáculo, un estorbo para todo: para educarse, para estudiar, para el comercio,

para la vida. Los ricos y los ilustrados habéis llegado a esa posición' hablando español. ¿Por qué del aldeano queréis exigir que no 1

aprenda, o al menos que no lo hable? ¿Es que no queréis que se iguale a vosotros en riqueza y en conocimientos?

Haced que el euzkera sea necesario en su patria, y entonces, no lo dudéis, ningún hijo del pueblo lo ha de olvidar. Haced que sirva para educarse, para prosperar, para vivir, para ilustrarse, y entonces, el que lo posee, hallará razonable conservarlo, y el que no lo habla podrá moverse a aprenderlo. Entretanto, al primero sólo le, sirve de estorbo; al segundo, sólo le serviría de vano lujo.

Al de abajo no le obliguéis a aquello que le es imposible realizar sin el auxilio de los de arriba. La clase que vive con el esfuerzo de sus brazos, es el menor de la sociedad civil: de sus errores y extravíos es responsable la clase directriz: el clero, las autoridades, los intelectuales y los ricos.

La enseñanza cristiana debe dársele al pueblo en su propia lengua. Pero ni esto se cumple con el euzkeldun. Porque para nuestro pueblo, nuestro noble pueblo, el pueblo más religioso y más moral y a la vez más amenazado de corrupción, no hay piedad en la tierra, no hay caridad (con dolor lo decimos) ni en las mismas autoridades, de la Iglesia. Decid: ¿dónde hay libros que completen la educación, religiosa del que habla en euzkera?

Las autoridades del país sólo se ocupan en cumplir la Constitución. Cuanto, no reñido con ésta, pudiera aplicarse con gran provecho para el pueblo vasco, no les preocupa. No aman a sus representados e inferiores. Tal vez ni saben lo que es amar. ¿Qué les importará el bien del pueblo?

Los ricos, ¡oh, los ricos!, viven como si fueran pobres: más que los pobres se afanan en adquirir riquezas. El infeliz labriego que apenas puede cubrir sus necesidades y llegar a reunir la renta del caserío, es más generoso que ellos. De la puerta del caserío vasco jamás es despedido el mendigo sin recibir limosna. Pedid al rico que atienda, a su vez, a ese honrado hermano suyo; que aplique algo su atención y ponga alguna parte de sus caudales en facilitar la educación de sus cándidas hijas y sus dispuestos hijos: todo será inútil.

Los intelectuales apenas si paran mientes en las necesidades del pueblo vasco y en restaurar sus cosas. Si de éstas alguna vez tratan, es a la manera de quien contempla un objeto artístico o una reliquia arqueológica y se interesan por curiosidad en conservarlos.

Educado en esta guisa por sus mismos directores, el pueblo vasco se va; y porque se va el pueblo vasco, se va su lengua, y no viceversa. Y este irse y perecer, por nadie será atajado, si el pueblo vasco no se estudia a sí mismo conociendo su historia y su situación actual, y no aplica el remedio a sus males, y si, comprendiendo sus defectos, no los corrige.

La propia adulación, la constante complacencia en propias excelencias, verdaderas o ilusorias, nos ha traído al desconocimiento de nosotros mismos: hoy nos pagamos de formas y apariencias, y la frivolidad preside nuestro pensar y nuestras aspiraciones.

Hasta hace poco bastaba el ser vasco para que los conciudadanos le juzgaran a uno amante de su patria y, en este orden, poco menos que impecable. Aun hoy basta que alguien haga ponderaciones de nuestra lengua, o de alguna de nuestras cosas, para que le alcemos sobre el pavés y le declaremos conspicuo.

No recelemos de nuestros compatriotas: el recelo nunca permite unión y sin unión no hay fuerza. Llamemos a todos al camino de nuestra integración, y todos hallen abiertos nuestros brazos, puesto que sólo su bien queremos. Mas si alguno se resistiere, y permaneciese apartado de la Cruz, o al otro lado del Ebro, dejémosle que cante las prendas de nuestra raza, las bellezas de nuestra lengua, la bondad de nuestras leyes o la pureza de nuestras costumbres, recibamos esta obra como buena, mas no ensalcemos al hombre, presentándole a nuestros compatriotas como modelo.

El sentido práctico que tanto nos caracteriza en la vida individual, extendámoslo y apliquémoslo al orden de las ideas sociales. No nos paguemos de apariencias.

Iparraguirre, al cantar al Árbol Santo

eman da zabalzazu
munduban frutuba

(da y propaga tu fruto por el mundo), interpretó fielmente la frivolidad, el craso error de los vascos de su tiempo. Quería que el roble extendiera su fruto allende el Ebro, cuando no lo daba ni para su país. Meternos a consejeros del hogar ajeno, cuando no sabemos gobernar el nuestro, es sencillamente ridículo. Dejar de atender a nuestra vida por hacer al extraño favores que, por inconvenientes, no quiere recibir, es criminal.

Dejémonos de poesías: palpemos la realidad y aprendamos conocernos. Es muy bonito pedir que la justicia que simboliza el Árbol de Gernika la difunda por el mundo. Pero lo práctico es procurar fructifique de nuevo para el pueblo donde nació y vivió. Amemos a todos los hombres, amemos a todas las naciones; pero apliquémonos primero al bien de la nuestra. ¿Podríamos jamás hacerlo perfecto?

El Árbol de Gernika es símbolo del bienestar de nuestro pueblo: no de ningún otro. Ni dentro de nuestro solar puede coexistir con ningún otro árbol.

Estúpida fue la idea que sostuvieron los vascos en todo el siglo pasado de hacer compatibles las instituciones patrias con un poder extraño. Reconozcamos su yerro.

El Árbol de Gernika, cantado por Iparraguirre, no es símbolo de libertades vascas, sino de una paz universal, la cual sólo en la Cruz tiene su emblema. Pretender que las instituciones vascas se extiendan a todo el mundo... ¡insigne necedad!

Pero los vascos se pagan de apariencias: es letra euzkérica la de Iparraguirre y el Árbol de nuestra independencia cantan y esto les basta.

Hace ya un lustro se dijo que es antipatriótica la letra del Gernika. Poco después un periódico socialista la hizo suya, con mucha razón. En el discurso de los Juegos Florales se ha exhibido asimilada, con mucha lógica, a ideas refractarias al bien de los vascos.

Pero los vascos siguen cantando la letra de Iparraguirre y nadie canta:

eman da zabalzazu
geurian frutuba

(da y propaga tu fruto en nuestra tierra).

Los abrojos no dan manzana, ni siquiera los lirios. Bueno es ensalzar nuestra historia, ponderar nuestro carácter en lo que de loable tenga, pregonar la singularidad de nuestra raza, lamentar la pérdida de nuestras leyes, cantar las bellezas del euzkera, elogiar nuestras costumbres buenas; pero si eso no va unido a lo que es causa y principio vital de nuestra historia, de nuestro carácter y de nuestra personalidad étnica, y espíritu informante de nuestras leyes, de nuestras costumbres buenas y de nuestra lengua; si no se funda y cimenta en el amor a nuestro propio ser, existiendo y desenvolviéndose por sí, en sí y para sí, vaciedad pura es todo ello.

Amar al euzkera y pretender viva y se perfeccione sin que la raza que le habla goce de personalidad propia, suya propia exclusivamente, vivificada por el espíritu del Evangelio, como vive robusto roble aislado y exento de parásitos, sustentado por la madre naturaleza, es pretender haya día sin sol, fuentes sin mar, fruto sin planta que lo produzca.

Bilbao, en la historia, colmó de amargura, muchas veces, el corazón de su madre. Hija de Bizkaya, rebelóse desde su cuna contra la que le dio el ser. Y cuando más su madre necesitara de su socorro, se complació en atormentarla y precipitó su muerte.

Pero Bilbao no previó las consecuencias de su ingratitud. Cuando las palpó, el dolor se apoderó de su alma. Mas ya era tarde: Bizkaya había muerto.

Hoy Bilbao es el foco de la actividad vasca, el centro de sus riquezas. Pero también es, por esto mismo, las Indias del extraño, el amparo de los que a su suelo emigran, en busca de trabajo los unos, los otros de solución al curioso problema de vivir sin trabajar.

Bilbao es el plantel de las riquezas vascas, y cuando aprenda a invertir el oro, será el plantel de la cultura vasca. Bilbao es el pozo donde la invasión forma su núcleo, y cuando comprenda lo que la invasión importa y lo que exporta para los que la invaden, se trocará en fuente abundantísima, en la que beban el espíritu patrio todos los vascos, en faro luminoso que irradie por todas las montañas de este pueblo la nítida luz del patriotismo.

Bilbainos, bizkainos, vascos todos: conozcámonos a nosotros mismos. Despertemos.

Corrijamos nuestros defectos: amemos nuestro bien. Busquémosle.

Las ideas emitidas en el discurso de los Juegos Florales, son la síntesis y última consecuencia legítima de las sustentadas y sobre todo practicadas por los vascos desde hace más de un siglo; como la pérdida de la libertad fue fruto de las tendencias ultralberistas de los vascos mismos.

Si se admiten y practican las premisas, hay que admitir y practicar, si hay lógica, las consecuencias. Si éstas no agradan, rechácense aquellas. Seamos prácticos, y no poetas.

Sabino Arana, Euzkadi, Bilbao, septiembre de 1901

"Genialidades hispanas" (Euskadi, Sabino Arana, diciembre 1901)

Genialidades hispanas

Las que, por falta de sumisión al dogma y sobra de propia estima, caracterizaron al escritor español D. Emilio Castelar, fueron de valiente modo ridiculizadas por el notable publicista que se oculta bajo el seudónimo Saj, muy conocido en Bilbao por diversos conceptos. Pero este crítico se olvidó, y sigue sin duda olvidado, de emplear la acerba sátira de su pluma en censurar, como se merecen, las genialidades de muchos escritores católicos y aun religiosos, naturales de España o a ella aficionados: los cuales no sé si por defecto de raza latina los unos y por su influencia los otros, singularízanse por la rara condición de atribuir carácter religioso a asuntos que no son sino profanos, y de suponer esencial y eminentemente católico lo que es muy disconforme con el espíritu cristiano, y sólo conforme con un amor patrio rastrero y rebajado.

Y, sin embargo, Saj no deja de conocer a esos escritores y de leerlos.

Conoce perfectamente, por ejemplo, al que en una revista que ve la luz en Madrid, número del mes de Enero, ha publicado una especie de crónica universal o revista de historia contemporánea con el título de Comienzos del siglo XX; crónica de la cual voy a transcribir algunos párrafos, para que vean nuestros lectores cómo en la tierra del Cid y del Fernando llamado el Católico se confunden las cosas: es decir, los pantalones rojos con la sotana, la espada con la cruz, la tierra con el cielo.

***

Hablando de la guerra de las potencias europeas contra China, dice:

"... cuando en el fondo de esa gran algarada de las más grandes potencias del mundo, no se siente palpitar nada verdaderamente grande, a no ser su ambición; la desilusión, en lo humano, es completa, y se siente uno tentado a lanzarles aquellas aceradas palabras de Isaías a los ambiciosos de su tiempo: ¡Ay de los que juntáis casas con casas y añadís tierras a tierras!... ¿Por ventura habitaréis vosotros solos en la tierra ? "

¡Qué hermoso párrafo! ¿verdad? ¡Qué juicio más cristiano! Pero ¡qué desilusión, en lo humano también, sólo en lo humano, al deducir del contexto de todo el escrito, que su autor, si reprueba la conquista de la China, aprueba, en cambio, la conquista de las Américas! ¡Qué desencanto, al comprender que, si emite ese terrible juicio, es sólo porque entre aquellas potencias europeas no se contó España... como no pudo contarse!

***

Reconociendo, muy atinadamente, la mano de la Providencia en tales sucesos, dice con mucha elegancia:

"...van allá porque Dios lo quiere, son los zapadores de Dios, y Dios terraplena con los cascos de sus caballos el camino por donde han de pasar otros conquistadores más nobles y valientes que los Emperadores de Rusia o de Alemania y los Presidentes de Francia o de los Estados Unidos: los conquistadores de Cristo, que van solos y no saben derramar más sangre que la suya propia."

¡Qué sublime afirmación! Los conquistadores que Cristo envía no saben derramar más sangre que la suya propia.

Pero, ¡oh desilusión! Pronto veremos cómo el que esto ha escrito quiere que, en nombre de Cristo, sean los católicos, ya que no valgan para mártires que se dejen matar, héroes que mueran matando.

***

Relata el recibimiento que hicieron a Krüger en Europa, y, dando por justa y aun por santa la causa bélica que aquél iniciara y sostiene, cuenta:

"Sólo una mujer, casi una niña, y una población andaluza, han tenido para Krüger los sentimientos sinceros que a todos debiera inspirar el heroísmo, la ancianidad y la desgracia. La mujer ha sido la reina Guillermina de Holanda; la población, Málaga."

Aparte de la inexactitud del adverbio sólo, la genialidad del autor está a la vista. Castelar, por el culto a su propia persona, lo sacrificaba todo, hasta el culto en que le educaran sus padres: el autor de la crónica, por el culto a España, sacrifica, no sólo la verdad, sino la seriedad misma.

Porque iválganos el buen humor! Pintarnos a Málaga como población capaz de sentimientos nobles... ¿Cuánto va, señor cronista, a que Málaga podría explicarnos su acto de otro modo? ¿A que también los ingleses nos lo podrían explicar?

Si es que el cronista admite el testimonio anglo-sajón. Porque es probable lo recuse.

Y además: declarar y sostener sangrienta guerra, aun con probabilidades de éxito (que en el caso presente no las hay), sólo por intereses de carácter material, ¿es heroísmo según el espíritu cristiano? ¿Hasta cuándo se han de sostener, en nombre del cristianismo, teorías que sólo son reminiscencias de la barbarie en que la humanidad cayó en su extravío, y para salvarla de la cual son ya cumplidos diez y nueve siglos que vino Cristo? ¿Es aquí en la tierra donde el hombre cumple el destino que le ha señalado el Creador? ¿Son los bienes de este mundo los que completan el bien sumo a que debe tender y a que irremisiblemente aspira?

La defensa de esos bienes ¿podrá jamás ser fin que legitime el medio de quitar al prójimo la vida, de la cual sólo Dios es dueño y puede disponer?

Porque, señor cronista, es de suponer que a usted no se le vaya a ocurrir lo que a nadie se le ha ocurrido: que el bóer haga la guerra al inglés porque tema que con la dominación inglesa se aparte su pueblo de las creencias, la moral y el culto en que consisten el servir a Dios.

Porque todos estamos conformes en entender que lo que aquellos ex-europeos o neo-africanos pretenden, es simplemente conservar el bienestar económico y la situación política que habían alcanzado, siquiera fuese a costa del malestar, la esclavitud y la destrucción de las gentes africanas que, como legítimas dueñas de aquel país, lo habitaban y poseían.

Y, por otra parte, señor cronista: es muy católico para usted aplaudir el proceder de los bóers, y llamarlo heroico: pero si se tratara de la conducta de los cubanos y los filipinos en las últimas guerras con España o de la que observaron los americanos del siglo XVI, ¡oh! ya entonces el catolicismo seria inverso: estaría de parte de España. ¿No es verdad que ésta es la doctrina que en la Península se les hapredicado a los católicos, así españoles como no españoles, no ya desde una revista, sino desde el púlpito mismo?

***

"Los campos de oro (dice el escritor español), los goldfields de Wilwatersrand, los filones de Boodepoort en el Transvaal, atraen como el imán al acero de las armas sajonas; pues, digan lo que quieran los anglófilos, no hubiera guerra si no hubiera minas."

¡Notable descubrimiento! Lo que nadie ha descubierto todavía es que los españoles conquistaran y retuvieran las Antillas y las Filipinas por otra causa que no fuese la riqueza del suelo y el subsuelo de aquellos archipiélagos.

Otro párrafo genial del aludido escritor:

"La inicua ley contra las Congregaciones religiosas se votó en el Senado francés en la noche del 22 al 23 de junio por 169 contra 95... Seis días después treinta y cinco mil hombres acudieron a Paray-le-Monial para tributar pleito homenaje de adoración al Corazón de Jesús y pedirle la salvación de Francia. ¡Treinta y cinco mil hombres! Un ejército respetable. No eran tantos los soldados con que se quedó por último el caudillo bíblico Gedeón. ¡Treinta y cinco mil hombres! Hicieron bien, muy bien, en ir a orar; pero es el caso que los treinta y cinco mil hombres se volvieron a sus casas, y todo siguió tan mal o peor que antes."

Dejemos a un lado la poca fe que reflejan estas últimas palabras en la eficacia de la oración: porque si tal expresan por sí mismas, es contra la intención del que las ha escrito.

Y paremos nuestro examen en la intención que, a pesar de no expresarse, está violentamente contenida en todo el párrafo desde los puntos suspensivos, pugnando por estallar y mostrarse al exterior. Laméntase el publicista de que aquellos treinta y cinco mil hombres se contentaran con orar... y no empuñaran las armas... Quéjase de que aquellos treinta y cinco mil hombres se volvieran a sus casas ... y no sequedaran en el campo, organizándose en ejérci to revolucionario...

¡Bella manera de escribir una crónica cristiana! ¡Católica moral! Un bien espiritual perdido, cual era la enseñanza y el ejemplo que daban en la Francia las órdenes religiosas ¡pretender recobrarlo por medio de las armas a fuerza de víctimas cruentas, sin esperan za de éxito, antes bien con seguridad de perecer en la demanda, de hacer perecer a otros muchos y dar ocasión al encono del adversario y motivos a una persecución más injusta y a más crueles venganzas!

Porque es ridícula de verdad la suposición que en el párrafo copiado se insinúa de que treinta y cinco mil hombres, de todas edades y condiciones y que se reúnen para orar, puedan formarse en ejército... que con treinta y cinco mil hombres armados pueda dominarse en Francia... que todo ello pueda hacerse a modo de golpe de estado y sin conmover la nación hasta sus cimientos y precipitarla en luchas intestinas de horribles consecuencias...

Esto me recuerda aquellas bravatas españolas de comerse en cachos a los Estados Unidos desembarcando un ejército de veinte mil hombres en la Florida... y aquella ilusión del almirante Cámara, sabida y consentida por su Gobierno, de ir a bombardear el puerto de New York con elCarlos V sólo...

¡Brillante imaginación para escribir libros de caballería! Pero ¡qué poco sentido común!

¡Soñador espíritu! Pero ¡qué poco práctico!

Y ¡aún se obstinarán los españoles en negar que la influencia inglesa les convendría en grado notable para enderezarse un tanto en seso, además de en moralidad!

***

El mismo escritor dice que los cuatro Provinciales de la Compañía de Jesús en Francia han dicho que no pueden pedir una autorización que esclaviza a las órdenes religiosas, y han abandonado aquel país.

Tal, ciertamente, es el proceder cristiano: tal es el que inspira el espíritu de San Ignacio.

Pero ¡cuánto no se aparta de esa norma de Cristo aquella otra actitud de cierto fraile de otra Orden, que en un periódico, cuyo nombre en este momento no recuerdo, excitaba al alzamiento a los franceses católicos y opinaba que las órdenes religiosas debían mantenerse quietas, resistiendo a la fuerza con la fuerza!

Pues he ahí la misma opinión del cronista que nos ocupa. Éste, sólo puede congratularse de no ser suya original. Pero ha de reco nocer que tampoco es muy conforme con el espíritu del gran San Ignacio.

* **

Al comentar la muerte de McKinley, dice:

"Parafraseando una atinada observación de un escritor tan festivo como profundo, puede decirse que McKinley, Humberto Y Cánovas no murieron asesinados, sino suicidados. La vida política de los tres fue la preparación de su muerte trágica. McKinley mantiene incólumes las libertades de perdición que amparaban a Czolgosz, y, pretextando humanidad, nos despoja con violencia de las Antillas y las Filipinas..."

¡Qué tendrá que ver el zancarrón de Mahoma con el descubrimiento del Polo Norte!

¡Qué tendrán que ver los motivos y los propósitos del anarquista polaco al realizar su crimen, con la ocupación de aquellas islas por los Estados Unidos! ¡Qué manera de confundir las especies!

Y ¡qué exactitud histórica, que imparcialidad y qué sindéresis!

¡Lo que es la fuerza del consonante! ¡Lo que es el fanatismo es, pañol en que se inspira el autor a que me refiero, así escribiendo' como hablando para el público!

***

Y aquí viene lo mejor, lo más de actualidad, lo más genial en el cronista, lo que más directamente interesa a muchos vascos.

Habla de la pretensión de impulsar a España hacia la regeneración por medio del progreso material; censúrala muy justamente por prescindir de la regeneración moral; afirma que, si a ésta no se atiende, todo será inútil, y probable que Inglaterra, despachado lo, del Transvaal, visite a España; y luego dice:

“... y si a ese mismo tiempo se fomenta en el interior la anarquia por medio de separatismos insensatos, promovidos por el oro judío, habremos llegado a la última de las ignominias, a una intervención extranjera, masónica o herética, y la católica España se verá, como se vio la católica Polonia, arrastrada por los suelos, y atada a las colas de cuatro indómitas naciones para ser descuartizada."

Como el autor de esta crónica, bien conocido en Bilbao por sus escritos y sus discursos, no es ciertamente de los que concedan no ser el pueblo vasco parte integrante de España, es claro que entre los separatismos incluye al nacionalismo vasco, que ha sido para él durante algunos años de su vida coco espantable y objeto de sus violentas iras, lo mismo por escrito que de palabra, aunque no loconociera ni siquiera jamás hubiese tratado de conocerlo.

Pues bien: he ahí cómo se aventura, también en una revista seria por su fondo y forma, a llamar insensato al nacionalismo vasco suponerlo opuesto a los intereses católicos.

¡Así se escribe la historia! ¡Así se narran y califican los hechos!

¿Se ha puesto alguna vez a averiguar ese publicista español (que antes que español debiera ser otra cosa) si los vascos son más legítimos dueños de su tierra que los bóers lo son del Transvaal? ¿Hásele ocurrido inquirir si el pueblo vasco ha gozado de más antigua y más innata independencia que el seudo-africano pueblo bóer? ¿Nunca se ha puesto a pensar en si la ocupación del Transvaal por los ingleses es menos injusta y odiosa para los bóers que la dominación española para los que la padecen? ¿No ha parado mientes en considerar si los perjuicios causados por el inglés en el Transvaal, una vez sumiso éste, han de ser puramente materiales, y los daños causados por el pueblo español en algunos de sus dominios son morales y gravísimos?

¿Es, después de bien ponderadas y pesadas esas Cosas, cuando el aludido escritor concluye calificando de insensato, desde una revista católica y aun religiosa, al nacionalismo vasco, o bien lo hace sin haberlo pensado cristiana ni siquiera seriamente, exponiéndose a difamar desde el punto de vista religioso una causa que puede ser esencialmente católica por sus motivos y por su fin?

Ateniéndonos al temperamento ardiente y exaltado del tal publicista, bien podemos dar por seguro este segundo extremo y convencernos de que lo ha escrito inconscientemente, mas con conciencia bien poco delicada y con intención bien poco recta: porque de sus intemperancias vascofóbicas, más de una vez ha sido prevenido y ha tenido tiempo de corregirse.

Es muy de aconsejarle se consagre exclusivamente al cultivo y a la publicidad de lo que contienen cuatro libros bien conocidos del primer siglo, mas dejándose de escribir y hablar sobre historia filosófica de nuestros tiempos y de hacer críticas sociales y políticas. En los ratos de ocio, recréese en la poesía religiosa o tañendo el violín; que su temperamento más es de artista que de filósofo y político. Dios le ha dotado de imaginación e ingenio; mas le falta juicio reposado y criterio seguro, y aun algo que no es mero defecto natural y cuya posesión, de su propia voluntad sólo depende.

Ni respecto del separatismo que pudiera surgir en las regiones de España son prudentes sus palabras, para dichas en una publicación como la que las inserta.

Porque reconoce que el pueblo español necesita regenerarse y que el primer paso para ello ha de ser el dignificarlo según la ley de Cristo. (Y ¡cuánto beneficio no podría proporcionarle el orador de referencia, predicándosela a aquellos borreguillos del campo y las montañas de Extremadura y Galicia, Alicante y Granada, etc., etc., en vez de anunciarla únicamente en poblaciones ricas y de dedicarse a estampar en revistas, sólo leídas por gentes ya instruidas, frases de efecto, no ya tampoco doctrina sana y práctica!) Y bien: ¿no es cierto que la manera más acertada de limpiar una máquina consiste en irla limpiando pieza por pieza? ¿No es verdad que para regenerarse una familia, debe empezar por la regeneración de sus miembros, que la regeneración de un pueblo supone la de las familias que lo compongan; que la de una provincia se basa en la de los pueblos de que conste, y que la de una nación estriba en la de las provincias que la integren? ¿Será, pues, opuesta a la razón y a la justicia la pretensión que una o varias provincias de España tengan de atender aisladamente a su propia regeneración? Pues si todas, cada una por sí, se regeneran, ¿a que más pueden aspirar los españoles?

Pero, en fin, cuestión es ésta completamente ajena a mi patria Euzkadi, y harto es ya lo dicho, para tratada de paso solamente.

***

Lo que es también ridículo es alarmarse, como lo hace el cronista, por la inminencia de una intervención masónica o herética en las cosas de España. No parece sino que el liberalismo que domina en esa nación latina no es masónico y herético. No parece sino que las costumbres públicas de los españoles son más que negativas en religiosidad y menos que muy positivas en materialismo e incivilidad. Y lo bueno del caso es que quien de aquel modo se alarma ante el temor de una intervención extranjera en España, reconoce, cuando de esta nación separadamente trata, cuán apartada está de Dios en la fe y en las costumbres. Diría que para él el ser español es independiente del ser cristiano, y aun de muchos párrafos suyos podría concluirse que antes son la prosperidad interior y sobre todo el poder exterior de España que la realización de la cristiana cultura.

***

Que la católica España se verá, como se vio la católica Polonia... envuelve una afirmación histórica bien Poco exacta. ¡Católica España! Y ¡afirmarlo ahora que cualquiera sabe leer, y cualquiera lee periódicos y libros!

En este punto, no cabe otro remedio que callarse, puesto que no es posible, en breve espacio, mencionar siquiera concisamente los hechos pasados y presentes que prueban bien a las claras que España, como pueblo o nación, no ha sido antes jamás ni es hoy católica. Me contentaré con remitir al cronista a un autor nada sospechoso para él, pues que es español y muy español: a D. Marcelino Menéndez y Pelayo, en su Historia de los Heterodoxos Españoles. Esto, respecto del pasado; y, cuanto al presente, ahí tiene a la prensa madrileña, de cualquier color que sea, pero bien entendido que la prensa calla y oculta mucha parte de lo que no le conviene al español se sepa en el extranjero.

Y es cómico por demás el prurito que tienen ciertos escritores españoles de pintarnos siempre a España, o llena de gloria, o injustamente perseguida. Si a escopetazo limpio conquista tierras a indefensas naciones que no han cometido otro delito que el de habitarlas porque en ellas las puso la Providencia, España se circunda de una aureola de gloria; si tiene que habérselas con gentes que saben mejor dónde les aprieta el zapato, y, vencida y maltrecha, vése obligada a retirarse, entonces España es una noble víctima, digna de la compasión de todo pecho generoso.

Pero la verdad es que la causa de Polonia sería bien poco simpática, como aquel pueblo eslavo no fuese más digno que ese pueblo latino.

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Concluye su trabajo el cronista haciendo memoria de la impía y salvaje agresión que el año pasado, con motivo de la celebración del jubileo, llevaron a cabo los librepensadores de Zaragoza contra la procesión católica.

Púsose sobre el tapete católico con este motivo el proyecto de celebrar en dicha ciudad una magna peregrinación al Pilar, con el pretexto de desagraviar a la Santísima virgen, mas seguramente con el único objeto de contraprotestar de dicha agresión y vengarse si el caso llegara. Y el cronista lo aplaude con todas sus fuerzas.

Él también dice que sólo se trata de un acto de desagravios. Lo cual podrá pasar ante los librepensadores, o sea, ante aquellos que no conocen la Doctrina Cristiana, pero es supina candidez suponer que ningún católico de fuera de España vaya a creerlo.

Para desagraviar a la Virgen, no necesitan reunirse en Zaragoza los católicos españoles, sino hacer penitencia y oración en sus respectivas parroquias.

No se trata de desagraviar al Cielo, sino de contestar a un reto, de arrojar nuevamente el guante y provocar a una lucha en toda regla.

En ese proyecto no movió a los españoles católicos la devoción a la Virgen, sino el amor propio.

Y el cronista atiza el fuego de esa miserable pasión poniendo en boca de los impíos estas palabras dirigidas a los católicos:

"Vosotros decís que sois los más, que Sois los mejores, y, sin embargo, os dejáis pisotear de los peores y de los menos; vosotros no iréis al Pilar, porque no tenéis fe en el alma, ni vergüenza en el rostro, ni sangre en las venas, ni hierro en la sangre."

Hubiera tenido un poco más de libertad el cronista, y concluye así el apóstrofe: ni sangre en las venas, ni hierro en las manos.

Y si, como dijo aquello escribiendo para el público, llega a decirlo hablando en confianza con alguno de su pueblo, no sé que el temperamento español le hubiese permitido contener otra frase, más vulgar y corriente entre sus compatriotas para expresar que no se tiene valor.

Después de incitar así a los católicos, desafía a los adversarios en esta forma:

"En los primeros meses del año en que ya estamos, se verá si los católicos tienen (¡si llega a estar hablando con los de su pueblo!) sangre todavía, y si esa sangre es de buena calidad. En Zaragoza se verá. Pues están decididos a todo, antes que ceder de su derecho de profesar la religión de Jesucristo, en esta tierra bendita, donde María Santísima, antes de subir al Cielo, fijó sus plantas virginales, que están en posesión hace veinte siglos, y su condición es, por lo tanto, mejor que la de los advenedizos y renegados."

Ya está lanzado el reto.

Pero sus motivos y fundamentos son realmente curiosos.

Primero: que los católicos españoles tienen el derecho de profesar la religión de Jesucristo. ¡Como si se lo quitaran por impedirles llevar a cabo una procesión! ¡Como si en los Mandamientos de Dios o de la Iglesia se les mandara hacer alguna, mucho menos precisamente esa de provocación que se proponen! ¡Como si la religión de Jesucristo no pudiera profesarse aunque estuviera uno atado de manos y pies y amordazado! ¡Como si Dios no fuera suficiente mente próvido para establecer que para salvarse basta tener libre corazón, que siempre lo está!

Sin duda el cronista no quiso decir profesar, sino practicar exteriormente, lo cual es cosa muy distinta.

Segundo: que la tierra española es la tierra bendita, donde María Santísima, antes de subir al cielo, fijó sus plantas virginales.

Ya, ¡la tierra de María Santísima!!!

¿No es verdad, docto y pío Director de la revista de referencia, que, si esto puede pasar cantado en sevillanas o peteneras, no es prudente admitirlo en una publicación que pasa por seria y bien versada y dirigida en materia religiosa?

Tercero: que los católicos están en posesión de España hace veinte siglos, y su condición es, por lo tanto, meJor que la de los advenedizos y renegados.

Es decir que los españoles son católicos desde hace veinte siglos y sin interrupción!

Y que los españoles no católicos no habitan la España mas que desde el jueves pasado!

Pero, en fin, dejemos el supuesto histórico, y veamos si el cronista nos admite una pequeña observación.

Si hoy sostiene que en España sólo los católicos tienen derecho sobre la tierra, porque sean ellos sus naturales y los demás unos advenedizos, ¿por qué, cuando estuvo de residencia en cierto dominio de España, donde él era indiscutiblemente advenedizo, se consagró con saña tan andaluza a atacar al partido indígena que trabajaba por la independencia de su patria?

¿Ignora que aquel pueblo tenía olvidado ya su remoto origen cuando el español empezó a formarse?

Pues si no lo ignora ¿cómo en aquel país discurría de un modo, y ahora, en el corazón de España, de otro completamente opuesto?

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Excita finalmente a los católicos españoles a imitar a los bonaerenses, los cuales —dice— reunidos el año pasado en número de 11.000 ante Nuestra Señora de Luján, han patentizado que sabían orar y dar... su merecido a los injustos agresores.

Donde queda evidenciado que el escritor que nos ocupa, más ha nacido para capitán de barricada, que para escribir doctrina evangélica.

Es así como concluye su crónica diciendo a sus compatriotas católicos:

"0 héroes o mártires.

Los que no se sientan con vocación de mártires, que aspiren por lo menos a ser héroes."

Es decir: los que no tengan valor para dejarse matar, que maten, y mueran matando.

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¡Admirable crónica religiosa para una revista que aparece con licencia de la Autoridad Eclesiástica!

Sabino Arana, Euzkadi, Bilbao, diciembre de 1901

"Fe de erratas en La Gaceta del Norte" (La Patria, Sabino Arana, 2 de febrero y 17 y 31 de mayo de 1895)

Fe de erratas en La Gaceta del Norte

Introducción

Bien hace La Gaceta en entusiasmarse por el triunfo de los señores Urquijo y Acillona. Todos los que más o menos aspiramos a sacudir el pesado yugo con que compatriotas y hermanos nuestros nos han cargado dentro de nuestro mismo hogar, debemos congratularnos de ese triunfo, por alcanzar el cual, por la misma razón, hemos trabajado los que queremos recobrar estas posiciones interiores para poder atender con más libertad a rechazar el ataque exterior.

Pero no vaya a entusiasmarse tanto La Gaceta, que venga a perder el seso, y a desconocer la única base en que ha podido cimentarse sólidamente el combatido caciquismo, proclamándola como buena y restaurándola, y a ofender a quienes noblemente han prestado el mas valioso concurso al triunfo que la entusiasma, negando exactitud a la doctrina fundamental que sostienen.

Tan expansiva está La Gaceta al celebrar el triunfo, que roto el freno de la prudencia necesaria para que se mantenga la concordia que parece desear, o embriagada hasta el punto de no poder disimular los más íntimos y naturales sentimientos que debe a Valencia (de donde es natural su Director) y países hermanos, desbarra de tal manera que será verdadera obra de misericordia acudir a sostenerla en el terreno de la verdad y la prudencia, con una Fe de erratas que vaya enderezando algunos de los muchos entuertos que hace en sus columnas, siquiera los haga de un modo inconsciente, como lo podemos suponer piadosamente pensando, y por lo cual los llamamos erratas.

I

La Bizkaya española

Un Mensaje aparece en el primer término de su número 569 (7 de los corrientes), que pudiera razonablemente entusiasmar a los valencianos, por ejemplo, si a ellos fuese dirigido, pero que en modo alguno puede ser grato a bizkainos.

El Mensaje está suscrito por varios catalanistas, entre ellos el erudito arquitecto D. Luis Domenech, digno cerebro del catalanismo católico, y viene dirigido a La Gaceta del Norte, pero más formalmente a los bizkainos que han vencido en la pasada eleccion.

He aquí algunos de los conceptos que contiene:

"Habéis vencido, nobles vizcaínos, a los caciques, y vuestros gritos de victoria hacen vibrar de entusiasmo los corazones catalanes."

"Perseguimos el mismo fin, y cuando logremos la meta de nuestras comunes aspiraciones, entonaremos juntos un himno de victoria a la España nueva, rica y prospera, que todos ambicionamos.

Si alguien, con manifiesta injusticia, da torcidas interpretaciones a nuestras ansias de santa libertad, le responderemos con las palabras de aquel rey Don Enrique que tuvo Castilla y a quien la historia llama El Doliente:

Estoy persuadido de que no echa el cielo la bendición en el Reino, cuando los pueblos están oprimidos; y siempre he temido menos las armas de mis enemigos, que las maldiciones de mis vasallos."

Evidentemente, los que firman el Mensaje entienden que Cataluña y Bizkaya son porciones naturales y legítimas de España, que ambas padecen opresión por parte del Poder central o nacional y que la felicidad de ambas estriba en sacudir esa centralización, y en ello también el bienestar y la prosperidad de todas las regiones españolas y de España entera; y no es menos evidente que estas aspiraciones mismas son las que les atribuyen a los bizkainos que han vencido en la pasada elección.

Pero como la mayor parte del elemento voluntario que ha trabajado por las candidaturas triunfantes la ha constituido, sobre todo en Bilbao, el partido nacionalista, y como (¿por qué no decirlo?) los catalanistas presumen que la victoria ha sido principalmente de dicho partido, será facilísimo hacerles comprender el error en que se encuentran al atribuirle aquellas aspiraciones.

Basta, al efecto, trasladar los dos últimos párrafos del libro Bizkaya por su independencia, que apareció en 1892:

" ese habla continuamente contra la centralización, los poderes centrales, absorbentes, etc., como si Bizkaya fuese arco de la circunferencia española o segmento de su círculo, y no un círculo aparte con sus correspondientes centro y circunferencia.

"De la centralización, absorción y demás fenómenos por el estilo, quéjense enhoramala los españoles de todas las regiones, desde el cabo de Creus (Cataluña) hasta el Finisterre (Galicia), y desde el de Peñas (Asturias) hasta la punta de Tarifa (Andalucía): no nosotros los bizkainos, a quienes nos han conquistado los españoles y no nos toca sino purificar nuestro círculo (1) y fijar indeleblemente la circunferencia, tomando por centro nuestro tradicional y santo lema de Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra. " Así se expresan los que aquí se llaman nacionalistas.

Que los catalanes, hijos de una región española y unos de los pocos dignos y patriotas que tiene España, incurran en concepto tan erróneo respecto de la naturaleza del pueblo vasco y respecto de las aspiraciones nacionalistas, no nos debe sorprender: 1º porque, según ya lo dijo muy sabiamente su gran filósofo Balmes en su hermosa obra El Criterio, los deseos del corazón influyen muy frecuentemente en los juicios de la inteligencia; 2º porque quienquiera que, como muchos de nosotros, hayan vivido en tierra catalana, ha podido ver cuán grande desconocimiento padecen aún sus clases estudiosas de las cosas extrañas a su país, de tal modo, que estudiantes catalanes de derecho de los más aprovechados suelen ignorar, por ejemplo, que Bizkaya no es Nabarra, que ambas son vascas y que Bilbao está en Bizkaya; cuando, ningún estudiante vasco que haya cursado el bachillerato español con mediana aplicación ignora cuáles son las regiones, las provincias y las capitales de la Península.

Sin duda, los catalanes o muchos de ellos tienen a menos el enterarse de las cosas ajenas a su hogar: cualidad algunas veces recomendable, pero que las más es ocasión de caer en equivocaciones como las que contiene el Mensaje citado y como aquélla, verdaderamente estupenda, que apareció en la Cartilla Catalanista, hecha hace unos siete años a invitación de la Nabarra fuerista del Sr. Olóriz y, como ella, en preguntas y respuestas. No tengo a la vista el libro ni recuerdo el texto al pie de la letra, pero de su fondo o sustancia no podré olvidarme fácilmente, porque su lectura hirió mi alma y mi honor de bizkaino como una saeta. Decía así poco más o menos:

"— ¿Qué provincias abarcaba el Reino de Castilla?

— Las de Santander, Burgos, Vizcaya..."

***

Así han errado y yerran, cuando hablan de nuestras cosas, los catalanes catalanistas. Pero que así también yerren, y ya a estas fechas, periódicos que se publican en tierra vasca y tales que, como La Gaceta del Norte, se han mostrado a las veces defendiendo causas justas, es lo que no puede concebirse.

He aquí, sin embargo, cómo contesta al Mensaje catalanista:

"Hay algo hondamente conmovedor en las líneas de este mensaje. Palpita en él el amor a la tierra natal, sin que obscurezca ni debilite el amor a la patria española. Es la vida de la region que se desarrolla bajo el árbol frondoso de la común nacionalidad.

Como réplica gallarda lanzada al rostro de torpes calumniadores, viene el mensaje de los catalanes a dar en síntesis precisa todo un programa salvador: la lucha por la santa libertad, bendita de Dios, para levantar una España nueva, rica y próspera.

¡Bien hayan los pueblos que en medio de la general postración mantienen el espíritu de sus gloriosos antepasados! ¡Bien hayan Cataluña y Bizcaya que, respondiendo a su gloriosa historia, tremolan el estandarte de la única regeneración posible!

¡Quiera Dios que el abrazo que hoy nos envía el antiguo Condado, y al que responde el Señorío con el afecto de hermano, se extienda muy pronto a todas las regiones españolas, unidas en la nobilísima aspiración de restaurar la patria al amparo de las cristianas leyes violentamente arrebatadas!"

Que viene a ser:

En el orden de los hechos. Que la Bizkaya actual y pasada es una región natural de España, como Cataluña. Que la patria común de catalanes y bizkainos es España. Que el Señorío de Bizkaya existe actualmente y es hermano del Condado de Barcelona, como hijos de una misma madre, que es España. Que únicamente trabajando por la restauración de España es como pueden los bizkainos mantener el espíritu de sus antepasados.

En el orden de los deseos. Que la aspiración nobilísima para los bizkainos es la de restaurar a España. Que tal es la única regeneración posible y la única a que dignamente pueden aspirar los bizkainos.

Después de leer tales cosas, ocurre preguntar: ¿dónde se publica La Gaceta del Norte? ¿En Bizkaya o en Asturias?

Porque, en el orden de los deseos, podrá decir La Gaceta lo que le parezca, porque es dueña de tener los que quiera. Pero, en el orden de los hechos, nada puede inventar, no tiene más remedio que atenerse a la verdad histórica, a la verdad étnica, a la verdad geográfica, a la verdad antropológica, a todas las verdades, en fin, que no le sean subjetivas, sino objetivas y reales, y que nadie puede negar a no ser por una ignorancia estúpida o por una perversidad llorentina y aborrecible.

Y como no es ya creíble que actualmente exista en Bizkaya nadie que, leyendo la prensa, ignore los hechos que niega La Gaceta, expónese ésta, a pesar de sus intermitentes manifestaciones de vasquismo y de sus pujos y constantes protestas de catolicismo, a que se la considere sin error como imitadora del infame Llorente, el clérigo masón que fue asalariado por Godoy para que negase en letras de molde la independencia política de la nación vasca, a fin de ir justificando previamente el proyecto de someter a ésta.

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Podrán los vascos actuales desear volver o no a su independencia pasada: que cada hombre y cada pueblo es dueño de su propia voluntad, y no el extraño. Podrá ser o no de derecho el que abracen tales propósitos: que de esto no trato porque ni es preciso para corregir a La Gaceta, ni de la cuestión de derecho puede hablarse con libertad. Nada de eso nos ocupa en este momento.

Pero no puede La Gaceta, ni nadie que en la materia de puros hechos se crea versado, desconocer que Bizkaya (como Gipuzkoa, y Alaba y Nabarra) fue hasta 1839 un estado de nacionalidad vasca que gozaba de perfecta independencia política; que esta independencia fue en ella natural y no adquirida ni por otros Estados otorgada; que el origen de esa independencia se remonta, por lo tanto, hasta el origen de la misma raza vasca; y que no hay hombre, entre los sabios, que sea capaz de señalar en la historia ni en la protohistoria la existencia de una raza anterior a la raza vasca.

Y ¿qué otra cosa hizo España, al dictar la ley de 1839, que reconocer el hecho de esa independencia de los Estados vascos, bien que negándoles el derecho por la ley misma? ¿Qué es lo que anuló aquella ley? ¿Qué pudo anular, si la misma ley les dejó concedidas a Bizkaya y sus hermanas la exención contributiva y la exención militar, que son los dos más grandes privilegios de que puede gozar una parte de Estado con relación al conjunto de éste? ¿Qué pudo anular, sino lo único que, en medio de tan grandes concesiones, anuló: la soberanía de Bizkaya y sus hermanas para legislarse y gobernarse, esto es, la independencia política?

Y bien: anular una cosa ¿no es reconocer su existencia? ¿Puede anularse lo que no existe?

Nada importa que Llorente y sus congéneres negaran esa independencia de la nación vasca. Las Cortes españolas, representando a toda España, reconocieron al firmar aquella ley de 1839, que Bizkaya y sus Estados hermanos habían sido independientes con perfecta independencia política hasta aquella fecha.

***

Esto, respecto de la personalidad política, es decir, de aquello que es producto de la voluntad de los hombres: que respecto de la personalidad étnica, que es producto de la naturaleza y no depende de la voluntad humana, ¿ha sido la Bizkaya de nuestros gloriosos antepasados porción de España? Sólo La Gaceta, imitando al extraviado Llorente, pudiera afirmarlo.

Hablamos de raza en el sentido de conjunto de familias que proceden directamente de un mismo origen mas o menos remoto. En este sentido concreto, raza es lo mismo que nación, gente o pueblo; designa a una gran familia, y expresa un objeto natural, que existe independientemente de la voluntad de los hombres.

Tal es el sentido propio del nombre nación porque viene de nasco (nacer), lo mismo que naturaleza; así como gens (gente) y geno(engendrar) proceden de una misma raíz.

Pues, tomado en ese sentido propio el vocablo nación ¿hubo nación vasca?

Húbola y la hay actualmente, distinta y separada de todas las demás naciones.

No habrá antropólogo, etnógrafo, historiador ni filólogo que ose negarlo. Menos habrá quien trate de hallarle a la nación vasca parentesco con la española: varios se lo han buscado con la armenia, la hebrea, la bereber, la tártara, la lapona, la escocesa, la americana septentrional y aun la japonesa; pero a nadie se le ha ocurrido aún buscarla con la francesa o la española. Y contra lo que la ciencia afirma ¿quién, sino el necio o el ignorante, podrá negar?

Aquí también debemos advertir que no paramos la mente en si el pueblo vasco quiere o no conservar su personalidad étnica, su nacionalidad perfecta y entera y no parcial; mucho menos en si debe o no conservarla. Allá él.

Mas no quiera La Gaceta incurrir ya hoy en la necesidad, rayana en llorentina malicia, de negar al pueblo vasco nacionalidad perfectamente distinta de la nacionalidad española.

***

El pueblo vasco de aquende el Bidasoa es ciertamente hoy una parte del Estado español. ¿Quién lo duda? Eso pertenece al orden político y ese hecho político es obra de España, obra en la cual (hay que reconocerlo) no ha tenido poca parte la voluntad de los mismos vascos. Pero el ser éstos de una nación distinta de la española, no es un hecho ficticio, sino natural, y, como tal, independiente de la voluntad del gobierno de Madrid y de los calzas negras de antaño y de los políticos de hogaño del pueblo vasco, mientras éste exista.

Que cuando haya dejado de existir, ni La Gaceta del Norte podrá juzgarlo porción de pueblo alguno, ni los enterados y veraces pueblo aparte.

Si, pues, la palabra patria se ha de tomar en el sentido político de Estado a que se pertenece o de hogar adoptado, la patria del vasco es, en efecto, España. Pero si la patria debe tomarse en la acepción nacional de pueblo o gran familia de que se es miembro, o de hogar natural, entonces la patria del vasco no es España.

Todo depende, amiga Gaceta, de la acepción que se dé al vocablo. Fijándola previamente, evítanse muchas discusiones, y economízase mucho tiempo y mucho papel.

II

El exceso de celo

Con varias erratas contesta La Gaceta a nuestra corrección anterior. Iremos corrigiéndolas con la caridad que debemos a los que la publican y sobre todo a los vascos que la lean.

Si nos alargamos, no se apure La Gaceta: que, al corregirla, iremos también poniendo los puntos sobre ciertas íes. La ligereza en escribir es la que ocasiona erratas como las suyas.

Para empezar a contestarnos dice:

"Agradecemos a LA PATRIA la bondad de sus advertencias, siquiera estén inspiradas en un exceso de celo."

Luego, para La Gaceta, hay exceso de celo. Nosotros creíamos que el excesivo celo no existe. El celo es amor, pero amor práctico y a causa justa. Si La Gaceta concede esta definición, pronto se convencerá de que no existe el exceso de celo.

Todo exceso es vicioso. El celo nunca es vicioso: porque el amor práctico a causa justa, cuanto más intenso y ardiente sea, tanto más digno y loable ha de ser.

El celo, en su acepción propia, es virtud. ¿Conoce La Gaceta alguna virtud excesiva? Seguro que no: o no hay virtud, o no hay exceso.

Supusiera La Gaceta que hay celo fundado en error, como toda virtud y todo acto bueno (virtud y bondad consideradas en el sujeto) Pueden basarse en conciencia errónea; y entonces hubiese supuesto bien.

¿Es eso lo que quiso hacer? ¿Quiso decir que nuestro celo es extraviado, por los medios que remueve, o quizás por la causa final que le mueve y endereza?

Ejemplo de celo extraviado en los procedimientos.— En un país, los católicos se determinan a desplegar toda su fuerza en las elecciones, para vencer a los acatólicos.

Nada más justo. Pero, empeñada la lucha, ciégalos el afán de la victoria, y la pasión del triunfo (con la propiedad que tienen todas las pasiones) les hace juzgar buenos ciertos procedimientos electorales no permitidos por la ley moral. En este caso preciso hay verdadero celo, es decir, amor a causa justa ejercitado con obras, pero equivocado y errado y sólo disculpable por la intención del sujeto.

Ejemplo de celo extraviado por la finalidad.— En un país hay un partido político que en todos sus actos se acomoda a la más rigurosa moral y que con su finalidad aspira principalmente a la restauración moral de su pueblo. Pero esa finalidad no les agrada a muchos que ven en su realización una gran mengua, ora moral, ora material, ora de ambos órdenes, para hacer feliz a su patria natural o adoptada. Entre los tales, hay muchos que admiran lo sano de las doctrinas de aquel partido y lo honrado de sus procedimientos; pero ellos y los otros rechazan su finalidad calificándola de exagerada: para todos, el celo con que el partido en cuestión trabajara por su finalidad sería errado y digno de mejor empleo.

¿Es esto lo que ha querido decir de nosotros La Gaceta al atribuirnos exceso de celo? Esta frase, entonces, en sus columnas vendría a significar lo que en boca de otros los calificativos de exagerados con que nos distinguen.

Pues, si a la finalidad política que perseguimos se ha referido La Gaceta ¿por qué no lo ha dicho claro?

III

Nuestro exceso de celo

Efectivamente: no a celo extraordinario, sino a celo errado, refiérese La Gaceta al decir hay exceso de celo.

En las siguientes palabras lo declara:

“Trop de cèle muy excusable por cierto, en quien, como LA PATRIA, sólo persigue el bienestar de Bizkaya."

Si es excusable por razón de esta buena intención, indudablemente el celo que nos atribuye no es extraordinario, sino equivocado.

Y como ya concede tácitamente la bondad de nuestras aspiraciones, sintetizadas en el bienestar de Bizkaya (de Bizkaya y sus hermanas, añadiremos nosotros), es claro que ese celo errado está en nuestros procedimientos.

Pero ¿en cuáles, joven Gaceta?

¿En aquellos que seguimos al decir a los catalanistas, cuando tratan de nuestras cosas no conociéndolas, que están equivocados, y al decirte a ti, cuando a tus lectores vascos y no vascos enseñas, con aire de vasquismo, especies históricas o etnológicas inexactas, que estás en craso error?

Pues ¿para que escribimos si no es para instruir a los vascos, haciéndoles ver el desconocimiento supino y tremenda desgracia en que los han sumido cuantos rojos, negros o blancos han conseguido imprimir a sus aspiraciones rumbo exótico y desnaturalizarlos?

¿Será antes la consideración que debamos guardar a los catalanistas y a los católicos de dentro o de fuera, que el cumplimiento directo del deber patrio que Dios nos impone?

IV

Nuestras suposiciones gratuitas

Pero ¡si asegura La Gaceta que no ha dado motivo para corregirla! ¡Si afirma que fue suposición gratuita nuestra el atribuirle lo que le corregimos en la fe de erratas del número pasado! Pues ¡alma necesita para afirmarlo! Sin embargo, he aquí sus palabras:

"El estimado colega nos hará la merced de no torcer con suposiciones gratuitas el sentido de nuestros comentarios al mensaje de os regionalistas catalanes. Sólo haciéndonos decir lo que no hemos dicho, puede justificarse esa falsa alarma, que ha llenado tres columnas del indicado semanario."

¿Puede haber desenfado mayor?

No nos detendremos a demostrarle a La Gaceta que nosotros dimos a sus palabras la única interpretación que tenían. Como que allí nada había que interpretar: bastaba con leer. Lo que nosotros llamamos erratas y corregimos, estaba expreso materialmente en el texto.

Los lectores de LA PATRIA lo conocen ya, pues fue casi íntegramente trasladado, y excusamos de explanar pruebas.

Lo que no quedaba probada es la sinceridad de La Gaceta en un suelto Fe de erratas, del que es el párrafo transcripto arriba.

V

Protestas insuficientes

"Nada debe temer (LA PATRIA) de nosotros, ni aun cuando damos expansión a los más íntimos sentimientos del alma. Nos llevan estos sentimientos al amor del pueblo vasco, cuya historia, cuya raza, cuyas tradiciones, cuya personalidad afirmamos con nuestro pobre esfuerzo, sin necesidad de ajenas excitaciones."

Así se expresaba La Gaceta del Norte del 7 de los corrientes.

Pues, protestas de amor al pueblo vasco, a su historia, a su raza, a sus tradiciones, a su personalidad, las ha hecho cualquier periódico, desde El Liberal hasta El Noticiero Bilbaino, y cualquier publicista, desde Cánovas hasta Fabié.

El mismo Cánovas escribió en su Introducción a Los Vascongados de Rodríguez Ferrer:

" ... la simpatía profunda, o más bien amor que tiempo ha profeso a la tierra y las cosas vascas."

Y de las instituciones vascas dijo:

"Lejos de desear que desaparezcan de allí instituciones semejantes, querríalas yo comunicar, si posible fuera, al resto de España."

Y de las libertades:

"Las libertades locales de los vascongados, como todas las que engendra y cría la historia, aprovechan a los que las disfrutan, y a nadie dañan, como no sea que se tome por daño la justa envidia que en otros excitan."

Todo eso escribió Cánovas. Sólo una cosa le estorbaba: la independencia política de los vascos, y sus consecuencias. No le convino reconocerla como hecho, y por eso no habló de ella, no la combatió como derecho: pero combatió sus consecuencias, que calificó de privilegios odiosos, y mas concretamente dos: el no contribuir los Estados vascos (antes de 1839) a las cargas contributivas del Estado español, y el no contribuir tampoco a formar el ejército de éste.

De lo primero dijo:

"Lenta y sucesivamente reunidos, con el fin providencial de constituir Estado y patria, no por eso han de estar obligados, aquellos lugares de España que no son vascos, a remunerar con el producto del propio trabajo los servicios generales que, ni más ni menos que ellos, necesitan y requieren sus hermanos privilegiados y exentos."

De lo segundo dijo:

"Y menos cabe aún que los demás españoles se juzguen siempre obligados a exponer las vidas en defensa de los intereses morales y materiales, que gozan cual ellos los vascos, mediante el Estado o patria común, sin que esto sea reciproco, cumpliéndose igual deber por todos."

Ya se ve cuán neciamente muchos conspicuos publicistas vascos han copiado aquellos párrafos de Cánovas sobre las instituciones y libertades vascas, como sorprendiéndole una confesión de los derechos de nuestro pueblo, o al menos una declaración favorable a éste.

De la independencia política, cuya pérdida es la que le dejó al vasco a merced del extranjero, ni una palabra, ni siquiera para reconocer su existencia histórica. Todo, contra sus consecuencias, que hasta 1839 le privaban a España de los auxilios económico y militar de los Estados vascos, y que desde esa fecha, trocados éstos en provincias españolas, fueron verdaderos privilegios (odiosos para el resto del Estado español) hasta 1876, en que los abolló quien ya entonces tenía derecho para ello: el poder español.

Fuera de eso, la historia del pueblo vasco, su raza, sus tradiciones, su personalidad (texto de La Gaceta), su autonomía local, su régimen administrativo, su organismo interior, sus instituciones, sus libertades, sus cosas peculiares (texto de Cánovas), todo esto era encantador a los ojos de Cánovas y digno de ser respetado, profesándole simpatía profunda y más bien amor.

Todo eso han incluido en sus programas los partidos españolistas que han echado raíces en nuestra tierra: todo eso nos han concedido (al menos de palabra) cuantos nos han hecho daño. Vea La Gaceta qué valor puede darse a sus protestas transcriptas.

¡Con qué acierto el nacionalismo ha dicho que una cosa es libertades (como que nunca se aplica sino a libertad interior, a libertad del individuo respecto del Estado, a libertad del pueblo respecto del poder y a libertad de la región respecto del todo político) y otra cosa muy distinta libertad (que puede aplicarse a libertad exterior, a libertad estadal, a libertad internacional, a independencia política)! Y ¡con qué oportunidad ha declarado siempre que su lema Lagi-Zarra no significa a nuestras antiguas leyes, a nuestro viejo código, variable según los tiempos, sino a algo mucho más grande que una colección de leyes: a la facultad soberana de hacerlas en todos los órdenes!

Nada, pues, nos dice La Gaceta que sea bastante para convencernos de que ama y quiere servir al pueblo vasco, tal y como nosotros entendemos este amor y este servicio.

Ni pretendemos lo diga, ni pretendemos lo sienta (aunque bien lo quisiéramos): que la profesión de ideas, palabra con la que no se expresa propiamente meros juicios intelectuales, sino propositos y aspiraciones, ha de ser libre.

Pero, en materia de hechos, y de hechos trascendentales, están obligados los de La Gaceta, como todos los hombres, a atenerse a la verdad, si no quieren pasar por ignorantes o por embaucadores.

Que el pueblo vasco es una nación distinta de la española, como lo es de la china y de la zulú, tomando en su acepción propia e inmediata la palabra nación, como debe tomarse cuando no se advierte otra cosa; que Alaba, Nabarra, Gipuzkoa y Bizkaya han sido hasta 1839 Estados perfecta y absolutamente independientes de cualquiera de los Estados españoles, como éstos lo han sido de los alemanes, por ejemplo, en toda época: que a esa independencia política de los vascos no se le halla principio en la historia, desde el momento que no se sabe que alguna vez estuvieran sometidos por el poder político de otros Pueblos: todo esto es verdad real, verdad objetiva, independiente de la manera de apreciarlo que tengan los sujetos: todo eso está obligada La Gaceta a no negar, aunque pueda abstenerse de afirmarlo.

Y, no obstante, lo ha negado al comentar el Mensaje catalanista o contestarle.

Lo ha negado al decir que al abrazo que hoy nos envía el antiguo Condado responde el Señorío con el afecto de hermano: donde se supone y afirma que Cataluña y Bizkaya son hermanas (2).

Lo ha negado al expresar el deseo de que ese abrazo fraternal se extienda muy pronto a todas las regiones españolas, unidas en la nobilísima aspiración de restaurar la patria: lo cual es suponer y afirmar que Bizkaya es una de tantas regiones españolas y que su patria es la misma de Tarragona, Cuenca, Albacete, Badajoz, Lugo, etcétera.

Lo ha negado al decir que el mensaje catalanista da en síntesis precisa un programa salvador; la lucha por la santa libertad, bendita de Dios, para levantar una España nueva, rica y próspera; y al añadir a esto ¡bien hayan Cataluña y Bizkaya, que respondiendo a su gloriosa historia, tremolan el estandarte de la única regeneración posible! Donde se da a entender que esta regeneración es la cristiana (que todos deseamos), pero afirma claramente que Bizkaya mantiene el espíritu de sus antepasados y responde a su historia al tremolar el estandarte de esa regeneración para levantar una España nueva, rica y próspera.

Lo ha negado, en fin, evidentemente, al comentar en esa forma y aceptar así y hacer suyo el mensaje catalanista en aquel párrafo en que éste, dirigiéndose a los bizkainos que han vencido en la pasada elección, les dice:

"Perseguimos el mismo fin, y cuando logremos la meta de nuestras comunes aspiraciones, entonaremos juntos un himno de victoria a la España nueva, rica y próspera, que todos ambicionamos. "

¿No implican, pues, las manifestaciones de La Gaceta la negación más rotunda de cuál sea la patria natural del vasco, y cuál su patria política hasta 1839? ¿Mantiénense, de consiguiente, en las palabras de La Gaceta el espíritu de los antepasados del vasco y responden ellas a la historia vasca?

Alma, y mucha (que no grande) necesita La Gaceta para disculparse afirmando, como dos veces ha afirmado ya, que la hemos hecho decir lo que no ha dicho, que le hemos atribuido afirmaciones que no ha hecho.

Ante semejante desenfado ¿qué cabe contestar?

VI

Contradicciones

En lo que a las cosas principalísimas del pueblo vasco se refiere, las contradicciones en que incurre frecuentemente La Gaceta son tales que asombran.

Ya queda visto lo que dijo en contestación o como comentario al mensaje de los catalanistas católicos.

Pues bien: todo lo contrario afirmó tácitamente al acoger en sus columnas y aplaudir el discurso que don José María de Urquijo pronunció en el banquete con que hace poco fue obsequiado: puesto que el diputado electo aceptó, explícitamente, la base histórica formulada por el nacionalismo y de la que éste deduce que el pueblo vasco, sólo perdiendo su Personalidad, pudo hacerse parte del Estado español y asociarse a España en sus destinos.

Tan estupendas contradicciones son sorprendentes en sí mismas, mas no en La Gaceta del Norte.

Gracias a una especialísima empresa que a este periódico se le encomendara por sus fundadores cuando no era tiempo, y que hoy, ya cerca del tiempo oportuno, ha pretendido desarrollar aquél excediéndose de los justos límites, es un papel de equilibrista el que tiene que desempeñar para no disgustar a los unos ni a los otros, a los paleontológicos ni a los neológicos, que muchas veces causa verdadera risa.

Pero La Gaceta y los suyos una cosa nos van a reconocer, y es que los más sufridos de todos son los nacionalistas. ¡Cuánta saliva ha tenido que tragar esa pobre gente! Verdad es que tanta prudencia por su parte le ha dado pingües rendimientos: el primer puesto en la lucha y en el triunfo. Pero así y todo, tan continuo ser molestado sin quejarse no es fácil.

Por esto, rogamos a La Gaceta que no niegue o no dé por negados los hechos étnicos, históricos, etc., relativos a la personalidad del pueblo vasco. Ni quiera negarnos nuestro nombre de nacionalistas, que no nos contentamos con ser tristemente vascongados. Nada más que eso.

Lo cual se lo pedimos no como favor, sino como deber que es suyo y de todos el no faltar a la verdad.

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 2 de febrero y 17 y 31 de mayo de 1895

1 Una de las purificaciones es la destrucción del caciquismo, que es el punto aislado que se ha tratado de alcanzar en la pasada elección, otra purificación es la destrucción de las políticas extranjeristas, que, a su vez, han venido destruyendo el espíritu vasco, etc. (Nota de la Redacción.)

2 Aparte de la necedad inmensa de llamar Señorío a la Bizkaya actual.

"Cartas a Don J. M." (La Patria, Sabino Arana, 14 de junio de 1895)

Cartas a Don J. M.

I

Con mucho gusto contestaré a su atenta del 20: trata Y la materia con calma, discute con seriedad y, al parecer, sólo desea conocer la verdad y aspirar al bien. Procuraré contestarle cumplida aunque brevemente.

Joala no sé lo que hará; está muy ocupado, y además con lo que a mí me toca decir se abarca todo. Probablemente no contestará.

***

Rebate Y el párrafo siguiente, escrito por mi en este semanario: "Que los catalanes, hijos de una región española y unos de los pocos dignos y patriotas que tiene España, incurran en concepto tan erróneo respecto de la naturaleza del pueblo vasco y respecto de las aspiraciones de los nacionalistas, no nos puede sorprender."

Como no sigue Y un orden rigurosamente lógico para rebatirlo, seguiré yo el mismo que V.

Cataluña natural

Se conforma V. con que los catalanes son hijos de una región española. Pero añade Y con mucha intención: según la España de hoy día.

No es así, ciertamente, sino según la de hoy y la de siempre.

Región o se toma en sentido geográfico, o en étnico, o en ambos a la vez (1). Y Cataluña es región de la España geográfica, porque se llamaEspaña, en este sentido, toda la tierra que, conquistada por los romanos, recibió de éstos dicho nombre, y Cataluña es parte de esa tierra. Cataluña es también región de la España étnica, porque la familia que la compone es una de tantas familias como integran, con parentesco de sangre, y no político, la gran familia española. Esto no me lo niegue Y, porque sería el colmo del negar.

Hubo un tiempo en que Cataluña no era parte política de España. ¡Claro!, porque entonces España no era un todo político. Pero es que tampoco Castilla (fíjese Y bien), tampoco Castilla era entonces una parte política de España, por la misma razón. ¿Cómo se va a ser parte de un todo que no existe?

En aquel tiempo Cataluña era un Estado, un todo político. ¿Puede decirse que fuese un Estado independiente de España? En modo alguno, como tampoco de Castilla puede decirse tal. ¿A quién se le ha ocurrido jamás semejante cosa?

Sería como decir que Bizkaya, porción de Euzkadi étnica y que en los siglos pasados formó Estado independiente, fue en ellos independiente de Euzkadi.

Para que de Cataluña pudiera decirse que fue un Estado independiente de España, precisaba que Cataluña no fuese una parte de la España étnica, o que otra parte de ésta se hubiese constituido en Estado con el nombre España. En este segundo caso, una cosa sería la España étnica y otra la política.

En resumen: España, étnica y geográficamente, es un todo cuyas son partes Cataluña y Castilla (2); en el orden político, hubo tiempo en que estos nombres éranlo de sendos (3) Estados, los cuales, así como otros varios, eran todos Estados españoles como hubo entonces y hay al presente varias legislaciones españolas, varios tipos españoles y varios idiomas españoles, diferenciaciones políticas y étnicas que son específicas tan sólo, como comprendidas dentro de un mismo genero: el género español.

Del mismo modo ha habido varios Estados vascos y varias legislaciones vascas, y hay varios idiomas vascos y varios caracteres vascos, diferenciaciones solamente específicas, abarcadas por el género vasco.

Según, pues, la España de hoy día y según la de siempre, los catalanes son hijos de una región de España.

Concede V. que sean los catalanistas unos de los pocos hijos de España dignos y patriotas, pero distinguiendo también y diciendo que los catalanes, para aspirar a levantar a la caída España, empiezan por renunciar su soberanía (completa dice V.).

Bien, y, ¿qué? No me dice una gran cosa con eso de completa soberanía. Hemos quedado (y siempre la prensa vasca nacionalista lo ha reconocido) en que Cataluña fue un Estado independiente en ciertos siglos: después de esto, nada nuevo se dice con afirmar su histórica soberanía.

Supongo no querrá V. decir que... no se lo que quiere decir.

Sin duda Y no se ha fijado en que los primeros nacionalistas de acá, que alzaron su bandera en tierra bizkaina, de la que eran hijos, lo primero que tuvieron que hacer para alzarla fue renunciar a la independencia política de Bizkaya, por la unión y libertad de toda Euzkadi (4).

Porque, bizkainos serán los bizkainos cuando son patriotas, pero antes que bizkainos son vascos. Y si es preciso sacrificar a toda Bizkaya por salvar a la raza vasca, se avendrán a ello.

Pues no de otro modo, los catalanes, antes que catalanes deben ser españoles, si son leales a su hogar natural y si han de ser patriotas: como también los castellanos deben ser españoles antes que castellanos.

Ya ve V. que no es gran mérito el de los catalanes al renunciar a su independencia política, que, por otra parte, empezó y concluyó en fechas bien conocidas y entre sí no muy separadas. Oblígalos a eso el mismo deber patrio, el mismo interés que deben tener por su patria España.

Es gran despropósito el guardar, como muchos, el amor debido al prójimo según la proximidad del parentesco que con éste nos una: de modo que antes es el amor a la familia que el amor al municipio, antes el municipio que la región o país en que se encierre, antes el país o provincia que el Estado en que se comprenda, antes el Estado a que pertenezca que la nación que lo abarque, y antes la nación propia que las demás naciones. Con esa fórmula, el amor patrio quedaba reducido a cero, el egoísmo resultaría el primero de los amores de tejas abajo y el sacrificio del propio bienestar sería una locura o un crimen.

Hasta la próxima.

Sabino Arana, la Patria, 14 de junio de 1895

1. También se emplea en el sentido político de porción de un Estado, pero pocas veces y no con la mayor propiedad. Además, dije yo hijos de una región, y con relación a Estado no se suele decir que sea hijo, sino miembro o ciudadano. Bien claro es, que allí tomé región en la acepción geográfico -étnica.

2. .No sería muy difícil probar que, tanto en uno como en otro concepto, es más española la primera que la segunda.

3. No vaya V. a dar aquí a la palabra sendos la significación que muchos escritores, aun de ciertos pujos literarios, le suelen dar. Empléanla en el sentido de grandes, corpulentos, fuertes. Esta significación solo la tiene sendo en euzkera. En español, como Y sabe, sendos es un adjetivo, siempre plural, que no significa más que otros tantos y respectivos. A V. parece que le interesan poco estas cosas gramaticales, pues que por dos veces se disculpa de supuestas faltas ortográficas y caligráficas. Mire: la caligrafía es pura inocentada, hoy que hay buenas máquinas. La cuestión no es hacer buena letra, sino escribir con claridad, porque el no escribir claro no es escribir. Cuanto a la ortografía ya es otra cosa. No se ha tomado Y el trabajo de asegurarse en ella por ejemplo (aunque no yerta), y sin embargo recomienda Y el espíritu reflexivo. Es raro: porque, para escribir una y otra vez absorver como escriben muchísimos autores de obras y mayor número de conspicuos periodistas, se necesita carecer de él en absoluto: pues seguro estoy de que todos ellos escribirán sorber y de que, si algo reflexionaran, comprenderían que de este verbo viene el de absorber.

4 No se trata del caso en que la parte étnica riña con el todo, que es caso anormal.

{slidere "La Masonería" (La Patria, Sabino Arana, 26 de enero y 9 de febrero 1902)}

La Masonería

El judío Nathan, Gran Maestre de la Masonería Universal, pronunció el pasado verano el discurso de inauguración de la Gran Logia Simbólica establecida en Roma, y entre otras cosas dijo, hablando del simbolismo:

"El que, provisto del diploma masónico, viaja por países extranjeros, está seguro de hallar, conversando por medio de nuestros signos, alguien que pueda darle en todo instante consejo y ayuda; tiene también la seguridad de ser recibido en las reuniones de las logias, donde estará rodeado de amigos cariñosos.

Igualmente el capitán de un buque, arbolando la bandera masónica a la entrada de un puerto, sabe que hallará quien se ponga a su lado y le defienda, si es preciso, y lo mismo ocurre en los campos de batalla y en los sitios de guerra, donde frecuentemente los oficiales de un regimiento forman una logia militar a la que acuden masones de los dos ejércitos beligerantes.

Tenemos signos y trajes de otra edad, que en apariencia constituyen un anacronismo, y usamos signos y palabras que los profanos califican de extravagantes. Pues bien: una de las razones por que mantenemos intacto todo este ceremonial, que podría parecer antigualla arqueológica, es la de su universalidad, que constituye para nosotros un lenguaje internacional, un pasaporte con el que somos reconocidos, por ser la auténtica de nuestra cualidad de masones.

Al paso que los trozos de papel y de pergamino son fácilmente transmisibles de mano en mano, estas nociones rituales no se adquieren sino con un largo aprendizaje en las logias. Ellas son las que determinan, lo mismo en Roma que en Nueva Zelandia, en México y en el Transvaal, el carácter masónico, que está por encima de toda patria o nacionalidad."

Todo eso, bien lo sabíamos, pero bueno es oírlo de boca del mismo Gran Maestre y en los albores del siglo XX.

Y ¡aún habrá quienes digan que ya en estos tiempos la masonería no tiene importancia alguna! Entre los que tal afirman, hay dos clases de sujetos: unos, que lo dicen con malicia y contra su propia manera de pensar, a fin de que los incautos que componen la mayoría, no sientan ya horror a las logias y, de este modo, pierdan también el aborrecimiento a ellas que en la educación cristiana se les ha inculcado; otros, que lo aseguran sin malicia alguna e inconscientemente, por estar en esa creencia, la que sólo obedece a una sencilla confusión de conceptos.

Antes, todavía hace pocos siglos, cuando los poderes de los Estados centrales y occidentales de Europa eran católicos y se creían en el deber de impedir con rigor toda revolución religiosa, la masonería vivía, oculta en sus logias, vida misteriosa que atemorizaba al pueblo sencillo y ponía los pelos de punta a los ministros de la justicia.

Hoy, que los monarcas y gobiernos de Europa son, si no todos masones, todos afectos al masonismo y tolerantes con la masonería, ésta no tiene por qué ocultarse en las sombras del secreto y el misterio, y sus logias y sus ceremonias son públicamente conocidas, públicas sus planchas o convocatorias y acuerdos, públicos sus anales, públicas sus reuniones y tiene prensa que en público declara su carácter de órgano de la secta. Por esto ya la generalidad de las gentes no siente por ella el terror que causara su tenebroso mecanismo de otros tiempos; y con el antiguo espanto ha desaparecido también gran parte del temor.

Lo cual quiere decir que el pasado miedo del pueblo era sólo efecto de su imaginación e impresionabilidad, y que si al presente ha desaparecido, sólo es porque ya no aparecen ante su imaginación los fantasmas que lo producían; pero no quiere decir que hoy la masonería carezca de importancia.

Los que tal juzgan confunden la ausencia de temor en el pueblo con la ausencia de importancia de las logias, deduciendo ésta de aquélla, cuando debieran deducir todo lo contrario. Porque si la masonería no ha variado de fin ni desmerecido en poder, es claro que cuanto menos la tema el pueblo, tanto más expuesto se halla éste a su influencia, y tanto más, de consiguiente, crece la importancia de la secta por aumentar en el mismo grado los efectos de su acción.

Pues bien: manifiesto es a todos que el fin de la masonería es hoy el mismo que antes, y que en poder nada ha perdido sino ganado considerablemente, por disponer ya de los medios de propaganda e influencia que le facilitan el apoyo o la tolerancia oficiales que hoy se le conceden y antes se le negaban.

Una cosa es reconocer que ya actualmente no tiene la masonería por qué ocultarse en las lonjas o logias, puesto que en todas partes se le otorga libertad y encuentra amparo, y otra muy distinta, y realmente contradictoria, negarle importancia.

Probado que la masonería merece tenerse muy en cuenta, digamos dos palabras sobre su fin.

¿Es el de derribar, como muchos dicen y los católicos monárquicos aseguran, las testas coronadas? No lo puedo conceder. Si la masonería ha atacado a unas testas coronadas, ha sido porque eran católicas; si combate contra otras que no son católicas, es porque la revolución que pretende derribarlas constituye un paso más adelantado en el camino que conduce al fin masónico. Pero la masonería ha levantado el pueblo contra gobiernos republicanos, por ejemplo en el Ecuador; y ni en las repúblicas liberales descansa, sino que trabaja incesantemente por ir transformando su constitución en orden a ese oculto fin que se propone. Por otra parte, en determinados estados monárquicos tal como la Italia, se encuentra tan satisfecha y complacida como en repúblicas liberales.

Luego, su fin, no es el de establecer en todos los países la república ni forma de gobierno alguna. Todos deben de serle indiferentes. Su fin es otro.

¿Será el de derribar la Tiara Romana? ¿Considerada ésta como símbolo del poder temporal del Papa? No: ya la tiene derribada. ¿Considerada como símbolo del poder de Cristo, cuyo reino no es de este mundo? Sí, ése es su fin: derribar la Cruz.

La masonería es una verdadera religión: es un cuerpo de principios, de doctrina final y de procedimientos que liga a los espíritus de quienes los profesan en el ejercicio de un culto determinado, que los mas observan inconscientemente, muy pocos deliberadamente: el culto a Lucifer.

Mas como en Lucifer no cabe amor ninguno, ni siquiera el de sí propio, de aquí que el principio fundamental de la masonería sea el negar razón de ser a toda clase de religión, a todo lazo que ligue más o menos inmediatamente al hombre con lo que está fuera del orden físico, y así le dice:

Tú, hombre, que eres ser que vives dentro de la naturaleza, en nada te ocupes más que en ti mismo. Fuera de la naturaleza, nada admitas, puesto que no lo ves. Si algo existiera fuera de lo que ves, ¿qué debe preocuparte a ti, si tampoco ello se ha de ocupar en ti, puesto que vives en un orden distinto? Así, pues, para conocer las cosas, atiende sólo a tu propio dictamen, y para usarlas, a tus gustos solamente atiende.

Lucifer, sin embargo, en su aborrecimiento a Dios (aborrecimiento que tampoco siente por su voluntad, que ya no es libre, sino por terrible castigo del Ser Supremo), contra lo que únicamente atenta es contra el orden establecido por Dios para los seres libres: y por esto la masonería, que niega toda religión de los hombres, tolera y consiente todas, sin embargo, de muy buena gana, excepto una sola: la única verdadera, la Religión Cristiana; y donde quiera que ésta y alguna de las falsas se disputen las voluntades de algún país, no sólo tolera y consiente la segunda y no transige con la primera, sino que para destruir la verdadera forma consorcio con la falsa.

Tended la vista por el mundo, y en todo país dominado sólo por religiones falsas, veréis que la masonería, a pesar de pregonar que no debe el hombre profesar ninguna, vive en paz con todas ellas trabajando cuando más de un modo filosófico y tranquilo por desligar a las gentes de todo compromiso espiritual. Por el contrario, allí donde la religión verdadera se encuentre establecida al tiempo que otras, veréis siempre a la masonería, a pesar de que afirma serle indiferentes todas, minando sin descanso la influencia de aquélla y contribuyendo sin cesar, a pretexto de tolerancia unas veces, de libertad otras, a la propagación de las demás.

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 26 de enero y 9 de febrero de 1902.

"De allá y de acá" (La Patria, Sabino Arana, 23 de febrero de 1902)

De allá y de acá

De un lado, un populacho desenfrenado, que asalta y roba y mata, y nada respeta... De otro, falanges encargadas de mantener el orden, que a las pedradas y a los insultos contestan con descargas cerradas de fusilería... Todo ello, en un estado cuyo gobierno suspende los derechos fundamentales del ciudadano cuando le viene en ganas...

La nación en que tales cosas acontezcan no necesita ofrecer más datos para ser caracterizada y de quien los conozca conocida.

Pues bien, y no hay que asombrarse, por más de que se trate de historia europea del siglo XX: el pueblo en el cual tales hechos se realizan, y no rara vez, es España.

Conocemos el fruto: bien podemos clasificar al árbol.

***

Viceversa.

Como previamente se conozca al pueblo español, quedan explicados tales hechos con sólo saber que es en él donde se verifican.

Conocido el árbol, ¿cómo puede sorprender el fruto que da?

***

El fuego amenazaba correrse a las más populosas ciudades d España. Parece que por ahora queda sofocado.

Pero qué habría sucedido si hubiera también prendido e inflamádose el copioso combustible hacinado en otras Partes, incluso en la corte? ¿Hubiese dispuesto el gobierno español de medios para extinguirlo?

Es muy probable que no, porque también el soldado es hijo del pueblo. El que está en Barcelona no será barcelonés; pero el soldado barcelonés estará en alguna parte: ¿qué pensará de los sucesos de Barcelona?

Allí han caído no pocos hombres, muchachos y aun mujeres. ¿Habrá perecido entre ellos su padre... su hermano... su madre?

¿Qué haría si en la ciudad en que se encuentre se alzara el pueblo para tomar represalias por la muerte de su padre... de su hermano... de su madre?

***

Si la masa del ejército se compusiera de burgueses, sería otra cosa: contra el capitalista nunca da la fuerza armada. Pero ¡de aquí a que el burgués español empuñe el fusil como cualquiera hijo de padre!

***

Sagasta dice muy fresco que no se trata de una revolución política o nacional, sino de una lucha social, y que no hay, por tanto, qué temer.

Puede que él se entienda lo que dice; pero es seguro que los españoles que le han oído esto impasibles revelan poco amor a su patria.

Según Sagasta, si no hay que temer, es porque no se atenta directamente contra la dinastía, contra la monarquía o contra su propia persona y sus amigos: es cuestión social, entre ricos y pobres y, por tanto, carece de importancia. ¡Frescura y tupé!

Habría tenido que ver cómo se las arreglaba el buen viejo, aun resignando el mando en Weyler, si la huelga general y resistente se hubiera extendido por las demás capitales españolas y se hubiera en ellas empleado el mismo prudente y político procedimiento del máuser.

La anarquía hubiera sido un hecho, y no hubiesen tardado los acorazados ingleses en poner proa hacia España.

Pero, verdaderamente, hay que reconocer que entonces hubiese salido ganando la latina nación.

No lleva otro camino el pueblo español, ni a otra cosa tira el máuser: último resultado por el que podríamos felicitarles, siquiera tiendan a él involuntariamente.

***

Desórdenes, trastornos, revoluciones... ¡Pché!

Algo tiene que suceder para justificarse la anunciada dictadura de Weyler.

Y cuanto antes se justifique y realice, mejor. ¿Verdad?

***

Tantos triángulos hay como puntos matemáticos componen una semicircunferencia, cuyo número llega al infinito; pero sus ángulos suman siempre dos rectos.

Del mismo modo, los enemigos del cristianismo son de tantas clases como triángulos hay; pero todas se reducen a esta doble fórmula: glorificación suprema del hombre, uso ilimitado de la naturaleza.

Y así como todas las superficies planas, cualesquiera que sean sus perímetros, se reducen a triángulos y por medio del triángulo se miden: así también todas las manifestaciones anticristianas o acristianas se resuelven en triángulos de cierto género y por medio de un cierto triángulo se explican: el triángulo masónico.

***

Y los unos y los otros, los que dan y los que reciben, se encierran en el mismo triángulo; y a integrar éste se dirigen el dar de los que dan y el recibir de los que reciben.

***

¡Pobre clase obrera, apartada de Cristo, pobre y obrero, para seguir a quien le paga a fusilazos el aprovechamiento en la ensenanza acristiana y en la anticristiana educación que le da!

Porque ¿quién, sino la clase directora de la sociedad, la clase del capital y del estudio, es culpable de los extravíos de la clase inferior y por ella dirigida?

¿Quién, sino el capitalista y el instruido legisla, gobierna, rige la enseñanza, sostiene y dirige la prensa, y es constante modelo de vida a los ojos del pobre y el ignorante?

Si la clase tutora no cumple la alta y noble misión que Dios le tiene encomendada, sino que, por el contrario, con su enseñanza y con su constante ejemplo, pervierte y extravía al menor de la sociedad, al pobre pueblo, ¿qué mucho que éste se rebele contra la clase que le dirige y le gobierna, tan pronto como sobre sus espaldas sienta el peso del despotismo y la crueldad? Instruido y habituado el pobre a rebelarse contra un Dios de misericordia ¿no habrá de rebelarse contra el miserable hombre, no más hombre que él, que le trate como a bestia y le esclavice?

Y eso es lo que ya el rico no puede tolerar. Predica, sí, la rebelión contra Dios porque él, dueño del dinero y del poder, quiere erigirse en dios de la sociedad; pero no ha de consentir, por lo mismo, se rebele nadie contra él. Si tal sucediere, las cargas de caballería resonarán con estrépito en las calles, y las descargas de la fusilería las barrerán de seres vivientes.

***

Muchas pretensiones obreras hemos visto en todas partes manifestarse por medio de huelgas. Pero nunca se ha visto aún desplegar la fuerza armada contra los capitalistas que se obstinaran en sostener sus beneficios: siempre y únicamente contra los obreros que solicitaran aumentar los suyos.

***

Más difícil es salvarse un rico que el pasar un calabrote (1) por el ojo de una aguja, dijo Jesucristo, Hijo de Dios.

La sanción espiritual que a la codicia, a la avaricia y al despotismo del rico corresponda, sólo a Dios y a su Iglesia compete aplicar: y en ese orden, el calabrote permanecerá sin pasar por el ojo de la aguja, esto es, el rico se resistirá a seguir la estrecha senda del servicio de Dios.

Pero en la sociedad humana, el Estado, con sus leyes y su gobierno y su fuerza armada, está en el caso de obligarle por fuerza al calabrote a pasar por el angosto orificio, es decir, de cortar con energía la ambición del rico y de refrenar vigorosamente su tiranía.

¿Lo harán alguna vez los Estados que conocemos?

Si creen en Jesucristo, Dios y hombre verdadero, y observan sus mandatos, sí. Si en su divinidad no creen o su ley no cumplen, no.

Hasta el momento presente de la historia de la humanidad, no hemos visto un solo Estado que en su gobierno y en sus leyes haya sido perfectamente cristiano.

Este raro fenómeno sólo puede explicarlo el mismo cristianismo.

No son los Estados los directamente llamados, como tales, a servir a Dios y a poseerle. Son los hombres. Éstos componen el Estado: de ellos depende el perfeccionamiento del mismo.

En el pueblo vasco (y nos ceñiremos a Bizkaya, porque a esta región conocemos más), en Bizkaya el rico es tan ambicioso y tan déspota como en Cataluña.

Es que el vasco, si está adornado de virtudes individuales y sociales que le levantan sobre todos los pueblos, es en ambición y codicia no menos señalado que el catalán, el fenicio o el judío.

Sin embargo, cuando el vasco se regla por su propio gobierno y leyes propias, ese defecto de raza estaba contrapesado por la libertad y la igualdad de sus familias, que de ellas gozaron más que las de otra nación alguna.

Puesto el pueblo vasco al servicio de España y perdida su personalidad política, el poder español le privó de sus leyes y la irrupción española comenzó a minarle sus virtudes.

¿Los catalanistas, sean moderados o radicales, tienen en su programa soluciones para el problema social, tan imponente en su tierras? Creemos que no: porque no han fijado el lema religioso, y no hay solución fuera de Cristo.

¿Las tienen los vascos nacionalistas? Sí, y bien claramente manifestadas en su lema Jaun-Goikua.

Su fin no es político; su fin es social: cristianizar al pueblo, lo mismo al pobre que al rico; lo político es el medio.

Para esto pretende restaurar, de entre sus leyes y costumbres propias, aquellas que sean buenas, perfeccionándolas; y librarse de las nocivas, sean propias o extrañas.

***

Que el obrero catalán se lance en brazos del socialismo o del anarquismo, no puede sorprendernos.

Pero que jóvenes vascos busquen en las promesas de gente invasora, de gentes que proceden de allí de donde todo mal nos viene, el bienestar que positiva y dignamente sólo en el espíritu de las instituciones de nuestros mayores podrían hallar, es cosa de la que sólo los capitalistas, sólo la clase directora de nuestro propio país, pudiera darnos explicación cumplida.

¡Desgraciados hermanos nuestros! Por intereses humanos y pasajeros, abandonan los eternos.

Y por renegar del hogar paterno, reniegan también de Dios.

¡Ay de los ricos en el tiempo y en la eternidad!

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 23 de febrero de 1902.

1 Vulgarmente se cree dijo camello. Mas a un erudito profesor de lenguas hebrea y griega le tengo oído haberse interpretado mal el texto original, en el que el verdadero vocablo es el que significa calabrote o maroma, que, por su semejanza con el que significa camello, se ha confundido con éste. Y la interpretación, realmente, así es como resulta verosímil.

"La Procesión cívica" (El Imparcial, 3 de mayo de 1902)

Procesión cívica

Aniversario de la libertad. Las comisiones en San Sebastián

En tren especial, cuyos coches estaban engalanados con guirnaldas y con banderas, han llegado esta noche y por ferrocarril Central, las Comisiones del Ayuntamiento, Diputación y voluntarios liberales de San Sebastián, Pamplona, Tolosa, Eibar, Hernani e Irún. Los comisionados han traído cuatro banderas.

También ha venido la banda municipal de San Sebastián. Esperaban en la estación a los expedicionarios la banda de música del Regimiento de Sicilia. También ha acudido inmenso gentío, que ha aclamado a los expedicionarios. En el trayecto han sido saludados y aclamados desde los balcones. Muchos comisionados traían boinas rojas y casi todos distintivos en las solapas. Se han disparado infinidad de bombas y de cohetes. En este momento comienza el pasacalle. La población presenta un aspecto animadísimo. Corresponsal Bilbao.

En el Centro Vasco. Gritos subversivos. El Centro asaltado. "Bizcaitarras" confusos. El final de la procesión cívica.

La procesión cívica.

La procesión cívica ha presentado una manifestación liberal como nunca presenció el pueblo de Bilbao. Formaron en ella millares de personas y las calles. del tránsito estaban atestadas de personas. El casino republicano "Los Forales", la sociedad "El Sitio", los voluntarios de San Sebastián y los milicianos de Guipúzcoa, de Madrid, de Bilbao, han enviado hermosísimas coronas que lucían en las primeras filas.

El día hermoso y despejado contribuye al esplendor de la fiesta. Acompañan a la procesión seis bandas de la música y figuran en ellas las banderas del batallón de voluntarios de Vitoria, Pamplona, San Sebastián, Eibar y de los auxiliares de Bilbao. La bandera de Pamplona la llevó el famoso guerrillero Tirso Lacalle, El cojo de Cirauqui.

Presidía el acto el presidente de la Diputación, que llevaba a su derecha al general Parrado y al comandante de marina y a su izquierda al alcalde de Bilbao y al presidente de "El Sitio". Detrás iban el pendón del Ayuntamiento de San Sebastián y representaciones de Vitoria y de Pamplona.

Al llegar al panteón de la libertad, en el Cementerio de Mayona, se pronunciaron elocuentes discursos. Por todas las calles de la carrera, los balcones, repletos de gentes, estaban adornados con colgaduras. Al pasar la comitiva resonaban los aplausos y vivas a la libertad. Muchas mujeres arrojaban flores. El entusiasmo ha sido indescriptible.

Terminada la procesión en la iglesia de Santiago comienza el solemne Tedéum. Corresponsal.

Incidente desagradable.

Al regreso de la procesión cívica, cuando pasaban frente al Centro Vasco, la sociedad izó la bandera a media asta, con crespón de luto Algunos momentos después se oyeron algunos gritos subversivos contra la Patria.

Varios jefes y auxiliares del Ejército, auxiliares de voluntarios y paisanos asaltaron el local de la sociedad a viva fuerza, haciendo añicos la bandera.

Al verlos entrar violentamente con los sables desenvainados, los socios huyeron, pero algunos resultaron contusos. Gracias a la rápida intervención y a la presencia de las autoridades, no fueron arrojados por los balcones los "bizcaitarras".

La ciudad entera condena este acto de imprudente provocación después del entusiasmo que había remado todo el día. Con motivo del desagradable incidente, al disolverse la procesión cívica, fueron más, calurosos los vivas al Ejército, a España y a la Libertad. Con éste y con algunos mueras a los "bizcaitarras", terminó la manifestación, de cuya brillantez es difícil dar cabal idea. —Corresponsal.

El Imparcial, 3 de mayo de 1902.

"Alerta" (La Patria, Sabino Arana, 9 de marzo de 1902)

Alerta

A los jóvenes vascos y especialmente a los E. G.

Ha llegado la hora oportuna de daros la voz de alerta para que podáis evitar la maléfica influencia de cierto propagandista de ideas que son contrarias al lema Jaun-Goikua, porque hacen caso omiso de Dios en todos los órdenes de la vida, en el pensar, en el juzgar y en el obrar, y contrarias igualmente a Lagi-Zarra, porque anulan de un solo golpe y de raíz todas las instituciones más fundamentales del Pueblo Vasco en los pasados tiempos: contrarias en una palabra, a nuestra Patria, porque prescindiendo de su ordenación al fin último del hombre, proclaman teorías que sólo podrían conducirla al caos, en lo moral, y en lo material a completa ruina y desolación, y porque prescindiendo de su personalidad, tienden a unirla, confundirla y unificarla con las naciones extrañas.

Ha ya varios años, en época en que el Partido Nacionalista padecía escrupulosa inquisición y persecución tenaz, se dejó caer acá el sujeto a que me refiero. No es bizkaino, pero sí es nacido en tierra vasca y es euzkérico su primer apellido: y apenas llegado a la cuna del Nacionalismo, donde, como es natural, se encontraba el núcleo de patriotas y se mantenía más vivo el fuego sagrado, introdújose en nuestras filas, llamándose nacionalista y aparentando ferviente patriotismo. Sin embargo, era poco difícil comprender que no conocía el nacionalismo en ninguna de las partes de su lema; éralo más, y lo fue, averiguar sus intenciones. Los primeros que de ellas pudieron recelar fueron, como no podía menos, los que aparecían al frente del Partido, quienes, siendo continuamente objeto de la más baja adulación por parte de dicha persona, tuvieron ocasión de aplicar el recto criterio ante el cual las alabanzas infundadas

o inoportunas son señal segura de cordial enemistad. Pero, juzgado el intruso por muchos como verdadero apóstol de nuestras ideas, la prudencia nos ha impedido, hasta hace poco, señalarle en nuestras conversaciones como adversario de nuestro Partido, y sólo ahora se ha creído oportuno daros la voz de alerta desde la prensa y muy particularmente a vosotros, nobles jóvenes de nuestra raza, que con vuestras elevadas ideas y honradas costumbres y con vuestra abnegación y entusiasmo por la Patria, sois ya en vuestros cortos años modelo de virtudes cívicas y ejemplo, no imitado aún, de viejos.

En efecto: ya muchos nacionalistas tienen del sujeto de quien os hablo el concepto que se merece, y en la confianza de que de ellos podrán obtener los demás, información más explícita, tiene ya oportunidad de tiempo lo que hasta ahora era necesario solamente en sí mismo considerado, es a saber, el señalar públicamente con el dedo a ese propagandista acristiano y antipatriota, a ese falso profeta de nuestra causa.

De carácter dulzón, meloso y lisonjero prodiga consideraciones y amistad desde el instante que empieza su trato. Nada le ofende, nada le molesta. Es inútil reñir con él, porque él no ha de reñir con nadie: el único procedimiento eficaz para librarse de sus funestas encubiertas asechanzas, es mirarle y tratarle como lo que es, como ignorante y despreciarle. Sólo cuando él comprenda que habéis descubierto su infame propaganda, os empezará a negar el saludo, si es que advierte en vosotros firme resolución de rechazarle. Pero si os encaráis con él, os contestará con la más dulce y femenil sonrisa, y sonriendo os despedirá. Es, en una palabra, de un carácter el más antitético al carácter vasco.

Su hipocresía es refinada. Nunca empezara por atacar fuerte ni débilmente a las personas o las cosas a que tengáis afecto o guardéis consideración. Comenzará, por el contrario, por alabároslas y ponderároslas con frases de entusiasmo, y sólo variará de táctica cuando esté convencido de que os inspira confianza. Entonces Ya, con astucia de serpiente, irá paulatina y gradualmente minándoos el buen concepto que tuvierais de aquellas personas o aquellas cosas. Poco después, cuando os haya trabajado tanto que, mirando

vosotros en vuestro derredor, no halléis personas ni cosas perfectas ni siquiera dignas ni aun sinceras y claras, tiene ya el campo preparado y en sazón, y se dispondrá a sembrar resueltamente, proveyéndoos de novelas como las de Zola o las de Tolstoi, de tratados como el de Marx, de aquellos libros, en fin, que, visto vuestro flaco, el punto más vulnerable que pueda ofrecer ya vuestra débil resistencia, constituyan las armas más eficaces para rendiros, venceros y acabar de conquistaros, ora trastornándoos las ideas, ora corrompiéndoos en costumbres.

Son ya públicos los casos de extravío o de corrupción que, causados por esa impía y vascófoba propaganda suya, hemos tenido que lamentar, y aún, con llanto de nuestra alma, deploramos, en la juventud hermosa y noble del partido patriota. Libraos vosotros de caer; libraos de dejar de ser nacionalistas para haceros socialistas; libraos de renegar en Cristo, vuestro Dios, y de Euzkadi, vuestra Patria.

Ninguna señal aparentemente buena que podáis notar en el sujeto a que me refiero os mueva a confiar en él. Aun si algún día llegareis a saber que en su despacho haya colocado la imagen de Cristo crucificado, no lo atribuyáis a su fe: esa imagen le serviría para explotar a muchos cristianos, ya que son muy contados los que consigue pervertir, y si sus discípulos le preguntasen la razón de su proceder, siempre tendría la fácil respuesta de decir que Jesús el de Nazareth fue un gran filósofo y filántropo, un varón justo que quiso morir víctima de su altruismo, y que por esto es digno de memoria y de respeto. A tanto llega su hipocresía.

No os fiéis, pues, de él. Y, una vez publicado el presente escrito, tampoco os fiéis de quienes a él le concedan amistad y confianza.

Os lo prevenimos por deber de conciencia, como cristianos y como vascos.

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 9 de marzo de 1902.

REINADO DE ALFONSO XIII

"Desde la prisión" (La Patria, Sabino Arana, 8 de junio de 1902)

Desde la prisión

Estoy procesado y en la cárcel desde el 30 de mayo, sin que se me admita fianza para quedar en libertad provisional hasta que se vea la causa.

Que lo estoy, lo saben muchos ya. Lo que la mayor parte ignora es el porqué.

Algunos periódicos han dicho que porque he telegrafiado á Washington, pidiendo la intervención en pro de la independencia del pueblo vasco. Si el seso tuviera enfermo, como muchas veces se ha dicho, sí que sería esto verosímil. Recuerdo que hace siete años me preguntó un juez al procesarme. ¿Es cierto que pretenden ustedes hacer la guerra á España para alcanzar la independencia? ¿Cómo puede V.S., le contesté, imaginarse semejante cosa al ver que los llamados separatistas somos tan pocos y faltos de dinero? Aquel juez no me tomó por loco.

Otros periódicos, que porque he atentado contra la integridad de la patria. No sé á qué patria se refieren. Indudablemente que á la mía; pero si me consideran español, no entiendo cómo podrían explicar el que sea antipatriota quien desde su mocedad está consagrado al patriotismo; y si conceden que no soy español, ¿cómo podrán calificar mis actos de atentatorios á la integridad de la patria, refiriéndose á España con este nombre?

Y alguno de Madrid, uno que se divierte jugando con la honra del prójimo, uno que se dedica á ridiculizar las cosas más santas y á zaherir á las personas religiosas, se ha servido honrarme colocándome al lado de éstas, al hacerme blanco de su sátira más feroz y aplicarme este no rebuscado calificativo: miserable criminal. El buen hombre ha querido hacer un chiste, y la bilis se lo ha impedido. Empieza su comentario con aquellas palabras y concluye diciendo, á modo de proposición, que mi locura se curaría radicalmente en el delicioso clima de Fernando Póo. ¿No es gracia?

Resulta, pues, que no se ha dicho con exactitud por qué estoy aquí.

Pues bien: con el próvido derecho natural que toda humana criatura tiene á defenderse cuando se le acusa y más cuando se la calumnia sin reparo, voy á exponer el porqué de estar procesado y en prisión, ese porqué tan mal interpretado por unos, tan maliciosamente tergiversado por otros, tan ignorado por la mayoría. El exponer el hecho suele ser en cualquier causa judicial el primer paso para la defensa: para mí constituirá defensa suficiente y sobrada. Tanta es la evidencia de su impunibilidad.

Con el carácter de fundador del nacionalismo y del partido que lo sustenta, y creyéndome, por él, en situación de poder interpretar con fidelidad los deseos de cuantos vascos siguen aquella bandera (que hoy, por fortuna, son ya muchos), concebí sin consultarlo con nadie, la idea de enviar á Roosevelt, con motivo de la proclamación de la independencia cubana, un cablegrama, y una vez redactado, encargué copiarlo y despacharlo á un amigo, el cual atentamente así lo hizo, depositándolo en telégrafos.

Ha dicho la prensa que en el cablegrama felicitaba, en nombre del partido vasco nacionalista, á los Estados Unidos por haber hecho libre á Cuba, libre de toda dominación. Y en ello ha estado exacta. Y bien: ¿no ha felicitado el mismo gobierno español, por la misma causa, á la citada Antilla? Si yo me hubiera referido sólo á la independencia de ésta respecto de España ¿cuándo hubiese enviado el cablegrama á Washington: ahora ó cuando Cuba se hizo libre de España; pasando á ser dominio de los Estados Unidos?

Se ha dicho también que en el cablegrama pedía á esta Federación intervenga en favor de la independencia de la nación vasca. Pero esto es inexacto: lo que decía es que si Francia y España, naciones latinas cuyo poder acata y obedece hoy la nación vasca, (1) usaran con ésta de tanta magnanimidad como los Estados Unidos han usado con Cuba, que era dominio suyo, la nación vasca también sería libre. Y ¿hay cosa más evidente? Y ¿no son muy dueñas, Francia y España de hacer lo que las plazca? Pretender negarles este derecho sí que sería atentar contra su integridad política, contra la plenitud de su soberanía interna.

Lo que también añadía es que las naciones latinas no son capaces de imitar tanta magnanimidad. ¿Quizás puede ofenderlas esta apreciación? Y ¿qué les vamos á hacer? Es un juicio filosófico-histórico mío y no habrá poder humano que pueda apearme de él, porque es dificilillo darle al discurso del prójimo la forma que uno quiera. Las operaciones del entendimiento no las legislan los hombres: es algo más chico el poder que tienen éstos.

Algunas otras afirmaciones contenía mi cablegrama que no han sido tomadas en consideración por nadie, tales como éstas: que la nación vasca es el pueblo más antiguo de Europa, es decir, que habita un suelo que le pertenece como á primer ocupante; que esta nación, que en su mayor parte (la que es hoy España) no ha perdido su independencia hasta el segundo cuarto del siglo XIX, ha gozado de ella, por tanto, durante más siglos que otra alguna; é indicaba también que, como España y Francia quisieran imitar la generosidad de los Estados Unidos, otorgando al pueblo vasco la libertad omnímoda de que se le privó, no tendrían que someterle, como aquella Federación ha sujetado á Cuba y sujeta aún á Filipinas, á un ensayo de capacidad para gobernarse, legislarse y administrarse recta y honradamente y con libertades internas mucho más acabadas que las que poseen las mismas Francia y España, pues conocidas son allí donde la historia se estudia y ponderadas han sido en varios centros de cultura y civilización de ambos continentes (citaba á los mismos Estados Unidos) las instituciones políticas y civiles, la organización social y la administración económica de los antiguos estados vascos.

Y aquí, una cosa hay que notar en la actitud que, respecto de la existencia, la naturaleza étnico-política y las pretensiones de los vascos, observa la prensa española o hispanófila en cuantas ocasiones adecuadas se le presentan: calla como muda, y si habla por descuido, descubre un despecho y una indignación vascófoba que revela que su común silencio es efecto del odio que le merecemos y conjuración tácitamente acordada por todos los periódicos de aquella clase.

Que en el país vasco un partido, ya hoy fuerte al occidente, que aspira á la independencia de su pueblo; (2) que éste, actualmente, pertenece en parte á Francia y en mayor parte á España; que ese pueblo vasco, atendida su naturaleza étnica, es, en efecto, más distinto del español y del francés que lo que éstos lo son del ruso; que en la historia y hasta fecha relativamente moderna fué independiente, dividido en varios estados... todos estos hechos son reconocidos por todos los autores y que ninguno de mediana erudición se atrevería á negar, y aquel primero, el de la existencia de determinado partido, es hecho conocido por toda la prensa: pues ello no obstante, y á pesar de que algunos de los periódicos alardean de gran información y sólo á ésta están consagrados, ninguno de ellos lo consigna expresamente, y cuando es caso de darlos como supuestos, lo hacen tan á regañadientes, que en vano tratan de disimular los unos la aversión que sienten hacia nuestra raza y los otros la indiferencia con que miran nuestras cosas, comparadas con otras que por naturaleza no son nuestras.

Que esos hechos tienen alguna importancia, es indudable desde el momento que tanta repugnancia les da á los aludidos periódicos el hablar de ellos, que tanto enciende el afirmarlos, las iras de los políticos de Madrid y que tantas multas, procesos, encarcelamientos, etc., etc., han merecido en pocos años los actos con ellos relacionados.

Y no es menos indudable que esos hechos pertenecen á la historia, la etnología y la geografía política y que todo periódico bien informado debe dar razón de ellos.

¿Por qué, pues, tanto afán en ocultarlos? ¿Por qué tanto empeño en que permanezcan ignorados aquí, allende el Ebro y sobre todo fuera de la Península?

¿Es que bastaría fuesen conocidos, para que en todas partes se le reconociera al pueblo vasco con títulos suficientes para pretender de España y Francia el retorno á su independencia, constituyéndose en confederación? Motivos da la prensa para sospecharlo.

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Queda expuesto clara y llanamente el porqué de mi prisión, y téngalo presente el lector, por si algún periódico tiene la desdichada ocurrencia de seguir faltando á la verdad.

Ahora daré á conocer brevemente otros hechos consiguientes al del intentado cablegrama, por la misma razón de haber sido ocultados por unos periódicos y falseados, y ya que ninguna relación tienen con el sumario de mi proceso.

Quise protestar ante los Sres. Juez y Fiscal de haberse detenido mi telegrama, alegando que, no estando, como no estamos, en tiempos de censura, no me parecía legal ese acto, puesto que el telegrama es un documento privado, lo mismo que una carta, y tanto, que los telegrafistas prestan juramento de guardar secreto absoluto acerca del contenido de los telegramas. Pero se me contestó que no era pertinente la protesta.

Reclamé la devolución de las ciento sesenta y cuatro pesetas con quince céntimos, que había importado el cablegrama, puesto que éste no había sido despachado. Pero se me contestó que tampoco esta reclamación era pertinente.

Ahora, una pequeña observación de sentido común respecto del objeto de mi no admitida propuesta.

Lo que la autoridad gubernativa ha hecho con mi cablegrama deteniéndolo antes de ser despachado, es exactamente igual á lo que suele hacer en tiempo de previa censura gubernativa, deteniendo el número de un periódico antes de ser publicado. En este caso, no hay proceso para haberle, era preciso que el periódico hubiera llegado al público, que es lo que ocurre cuando no hay censura previa, en cuyo caso la función gubernativa se reduce á certificar haber recibido dos ejemplares.

Y yo pregunto: puesto que se me ha detenido el cablegrama antes de despacharlo ¿por qué se me procesa? Si se pretendía procesarme ¿por qué no se le permitió el curso al cablegrama?

La autoridad ha conseguido todo: primero, que el telegrama no llegue á Roosevelt; segundo, procesarme.

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Con fecha 3 remití á la Excma. Corporación Provincial un oficio en el cual le comunicaba hallarme en prisión, le trasladaba un extracto del auto de mi procesamiento, me sinceraba ante S.E. de los tres fundamentos en que el auto se basa para dictar mi prisión sin admisión de fianza, le daba cuentas del buen trato que recibo en la cárcel y le expresaba mi gratitud por la comisión que con carácter oficial me había enviado el 31 para ofrecerme su protección.

Respecto de este último punto, trasladaré lo que decía en mi escrito:

"... en este escrito, cuya remisión tuve entonces la oportunidad de anunciarles (á los comisionados), creo oportuno reproducir el criterio y los deseos que me permití entonces manifestarles. Son á saber:

1º Que siempre he considerado compatible con la propia dignidad el servirse de los derechos ó recursos que la ley vigente concede para recabar la justicia, tal como, por ejemplo, el que el procesado otorga de pedir la libertad provisional. Pero que siempre igualmente he entendido que el pretender el interesado ventajas semejantes por medio de recomendaciones é influencias, es reconocer tácitamente que hay en sí alguna culpabilidad.

2º Que habría de recibir agradecido, por cortesía, cualquier acto que en beneficio mío realizase expontaneamente V.E. por su propia iniciativa. Pero que el solicitarlo yo, sería también á mi juicio declararme más ó menos reo del delito de que se me acusa."

También decía, respecto de lo mismo:

"Sólo ruego á V.E. no reciba este escrito como voz de queja ó súplica de amparo. Si alguna vez justamente soy perseguido, no debo quejarme, pues toda la justicia procede de Dios. Si injustamente se me persigue, no doy tanta importancia al juicio de los hombres, que haya de cifrar en su favor mi dicha y que, por ser blanco de sus iras, haya de sentirme desgraciado y en el caso de prorrumpir en quejas. Si hoy (aunque sea, inconscientemente, como lo deseo) se me persigue por acto que he ejecutado movido por sed de justicia y proponiéndome el reino de ésta, hoy es cuando debo juzgarme feliz".

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El día treinta y uno de mayo, cinco días después de la detención del cablegrama, al siguiente de entrar yo en prisión, un periódico parisiense, el diario La Patrie, daba la noticia de que el Presidente Roosevelt había encargado al embajador de los Estados Unidos en Madrid (residente en Biarritz) pida explicaciones al ministro de Estado; agregando el periódico francés: este asunto tendrá probablemente consecuencias.

Así nos lo informó El Noticiero Bilbaíno del 2, no agregando por su cuenta comentario alguno.

Los demás de la localidad permanecieron mudos: ni comentarios, ni la noticia siquiera. De los madrileños, sólo uno de oposición se descuidó en hablar, mejor dicho, en trinar alarmado: pero luego calló en absoluto.

Todos hemos convenido en que hay silencios elocuentes.

¿Lo será éste? ¿Será cierta la noticia que dio La Patrie?

Allá lo veremos.

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Lo que es positivo y me consta á ciencia cierta, es que un gran número de bizkainos desean abandonar la condición política de españoles, para hacerse ó súbditos de Inglaterra ó ciudadanos de los Estados Unidos, según cual sea la potencia que más ventajas de libertad y de justicia les ofrezca, y, para vivir en esta península, más protección de sus personas y sus bienes les otorgue.

Muévense á ello por dos razones principalmente: porque el gobierno español, con una naturalidad admirable, suspende los derechos ó garantías que á los súbditos de España concede la constitución, donde y cuando ello le parezca el medio más expedito para hacer prosperar sus planes políticos ó para ahogar alguna voz del pueblo que se le antoje desafinada; y porque, aún en tiempos normales, los tribunales españoles están, en lo político, al servicio del gobierno, de suerte que al perseguido injustamente no le queda más esperanza de justicia que aquella que todos tenemos en la de ultra-tumba.

Es seguro que ese propósito alarmante de los aludidos vascos, se ha de afirmar más, como llegue á realizarse cierta acción judicial que el público rumor anunciaba estos días y que con un hecho escandaloso perpetrado ha poco en esta villa se relaciona.

Pero, al ver cuánta falta nos hace que los vascos patriotas puedan usar de los derechos que la ley española les concede, á fin de no abandonar al enemigo las posiciones que de ese modo podamos ocupar en nuestra tierra, yo les recomiendo vivamente á aquéllos tengan calma y paciencia todavía y esperen que las circunstancias varíen. Siempre tendrán tiempo de realizar su indicado propósito cuando la paciencia se les agote.

Es verdaderamente particular que los españoles no den con otro sistema de gobernar que el del fusil y la prisión.

Cuba y Filipinas les demostraron pretensiones de cierto grado de autonomía: y ellos les contestaron con el Mäusser... y dejaron de ser dueños de Cuba y Filipinas en absoluto.

Nosotros, los vascos nacionalistas, una cosa bien sencilla y justa pedimos: que la misma ley española se cumpla, permitiéndonos poner en ejercicio los derechos que por la misma nos pertenecen, y no persiguiéndonos por encima de la ley y contra justicia.

Pues ni esto se nos concede, resultando que somos súbditos de España para las obligaciones y no somos ciudadanos de ninguna parte del mundo en los derechos.

Dígaseme si ésta es situación que pueda soportarse por mucho tiempo; quiero decir: si los oprimidos no han de decidirse á trocar legalmente, la ciudadanía española por otra que les conceda derechos.

ARANA - GOIRI

Cárcel de Bilbao 5-VI-1902.

La Patria, Bilbao, 8 de junio de 1902


1. Empleo aquí el nombre de nación en su sentido más estricto de conjunto de familias procedentes de un origen físico común y próximo, análogas entre sí y distintas de las demás por sus caracteres morales y físicos. Es un término etnológico, no político, como es el de estado. La nación es producto de la naturaleza; el estado es obra de los hombres. Ningún hombre puede cambiar de nación aunque quiera. A ningún vasco puede hacersele de nación española o francesa ni a tiros de cañón: como ningún español o frances podrá jamás ser vasco. ¿Por que? Porque España y Francia son naciones latinas, y el vasco no es latino, sino... vasco. En cuanto a estados, ya es otra cosa. Los vascos los tuvieron antes suyos propios: hoy los unos pertenecen al estado frances; los más, al español. Si lo político se adoptara a lo natural, si la distinción de estados se atuviera a la distinción de naciones, entonces es claro que la nación vasca constituiría estado independiente del francés y del español. Queda explicada la palabra.

2. ¿De qué manera, por qué medios? ¡Quien puede concretarlos! De la manera y por los medios, indudablemente, que revelen sus actos exteriores, únicos en que puede conformarse con la legalidad o quebrantarla, únicos a que puede alcanzar la ley: porque la mera profesión de ideas no es legislable ni, por tanto, pensable. Es claro que, entre los procedimientos que pudiera excogitar, uno es ese de recabar de Francia y España concedan de buen grado al pueblo vasco, imitando la magnanimidad de los Estados Unidos para con Cuba, la independencia que para él mismo solicita el mencionado partido: procedimiento final bien conforme con la constitución española y la francesa, como lo son con la primera los procedimientos iniciales de intervenir en las elecciones, publicar escritos que no se aparten de la legalidad, asociarse con arreglo a la ley, y cuantos hasta el presente ha puesto en práctica dicho partido a esta parte del país vasco. El día que se promulgara una ley que dijera: todo anarquista y todo vasco nacionalista queda privado, por el hecho de serlo, de los derechos que a todo súbdito español conceden las leyes de reunión, de asociación, de imprenta, de elecciones, etc.; entonces muy legalmente, quien tal se declarara ante la autoridad, incurriría en delito tan pronto como escribiera en público, ingresara en alguna sociedad, se reuniera con sus amigos... o pretendiera salir de casa y andar por la calle.

"Grave y trascendental" (La Patria, Sabino Arana, 22 de junio de 1902)

Grave y trascendental

Corre el rumor de que el señor Arana-Goiri, que proclamó el nacionalismo vasco y fundó el partido, viendo hoy que a éste no se le permite la vida legal, pues se impide a sus afiliados el uso de sus derechos constitucionales que a los anarquistas no se les niegan y no se les permite ni consiente la mera profesión interna de las ideas, convencido ya de que continuar la campaña nacionalista sería gastar inútilmente preciosas energías que los vascos pudieran aplicar a la consecución de fines, como más asequibles, más prácticos, propónese desistir de continuar llamando a sus compatriotas al nacionalismo, recomendar a los que hasta el presente han acudido, reconozcan y acaten la soberanía española y pedirles su último voto de confianza para redactar y exponerles el programa completo de un nuevo partido vasco que sea a la vez español, que aspire a la felicidad de este país dentro del estado español, que camine hacia ella sin quebrantar la legalidad presente, que ofrezca bases generales para la constitución del estado total y otras particulares para este país y adaptadas a su peculiar carácter, que aspire a restaurar del pasado vasco lo bueno y a la vez compatible con la unidad del estado español y con las necesidades de los modernos tiempos, y fije soluciones claras y en lo posible concretas para los problemas que hoy tan seriamente preocupan a todas las naciones.

Añádese que, si dicho señor obtuviera de todos los nacionalistas actuales o de su mayor parte ese voto de confianza, se consagraría desde luego a trabajar el programa, convocaría, una vez terminado y en tiempo oportuno, a asamblea a todos los adheridos, hubiesen sido o no nacionalistas, y después de discutido y fijado aquél y constituido el nuevo partido conforme a la organización que se acordase, se retiraría a la vida privada, cesando en su campaña nacionalista y permaneciendo a la vez alejado del partido naciente, para dedicarse exclusivamente al estudio y exposición de la historia, las leyes, la etnografía y la lengua del vasco.

Cuando este rumor llegó a nuestros oídos, antojósenos lo que nos anunciaba muy grave y trascendental para que le diésemos crédito: grave y trascendental, francamente lo decimos, para quien fue el primero en proclamar el nacionalismo como única política digna de los vascos; grave y trascendental para quienes en estos diez años de propaganda se hayan alistado bajo su bandera y por ella hayan luchado a costa de sacrificios sin cuento; más grave y trascendental para el mismo pueblo vasco.

Así es que tan pronto como nos fue posible, nos personamos en la cárcel para que el mismo señor Arana-Goiri nos sacara de dudas. La respuesta nos dejó casi tan a oscuras como antes: se hará, nos dijo, en toda ocasión lo que deseen los mismos patriotas: estoy a sus órdenes. Esto indica que algo hay: ignoramos qué. Si es lo que dice el rumor, resulta tan inexplicable y enigmático como si nada dijera.

No se comprenden los motivos de cambio tan radical, ni la posibilidad de que todos acepten, ni su disposición al sacrificio del propio nombre y de los propios sentimientos, ni las ventajas que el cambio pudiera reportar al país.

Nada nos explicamos. Solo vemos claro que al partido nacionalista, realmente, se le ha hecho imposible la vida.

Para él la ley no está en vigor, sino la fuerza bruta.

La Patria, 22 de junio de 1902.

"Aclaraciones" (La Patria, Sabino Arana, 6 de julio de 1902)

Aclaraciones

El Sr. Arana-Goiri, a quien por deferencia a que nos creíamos obligados, dimos a leer los originales de los dos artículos que preceden, antes de mandarlos a caja, nos los devuelve con la siguiente carta, que viene a aclarar algunos de los conceptos que en aquéllos se vierte.

Sr. Director de LA PATRIA.

Bilbao.

Muy señor mío y amigo: La primera impresión que me ha causado la lectura de los artículos originales La evolución se impone, de Atxur, yAdelante, sin firma, que con fina intención, que agradezco, me ha entregado V. antes de imprimirlos, ha sido de verdadera satisfacción, por ver cómo hay vascos a quienes preocupa lo que, realmente, es de extraordinaria trascendencia para nuestra patria Euzkadi y se interesan para que sea puesto en práctica pronto y debidamente.

Pero al devolver a V. dichos escritos, no puedo menos de acompañarlos de algunas observaciones que hechas a manera de advertencias amistosas, pues como compatriota y amigo las hago, espero no han de molestar a sus autores, pues seguramente conocerán mi carácter de modo que, aunque el estilo sea seco y enjuto, no lo atribuyan a sequedad de corazón, sino a la rudeza con que están marcados los perfiles de la idea. Al mismo tiempo, como quiera que de las emitidas en los citados artículos participarán probablemente con sus autores, muchos otros vascos, a todos podría esta mi carta servir de aclaración del pensamiento ya público, aunque todavía pendiente de condición, de renunciar al nacionalismo y acatar, aun para el fin, la soberanía española.

Si nos fijamos, un poco no más, en el artículo La evolución se impone, hemos de leer que lo que el partido nacionalista trata de cambiar, no es su finalidad política, sino los procedimientos o medios a ella encaminados. No es posible, sin embargo, que su autor haya querido decir esto, porque no es esto lo exacto. Por el contrario, el cambio de que se trata afecta a la finalidad política, no a los medios o procedimientos: no al camino, sino al término a que por él nos dirigíamos.

El nacionalismo aspira, como a término o fin exterior y político, a la independencia del pueblo vasco, del cual dos antiguos estados obedecen al poder francés y los otros cuatro la soberanía española. Pues bien: según el pensamiento de que se trata, el partido que ha proclamado esa política renunciará ya a ella, aspirando a que los estados vascos que de hecho son españoles, reconociendo y acatando en derecho esta anexión o agregación suya a España, alcancen dentro de esta situación de derecho, dentro de la unidad del estado España, la mayor felicidad moral y material que alcanzar puedan.

Por tanto, según el pensamiento de referencia, el partido vasco nacionalista dejaría de serlo, para transformarse en vasco españolista. He aquí como habría renunciado a su fin para aspirar a otro sustancialmente diverso. Sólo el sujeto, el conjunto de personas que constituyen el partido, permanecería; el objeto, la idea política, habría sido reemplazada por otra de naturaleza opuesta: porque vasco nacionalista y vascoespañolista no se puede ser a un tiempo.

Veamos si habría este cambio en los medios o procedimientos, en el camino excogitado para llegar a la realización de la idea final, sea ésta cual fuere.

El partido nacionalista, bien convencido de que vive en dominios de España (pues para ello bastábale tener ojos), siempre, desde su primer momento de existencia, ha caminado hacia su fin por las vías legales (pues para no hacer otra cosa bastábale tener sentido común). ¿Cuáles han sido esas vías legales? La de escribir en público sin infringir la ley vigente, la ley española; la de asociarse con arreglo a la misma ley; la de reunirse con la misma conformidad legal; la de trabajar en las elecciones con todos los requisitos de la ley; y la de administrar en las corporaciones dejándose las ideas políticas a la puerta y sujetándose con rigor a todos los preceptos legales.

¿Que ni aun así nos han consentido resollar? Bien, y ¿qué? ¿Ha sido por los procedimientos? No, sino por el fin: no por los actos que hemos ejecutado, sino por los internos deseos y las íntimas ideas que hemos manifestado o han pretendido descubrir por adivinación en telegramas, etc.

¡Si porque nuestros procedimientos y nuestros caminos han sido siempre legales, precisamente se ha hecho tanta propaganda de nuestra causa al perseguirnos! ¿Nos la hubiesen hecho persiguiéndonos con justicia? Seguro que no.

Si hubiéramos delinquido ¿estaríamos sanos? Evidente que no. El huracán varias veces se ha desencadenado furioso contra nosotros; pero si no ha devastado nuestro campo, ha sido por haber hallado la resistencia del delito. Los tiros se han dirigido con toda intención y con todo tino; pero no es posible hacer blanco donde no existe más que en los deseos y en la imaginación de quien los dispare. (Aquí sí que viene a pelo la psicología.)

Ahora bien: el partido nacionalista, cuando, cambiando, no de casaca, como vulgarmente se dice, sino de deseos e ideas, de corazón y de cabeza, se trueque en españolista ¿empleará otros procedimientos que los señalados como seguidos mientras ha sido nacionalista? ¿Podrá caminar hacia su fin, ya entonces españolista, por otras vías que no sean las legales de España?

Solamente un procedimiento podrá poner en práctica que, cuando ha sido nacionalista, no le hemos visto emplear: el de los mítines. Pero ¿es esto cambiar de procedimientos? No ciertamente; es sólo añadir uno legal a los otros que ya usaba y eran de este mismo carácter. Si, siendo nacionalista, no lo ha puesto en juego, no ha sido, pues, porque en sus procedimientos no admitiera más que ilegales, sino porque no le ha parecido oportuno servirse de él, el partido mismo sabrá por qué.

En resumen: el pensamiento reformador de que se trata no afecta a los procedimientos o medios, sino al fin o término político a que se camina. El partido nacionalista de hoy, sin variar de sujeto ni de medios de acción, renunciaría a su finalidad, que es el nacionalismo, y se haría rigurosamente españolista.

No sé qué nombre pueda tener este cambio: no hallo ninguno adecuado: sin duda será porque, como ya dije en otra ocasión, es un fenómeno completamente nuevo y original en la historia de los partidos políticos, y las cosas cuya existencia no se conoce, no tienen nombre. Pero el acontecimiento, el presunto hecho, es ese que queda descrito.

Así como el artículo La evolución se impone hace relación al fondo mismo del pensamiento o plan de reforma que nos ocupa, el intituladoAdelante refiérese, por su parte, a la forma de llevarlo a la práctica.

Esto anotado, diré que el autor de este segundo escrito se aventura de tal modo en proponer el procedimiento que haya de observarse para llevar a término el proyecto, que si de otros colaboradores de LA PATRIA imitaran su ejemplo, tendríamos sobre el tapete un buen número de pareceres acerca de ese punto, sin que nadie estuviese autorizado para preferir uno de ellos o rechazarlos todos, o sin que, al menos, se atreviese a tomar determinación alguna, por temor de disgustar a los autores de las proposiciones que desestimase.

Creo aventurado, en efecto, el proponer ya, como en Adelante se propone, que los buenos vascos, los que estén conformes con el plan de que se trata y dispuestos se hallen a secundarlo con todas sus fuerzas, se pongan desde luego a pensar en la constitución de la junta regional y las provinciales.

Si alguien, por si mismo, se adelantara prestándose a formar parte de una u otras ¿con que títulos lo haría? Sería preciso pidiera a su vez, para este objeto, a los demás un voto de confianza. Entonces nos veríamos en el caso de trabajar tantos votos de confianza, además del que en mi favor se está trabajando para estudiar el proyecto y ponerlo en práctica, como fuesen los que así se ofreciesen a intervenir en la dirección del partido.

Si, por el contrario, fuesen los mismos inscriptos para formarlo (suponiendo sea posible se reunieran para tomar acuerdo) los que eligiesen a determinadas personas para colocarlas desde luego, siquiera fuese interinamente, a la cabeza del proyectado partido, ¿cómo el nombramiento podría ser práctico, si aún se desconoce la organización que ha de tener éste y no se sabe qué juntas ha de haber ni cuál será el cometido de cada una de ellas? Para hacer una casa, es preciso conocer las necesidades y los gustos de quien va a habitarla, adaptándola a unos y otros: aquí, la cosa se amolda a la persona. Mas para hacer el nombramiento de persona con destino a un cargo directivo, es preciso conocer en qué consiste éste para luego buscar la persona que reúna condiciones para poder desempeñarlo cumplidamente: aquí, al cargo se acomoda la persona. ¿Cómo, pues, es posible hacer hoy por ningún nombramiento de ese carácter, si aún se ignora qué cargos ha de haber y que funciones habrán de corresponder a cada uno?

No nos precipitemos. Llevemos con orden y método el pensamiento a la práctica: así nuestra obra irá bien cimentada y concienzudamente hecha, y podrá resultar firme y duradera.

De lo que al presente se trata es de saber si la mayoría de los nacionalistas me otorgan su voto de confianza al objeto ya conocido. Ese voto de confianza significará: 1º, que en principio están conformes conmigo para hacer que el partido nacionalista deje de ser esto y empiece a ser españolista; 2º, que a mí (como autor del pensamiento y ya que para nombrar una comisión sería preciso reunir una asamblea previa, que, a su vez, por alguien tendría que ser convocada, ordenada y presidida) me encomiendan la labor de redactar el proyecto de programa y el de organización, y el cuidado de convocar la asamblea que ha de examinarlos y fijar el orden en que ha de celebrarse.

Tan pronto como la mayoría de los nacionalistas me diese ese voto de confianza, sería ya un hecho el acuerdo del partido para reformar sustancialmente su política, y entonces publicaríamos un manifiesto haciendo a todos los vascos el llamamiento a esta nueva liga.

Esto no obsta para que desde ahora vayan dándome a aquel segundo fin su voto de confianza (si me creen merecedor de él) todos los vascos, sin distinción de procedencia política, esto es, hayan sido nacionalistas como no. Con ello ganaríamos no poco tiempo.

Ahora bien: para organizar y dirigir la inscripción de adhesiones, bastaría que una persona residente en Bilbao y que fuese de mi confianza se prestase a hacerlo por sí o en compañía de otro u otros (cuantos menos, mejor, porque en estas cosas de organización y acción el sistema debe ser militar, o sea, monárquico), encargándose de ejecutar ese trabajo en toda la región vasca: Nabarra, Gipuzkoa, Alaba y Bizkaya. Esa persona o esa comisión nombraría en cada provincia un director u otra comisión directora, la cual a su vez, en cada pueblo, encargaría del cometido a una persona de su confianza. Ésta, por último, nombraría en su pueblo los subalternos que le fuesen precisos en las poblaciones mayores, por ejemplo, uno por distrito. Así el trabajo quedaría dividido y subdividido en forma conveniente para realizarlo holgadamente y con brevedad.

Los directores o las comisiones directoras de las distintas categorías tendrían a su servicio los escribientes necesarios para la correspondencia y para la inscripción de las adhesiones, anunciando con profusión en la prensa los sitios donde se recibieran éstas y el modo de presentarlas. Y además de estos sitios fijos, en muchos lugares sería conveniente poner escribientes ambulantes, encargados de recoger la inscripción a domicilio.

La organización es, pues, bien sencilla, y sólo es preciso para llevarla a la práctica un poco de sentido de orden y otro poco de actividad.

Mas entretanto no se anuncie cuál sea la dirección general de toda la región, no conviene se mueva nadie para hacer su adhesión.

Es preciso tener calma, sin perder el entusiasmo y la confianza: no nos movamos a impulsos de impresiones del momento, desistiendo de propósitos ya formados, sino mantengamos éstos con firmeza de vascos, esperando el momento oportuno para exteriorizarlos.

No es hacer pronto las cosas lo que se debe procurar, sino hacerlas bien.

De V., señor Director, servidor y amigo en Jel.

ARANA-GOIRI

Cárcel de Bilbao, 4 de julio de 1902.

UNA CARTA

Con fecha 4 de los corrientes dirigió el señor Arana-Goiri al señor Director del periódico semanal Euskalduna la carta siguiente, de la cual aquél nos ha remitido copia para su inserción.

Sr. Director del semanario Euskalduna.

Bilbao.

Muy Sr. mío: Agradezco a V. en lo que vale la adhesión que en el número último presta su semanario a mi proyectado plan, en los siguientes términos:

"Si lo que se quiere es la reintegración de las libertades y derechos de Vizcaya en la forma y modo por nosotros expresados desde el primer día, cuéntese con nuestro concurso."

Desde luego puedo adelantarle que el programa que, llegado el caso, yo redacte, ha de diferenciarse sustancialmente de los varios que, con el carácter de fueristas, autonomistas o regionalistas ha conocido hasta el presente nuestro pueblo vasco: pues de ser idéntico en sustancia a alguno de ellos, estaría de más hacerlo. Celebraré que, de llevarse a la práctica el plan, satisfaga a V. el programa que, visto el proyecto que yo presente, acuerde adoptar la asamblea de quienes me honren con su voto de confianza para trazarlo.

Debo también aplaudir la franqueza con que en el mismo artículo, titulado Donde estábamos, declara V. que su semanario ha sidoespañolista desde su primer día, puesto que queda, sin moverse en el mismo terreno político al que, según proyecto, va a parar el partidonacionalista al trocarse en españolista. Por tal tuve yo a Euskalduna desde el primer día; pero no así todos mis correligionarios, al ver que en sus páginas aparecían a veces escritos verdaderamente nacionalistas. Hoy a nadie puede caberle duda acerca de su españolismo pasado y presente.

Quedo a sus órdenes en Jel.

ARANA-GOIRI

Cárcel de Bilbao, 4 de julio de 1902

La Patria, Bilbao, 6 de julio de 1902

 

"¡El Estado sobre Dios!" (La Patria, Sabino Arana, 20 de julio de 1902)

¡El Estado sobre Dios!

¡Ah, señor Climent, señor Climent: déjese de las cuestiones públicas que a los hombres les pertenece ventilar, y conságrese exclusiva y vivamente a hacer cristianos a los hombres, que de los hombres cristianos nacerán las cristianas costumbres, los gobiernos cristianos y las legislaciones que estén acordes con los cristianos preceptos! Que la Iglesia de Cristo es el único pueblo, la única nación y el único Estado a que pertenecen sus sacerdotes, es decir, aquellos que, dejando a sus padres y las redes de pescar y repartiendo sus bienes particulares entre los pobres, siguen a Cristo, sin pensar cómo hallarán el sustento del cuerpo, pues se les dará por añadidura por Aquél que a todo provee.

.............................

 ¡Ah, señor Climent, señor Climent: predique el Evangelio!

Y no sea usted... nabarro siquiera. Sea sólo sacerdote de Cristo. No dude que ha de hallar en qué ocuparse mientras viva.

(La Patria, no 38)

El Fiscal del Tribunal Supremo de España ha dirigido el mes pasado a sus subordinados una circular, cuyos párrafos sustanciales son los siguientes:

"Publicado el Código Penal en época en que para el Estado únicamente producía efectos civiles el matrimonio civil, sólo se comprendió en su texto a los jueces municipales, llamados entonces a intervenir en ellos; mas modificado aquel estado de derecho de 1875 primero, y más tarde por el Código Civil, que en su artículo 42 reconoció la forma del matrimonio canónico para los católicos, se tropezó con el inconveniente de que no alcanzaban a los párrocos que los autorizaban las sanciones marcadas para aquellos otros funcionarios; y el Código de justicia militar, llenando un vacío que no había podido suplirse antes por no haber sido reformada la ley penal en armonía con las nuevas disposiciones de la civil, acudió con el adecuado remedio estableciendo en su artículo 293, no una nueva figura de delito, sino una ampliación al precepto del Código Penal común.

"Su simple lectura convence de ello. Dice así: "Incurrirá en la pena que el Código ordinario establece para los jueces municipales el párroco que autorice el matrimonio contraído por individuos de la clase de tropas antes de los plazos marcados en el artículo 392 de esta ley...

" ¿Qué es esta disposición más que una ampliación del precepto de la ley penal común, para comprender en el derecho sancionador a los párrocos que en él no estaban incluidos?"

He ahí un Estado que suspende las leyes divinas y reglamenta los sacramentos de la Iglesia.

He ahí un Estado que legisla sobre los espíritus.

No importa que Dios dijera a la primera pareja: creced y multiplicaos; por la mujer dejará el hombre padre y madre, y se unirá a ella, y serán dos en una carne. Ni importa que Jesucristo añadiera: a quienes Dios une, el hombre no los separe. Porque Dios y Jesucristo legislarían para su tiempo (!!!), y los tiempos varían, y con los tiempos varían las necesidades, y Dios y Jesucristo no podían prever la necesidad que España experimenta en los actuales días, en fuerza de tener que atender a la conservación de tantas colonias y de tener en jaque a las demás potencias para sostener en equilibrio la paz europea; y ni podían Dios y Jesucristo calcular desde tan remota fecha el modo como hoy puede llenarse esa apremiante necesidad, ni comprender que no hay otro, por vueltas que se le dé, que el de llamarle quinto y decirle:

De hoy en adelante te queda prohibido en absoluto casarte antes de la edad que te señalemos. Esto respecto del tiempo. Luego después ya veremos si, aun cumplida, te obligaremos a casarte con la mujer que a nosotros nos plazca destinarte.

Y si antes de cumplir esa edad, Dios, hablándote por medio de la conciencia, te dice que estás en el deber de casarte o que el casarte ha de ser lo que más te convenga, no le hagas caso: Dios no está enterado de lo que al Estado conviene, pues todavía el teléfono no ha llegado hasta el cielo. Además los preceptos de Dios ya han caído en desuso y son términos anticuados en las naciones que, como España, avanzan y vuelan en alas del Progreso.

Y no te resistas a nuestra orden, hablándonos de libertad y tal, porque lo que hacemos podrá ser opuesto a la libertad, pero no al liberalismo(1).

Y al cura que, diciendo antes es obedecer a Dios que a los hombres, ose sancionar el contrato conyugal de la pareja que, con todos los requisitos del sacramento, lo solicite, se le retirará bonitamente el pan.

Para algo el Estado mantiene al clero. Si éste ama la vida ha de sentirse y mostrarse reconocido a quien se la sostiene, y la primera señal de gratitud no puede ser otra que la de acatar y someterse a sus mandatos.

Y para algo, los católicos que se obstinan en defender una filosofía que no tiene existencia fuera del gabinete en que es concebida, se empeñan también en unir estrechamente a la Iglesia con un Estado liberal, que es como enlazar a un vivo con un cadáver para sostener la vida del primero.

***

Por ese camino, aún podremos ver cosas más estupendas: quizás veamos a los curas haciendo la guardia a la puerta de los cuarteles con el fusil al hombro, y a los militares diciendo misa con su pantalón rojo y predicándonos en corto desde los púlpitos de las iglesias.

¿Os reís?

Pues ¿no le vimos hace no mucho tiempo al clero español predicando la guerra contra las tropas francesas y empuñando el trabuco por la independencia de España, como católicos y liberales lo relatan y lo aplauden? ¿No le hemos visto ha poco en los templos, con aplauso también de liberales y católicos, dictando a los fieles plegarias en las que se pedía a los cielos que la escuadra norteamericana fuese sepultada en los abismos del océano, mientras el clero católico de los Estados Unidos, que de éstos no recibe el sustento, excitaba a los fieles, con aplauso de Cristo seguramente, a que orasen por la terminación de la guerra? ¿No vemos hoy, a cada paso, a los clérigos de la Iglesia española predicando por la integridad de la patria ídem y a favor o en contra de políticas determinadas?

Y ¿qué más podrían predicarnos los militares?

Pues bien: ahora éstos, a su vez, se ponen a fijar la edad mínima para contraer el sacramento del matrimonio. ¿Para qué queremos más curas?

Refiere San Marcos:

"Y pasando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban sus redes en la mar, pues eran pescadores. Y Jesús les dijo: Venid en pos de Mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y enseguida, dejando las redes, le siguieron.

Y pasando un poco más adelante, vio a Jacobo y a su hermano Juan, hijos del Zebedeo, que estaban también en la lancha componiendo las redes. Y luego los llamó. Y ellos, dejando a su padre con los jornaleros, le siguieron."

Y San Lucas cuenta de otra ocasión:

"Y después de esto salió y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, que estaba sentado a su despacho. Y le dijo: Sígueme. Y levantándose, dejó todas sus cosas, y le siguio."

Si el clero (bien entendido que me refiero siempre a los individuos del mismo, no al conjunto total ni menos al cuerpo de autoridad eclesiástica así llamado), si el clero, pues, abandonando así los bienes y los asuntos temporales, no se preocupara por ellos, abandonaría también sin esfuerzo el socorro con que un Estado, como indemnización de los bienes de que le desposeyó, le brinda a cambio de facultades que de hecho el Estado se arroga para injerirse en asuntos interiores y propios y exclusivos de la Iglesia.

¿Dónde se incurre en verdadera transacción y mengua: en hacer prácticamente estos tratos, o en renunciar a la posesión de aquellos bienes y a la indemnización?

Del mismo San Lucas:

"Y le preguntó un hombre principal, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para alcanzar la vida eterna?

Y Jesús le dijo... Sabes los mandamientos... Él dijo: todos los he guardado desde mi juventud.

Cuando esto oyó Jesús le dijo: aún te falta una cosa, si quieres ser Perfecto: vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

Cuando él oyó esto, se entristeció, porque era muy rico. Y Jesús le dijo, cuando le vio triste: ¡Con cuánta dificultad entrarán los ricos en el reino de Dios! más fácil cosa es pasar un chicote por el ojo de una aguja que entrar un rico en el reino de Dios."

Pero, según todos los cristianos sabemos, el Hijo de Dios refiérese aquí con el nombre rico, no al que posee muchos bienes, sino al que, poseyéndolos, los retiene con avaricia o los usa desordenadamente, y al que, no poseyéndolos, los codicia; así como, al hablar de los pobres, no se refiere a los que carecen de bienes, sino a quienes, careciendo de ellos, no los apetecen con concupiscencia, o, poseyéndolos, los administran honestamente y a gloria de Dios y en bien del prójimo.

Ahora bien: ¿en qué caso se pone el clero, cuando, a cambio de conservar los medios de subsistencia de sus individuos, consiente que el Estado invada las facultades que sólo a Cristo pertenecen y están a su Iglesia encomendadas?

¡Oh, el Derecho canónico!

Tanto separa de la Iglesia y de Cristo cuanto se acerca al Estado y al hombre.

***

Cuando Jesús despachó aquella misión de setenta y dos discípulos que, de dos en dos, fuesen a anunciar su llegada y predicación a las ciudades que se proponía recorrer, les decía:

Y en cualquiera ciudad en que entrareis y os recibieren, comed lo que os pusieren delante.

Mas si en la ciudad en que entrareis no os recibieren, decid . saliendo por sus plazas: aun el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad, sacudimos contra vosotros. Os digo que en aquel día habrá más rigor para aquella ciudad, que el que hubo para Sodoma.

Que es decir:

Vivid de lo que os den graciosamente, y deteneos a cristianizar el país donde os ofrecieren sustento. Si en alguno se os negare, abandonadlo a mi justicia, pues que no podéis vivir en él. Mas no Me vendáis a Mí por dinero. (Esto Judas lo hizo.) No abandonéis mi servicio por aseguraros la vida del cuerpo: que no os envío a ganar vuestro bienestar, sino a ganar los hombres para Mí.

Si así se cumpliera, podría haber mártires (cosa que les debe tener muy sin cuidado a los cristianos, pues saben que el hombre no ha nacido para este mundo); pero no veríamos Estados que, a cambio del pan de que proveen al clero, logran injerirse de hecho en el gobierno de los espíritus, que sólo a la Iglesia de Dios corresponde.

Entre paréntesis.

Dicen las estadísticas que la población de España no ha aumentado apenas desde 1865.

Consecuencia de dos fenómenos, uno físico, y moral el otro: la emigración, efecto de la miseria, y la escasez de casamientos, efecto de la inmoralidad.

Y el Código militar concurre con otra causa a la despoblación de España, pues obliga a los individuos de las clases de tropa a aplazar el matrimonio.

Lo cual, además de causar directamente despoblación, la causará también indirectamente: porque con ellos habrán de aumentar, por un lado, la emigración, y por otro, la inmoralidad y el número de célibes recalcitrantes.

En cambio, España podrá disponer de un ejército de reserva numeroso, para cualquier evento en que sus mejores colonias den señales de pretender emanciparse o manumitirse.

***

Un Estado que prescinda de confesión religiosa, hubiese procedido de otro modo.

Así la república de los Estados Unidos por ejemplo de tener servicio militar obligatorio y prohibirle al mozo el casarse hasta determinada edad, habría fijado sanción penal contra el juez que le legalizase el matrimonio dentro de ese termino, pero haría caso omiso del acto natural y religioso por el cual lo hubiese contraído, como excluiría toda consideración al sacramento del orden, a todos los sacramentos y a las cosas eclesiásticas todas: y al sacerdote cristiano que hubiese autorizado el contrato en cuestión, le dejaría tranquilo, pues ni siquiera trataría de enterarse el Estado de si había tenido lugar semejante contrato ni mediado sacerdote alguno. El mozo, de ese modo casado por la Iglesia, estaría obligado a acudir a las armas cuando fuese llamado, así tuviese ya, además de la mujer, media docena de hijos: y en paz.

¿Resulta, con esto, atropellada la Iglesia en el ejercicio de su ministerio? Absolutamente: el Estado no la toma en consideración, pero tampoco le impide desempeñar libremente su cometido.

España, en cambio, que no prescinde de confesión religiosa, sino que, por el contrario, establece en la Constitución que la religión del Estado es la católica; que fama de nación católica tiene, si bien para (un renglón ilegible) de cinco décimas de indiferentes y cuatro de fanáticos; que tiene en su corte a Nuncio Apostólico de Su Santidad y a Embajador suyo en Roma: que se precia de mantener con el Vaticano amistosas relaciones y que, en el concepto de restitución o en el que se quiera, pues vale lo mismo para el caso, destina una parte de su hacienda al sostenimiento del clero: España fija sanción penal contra el cura que case, antes de la edad mínima señalada por el Código militar, al mozo que en activo o de reserva pertenezca al ejército.

Con lo cual resultan evidentemente vulnerados los derechos de la Iglesia en el ejercicio de su ministerio.

¡Oh, el Derecho canónico! ¡Qué fácilmente se trueca en conculcación de los cánones!

Es que el vivo y sano, estrechamente ligado al putrefacto cadáver, no puede conservar la salud ni la vida.

Los Estados Unidos no incluyen en sus presupuestos ninguna cantidad para el sostenimiento de culto ni Clero alguno. Pues, allí el clero es libre, el culto se propaga y la Iglesia es próspera, como recientemente lo ha reconocido el Papa, felicitándose de ello.

El Estado español concurre a sostener el culto y al clero. Pues, en España, en las cosas de la Iglesia, manda el Estado.

Se trata de un Estado liberal, y es utópico pretender de él un Estado con Dios.

A elegir.

A ti te digo especialmente, oh clero vasco, pues a ti también te incluyen en la Iglesia española, y tú también tienes a tu cuidado espiritual mozos a quienes alcanza el Código militar de España.

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 20 de julio de 1902.

1 En efecto, el diario madrileño del cual hemos recortado aquellos párrafos, dice que se complace en insertarlos, pues demuestran que en las altas regiones del Estado no se desatiende del todo aquellos procedimientos que tienden al progresivo desarrollo de la política liberal.

"El catolicismo en el norte" (La Patria, Sabino Arana, 20 de julio de 1902)

El catolicismo en el norte

Verdaderamente, las razas latinas tienen que reconocer la superioridad de las del norte en todas las manifestaciones de la doble vida, espiritual y material: en religiosidad, en ciencia, y en artes, en agricultura, industria y comercio, en seriedad de juicio y acción, en actividad y firmeza de carácter, en orden y respeto social.

En religiosidad las superan tanto que, como todos sabemos, a pesar de ser protestantes en su mayoría las gentes del norte, guardan los días festivos y cumplen muchos preceptos cristianos mejor que la mayor parte de los pueblos latinos, que se dicen católicos, pero cuya ignorancia en la esfera religiosa se manifiesta por una indiferencia profunda en la materia de fe y un fanatismo africano en las cosas de piedad. Y esto, con diferentes aspectos, lo mismo en el que ara el campo como en el que cada año redondea un nuevo capital, lo mismo en el que no sabe leer y escribir ni casi hablar que en el que habla y escribe casi a diario para el público.

Este intenso contraste del carácter de los pueblos del norte con el de los latinos, parece augurar que acaso en día no lejano aquellas naciones vuelvan al seno de la Religión Católica y en ellas la Sede Romana halle el amparo que las latinas le niegan.

Sugiérennos estas consideraciones ciertas frases pronunciadas por el Emperador de Alemania en su discurso del 19 de junio en Aquisgrán.

Helas aquí:

"Con orgullo y satisfacción quiero que sepáis que el Papa ha declarado al Barón de Loe, representante mío en las fiestas del jubileo, que tenía formada muy alta idea de la piedad del pueblo alemán y especialmente del Ejército.

El Barón de Loe recibió encargo de (hay una línea ilegible) país de Europa donde todavía prevalecen las buenas costumbres, el orden, la disciplina, el respeto a la autoridad de la Iglesia y donde cualquier católico puede practicar libremente su Religión, por lo cual el Papa daba gracias al Emperador de Alemania.

Esto me permite manifestaros mi opinión de que las dos Religiones dominantes en Alemania deben esforzarse en mantener y fortificar en el pueblo el santo temor de Dios y el respeto a la Religión.

Poco importa que seamos hombres a la moderna y que nos movamos en uno u otro campo: quien no hace de la Religión el fundamento de la vida, está perdido.

Por este motivo, juro que pondré el Imperio y el Ejército y que me pondré yo mismo y pondré mi autoridad bajo los auspicios de la Cruz y al amparo de Aquel que dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero no pasarán mis palabras."

Este discurso, en que tan decididos nobles propósitos revela Guillermo para con su pueblo, ha causado en toda Alemania profunda impresión, y es presagio de días felices para la única verdadera Iglesia, en aquel Imperio.

Mucho tienen que evolucionar y revolucionar las naciones latinas para que se hagan dignas de tener reyes o presidentes que así, en público, se atrevan con tanta fe a ensalzar al divino signo de nuestra Redención.

Nosotros, los vascos, evitemos el mortal contagio, mantengamos firme la fe de nuestros antepasados y la seria religiosidad que nos distingue, y purifiquemos nuestras costumbres, antes tan sanas y ejemplares, hoy tan infestadas y a punto de corromperse por influencia de las venidas de fuera.

Sabino Arana, La Patria, 20 de julio de 1902.

"Los congresos católicos de España" (La Patria, Sabino Arana, 27 de julio y 3 de agosto de 1902)

Los congresos catolicos de España

Introducción

Debo prevenir que, como ya dijo Bizkaitarra hace muchos años, los Congresos Católicos de España no rezan con nosotros los vascos, dado su carácter mismo, determinado por las cuestiones que en ellos se dilucidan y por las personas que en ellos intervienen; por lo tanto, el Presente breve juicio crítico no tiene más alcance que el puramente teórico es decir, el mismo que pudiera tener el que un español hiciese de los congresos Católicos de Italia, pongo por caso.

Hecha esta advertencia, pregunto:

¿Han acordado algo práctico esos ruidosos Congresos? Casi nada.

¿Han hecho algo positivo? Absolutamente nada.

Hechos son éstos o, mejor dicho, negación de hechos que nadie ignora: ni los católicos de España, ni los de fuera de ella.

Los hechos no se demuestran: se comprueban con el testimonio de las gentes; y el testimonio de esa carencia de hechos está en todas partes, y no es preciso buscarlo.

Y ¿cuál es la causa de que unas asambleas tales, promovidas por los mismos Obispos y el alto Clero y reforzadas por gran número de seglares, no den prácticos resultados?

Son dos distintas: una, la misma naturaleza del objeto de esas reuniones; la otra, el carácter del sujeto mismo que las celebra.

I

Son infructuosas por causa de su objeto

Comienzan esos Congresos por rechazar todo color político, diciendo que su cometido es mucho más elevado que el de tratar de los diversos sistemas de gobernar y legislar los Estados, Para hallar el más adaptable a España.

Y hacen perfectamente en desentenderse de esta cuestión puramente humana y cuyas soluciones, sustancialmente variables según los países, las gentes y los tiempos, no interesan a la Iglesia, que en su dogma, moral y fundamental disciplina es inmutable.

Porque, en efecto, las referidas asambleas, si no me equivoco, pertenecen a la vida interna de la Iglesia, aunque en su parte accidental y de relación con el determinado país, la determinada gente y el determinado tiempo en que se celebren: no pertenecen a la vida del Estado político en cuyo territorio se reúnan Constituyen una nueva institución dentro de la disciplina o régimen de la Iglesia española: no afectan al régimen político del Estado español.

Pero bien: es el caso que, a pesar de todas esas apariencias de hacer caso omiso de las cuestiones políticas, los Congresos Católicos resultan realmente políticos. Trátase en ellos de la constitución del Estado, de su gobierno, de su legislación, y no sólo por lo que puedan interesar al bien moral de la nación, sino también por lo que puedan contribuir a la prosperidad material del Estado.

Sin ir más lejos, en el sermón de apertura (sermón, que no discurso profano) que el Obispo de Tuy ha pronunciado en Santiago y que, al decir de la prensa, ha fijado la norma para las conclusiones que ha de acordar el presente Congreso, lamentóse el orador de la caída del poderío colonial de España, atribuyéndola al desdén y desprecio con que el Estado español haya tratado en los últimos tiempos al clero secular y a las órdenes religiosas, único brazo fuerte, según el orador, para mantener la soberanía de la metrópoli en sus colonias.

No parece sino que el interés de Cristo consiste en que España sea grande y poderosa, ¡aun a costa de la humillación, la esclavitud y la miseria de los pueblos por ella sometidos y explotados! No parece sino que la Iglesia debe ponerse a las órdenes del Estado y servirle de instrumento en sus planes, ¡aun para realizar actos tan ¡lícitos como la conquista y la esclavización de pueblos libres! No parece sino que el clero secular y las órdenes religiosas procedían bien, si procuraban la evangelización de aquellos países como medio no más de obtener y mantener su sumisión a España, de modo que no fuera el servicio de Cristo lo que les predicaran, sino la resignación a ser siervos de la Corona española.

Forzoso será convencerse de que tal ha sido el sistema empleado por esa nación latina en la adquisición y conservación de sus colonias y dominios todos.

Dijéranlo antes, y ni en los mismos autores de historia de España se hubiese hallado la afirmación tan audazmente sostenida hasta ahora por doctos e ignorantes, de que España, al conquistar las Indias, sólo se propuso extender el reinado de la Cruz (procedimiento que tampoco dejaría de ser anticristiano y satánico), ni sus reyes titulados Católicos habrían recibido este apelativo, sino más bien el de Simoníacos, porque ya no aparecería que su dominación política había sido un medio para propagar y sostener el reino de Cristo, sino que, viceversa, de la Iglesia, cuyas obras y cuyo fruto sólo a Cristo Pertenecen, se habían valido para acrecentar su real tesoro y garantir su posesión.

No otra conclusión se desprende lógicamente de las afirmaciones que el Obispo de Tuy ha hecho en el sermón con que ha inaugurado el Congreso de Santiago.

¡De tal modo los Congresos Católicos de España hacen política, y política no siempre favorable a la Iglesia y a Cristo!

Y es evidente que por ahí no se va a ninguna parte, como no sea a persistir en apartar a la Iglesia de su verdadera, santa misión y ponerla al servicio de bajos intereses mundanos.

De ese modo, además, quedan excluidos de los tales Congresos los católicos que no opinan en política como el Obispo de Tuy y sus compañeros. Sus puertas están cerradas a los católicos de aquellos países que, como antes las Filipinas y las Antillas, están todavía esclavizados por España; y estánles cerradas, aun en el supuesto de que la Iglesia española, no sólo sea una, sino que una deba ser para aquella nación latina y sus dominios, y aunque éstos pretendan emanciparse por razones precisamente del orden religioso-moral.

Pues ¿cuál es el objeto concreto a que debe aplicarse la atención de esas asambleas?

Ya queda dicho que no debe ser político, sino puramente religioso y eclesiástico. ¿Cuál en este orden?

Ya he dicho también que este juicio crítico es meramente teórico, y sigo adelante para terminar.

II

Respuesta a una observación

Sólo me detendré para hacerme cargo de una observación.

Esos Congresos —puede decirse—, sí son católicos, pero son también políticos en cuanto que con ellos se persiguen principalmente dos objetos: lo, reunir, bajo la dirección de los Obispos, a todos los católicos que estén dispersos en los diferentes partidos políticos, y que luchan muchas veces entre sí con energía digna de mejor empleo y con encarnizamiento opuesto a la caridad, y 20, unirlos a todos trazando las bases de doctrina y procedimientos que por todos, sean cuales fueren sus discrepancias políticas, puedan ser aceptadas.

Pero ¿en qué quedamos?

¿Son políticos esos Congresos, o no lo son?

Si lo son, no concibo cómo en ellos intervienen directa y principalmente los Obispos.

Si no son políticos, no se comprende cómo, por su misma esencia, manifiesta en el mismo objeto que se proponen, puedan a la vez serlo, como así resulta también por los temas que en ellos se tratan.

Los Obispos, ciertamente, son los pastores de los católicos; mas no para guiarlos y apacentarlos en la política, sino para guiarlos y apacentarlos en la religión.

Si los católicos riñen públicamente y se ensañan en la lucha y aun llegan a manifestar mutuo rencor mortal e inextinguible, el corregir estos escándalos y reconciliar a sus promotores corresponde, es verdad, a los Prelados; pero éstos lo procurarán sin necesidad de parar mientes en que el origen de las tales disputas sea político o doméstico. Bástales la autoridad que ejercen en la Iglesia para recordar a los miembros de ésta los preceptos de caridad y orden que están obligados a cumplir, y para aplicarles el condigno correctivo si hubiese lugar.

Pero es que no es eso —se replicará—, sino que lo que se quiere es que todos los católicos formen una sola falange política para conquistar los poderes del Estado.

Y ¿qué se le va a hacer si no la forman? ¿Procederá, acaso, que sean los Obispos los que reúnan las fuerzas dispersas y, organizada la falange, se pongan a su cabeza para conducirla al asalto? ¿Es acaso de este mundo el reino de Cristo? ¿No aspira Cristo a reinar en los corazones, o va a ser permitido rebajar su Divina Causa hasta el bajo nivel de las falsas religiones que se han valido de la fuerza bruta para propagarse y consolidarse?

No: la Religión Cristiana es santa; busca voluntades libres, no adhesiones hipócritas.

Si entre los hombres triunfan aquellos que conducen a la sociedad por caminos de perdición, no es a la imposición física, ni menos puesta en practica por la Iglesia, a la que le está encomendado el vencerlos. Hay un Dios próvido sin cuya presencia y permisión no se mueve una hoja en el árbol.

Lo que al clero toca es cristianizar a los hombres, y es lo que se abandona cuando el tiempo que en ello debe emplearse se invierte en discutir cuestiones políticas.

Si el hombre es verdadero cristiano, ya por sí ha de anteponer a todo el reino de Cristo. El clérigo debe buscar sólo el reino de Cristo; el seglar, ante todo el reino de Cristo: tal es la doble fórmula de norma cristiana que, con intención recta y una luz medianamente clara, se deduce del Evangelio.

Los que posponen o equiparan aquel negocio de orden divino y eterno a intereses humanos y temporales no son católicos, no son buenos cristianos. Hay que empezar por hacerlos tales.

Es inútil pretender unir a quienes no sirven a la misma bandera, que debe ser la Cruz para los Congresos Católicos.

Y si siguen la misma bandera, huelga convocarlos, pues ya están unidos.

III

Son infructuosos por causa de su sujeto

Y termino, diciendo por qué el sujeto mismo que celebra los Congresos Católicos de España es causa de que estos no den resultados positivos.

En primer lugar, porque es español, y se paga, por su carácter (dicho sea salvando el sacerdotal de algunos congresistas), de las apariencias y las formas y la ostentación, y abandona el fondo y aquello que positivamente interesa a la Iglesia española.

Como todas las asambleas españolas, los Congresos Católicos son brillantes pugilatos de oratoria: de oratoria que luce y resplandece como las flores de los jardines, que no dan fruto, de oratoria vana y leve que se la lleva el viento.

Las plantas que producen beneficioso fruto suelen ser de humilde flor, en muchas casi imperceptible. En los vegetales que no rinden fruto aprovechable se hallan las flores más bellas y son profusas las galas: algo habían de tener.

Pues esto les ocurre a los españoles: verbosidad arrebatadora, exquisita dicción, fantasía brillante, inflexiones y períodos fascinadores, frases de efecto sorprendente; pero juicio seguro, sentido práctico...

El sujeto de los Congresos es, en segundo lugar, muy limitado por selección: casi aristocrático.

Basta ser conde o marqués para formar parte de ellos como conspicuo personaje... ¡En este siglo XX! Y ¡en asamblea católica!

También esto corresponde a las formas, a la ornamentación: también esto es latino.

Cierto que hay congresistas que son catedráticos.

Pero también es cierto que habrá muchos padres de familia que, sin ser marqueses ni condes ni tampoco catedráticos, estén no menos interesados que los que lo son en las cuestiones que se tratan o deben tratarse en los Congresos, y que no carecerían de juicio para poder intervenir en sus resoluciones. Verdad es que en ellos, según parece, éstas no se adoptan por votación general: sobre lo cual no me extenderé, porque pertenece al modo de celebrarse dichas asambleas y aquí no me he propuesto hablar del modo, sino de su objeto y su sujeto.

Por último, parte del sujeto de los Congresos, siquiera simplemente explotadora, es la mujer, sólo la aristócrata y la adinerada, por supuesto, o aquella que tribute culto a la aristocracia o al dinero, lo cual vale lo mismo, pues también entonces mirará con desdén (¡cristiana educación!) a la de condición llana y humilde. También éste de la mujer es motivo de ornamentación, y exigencia del prurito de lucimiento que acompaña a la oratoria hispana: también esto es latino hoy, como antes fue germánico. (El vasco, poco platónico y seriamente respetuoso para con la mujer, no acertó a copiarlo ni del uno ni del otro pueblo.)

Pero aún me resta señalar un nuevo elemento del sujeto de los aludidos Congresos: las autoridades del Estado: militares, civiles y la representación del Rey.

¡Nada! Que para un católico bizkaino no es posible adivinar a dónde caminan esas asambleas, convocadas y dirigidas por los Prelados, y presididas por los Prelados y por las autoridades civiles.

Porque si son eclesiásticas, las autoridades civiles no pueden ser en ellas autoridad ninguna, sino simples legos, como cualquier bautizado hijo de vecino. Y si son políticas, ¿los Obispos y los clérigos en general qué papel pueden desempeñar en ellas?

La única manera de concebir el mixto carácter de esos Congresos con los que se pretende avanzar, es el de considerarlos, según entiendo, como reminiscencias no oficiales de aquellas asambleas de la Edad Media en las que se ajuntaban Reyes y Obispos para gobernar los Estados y darles leyes, que es lo que en parte acontece hoy en la esfera oficial con el Senado español.

Si el juicio es acertado, resulta bien refractario el pueblo español a emprender el restaurador progreso cristiano. Sus elementos acatólicos avanzan, mucho más los anticatólicos; los católicos, en vez de adelantarse a todos, no se contentan ni con estarse quedos, sino que retroceden a tiempos de deplorable confusión de los intereses de Cristo con los mezquinos de los hombres.

Conclusión

He concluido, y estoy viendo que el lector me dirá que no he hecho más que destruir, que nada he tratado de edificar.

Porque cabe preguntarme: y bien ¿usted qué objeto les señalaría a los Congresos Católicos y con qué sujeto los constituiría?

Pues vuelvo a repetir que lo que me he propuesto escribir de ellos es un juicio solamente teórico. Si no he hecho más que destruir, yo no tengo la culpa; si tratara de levantar algo, sería ya práctico, saliéndose de mi objeto.

El hacer algo práctico y edificar les compete a aquellos con quienes, según Bizkaitarra, rezan los Congresos Católicos de España.

Si algún día, como se asegura, los vascos actualmente nacionalistas se hacen españolistas, renunciando a sus fines políticos de hoy, entonces esos vascos, al encerrar sus aspiraciones dentro de los límites del Estado español, se considerarán también miembros de hecho y de derecho de la Iglesia española, y entonces, no con el carácter de españoles, sino con el de cristianos que también sacrificarían en el altar español, intervendrían seguramente en las cuestiones que afectasen a dicha Iglesia.

Llegado este caso, tal vez los nuevos elementos así agregados contribuirían a que se llegara a comprender cuál debe ser el objeto de los Congresos Católicos y cuál el sujeto que los constituya.

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Hay pueblos, en el mundo, que están destinados por la Divina Providencia a influir directamente en la cultura y civilización de otros, a expensas de su propia libertad y ventura.

¡Triste destino!

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 27 de julio y 3 de agosto de 1902.

{slilder "¿Pueden los Obispos intervenir en política?" (La Patria, Sabino Arana, 10 de agosto de 1902)}

¿Pueden los Obispos intervenir en política?

Preámbulo

No porque se trate de política española, que a nosotros los vascos, hoy por hoy, nos debe preocupar bien poco, sino porque la política de unión católica que hoy se agita en España es cuestión viva y palpitante en muchas naciones, voy a ocuparme de nuevo, aunque brevemente, en este asunto de universal interés.

Me da pie para ello la opinión sustentada por el jefe de uno de los partidos católicos de España, don Ramón Nocedal, en el discurso que ha pronunciado en el teatro de Santiago de Galicia el 27 de julio, esto es, a raíz del Congreso Católico: opinión que consiste en afirmar que a los Obispos corresponde intervenir en la acción política para dirigir a los católicos; que es lo contrario de lo que en mi artículo anterior Los Congresos Católicos de España dejé sentado.

Pero cíñese mi objeto, al presente, a contestar a los argumentos con que dicho publicista español apoyó su afirmación. Tomo de la mejor fuente sus palabras: del diario integrista de Santiago Gaceta de Galicia, que ha publicado íntegramente su discurso.

Sólo los ignorantes lo negamos

Dice el señor Nocedal:

"¿Qué parte han de tomar los Obispos, el clero y los seglares en esta campaña (la campaña política de los católicos)?

Dicen los que saben poco de estas cosas, y los que saben menos de Teología, Filosofía y Política, que esta unión de los católicos tiene una valla infranqueable: que los Obispos no pueden acudir a mandarlas maniobras del ejército fiel en la parte menuda de la política, en la prensa, en el parlamento, en las elecciones."

Está bien: ya por el pronto, el que este articulejo escribe queda convicto de profano y lego en materia de Teología, de Filosofía y de Política.

El Sr. Nocedal, que conoce como su casa la Teología, la Filosofía y la Política, ha de presentar seguramente, en apoyo de su afirmativa opinión, argumentos de una fuerza incontrastable.

Veámoslo.

El Evangelio, corregido y archivado

Pero, antes de exponerlos, abre un paréntesis y dice:

"Ciertamente es una verdad dogmática (sic) que Jesucristo no les dio (a los Obispos y demás clero) encargo alguno político: no se puede negar que Jesucristo estableció la diferencia entre el sacerdocio y el Imperio."

Todo esto, no sólo es verdad, sino que, según el jefe del integrismo, es aún de fe: dogmático.

Pero semejante doctrina, es en el Evangelio donde se contiene: era preciso saber si la Teología, la Filosofía y la Política están conformes. Y hallando el Sr. Nocedal que las que él conoce no lo están, ha hecho retirar al archivo de libros viejos el Evangelio, y hase quedado con la Teología, la Filosofía y la Política, las cuales ¡psché! ya reconocen que aquel documento dice muchas verdades, ¡pero en este punto le declaran errado!!!

Semejante doctrina fue expuesta y predicada, ciertamente, por Jesucristo; pero unos siglos más tarde había de aparecer algún autor de Teología, de Filosofía o de Política que la... desarrollase y perfeccionase..., ¡sentando la contraria!

Los Obispos son ciudadanos

Porque, en efecto (y ahora vienen los argumentos que sirven de base a esta nueva doctrina):

"En primer lugar, los Obispos son ciudadanos y como tales nadie puede negarles el derecho a intervenir en la política."

¿Ciudadanos? Sí, es verdad, ya lo sé. Ciudadanos son: en los Estados Unidos, porque el Estado hace caso omiso de la Iglesia, y allí el ser sacerdote es, ante el Estado, como ser cirujano: en España porque se confunden la Iglesia y el Estado, dominando antes aquélla sobre éste, prevaleciendo ahora éste sobre aquélla, e imponiéndole las obligaciones que le plazcan y concediéndole los derechos que crea oportuno, obligaciones que generosamente aceptan los individuos del clero a cambio de los derechos que se les otorgan.

Sí, verdaderamente, son ciudadanos: lo mismo en los Estados Unidos, que es donde más se practica la libertad, como en España, que es donde ésta se conoce menos.

Es verdad: y si repasando la historia se halla un sólo Estado en el cual haya vivido el sacerdote sin ser ciudadano: ni Bizkaya se nos muestra tal, con haber sido el Estado que más se ha acercado en su constitución a lo que debe ser un Estado cristiano en este punto.

Hay que reconocerlo: han sido siempre y son hoy también, en todas partes, ciudadanos.

Pero bien: lo que hasta ahora conocemos es el hecho pasado y presente, pero sólo el hecho, nada que nos pruebe el derecho y la justicia con que éste se ha realizado. Porque es de suponer que no a este caso sea aplicable la teoría jurídica de los hechos consumados.

En este supuesto, veamos.

Ciudadanos, es verdad, han sido y son los Obispos; ciudadanos han sido y son todos los sacerdotes.

Pero ¿quién los ha hecho ciudadanos?

¿Jesucristo? No, por cierto: Jesucristo los ha hecho sacerdotes y Obispos, pero nada más.

¿La naturaleza? Tampoco: la naturaleza los ha hecho hijos de sus padres (a los cuales también ¡que cosa!, deben dejar por seguir a Cristo) e individuos de su raza, con tales o cuales caracteres, debidos los unos a la herencia, los otros al clima; pero nada más.

Es el Estado y sólo el Estado el que los ha hecho ciudadanos.

Es, pues, indudable que, ante el Estado y para el Estado, son ciudadanos, con todos los derechos anejos a esta condición. El Estado, con las facultades que le competen, les reconoce esa ciudadanía, y he aquí todo.

Pero esto no prueba nada de lo que se trata: no procediendo de Cristo ese derecho de ciudadano, no basta el que de hecho y de derecho en el Estado y por el Estado lo tengan, para probar que lo tienen por Cristo o que pueden según Cristo ejercitarlos.

Por el Estado, los Obispos y los sacerdotes todos tienen perfecto derecho a vestir de levita y sombrero de copa, tienen derecho a no celebrar una misa en todo el año, y tienen, en fin, completo derecho a no cumplir ninguno de los deberes que la Iglesia les tiene señalados.

Un Cardenal fue regente de un reino

El segundo argumento del señor Nocedal, en apoyo de su tesis dice:

"Sirva de testimonio el glorioso recuerdo del Cardenal Cisneros, sacerdote insigne y regente de Castilla."

Dejemos a los muertos descansar en paz.

Y volvemos a lo mismo: a citar un hecho: el caso de un Obispo Cardenal que fue regente de un reino.

Falta probar todo: falta probar que aquel buen Cardenal, como tal Ministro del Señor, hizo bien en meterse a gobernar un Estado.

Como aquél obrara bien en ello, seguramente que los actuales Obispos y Cardenales pueden permitirse la intervención política, ya más modesta, de dirigir a los católicos en la prensa, en el parlamento, en las elecciones, etc.

Pero hay que probarlo.

¿Basta citar hechos? ¿Son los hechos, por si mismos, constitutivos de derechos? ¿Basta que un hecho se haya realizado, para suponer que se haya verificado con arreglo a todo orden, divino y humano?

¡Válgame Dios! ¿Qué principios se inducirían de semejante argumento?

Por de pronto tendríamos este: que la persona no se justifica por sus obras, sino que éstas son buenas o malas según el sujeto que las realiza.

Y habría que empezar por averiguar cómo este sujeto se ha hecho bueno o malo.

Y tendríamos que Cisneros se hizo infaliblemente bueno y justo al hacerse Cardenal.

Y concluiríamos que basta llegar a ser Cardenal para ir con zapatos y todo al cielo.

Lo cual, cambiando el título, podría ser dogma de la religión mahometana; pero ¡de la cristiana!

Las circunstancias lo exigen

Tercer argumento:

"Pero a la hora en que la política es una máquina infernal para arrojar de la sociedad la doctrina de Jesucristo, ¿no tienen derecho y obligación de ponerse a la cabeza del ejército católico para defender los derechos de la Iglesia?"

Bien: esto será muy poético, una figura todo cuanto bella se quiera, pero no es argumento de ninguna clase.

Mucho es que el Sr. Nocedal, tan amigo, en todas ocasiones, de la tesis, prescinda ahora de ésta y se atenga a la hipótesis.

Pues en efecto, sienta la hipótesis de que al presente la política es una máquina infernal que trata de arrojar de la sociedad la doctrina de Jesucristo, y deduce de aquí que en circunstancias tales los Obispos tienen derecho y obligación de ponerse a la cabeza del ejército católicoen esta liza política.

Cuando le dicen que en otros puntos de política no debe mirarse atrás, sino al presente, y atenerse a las circunstancias actuales, a la realidad, renunciando al tradicionalismo y a la doctrina abstracta, ¡oh! entonces no admite el terreno de la hipótesis sino que se ase fuertemente a la tesis pura.

Y es el caso que en este punto de la intervención de los Obispos en la política, es donde debiera haberse concretado a la desnuda tesis, porque o esa intervención es de derecho originado en Cristo, constante y universal, o no es de derecho en ningún país ni en época alguna.

¿Ha venido a ser la política una máquina infernal, y quiere deducir de aquí que los Obispos deben ponerse al frente de los católicos para deshacerla y desbaratarla?

Pues mire: aún hay otra máquina más infernal, más antigua, de más alcance y mucho más poderosa: el dinero; máquina terrible que mueve a las demás, sin excepción, que funciona para destruir la doctrina de Cristo. (El oro judío no trabaja por otra cosa.) Sin esa máquina, la de la política, que de ella recibe el impulso, quedaría paralizada.

Y bien: discurriendo como discurre el Sr. Nocedal, sería procedente que los Obispos se colocaran a la cabeza de los católicos para emprender grandes negocios, formar poderosos sindicatos y trusts y acaparar el capital y las fuerzas productoras, y vencer así a la infernal máquina del dinero, desarmándola y haciendo de ella una máquina celestial y divina.

Pero ¿caen estas funciones dentro del ministerio que Jesucristo les confió a los Obispos y al clero todo?

Los Obispos alemanes han intervenido

Cuarto y último argumento:

"El punto hasta donde han de llegar, está encomendado a su prudencia, no lo hemos de decir nosotros, pero para negar el derecho de inmiscuirse en la política hay que borrar la historia del Centro Católico alemán, de aquellas campañas en que los párrocos iban, no sólo a las reuniones electorales de los Católicos, sino a las reuniones de sus adversarios y los Obispos salían a la vía pública y escribían y hablaban, y fueron a las cárceles y a los destierros y desde allí vencieron y abatieron la soberbia de Bismarck."

Los Obispos y los párrocos alemanes han procedido así: luego pueden los Obispos y los párrocos de cualquier parte conducirse, en cualquier tiempo, del mismo modo.

¡Peregrina manera de razonar!

¡Hecho, no más que hecho! Como el de ser ciudadanos y practicar este derecho los Obispos y demás clérigos, y el haber sido regente de cierto reino un Cardenal.

La cuestión es demostrar que esos hechos son ajustados a la justicia cristiana.

Que es lo que el señor Nocedal no lo ha hecho, a pesar de llamar ignorantes a los que afirman lo contrario.

Verdad es que, probablemente, entre los volúmenes de Teología, de Filosofía y de Política que conoce tan a fondo podría hallar materiales más que sobrados para el caso.

Pero lo es también que no sería difícil que cualquier ignorante en Teología, en Filosofía y en Política, pudiera probarle, con el sencillo Evangelio, viejo y carcomido, que así como ahora no ha hecho otra cosa que citar hechos, que nada prueban, así entonces no haría más que citar opiniones de autores, para enterarse de las cuales bastaba con tener noticia de la misma del Sr. Nocedal.

Pues nos quedábamos como antes: en el caso de ver si los autores que citara probaban la tal opinión.

Y para ese viaje...

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 10 de agosto de 1902

{slidre "El baskuence en toda el África" (La Patria, Sabino Arana, 24 y 31 de agosto, 7, 14, 21 y 28 de septiembre y 5, 12 y 19 de octubre de 1902)}

El baskuence en toda el África

... el idioma euskaro se habló en toda España...

No haré una demostración, todo lo extensa, todo lo fuerte, todo lo irrefutable que se puede hacer (y no porque carezca de competencia en materia de vascuence, sino) porque no lo consienten los límites de un artículo de periódico.

(ANTONIO DE VALBUENA: El vascuence en toda España. La Gaceta del Norte, núm. 3 10.)

Cuentan, pues, que vino Tubal, hijo de Jafet y nieto de Noé, tercer hijo del que inventó el vino; y que, trayendo consigo gran cantidad de sarmientos de la benéfica vid (nombre evidentemente baskongado, pues viene de bide, camino, en cuanto que el zumo de la vid es camino de la salud y del bienestar), propúsose, para cultivarla, poblar con su numerosa familia los extensos territorios de la parte más occidental del antiguo mundo.

Siguiendo el curso del sol vinieron, y por eso a la cuna del diurno astro, de la cual procedían y cuna también del género humano llamáronlaAsi-a, que en lengua baskongada quiere decir el principio, el origen.

Quedaron allá sus hermanos, primos y demás parientes y amigos en aquellos territorios que denominaron (y aún se denominan) AsiriaSenaar, Arabia, Siria, Cilicia, Albania, Palestina, Fenicia, Celesiria Persia, con otros muchos; las ciudades de Ur, Chavala, Osica, Goaria,Simira, Arzama, Suma, Zama, Cholua, Choluta, Damasco, Colarina, Jerusalem, Betel, Betlem, Betania Nazareth, Jericó, Jerana, Betulia,Jope y otras ciento; las montañas del Cáucaso, Corax, Amana, Líbano, Carmelo, Sinaí, Oreb, Tabor, Ebal, Garicim y otras tantas; los lagosCaspio, Euxino, Fucino, Bebeis, Zoroanda y otros varios; los ríos Ganges, Indo, Araxes, Tigris, Eufrates y otros menos importantes: nombres, todos, que evidentemente se derivan del baskuence según lo demuestra el erudito D. Juan Bautista de Erro, en su profunda obra El Mundo Primitivo (Madrid, 18 15).

El cual Erro, no Yerro, ni tampoco Erró, como pudiera creerse, prueba así bien que son baskongados los nombres de Egipto y Nilo. Pasa en silencio, por abreviar, sin duda, otros muchos, como el Cairo y Alejandría, que respectivamente significan puerto vacío, kai-ero, y enfermedad de grano grande, ale-andi-eri-a, refiriéndose probablemente el último a alguna peste de descomunales diviesos que, en tiempos de infortunio, afligiera a los habitantes de Alejandría.

No están contestes los autores en señalar la clase de peste que fuera: inclinándose los unos a creer fuese la bubónica, por el considerable número de bubones o diviesos voluminosos en que se manifiesta; pero rechazándose esta opinión por los más, por cuanto la peste bubónica es transportada por las ratas, género de roedores que nos ha sido importado de la América (como así bien el maíz, según asiente D. Carmelo Echegaray con otros no menos célebres naturalistas), y afirmándose en contrario que la peste de diviesos a que alude el nombre deAlejandría debió de ser consecuencia natural de la vida sedentaria de sus moradores, los cuales se pasarían todo el día sentados, leyendo los preciosos volúmenes de que se formaba la magnífica biblioteca de aquella antiquísima ciudad; hábito que, dificultándoles la circulación de la sangre en salva la parte, produciríales, principalmente en la estación primaveral, molestas protuberancias de carácter purulento.

Otros filólogos, menos fáciles de contentar, exigen la explicación de la j del citado nombre, y, rechazando la etimología dicha, juzgan más probable estotra: alea-janda-iri-a, esto es en romance, el pueblo o ciudad en que está comido ya todo el grano, con referencia a que los primeros pobladores de aquel lugar lo encontraran desprovisto de todo grano comestible, merced a la voracidad de las aves, los reptiles y los insectos, tan abundantes en aquellos países, y tuvieran que resignarse a nutrirse de sencilla yerba.

Sea lo que fuere, y sin que osemos dar la preferencia a ninguna de las dos opiniones, pues ambas son igualmente respetables, dada la autoridad de los sabios que las sostienen, es lo cierto que también dicho nombre de Alejandría pertenece a la lengua de Altor.

***

Llegó, pues, Tubal, con sus mujeres, hijos, nietos, bisnietos, siervos y esclavos, en barcas al sentir de unos, a pie limpio según otros, sin que deje de haber quien sostenga con desusado empeño que vinieron unos a pie y los otros montados en acémilas, género de locomoción no del todo inverosímil. Y no bien hubo, el destinado a patriarca del Occidente, distinguido en lontananza las tierras que hoy se conocen con los nombres de España y África, puso cara triste agitando lentamente la cabeza en sentido vertical. Preocupados, los que le acompañaban más de cerca, por la expresión desacostumbrada del jovial vinicultor, preguntáronle la causa, contestando él: ¡Alperrik a! Que es expresión baskongada que vale tanto como decir: ¡Inútilmente hemos dejado aquella tierra de donde venimos!

Y de esa exclamación de Tubal recibió la tierra que se extendía ante sus ojos el nombre de Alperrica, que luego, pasando por las formasAperrica y Aprica, degeneró en el de África.

Tubal, al llevar a la vista de aquella tierra, súbitamente inspirado por los dioses, comprendió de una sola mirada que aquella inmensa extensión de continente habría de permanecer en los siglos de los siglos en el atraso más deplorable. A su perspicacia de baskongado no pudieron ocultarse las contingencias del porvenir, y vio que su amada gente, dúctil de suyo y hospitalaria hasta la exageración, muy pronto habría de admitir en sus hogares a abyectas razas extrañas, blancas y morenas, rojas y negras, incapaces de cultura, las cuales, dominando en todo el territorio, causarían rápidamente la extinción casi absoluta de su cara prole y descendencia.

***

Inquieto Tubal por estos tristes presentimientos, decidiérase a dirigir a su gente más allá de aquellas tierras y diera ya la orden de continuar adelante para franquearlas, si de pronto, a través de la bruma del horizonte, no hubiese columbrado su penetrante mirada de pasto dos altas columnas marmóreas, las famosas que erigiera en otro tiempo Hércules, uno de sus parientes mayores (aide, nagosiak), y, coronándolas, una gran bandera roja y gualda, en la que, con caracteres colosales se destacaba esta inscripción latina: Non plus ultra, es decir, no hay tierra más allá, éste es el extremo.

Y ya que a Hércules he mencionado, no estará de más hacer notar el baskongado origen de su nombre, que se derivó de erkoro, esto es,dedo pulgar, con alusión a la fuerza de sus miembros, o acaso ar-akulu, aguijón de varones u hombres, con referencia al espanto con que todos huirían al apercibirse de su titánica musculatura.

Tan pronto, pues, como la gigantesca obra de sus férreos brazos hubo mostrado el término de la tierra a los ojos del arriesgado Tubal, desistió éste de seguir adelante en su exploración, y dando la señal de alto a la larga caravana que en pos de él caminaba, resignóse a repartir entre los suyos las fatídicas tierras que a la vista tenía.

En dos grandes grupos dividiólos: destinó al de los más morenos las que caían al mediodía de las columnas de Hércules, y al de los más blancos las que estaban al norte de las mismas.

Y, extendiendo los brazos sobre aquella multitud que le contemplaba con cariño y veneración, bendijo a todos y dio la orden de partir, y, despidiéndose hasta más ver los de un grupo de los del otro, emprendieron la marcha hacia sus respectivos destinos con ánimo viril.

Tubal, acompañado de sus más íntimos, escogió entre ambas regiones africanas la septentrional, y se encaminó a ella a la retaguardia de los menos morenos. Los cuales, no bien se hubieron adelantado alguna distancia, cuando, volviéndose a mirar a su patriarca y extendiendo el brazo hacia las columnas de Hércules, que, según pública voz y fama, eran el término del mundo, gritaron señalándolas: ¡españa!, que quiere decir el labio o la extremidad en la lengua de Altor. Ya lo sé, o cosa parecida, debió de contestarles Tubal. No lo dicen las crónicas: es lo cierto que ellos, anunciado el descubrimiento, prosiguieron su camino y que al país africano situado al norte de dicho prehistórico monumento le quedó desde entonces el nombre de España, que aún conserva.

De tal modo las gentes tuballanas poblaron en los primitivos tiempos las tierras más occidentales del mundo conocido.

No vamos a seguirlas paso a paso en sus temerarias correrías: dividido cada uno de aquellos primeros grandes grupos en otros muchos, y subdivididos éstos, a su vez, en incontables tribus y familias, según el grado de independencia de carácter que distinguiera a los unos de los otros, sería empresa imposible, en los estrechos límites de un artículo de periódico, hacer de ello una relación todo lo extensa, todo lo completa, todo lo exacta y todo lo minuciosa que puede hacerse, siquiera no pueda menos de reconocérseme competencia para ello.

Lo único que me propongo es hacer una rápida excursión por ambas grandes regiones de la antigua África, indicando a los lectores que quieran acompañarme, algunas, solamente algunas de las pruebas que evidencian haberse hablado el idioma euskaro en toda aquella parte del mundo viejo, y ser los baskongados, por lo tanto, los verdaderos españoles, como así bien, por ende, los verdaderos africanos.

***

Las primeras tribus que arribaron a la boca del actual Ebro son las que a este río le pusieron nombre. Llamáronle Ibero, de ibai bero, es decir río cálido. No importa que hoy no lo sea, pues cabe conjeturar que, no siendo entonces tan numerosa como hoy la población veraniega que hiciese uso de las aguas termales en demanda de salud, la parte sobrante de ellas fuera tan copiosa, que elevara la temperatura del río Ebro hasta el punto de hacerle cálido. De cuyo nombre Ibero procedió el de Iberia, con que también se designó a España.

Allí mismo al norte de las bocas del Ebro, fue donde se suscitó una de las primeras disputas intestinas que han caracterizado a los iberos. Pues, reunidos en asamblea los recién llegados, deliberaron acerca de las condiciones de aquel lugar para habitarlo, originándose un altercado que ha dejado memoria en el mismo nombre de la población que en aquel lugar se fundara.

— Charra, esto es, malo, decían que era este los unos.

— Ona, es decir, bueno, contestaban los otros.

Y tan obstinada fue la porfía, que no otro que Charra-ona, hoy Tarragona, fue el nombre que le quedó al lugar.

Hay, sin embargo, quien asegura no fue ése el origen del nombre, sino Zarra-ona, a saber, saya vieja, en alusión a que allí, al pisar nueva tierra, los inmigrantes se cambiarlan con nuevas sayas o sayillas las viejas con que hubiesen hecho la larga expedición.

***

Uno de los efectos naturales de las fatigas del desastroso viaje, fue un sueño intensísimo, el cual tanto les acosaba y preocupaba, que son varios los lugares cuyos nombres nos revelan el comprensible fenómeno psico-fisiológico.

Así: como una noche hubiesen conciliado un sueño reparador también en la costa, pero algo más al norte que Tarragona, todos al apuntar el alba, exclamaban levantándose: ibart ze lo ona!, que quiere decir: ¡qué hermoso sueño anoche! con lo que a aquel lugar se le llamóBarcelona.

Algo más al norte, otra tribu que andaba molestada por la misma necesidad, sin poder hallar un sitio a propósito para entregarse a un sueño restaurador, se encontró en sus excursiones con otra que ya estaba establecida, y, admirada de que esta tal tuviera humor para sentar sus reales sin haber dormido, le preguntó sin más preámbulos:

— Pero ¿se duerme bien aquí?

— Ba-da lo ona, les contestaron unánimes: esto es, ya se duerme bien.

Y de aquí el nombre de Badalona, de otro conocido lugar de la actual Cataluña.

Pronto debió de correr por el país la noticia de la buena situación de que gozaban Barcelona y Badalona para entregarse al sueño. Es el caso que, más al norte, caminando una tribu hacia una de ellas (sin que pueda determinarse a punto fijo a cuál de las dos se dirigiera), tribu desdichada, cuyos ancianos, mujeres y niños se deshacían en llanto preguntando cuándo podrían echar un sueño, el patriarca, para consolarlos, les decía con acento de convicción: gero-ona, esto es, luego echaremos bueno. Por lo que así se llama la ciudad de Gerona.

Aquella gente había perdido no lejos de allí, a causa del insoportable sueño, a uno de los miembros de la asamblea de ancianos (batzarra), el cual pereciera de cansancio sin poder continuar más adelante, hecho que se conmemoró ad perpetuum, designando a dicho fúnebre lugarAitona, que significa abuelo o buen padre, como ya lo advirtió el docto Valbuena; mas tan afligida tribu, tomándolo con paciencia y diciéndose para sus adentros bien venido mal si vienes solo, halló al cabo el término de sus angustias, al enterarse de que muy cerca de allí, un poco más al mediodía, había dos lugares donde se conciliaba el sueño a las mil maravillas: pueblos dichosos que fueron seguramente Barcelona y Badalona.

No debió ser otra la gente que, al encontrarse con un poblado, detúvose preguntando a sus moradores si eran ellos los felices seres que dormían:

— De nosotros huye Morfeo, dijéronle los llegados. Allá al norte hemos inhumado el cadáver de uno de nuestros ancianos, víctima del cansancio. ¿Aquí qué es lo que os sucede?

— Sarri a, contestáronles: que es decir: es frecuente aun entre nosotros aquello que os ha acontecido.

Respuesta que pasó a ser el nombre del lugar: Sarriá.

Mas es de creer que de allí a poco hicieron su entrada en Barcelona, entregándose con verdadera fruición al suspirado reposo.

Menos afortunadas otras familias que prolongaron su camino subiendo contra el curso del Ebro, sintiéronse desfallecer de cansancio y sueno, y reuniendo en consulta a los más reputados albéitares de la tribu, tuvieron que escuchar de sus doctos labios este triste diagnóstico: lo eri da, que vale tanto como decir: es enfermedad de sueño. Con lo cual salieron de dudas, pero no de la cruel postración en que se hallaban. Y así es como Lérida recibió su nombre sobre uno de los afluentes del Ebro.

Pero con tanta insistencia les acometió el sueño a los primitivos habitantes de la Península y tantas dificultades hallaban para conciliarlo, que, muchas leguas después, Ebro arriba, aún continuaban quejándose de sueño (logura-oñon); por lo que la memoria de aquel lugar de lamentaciones se perpetuó también con el nombre de Logroño.

¿Qué más, si el mismo Lugo, nombre hoy de una capital gallega, revela con toda evidencia que hasta allá mismo, hasta el mismo Finis-terrae(fin de la tierra) llegaron con sueño y sin poder satisfacerlo los primeros pobladores de la Iberia? Lo-uko, es decir, negación de sueño... ¡Aun allí se encontraban privados del reparador descanso! ¡Aun allí se sentían desamparados del desdeñoso Morfeo!

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Había, entre aquellas remotísimas gentes, familias aficionadas a la belleza, y otras más dadas a la buena vida, pues ni entre nuestros venerables antepasados faltaba quien se consagrase en cuerpo y alma al deleitoso culto del vientre, que hoy cuenta con tantos fanáticos fieles.

Sin duda perteneció a la primera clase aquella tribu que, siendo, además de artista, amiga de la soledad e independencia, condiciones inseparables del cultivo del Arte, estableció sus viviendas resueltamente, así que llegó a la desembocadura del Ebro en un lugar hermoso y vacío o deshabitado, eder ta utsa, que es el nombre con que antiguamente fue conocida dicha ciudad: Dertosa, como antes se llamaba, hoyTortosa.

Ni fueron menos cultos y finos los que, al llegar río arriba, a otro punto delicioso, escogiéronlo para morada, diciéndole: zara-gozoa, esto es, eres dulce y agradable: hoy Zaragoza.

Mas ni en aquella edad de oro había sobre gustos nada escrito, lo que a las veces originaba separaciones lamentables. Tal debió acontecer en la fundación del pueblo de la actual Cataluña llamado Guizona, cuyo nombre, que, sin quitar ni añadir una letra, significa en el idioma euskaro el hombre, denuncia la existencia de un individuo excéntrico y tozudo por añadidura, que, separándose de sus parientes y amigos, quedárase solo y aislado en aquel lugar, dispuesto, sin más compañía, a fundar un pueblo. Dirlase que aquel hombre singular, dado su individualista carácter, no raro entre gente baskongada, fue luego uno de los acompanantes de Cristóbal Colón en el descubrimiento del Nuevo Mundo y uno de los progenitores de los actuales norteamericanos, que tanto sobresalen por sus excentricidades y por su afán de vida independiente.

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En otras tribus, la unanimidad de pareceres y aficiones fue perfecta, uniéndolos a todos, ora en la concepción de la belleza, como aconteció a los de Tortosa, ya en la estimación de una vida apacible y dulce, como se la procuraron los de Zaragoza, o también en una resuelta pasión por la gastronomía y la buena mesa.

A esta última clase, o sea de los gastrólatras o ventrícolas, debió de pertenecer la gente que fijó su residencia más al norte, en el lugar hoy denominado Huesca, pues que la etimología de este nombre no es otra que eu-aska, que quiere decir tu pesebre y que revela que en dicho lugar hallaron sus fundadores pienso abundante para sus insaciables vientres. Y si pesebre dijeron y no mesa, es indudablemente porque entonces, todavía, el ganado pastaría en campo abierto y en pesebre comería el hombre, como hoy éste, progresando, ha llegado a sentarse a la mesa para comer, mientras que el ganado doméstico, más retrasado que aquél en la escala del adelanto progresivo, se raciona en pesebre: fenómenos de evolución nada sorprendentes para quien está al tanto de las leyes de avance y transformación sucesiva que rigen la vida de la naturaleza.

Procedentes de la tribu de Huesca fueron, a lo que se sospecha, pero no antes de que sus individuos hubiesen ingerido con notable provecho grandes cantidades de alimento, aquellos que hacia el Este fundaron la ciudad que hoy se conoce con el nombre de Sabadell, cuya etimología es sabel-eder, que significa hermosa panza, en alusión a la obesidad de sus aborígenes.

Mas no pudo tener el mismo origen étnico aquel que acometió y realizó la ascensión a lo más alto del Pirineo y le puso el nombre, empresa peligrosa y difícil para los individuos gravados por abultado abdomen, si bien cabe suponer que la llevara a cabo antes de saciar su voraz gula en el pesebre de Huesca. De cualquier modo que fuese y sin que hagamos hincapié en ninguna de estas conjeturas, es lo cierto que el mozo (pues mozo y robusto y ágil había de ser quien tal hiciera) trepó de monte en monte y de peñasco en peñasco hasta la cima más elevada de la cordillera pirenaica, y una vez erguido sobre ella, volviese hacia los que de la parte del mediodía, quién con noble orgullo por su pueblo, quién con el ánimo sobrecogido de temor, le contemplaban admirados, e inflando del sutil y purísimo aire sus amplios pulmones, gritó: ibi irí nao! que, traducido al romance, quiere decir estoy a dos pueblos o entre dos naciones: frase sagrada de indeleble recordación que se hizo nombre venerando del límite septentrional del África: el Pirineo.

Y no fue esto sólo lo que le dio de modo imperecedero la celebridad a aquel atrevido mozo: porque, volviéndose hacia el lado opuesto y dando cara al norte, hizo vibrar las tranquilas capas atmosféricas con un formidable grito de reto (arranzia, rebuzno), ocurrencia que produjo la más nerviosa hilaridad (farre, risa), entre los que del sur le estaban observando, pues todos sabían que aquella parte estaba deshabitada y no podía haber en ella quien contestase a la señal de desafío: hecho cómico que fue por mucho tiempo el tema de todas las conversaciones en aquel país comprendido entre el Ebro y el Pirineo y del que se le originó el nombre a la tierra situada al septentrión de éste: Farre-arranzia, es decir, el rebuzno risible; hoy por natural contracción, Francia.

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Lo que también resulta comprobado satisfactoriamente es que, tanto los panzudos homes de Sabadell como los espirituales estetas de Tortosa, así los gordos como los flacos, los finos y delicados como los groseros y ordinarios, llegaron con el tiempo a constituir una sola comunidad con el nombre de Cataluña, obedeciendo al común instinto de rapacería que los caracterizara. No es otro el acontecimiento social que dio origen a dicho nombre, compuesto, evidentemente, de katu-al-oña, es decir, pie de aptitudes gatunas, garra o extremidad retráctil y adaptada al ejercicio de la rapiña.

Huyendo de ésta o en busca del descanso que demandaba el primitivo sueño, es como algunas familias se corrieron más al oeste, gritando con ansiedad todas, de unánime acuerdo: iarago! esto es ¡más allá! de donde le vino el nombre al país en que se asientan Huesca, Zaragoza y otras ciudades: antes Arago, hoy Aragón.

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Aconteció un verano un fenómeno meteorológico no raro en tierras africanas: una espantosa sequía.

Presa de inquietud dolorosa los habitantes de cierta comarca bañada hasta entonces por uno de los más altos afluentes del Ebro, a la sazón seco, reuniéronse en asamblea para deliberar, oído informe acerca de las causas de aquella calamidad a los nigromantes mas afamados de la tierra. Interrogados éstos, respondieron con imperturbable seriedad y solemne acento: bero-biska, que quiere decir: es la liga o conjuración del calor; pues liga significa el eúskaro biska según el docto Aizkíbel en su gran Diccionario, al que sigue el no menos docto baskófilo Labayru. Y Berobiska fue el nombre con que se designó después al lugar de dicha asamblea, hoy Bribiesca.

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Fue entonces cuando algunas familias, emigrando de las márgenes del agotado Ebro, se encaminaron a otras comarcas en busca de agua, consiguiendo llegar a un lugar por el que corría caudaloso río. A verlo, exclamaron: ara an da, que vale como decir, hela allí, allí hay agua. Tal es el origen de la villa de Aranda, en la provincia de Burgos, y sobre el río Duero.

Por manera que la sequía a que también alude este último nombre, así bien notoriamente eúskaro, debió de ser otra distinta de aquella en que las fuentes del Ebro se secaron. Pues parece probado que en alguna época le tocó su turno al Duero, y que las gentes emigrantes de otras comarcas azotadas por igual calamidad, al llegar a su cauce le dijeron: zu ero, tú también exhausto.

Mas fue con motivo de la sequía del Ebro, y no del Duero, cuando, en previsión de que se repitiese la aflictiva calamidad, reuniéronse junto al primero de dichos ríos, entre Logroño y Bribiesca, los más fuertes propietarios de la tierra, y acordaron resueltamente dar grande impulso al cultivo de la vid y a la elaboración de buen vino que pudiera sustituir al agua natural; pues en el empleo de tales medios de artificio, para burlarse de las caprichosas intemperancias de los agentes naturales, estaban instruidos por sus antepasados, por aquellos que en tiempo remoto, con el fin de ponerse a salvo de nuevo diluvio universal, decidieron la construcción de una elevadísima torre que recibió después el nombre de Babel. No de otro modo, para poderle contestar a una nueva conjuración del calor o descomunal sequía ahí nos las den todas, aquellos viticultores y vinicultores de los valles del Ebro uniéronse en poderoso sindicato y establecieron junto al mismo río un círculo o centro profesional: por lo que recibió dicho punto el nombre de Aro, que tal en lengua baskongada significa: hoy Haro, en la provincia de Logroño.

A la sequía del Duero deben de pertenecer, por el contrario, la primera población de Soria y Avila. Pues no es aventurado suponer que, al alejarse del enjuto Duero, los habitantes de sus riberas se dirigieran hacia las montañas, y llegando a un lugar que, por todas las señales, supusieron rico en el refrigerante líquido, le dijesen: zu, ura ia, que es decir: tú a ver si tienes agua; y como allí se establecieran, tal sería el nombre de la nueva ciudad, hoy contraído en Soria

Otras familias, siguiendo diferente ruta, llegarían a un punto desde el cual divisaran en los montes próximos a varios individuos que anduviesen recorriéndolos y examinándolos cuidadosamente, a guisa de quien busca algún objeto de gran precio que haya perdido, y llamándoles, les preguntarían qué hacían por aquellos andurriales, contestando los buscadores: a-bila, esto es, en busca de aquello, de lo consabido, de lo de marras, a saber, de agua: circunstancia de la que tomó su nombre el Ávila de nuestros días.

Más al occidente, el nombre de otra ciudad nos revela ya el hallazgo efectivo del precioso líquido: Zamora, que se formó de zama-ura, que quiere decir cargamento de agua, expresándose la gran abundancia en que por allí la hubiera, y aun tal vez que de semejante punto se surtieran otras ciudades menos favorecidas por la madre Naturaleza.

Una continuada sequía, había necesariamente de acarrear el agotamiento del campo; y la pérdida de las cosechas, por su parte, trajo como consecuencia natural la carestía y el hambre. Es presumible, por tanto, que a aquella fecha se remonte la fundación de la ciudad de Burgos, luego, más tarde, ilustre capital de Castilla. A pensar así nos induce la etimología de su nombre, compuesto, evidentemente, de buru-gose, como si dijera grande o mayor hambre, pues que cabeza (que buru significa) y mayor son términos ideológicos sinónimos en el eúskaro idioma, al decir de D. Antonio de Valbuena, baskófilo erudito.

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A época más venturosa debe atribuirse el origen del nombre Valladolid, pues como quiera que se compone de malla edo-litz, descúbrenos cuánto preocupaba a sus naturales el estudio de las leyes por que se rige el mundo físico. Conformes todos en que el diluvio no había llegado a aquella tierra, disentían, empero, al determinar que hubiese sido ésta a la sazón, en el caso de que las aguas de aquel cataclismo le hubiesen inundado: si monte o valle; y discutiéndolo habríaseles pasado la vida, si un venerable anciano no hubiera emitido su opinión, la cual, por la experiencia de su autor, satisfizo a todos: malla edo-litz dijo; que viene a ser: sería quizas grada, ni valle ni montaña.

No tuvo seguramente tan pacífica fundación Palencia, cuya primera asamblea general debió de ser tan borrascosa, cuando menos, como la de Tarragona, pues que, si a la etimología de su muy eúskaro nombre nos hemos de atener, los en dicho lugar reunidos debatían acaloradamente acerca de cuál había de ser el arma con que se presentasen ante el enemigo: si la honda o la lanza.

— ¡Aballa!, gritaban los unos como energúmenos.

— ¡Lanzia!, les contestaban los otros con no menos robustas Voces.

Nada dicen las historias de cuál de los dos bandos triunfara en la contienda, ni aun si ésta tuvo fin cruento. Pero cabe sospechar que ninguna de las dos opiniones prevaleció, como lo atestigua la concurrencia de ambas en la formación del nombre de aquella ciudad naciente:Palencia.

Tranquilízase el aterrorizado ánimo, al contemplar, no lejos de aquella gente entregada al feroz culto de Marte, cómo los primeros pobladores fundaban una ciudad de sabios jurisconsultos, y queriendo perpetuar a través de las generaciones futuras la memoria de su pacífico temperamento, que los inclinara a ocuparse en las nobles lides del derecho y la administración de la justicia, imponían a la culta ciudad el nombre honroso de Legi-on es decir, buena ley, como, según es sabido, se llamó en otro tiempo la ciudad que hoy lleva el nombre de León.

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Tuvo igualmente origen pacífico la fundación de Orense, sobre el Miño, pues sus naturales, grandes amateurs de la zoología, como éranlo de la geología los de Valladolid, hallaron motivo para fijar el nombre de su ciudad, en una tranquila discusión habida en su primer congreso científico. Abundaban en las marismas y junqueras de su anchuroso río diversas especies de aves acuáticas, todas ellas perfectamente conocidas y clasificadas. Mas como un día se hubiese posado a la orilla del agua una ave hasta entonces no vista, reunido el congreso de naturalistas, deliberó acerca del género y la especie a que pertenecía.

— Es ánade (decían unos).

— Es lechuza (otros).

— Es nueva y grande especie gris de murciélago (sostenían los más versados en ornitología).

Mas la opinión que prosperó sobre las otras fue la del congresista que dijo con aplomo de sabio:

— Ori ansar, que significa: eso es ganso.

De donde tomó el nombre la culta ciudad: Orense.

Cuanto al nombre de su río, Miño, no es menos claramente eúskaro su origen, como compuesto de min-oi es a saber, lengua-encía: lengua, porque, como todos los demás ríos, es, en su embocadura, una lengua de mar; y encía, porque, andando el tiempo, habría de ser el borde septentrional de Portugal y el meridional de Galicia, de donde se desprende que esta división territorial vino ya pensada de tan remota fecha.

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En la profesión de sus habitantes hallaron también origen para sus nombres las ciudades de Pontevedra, Ferrol, Coruña y Oporto, no muy distantes del Miño, mas con la diferencia de ser el espíritu industrial el que predominaba en ellas.

Fue así como en Pontevedra, situada sobre el océano y que se hizo famosa en la construcción naval, habiéndose botado ya con éxito un barco y temiéndose que el segundo no diera tan brillante resultado, acudió en masa el pueblo a presenciar su botadura; mas no bien el bajel, libre de las amarras que lo contenían, se deslizó suave y lentamente hacia el líquido elemento y, hundiendo su panza en él, se alzó luego arrogante, surcando las aguas estable y majestuoso, la multitud prorrumpió entusiasmada en un solo grito: ¡boa an ta bera be ederra!, que es como si en romance dijera: ¡ya va allá y él también magnífico!; exclamación memorable que, contraída, quedó grabada de modo indeleble en el nombre del vetusto puerto: Pontevedra.

Y es de sospechar que sus arsenales se proveyeran de la madera acarreada y aserrada en el Ferrol, ya que aquello nos lleva la etimología de este nombre, claramente compuesto de berro-ol, a saber, jaro de tabla, por la abundancia en que aquel lugar la produjera, o, mejor, por el número de sierras mecánicas en que fuera en él trabajada.

Más sencillos en sus costumbres los aborígenes de la Coruña, dedicábanse a hilar a pura rueca, mas con la notable particularidad de hacerlo valiéndose de los pies, según testimonios que el nombre de su ciudad con claridad meridiana nos ha transmitido, como compuesto de goru-oña, que significa huso-pie, es decir, huso manejado con los pies. No es cosa averiguada todavía en qué pudieran emplear sus manos aquellos pacíficos ciudadanos cuando en hilar tuviesen ocupados los pies (1).

Y mientras los coruñeses, aprovechando de tal manera las extremidades, hilaban y tejían prendas de vestir, los naturales de Oporto, por su lado, se dedicaban a la fabricación de excelentes vinos generosos, y tan proverbial se hizo la buena calidad de éstos y tanto de ello se preciaban los naturales, que la primera idea de todo touriste al llegar a Oporto era la de catar sus excelentes vinos, así como la del hijo de la ciudad era la de ofrecérselos, diciendo: gopor to, que vale como decir: toma un vaso; de donde se le originó el nombre al venturoso pueblo, en virtud de la caída de la g, caída que podría explicarnos muy fácilmente D. Arturo Campión, echando mano de principios fonéticos comprobados hasta la saciedad.

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Caída mortal la que experimentó la gente pobladora de cierto pueblo del Cantábrico, muy próximo a la vez al límite terrestre del África: pues como su primitiva población fuese de extirpe tan clara y de índole tan noble, que todo el mundo se hacía lenguas ponderándola con esta sencilla clasificación: zanetan eder, esto es hermosa en las venas o por su sangre; en tanto grado degeneró, que ya en nuestros días sólo es famosa por las míseras pasioncillas que la corroen las tripas y la inutilizan para toda empresa de provecho. Tal es el puerto de Santander.

Al carácter de los habitantes refiérese también, siquiera sea únicamente a la mitad constituida por el débil sexo, el nombre de un puerto próximo, Castro, que resultó por contracción de gatz eta arro, es decir, sal y orgullosa, por el salero y la gallardía que distinguiera a sus gentiles damas.

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Castilla es el nombre de la región en que se asentaban los dos puertos últimamente citados, mas de tal índole, que, al examinar las varias etimologías a que se presta, no atina el buen criterio a que carta quedarse.

Mientras unos autores opinan ser la verdadera ke-asto-illa, o sea, asno muerto por el humo, porque los primitivos pobladores, al entrar en el país, se encontraran con algún burro asfixiado por humo (2), ejemplar del cual procediera la arrogante variedad asnal que hoy posee Castilla; otros, apartándose de esta opinión, dicen proceder este nombre de gaste-illa, mozo muerto, porque no fue asno, sino hombre mozo (y hacen firme hincapié en esta importante afirmación) el muerto hallado.

De ambos asertos disienten otras autoridades no menos respetables: las que, teniendo presente que una de las industrias más típicas de la montaña de Castilla, es el afamado queso de Burgos, aseguran que el origen de aquel nombre es gastai-illa, queso muerto, diciéndose muerto, porque dicho producto de la industria zootécnica es frío a la manera del cadáver.

Llamábase Asturias y aún se llama la región vecina, y en ella, a lo que atestigua su nombre, debió de ser también la cría del asno una de las más productivas del pais, y en escala tal, que la excesiva abundancia de semejantes animales saturaba la atmósfera de repugnante olor:fétido país de burros (asto-uri-ats) significa, en efecto, y no es de suponer se refiera a los habitantes, sino a la cría de dicho utilísimo solípedo.

En las montañas de la misma comarca nace, desembocando en el Duero, el río Esla, nombre que fue en lo antiguo Estla, contracción, a su vez, de Estula o Astura, donde reaparece el nombre de aquella pacífica bestia de carga, asto, juntamente con ura que significa el agua. De modo que una tal abundancia de burros, a la vez que impregnaba de fuertes hedores el aire, de donde provino el nombre del país, Asto-uri-ats, hizo que, con la copiosa secreción renal de semejante ganado, el río que nos ocupa aumentase su caudal en tanto grado, que de ello se le originase el nombre de asto-ura: que es tanto como agua de burro, orina asnal.

Tal es la etimología que tenemos por más verosímil, y no las que supone derivado de aitz, peña, el ast de Asturias y Astura: pues como quiera que el sabio euskerólogo Humboldt observa no usarse ast o asta para designar la roca, parécenos lo más juicioso seguir la opinión del avisado bascófilo Valbuena, el cual se decide por desechar dicho término como origen del elemento inicial de ambos nombres.

Más visos de verosimilitud hay que conceder al que le atribuye el mismo euskerófilo español, diciendo ser aste, priincipio, con la significación de cabeza o grande, pues aunque no sea arreglado a la sintaxis actual del baskuence el decir andi-ura, grande agua, pudo serlo a la de entonces, y sin que tampoco importe cosa mayor el no hallarse derivada, en el eúskaro idioma, la idea de cabeza de la de principio, y de la decabeza la de grande: tal vez lo primero porque los baskongados se consideraran formados empezando por los pies, como la casa no principia a construirse por el tejado, sino por los cimientos; y lo segundo, porque no sea hidrocéfala esa antiquísima raza.

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La etimología gaste-illa, mozo muerto, que algunos atribuyen a Castilla, nos trae a la memoria, con espanto de todos los sentidos, la horrible hecatombe que, en aquellos primitivos tiempos en que el hombre veíase obligado a disputar su vivienda a las fieras y a los monstruos, debió de acontecer en la parte más septentrional del Africa y vecina al océano, según nos lo ha transmitido el origen de innumerables nombres locales de dicha región.

Empresa no fácil, aunque loable, sería averiguar el género de alimaña que la habitara, pues los miembros de la misma hallados, juntamente con restos humanos, en los diferentes lugares, nada por sí solos pueden revelarnos, como no sea algún carácter sobrado general.

Unos y otros halláronse esparcidos por extenso territorio, mediando muchas veces entre ellos largas distancias, lo que a no pocos paleontólogos ha inclinado a sospechar se debiera el cataclismo a alguna explosión subterránea.

Halláronse:

En Villarín (Zamora) dos muertos de poco peso (bi ill arin).

En Oña (Burgos) un pie (oñ-a).

En Carrión (Palencia) una buena cintura (garri-on).

En Pezo (Portugal) un brazo (beso).

En el río Aliste (Zamora) un intestino con su contenido (ali-este).

En Barruelo (Palencia) un vientre vacío (barru-ero).

En Vierzo (León) dos dientes o colmillos (bi-ortz).

En Vigo (Pontevedra) dos alas (bi-ego).

En el río Sil (León) un ombligo (zil).

En Barrueco (Salamanca) toda la entraña (barru-ko).

En Becerra (Lugo) un brazo quemado (beso-erre-a) (3).

En La Baña (León) una navaja (labaña).

En La Bañeza (León) un cuchillo de caza (labaña-eitza).

En el río Aller (Asturias) una cola hermosa (alle-eder).

En Arrobio (Asturias) un sepulcro de piedra (arri-obi).

En Oviedo (Asturias) un sepulcro vacío (obi-ero).

En Illano (Asturias) un campo de cadáveres (ill-ano).

En Escua (Andalucía) una mano (esky-a), según ya lo descubrió el insigne euskerólogo don Estanislao Jaime de Labayru. en su Historia del Señorío de Bizkaya. ¡Hasta Andalucía había lanzado la espantosa explosión los miembros de sus víctimas!

En Braga (Portugal) un pantalón (praka).

En Braganza (Portugal) otra prenda semejante a pantalón (prakaantza) que sería calzoncillo.

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Apartemos los ojos de ese cuadro de desolación y muerte, y prosigamos nuestra exploración, abreviándola cuanto nos sea posible para no fatigar la atención de los lectores del periódico.

Como hemos visto en los nombres locales que quedan analizados, en los que vienen es muy frecuente haber tenido su origen por las personas que fundaron los pueblos, por la profesión favorita de éstos y aun por sus aficiones de todo género.

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Así hallamos que Aveiro (Portugal) fue fundada por tres patriarcas: aba-iru.

Vianna (Portugal) por dos amas de cría: bi-aña.

Vizeu (Portugal) por un hombre que él por sí valía como dos, pues en alguna ocasión en que lo demostrara, dijéronle: bi zeu, tú dos.

Salamanca, por el contrario, debió de ser fundada por algún inútil, pues que dio ocasión a que le dijeran: zara men-ga, que significa eres sin poder.

Evora (Portugal) fue poblada por solas mujeres: eme-oro, esto es, todos hembras.

Blar (Alicante), en cambio, por dos varones: bi-ar.

Lucena (Córdoba) fue ciudad de los largos: luze-en-a.

Baena (Córdoba), de los bajos: be-en-a.

Villena (Alicante), de los redondos: bill-en-a.

Archena (Murcia), de los mansos como corderos: archu-en-a.

Lucainena (Almería), de los listos como zorras: luki-ariñ-en-a.

Purchena (Almería), de los ladronzuelos: lapurcho-en-a; pues quizás se dijo La Purchena y ha perdido el artículo.

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Calagurris, hoy Calahorra (Logroño), recibió su nombre por ser la profesión favorita de sus moradores el cultivo del pimiento morrón, y aparecer su larga calle materialmente roja cuando sobre las puertas y en los balcones colgaba en todas las casas el rojo fruto: kale-gorri, esto es, calle roja.

Los de Mingorría (Avila) dedicábanse, por su parte, a la preparación de la lengua en escarlata: min-gorri-a, es decir, la lengua roja: etimología ya advertida por el avisado euskerólogo Valbuena, quien hizo ver el paralelismo manifiesto de Mingorría con Mendigorría (pueblo de Nabarra), como formado el primero de min, lengua, y de mendi, montaña, el segundo (4).

Otra preparación en conserva debían aplicar a la lengua los de Minaya (Albacete), pues que su nombre aparece compuesto de minai-a:lengua en parrilla.

Los de Orihuela (Alicante) tuvieron como profesión favorita la elaboración del aceite, según claramente lo expresa el nombre, compuesto deorihue por orio, aceite, y la terminación la, que el erudito baskófilo Valbuena ha probado ser meramente intensiva, como lo hace notar enArizala, pueblo de Nabarra, que es la forma intensiva, al decir de dicho autor, de Ariza, pueblo de Aragón.

En Baeza (Jaén) la industria más típica del lugar fue, sin duda, la fabricación de cedazos o cribas: de bae, criba, y la abundancial tza.

En Esterri (Lérida) dedicábanse a la fabricación de embutidos o butifarras: de este-erri, pueblo de los intestinos. 0 bien a la apicultura: deezti, miel. Ambas etimologías fueron ya consignadas por la autorizada pluma del Sr. Labayru en su enciclopédica Historía, citada arriba.

Caracena (Soria) era la ciudad de los negocios: garatz-en-a.

Sariñena (Huesca), sobre el Alcanadre, la de los tejedores de redes de pescar: sare-giñ-en-a.

Cariñena (Zaragoza), la de los fabricantes de cal: kare-giñ-en-a.

Villaharta (Córdoba), la de los salteadores: de billa-artu, esto es, buscar-coger.

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Porfiada disputa debió de sostenerse entre los fundadores de Coimbra (Portugal) acerca del sitio preciso en que habían de establecer sus viviendas.

— ¡Goian!, es decir, ¡en el alto!, gritaban los que, hallándose ya en él, no quisieran molestarse en bajar la pendiente; lo que prueba que no eran de muy vigorosas piernas.

— ¡Bera!, esto es, ¡abajo!, contestábanles los que se encontraban junto al río y no querían molestarse en ascender a la cumbre; lo que es señal de que ellos, por su parte, no gozaban de entrañas torácicas muy robustas.

Si, viceversa, los de abajo se hubieran encontrado arriba y los de arriba abajo, cualquiera de ambos bandos habría fácilmente accedido a reunirse con el otro, ya que los primeros casi no tenían que fatigar para ello el corazón y los pulmones, y los segundos podían llevarlo a cabo sin gran trabajo por parte de las piernas.

Pero la fatalidad, que hizo lo contrario, provoco entre unos y otros la insistente porfía de que la ciudad recibió su nombre: goian-bera; después goin-bra; por último, Coimbra (5).

***

En Lisboa, la primera obra de sus fundadores, fue, indudablemente, un grandioso templo, pues que, no bien lo hubieron terminado, exclamaron todos con entusiasmo y orgullo: ¡eliz-boa!, que en buen romance quiere decir: ¡vaya una iglesia!

Leiria (Portugal) fue, como León, ciudad de cultos y pacíficos curiales, pues su nombre es síncopa de lege-iri-a, ciudad de la ley. ¡Qué dichosos debían de ser sus habitantes!

La comarca de Beira (Portugal), cuyo segundo elemento es el mismo iri-a, demuestra por su componente primero bei, a saber, vaca, el gran número de dehesas que sin duda comprendía y donde pastaran grandes vacadas: bei-iria, país de vacas.

A lo que se ve, la sierra Gardunha, que en él se levanta, fue incendiada por los mismos naturales para convertirla en pastos. No otra cosa está diciendo claramente su nombre como formado de gar y duna, a saber: que tiene llamas o llamosa.

Al oriente de aquella tierra, y ya dentro de la parte septentrional del África propiamente dicha España, dedicábanse los habitantes al arte culinario, mas con tan poca suerte, que ni siquiera sal les proporcionaba el país: gatz-ere-ez; de donde tomó su soso nombre Cáceres.

Algo más al mediodía, sucedió que la gente, huyendo de un ardiente estío dio, al cabo de mucho caminar hacia el norte, con una comarca donde, por fin, hallara confortante fresco, por lo que determinóse a fundar allí mismo una ciudad, diciendo: badago-otz, que vale como decirya hace frío; lo cual fue origen del nombre Badajoz.

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Setúbal tenemos en Portugal, y es su nombre evidente contracción de seme-Tubal, hijo de Tubal, revelándonos haber sido fundado dicho lugar por un hijo del mismo venerable Patriarca.

No importa que en el baskuence de hoy no vengan a estar colocados los componentes de aquel nombre con arreglo a las reglas sintácticas; pues desde aquella remota edad al presente, la sintaxis eúskara ha podido modificarse por completo con el transcurso del tiempo y el cambio de clima.

Ignórase si tendrían con él parentesco tan próximo y directo aquellos dos parientes mayores (aide nagusiak) que al mediodía de Badajoz, cansados ya de vivir, discutieron vivamente si les convenía o no continuar siendo moradores de la envoltura planetaria; pues como uno de ellos estuviese resuelto a morir desde luego y el otro no se convenciese de las ventajas que esto podría reportarle y quisiera ensayarlo en cabeza ajena, dijo al primero este segundo: eu-il-ba que en romance viene a ser muere, pues, tú. De donde Huelva recibió su nombre.

De vivir, y de vivir sibaríticamente, trataba, por el contrario, aquella gente que muchas leguas al nordeste discutía cuál era alimento más sabroso e higiénico a la vez, si el topo o el ratón. El nombre que ha conservado la ciudad nos atestigua que la opinión que prevaleció fue la de los ratóvoros, que sostuvieron con firmeza su elección con esta enérgica frase: sagua obia, que significa mejor el ratón. Y de aquí el nombre de Segovia.

Algo más al sur, la población era, por el contrario, vegetariana, viviendo del fruto de los árboles, entre los cuales era cultivado con preferencia el peral, y por ello su ciudad más populosa recibió el nombre de Madaridi, que significa pereda o peraleda: hoy Madrid, por natural síncopa.

Y ya que de comidas hablamos, no dejemos de recordar un pueblo situado aún mucho más al mediodía y que recibió su nombre por haber sido sorprendidos sus moradores en el acto de comer. Pasaban por allí no lejos unos paisanos nómadas y, como les extrañase la quietud de los primeros, preguntáronles qué hacían: jaten, contestaron, que es decir comiendo; respuesta lacónica que da a entender cuán poco les gustaba que los molestasen cuando se hallaban en la citada operación. El nombre Jaten, andando el tiempo, se dejó caer la t, y quedó convertido en Jaén, que es la forma que hoy tiene.

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Otras tribus entendían menos positivamente la vida, distinguiéndose por la emulación con que procuraban progresar en aquello que mas en jaque pudiera tener a los circunvecinos.

Así es como al este de Madrid, usaban los indígenas armarse de cuernos para la pelea, lanzando con gallardía al entrar en combate este grito de guerra: gu-adarrak-gara, que significa nosotros somos cuernos o los del cuerno: origen certísimo del nombre Guadalajara.

Las gentes situadas al mediodía de aquella tierra hacían, por su lado, alarde de estar dotados de nervudas piernas, con las que llevaban la ventaja de acometer y retirarse en la pelea con rapidez que confundía al enemigo. Por eso su grito de guerra fue: gu-anka, es decir, nosotros somos piernas o los de las piernas. Y por esto el nombre de Cuenca.

Los nombres de Guadalajara y Cuenca transmítenos de este modo noticia, al menos vaga y desvanecida, de las aficiones tauromáquicas de aquellas tribus primitivas: el primero, porque hace referencia a las armas ofensivas del toro, las astas; el segundo, porque la hace a las defensivas del caballo, las piernas,

Lucha sangrienta y asoladora hubo de ser la que dejó esculpida su memoria en el nombre Teruel cuya fúnebre significación expresa no haber sobrevivido al reñido encuentro ni toros ni caballos, ni hombres armados de astas ni los dotados de ágiles piernas. La ciudad de la puerta vacía y muerta significa, en efecto, como compuesto de ate-ero-il, con alusión a que había quedado despoblada por muerte de todos sus moradores.

A consecuencia de alguna de aquellas lizas cruentas perecería aquel buen mozo que apareció muerto más al oriente y sobre el mar y del que tomó nombre la ciudad allí fundada, Castellón. La clara composición de éste nos está diciendo a grito pelado: gaste-ill-on, a saber, buen mozo muerto.

Si nos corremos algún tanto hacia el sur, daremos con otra tribu que, aunque igualmente belicosa que las de Guadalajara, Cuenca y Teruel, empleaba en sus combates otras armas menos bestiales y que no causarían, como es de presumir, catástrofes como la que dio origen al tercero de dichos nombres. Una disputa idéntica a la sostenida por los fundadores de Palencia, produjo en la tierra a que nos referimos un nombre de idéntica composición: Valencia, de aballa-lancia, esto es, honda-lanza.

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De mejor humor las gentes que habitaban las márgenes del río Guadalquivir, dedicábanse a uno de los sports más primitivos: a la natación. Y no de otra circunstancia recibió su nombre aquel río. Gu ederki ibili, que significa, nosotros andar magníficamente, decían con mucha frecuencia aquellas divertidas tribus, cuando se entregaban al saludable deporte; y de ahí le quedó el nombre al río en que acostumbraban bañarse.

Entre ellas debió de batir el record la que poblara Andújar, sobre dicho río, pues así nos los da a conocer la etimología de su nombre: andi-ugar esto es, grande natación.

No les irían a la zaga en habilidad los pobladores de Córdoba, pues como a uno de ellos se le viera en cierta ocasión nadar río arriba, zambulléndose con mucha frecuencia y permaneciendo cada vez largo tiempo dentro del agua, gritábanle los de otro lugar situado río abajo, preguntándole qué buscaba en el fondo: ¿ze billa? Pero el nadador o hacíase el sueco o era realmente sordo. Es el caso que no contestando a la insistente pregunta, exclamaron los que se la hacían: igor doa, ba! que es como decir: pues ¡sí va sordo! Con lo que al pueblo de los curiosos preguntones le quedó el nombre de Zebilla, hoy Sevilla, y al del sueco nadador el de Górdoaba, hoy Córdoba.

Poco más al occidente de Sevilla moraban los indígenas que se distinguían por su astucia, cualidad ventajosísima si se dedicaban a los negocios, pero que más tarde les ocasionaría no pocos choques con los fenicios colonizadores, por aquello de que no hay peor cuña que la de la misma madera. Por esa refinada astucia suya denominaron a su pueblo los naturales vena zorruna, que no otra cosa significa en baskuence zan lukar, hoy Sanlúcar.

Al sudeste de Sevilla y sobre el mar, estaba situada una ciudad cuyos habitantes, fieles continuadores de las aficiones del patriarca Tubal, se dedicaban, a su vez, al cultivo de robusta y fructífera vid, denominándose por esta razón dicho puerto con el nombre de Matz-al-aga, cuya terminación aga expresa abundancia, según su Alteza Imperial el Príncipe Don Luis Luciano de Bonaparte y otros, y que en junto significalugar abundante en potente vid. Variedad de ésta en tan remotos tiempos cultivada es, a no dudar, el grande, dulce y aromático moscatel de Málaga que hoy conocemos, pues Málaga es hoy, por contracción, el nombre de aquella vitícola ciudad.

Poco más al nordeste de ella estaba establecida una tribu también agricultora, pero cuyo cultivo predilecto era el del granado. Por esto a la capital de aquel país diósele el nombre de Granada, que hoy conserva, y que no es otro que el mismo con que el baskuence designa el fruto de dicha planta, y que se compone de garaun-ada, esto es, conjunto o piña de granos, pues no habrá baskófilo que dude de la naturaleza eúskara de ambos componentes y muy en particular del segundo.

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La gente de Almería era débil, según lo denuncia este nombre: al-me-iri-a, es decir, país de escaso poder.

Para evitar tan extremada debilidad, los de Alicante se dedicaban a vivir comiendo o nutriéndose en grande: alika-andi.

Los de Murcia, orgullosos por proceder del Cáucaso y en línea directa provenir de Jafet, usaban descubierta la cabeza, para mostrar su lacio y castaño cabello, signo, según se aseguraba, de la raza caucásica. Por eso el nombre de su ciudad fue Buruzi, que significa en pelo, y que después, por síncopa y con el artículo a, vino a ser Burzi-a, Murcia.

Menos dados a la poesía de la tradición los de Albacete, traían por el sol cubierta la cabeza, de suerte que los murcianos permitíanse dudar de la nobleza de su origen, pues que no sabían si su cabello era crespo y negro (signo de la raza camítica) o lacio y castaño, y como persistiesen en su duda, aplicaron al país de aquellos sus vecinos dudosamente jafétidas el nombre citado, diciendo: al-bacerate, que significa quizás lo seáis; que era como decirles: puede seáis de Jafet, pero a nosotros no nos consta.

***

Ni a los que se determinaron a fijar su residencia en Ciudad Real, prácticos también, les preocupaba su origen, sino el de si podrían o no destruir por medio del fuego los inmensos seculares bosques que cubrían la comarca y les impedían el pastoreo y el cultivo. Llamaron a informe técnico, para salir de dudas, a sus peritos agrónomos, preguntándoles si era posible incendiar tamaña cantidad de madera, y los peritos dictaminaron con estas palabras: ziur da erre-al; que quieren decir: es seguro que puede quemarse. Con lo que los ánimos quedaron aquietados y aquella laboriosa gente comenzó a prender fuego a la vetusta selva. Y de ahí el nombre de Ziudarreal, hoy Ciudad Real, por manifiesta corrupción.

Entre Ciudad Real y Madrid asentaron los naturales otra ciudad, ésta sobre el río Tajo, y de modo tal que, al concluir de edificarla, dijéronse, mirándola a vista de pájaro: toles-do, que es contracción de toles-dao y significa está plegada cabe el río: hoy Toledo.

***

Al oeste de aquella comarca están las de Cáceres y Badajoz, que entrambas componen la región de Extremadura, nombre asimismo evidentemente eúskaro. Criábase en ella, en abundancia extraordinaria, el sabroso paquidermo que ofrece la particularidad de tener resguardadas sus carnes por una capa de tocino, y en sus inmensos encinales de bellota feculenta y dulce, pacían libres, cuasi vueltas a su primer estado silvestre, grandes piaras del redondo, negro y cerdoso ganado de prolongado hocico y rabo rudimentario y retorcido. Tal abundancia de puercos hubo de determinar en aquel país, en igual escala y como industria predilecta, la salazón y conserva de todo género de la estimada carne. Por esto, bien pronto hízose célebre la comarca por sus jamones o perniles, y cuando a los voraces gastrónomos que la visitaban con objeto de saborearlos les llegaba a su término la expedición, separábanse de allá tristes exclamando: ¡ister ba-da ura!, que viene a ser: ¡ya es jamón aquél! De donde el país recibió su nombre: primero Isterbadura, más tarde Extremadura.

No menos claramente se ha de comprender el eúskaro origen del nombre de Portugal, como formado de portu-gal, es decir, borde o costa de puertos, por lo prolongado de su costa y el gran numero de puertos que en ella la naturaleza ha dejado abiertos.

Y si nos fijamos en el nombre de la región situada al norte de Portugal, nos convenceremos del instintivo y general impulso con que los primitivos pueblos, al emigrar, encaminábanse hacia el occidente, siguiendo el curso que les marcaba el sol desde la bóveda del firmamento. Mas como nos es lo mismo surcar el espacio como lo surca el diurno astro que atravesar los meridianos terrestres a pie enjuto, en Galicia la primitiva gente hubo de renunciar a seguir adelante al encontrarse con que el ancho océano les impedía el paso. Por eso a aquella tierra llamáronla Gale-itzi-a, esto es, la gana dejada o el propósito abandonado. Por eso también el extremo más occidental recibió el nombre deFinisterre, que no viene a ser otra cosa que bein este erre, es decir, una vez intestino quemado, con lo que se significa que el pacífico gallego sólo una vez en su vida se quemó las tripas, y ello con motivo de aquella decepción topográfica y aquel odioso obstáculo que la mar puso a su afán de emigración.

***

Pero volvamos al sur; a aquella bendita tierra donde las gentes se pasaban la vida nadando en el Guadalquivir, comiendo en Jaén o engañando al prójimo en Sanlúcar; a aquella tierra fecunda que, vivificada por el ardiente sol, producía los granados de Granada y el moscatel de Málaga; a aquella tierra, en fin, suave y ligera... ¡an da lur zia!, ¡allí está la tierra tenue y mullida! ¡Andalucía!

Volvamos allá, y nos encontraremos con el puerto de Cádiz, cuyo nombre nos descubre la atalaya a la que los peninsulares solían asomarse para ponerse al habla con sus hermanos de allende el estrecho. Fue antiguamente, en efecto, Gadiz, que significa óiganos, grito que, repetido con frecuencia por el que daba principio al diálogo, quedó de nombre de la ciudad allí fundada.

Como acontece no raramente entre pueblos hermanos y próximos los habitantes de un lado del estrecho y los del otro se insultaban mutuamente a más no poder, diciéndoles los del sur a los del norte alge zirade, que significa sois unos inútiles, y contestando los del nortezeu-ta, que es decir sí tú y los demás. En una y otra frase tuvieron sus orígenes respectivos los nombres de Algeciras al norte y Ceuta al sur del estrecho de Hércules.

Sabino Arana, La Patria, Bilbao, 24 y 31 de agosto, 7, 14, 21 y 28 de septiembre, y 5, 12, y 19 de octubre de 1902

1. Lo que sí claramente nos revela el hecho es que los primeros moradores de la gallega tierra eran cuadrúmanos todavía, pues no se concibe que, rematando sus extremidades inferiores en pies, y no en manos, pudieran manejar con tamaña facilidad la rueca.

No será igualmente fácil averiguar en qué fecha las manos inferiores se les convirtieron en pies, pues con pies, y no con manos, diz que hoy andan los gallegos, siquiera haya algún antropólogo que asegure haber dado aquella gente un paso más en la evolución hacia la inutilidad, teniendo ya verdaderas patas. Lo único que puede asegurarse sin temor a errar (que el herrarlas no hay para qué temer es que la lamentable transformación empezaría a realizarse tan pronto como aquellos proto-galaicos dejaran el oficio de hilanderos o el empleo de las extremidades inferiores en su ejercicio, pues tal permite suponer la teoría darwinista más admitida, según la cual el órgano se forma con el uso y desapareciendo éste se extingue, y, por tanto, en aquellas tranquilas gentes, las manos inferiores conformadas por el huso, perderían su habilidad y estructura al abandonar éste, convirtiéndose pronto en simples soportes de los airosos cuerpos, mejor dicho, en las sólidas bases del pesado aguador gallego del Madrid actual.

2. Los partidarios de esta etimología no se determinan a fijar la clase de humo: cíñense los más a dejar sentado, con particular interés, que no pudo ser de pólvora quemada en las guerras con los celtas, pues ni los celtas arribaron al país hasta un buen rato después, ni se inventó la pólvora, según los autores mejor informados, hasta varios ratos más luego.

3. Este es uno de los nombres que dan más fuerza al dictamen que a una explosión de proporciones incalculables atribuye aquel desastre.

4. No es menos verosímil la opinión contraria del publicista autor de El Baskuenze en 12 lecciones, quien dice que el Mingorría de Ávila, es el lugar donde se dio la memorable batalla de la primera guerra civil, y que es lo mismo que Mendigorria, que es otro nombre con que se le conoce. Bien es verdad que los geógrafos opinan, como Valbuena, que hay Mingorría en Avila y Mendigorría en Nabarra, así como los historiadores están contestes en asegurar que el Mendigorria de la batalla está en Nabarra, y que es muy otro el Mingorría de Avila.

5. Como anillo al dedo, viene aquí el hacer recuerdo de aquellos dos nombres famosos de Gamboa y Oñez que fueron apellidos de sendos bandos que en tiempos más próximos llenaron de cadáveres la tierra eúskara y de luto y horror el ánimo de sus hijos. De gan-boa, es decir,vaya en alto, se deriva el primero, y de oñez, esto es, a pie o en bajo el segundo, según los más ilustres baskófilos. Mas con una diferencia entre los historiadores: sostienen unos que la porfía tuvo efecto con ocasión de estarse preparando para ir a la guerra contra los moros, dividiéndose la belicosa gente en dos pareceres, el de aquellos que preferían ir a combatir a caballo, y el de los que eran más aficionados a luchar a pie firme; los otros autores, en cambio, aseguran haberse originado dichos nombres, y con ellos los marciales bandos, en una procesión religiosa, con motivo de discutirse si había de ser llevado el santo en hombros o, por el contrario, en andas o en bajo. Sobre un punto tan importante de la historia baskongada como es el de averiguar cuál fuera el origen de aquellas implacables banderías, no debieron los sabios historiadores emitir juicio menos profundo ni los baskófilos prestarles con sus conocimientos auxilio menos eficaz.

Carta de Sabino Arana a su hermano (Cárcel de Bilbao, 23 junio de 1902)

Carta de Sabino a su hermano

Arana a su hermano.

Cárcel de Bilbao, 23-VI-1902.

Mi querido hermano: Toda la prensa acoge como sincero el rumor de "La Patria". No era posible otra cosa. Empieza mi pasión. Reconocen mi buena fe, pero consignan mi extravío pasado, mi debilidad o candidez dejándome arrastrar por los que me rodean siendo testaferro de quienes se ocultan; cae por su base toda la grandeza del nacionalismo; toda la gloria pasada se desvanece; mi corona se ha marchitado. ¡Bien se puede sufrir todo esto por la misma Patria! Como quiera que no explico mi pensamiento a nadie, sino que a todos pido un voto de confianza absoluta, hay resistencia en muchos. Pero aun al principio ha habido varios que al primer golpe de vista me han comprendido y se han adherido. Otros van convenciéndose, sucesivamente. Creo que todos me otorgarán el voto. Éste era el momento de mi vida en que podía inspirar más confianza a los nacionalistas y más respeto a los demás. Era preciso aprovecharlo. Escribiré mi pensamiento y se lo expondré a tres o cuatro nacionalistas, reservadamente, por si Dios me lleva antes de llegar al fin del plan, para que ellos puedan continuarlo. Los periódicos insinúan que he cedido antes de llegar al castigo, que se ha humillado mi voluntad. ¡Qué hermoso es sufrir por la Patria! Mi consejo es éste: hay que hacerse españolistas y trabajar con todo el alma por el programa que se trace con este carácter. A mi modo de ver, la Patria nos lo exige. Esto parece un contrasentido; pero si en mí se confía debe creerse. Es un golpe colosal, desconocido en los anales de los partidos. Queda empañada toda mi reputación. Deshecha toda la obra de muchos años, levantada a costa de grandes sacrificios. Tú ya me comprenderás. Recuerdos ( ... ). Tu hermano, Sabino.

Lucha en las calles de Bilbao (El Imparcial, 12 de octubre de 1903)

Lucha en las calles de Bilbao

El ministro de la Gobernación hizo anoche ante los periodistas un relato de los antecedentes y desarrollo que han tenido los sucesos de Bilbao. La síntesis de lo que dijo es ésta: Anualmente se celebran en Bilbao con gran pompa religiosa las fiestas dedicadas a la Virgen de Begoña, patrona de aquella capital. Este año, por acuerdo del Ayuntamiento, quedó suprimida la subvención que el Municipio concedía para tales fiestas. Este acto produjo, desde luego, apasionamiento entre los elementos clericales y los anticlericales, temiéndose que ocurriesen desórdenes.

Me avisó el gobernador de lo que ocurría y de los propósitos de los elementos clericales de realizar peregrinaciones al Santuario de la Virgen de Begoña. Le comuniqué instrucciones en el sentido de que llamara la atención de las autoridades eclesiásticas sobre los peligros que existían, añadiendo que el Gobierno adoptaría las medidas necesarias para garantizar el sentido culto externo; pero en cuanto el acto dejara de ser puramente religioso y tomara otro carácter, la autoridad cumpliría también con su deber.

Celebróse la peregrinación del jueves último, sin que ocurriera suceso de mayor importancia. El último día hubo un "meeting" de libertarios, disolviéndose con orden. Parecía que los ánimos estaban apaciguados. El viernes tuvo noticias el gobernador de Vizcaya de que para hoy preparábanse sucesos de importancia y me lo comunicó. El mismo gobernador se puso al habla con el obispo de Vitoria y este prelado afirmó que la peregrinación de hoy no pasada de los límites de un acto piadoso y reclamaba respeto y garantías para la misma, con arreglo al artículo 11 de la Constitución. El obispo de Sión, que ha predicado en la función religiosa a la Virgen de Begoña, informó
al gobernador que no se trataba de hacer provocación de ninguna clase, sino de una de tantas peregrinaciones , siempre ordenadas, al santuario de dicha Virgen.

Por otra parte, los socialistas habían pedido permiso para celebrar un "meeting" que no tenía relación alguna con la peregrinación. El Gobierno estudió el caso con la verdadera atención. Por una parte estaba obligado a garantizar los actos del culto católico con arreglo a la Constitución, siempre que la peregrinación no tomara carácter de acto político. Por otra parte, la ley de reuniones autoriza la celebración de "meetings" siendo en local cerrado, como lo iba a ser el de los socialistas. Teniendo el antecedente de que el jueves último hubo peregrinación y "meeting" sin grave contratiempo y de que los de ayer se demandaban amparándose los peticionarios en la Constitución y, en la ley de reuniones, el Gobierno se decidió a autorizarlos adoptando las medidas que la prudencia aconsejaba. Recomendó al gobernador que concentrara a la Guardia Civil de la provincia para que fuera respetada la procesión, mientras ésta constituyera acto meramente católico, y dispuso que no se consintiera manifestación alguna después del "meeting" de los socialistas.

Esta reunión celebróse a las once de la mañana la, plaza de toros. Todo en ella fue ordenado, hasta que, casi al final, llegaron unos trescientos republicanos de Santander, los cuales acababan de desembarcar. Hasta entonces no se había aludido a la peregrinación, pero con la intervención de los republicanos en el discurso tomaron otro carácter. El socialista Perezagua hubo de protestar de la injerencia de elementos extraños al socialismo e igualmente apartados del mismo que los clericales. Los ánimos se excitaron, hubo gritos y protestas y el representante la autoridad se vio en el caso de disolver la reunión.

Al salir del local, los grupos se dirigieron en manifestación al Gobierno civil. Una comisión subió al despacho del gobernador, haciéndosele entrega de un mensaje y la manifestación se disolvió al parecer, ordenadamente. Un grupo de manifestantes se dirigió a la redacción Gaceta del Norte, apedreando el edificio. Lo mismo hicieron con una casa particular que ostentaba la colgadura con la inscripción: "¡Viva la Virgen de Begoñal " La presencia de una sección de la Guardia Civil bastó para que el grupo se disolviera sin hacer resistencia a la autoridad de la fuerza armada.

A las tres de la tarde salió la peregrinación dirigiéndose hacia el santuario. La diferencia de este acto con la procesión del jueves consistía en que el gobernador marcó el itinerario por el sitio más corto. Además, había distribuido la Guardia Civil de infantería y de caballería, la de Orden público y hasta municipal, para reprimir las coacciones que se intentaran. La tropa quedó acuartelada. Debiendo de seguir la peregrinación el camino más corto, tuvo que ir no por las calles principales, que son las más anchas, sino por otras más estrechas, donde aguardaban grupos de elementos anticlericales. Entonces comenzaron los insultos y las frases injuriosas de una y otra parte, sin que fuera posible el evitarlo a la fuerza que custodiaba el trayecto. Así llegó la peregrinación hasta el santuario.

Los ánimos estaban muy excitados. Grupos de anticlericales pusieron maderas y otros objetos en puntos angostos del trayecto para evitar el paso de la procesión cuando ésta regresara. Y ocurrió lo que era evitable: al regresar los peregrinos, de las palabras se pasó a los hechos y hubo varias colisiones.

La Guardia Civil dio los toques de atención para disolver los grupos, siendo no sólo desacatada, sino hasta agredida en diversos puntos. En los barrios altos de San Francisco no sólo arrojaron piedras a la Guardia Civil, sino que fueron disparados varios tiros. La fuerza de la Benemérita tuvo necesidad de hacer uso de las armas contra los amotinados. Dos compañías regimiento de Garellano tomaron parte y posiciones en el Arenal, donde había gran efervescencia, y en otros puntos de la población.

Al fin se pudo dominar el conflicto y restablecer la tranquilidad material. Según el despacho del gobernador, resultaron tres muertos y veintinueve heridos, ninguno de ellos por bala de "Mausser". Entre los heridos figura un capitán de Garellano, leve por rebote de una bala de revólver, y cuatro guardias civiles por lesiones ocasionadas con piedras. Añadía el gobernador que entre los peregrinos y los anticlericales sumarían unas 20.000 almas, demostrándose con esto la insuficiencia de los 118 guardias civiles de infantería y 22 de caballería, que fue la fuerza concentrada. También decía que se habían practicado diez detenciones en los principales instigadores del motín, entre ellos la de cura que arengaba a los peregrinos a la lucha con los anticlericales.

En cuanto tuvimos noticias de los desagradables sucesos, aconsejé al gobernador que reuniera la Junta de autoridades, por si era conveniente resignar el mando en la autoridad militar, y me puse al habla el ministro de la Guerra para que preparara la fuerza en San Sebastián y en Vitoria para salir hacia Bilbao. En la conferencia que he tenido con el gobernador de Vizcaya a las diez y media de esta noche me dice que se celebró la Junta de autoridades y que por mayoría, con un voto en contra, se decidió que no fuera resignado el mando, a propuesta del mismo gobernador.

Desde los sucesos de la tarde no ha vuelto a producirse desorden; dice el, gobernador que los heridos son 27, seis de ellos graves, y que la mayoría de lesiones han sido de palos y de piedras. También que los detenidos son catorce, entre ellos tres de expedicionarios de Santander. De éstos, los que pudieron regresaron en el vapor María del Carmen, y se ha telegrafiado al gobernador de Santander para que se les detenga a su llegada a aquella capital o procure su captura en el caso de haber desembarcado. Esta noche se habrán practicado en Bilbao bastantes detenciones sobre aquellas personas que aparezcan como directores o agentes activos del tumulto. Están actuando los juzgados de orden civil y militar. Y puede anunciar, desde luego, que por ahora, al menos, no se autorizarán en Bilbao nuevas peregrinaciones ni "meetings". Se han tomado medidas de precaución para evitar que se reproduzcan los sucesos, entre ellas la de situar retenes en los colegios de jesuitas y en el domicilio del diputado señor Urquijo, ante el temor de que fueran atacados por los elementos avanzados.

No es cierto que haya pensado en suspender las garantías. Las autoridades de Bilbao han cumplido con su deber protegiendo la peregrinación hasta el santuario, acudiendo con prontitud a reprimir los
choques entre ambos bandos y logrando restablecer, la tranquilidad. Ahora los tribunales depurarán la responsabilidad en que hayan incurrido los culpables del motín.

El Imparcial, 12 de octubre de 1903.

Carta de José de Arriandiaga a Engracio Aranzadi (7 de diciembre de 1903)

Carta de José de Arriandiaga a Engracio Aranzadi
(7 de diciembre de 1903)

¿Cuáles son los futuros propósitos del Partido Nacionalista?

Lanzarse a la guerra, como único medio, en demanda del triunfo: pero, para ello, necesitaba dos cosas: 1.ª Propagación de doctrina y 2.ª en consecuencia, formación de ejército.

Propaganda de doctrina. Más de diez años que se la cultiva, ¿y qué prosélitos ha adquirido? Ocho mil, diez mil, quince mil: total, una miseria.

Es evidente que, al paso que vamos, se habrían menester treinta, cuarenta, cien o más años para lograr que, así como la mayoría del País llegó en un tiempo a ser carlista, llegase a ser nacionalista. Y dada la invasión que de día en día se acentúa, ¿habría ya vascos dentro de cien años?

Iríase, pues, disminuyendo el Partido nacionalista si su desarrollo lo confiásemos a la predicación y al tiempo únicamente, puesto que el vasco, además de que va impurificándose, va también hallándose en su propio País en número menor que el extraño. Prueba de ello Bilbao que de ochenta o más miles de almas; pasan de la mitad de no vascos.

Formación de ejército. Sólo parte de Bizcaya conoce el Nacionalismo; en cambio, ni Guipuzkoa, ni Nabarra, ni Alaba lo conocen. ¿Cuánto tiempo se necesitará para que lo conocieran los cuatro y llegasen a formar cuatro respectivos ejércitos nacionalistas, a la manera que conocieron el carlismo y formaron cuatro respectivos ejércitos carlistas?

Además: ¿Qué ejército sería indispensable para conseguir la independencia? Cuando menos, de treinta y cuarenta mil hombres; y, aun con ello, ¿se conseguiría lo deseado? (Y no hablo más que del País vasco peninsular, pues si incluyésemos el pirenaico, sería la empresa infinitamente más imposible.)

Es verdadera fantasía o sueño pensar que el Partido nacionalista prosperará con el tiempo lo suficiente como para proporcionarse un ejército de treinta o cuarenta mil hombres, pues no menos serían menester para contrarrestar el empuje de doscientos o trescientos mil que se nos vendrían encima, provistos de los más perfectos artefactos. Y eso, sin contar las dificultades que los innumerables enemigos de casa nos opondrían, y sin contar las infinitas que el llegar a formar tal ejército nacionalista costaría, pues no es de creer que del cielo se nos bajese ya hecho ese ejército nuestro.

No es, pues, el camino actual el que nos ha de conducir al triunfo. Nuestra pequeñez sería siempre ante el grandor de nuestro enemigo, si las cosas siguen como hasta ahora.

Y ahí está el quid de la cuestión; en esa desproporción entre ellos y nosotros. Y la solución sólo está en que desaparezca esa desproporción. ¿Cómo?

Dándole un plan político a España que lo divida en trozos mil haciéndole perder la cohesión que entre sus regiones existe.

Y para ello se vale D. Sabino de un Programa titulado, al menos por ahora, vasco-españolista.

Ese programa tendrá la virtud de disminuir las fuerzas del enemigo y de aumentar las nacionalistas.

Y ésa es la evolución al españolismo.

¿Que cómo? Pues deseando que el regionalismo prospere en nuestro País y cunda por España, estableciéndose pleitos y contiendas entre las diversas regiones o aislándose unas de otras de modo tal que no los importe la totalidad de España.

¿Y quiénes son los más interesados en que así suceda sino nosotros mismos? Por consiguiente; a la manera que hasta aquí hemos propagado el Nacionalismo vasco sin conseguir la suficiente unión, propaguemos ahora el regionalismo vasco?españolista para que sea engendrador de diez, veinte o más regionalismos españoles y para que forme entre nosotros la deseada unión vasca que, fácilmente, por miras egoístas, habría de ser convertida en separatismo vasco.

¡Hagámonos, pues, españolistas con toda nuestra alma si hemos de ver triunfante al Nacionalismo vasco!

MAURO ELIZONDO: Sabino Arana, padre de las nacionalidades, cit., vol. II

"Alma vasca" (Miguel de Unamuno, Alma española, 3 de enero de 1904)

 

bilbao

Laurent, Vista de Achuri (Bilbao)

Alma vasca

«Egi alde guztietan
Toki onak badira
Bañan biyotzak diyo
Zoaz Euskalerrirá.»
Iparraguirre

No se conoce a uno sino por lo que dice y hace, y el alma de un pueblo sólo en su literatura y su historia cabe conocerla –tal es el común sentir. Es hacedero, sin embargo, conocer a un pueblo por debajo de la historia, en su obscura vida diaria, y por debajo de toda literatura, en sus conversaciones.

«Si los pueblos sin historia son felices, felicísimos han sido los vascos durante siglos y siglos», dijo de nosotros Cánovas del Castillo. De esta felicidad secular arranca nuestra juventud, una juventud amasada durante siglos. Pero ¿es que no hemos tenido historia? ¿Nos han faltado Aquiles u Homeros que los hayan cantado? «El pueblo inglés es un pueblo mudo; pueden cumplir grandes hazañas, pero no describirlas», dijo de su pueblo Carlyle, y con más razón que él del suyo puedo yo decirlo del mío. Y así como Carlyle añadía que su poema épico, el de los ingleses, está escrito en la superficie de la tierra, así añado yo que, más modestamente y más en silencio aún, ha escrito en la superficie de la tierra y en los caminos del mar su poema mi raza, un poema de trabajo paciente, en la América latina más que en otra parte alguna.

Durante siglos vivió mi raza en silencio histórico, en las profundidades de la vida, hablando su lengua milenaria, su eusquera; vivió en sus montañas de robles, hayas, olmos, fresnos y nogales, tapizadas de helecho, argoma y brezo, oyendo bramar al océano que contra ellas rompe, y viendo sonreír al sol tras de la lluvia terca y lenta, entre jirones de nubes. Las montañas verdes y el encrespado Cantábrico son los que nos han hecho.

Entramos tarde en la cultura, y entramos en ella con todo el vigor de la juventud y toda la cautela de una juventud elaborada tan lentamente, con timidez bajo la audacia misma. Porque el vasco, por arriesgado que sea ante la naturaleza, suele ser tímido ante los hombres, vergonzoso. El más valeroso marino vasco que haya afrontado el peligro supremo con serena calma, el más fuerte luchador contra los elementos que salga de mi raza, la de Elcano, el primero que dió vuelta al mundo, encuéntrase en sociedad cohibido. Mi paisano y entrañable amigo Juan Arzadun, en el hermosísimo relato la «Nochebuena del expósito», que figura en su precioso libro Poesía (tomo II de la «Biblioteca bascongada de Fermín Herrán», Bilbao 1897), habla del «tipo hermoso y tranquilizador del aldeano vasco» que «daba vueltas entre sus manos de gigante a la boina, lleno de insuperable timidez, y sonreía con vaguedad, fuerte y bonachón como un Hércules adolescente». La pintura es admirable; sobre todo lo de la timidez. Quien haya conocido en Universidades grupos de estudiantes vascongados, recordará dónde y cómo suelen reunirse, y cómo huyen de cierta sociedad. A ello ha contribuido no poco la natural torpeza para expresarse en lengua castellana, porque donde ha llegado a ser ésta, como en Bilbao, la nativa, las cosas varían.

Vizcaino es el hierro que os encargo;
corto en palabras, pero en obras largo.

concluye diciendo Don Diego de Haro en aquel magnífico final de la escena primera del primer acto de La prudencia en la mujer, en que Tirso de Molina dijo de nosotros en cuarenta versos lo que en cuarenta volúmenes no se ha dicho después. «Cortos en palabras, pero en obras largos.» Hasta nuestras palabras suelen ser acción -que lo diga, recientemente, el vasco Grandmontagne- y confío en Dios en que cuando se nos rompan por completo los labios y hagamos oír nuestra voz en la literatura española, será nuestro pensamiento corto en palabras y en obras largo.

Es, ante todo, un pueblo ágil y ágil más que maciza su activa y silenciosa inteligencia. Il saute comme un basque, se dice proverbialmente en Francia, y cuando nos metemos a escribir damos también saltos y cabriolas. Y la agilidad es la expansión más pura de la fuerza espontánea. Ved que nuestro juego típico es el de la pelota. De las ideas mismas hacemos pelotas en que adiestrar y robustecer nuestro espíritu. En los últimos disturbios de Bilbao, las ideas que unos y otros empendonaron eran, créanlo o no ellos, un pretexto para luchar.

La inteligencia de mi raza es activa, práctica y enérgica, con la energía de la taciturnidad. No ha dado hasta hoy grandes pensadores, que yo sepa, pero sí grandes obradores, y obrar es un modo, el más completo, acaso, de pensar. El sentimiento del vasco es un sentimiento difuso que no se deja encerrar en imágenes definidas, savia que resiste la prisión de la célula, sentimiento, por decirlo así, protoplasmático. Estalla en la música, que es lo menos ligado a empobrecedoras concreciones. Coged las letras de Iparraguirre sin música, hacedlas traducir, y os resultará lo más vulgar y pedestre. Y, sin embargo, oíd cantar aquel «extiende y propaga tu fruto por el mundo mientras te adoramos, árbol santo», y como en un mar se brizará en sus notas robustas vuestro corazón, acordando a ellas sus latidos. Y es que letra y música se concibieron juntas, como formas de una misma substancia.

Un carácter rudo y pacientemente impetuoso, por lo común autoritario. De la rudeza dan buena muestra las atrocidades que de los turbulentos banderizos de fines de nuestra Edad Media nos cuenta Lope García de Salazar en su Libro de las buenas andanzas e fortunas, aquellas sombrías luchas entre los de Butrón y Tamudio, los de Tamudio y los Leguizamón, los Leguizamón y los Tariaga y Maztiartu, narradas con fúnebre monotonía por el viejo cronista mientras estaba preso por sus hijos en la torre de Sant Martín de Mesñatones.

Y autoritarios, sí, autoritarios, a la vez que de espíritu independiente. Para mandar salvajes o para regir frailes, para colonizadores o para priores que ni hechos de encargo, pintiparados allí donde haga falta una energía un poco ruda y procedimientos rectilíneos, pero torpes para gobernar pueblos ya hechos, donde haya que concertar voluntades y templar gaitas, donde se requiera flexibilidad ante todo. Y cuando le toca ser subordinado el vasco, según la frase consagrada, obedece, pero no cumple; no dice que no, pero hace la suya.

Porque a tercos sí que no nos gana nadie. «Vizcaíno, burro», suele decirse aludiendo a nuestra testarudez, que acaso llegue a ser muchas veces en nosotros un vicio, pero que es, sin duda, de ordinario nuestra virtud capital. Si no entra de otro modo el clavo, lo meteremos a cabezadas. Pero nuestra terquedad es menos violenta que la del aragonés. Toda la afabilidad que se quiera, pero a hacer la suya el vasco. «Los vascongados -suele decirme un amigo- no atienden ustedes a más razones que a las suyas propias; si se arruinan, será solos, sin empacharse de consejos ajenos, pero sin culpar tampoco al prójimo por ello.» Por tercos, más que por otra cosa, hemos sostenido dos guerras civiles en el siglo pasado, porque nos parecía que marcha demasiado de prisa el progreso político, sin acomodarse al social; para ponerle a paso de buey, lento, sí, pero seguro.

Si hay algún hombre representativo de mi raza, es Iñigo de Loyola, el hidalgo guipuzcoano que fundó la Compañía de Jesús, el caballero andante de la Iglesia: el hijo de la tenacidad paciente. La Compañía, me decía una vez un famoso exjesuíta, no es castellana, como se ha dicho, ni española; es vascongada. Y vascongada hasta en sus defectos. Es vascongada en su terquedad pacienzuda, en su espíritu a la vez autoritario e independiente, en su horror a la ociosidad, en su pobreza de imaginación artística, en la fuerza para acomodarse a los más distintos ambientes, sin perder su individualidad propia. Y esto me lleva como de la mano a decir algo de lo que se ha llamado nuestro fanatismo.

Fue el pueblo vasco de los últimos en abrazar el cristianismo, pero lo abrazó con tanto ahínco como retardo. No es para nosotros la religión una especie de arte supremo en que busquemos tan sólo satisfacción a anhelos estéticos, sino que es algo muy hondo y muy serio. No es extraño encontrar en nuestras montañas quienes vivan hondamente preocupados del gran negocio de su salvación, en un estado de espíritu genuinamente puritánico. Nuestro sentimiento religioso, hondamente individualista, no se satisface con pompas litúrgicas en que resuenan ecos paganos. Es por dentro un espíritu nada romano; la de un alma que quiere relacionarse a solas y virilmente con su Dios, un Dios viril y austero. El calvinismo hugonote empezó a arraigar en el país vasco-francés; uno de los primeros libros impresos en vascuence -si no el primero, el segundo-, fue la traducción del Nuevo Testamento hecha en 1571 por Juan de Lizarraga, un hugonote vasco-francés, bajo los auspicios de Juana de Albret. En el fondo de la más rígida e incuestionable ortodoxia, se descubre pronto en la religiosidad de mi raza un germen antilatino, germen que espero dará frutos. La misma Compañía de Jesús que fundó mi paisano Loyola para atajar la marcha del protestantismo, ¿no nació, acaso, como todo movimiento que pretende oponerse a otro, en el seno mismo en que éste se agita, en relación de unidad profunda bajo su oposición superficial? Los Ejercicios espirituales, de Loyola, ¿no son acaso uno de los libros más gustados entre protestantes? Si persiste o no hoy el primitivo espíritu ignaciano en la Compañía, es ya otra cosa.

Se habla de nuestro espíritu reaccionario, cuando debía llamársele más bien conservador, en el mejor sentido. Queremos progresar al paso de la naturaleza, con calma, acomodando lo político a lo social. En el fondo del carlismo vascongado hubo siempre un soplo socialista; vislumbraba que se ha ahogado la libertad social bajo la política. Me decía una vez Pablo Iglesias que a nadie era más difícil de ganar al socialismo que al vascongado, pero que una vez dentro de él, era de los convencidos y de los sólidos, sin impaciencia ni desmayos.

Sobre esa base de austera y seria religiosidad, de activo recogimiento, se levanta la familia vasca, bajo la autoridad del eche co jauna, del amo de la casa. Y junto a él su mujer, que con él laya en la heredad, una mujer robusta. De soltera, con las trenzas tendidas sobre la espalda, lleva a la cabeza la herrada, suelta, ágil y fuerte, con la gracia reposada del vigor, «asentándose en el suelo como un roble, aunque ágil además como una cabra; con la elegancia del fresno, la solidez de la encina y la plenitud del castaño..., amasada con leche de robusta vaca y jugo de maíz soleado»..., permitidme que reproduzca estas palabras de mi Paz en la guerra. Y es ésta luego una mujer que la maternidad priva sobre la sexualidad. Me han confirmado sacerdotes de mi país, que por el confesionario lo saben, que los rarísimos casos de adulterio que en nuestras montañas ocurren, se deben en gran parte al ansia de las mujeres por tener hijos, cuando el marido no se los da. Los desea y los necesita.

Si su aspereza tosca no cultiva
aranzadas a Baco, hazas a Céres,
es porque Venus huya, que, lasciva,
hipoteca en sus frutos sus placeres.

Aquí observó bien dos hechos el travieso mercenario, aunque no acertó a relacionarlos. En el país vasco ni la extrema pobreza y desolada aridez que sume a los pueblos en incurable tristeza, ni la exuberancia y facilidad que los hunde en modorra e indolencia. Ahora que con las minas y las industrias ha empezado a acumularse una gran riqueza, ahora es cuando empieza a notarse algún cambio en el espíritu. Emprendedor y activo, sí, pero se ha hecho insoportable el bilbaíno por lo pagado de si mismo y de su riqueza y su convencimiento de pertenecer a cierta raza superior. Mira con cierta petulancia al resto de los españoles, a los no vascongados, si son pobres, llamándolos despreciativamente maquetos.

Es antigua en el pueblo vasco la pretensión de nobleza, originada del aislamiento en que vivió. Para el aldeano vasco no hay más que una distinción entre las gentes; euscaldunac los que hablan euscara o eusquera como él, y erdaldunac los demás, los bárbaros, los que hablan cualquier erdara o erdera, nombre en que se incluyen todas las hablas que no sean vascuence. Y respecto a pretensiones de hidalguía, basta leer lo que a Don Quijote dijo Sancho de Aspeitia. Cuéntase también que diciendo un Montmorency, creo, delante de un vasco, que ellos, los Montmorency databan no sé si del siglo VIII o IX, contestó el otro: pues nosotros, los vascos, no datamos. Y Tirso de Molina hizo decir a don Diego de Haro que

Un nieto de Noé les dió nobleza
que su hidalguía no es de ejecutoria.

Estos humos han producido ahora, a favor de la riqueza, una atmósfera irrespirable, pero es de esperar que digieran mis paisanos su riqueza y surja allí la cultura que canta sobre las chimeneas de las fábricas, como diría otro vasco, Maeztu, la que brota de expansión de vida.

Se ha dicho alguna vez que el vasco es triste, y triste habría que creerle, a juzgar por los relatos de Baroja. Yo no lo siento así, sino que aspiro en mi país, y entre los míos, una alegría casera y recogida, y no pocas veces el estallido de gozo de la vida que desborda.

Para alegría, la de mi país; una alegría como la del sol que sonríe entre jirones de nubes, sobre las montañas verdes, al través de la lluvia no pocas veces; una alegría agridulce, como la del chacolí o la sidra. Suele ser la alegría de dentro, no la que el sol os impone, sino la que brota del estómago saciado; no del cielo, sino del suelo. Suele ser la alegría a la holandesa que irradia de los cuadros de Teniers, la de sobremesa, tras pantagruélicas comilonas, no la que se nutre de manzanilla, aceitunas y cantos morunos. Hay que ver en la romería de la Albóniga, sobre Bermeo, cómo los intrépidos pescadores se desentumecen los miembros dando saltos y cabriolas, con una encantadora tosquedad, con la torpeza de gaviotas o alabancos que se pusieran a bailar.

¡Y si viérais una vuelta de romería, allá, al derretirse de la tarde, en los repliegues del sendero, entre las fuertes hayas cuyo follaje susurra extraños rezos! Vuelven cantando y saltando, cogida la moza no pocas veces por el robusto brazo de layador del mozo, riendo cualquier bobada, porque es la risa la que busca el chiste y no éste el que la provoca, abriendo la espita al chorro de vitalidad que desborda como de henchida cuba. De cuando en cuando arranca de un gaznate fresco un sanso o irrintzi, un relinchido, y sube como alondra, esparciéndose por el valle mezclado al rumor del follaje de los robles, y callan los pájaros, y vibra el cielo y se derriba al fin en el ámbito saturado de la santa alegría que del descanso del trabajo brota, aquel latido de un alma sencilla, que vive sin segunda intención y que sólo sabe expresarse así, inarticuladamente, en robusta oración al dios de la alegría y del trabajo, de la alegría seria y del trabajo serio.

No; mi pueblo no es triste; y no lo es, porque no toma el mundo no más que en espectáculo, sino que lo toma en serio; no lo es, porque estará a punto de caer en cualquier dolencia colectiva, menos en esteticismo. El día en que pierda la timidez, cobre entera conciencia de sí y aprenda a hablar en un idioma de cultura, os aseguro que tendréis que oírle, sobre todo si descubre su hondo sentimiento de la vida: su religión propia.

Miguel de Unamuno, Alma Española, Madrid, 3 de enero de 1904 Año II, número 10, páginas 3-5

Tensión entre el Ejército y los regionalistas vascos y catalanes (El Ejército Español, 23 de noviembre de 1905)

Tensión entre el Ejército y los regionalistas vascos y catalanes

"Bon cop de fals."

La sesión celebrada ayer en el Congreso, y en la que sé trató de los vergonzosos sucesos provocados por los separatistas catalanes, no correspondió a lo que de ella debía esperarse, y mucho, menos a la importancia de los hechos. Un diputado republicano, el señor Junoy, y un diputado carlista, el señor Lloréns, hablaron poniendo en sus discursos toda la indignación que, el espectáculo de la Patria herida en su dignidad santísima, amenazada, en su integridad intangible, produce a todos, los buenos españoles. El ministro de la Gobernación estuvo mal, débil, cómo si no. sintiera el patriotismo. Dos diputados regionalistas catalanes, sin llegar a los extremos de los separatistas, no hallaron tampoco la frase que convenía al momento para poner a la madre España, sobre sus pasiones¡ sobre sus ideas, sobre sus intereses. El señor Junoy y el señor Lloréns: ellos y sólo ellos fueron .ayer en el Congreso los defensores de los prestigios, de la Patria.

Y cuando el incidente, se dio por terminado, la impresión no pudo ser más desastrosa. Los que de patriotas se. precian esperaban algo más, mucho más, esperaban que del banco azul salieran acentos viriles proclamando castigos para los que se atrevan a insultar a España; esperaban que en plena sesión fuera destituido el alcalde de Barcelona, que cometió la imprudencia criminal de asistir al banquete del, domingo, cuya significación antipatriótica era perfectamente conocida. Esperaban también que de labios de ,los diputados regionalistas saliera enérgica la protesta condenatoria de los vergonzosos sucesos, la anatema lanzada contra los hijos espúreos de España que reniegan dé, su madre ?al eco de ese himno de odio imponente que se llama "Los Segadores". Y como nada de esto vieron, preguntábanse al salir de la sesión qué intereses pueden tener los partidos gubernamentales de la Monarquía en que cuando se trata de defender la Patria insultada y escarnecida no haya en las calles de Barcelona más que los republicanos, y un republicano y un carlista en el recinto del Congreso.

Por lo demás, nuestra opinión es conocida: Nosotros no hemos sido defraudados en esperanzas; porque jamás esperamos nada de las Cortes. El remedio contra las canallas separatistas está en el Ejército. A la debilidad de los Gobiernos que contemporizan con ellas debe oponerse la voluntad firmísima de los militares, que no pueden ni deben consentir esos, ultrajes a España.

Lícitas son todas las opiniones, aun las más absurdas, aun las que se presentan en la apariencia más perturbadora. Pero no la que va contra la Patria. La, Patria no puede ser atacada. La Patria es intangible, porque la Patria es todo: el aire que respiramos, la cuna de nuestros hijos, el sepulcro de nuestros padres. Ofender a la Patria es ofender a nuestra propia madre. El que deje insultar a España dejaría insultar a la mujer que le llevó en sus entrañas, y los militares, que por razón de su carrera están más obligados que los demás a tener el sentimiento de la Patria, no pueden ni deben tolerar que se la ofenda. Contra el extranjero que a ello se atreva está la guerra; contra el indigno español que cometa el crimen, la Ley. Si la Ley, por no haber previsto el caso no lo castiga, la iniciativa individual.

¿Quieren las Cortes suplir las deficiencias de las leyes? Pues que las reformen, pero no en seguida, en una sola sesión, por aclamación y sin debate. No se trata de ideas políticas ni de opiniones particulares, sino de algo que a todos es común, que es patrimonio de todos, que está bajo la salvaguardia de todos.

¿No lo hacen las Cortes? Pues entonces los militares solos.

Que todos se penetren de este deber en que están, y aislados, sin ponerse de acuerdo, o en grupo, como quiera que se encuentren, en dondequiera que oigan gritar muera España, ahoguen el grito criminal en la garganta que lo pronuncie, sin pensar en las consecuencias le pueda tener ese acto suyo. ¿Es que mueren? Pues habrán muerto por la Patria, cumpliendo el juramento que prestaron a su ingreso en el servicio. ¿Es que un Gobierno débil los castiga? Pues el castigo, en este caso sufrido por la Patria, será un honor para ellos y un laurel para sus banderas. Todo, todo, menos tolerar lo que. se está tolerando. Todo, todo menos permitir que la turba canallesca de hijos sin madre vocifere contra la que es madre, de todos los españoles.

Así lo entendieron hace algunos años unos cuantos militares de la guarnición de Bilbao. El hecho no puede haberse olvidado, porque nosotros lo recordamos con frecuencia.

Celebrábase la procesión cívica del Dos de Mayo en la invicta villa y los "biscaitarras" habían enarbolado su bandera a media asta en el círculo que tienen en aquella ciudad. Al pasar la procesión por delante del Círculo, un dignísimo coronel, hoy general, vio flotar la bandera insultadora y sintió como un latigazo en el rostro. "Arriba", dijo, y todos los jefes y oficiales que iban a su lado le entendieron. Arrebatados en un mismo sentimiento, salieron de la fila, subieron al Círculo "bizcaitarra", atropellaron a los socios que querían oponerse a su paso, se apoderaron de la bandera, la hicieron pedazos, que arrojaron por el balcón, y, bajando tranquilamente, después de vengada la injuria a España, volvieron a unirse el cortejo y la procesión siguió su marcha. Allí quedaron los pedazos de la bandera y los "bizcaitarras" aterrados. Sin atreverse ni a quejarse para evitar que volvieran los militares.

Desde entonces no se ha repetido la manifestación separatista en Bilbao.

Pues bien: la Patria en Barcelona es la misma que en Bilbao. Los militares de. una graduación son los mismos que los de otra; los separatistas catalanes están continuamente proclamando el "Bon cop, de fals" de sus segadores.

Muy bien. Aceptado. Que empiecen a segar los militares.

El Ejército Español, Madrid, 23 de noviembre de 1905, 1.ª pág., 1.ª col.

Iber (Evangelista de Ibero): Ami vasco (Bilbao, 1906)

Iber (Evangelista de Ibero): Ami vasco

AMI VASCO

por el P. Evangelista de Ibero

I NACION

1 - ¿Qué es Nación ? - El conjunto de hombres o de pueblos que tienen un mismo origen, una misma lengua, un mismo carácter, unas mismas costumbres, unas mismas leyes fundamentales, unas mismas glorias, unas mismas tendencias o aspiraciones, unos mismos destinos.

2-De todas estas propiedades, ¿cuáles son las que esencialmente constituyen la nacionalidad ? - En primer lugar, la sangre, raza u origen; en segundo lugar, la lengua. Las otras propiedades no son más que consecuencia de estas dos, y singularmente de la primera.

3-¿ Cómo se manifiesta la identidad o diversidad de razas?-Por la identidad o diversidad de lenguas, de tal manera que, cuanto mayor sea la diferencia que media entre las lenguas de dos Naciones, mayor será la diferencia de razas que las separa. Así v. g., el español difiere del chino más que del ruso y del ruso más que del francés.
4-¿No puede suceder que pueblos de razas diferentes hablen una misma lengua? - Sí, señor; pero esto acaece cuando uniéndose y mezclándose la sangre o raza de esos pueblos, desaparece la pureza primitiva de las razas. Y entonces se verifica que la raza más pujante o más culta de las que se mezclan, mata las lenguas de las otras y les impone la suya. As¡, de las razas celta, fenicias, romana, judía, árabe, germana, etc., que se han mezclado en España la que ha predominado es la latina o romana; y por eso es neolatina la lengua que hablan los españoles, y por eso también es tan notable el parecido que se observa entre españoles, portugueses, franceses e italianos. Al cabo todos estos pueblos no son más que variedades de una misma raza, de la raza latina.

5-¿ Pero en la lengua que habla un pueblo formado de diversas razas quedarán siempre vestigios de las lenguas que hablaron aquellas razas antes de mezclarse ? - Ciertamente, y no puede ser de otro modo; de ahí que la filología sea la mejor ayuda de la historia, tratándose de los tiempos primitivos.

6-Además de los caracteres anteriormente enumerados, ¿no hay otros físicos o corporales que distinguen entre si a las razas ? - Sí, señor; en virtud de esos caracteres, todos distinguimos fácilmente un negro de un blanco, y un amarillo de un malayo; todos hablamos de tipo francés, tipo inglés, tipo alemán, etc., y eminentes antropólogos han demostrado que la raza vasca difiere de todas las demás que pueblan el globo. Pero esa diferencia física, nunca será tan importante, tan íntima, tan científica, como la de las lenguas y los caracteres morales.

II ESTADO

7-¿Qué es Estado?-Considerado, no en su elemento formal, y director, sino en su elemento material o dirigido, podemos definirlo así : "El conjunto de pueblos o individuos que viven sujetos a una misma autoridad soberana."

8-¿Es lo mismo Nación que Estado?-De ninguna manera. La Nación es una cosa natural, es decir, creada por la misma naturaleza; el Estado es algo artificial, dependiente de ¡a voluntad humana. La Nación es indestructible, mientras subsista la raza; los Estados se forman o deshacen según los caprichos de los reyes y conquistadores. La Nación liga a sus elementos con el vínculo de la Sangre y de la lengua: el Estado, nada más que con el lazo de la autoridad que los gobierna.

9-¿ Podréis explicarme esta diferencia con algún ejemplo ? - Sí, señor; comparad dos hermanos, nacidos de los mismos padres, con dos o tres criados que sirven al mismo dueño, pero no ligados por ningún parentesco. La diferencia que hay entre la relación que liga a los primeros y la relación que liga a los segundos, esa misma existe entre los conceptos de Nación y Estado.

10-Según esto, ¿podría una misma Nació¡' formar diversos Estados, y al revés, un mismo Estado formarse de diversas Naciones ? - No cabe duda. De lo primero nos ofrece un ejemplo la Nación o raza anglo-sajona que forma dos Estados completamente independientes : Inglaterra y los Estados Unidos ; y de los segundos, el Imperio ruso con su variedad de razas-diez o doce diferentes nacionalidades-sujetas todas a una misma ley fundamental.

11-En conformidad con vuestros principios, ¿podrá también darse una Nación o raza que no forme ningún Estado propio independiente, sino que esté sometida a Naciones extrañas ? - Así es; y lo podéis probar con el ejemplo de las Naciones irlandesa, polaca, letona, vasca, finlandesa, lapona, etc.

12-Y estas razas o Naciones sujetas a extraño dominio, ¿no tienen derecho a la independencia, esto es, a formar uno o varios Estados, independientes de aquel al cual están sujetas ? - Ciertísimo que lo tienen, a menos que voluntariamente no se hayan sometido a yugo extranjero, cediendo todos sus derechos en favor de la raza dominadora.

III NACIONALISMO

13-¿ Cómo se llama el sistema político que pretende reivindicar para cada Nación el derecho de gobernarse a si misma, con leyes que ella propia se ha creado, con sus costumbres tradicionales, con su constitución histórica, sin ingerencia de poder extraño ? - Nacionalismo.

14-¿ Luego no es cierto que el nacionalismo sea un sistema egoísta, opuesto a la caridad cristiana ? Bien decís, porque el nacionalismo concede a todas las Naciones por igual el derecho a la independencia o a regirse a sí mismas; a lo que se opone es a que o bien por la fuerza, o bien por la astucia, una raza, subyugue a otra y la destruya. Y si esto no es justicia y caridad y amparo del débil contra el fuerte, que venga Dios y lo vea .

15 - ¿Cuáles son los enemigos principales del nacionalismo ? - Tres : el imperialisrno o afán inmoderado de conquista y expansión territorial que impele a una raza a avasallar a otras; el extranjerismo, o antinatural tendencia de una raza a repudiar todo lo característico de ella, así sea excelente y en alto grado loable, y a aceptar todo lo que de otras razas proceda, aunque sea reprobable y dañoso; el internacionalismo, o pseudo-humanitarismo que aspira a fundir todas las razas humanas en una sola cloaca, borrando a la par que los caracteres nacionales, el nombre de Dios de la mente humana.

16 - ¿ Es lo mismo nacionalismo que regionalismo ? - De ninguna manera. Así como no hay caracteres fijos y suficientemente correctos para definir cumplidamente la región, así tampoco es posible establecer una definición general y exacta del regionalismo. Unas veces en razón de su objeto, el regionalismo tiende a procurar a un país determinado una amplia autonomía política; otras veces se contenta con la administrativa o con la económica; en tal ocasión pretende restaurar ciertas añejas leyes privativas, en tal otra quiere que se promulguen nuevas leyes favorables a una comarca dada; unas - veces aparece como - católico y tradicionalista otras como liberal y racionalista. Es, pues, el regionalismo vario, múltiple y secundario o accidental; este último es el motivo por el cual el regionalismo puede ir adosado a cualquier bandera política (en España, desde la íntegramente católica hasta la federal-atea), en la que aparezca como segundo término. Pero el nacionalismo es uno, único y absoluto.

17 - ¿ Media alguna relación entre el nacionalismo y el cristianismo ? - Sí, señor, y tan íntima y estrecha que en las naciones católicas no se concibe nacionalismo sin cristianismo, porque éste es parte integrante de su nacionalidad y de su propia vida. Insistiremos todavía para aclarar la idea. El cristianismo en un pueblo católico se halla inoculado en sus leyes, en sus costumbres, en sus tradiciones, en su fiestas y diversiones, en su vida familiar y social, en definitiva, en lo más hondo de su ser..

18 - Pero, ¿ podrá haber nacionalistas enemigos de Cristo o que profesen ideologías agnósticas, racionalistas u otras semejantes ? - En los países de inspiración cristiana, estos tales serán nacionalistas de nombre y a lo más por amor a la independencia de su patria, pero nunca serán nacionalistas completos, como quienes anhelan la restauración íntegra de sus propias instituciones en su tradicional modo de ser.

IV PATRIA

19 - Ya que habéis pronunciado el nombre de Patria, ¿queréis decirme el significado del mismo ? - Con mil amores. Etimológicamente, Patria (de pater), Nación (de nascor) y Raza son sinónimos. Pero no lo son en el uso corriente actual. Cuando la raza se halla históricamente localizada en un territorio geográfico dado, de cuya población-forme o haya formado la gran mayoría, se tiene la Nación o Patria. Por extensión, aunque impropiamente, se dan también estos nombres al suelo que sustenta a la raza. Así, existe la la raza hebrea, pero por hallarse diseminada por casi todo el globo, sin poseer un territorio definido que pueda considerar actualmente suyo, no sería exacto hablar de la Nación
ni de Patria hebrea.

20 - ¿Es decir, que en el concepto de Patria entra por modo esencial la idea de raza, y tan solo accidentalmente o por modo accesorio la idea de lugar o religión ? - Sí, señor : y únicamente en este sentido se puede admitir aquella proposición tan corriente de que la Patria es una extensión de la familia.

21 - Luego, para que un hombre pueda tener por Patria suya a una Nación, ¿no bastará haber nacido en el territorio ocupado o dominado por la misma ? - De ningún modo; un negro o un malayo nunca será francés por más que nazca en el centro de París; y un Fernández o un González jamás podrá llama se vasco, así vea la luz primera en lo más, escondido de los montes de Gipuzkoa. Tendría gracia que un judío se creyera babilonio por haber nacido a orillas de Eufrates en tiempo de la cautividad, o que un zulú se llamase inglés y amase como a su Patria a Inglaterra y considerase como propias las glorias de esta Nación, por la chiripa de haberle parido su madre en London, o que un japonés gritara " i Viva Rusia ! Rusia es mi patria." porque sus padres, deportados a la Siberia, le dieron allí la vida. Ni habría en este caso Patria para el hombre nacido en un buque que navega por medio de los mares. No, no; eso que llamamos Patria, con los afectos que inspira, con los entusiasmos que infunde, con los sacrificios que exige, supone en los que la forman un vínculo más estrecho que el que consiste en haber nacido en la misma región del globo; supone identidad de origen, identidad de carácter, identidad de costumbres, identidad de lengua, identidad de glorias y desdichas.

22 - Luego para conocer cuál es ¡a Patria de una persona, ¿ no será necesario saber en qué lugar ha nacido, - No, señor; como no es necesario saber la casa donde ha nacido uno, para conocer si pertenece a tal o cual familia; que no se es de la familia de Juan por haber nacido en casa de Juan, sino por ser hijo o pariente de Juan.

23 - ¿A qué hay que mirar, pues, para conocer la Patria de un individuo ? - A la raza a que pertenece, o lo que tanto monta, al apellido que lleva.

24 - ¿Colígese de lo dicho que la Patria es algo fijo, estable, permanente, libre de mudanzas del capricho humano ? - Sí, señor, y, quiera o no quiera, un Lizarraga será siempre vasco, aunque nazca en un cortijo de Jerez o una pampa de la Argentina, y un Beaumont será francés, y un Taparelli italiano y un Merry inglés, y un Sánchez español, y un Schiller alemán, etc.

25 - ¿Y podrá un hombre cambiar de Patria a su talante ? - La Patria real y verdadera será siempre una misma, porque no está en su mano destruir con un acto de su voluntad los lazos de sangre o comunidad de origen que le unen a sus compatriotas. Lo que podrá hacer es trocar su Patria natural por otra adoptiva, pasando a esta segunda el amor que debía y las obligaciones que tenía a la primera. Así, un francés puede hacerse alemán por el afecto, y servir a Alemania, y aprender la lengua de esta Nación, y entusiasmarse con sus glorias, y alistarse en sus ejércitos y hasta tomar parte en una guerra contra Francia. Mas quien tal hiciera bien merecerla que se le apellidase traidor y renegado y digno de la maldición de sus padres.

26 - La unidad de gobierno o autoridad suprema en un territorio, ¿ Implica también unidad de Patria para los súbditos ? - Si Patria es sinónimo de raza o Nación, claro se ve que en un Estado político donde haya varias razas, habrá también varias Patrias. De lo contrario habríamos de decir que era una misma la Patria de los flamencos, españoles, húngaros, alemanes, italianos, indios, etc., sujetos al cetro del Emperador Carlos V de Alemania : proposición disparatadísima que nadie osará admitir¡ pues, entonces como ahora, la Patria del español era España, la del flamenco Flandes, la del húngaro Hungría, la del alemán Alemania y la del italiano Italia.

27 - ¿Y qué me decís de los que identifican la Patria con el Estado?. ? Que hacen de la Patria una cosa ficticia, convencional, pasajera, indigna por todos títulos del amor y de los sacrificios del patriota. El andaluz, por ejemplo, que ahora se dice español y ama a España con delirio y pierde gustoso la vida por defenderla, debería aclamar al Japón por su Patria el día que Andalucía cayese bajo el poder de aquel Estado. Y sí mañana aparece un segundo Napoleón que una media España a la corona de Francia, la Patria del burgalés ya no será España, sino Francia, y franceses habrán de ser los que en mil ocasiones guerrearon contra sus vecinos de allende el Pirineo.

28 - ¿ Cuál es la Patria del hombre cuyos padres son de distintas nacionalidades : el padre vasco, v. gr., y la madre inglesa? - Este individuo poseerá, en general, por herencia caracteres morales propios de las dos razas. Las circunstancias, los gustos innatos y el ambiente en que se eduque determinarán siempre la preponderancia de loa unos caracteres sobre los otros, y si a esta determinación se agrega el libre ejercicio de la voluntad, se obtendrá la preponderancia definitiva de la una raza sobre la otra. Y así, desde el punto de vista natural, subsistirá el vasco-mestizo, pero desde el punto de vista moral se obtendrá el vasco completo o el inglés completo.

29 - ¿ Por qué al amar la Patria amamos también la tierra donde la Patria está establecida ? - Porque esa tierra ha sido morada y propiedad de nuestros mayores que durante siglos la han ocupado y cultivado; porque es el baluarte en que se, ha defendido nuestra raza; porque encierra las cenizas de nuestros antepasados y ha sido regada con su sangre, lágrimas y sudores, porque en ella están enclavados los templos que a Cristo elevaron nuestros padres y donde millares de veces dirigieron al cielo sus plegarias; porque es como una herencia bendita que a sus hijos nos han legado después de trabajarla y de hermosearla.

V DEBERES PARA CON LA PATRIA

30 - ¿A qué reducen los deberes de un hombre para con la Patria? - A trabajar sin descanso por la conservación o restauración de la raza, lengua, leyes, instituciones políticas, costumbres, carácter, tradiciones, artes, territorio y demás elementos constitutivos de la Patria o nacionalidad.

31 - ¿ Cómo trabajará por la conservación de la raza? - Impidiendo o disminuyendo con su consejo y diligencia los matrimonios de sus compatriotas con gentes de extrañas razas, Esta obligación es más estricta tratándose de razas poco numerosas, como la vasca; pues las que cuentan con muchos millones de individuos es más difícil, por no decir imposible que desaparezcan.

32 - Mas, ¿ no os parece que es sacrificio sobrado duro para una joven el renunciar a la mano de un hombre de diferente nacionalidad, cuando el casamiento le ofrece notables ventajas ? - Comprendo la grandeza de ese sacrificio, pero mayores debemos hacer en bien de la Patria.

33 - ¿ Y qué ?, ¿ tanto va en que una joven se casé con un compatriota o con un extranjero ? - El que una sola joven se case con un extranjero no supone, en efecto, gran pérdida para la raza; pero al casamientos semejantes se verifican a centenares y a millares, fácilmente comprenderéis que una raza no muy numerosa tardará pocos siglos en desaparecer completamente.

34 - ¿ Cómo ha de trabajar un patriota por la conservación de la lengua nacional ? Hablándola; o si es que no la sabe y no está en edad de aprenderla, haciendo que la aprendan y la hablen sus hijos.

35 - ¿ Y si el maestro del pueblo la ignora o no la quiere enseñar ? - Únanse los patriotas para obtener del gobierno el traslado de aquel maestro y el nombramiento de otro que sepa y enseñe la lengua patria.

36 - ¿No véis que el conseguir esos cambios de maestros resulta poco menos que imposible para las razas que viven sometidas a otras; puesto que el empeño mayor de la raza dominadora es destruir la lengua de la raza dominada ? - Veo realmente esa casi-imposibilidad; pero también veo que semejantes imposibilidades desaparecerán como por ensalmo desde el momento en que los patriotas se unan y quieran luchar acordes por la restauración de la lengua. Creedme, señor mío, que la lengua de un pueblo caído no parece tanto por las arbitrariedades y tiranías de la raza que lo domina, cuanto por la incuria, abandono y desunión de la misma raza avasallada.

37 - Mas en tanto que llegan las cosas a término de poder enseñar a los hijos la lengua nacional, ¿ qué deberá hacer el padre patriota ? - Infundirles entrañable amor hacía ella y vivísimo deseo de aprenderla en la primera ocasión que se ofrezca, y repetirles mil veces que la lengua que él y ellos hablan es extranjera, lengua de otra raza que aspira a destruir a la suya.

38 - ¿ Cabe esta imposibilidad de enseñar a los hijos la lengua patria en los padres que tienen criadas o amas de leche ? - No, señor; porque estos tales bien pueden proporcionarse amas y criadas que hablen la lengua nacional y la enseñen antes que ninguna otra a sus hijos.

39 - ¿Qué pensáis de los padres que hablando la lengua de su Nación o raza no la enseñan a sus hijos ? - Que, aunque tal vez inconscientemente, son traidores a la Patria.

40 - ¿Interesa mucho a una Nación el conservar su lengua ? - Mas que ninguna otra cosa; pues la lengua es como el alma de una raza, manifestación primera y esencial de su manera de se r, ejecutoria de o u nobleza, testimonio irrecusable de su. origen, su principal elemento diferenciador, prenda segura de existencia.

41 - ¿ Cómo debe trabajar el patriota por la conservación o restauración de las leyes patrias ? - Estudiándolas,' defendiéndolas de palabra o con la pluma, demostrando la ventaja que llevan a las otras razas, sometiéndose con gusto a ellas si están en vigor, no acogiéndose a leyes extranjeras por ningún interés o ganancia.

42 - ¿ Y por las instituciones políticas ? - Alistándose en el partido que más íntegramente y por modo más adecuado a la raza las patrocine y defienda.

43 - ¿Y por el carácter? - Impidiendo que se pierda o bastardee, y acentuando lo que lo distingue del de las naciones o razas vecinas.

44 - ¿Y por las costumbres ? - Adhiriéndose fuertemente a ellas, estímándolas como prez y gloria de la raza, abominando de las que intenten corromperlas, reprendiendo a los que las truequen por otras.

45 - ¿ Y. por las. tradiciones patrias ? - No olvidándolas nunca, consignándolas por escrito al sabe escribir, y, al no, encomendándolas a la memoria de los hijos.

46 - ¿ Y por las artes ? Fomentándolas con el consejo, el aplauso, el trabajo y el dinero.

47 - Finalmente, ¿ qué debe hacer el patriota por la conservación del territorio nacional ? - Tomar las armas y hasta perder la vida, si preciso fuera, para impedir que caiga en manos del enemigo.

48 - Mas, ¿ nada me decís del deber que tiene todo nacionalista católico de defender la Religión de su Patria ? - Este deber es por un lado tan claro y manifiesto, y por otro tan superior a todos los demás deberes, que de propósito no he querido juntarlo con ellos, ni hablaros de él, hasta ahora que me lo habéis preguntado. Pero cónsteos de una vez para siempre, que antes es Dios que la Patria, y que ésta, como cosa terrenal caduca que es, nada vale comparada con la Religión de Jesucristo, obra sobrenatural y divina, destinada a salvar a todos los hombres sin distinción de razas y Naciones. El deber primero, el deber capital de un nacionalista católico es, pues, el de mantener a su Patria en el conocimiento y amor de Cristo por medio de la sujeción a la autoridad y a las enseñanzas de la Iglesia.

VI NACIONALISMO VASCO (EN RAZON DE RAZA)

49 - ¿ Qué es nacionalismo vasco ? - El sistema político que defiende el derecho de la raza vasca a regirse y gobernarse a sí misma, según sus propias leyes y con absoluta independencia de toda otra raza.

50 - ¿Cuál es la base de este sistema ? - La distinción que existe entre la raza vasca y las demás que pueblan la tierra.

51 - ¿ Es cierta esa distinción ? - Eslo tanto que ningún hombre de sano juicio y mediana cultura se atreverá a negarla.

52 - ¿ Cómo la probaréis ? - Con una razón decisiva, irrebatible que está al alcance de todos. En efecto : os he dicho antes que la diferencia de. lenguas. Es así que la lengua vasca difiere radicalmente de todas las demás lenguas. Luego también la raza vasca difiere de todas las restantes.

53 - No entiendo esa relación que decís entre las razas y las lenguas ? Os la explicaré con un ejemplo. Imaginad que dos hermanos españoles, casados, se embarcan con sus mujeres en un buque; que el buque naufraga; que tras mucho bregar y venciendo gravísimos peligros uno de los matrimonios logra salvarse en una isla, y que el segundo consigue también arribar a otra isla; que estas ¡slas están completamente deshabitadas; que las dos familias viven en total aislamiento, sin comunicarse para nada entre sí ni con otras ¡entes; que no saben leer ni escribir, ni han llevado consigo ningún libro español; que, por consiguiente, no saben del castellano más que los términos aprendidos en la conversación. Con el andar del tiempo, es innegable que las lenguas de ambas familias y sus descendientes irán diferenciándose más y más. Habrá en ellas muchas palabras distintas, porque al desembarcar en las islas las dos familias, se habrán encontrado con mil objetos diferentes, a los cuales habrán puesto nombres también diferentes; será distinto el modo de conjugar, de declinar, de modificar las palabras, de derivarlas unas de otras, de unirlas entre sí; hasta los términos españoles, de uso común al principio en ambas islas, sufrirán distintas transformaciones. En suma : al cabo de cierto número de siglos resultará que los descendientes de aquellas dos familias hablarán dos lenguas diversas. Pero con todo, esas lenguas serán siempre hermanas, hijas de la española; tendrán muchos puntos de semejanza; permitirán notar en ellas numerosos vestigios de la identidad de su origen y cualquier filólogo estudioso y de talento descubrirá con facilidad el parentesco que las une.

54 - ¿Y si las dos familias se comunican algún tanto y comercian entre sí ? - En este caso, o hablarán siempre una misma lengua, o, si crean dos lenguas distintas, será el parentesco de éstas mucho. mayor y mucho más perceptible que en el caso de un total aislamiento.

55 - Comprendo vuestra explicación y veo que sabéis probar lo que afirmáis ? Pues, aplicad ahora esta doctrina general a la raza vasca, y convenid conmigo en que si el vasco perteneciera a la raza latina, sería latina su lengua, como lo son la del italiano, la del francés, la del español, la del portugués y la del rumano; en que si perteneciera a la raza germánica, seria germánica su lengua como lo son la del sueco, la del noruego, la del danés, la del alemán, la del flamenco, la del inglés y la del austríaco; en que si perteneciera a la raza eslava, sería eslava su lengua, como lo son la del ruso, la del polaco, la del bohemio, la del servio y la del búlgaro; en que si perteneciera a la raza celta, sería céltica su lengua, como lo son la del bretón, la del higlander escocés y la del irlandés; y así de las demás razas. Pero salta a los ojos que la lengua vasca no es ni latina, ni germánica, ni eslava, ni céltica, y que tampoco está comprendida en ninguno de los grupos o familias a que se reducen las lenguas restantes. Luego fuerza será admitir que la raza vasca es una raza distinta de las demás.

56 - Acepto vuestra consecuencia, pero no me negaréis que a pesar de esa distinción de razas tiene que haber algún parentesco entre la vasca y las demás que habitan la tierra. Claro que tiene que existir algún parentesco remoto o lejano, puesto que, según fe nos enseña, todos los hombres procedemos de Adán y Eva; pero, así como el que negros y blancos procedan de Adán y Eva no quita el que constituyan razas diversas, así también el que vascos y latinos sean hijos del primer hombre no impide que pertenezcan a razas completamente distintas. Del Propio modo, entre la lengua vasca y las demás que se hablan en el mundo es seguro que habrá .algún parentesco, mas no ese parentesco próximo e inmediato que hay entre el castellano y el francés, o entre el ruso y el polaco.

57 - ¿ Infiérese de lo dicho que el vasco no es genéticamente español ? - Sí, señor, como se infiere también que no es francés, ni inglés, ni alemán, ni ruso, ni húngaro, ni turco, ni griego, etc... Afirmar que el vasco sea español es incurrir en un triple desatino étnico, si por España se entiende la raza española, pues ya se ha dicho que la raza del vasco es distinta de la del español. Desatino geográfico, si por España se entiende la Península ibérica, pues parte de la raza vasca habita otro lado de los Pirineos. Desatino político, al por España se entiende el Estado español pues hasta 1839 el vasco de aquende el Pirineo no ha estado sometido al gobierno de España, ni aún ahora lo está el de allende el Pirineo.

58 - Pues siendo verdad, y verdad tan clara y manifiesta que el vasco no es español, r qué se ha tildado de locos a los defensores de ella ? - Porque para los espíritus protervos, obstinados en el error, no hay verdades ni claridades que valgan. Verdad, y gran verdad, y bien fácil de persuadir a un espíritu sencillo es el Evangelio; y ello no obstante la tuvieron por escándalo los judíos y por necedad y majadería los paganos. Mas no hagáis caso de semejantes epítetos; la verdad se abre paso a despecho de todas las dificultades que se le oponen, y presto llegará el día en que se llame loco al ignorante y mentecato que ose afirmar que el vasco es español.

59 - La raza vasca, distinta de todas las demás, ¿ ha conservado hasta nuestros días su integridad y Pureza ? - Sí, señor; porque de haberse mezclado con otras siendo como es tan reducida, seguramente hubiera sido absorbida por ellas, y ésta es la hora en que no hubiera quedado ni memoria de la lengua vasca. Además, la existencia de la mezcla de razas se echaría de ver fácilmente en la misma lengua vasca. Mas en ésta no hay vestigios ni de latín, ni de francés, ni de español, ni de celta, ni de germano, ni de ninguna otra lengua europea. Débese concluir, por consiguiente, que la raza. vasca se ha mantenido pura hasta nuestros días.

60 - ¿Y en nuestros días persevera en la misma, integridad y limpieza ? - No, señor; porque muchos de los actuales vascos, olvidando su originaria nobleza y las leyes y costumbres de sus antepasados, y atentos únicamente al material interés, no vacilan en multiplicar sus casamientos con gentes extranjeras. Urge, pues, que el vasco despierte de su letargo y que movido por el instinto de conservación trate de hacer cuanto esa necesario para la perduración de la raza.

VII NACIONALISMO VASCO, (EN RAZON DE HISTORIA)

61 - El derecho de los, vascos a regirse a sí mismos, con independencia de todo otro poder, ¿ estriba únicamente en la distinción que media entre su raza y las demás ? No, señor; se funda también en el ejercicio de ese derecho, del que los vascos han disfrutado por espacio de muchos siglos, hasta que fueron de él inicuamente despojados.

62 - ¿ Qué es Euzkadi ? - Euzkadi históricamente suena lo mismo que raza vasca, pueblo vasco, Nación vasca, conjunto o Estados vascos.

63 - ¿No dan algunos idéntico significado a la voz Vasconia ? - Si, señor, pero impropiamente; pues hablando con propiedad, Vasconia sólo significa Nabarra y parte de Gipuzkoa.

64 - ¿En cuántos Estados se dividía antiguamente Euskadi o la Nación vasca? - En varios, de los que los más importantes eran seis; Alaba, Gipuzkoa, Bizkaya, Nabarra, Laburdi y Zuberoa; todos completamente independientes entre sí y de otro cualquier Estado.

65 - ¿A qué gobiernos están actualmente sometidos estos seis Estados vascos? Bizkaya, Alaba, Gipuzkoa y cinco de las merindales de Nabarra (las que componen la Alta Nabarra) están sometidas al gobierno de España. La Baja Nabarra, (o sea la sexta merindad de Nabarra, separada de las restantes en tiempo del Emperador Carlos V) Laburdi y Zuberoa están sujetas al gobierno francés. Con estos Estados vascos perdieron también su libertad los Estados que he dejado de citar antes, pues a uno o a otro de aquellos estaban confederados últimamente.

66 - ¿ Cuándo perdieron su independencia los Estados vascos? - Los de allende el Pirineo en 1789, en tiempos de la Revolución francesa. Los de este lado del Pirineo 50 años más tarde, en 1839.

67 - ¿ Con qué derecho se les privó de su independencia ? - Con el derecho de la fuerza que es la negación de todo derecho.

68 - Y los vascos, una vez cometida contra ellos tamaña injusticia, ¿ han renunciado por ventura a su libertad ? - Nunca Jamás, y mientras aliente un solo pecho genuinamente vasco, suspirará por la independencia de su Patria.

69 - No me explico cómo decís. que los Estados vascos de allende el Pirineo fueron independientes hasta 1839, siendo así que Gipuzkoa, en 1200, Alaba en 13 32, Bizkaya en 1379, y Nabarra en 1512 proclamaron o acataron por su Rey o Señor al Rey de Castilla. - Os lo explicaréis fácilmente, si tenéis en cuenta que dichos Estados vascos continuaron siendo, después de acatar por su Rey o Señor al Rey de Castilla, tan libres e independientes como antes : puesto que conservaron sus leyes propias, sus Cámaras legislativas propias, toda su organización política, judicial, militar y económica propia. No hubo otra mudanza que el reconocer por Rey o Señor al Rey de España en vez de tener un Rey o Señor exclusivamente propio. Y aún respecto de esta mudanza conviene advertir que las atribuciones de esos Reyes comunes eran en Castilla muy diferentes de las que tenían en los Estados vascos; que no mandaban en Euzkadi como Reyes de Castilla si no como Reyes de Nabarra, Alaba y Gipuzkoa y Señores de Bizkaya; y que no por ser Reyes de Castilla eran de hecho Reyes y Señores de los Estados vascos; sino en cuanto éstos los aceptaban como tales, después del recibirles juramento de respetar y guardar sus fueros.

70 - Pues si los vascos de aquende el Pirineo conservaron hasta 1839 sus leyes y cuerlegisladores propios, síguese que nunca hasta esa infausta fecha rigieron en Euzkadi las leyes emanadas del Rey de España y de las Cortes españolas. ? Así es, como decís; y con ésto me dáis pie para presentaros un argumento incontrastable en pro de la independencia de esta parte de Euzkadi después de su llamada unión con Castilla. En efecto : en tanto un Estado pierde su independencia y queda sometido a otro, en cuanto pierde la facultad de legislarse a si mismo y recibe de ese otro las leyes por las que se ha de gobernar. Es as¡ que hasta 1839 los vascos de aquende el Pirineo se rigieron por las leyes que ellos mismos hacían para su gobierno en sus Cortes o Juntas Generales, y las leyes de Castilla o España, obligaban y se cumplían en Euzkadi lo mismo que las leyes de China o de Inglaterra. Luego hasta 1839 los Estados vascos de aquende el Pirineo fueron completamente independientes del Estado español.

71 - ¿Y qué me decís del poder judicial de los vascos ? - Que continuó siendo tan independiente del de España como lo era el poder legislativo; pues los vascos tuvimos hasta 1839 tribunales inferiores y supremos distintos de los tribunales españoles, claro es que aquellos tribunales habían de administrar justicia en conformidad con las leyes vascas, no con las españolas.

72 - Y de la organización militar, ¿tenéis que decirme algo? - Sí, señor; los vascos no debían tomar las armas sino en defensa del territorio vasco, y sólo cuando las Cortes o Juntas vascas se lo concedían podía el rey de España sacarlos fuera de Euzkadi y emplearlos a sueldo en sus empresas o conquistas guerreras.

73 - En el orden económico, ¿eran también independientes los Estados vascos? - Sí, señor; nadie, sino ellos, entendía en la imposición de sus contribuciones y en la cobranza y empleo de sus tributos. No pagaban un sólo céntimo al Estado español, y el sueldo con que alguna que otra vez retribuían al Rey de España, era un donativo que las Cortes o Juntas vascas le hacían; y aún ese regalo o donativo le harían como a Señor de Bizkaya los bizkainos, y como a Rey de Gipuzkoa, Nabarra y Alaba los gipuzkoanos, nabarros y alabeses.

74 - ¿Tenían los Estados vascos citeriores antes de 1839 sus fronteras Propias, distintas de las de España ? - Sí, señor; como también tenían sus aduanas Propias, distintas de las españolas . Las aduanas de España se hallaban entonces al Sur de los Estados vascos, en las orillas del Ebro; no como ahora entre Irún y los montes de Jaca. y a propósito de aduanas debo deciros que con solo los ingresos de ellas y el producto del estanco hubieran podido los Estados vascos sufragar todos sus gastos, sin necesidad de imponer ninguna contribución.

75 - ¿ Se extendía la independencia vasca al orden internacional ? - Sí, señor; los Estados vascos lo mismo que cualquier Estado que nada tuviese que ver con la Monarquía española, podían hacer alianzas ofensivas y defensivas con otras Naciones. Así, en 1482, reinando los llamados Reyes Católicos, Gipuzkoa. Celebró con Inglaterra un tratado de Paz y amistad por diez años, en el cual se estipuló que en el caso de estallar la guerra entre España e Inglaterra, Gipuzkoa, permanecería neutral, sin romper las hostilidades y sin sufrir las consecuencias de la ruptura.

76 - ¿No es la facultad de hacer alianzas supremo atributo de la soberanía? - Sí que lo es; y por ahí comprenderéis mejor la absoluta independencia en que con respecto a España vivía Euzkadi antes de 1839.

77 - Pues, entonces, ¿a qué se reduce la tan cacareada unión o incorporación de los estados vascos a España ? - Ya lo habéis visto: no a la fusión de dos nacionalidades en una, puesto que la raza vasca se ha conservado hasta ahora distinta de la española; ni siquiera a la unificación de Estados, puesto que los Estados vascos permanecieron enteros e independientes del español; sino, a lo sumo, a tener vascos y españoles el mismo Rey, como tuvieron, en tiempo de Carlos V, alemanes y españoles. mas, así como a nadie ocurrió decir que España era Alemania o que Alemania era España, cuando ambos Estados obedecían al mismo Monarca, así menos debe afirmar nadie que Euzkadi ha sido parte integrante de España por el mero hecho de que los Reyes de los españoles fueron simultánea aunque separadamente Reyes o Señores de los vascos.

78 - ¿ Cuáles eran las atribuciones del Rey de España en los Estados vascos ? - Pertenecíale parte de la administración de justicia, pero aun esto, más que como derecho, como deber.

79 - ¿Qué hacían los vascos cuando el Rey de España les ordenaba algo? - Si les ordenaba algo contrario a sus leyes desobedecerle; oponerle el uso o pase foral. Y si no, confirmar aquella orden sancionándola ellos.

80 - ¿Es decir, que el Rey de España, aun en los tiempos de mayor absolutismo, no pasó de ser para los vascos un Rey meramente constitucional ? - Ni siquiera llegó a Rey constitucional, y bien puedo aseguraos que la realeza fué para los vascos, no más que nominal, un como lujo superfluo que se permitieron sin duda los mismos Reyes. Y por esta ninguna importancia que la realeza tenía entre los vascos, se explica perfectamente la facilidad con que se avinieron a reconocer por Reyes a Reyes extranjeros, o sea, a los Reyes de España. Era la realeza una institución que se compadecía mal con sus leyes y costumbres verdaderas y legítimamente democráticas, y puestos a tenerla, preferirían tenerla lejos de sí.

81 - ¿ En qué ocasión acabó la independencia de los Estados vascos de aquende el Pirineo ? - El día 25 de octubre de 1839, a raíz de la primera guerra carlista que dejó a los Estados vascos citeriores exhaustos, desangrados sin fuerzas Para resistir mas tiempo, el Gobierno de Madrid dió una ley declarando a dichos £~o vascos partes constitutivas del Estado español, suprimiendo sus Cuerpos legisla res y sometiéndolos a la Constitución española y a las leyes que emanasen de las Cortes de Madrid. Desde entonces aquellos Estados vascos han perdido su personalidad, y son de hecho provincias de España.

82 - ¿ Tiene para los vascos algún valor o fuerza obligatoria aquella ley injusta, opresora y tiránica del Estado español ? - No, señor; en materia de leyes y constituciones los vascos no reconocían en 1839 otra autoridad que la de ata Cortes o Juntas Generales; la autoridad del gobierno y de las cortes de España sobre ellos era completamente nula y de ningún modo podía obligarlos a abandonar su independencia y a trocar su constitución histórica por la constitución española.

83 - Después de aquella infausta fecha de 1839, ¿ha celebrado el Estado español algunos pactos o convenios con los antiguos Estados vascos ? - Sí, señor; y los Estados vascos los han aceptado con mejor intención que acierto, creyendo que salvaban, a falta de otra cosa, algunas reliquias de su antigua independencia económica y administrativa.

84 - ¿ Pero estos pactos no legitiman en manera alguna la injusticia cometida por España en 1839 ? - Muy bien decís, y el vasco que afirme lo contrario es un traidor a su Patria, indigno de la sangre que corre por sus venas. Además aquellos pactos han sido descaradamente violados por el gobierno español en mil distintas ocasiones, así que los vascos no están obligados a guardarlos sino en cuanto convenga a su interés y mientras la Providencia les depara mejor fortuna.

85 - ¿Tienen, pues, los vascos completo y absoluto derecho a recabar del Gobierno español su injustamente robada independencia ? - Lo tienen sin ningún género de duda, y para conseguir la libertad de su Patria Euzkadi, todo vasco debe estar dispuesto a sacrificar la hacienda, la familia, el talento, las energías todas de cuerpo y alma, hasta la propia vida.

VIII PARTIDO NACIONALISTA VASCO

86 - ¿ Cuáles son las aspiraciones del nacionalismo respecto de los Estados vascos ? - Devolverles la perdida independencia, retrotrayendo las cosas a la situación en que se hallaban antes de 1839, y sin menoscabo de la libertad de cada uno formar con todos una federación que vele por la conservación y por los derechos de la raza vasca.

87 - ¿ Hay algún partido político que tenga por único y exclusivo programa la realización de semejantes aspiraciones ? - Sí, señor; y ese partido es el Partido Nacionalista Vasco.

88 - ¿Quién lo fundó ? - Arana-Goiri tarr Sabin, nacido en Ahondo (Bizkaya) en 26 de Enero de 1865, y muerto en Sukarrieta, (también Bizkaya), con la muerte de los justos tos, en 25 de Noviembre de 1903.

89 - ¿Qué prendas adornaron al fundador del Partido Nacionalista Vasco ? - Todas las que se pueden apetecer en hombres destinados a empresas de tamaña grandeza: convicciones católicas arraigadísimas, piedad profunda, conducta intachable, amor inextinguible a la Patria, inteligencia asombrosa, carácter de hierro, afabilidad extraordinaria, valor a toda prueba, alma grande hecha para los grandes triunfos y los grandes sufrimientos.

90 - ¿ Cómo surgió en su cerebro la idea Nacionalista ? - Estudiando el origen, la lengua, la historia, las instituciones y el carácter de Euzkadi, y las relaciones que han mediado entre el Pueblo vasco y el francés y el español.

91 - ¿No hubo antes que él nacionalistas en Euzkadi ? - El amor a la independencia fué siempre patrimonio de todos los vascos, y más desde que España los sujetó a su dominio en 1839. Los fundamentos étnicos e históricos de aquella independencia eran también más o menos conocidos de algunos de ellos. Con todo eso, a Arana-Goiri le cabe la honra de haber expuesto con más claridad que nadie los principios del Nacionalismo vasco, de haberlos convertido en cuerpo de doctrina, de haberlo ? sobre todo ? encarnado en un partido fuerte, vigoroso y pujante que ha de ser, si las cosas siguen su curso natural, la salvación de Euzkadi.

92 - ¿ Cuál es el lema en que sintetizó Arana-Goiri sus ideas y las de su partido ? - El siguiente : Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra, o sea Dios y Ley Vieja : La palabra Dios significa acatamiento absoluto y humildísimo de los derechos de Cristo y de la Iglesia sobre Euzkadi, con radical exclusión de toda herejía, de todo cisma, de todo espíritu racionalista o liberal, de todo culto no, católico, de toda tolerancia pública u oficial con el error. Lagi-Zarra, o Ley Vieja, quiere decir restauración completa de las antiguas leyes de Euzkadi, de sus Cortes. o Juntas legisladoras, de su lengua venerada, de sus costumbres patriarcales, de su perfecta soberanía en los órdenes legislativo, ejecutivo, económico, judicial, militar e internacional.

93 - ¿ Por manera que el Partido Nacionalista Vasco es un partido íntegramente católico ? - Si, señor; ese partido quiere para Euzkadi la unidad católica con todas sus consecuencias; quiere ante todo y sobre todo a Jaun-Goikua, Dios; y si quiere que Euzkadi sea libre e independiente, es para que sirva mejor a Dios, como le servía antes de caer bajo la dominación española. Y no os quepa la menor duda; entro ver a Euzkadi libre, pero apartada de Cristo y verla esclava, pero fiel a Cristo el Partido Nacionalista Vasco optaría por lo segundo,

94 - Luego, ¿ no mienten descaradamente, o ignoran lo que se traen entre manos los que en nombre de la religión y de la piedad cristiana combaten al Nacionalismo vasco ? - Muy bien decís; y ... haré yo también una disyuntiva ; o hay que desenmascarar sin piedad a tales pillos, o hay que escuchar con compasiva sonrisa los dislates de semejantes necios.

95 - ¿ Cómo recibieron las doctrinas de Arana-Goiri sus compatriotas ? - Algunos pocos con ardoroso entusiasmo, la mayoría con glacial indiferencia, y muchos tildaron a su autor de loco, visionario, soñador, utopista y acometedor de imposibles.

96 - Y el Gobierno de Madrid, ¿Cómo se portó con él ? - Como era de esperar de la simpatía que España ha sentido siempre por Euzkadi. Conociendo la transcendencia suma, el alcance inmenso de las enseñanzas de Arana-Goiri, quiso ahogarlas en las aguas de la persecución. Supresión de periódicos nacionalistas, cierre de círculos, procesos continuados, encarcelamientos injustos, ataques furibundos en la prensa y en el Parlamento : de todos estos medios echó mano para acabar con el nacionalismo. Mas la verdad nacionalista y al empuje avasallador de Arana-Goiri, ~a a. la simpatía que inspira la persecución, triunfaron, al cabo, de todos aquellos obstáculos; y esta es la hora en que el Nacionalismo Vasco cuenta con varios periódicos que lo propagan, con muchísimos círculos que lo fomentan, con infinidad de partidarios que lo defienden; y no pasarán treinta años sin que alcance completa victoria de todos los partidos exóticos que tienen engañada a Euzkadi, y vea alistarse bajo sus banderas a la inmensa mayoría de los vascos.

97 - ¿ Cómo estaba recientemente organizado el Partido Nacionalista Vasco ? - Lo que pudiéramos llamar su jerarquía se dividía en tres grados : 1º Delegado General del partido que preside a todos los nacionalistas; 2º Delegado Regional que preside a los nacionalistas de un ex-Estado vasco; 3º Delegado Municipal, que preside a los de un Municipio. Hay además Delegados Estraterritoriales para los nacionalistas que viven fuera de Euzkadi, como en Madrid, Valladolid, Buenos Aires, etc.

98 - ¿ Tiene el partido nacionalista su bandera propia ? - Hay bandera bizkaina, bandera nabarra, etc. más todavía no ha creado el partido nacionalista una bandera común a todos los vascos, que sirva de símbolo a sus aspiraciones respecto de Euzkadi.

99 - ¿Y sería muy útil la creación de esa bandera? - Lo sería en sumo grado; porque lo que ha perdido a los vascos es el desconocimiento de su personalidad y' de la identidad de su origen, junto con las divisiones que los han debilitado. Urge, pues, unirles apretadamente bajo un solo pendón y darles conciencia de que todos son unos, de que todos son hermanos, no obstante las diferencias, de organización política que los separan.

100 - ¿Anulará esta bandera las particulares de Bizkaya, Alaba, Gipuzkoa, Nabarra, Laburdi y Zuberoa ? - No, señor., El Partido Nacionalista aspira, a unir en federación inseparable a todos esos estados vascos, no a fundirlos en uno solo. Tenga, pues, cada uno su bandera peculiar, pero ondée sobre ésta la bandera de Euzkadi, como emblema o símbolo de toda la raza vasca. Así sabrán los vascos que por encima de los intereses de su Región están los de su raza; que todos forman un solo Pueblo, aunque dividido en Regiones distintas que nunca deben luchar unas con otras.

101 - ¿ Cuál os parece que debe ser la bandera vasca ? - La bandera del Partido Nacionalista Vasco es la bicrucífera, ideada por su fundador, Sabino de Arana-Goiri : sobre fondo rojo (la enseña de Nabarra) una cruz verde en diagonal (la cruz de San Andrés, día de la batalla de Padura, en Arrigorriaga, famosa en los anales vascos) y sobre ella una cruz blanca (símbolo de Jaungoikoa). Flameó por primera vez en los balcones del Euskeldun Batzokija (Centro Vasco) de Bilbao el 14 di julio de 1894.

102 - ¿ Posee el partido nacionalista un Himno Nacional que exprese cumplidamente las aspiraciones del vasco ? Sí, señor. Ese himno es el titulado Euzko-abendaren ereserkía, con letra de Arana-Goiri, y música de un tema popular vasco antiquísimo arreglada por el maestro Zabala tar Kelda.

103 - ¿Qué cualidades realzan o avaloran al himno vasco? - Todas cuantas se pueden apetecer en composiciones de índole semejante. La letra, castiza, expresiva y enérgica como la que más, se adapta maravillosamente a las dos partes del lema nacionalista. Jaun-Goikoa eta Lagi-Zarra, representadas en sus dos símbolos de la Cruz y el Arbol de Gernika. La música es viril, digna, majestuosa, solemne, de sabor netamente vasco, sencilla y fácil de aprender, y tan apacible, serena y grave que lo mismo puede ejecutarse en la calle que en el templo de Dios. Ningún vasco debe desconocer el himno. Nunca los nacionalistas debieran congregarse en sus centros o batzokis, sin abrir y cerrar sus reuniones con el Euzko-abendaren ereserkía.

104 - ¿ Qué medios emplea el partido nacionalista para el logro de sus fines ? - Periódicos, conferencias, mítines o asambleas, fiestas públicas, viajes de propaganda, batzokis o centros de recreo, veladas literarias, representaciones teatrales y otros por el estilo.

105 - Y ¿ no echará mano de las armas como de último recurso para conseguir la libertad de Euzkadi ? - Para el partido nacionalista vasco, la guerra es la mayor calamidad que puede venir sobre Euzkadi, la que bastante ha sufrido con las dos que en el pasado siglo sostuvo en favor del carlismo.

106 - Pero, ¿ no es pretender imposibles el aspirar a la independencia de Euzkadi ? - A esta objeción que no se les cae de los labios a los enemigos del Nacionalismo vasco, me contentaré con responder cuatro cosas : 1º que los hombres flojos y cobardes siempre llamaron imposible a lo arduo y dificultoso, sin duda para cohonestar su ruindad y pereza; 2º que cuando un pueblo lucha acorde y unido y con constancia infatigable por su libertad, al cabo la consigue. Tardará cincuenta, cien, doscientos años en sacudir sus cadenas, pero las quebrará al fin, si no desiste de su empeño; 3 que el es imposible lo que pretenden los nacionalistas, por el mismo imposible trabajan el integrismo, el carlismo, y otros partidos fueristas, pues todos parece que quieren volver las cosas de Euzkadi al estado en que se hallaban antes de sernos arrebatado! los Fueros; 4º que no es precisamente la independencia lo que salva a un Pueblo, sino el amor a la independencia. Que restaure, pues, Euzkadi su lengua; que purifique su raza; que se aísle cada día más del extraño en carácter y en costumbres; que recobre su antiguo fervor religioso; que muestre en todo momento y ocasión sus aspiraciones a ser Ubre. Esto basta para que Euzkadi sea salva, y dure, y se perpetúe vigorosa y lozana hasta el fin de los siglos.

107 - Más, aún dado caso que Euzkadi recobrara su libertad, ¿ cómo podría conservarla hallándose rodeada de Estados grandes y poderosos ? - Al oír esta dificultad, cualquiera diría que no hay más que grandes estados en el mundo. Pero prescindiendo de Rusia, Alemania, Austria, Hungría, Francia, Inglaterra, China, Japón y los Estados Unidas. ¿ dónde están los otros grandes Estados? ¿No es Euzkadi con respecto a Francia tanto como Servia o Montenegro comparado con Rusia ? - Se dirá que los pequeños Estados sólo viven de la compasión, sino también de la enemiga que los grandes Estados se tienen entre sí ; y es claro que esta enemiga dura tanto como los mismos grandes Estados ?Más ... concedo que Euzkadi necesite de la compasión de Inglaterra o Alemania para vivir independiente; ¡lo que es de la compasión de España! ... Recordad lo que a España costó vencer a los vascos en las dos guerras carlistas A buen seguro que no costaría tanto a Alemania el apoderarse de Holanda o Dinamarca. Y eso que Euzkadi, vilmente engañada, luchaba entonces más que por sí por los derechos de un extranjero; que si hubiese luchado únicamente por su independencia, dispuesta a perecer antes que someterse al yugo español, no sabemos cual hubiera sido el fin de aquellas guerras, a pesar de la cuádruple alianza de España, Portugal, Francia e Inglaterra. ? Los pequeños Estados disponen, además, de un gran medio para conservar su libertad : el de las alianzas internacionales. Imaginad que Euzkadi, consiga su independencia, hace mañana alianza con Inglaterra, Alemania, los Estados Unidos o el Japón : ¿ creéis que Francia y España no se tentarían la ropa antes de declararle la guerra o atentar contra su libertad ? - Y en último caso, ¡ qué! ¿No han sido antes de 1839 Francia y España mucho mayores que Euzkadi ? ¿ No registran ambas naciones en su historia épocas de más grandeza y poderío que la presente ? Pues así como Euzkadi se mantuvo independiente en los tiempos de Carlo Magno, Luis XIV y Napoleón, y en los de los Reyes llamados Católicos, Carlos V y Felipe II, así también podría mantenerse ahora en la posesión de su derecho histórico, si sobre todo, Francia y España quisieran obrar un momento en conformidad con las enseñanzas católicas y de eterna justicia en el Orden internacional.

108 - Razonáis de tal manera que no puedo menos de asentir a vuestras conclusiones. ? Pues aún me he dejado la razón más poderosa. Héla aquí: Euzkadi es cristiana : Euzkadi cree en Dios; Euzkadi sabe que Dios no abandona nunca a los pueblos que bien le sirven. Euzkadi ha oído de labios infalibles que no está la victoria de la guerra en la multitud de los ejércitos, sino en la fortaleza que viene del cielo. ¿ Qué ha de temer, Pues, Euzkadi de ningún poder de la tierra el día en que, dueña de sí y libre de los errores y maldades con que otros pueblos la han contaminado, se convierta por entero a Dios, y se esfuerce por servirle como le sirvieron los antiguos vascos ?

IX PARTIDOS FUERISTAS

109 - Ya habéis dicho bastante del fundador del Partido Nacionalista Vasco, de los fines que este Partido persigue, de los medios que emplea para conseguirlos, de la manera como está organizado y hasta de las objeciones que más comúnmente suelen oponérsele. Decidme ahora algo acerca de los partidos fueristas. ? Llámanse así aquellos partidos que, si bien contrarios en otros puntos de doctrina, están acordes en la defensa de los Fueros, entendidos a su modo.

110 - ¿Cuántos son esos partidos ? - Muchos, y no sé al acertaré a enumerarlos todos. Son el integrista, el carlista, el conservador, el liberal, el republicano, el legitimista, el bonapartista y aún tal vez el socialista. Y cuenta que dentro de algunos de estos partidos todavía se pueden distinguir matices o grupos diferentes.

111 - A pesar de tanta diversidad, ¿no podrían reducirse todos los partidos fueristas a dos grupos ? - Sí, señor; el integrista, el carlista y el legitimista se pueden comprender bajo la denominación de católicos; y bajo la denominación de liberales, el conservador, el bonapartista, el liberal, el republicano y el socialista.

112 - ¿A qué se da el nombre de Fueros ? - A los derechos de que ha gozado el Pueblo vasco.

113 - ¿ Porqué el Partido Nacionalista ha desterrado de su lema la palabra Fueros, y la ha sustituido con Lagi-Zarra o Ley Vieja? - Porque Fuero significa, según la Academia española, "cada uno de los privilegios y exenciones que se conceden a una provincia, ciudad o persona"; mientras que los llamados Fueros vascos, no son privilegios concedidos por Reyes o Gobiernos extranjeros, sino leyes propias que los vascos hicieron por oí mismos para su régimen, con absoluta y soberana potestad, sin intervención de ningún poder extraño.

114 - Pero el haber sido los Fueros en un principio leyes propias de los vascos, hechas por ellos mismos no quita que los vascos, después de su llamada unión con España, los conservaran o guardaran por gracia, concesión, Permiso, Privilegio, o como queráis, de los Reyes españoles. ? No digáis por Dios, tales desatinos. El respeto y guarda de los Fueros o leyes vascas eran una condición sine qua non que los vascos imponían a cada uno de los Reyes de España, antes de reconocerle como Rey o Señor; por manera que tan obligados a guardar los Fueros como los mismos vascos estaban los Reyes de España, y aún más, pues los vascos podían en sus Juntas o Cortes alterar o suprimir sus leyes, en parte o en todo, lo cual no podían hacer bajo ningún título los Reyes de España, como Reyes o Señores de esta parte de Euzkadi.

115 - Volviendo a los partidos fueristas de entre nosotros, ¿cuáles son los derechos vascos defendidos por ellos en sus programas ? : ¿ los que provienen de los pactos posteriores a 1839, o todos los que los vascos poseían antes de esa malhadada fecha? - He ahí una pregunta a la que no sé como responder : ni ?creo que los mismos partidos fueristas sabrían contestar a ella de un modo claro, terminante, y satisfactorio. Al menos sus programas no hablan limpio en este asunto. Parece, sin embargo, que los partidos fueristas católicos manifiestan querer la restauración íntegra de los Fueros vascos, y que los partidos fueristas liberales únicamente aspiran a mantener intactos los últimos convenios posteriores al año 1839.

116 - ¿ En qué os fundáis para hacer estas dos reflexiones ? - En que el ideal político de carlistas e integristas es el siglo XVI, o sea el siglo de los Reyes Católicos, de Carlos V y de Felipe 11; y en que si los fueristas vascos liberales desearan retrotraer las cosas al estado en que se hallaban antes de 1839, no militarían en los partidos liberales españoles, pues estos son precisamente los que destruyeron nuestra Constitución foral con su nefasta ley del ya citado año.

117 - Verdaderamente, parece incomprensible que vascos que se dicen fueristas puedan pertenecer al partido de un Espartero, de un Cánovas, o de otro cualquiera de los verdugos de nuestros Fueros. ? Razón tenéis en maravillaros, ya que eso de apellidarse fuerista y liberal-español a la vez, es lo mismo que llamarse amigo de una persona y ser al propio tiempo amigo, partidario y defensor de los sayones que la están martirizando.

118 - ¿Y no se colige de ahí que el fuerismo de los fueristas vascos liberales es una tapadera para cubrir ambiciones o un señuelo para engañar incautos ? - Sí, señor y tened por cierto que al hacer esa deducción no habéis faltado a ninguna regla del raciocinio.

119 - ¿Tienen muchos seguidores en Euzkadi los partidos fueristas liberales? - Excepto el partido socialista que ha hecho algunos prosélitos entre nuestros obreros (la inmensa mayoría de los socialistas que pululan en Bilbao y otras ciudades de Euzkadi son exóticos), los otros partidos fueristas liberales nunca han sido verdaderamente populares entre los vascos, y casi se podrían contar con los dedos las personas que en ellos se han afiliado. U que sucede es que esos fueristas liberales son los caciques de los ex-Estados vascos, y como reparten a su talante los empleos y los destinos de los Gobiernos a que hoy obedecemos, siempre encuentran aduladores y paniaguados de quienes servirse a toda su voluntad en elecciones y otros negocios políticos.

120 - ¿En qué partido se halla, pues, alistada la generalidad de los vascos ? - Descontados no pocos neutros, o indiferentes en política, casi todos los demás son carlistas o integristas.

121 - ¿,De manera que el integrismo y el carlismo son hoy por hoy los Principales enemigos del Partido Nacionalista? ~ Sí, señor; y el día en que éste arrebate a aquellos dos partidos la gente del pueblo, o las masas, según ahora se dice, ya veréis qué pronto da razón de los partidos fueristas liberales.

122 - ¿ No hay algo en que convengan todos los partidos fueristas, lo mismo liberales que católicos ? - Sí, señor; todos convienen en el exotismo y en acusar de separatistas a los partidarios del Nacionalismo Vasco.

123 - No entiendo eso de exotismo - Quiero decir que todos los partidos fueristas de Euzkadi están acordes en declarar (y también en repetir, venga o no venga a cuento) que los vascos no son vascos, y que, por tanto, los Estados vascos, aún antes de 1789 y de 1839, eran partes de Francia y de España.

124 - Pero, ¿no se les ha demostrado mil veces que ni étnica, ni geográfica, ni históricamente se puede sostener que el vasco es francés o español ? - Sí, señor; mil veces se les ha demostrado eso que decís; mil veces se les ha demostrado que decir que el vasco es francés o español envuelve mayor contradicción que decir que el italiano es alemán o ruso; mil veces se les ha demostrado que Pueblos que tienen diferente Constitución, diferentes leyes, diferentes Cuerpos legisladores, diferente organización política, judicial, militar, administrativa y económica, no pueden de ningún modo constituir un solo Estado; mil veces se les ha demostrado que la parte peninsular de Euzkadi, antes de 1839, no tenía de común con España más que la persona del Rey, y que, por consiguiente, Euzkadi no era España, como no lo era Alemania en tiempo de Carlos V, ni lo sería Finlandia el día en que emancipada de Rusia aclamara por su Rey a Alfonso XIII, pero conservándose independiente del Reino español. mil veces, repito, se les ha demostrado todo esto; más ... ¿qué queréis ? Los fueristas vascos se han empeñado en decir lo contrario y lo dirán, así comprendan que dicen un disparate. Son como el villano del cuento, empeñado en afirmar que el tran no podía moverse sino arrastrado por animales. Pusiéronle, para sacarlo de su error, delante de una locomotora en marcha, y él entonces, no sabiendo qué decir, salió con esta patochada : la mí no me la pegan; los caballos van dentro de la máquina".

125 - ¿Y qué pruebas suelen aducir en apoyo de su tesis? - Prueba ninguna. Lo que hacen es repetir la eterna cantinela de que vascos y españoles han luchado juntos en varias guerras.

126 - ¿ Pero qué ?, ¿ el que dos Naciones hagan alianza o junten sus ejércitos para combatir a una tercera demuestra que las primeras constituyen una sola Nación o un solo Estado ? - Para los fueristas vascos, sí.

127 - Es muy rara la lógica de esos señores. ? Ya lo creo que lo es. Figuraos que una de las batallas que siempre tiene en labios para demostrar que el vasco es español, es la de las Navas de Tolosa. pero, por lo visto ignoran los pobres fueristas que aquella batalla fue efecto de una cruzada mandada Predicar por Inocencio III; que en ella no se luchó por Castilla sino por la fe de Cristo; que los vascos que a ella fueron unos fueron libre y espontáneamente, porque quisieron ir, y otros por estar ligados con compromisos especiales con sus Reyes o Señores, no forzados por el Rey de Castilla; que los nabarros guerrearon en aquella batalla a las órdenes de su Rey don Sancho el Fuerte, y los bizkainos a las de su Señor López de Haro; que ese Rey don Sancho el Fuerte y ese Señor López de Haro eran como Rey de Nabarra y Señor de Bizkaya, tan independientes del Rey de Castilla, como lo son actualmente el Rey de Inglaterra y el Emperador de Rusia; que de los vascos que acudieron, únicamente los gipuzkoanos y los alabeses debieron de batallar entonces a las órdenes de Alfonso VIII: los primeros, porque doce años antes había elegido Gipuzkoa por Rey al Rey de Castilla, y los segundos, porque a dicho D. Alfonso, acaso por la estancia de D. Sancho en Africa, había Alaba elegido por Rey o Señor suyo ; que aún a esos mismos gipuzkoanos y alabeses que acudieron, no pudo llevar a guerrear contra la morisma, sino en cuanto tenía con ellos una obligación especial, de carácter feudal, siendo las tropas de estos Estados vascos aliadas, y nada más que a~, de las tropas castellanas; que los Vascos andaban por entonces reñidos y enemistados con Castilla, a la cual no más que agravios debían : y, en fin, que a no haber sido por su encendido amor a la fe de Cristo, los vascos se hubieran alegrado lo indecible de que la invasión de los almohades hubiese acabado para siempre con Castilla y los castellanos.

128 - A Propósito de D. Sancho el Fuerte. he oído que su sobrino y sucesor D. Teobaldo I y el hijo de este D. Teobaldo II tomaron parte en las cruzadas quinta y séptima respectivamente. - Cierto es, y de ahí podéis inferir que si por haber ayudado algunos a Alfonso VIII en las Navas somos españoles los vascos, con el mismo titulo Podemos decir que somos alemanes, por haber ayudado a las tropas del Emperador Federico II en la quinta cruzada, y franceses Por haber hecho lo propio con el ejército de San Luis en la cruzada séptima.

129 - ¿ Sólo con vascos se Un unido los españolas en sus guerras contra el extranjero ? - No, señor; centenares de veces se han unido con ingleses, con alemanes, con italianos, con flamencos, con franceses y con qué sé yo cuántos pueblos más. y ello no obstante, a ningún fuerista se le ha ocurrido decir que el inglés es español, o que lo son el alemán, el italiano, el flamenco, el francés y todos los otros pueblos con cuya sangre se ha mezclado la sangre española en los campos de batalla.

130 - Dadme ahora una explicación general con que pueda responder yo en cualquier momento a los repetidores de la cantinela que venís poniendo en solfa. ? Héla aquí : Los vascos que ayudaban a los españoles en la, luchas de éstos contra otras naciones, o iban a la guerra enviados por las Cortes y Juntas vascas, o iban libre y voluntariamente y por su cuenta y riesgo, o iban como feudatarios de sus Reyes o Señores. En el primer caso constituían tropas aliadas de las españolas, pero no pertenecían al Estado español ; en el segundo eran aventureros ganoso, de fama o de dinero que ofrecían sus servicios al Rey de España, como hubieran podido ofrecérselos al Emperador de china; en el tercero, iban como poseedores de tierras y mercedes otorgadas por los Reyes o Señores de la parte Peninsular de Euzkadi. Mas, ora fuesen a la guerra por su voluntad, ora fuesen mandados por las autoridades vascas, ora por el disfrute de tierras y mercedes, o séase por un contrato especial, nadie podrá inferir de ahí que los vascos de entonces eran españoles, ni tampoco lo son los de ahora. - Y esto que os digo de las guerras, podéis aplicarlo a cualquier otra empresa política, científica, etc., que los vascos han podido acometer en provecho de la nación española.

131 - ¿ Qué significa ese epíteto de separatista que de continuo están aplicando al Partido Nacionalista los fueristas vascos ? - Nada, sino que los fueristas vascos ignoran lo que se pescan o son unos taimados. Saben, en efecto, que los Nacionalistas no aspiran más que a recobrar para Euzkadi lo que ésta perdió en 1789 y 1839, es decir, las Constituciones que Euzkadi poseyó en los tiempos de mayor florecimiento de las Monarquías francesa y española; y a pesar de saber eso, no pueden ver a un Nacionalista sin gritar enseguida : "guerra a ese separatista, guerra a ese traidor que quiere valerse de las desgracias ajenas para emanciparse, guerra a ese ingrato que quiere asesinar a su madre y partirla en pedazos". ¡Sin duda, para los fueristas vascos, han sido separatistas todos los vascos, que, en una y otra vertiente del Pirineo, vivieron antes de 1789 y de 1839, pues todos gozaron, amaron y defendieron las libertades que el Partido Nacionalista intenta restaurar !

132 - ¿Qué caso hace el Nacionalismo de las exclamaciones y gritos de los fueristas ? - El caso que hace la luna de los ladridos de los perros.

X PARTIDO CARLISTA

133 - ¿Tendréis a bien dame una definición del partido carlista? - Es el partido político que, en lo que atañe a Euzkadi, pretende restaurar los Fueros vascos colocando a D. Carlos y sus hijos en el trono de España.

134 - ¿ En qué consiste el error fundamental de este partido ? - En identificar la causa de Euzkadi con la causa de D. Carlos, hasta el punto de creer que Euzkadi no puede ser libre y dichosa, mientras D. Carlos no empuñe el cetro español.

135 - Me hace gracia semejante desatino ? A mí también me haría reír, si no hubiese acarreado males tan graves a mi Patria.

136 - Pero, ¿qué secreto lazo piensan los carlistas que puede unir a un individuo con un pueblo, para que así hagan depender sólo del encumbramiento de D. Carlos la libertad y salvación de Euzkadi ? - Los carlistas no han pensado nunca, ni se les ha ocurrido pensar en la existencia de tales lazos. Ya sabéis que cinco sextas partes de ellos son carlistas porque lo fueron sus padres; es decir, que dejan a los muertos el cuidado de discurrir acerca de la verdad o falsedad de su credo político.

137 - ¿Es vasco D. Carlos? - No, señor; por sus venas no corre probablemente ni un átomo de sangre vasca.

138 - ¿Y en un extranjero ponen los vascos sus esperanzas de salvación? - Si, señor; y ved ahí una cosa que me hace salir de paciencia, cada vez que en ella pienso. Se conoce que a fuerza de oír hablar de su Rey, los carlistas vascos han perdido el orgullo y altivez propios de la raza.

139 - ¿ Ignoran esos pobres vascos que un Pueblo que espera su salvación de un ser extraño a él es un Pueblo envilecido, digno de Permanecer eternamente esclavo ? - Al menos, sólo con esa ignorancia acierto yo a explicarme los entusiasmos que sienten por un hombre de raza latina.

140 - ¿ Y serían capaces de recibir los Fueros como una limosna de manos de D. Carlos ? - Ya lo creo que sí; como creo también que no se ofenderían el día en que, triunfante D. Carlos, les dijese que a él debían los Fueros, que él se los daba, y que sin él nunca los hubieran rescatado.

141 - Pues ni podría llegar a más la soberbia de D. Carlos, ni a menos la dignidad de los vascos - indudablemente, pero no olvidéis que muchos, muchísimos de los carlistas vascos más están para lamer las botas de los Reyes que para imponerles la ley, como se la imponían sus Padres, antes de 1839.

142 - ¿ Y el principio fundamental del Nacionalismo vasco : "Euzkadi para los euzkos" ? - Los carlistas no lo entienden así, sino, de esta manera Euzkadi primero para D. Carlos, y después, por la gracia de S. M. y en la medida que S. M. quiera, para los euzkos.

143 - Ya que D. Carlos no sea vasco, ¿ adornaránle al menos prendas excepcionales que legitimen las esperanzas puestas en él por los carlistas vascos ? - No, señor; ni antes ni después, ni en tiempo de la guerra ha mostrado D. Carlos cualidad alguna, extraordinaria que le haga capaz de salvar al pueblo vasco. En talento, no pasa de ser una medianía, igual a cualquiera de los Reyes que actualmente reinan en el mundo e inferior a muchos de ellos. Como militar, todavía no ha ganado una sola batalla de importancia. Cuanto a prudencia y sagacidad política, ya sabéis que durante toda la campaña anduvo rodeado de traidores, que a traidores confió los cargos más importantes y de mayor confianza, que desaprovechó neciamente las ocasiones más favorables para el triunfo de su causa, y que en toda su historia política no hay un solo hecho que revele dotes de gobierno. Su carácter moral se retrata tal cual es en los bailes y saraos a que Durango y otros pueblos le vieron entregado, mientras los pobres vascos se batían y mataban por él en los campos de batalla.

144 - Bueno; pero D. Carlos era entonces un muchacho, y como tal, no hay que extrañar que cometiera esas ligerezas. ? Razón demás para compadecer a los engañados vascos que en un muchacho cifraron sus esperanzas de libertad y salvación.

145 - ¿Ama mucho D. Carlos los Fueros vascos? - Es Borbón, y con esto os lo digo todo. Los Borbones han sido los Reyes más absolutistas y centralistas que hasta ahora han ocupado trono en el mundo.

146 - ¿Respetaron siempre los Fueros vascos Carlos V Carlos VII, - Carlos VII, aunque de hecho no mostró ninguna simpatía por los Fueros vascos, no tuvo, sin embargo, muchas ocasiones de quebrantarlos, porque estaban ya abolidos para cuando él se alzó en armas contra el gobierno español. Pero de Carlos V, su abuelo y antecesor en las aspiraciones al trono de San Fernando, bien os puedo asegurar que los quebrantó cuantas veces vió en ellos un obstáculo para el cumplimiento de su voluntad.

147 - ¿Y por semejantes hombres vertieron su sangre en guerras cruentísimas los infelices vascos ? - SI, señor; vitoreando con delirio en su inconsciencia a esos dos extranjeros se han entregado gozosos a la muerte millares de jóvenes vascos.

148 - Pero aunque Carlos V y Carlos VII hubiesen sido príncipes de excepcionales cualidades, grandes católicos y fervorosos amadores de los Fueros, ¿habrían hecho bien los vascos en lanzarse a la guerra por defender los derechos de aquellos dos Pretendientes ? - No, señor; porque todos los hombres, sin exceptuar a los Reyes, son mortales, y los vascos no podían ignorar que de dos Príncipes, grandes católicos, grandes estadistas y grandes amadores de los Fueros, puede fácilmente nacer (y más si son Borbones) un hijo liberal, imbécil y enemigo de los Fueros, rnalográndose así la sangre derramada y los sacrificios hechos en favor de los padres.

149 - Que podía nacer un hijo de las condiciones que decís, no cabe duda; Pero de ahí a afirmar que había de nacer, media una gran distancia. ? Pues no sólo podía nacer, sino que nació en efecto, y este tal fué el príncipe D. Juan, hijo de Carlos V y padre del actual Carlos VII, a quienes los mismos carlistas hubieron de desechar, a la muerte de Carlos VI, por liberal y reconocedor de Isabel II.

150 - ¿ Qué favores deben los vascos a Carlos VII y su familia ? - Absolutamente ninguno, como no sea la pérdida de su libertad o independencia, o para que me entendáis mejor, la pérdida de los Fueros.

151 - Mirad bien lo que decís : ¿ Carlos VII y su familia, causa de la pérdida de los Fueros ? - Sí, señor; y no hagáis aspavientos, ni os escandalicéis de oír una cosa tan sabida.

152 - Mas ¿no comprendéis que si eso fuera verdad, merecerían el grillete o ser encerrados en un manicomio los vascos que siguen a Carlos VII ? - Pues verdad es, y verdad tamaña como un templo, que hasta los más miopes de entendimiento alcanzan a ver, porque salta a la vista. En 1833 al comienzo de la primera guerra carlista, Euzkadi se hallaba en plena posesión de su independencia política, militar, económica y administrativa. En 1839, poco después de terminada la guerra, el Gobierno de Madrid, en venganza de haberse puesto en armas los vascos en favor del pretendiente, les arrebató sus Cortes o Juntas legisladoras, sometiéndolos a la Constitución y a las Cortes legisladoras de Madrid. Fué aquel el golpe mortal acertado a los Fueros Vascos y tuvo su natural complemento en la ley de 1841, por la cual se concedió a Gipuzkoa, Bizkaya y Alaba la exención del servicio militar, cierta autonomía económica y la administrativa, y a Nabarra solamente la autonomía administrativa.

153 - ¿Y hay todavía vasco que no abomine del carlismo, y no lo considere como la desgracia mayor que ha podido venir sobre Euzkadi ? Tened un poco de paciencia y seguid escuchándome. Cuando en 1872 estalló la segunda guerra carlista, Gipuzkoa, Bizkraya y Alaba disfrutaban, según os he dicho, de cierta autonomía económica y de la exención de quintas. Pues bien, para castigar el alzamiento de estos tres ex-Estados vascos en favor de Carlos VII. Cánovas del Castillo, o mejor, el pueblo español por medio de Cánovas, los sujetó al servicio militar y los privó de su autonomía económica. Y tened por seguro que el día en que los vascos, no escarmentados con lo pasado, se levanten en armas por vez tercera contra D. Alfonso o sus sucesores, el Gobierno madrileño los ha de despojar de los últimos restos de autonomía administrativa que en la actualidad disfrutan por gracia del mismo.

154 - ¿Qué consecuencias sacáis de lo dicho? - Que al los vascos tenemos que soportar esa farsa del parlamentarismo madrileño, y someternos a leyes y constituciones reñidas muchas veces con los derechos de Dios y con el espíritu de nuestra raza, es por el carlismo. Que si, gracias a la inmigración de gente extraña, muchos de nuestros hermanos comienzan a perder la fe, el carácter y las costumbres propias de su raza, es por el carlismo. Que si por nuestra sujeción al servicio militar, nos vemos forzados a enviar anualmente a los cuarteles la flor de nuestra juventud, para que vuelva a sus hogares, impía, blasfema y corrompida, es por el carlismo. Que si estamos abrumados de contribuciones y no somos dueños de emplear como nos plazca nuestro dinero, es por el carlismo. Que si no poseemos universidades y centros de enseñanza nuestros, donde estudien y se gradúen nuestros jóvenes, sin necesidad de salir de Euzkadi y de matricularse en colegios donde, muchas veces, se enseña la impiedad y la herejía, es por el carlismo. Que si en nuestro desarrollo industrial y comercial tropezamos a cada paso con dificultades y obstáculos que atan nuestras manos y nos impiden acometer empresas capaces de poner a Euzkadi al nivel de Bélgica o de Alemania, es por el carlismo. Que si, en fin, los vascos no somos ya de hecho políticamente vascos, sino españoles, y estamos obligados a obedecer a autoridades que aborrecen nuestra historia, nuestra lengua, nuestro modo de ser, y se empeñan en hacernos olvidar lo pasado y en extranjerizarnos cada día más, es por el carlismo.

155 - Discurría muy bien y pienso que en todas las puertas y paredes de casas habitadas por vascos debía ponerse esta inscripción : Vasco . el carlismo ha sido la causa de la ruina de Euzkadi. ? No quiero contradeciros, pero mejor que escribir esa gran verdad en puertas y paredes, será grabarla en el corazón y la mente de las muchedumbres carlistas y este es el fin a que dirige siempre sus esfuerzos el Nacionalista Vasco.

156 - ¿No hubieran sido arrebatados a Euzkadi los Fueros para esta fecha, aunque nunca hubiera habido carlismo ? - Que hubieran querido arrebatárselos es innegable, dadas la natural ambición de los enemigos, y la antipatía con que siempre han mirado la libertad vasca. Pero yo os aseguro que si para defender sus Fueros en el terreno legal hubieran guardado nuestros padres las energías y entusiasmos que derrocharon en los campos de batalla por defender los derechos de Carlos V, otra, muy otra hubiera oído la situación de Euzkadi en 1839 y no hubiera encontrado tantas facilidades el Gobierno de Madrid para dar su inicua ley de 25 de Octubre de aquel año. Además, a~ que en 1833 y en 1872, al aparecer las primeras partidas carlistas en Castilla, Cataluña o el Maestrazgo, se presentan los vascos ante el Gobierno de Madrid, y le dicen : "Señores : a los vascos poco nos importa que reine uno u otro Monarca en España; lo que a nosotros nos interesa es conservar incólume nuestra Constitución histórica con los organismos que en el transcurso de los siglos hemos creado. Si ustedes prometen y juran no tocar a esa Constitución y a esos organismos, los vascos nos mantendremos en paz y fusilaremos inmediatamente al primero que se alce entre nosotros contra el Gobierno español a tremendas guerras civiles, es seguro que hubiera agradecido un lenguaje tan noble, comedido y franco, y que, siquiera por bien parecer, hubiera respetado los Fueros vascos.

157 - ¿ Nada más que la pérdida de los Fueros debe Euzkadi al carlismo ? - Débele también otra desgracia tan grande como la pérdida de los Fueros : la desaparición de la lengua vasca de los pueblos y casas donde ha dejado de hablarse desde el año 1833.

158 - He ahí una cosa que hará reír a los carlistas. ¿ Qué tiene que ver el carlismo con que los vascos hablen u olviden su lengua ? - Escuchadme y veréis cómo esa risa se trueca en confusión y vergüenza. Casi todas las familias que han olvidado o no hablan el euzkera desde el año 33, han sido o son fervorosas partidarias de D. Carlos. Sí, pues, con tal desprecio han mirado esas familias la lengua patria, es por culpa del carlismo, porque el carlismo no les ha mostrado la importancia que para un pueblo tiene la conservación de su lengua, ni ha puesto el menor empeño por impedir la introducción del habla castellana entre los vascos; es, en ¡suma, porque el carlismo más que a salvar a Euzkadi, tiende a defender los derechos personales de D. Carlos. Y creedme que solo por este desprecio de lo que es como el alma del Pueblo Vasco, merece el carlismo la execración de todos los buenos hijos de Euzkadi.

159 - ¿Y nada decís de la muerte de tantos vascos, de las pérdidas de haciendas y dinero, de los odios y enemistades, de la corrupción de costumbres que las guerras carlistas nos han originado ? - Todos esos males aunque grandes de suyo, resultan muy pequeños puestos en parangón con la pérdida de la independencia y de la lengua patria, y por eso no me detengo en ellos.

160 - ¿Que hay sobre la famosa ley sálica, fundamento de todos los derechos de D. Carlos a la realeza ? - Que esa ley nunca rigió en Euzkadi, pues nunca fue votada por nuestras Cortes o Juntas generales.

161 - Luego a la muerte de Fernando VII, ¿no recaía sobre su hermano Carlos V la corona de los Estados vascos de allende el Pirineo ? - No, señor.

162 - Por derecho hereditario ¿qué títulos tenía, pues, Carlos V para ser declarado rey de Alaba, Gipúzkoa y Nabarra y Señor de Bizkaya cuando estalló la Primera guerra carlista ? - Absolutamente ninguno.

163 - Entonces, ¿ cómo se explica el alzamiento de los vascos en favor de dicho príncipe ? Por el afán de impedir el entronizamiento del liberalismo, que ya en sus Cortes de Cádiz, en 1810, después de entonar cantos y alabanzas a les libertades vascas, las suprimió lisa y llanamente, imponiendo al Pueblo Vasco una constitución centralista.

164 - ¿ No estaban los Vascos libres de esa peste poseyendo como poseían en 1833 la plenitud de sus Fueros ? - Sí, señor; a los vascos poco les podía importar que España adoptase constituciones y leyes liberales, toda vez que esas constituciones y leyes habían de obligar en Euzkadi lo mismo que las constituciones y leyes de Turquía. Pero lo ocurrido en las Cortes de Cádiz y el sentimiento católico de los vascos fueron hábilmente explotados por quienes tenían interés en arrastrar a aquéllos a la causa extraña del Pretendiente.

165 - No me negaréis que la intención de aquellos vascos fue buenísima. ? La intención fue inmejorable, pero el medio que para realizarla escogieron no pudo ser más desastroso.

166 - ¿ Por qué ? - Porque al declarar la guerra a España se exponían a perderla, y caso de perderla, el liberalismo se había de apoderar, no sólo de España, sino también de Euzkadi; que es lo que efectivamente sucedió, pues en vez de librar a los españoles de constituciones y leyes liberales, tuvimos que sujetarnos nosotros a ellas, perdiendo nuestra independencia política y con ella nuestras Cortes legisladoras. Es decir, que por empeñarnos en cerrar al liberalismo la casa del vecino, tuvimos que abrirle de par en par las puertas de la nuestra.

167 - ¿Qué debían haber hecho, pues, los vascos en 1833 ? - Si los españoles querían continuar con su Monarquía católica y tradicional, dejarles que continuasen con ella. Si preferían establecer una Monarquía liberal o una República atea, dejarles que la estableciesen. Y si unos querían una cosa y otros otra, dejarles que ventilasen su pleito a solas; sea pacíficamente en la prensa y el Parlamente, sea a tiros y cañonazos en los campos de batalla. Los vascos no tenían que meterse con ellos para nada.

168 - i Qué egoísmo tan feroz! ? No lo llaméis egoísmo sino prudencia, e instinto de conservación, y conocimiento claro de lo que exijen Dios y la Patria. Si mañana los liberales belgas se alzan en armas contra los católicos de aquella Nación, y los vencen, y comienzan a dar leyes contrarias a la Iglesia, supongo que no aprobaréis el que España declare la guerra a Bélgica, y arme unos cuantos buques de combate, y envíe allá un buen cuerpo de ejército que ayude a los católicos en su lucha contra los liberales.

169 - De seguro que no aprobaría yo torpeza semejante. ? Pues reprobad también la que cometieron los vascos en 1833 mezclándose en las luchas de católicos y liberales españoles; y reprobadla aún con mayor calor y enojo que la que cometerían los españoles, si hiciesen lo que os he dicho. Porque bien mirado, lo único que podrían hacer los belgas con los españoles, sería derrotarlos, cogerles unos miles de prisioneros, destruirles la escuadra y exigirles una buena indemnización de guerra que les quitase las ganas de meterse en libros de caballerías; mientras que a los pobres vascos no sólo nos derrotaron los liberales de España, no sólo nos han impuesto tributos onerosísimos, sino que además nos han robado nuestra libertad e independencia, sometiéndonos (¡quién sabe para cuanto tiempo!) a sus leyes y gobiernos maldecidos.

170 - ¿Qué piensan hacer los carlistas vascos de su Señor y dueño el día que obtengan el triunfo ? - Piensan hacer de él un Rey absoluto que reine y gobierne, con posesión de todas las facultades esenciales a la soberanía política; no un Rey constitucional que reine y no gobierne, y sea como ellos dicen, mera figura de representación, simple maniquí que se ciñe a firmar las leyes y decretos presentados por las Cortes y los ministros.

171 - ¿Y no saben los tales míseros carlistas que ese concepto que se han formado de la realeza pugna de medio a medio, según antes habéis dicho, con las leyes vascas; que las leyes vascas dan al Rey menos atribuciones todavía que las que posee un Rey constitucional; que el Rey no es nada en la Constitución histórica de los vascos; que antes de 1839 entrañaba más importancia para los vascos la elección de un Diputado General o simplemente de un Apoderado a Juntas o Cortes que la elección de un Rey; que entre los vascos la soberanía política reside, no en el Rey sino en las Cortes y Juntas; que el día en que D. Carlos triunfe han de regir en Euzkadi las leyes que nosotros libremente votemos en nuestras Cortes y Juntas, no las que él nos quiera imponer desde Madrid; que D. Carlos no ha de disponer en Euzkadi ni de un soldado para los ejércitos de España, ni de una peseta para la hacienda española; que D. Carlos, en fin, se ha de limitar, si es que algún día triunfa, a retirar de Euzkadi las autoridades y tropas españolas, para que los vascos podamos gobernarnos a nuestra voluntad, y a enviar a cada Estado vasco un Virrey o representante suyo, que puesto al servicio de nuestras Cortes y Juntas, y a una con ellas, bajo la vigilancia de ellas, cuide de hacer cumplir las leyes y disposiciones que libremente queramos adoptar ? - Si los carlistas vascos supiesen todo eso, no darían tanta importancia a los cambios de dinastías, ni se entusiasmarían como se entusiasman, con su gran Carlos VII.

172 - Ultima cuestión que voy a proponeros sobre el partido carlista. ¿Quiere de veras el carlismo la restauración integra de los Fueros vascos, tal como los poseíamos antes de 1839 ? - Muchísimos carlistas vascos, los que militan en el carlismo de buena fe, es indudable que la quieren; pero también es indudable que D. Carlos y los Jefes y directores del carlismo la rechazan por completo.

173 - Esta última afirmación es gravísima, y no dudo que al oírla saltarán de indignación y enojo los carlistas. ? Ya pueden enojarse los carlistas cuanto gusten y dar todos los saltos de indignación que quieran; con sus enojos y saltos de indignación no conseguirán nunca que la verdad deje de ser verdad.

174 - Probadme que el carlismo no quiere el total restablecimiento de nuestros antiguos Fueros. ? Os lo probaré con textos oficiales del carlismo. Creo que este linaje de pruebas será del agrado de los carlistas, y les hará permanecer tranquilos en sus sillas, sin dar los saltos de indignación que habéis dicho. Leedlos detenidamente y veréis que el único Fuero que el carlismo promete a los vascos, es la descentralización en el orden administrativo y económico, o sea la libertad de administrar sin obligación de rendir cuentas a nadie y la facultad de imponer y cobrar tributos como mejor les plazca (con tal que paguen, claro es, anualmente al Gobierno de Madrid la cantidad que éste quiera fijarles). Cuanto al orden político, social, militar, judicial, comercial e internacional, el partido carlista declara explícita y terminantemente que los vascos tendremos que estar sujetos a la Constitución de España, a las leyes de España, a las Cortes de España, al Gobierno de España, a la organización militar de España, a los tribunales de España, a los códigos penal, de procedimientos y de comercio de España, a las relaciones diplomáticas y comerciales de España. Nada, pues, de Cortes propias, de tribunales propios, de códigos propios, de exención de quintas y organización militar propia, de fronteras y aduanas propias, de tratados internacionales propios. Es decir que los Fueros que el carlismo promete a los vascos, son pura y exclusivamente los que actualmente poseemos

175 - Mostradme esos textos, que ardo en deseos de conocerlos. ? Helos aquí : El Manifiesto de las Minorías Carlistas, documento publicado en Septiembre de 1896 y firmado por todos los Senadores y Diputados (de ellos seis vascos) que a la sazón tenía el Partido Carlista, dice lo siguiente : "Frente al centralismo que atrofia las energías regionales y mata la vida de todos los organismos intermedios entre el individuo y el Estado, afirmamos las franquicias concejiles y regionales en el orden administrativo y económico que hoy el poder centralista los usurpa, y que tienen su expresión tradicional en nuestros gloriosos Fueros, fórmula española de democracia cristiana... En suma, una centralización administrativa y económica que, librando al Estado central de funciones que no le corresponden ni puede ejercitar debidamente, devuelva su vida a las regiones bajo la influencia del espíritu religioso y moral..."

176 - Ese texto es verdaderamente expresivo. ? Pues aún lo es más el siguiente que se lee en El Acta Política de las Conferencias del Loredan, proclama dirigida por D. Carlos al pueblo español en enero de 1897.

"Pero si se proclama el respeto de los Fueros y libertades regionales, se ha de afirmar con toda entereza y eficacia la unidad política nacional, que inspirada y sostenida por la uniformidad de creencias y por la identidad monárquica, se asegura y consolida por la unidad en las leyes de carácter general, y en las funciones también generales del Estado: comprendiendo entre las primeras los Códigos Penal, de Procedimientos, de Comercio y aun la Ley Hipotecaria, convenientemente reformada; entre las segundas, la administración de justicia, la Dirección del Ejército y la Marina la Hacienda propiamente nacional, las relaciones diplomáticas y comerciales con las demás potencias, y las comunicaciones generales, y como alta función moderadora, la de dirimir los conflictos entre las regiones, cuando ellas no logren hacerlo entre sí por mutuo acuerdo."

177 - ¿ Conocen los carlistas vascos esos textos ? - No lo sé; pero sí sabré deciros que el carlista que después de leerlos ose afirmar que su partido quiere la restauración íntegra de los Fueros vascos, merece una de estas dos cosas: o patente de estúpido o patente de mentiroso.

XI PARTIDO INTEGRISTA

178 - ¿ Qué es el integrismo ? - Una rama desgajada del carlismo.

179 - ¿ Cuán fue el motivo de la ruptura entre integristas y carlistas ? - El creer los primeros que los segundos habían claudicado en la integridad de la doctrina, admitiendo en su programa principios y tendencias liberales.

180 - ¿ Subsiste actualmente esa diferencia doctrinal entre el integrismo y el carlismo ? - Parece que no, o por lo menos, apenas es perceptible; y esto lo afirmo por dos razones: 1a. porque el carlismo amainó velas en aun tendencias a liberalizarse, desde que los integristas, capitaneados por Nocedal, comenzaron a declamar contra su abandono de la tradicional pureza de principios y contra sus aficiones y tratos liberalescos; 2a. porque siempre que hay elecciones andan los integristas convidando con la unión a los carlistas, diciéndoles que todos son perfectamente católicos y antiliberales, que sólo en lo accidental se hallan divididos, que en vez de luchar católicos contra católicos, deben aliarse los dos partidos para combatir a los liberales, etc., etc.

181 - He oído, en efecto, a los integristas hablar así más de un centenar de veces. ? Y es una cosa que no acierto a explicarme, el en opinión de los que tal dicen, el carlista. se ha contaminado con doctrinas y tendencias liberales.

182 - ¿ Queréis decir con esto que los integristas en nada difieren de los carlistas ? - No, señor, confiese de buen grado que con el integrismo se fue, según declaración del propio D. Carlos, la parte más sana del carlismo, y que lo mismo en sus costumbres, que en sus periódicos, que en sus relaciones con los liberales, que en su sumisión a la autoridad de Párrocos y Obispos, los integristas están siempre a cien codos de altura sobre los carlistas. Lo que intento significar es que esa diferencia no puede traducirse en determinadas tesis doctrinales que distingan los programas de ambos partidos.

183 - ¿ Cuenta el integrismo con muchos adeptos en Euzkadi ? - En la clase humilde del pueblo no los tiene en gran número, pero sí los tiene entre los sacerdotes y gente acomodada que sabe y puede leer periódicos.

184 - Respecto a la integridad y pureza de doctrina católica, ¿ aventaja en algo el integrismo al Nacionalismo Vasco ? - No, señor; no puede avantajarle. Nuestra posición católica no es reaccionaria sino todo lo contrario. Nuestro catolicismo quiere ser sencillo, humano, evangélico, penetrado de caridad.

185 - ¿Y en cuestión de procedimientos? - El Partido Nacionalista es muchísimo más radical e intransigente que el integrista.

186 - ¿Son grandes las simpatías del integrismo por el nacionalismo ? - En general, los integristas euzkerianos encuentran menos repugnancia que los carlistas también euzkarianos para ingresar en el nacionalismo, y es de esperar que faltando Nocedal todos los integristas vascos en masa vengan a formar en las filas nacionalistas. Con todo no faltan integristas que muestren contra el Nacionalismo la misma o mayor ojeriza que los carlistas. Como que las expresiones más duras que hasta la fecha se han pronunciado contra el Nacionalismo, han salido de boca de un párroco integrista euzkeriano y con aplauso de los periódicos integristas... y de los masónico-liberales.

187 - ¿De veras ? - Sí, señor. Ese señor Párroco, en alocución pública dirigida a millares de vascos nos ha llamado a los nacionalistas "cáncer que le ha salido en la cara a Euzkalherria y que a todo trance urge extirpar de raíz, vascongados de mentira a quienes hay que arrancar del suelo vasco y quemar en una hoguera, como se arranca y quema la mala yerba que brota en una heredad."

188 - Debe de ser muy cortés y comedido el tal señor. ? Tal vez lo sea más que el mismo Don Quijote cuando hablaba con damas y caballeros; pero se conoce que a fuerza de entusiasmarse con la gente del otro lado del Ebro, se olvida del respeto que debe a su propio pueblo.

189 - ¿De dónde nacen tanta saña y tan virulentos ataques a contra el Nacionalismo vasco ? - Del furibundo extranjerismo que los integristas tienen inoculado hasta en los tuétanos de los huesos y que les hace ver en cada nacionalista un gran criminal, reo de lesa Patria, para cuyo castigo son leve e insignificante tormento las hogueras mismas de la Inquisición. ¡Pobres integristas! Como si siendo franceses o españoles los vascos, tuviéramos derecho a ser de mejor condición que los demás franceses y españoles, a no pagar contribución a Francia y España, a no dar soldados a Francia y España, a gobernarnos. con leyes y autoridades (excepto el Presidente y Rey), distintas dé las de Francia y España. Como si siendo franceses y españoles los vascos, no pudieran hacer de nosotros los Gobiernos de París y de Madrid cuanto les venga en gana, siempre que con ello piensen obrar en bien de las Naciones francesa y española. Y como si no fuese mejor para las Naciones francesa y española que los vascos las ayuden anualmente con unos cuantos centenares de soldados y con algunos millones de francos o de pesetas.

190 - ¿ Cómo piensa el integrismo en materia de Fueros vascos ? - Lo mismo que el carlismo. La separación de uno y otro partido no fué motivada por cuestión de Fueros, y el mismo Nocedal hubiera firmado con gusto los textos carlistas que antes os he citado. Los integristas vascos no hablan nunca de la ley de 25 de octubre de 1839, y hasta parece que ignoran su existencia; han renegado de su verdadera Patria para no tener más patria que España y no lamentar otras desgracias ni cantar otras glorias que las desgracias y glorias españolas. ¡ Viva España ! es el grito que espontáneamente sale en cualquier ocasión de su boca; ¡Viva España! quieren que repitamos, mal que nos pese, los nacionalistas, y por salvar a España juran y perjuran que derramarían la última gota de su sangre. Por lo que toca a Euzkadi se contentan con dedicarle un rinconcito, allá en lo más escondido del alma, y con llamarla patria chica, así como con acento de misericordia.

191 - Cuando tales entusiasmos sienten por España, sin duda creen los integristas que los vascos debemos grandes beneficios a nuestros vecinos de allende el Ebro. - Así parece que debía ser; no obstante, desde niño vengo yo leyendo periódicos integristas y en ellos es donde he aprendido que los únicos favores que a España debe Euzkadi son la pérdida de su libertad, la muerte de su lengua, el entibiamiento de su fe, la corrupción de sus costumbres y la degeneración de su carácter.

192 - Pues tienen bien mal gusto los vascos que después de saber eso, todavía aman y vitorean a España... - Lo tienen peor que el que mostraría a un polaco aclamando a Rusia; o un boer y un irlandés dando vivas a Inglaterra.

193 - ¿Y el afán de los integristas vascos de unirse a los católicos españoles para lograr la restauración religiosa y política de Euzkadi ? - Revela un desconocimiento absoluto de lo que es el vasco y de lo que al vasco conviene. El pueblo vasco se salva aislándose de quien quiera que no sea vasco, y se pierde uniéndose con él. Todo lo que tienda,' pues, a sacarle de su aislamiento,' de su reconcentración en sí mismo y a ligar sus intereses con los otros pueblos, es atentar contra su vida, empujarlo hacia la muerte.

194 - ¿ Y la obediencia y. acatamiento que los integristas vascos prestan a un jefe español ? También dicen muy mal con el modo de ser del vasco. En el orden puramente político el vasco no debe obedecer a ninguna autoridad que no sea vasca. Sí antes una parte de Euzkadi obedeció a los Reyes de España, les obedeció, no como a Reyes de España, sino como a Reyes o Señores propios y después de verlos jurar de rodillas sus propias leyes, como inferior ante el superior, ante las Cortes o Juntas Generales.

195 - ¿Qué ha hecho el integrismo por la conservación de la lengua vasca? - Nada, absolutamente nada. Y no hay que maravillarse de ello. Si el Euzkera es la lengua de la Patria chica, conviene que muera y ceda el lugar a la lengua de la Patria grande. ¡El habla castellana! i El habla de Don Quijote! Los integristas no se hartan de ponderar sus excelencias, y casi os miran con ojos compasivos cuando les dedo que antes de nacer el castellano existía tan hermoso y perfecto como ahora el idioma de los vascos.

196 - ¿ Luego el integrismo es un partido perjudicial a Euzkadi ? - Lo es, si señor, sin ningún género de duda.

XII CONCLUSION

197 - Visto queda que de los partidos españolistas, ni el fuerismo liberal, ni el integrismo, ni el carlismo encarnan las verdaderas aspiraciones del pueblo vasco, y lo mismo se pudiera decir de los partidos francesistas; visto queda también que solo si partido nacionalista tiende a devolver a Euzkadi los derechos perdidos en 1839. Luego todo patriota vasco que ame de veras a su Patria (a su única Patria, porque la Patria como la madre que da la vida no puede ser más que una) debe alistarse sin demora en las filas del Nacionalismo y trabajar, una vez alistado en él, con los bríos y entusiasmos que se revelan en estas palabras de Arana-Goiri pronunciadas cuando tenia nada más que 28 años, en un banquete que le dedicaron sus amigos en 1893:

"Pronto comencé a conocer a mi Patria en su historia y en sus leyes; pero no debe el hombre tomar una resolución grave sin antes esclarecer el asunto y convencerse de la justicia de la causa y la conveniencia de sus efectos. ? Mas al cabo de un año de transición, disipáronse en mi inteligencia todas las sombras con que la oscurecía el desconocimiento de mi Patria, y levantando el corazón a Dios, de Euzkadi eterno Señor, Ofrecí todo cuanto soy y tengo en apoyo de la restauración patria, y Juré (y hoy ratifico mi juramento) trabajar en tal sentido con todas mis débiles fuerzas, arrostrando cuantos obstáculos se me pusieran de frente, y disponiéndome, en caso necesario al sacrificio de todos mis afectos , desde el de familia y de amistad hasta las convencionales sociales, la hacienda y la misma vida. Y el lema Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra se grabó en mi corazón para nunca más borrarse... Yo no quiero nada para mí, todo lo quiero para Euzkadi; ahora mismo, y no una sino cien veces, daría mi cuello a la cuchilla sin pretender ni la memoria de mi nombre, si supiese que con mi muerte había de revivir mi Patria."

Gora beti Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra.

Iber: Ami vasco, Bilbao, E. Arteche, 1906.

Manifiesto del partido nacionalista vasco (Aberri, 15 de diciembre de 1906)

Manifiesto del Partido Nacionalista Vasco

Al pueblo vasco

Amenazada de muerte la nacionalidad vasca por el peligro de muerte que corre la raza, a punto de desaparecer su idioma y adulterados su espíritu y Tradición, el Nacionalismo Vasco aspira a purificar y vigorizar la raza, a depurar y difundir el euzkera hasta conseguir que sea la única lengua de Euzkadi y a purificar el espíritu y esclarecer la Tradición del Pueblo vasco encaminándose sus trabajos en cuanto a este fin:

A. A que el Pueblo vasco siga, fervorosamente, las enseñanzas de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, como las siguió y observó en tiempos pasados, con exclusión absoluta de toda doctrina condenada por la Iglesia Católica.

B. A que vuelvan a imperar los buenos usos Y costumbres olvidados fomentando los que se conservan y combatiendo los exóticos y perjudiciales.

C. A que las instituciones políticas, jurídicas, económicas, etc., características del Pueblo vasco, vuelvan a tener vigencia y acción, amoldadas, en cuanto sea necesario, a la realidad de los tiempos actuales

D. A que las letras y las artes, que sean manifestación de la nacionalidad vasca, adquieran vida robusta.

Como norma de su modo de obrar y proceder en estos órdenes de acción, se atendrá a los preceptos de la pura Moral católica conforme con lo que la propia constante Tradición ha sancionado.

En cuanto a la Tradición histórica de Euzkadi, pretende sea depurada con plena imparcialidad de los errores que en ella han introducido sus enemigos, y que se complete en cuanto sea posible

Como medio eficacísimo para todo ello, procurará fomentar la solidaridad más firme y práctica entre los pueblos e individuos de raza vasca, en todos los órdenes de la vida, mediante la sólida enseñanza del pasado y del presente de Euzkadi, y la educación sinceramente patriótica de sus hijos, hasta lograr crear en nuestra tierra un ambiente en que solo pueda desarrollarse lo netamente vasco.

Su terreno de acción es Euzkadi, o sea, las regiones todas del País vasco que se denominan Araba, Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y Zuberoa, solar de la raza vasca; pero ello no quita el que la acción de la solidaridad abarque con sus beneficios y obligaciones a los individuos vascos, naturales u originarios de ellas, que habiten en tierras extrañas.

Habiéndose identificado en la Historia esas hoy aspiraciones del Partido Nacionalista Vasco con una situación política actualmente abolida, y coincidiendo la paulatina extinción de los expresados caracteres y personalidad nacional de Euzkadí con la desaparición de sus instituciones políticas que no son, si bien se examina, más que una manifestación de la personalidad vasca en tal ramo de la actividad humana, al par que su salvaguardia más eficaz, el Partido Nacionalista Vasco quiere la restauración completa es Araba, Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y Zuberoa, de sus antiguas leyes fundamentales y el restablecimiento de sus juntas Generales o Cortes legisladoras y de todos los organismos de Gobierno y Administración de aquellas derivados. Y pide, y trabajará hasta conseguirlo, que esas juntas o Cortes y organismos funcionen de nuevo, investidos de los mismos derechos, poderes y facultades que les asistieron en las épocas de su vida plena
Como consecuencia de ello pretende, especialmente, la derogación por lo que hace a Araba, Gipuzkoa, Nabarra y Bizkaya, de la Ley de 25 de octubre de 1839, y en cuanto a Laburdi y Zuberoa, de las emanadas de los poderes de la Revolución francesa de 1789, y, en general de todas cuantas otras leyes y disposiciones hayan sido dictadas por los Gobiernos de Madrid y París que en algún modo impidan, amengüen o coarten el libre funcionamiento de aquellas juntas o Cortes y la ejecución de sus legítimos mandatos.

Aspira, por tanto, el Nacionalismo Vasco, en el orden político a retrotraer la situación política de Euzkadi a lo que era un hecho en los tiempos anteriores a las fechas en que esas disposiciones atentatorias contra su constitución política fueron promulgadas.

Como síntesis que concreta y armoniza en un lema esos dos órdenes de aspiraciones sociales y políticas del Partido Nacionalista Vasco, reseñadas en los dos párrafos precedentes, adopta el lema formado por el gran patriota Arana-Goiritar Sabin, que en euzkera se expresa diciendo Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra. (Dios y ley vieja).

ABERRI, 15 de diciembre de 1906.

"Hablemos claro" (Santi Meabe, Aberri, 15 de diciembre de 1906)

Hablemos claro

Quienes envían a los representantes vascos telegramas de felicitación por sus gestiones en Madrid y por el triunfo que dicen significa pagar sólo dos millones quinientas mil pesetas más que antes durante diez años y tres durante los siguientes diez años.

A conseguir esto llama el Sr. Urkixo en telegramas suyos satisfacer legítimas aspiraciones del pueblo vasco, lo cual podrá ser verdad, si donde dice pueblo vasco se lee fuerzas vivas, caciquismo, etc.

Nosotros, siempre consecuentes con la inmutable doctrina nacionalista, lo diremos con toda franqueza, rudamente: no son merecedores, ni mucho menos, de semejantes pruebas de simpatía y adhesión. Ni eso es fuerismo ni intransigencia, ni energía, ni nada.

¿Quién les ha enseñado a nuestros representantes a demostrar con cifras que los vascos deben pagar al Estado español 3 y no deben pagar 5? ¿Y son éstos los que van a pedir la Reintegración Foral?

No señores nuestros, no. Partiendo de esa pobre base, no se hace más que adulterar la grandeza de nuestro derecho indiscutible.

Pensando como españoles, mejor dicho, como españolistas que confunden nuestra Patria y legítimas aspiraciones con la Patria y legítimas aspiraciones del andaluz, riojano o extremeño, en este caso, y sólo en este caso, debieran haber ido a Madrid armados de números y con ellos demostrar, como parece demostraron palpablemente, que estas provincias españolas, proporcionalmente a las restantes, no deben pagar tanto como estimaba el Ministro de Hacienda defendiendo los intereses del Estado, sino la cifra que ustedes proponían, de la que también ¡qué vergüenza! han claudicado, transigiendo débilmente en un millón injusto, evidentemente, a su propio juicio.

Nuestra conducta como españolistas ya se sabe cuál se ría: felicitar a los Comisionados; eso que, pensando más radicalmente, admitido el mote, sobraban comisionados y sobraban Conciertos Económicos.

Pero pensando y probando como vascos, que es como debieran haber pensado y probado, no hacían falta números, sino patriotismo y firmeza para presentarse al Gobierno español y decirle: Los vascos saben que no debieran pagar nada al Estado español y que, si en la actualidad pagan, es por un estado de cosas injusto, que no es el de derecho de los vascos. Por la misma razón dicen que es también injusto todo aumento en el cupo y que no quieren admitirlo.

Nacionalistas como somos, y como no podemos menos de ser, nuestra conducta está muy definida e inconfundible.

Si al Gobierno español le parecía imposición este lenguaje, calcado en el espíritu puramente vasco, nada de discusiones impropias en asuntos cuya verdad está claramente definida, la conducta de la Embajada Vasca no debiera haber sido otra que volver a su país cuya representación ostentaban, con la frente erguida, satisfechos por el cumplimiento del deber.

Luego, si el País hubiese aprobado esa conducta vasca, quedaba al gobierno la determinación de venir a cobrar por la fuerza. Y creemos que somos hermanos de aquellos nabarros que desparraman energías de alma vasca en la Gamazada. Y la Patria de ayer hubiera resucitado hoy conociéndose a sí propia y conociendo a España.

Si el país, por el contrario, después de haber sido indigno de su libertad, se hubiese degradado hasta el punto de no merecer ni ser esclavo y pisoteando su grandeza y su alma pretendía fundirse en otro pueblo entregándole a discreción su hacienda, sus hijos, su ser, su personalidad característica, su Dios, y desaprobaba y maldecía la digna conducta, peor para él; la contestación de los Comisionados no era otra que dimitir y que ese pueblo nombrase otros representantes, representantes apropiados a un pueblo de parias, de idiotas viles, de cobardes, de almas muertas, de espíritus enfermos, afeminados, metalizados, degradados; un pueblo deshonrador de una raza a la cual, los no exentos de dignidad, se avergonzaban de pertenecer.

Santi Meabe, Aberri, 15 de diciembre de 1906.

Maiz'tar Prantzesko (Francisco de Ulacia), "Organización" (Euskalduna, 15 de diciembre de 1906)

Organización

El entusiasmo, la perseverancia, la fuerza del espíritu, la solidez de tendencias y la intensidad de los deseos, son excelentes condiciones para que la voluntad de una Junta directiva o de una delegación de un partido, pueda resplandecer a lo lejos e influenciar en la colectividad.

Pero el prestigio personal y ciertas condiciones sociales como la riqueza, son también importantísimas y ayudan poderosamente a la voluntad que ha de dirigir y encauzar nuestros sentimientos políticos. La categoría social también es importante. Bajo las mismas condiciones, la voluntad de un ministro es de mayor transcendencia que la de un subsecretario; la de un patrono mayor que la de un obrero.

Y el Partido Nacionalista Vasco que no ha contado para su organización aprobada con estos elementos de poden nace pobre, a pesar de su voluntad honrada y firme.

Se ha dado, pues, un gran paso, a mi juicio, para el progreso del Partido Nacionalista, con su amplia organización, pero este paso podía haber sido gigantesco si el programa hubiese aparecido suscripto por valiosos elementos vascos de intachable consecuencia política, como ya indicó Euskalduna en su artículo de fondo.

Aún creo yo que es tiempo de poner remedio a estas deficiencias. A la Junta constituyente corresponde este trabajo que debiera intentar con amplio criterio, sin intransigencias de ninguna clase. Hay algunos elementos entre las fuerzas vivas de este país que aman la nacionalidad euskara y que sabrían cumplir en todas sus partes el programa aprobado.

Hágase este último esfuerzo por el bien de Euzkadi.

Maiz'tar Prantzesko (Francisco de Ulacia), Euskalduna, 15 de diciembre de 1906.

Manifiesto del PNV aprobado en la Asamblea de Elgoibar (1908)

Manifiesto del PNV aprobado en la Asamblea de Elgoibar (1908)

Amenazada de muerte la nacionalidad vasca por el peligro de muerte que sufre la raza, a punto de desaparecer su idioma y adulterados su espíritu y tradición, el Nacionalismo Vasco aspira a purificar y vigorizar la raza, a depurar y difundir el euskera, hasta conseguir que sea la única lengua de Euzkadi, y a purificar el espíritu y esclarecer la tradición del Pueblo Vasco, encaminándose sus trabajos en cuanto a este fin:

A) A que el Pueblo Vasco siga, fervorosamente, las enseñanzas de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, como las siguió y observó en tiempos pasados, con exclusión absoluta de toda doctrina condenada por la Iglesia Católica.

B) A que vuelvan a imperar los buenos usos y costumbres olvidados, fomentando los que se conservan y combatiendo los exóticos y perjudiciales.

C) A que las instituciones políticas, jurídicas, económicas, etc., características del Pueblo Vasco, vuelvan a tener vigencia y acción, amoldadas, en cuanto sea necesario, a la realidad de los tiempos actuales.

D) A que las letras y las artes que sean manifestación de la nacionalidad vasca, adquiera vida robusta.

Como norma de su modo de obrar y proceder en estos órdenes de acción, se atendrá a los preceptos de la pura Moral Católica, conforme con lo que la propia constante Tradición ha sancionado.

En cuanto a la Tradición histórica de Euzkadi depende sea depurada con plena imparcialidad de los errores que en ella han introducido sus enemigos, y que se complete en cuanto sea posible.

Como medio eficacísimo para todo ello procurará fomentar la solidaridad más firme entre los pueblos e individuos de raza vasca, en todos los órdenes de la vida, mediante la sólida enseñanza del pasado y del presente en Euzkadi, y la educación sinceramente patriótica de sus hijos, hasta lograr crear en nuestra tierra un ambiente en que sólo pueda desarrollarse lo netamente vasco.

Su terreno de acción es Euzkadi, o sea las regiones todas del País Vasco que se denominan Araba, Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y Zuberoa, solar de la raza vasca; pero ello no quita el que la acción de la solidaridad abarque con sus beneficios y obligaciones a los individuos vascos, naturales u originarios de ellas, que habitan en tierras extrañas.

Habiéndose identificado en la Historia esas hoy aspiraciones del Partido Nacionalista Vasco con una situación política actualmente abolida y coincidiendo la paulatina extinción de los expresados caracteres y personalidad nacional de Euzkadi con la desaparición de sus instituciones políticas que no son, si bien se examina, más que una manifestación de la personalidad vasca en tal ramo de la actividad humana, al par que su salvaguarda más eficaz, el Partido Nacionalista Vasco quiere la restauracion completa en Araba, Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y Zuberoa de sus antiguas leyes fundamentales y el restablecimiento de sus Juntas Generales o Cortes legisladoras y de todos los organismos de Gobierno y administración de aquellas derivados. Y pide, y trabajará hasta conseguirlo, que esas Juntas o Cortes y organismos funciones de nuevo, investidos de los mismos derechos, poderes y facultades que les asistieron en las épocas de su vida plena.

Como consecuencia de ello pretende, especialmente, la derogación, por lo que hace Araba, Gipuzkoa, Nabarra y Bizkaya, de la ley de 25 de octubre de 1839, y, en cuanto a Laburdi y Zuberoa, de las emanadas de los poderes de la Revolución Francesa de 1789, y, en general, de todas cuantas otras leyes y disposiciones hayan sido dictadas por los Gobiernos de Madrid y París que en algún modo lo impidan, amengüen o coarten el libre funcionamiento de aquellas Juntas o Cortes y la ejecución de sus legítimos mandatos.

Aspira, por tanto, el Nacionalismo Vasco, en el orden político, a retraer la situación política de Euzkadi a lo que era un hecho en tiempos anteriores a las fechas en que esas disposiciones atentatorias contra su constitución política fueron promulgadas.

El Partido Nacionalista Vasco se ajustará en todos los actos de su propaganda a los preceptos del régimen legal vigente.

Como síntesis que concreta y armoniza en un lema esos dos órdenes de aspiraciones sociales y políticas del Partido Nacionalista Vasco, reseñadas en los dos párrafos precedentes, adopta el lema formado por el gran patriota Arana Goiri'tar Sabin, que en euskera se expresa diciendo: JaunGoikua eta Lag¡-Zarra (Dios y Ley Vieja).

Manifiesto y organización del Partido Nacionalista Vasco, aprobados en la Asamblea Nacionalista celebrada en Elgoibar el día 18 de octubre de 1908, sin datos.

La Patria de los vascos ("Kizkitza" Engracio Aranzadi, , 1910)

kizkitza

Engradio Aranzadi "Kizkitza" ( 1873-1937)

La patria de los vascos

Quiere decirse con esto que allá donde exista una sangre y una lengua, aparecerá necesariamente una nación sobre un territorio, brotando como frutos de su actividad, instituciones a cuyo amparo se gobierna.

La unidad de sangre constituye la raza. Llámense razas a los grandes grupos de familias unidas por identidad de cualidades físicas e inmateriales. Forma la raza, como producto de la sangre, el vínculo o lazo de unión más fuerte que existe en la tierra, aislando y separando a sus miembros de los otros grupos étnicos, por diferencias que, como nacidas de las entrañas mismas de la naturaleza, subsisten en el ser y en la acción mientras subsiste la raza.

Ésta es el alma de la nacionalidad, el nervio de la nación, su vida; y cuantas señales de actividad da la nación, descubren modos de ser o manifestaciones de la raza. La más espléndida es el idioma, distinto de una nación de otra, porque distinta es la sangre que las nutre. Y no exceden de esta categoría las instituciones y formas de gobierno, pues se reducen a medios que para lograr el fin social ha creado la raza, dictados por su genio y aptas para ella y sólo para ella. [...]

De todo lo expuesto se deduce que el pueblo vasco, no sólo es pueblo de una raza, sino pueblo de una raza muy singular; no sólo es pueblo de una lengua, sino pueblo de una lengua muy singular; que no sólo tiene instituciones propias muy singulares, y finalmente, que no sólo posee territorio propio, sino que tiene territorio singularmente propio. Lo que patentiza que el pueblo vasco, no sólo es una nación, sino una nación singularísima. Mas si, como antes hemos visto, patria es la nación en cuanto amada con amor inteligente y eficaz, síguese, necesaria y fatalmente, que Euzkadi, nación perfecta, es la patria de los vascos, desde el momento que sea amado por éstos en la forma dicha. Y nosotros no podemos negar nunca a Euzkadi el homenaje de nuestro ardiente e inquebrantable afecto, coronándolo de esa suerte con la diadema de patria de los vascos.

De esta doctrina brota otra conclusión importantísima. La patria es una, como la nación, y no pueden darse a una Sociedad dos patrias grandes, ni dos pequeñas, ni una grande y otra pequeña. Si la patria es la misma nación amada, la posesión simultánea de una patria grande y otra pequeña supondría la fusión de dos naciones, mejor dicho, la negación de la nacionalidad, porque ésta nace de una sangre, una lengua, unas constituciones y un territorio. Por otra parte, la nacionalidad no puede medirse como la materia, y sólo debe su mayor o menor perfección a la mayor o menor determinación de sus notas constitutivas y propiedades, a la mayor o menor limpieza de aquellas unidades.

Resumiendo cuanto llevamos expuesto, resulta que la Patria de los vascos es Euzkadi, según antes hemos declarado, y que esta Patria es única como la nación que se deriva.

Kizkitza, La patria de los vascos, San Sebastián, Imprenta de R. Altuna, 1910.

"A qué aspira el nacionalismo vasco (Napartarra, 8 de enero de 1911)

A qué aspira el nacionalismo vasco

Napartarra, como defensor de la doctrina nacionalista vasca, aspira, respecto a Euskadi o sea, los ex estados todos del País Vasco que se denominan Álaba, Guipúzkoa, Nabarra, Bizkaya, Laburdi y Zuberoa, solar de la raza vasca, en el orden religioso a que todos los vascos sigan fervorosamente las enseñanzas de la Iglesia Católica, Apostólica, Romana, con exclusión toda doctrina condenada.

En el plano político a obtener la derogación por lo que hace a Álaba, Guipúzkoa, Nabarra, y Bizcaya, de la ley de 25 de octubre de 1939 y en cuanto a Laburdi y Zuberoa de las que dictó la Revolución francesa de 1789, así como de todas las disposiciones a dichas fechas, que en lo más mínimo hayan mermado, desconocido o coartado los legítimos derechos del País Vasco.

Y en el orden social a restaurar los buenos usos, costumbres, instituciones jurídicas, económicas, etc., propias del pueblo vasco combatiendo los exóticos perjudiciales a que las letras y las artes que sean manifestación de la nacionalidad vasca adquieran vida robusta, y a vigorizar la raza y difundir el euskera hasta que sea la única lengua de Euskadi.

Dichas aspiraciones se concretan en el lema formado por el gran patriota Arana Goiri'tar Sabin que en euzkera se expresa diciendo JAUN-GOIKOA ETA LEGE-ZARRA (DIOS Y LEY VIEJA).

Concretando a nuestra vieja Navarra las salvadoras doctrinas del Programa Nacionalista Vasco que Napartarra acepta y viene a defender, sintetizaremos claramente nuestras aspiraciones o ideales.

JAUN-GOIKOA

Para Navarra, para los navarros, para nosotros lo primero es Dios. [...]

LEGE ZARRA (LEY VIEJA)

Después de Dios, lo esencial para Navarra es defender sus leyes viejas, las que así propios se dictaron los pueblos nabarros, primero ante el consejo de los ancianos, por medio de nuestras venerandas Cortes después [...].

Queremos obtener, por los procedimientos legales, la restauración del derecho que conservó Nabarra hasta el año 1839 adaptándolo Nabarra misma sin injerencias extrañas a las necesidades actuales de los tiempos, sustituyendo, por ejemplo, los tres brazos de nuestras Cortes en forma que estén representadas en ellas todas las fuerzas sociales que hoy existen en Nabarra. [...]

iGORA EUZKADI!

¡Cuán grato es el saludo a la madre! Ya somos tres, y quiera Jaun Goikoa que con la aparición del Arabatarra se lancen los cuatro ex estados vascos de aquende el Pirineo a la defensa de Euskadi. [...]

Napartarra, Pamplona, 8 de enero de 1911

Manifiesto del Partido Republicano Nacionalista Vasco (Askatasuna, 5 de febrero de 1911)

Manifiesto del Partido Republicano Nacionalista Vasco (1911)

Este manifiesto que exponemos a la consideración del Pueblo Vasco, resumen corto de nuestras aspiraciones, es voz de unión y llamamiento patriótico para todos aquellos que, siendo vascos y nuevos patriotas sueñen, para Euzkadi, con un régimen basado en tradicionales orientaciones, hoy, por desgracia, olvidadas, en una Patria que se distinguió durante muchos siglos por su amor a la Libertad. Y este amor a la Libertad debe de ser bandera de combate por salvar la hegemonía y personalidad característica de nuestra raza que siempre vivió libre de perjuicios de secta. Venimos, pues, dispuestos a la lucha, unidas nuestras almas por un solo deseo: queremos el Estado Vasco culto, tolerante y progresivo de pasadas épocas.

Consecuencia de nuestro amor a la libertad, entendemos que la transigencia más amplia para todo lo que se relacione con la cuestión religiosa ha de ser una de las más firmes bases en que se apoyen, sólidamente, los esfuerzos que hemos de realizar, pues se incurre en un absurdo muy grande al pretender que el sentimiento religioso sea el mismo entre todos los vascos y que la comunidad de dichos sentimientos sea también indispensable para el logro de nuestras aspiraciones. La Libertad de cultos existe en las más poderosas naciones europeas sin que por esto padezca en nada su firme unidad nacional ni haya servido tampoco de inconveniente alguno entre otros pueblos como Irlanda por ejemplo, para que todos los patriotas se unan bajo la bandera de un mismo ideal político.

Somos partidarios de la separación de la Iglesia y del Estado y de una absoluta independencia entre ambos poderes.

Procuraremos desarrollar un régimen de cultura intelectual amplísimo, pero dentro de esa sana moral y buenas costumbres que brotan siempre que se predica el respeto y el amor a nuestros semejantes como lo hacen hoy los más cultos centros de enseñanza; sin oponernos, guiados siempre de nuestro amor a la libertad, a que se establezca la enseñanza religiosa particular.

En cuanto se refiere al orden político nuestro programa se concreta en muy breves frases:

Deseamos la soberanía absoluta de nuestras Cortes legislativas; esto es, que los vascos puedan volver a regirse y administrarse por si mismos con sus "Fueros, privilegios, franquezas, libertades, buenos usos y costumbres", es decir, todo el régimen privativo de este ilustre y apartado Solar, dictando para ello todas sus leyes y reglamentos. Por esto consideramos ocioso, como se ha hecho hasta ahora, citar fechas y pedir la derogación de determinadas leyes que destruyeron nuestras libertades.

No puede, pues, darse mayor claridad y concesión a nuestros deseos. Y constituidas nuestras Cortes, en posesión el País Vasco de su soberanía peculiar, los elementos republicanos nacionalistas vascos, llevarán a ellas, para su aprobación, leyes progresivas inspiradas siempre en los adelantos modernos, leyes que contribuyan a la riqueza y engrandecimiento del país, procurando el desarrollo y protección de su Industria, de su Comercio y de sus Bellas Artes.

Para resolver la cuestión social nos inspiraremos en los planes de reforma que procuran el mejoramiento moral y material de la clase obrera y que hoy tienen en estudio las naciones más progresivas y cultas, evitando el crimen social de que haya vascos que padezcan hambre y desconozcan los derechos más elementales de organización.

En nuestras relaciones sociales hemos de procurar la concordia y armonía con todos los elementos extraños al país. De lo que sí protestamos es de que estos elementos traten de tomar las riendas de nuestro gobierno, privando a los naturales de Euzkadi de los puestos que como administradores y gobernantes les corresponden. Esto no puede molestarles a los hijos de otros países. Al amparo de nuestras sabias leyes vivieron muchos de ellos y lloraron con nosotros la desaparición de nuestras libertades con las que llegaron a encariñarse.

Estos y otros proyectos que no es posible detallar en un breve manifiesto son los que nosotros propondremos a nuestras Cortes legisladoras, inspirándonos siempre en el progreso moderno y rechazando del fuero viejo todas aquellas leyes que pueden ser obstáculo para que nuestro Estado federal vasco se desenvuelva en sentido progresivo.

Hemos también de dedicar preferente atención al desarrollo de nuestra lengua milenaria, de ese magnífico idioma que forma parte de nuestro espíritu de raza, no descansando hasta que sea del dominio de todos los vascos, y declarándola, cuando el caso llegue, lengua oficial de Euzkadi.

He aquí, en términos generales, el programa del Partido Republicano Nacionalista Vasco, programa tolerante, progresivo, deseoso de que Euzkadi figure en el concierto de los Estados más civilizados del mundo.

Una cosa hay que nos unirá a las derechas nacionalistas y que nos hará caminar al compás y que constituye la esencia en la actualidad, esto es, el común deseo de reconquistar la soberanía de nuestras Cortes Legisladoras.

Vean, pues, los vascos, aquellos que aman de veras a su tierra, la necesidad de cobijarse bajo nuestra bandera, que es la bandera republicana de la Federación y del progreso.

Askatasuna, 5 de febrero de 1911.

"El nacionalismo no es un partido" (Engracio Aranzadi, 1913)

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Engradio Aranzadi "Kizkitza" ( 1873-1937)

El nacionalismo no es un partido

Para prevenimos y alejar el peligro de que se aplique el concepto "partido" a los nacionalistas y a su programa; para que jamás se pueda sostener nuestra conformidad con que el ideal de la libertad vasca y de la reorganización patria, el Ideal nacional vasco, acabe en un programa de partido y de bandería, hemos de borrar de nuestros escritos esta palabra, raíz de embrollos, fea y desprestigiada, por otra parte. Y en nuestras meditaciones, pláticas, razonamientos y discursos, hemos de prescindir de ese concepto, inadecuado en su totalidad, en su plenitud, a la Comunión Nacional Vasca [...].

No hay en el nacionalismo una nota particularista ni una tendencia de escuela. Tan amplio es su objeto que ni aun la misma calificación política le es aplicable, porque política en su propia y elevada acepción, significa gobierno de la muchedumbre, y el nacionalismo se extiende no sólo al elemento director y a las reglas directivas y al mismo movimiento de la colectividad hacia la prosecución de la prosperidad pública, sino que principalmente se dirige a las entrañas, al alma, al espíritu nacional para robustecerlos en las sendas de la vida vasca, después de una purificación radical. No se detiene el nacionalismo en el modo de ser vasco, sino que desciende como a su propio centro al mismo ser, para apurar, en sus pliegues mas íntimos y actuar sobre sus fibras más primordiales en armonía con las ansias y originarios anhelos de la raza. [...]

Su acción es nacional y por ello la Comunión patriota es propia y exclusivamente nacional. Cuando ella triunfe sobre el espíritu, hoy adulterado, del pueblo vasco, y venza las resistencias que luego sigan oponiéndose al advenimiento de la libertad vasca, y ésta brille en el territorio patrio, podrán entonces surgir para nuestro bien o nuestro daño los partidos vascos. [ ... 1 Mientras tanto, y mientras exista una comunión que lucha por la reconquista del alma y de la libertad vascas, esta Comunión nunca descenderá a la ruin categoría de partido. [...]

Un partido puede y debe subordinar sus fines y su misma existencia a los más eminentes de Dios y de la Patria, amores siempre armónicos, nunca divorciados. Pero una Comunión católica, como la nacionalista, que sólo persigue el bien general religioso y el bien general patrio, cuyos únicos amores son Dios y Patria, debe marchar sin detenerse, arrollando todos los obstáculos y triturando a su paso a los partidos cuando traten de detenerla en su salvador avance. Que nada existe sobre Dios y Patria y por ningún lado pueden surgir para los católicos deberes cuyo cumplimiento les infame por traidores a su nación.

Engracio Aranzadi, Euzkadi, 5 de febrero de 1913.

"Lección ejemplar y sangrienta" (Engracio Aranzadi, 16 de mayo de 1916)

 Lección ejemplar y sangrienta

A nadie se oculta, en tierra vasca, que el movimiento nacionalista es de carácter popular. Las clases adineradas y los grandes industriales, se han opuesto en toda ocasión a su avance, encontrándose, los patriotas, entre la oposición de ordinario brutal, de la plutocracia y el encono de las masas republicano-socialistas.

De haber hallado en nacionalismo vasco, entre los elementos pudientes de Bizkaya una sombra de la protección que el catalanismo encuentra en el mundo de los negocios de Cataluña, otra fuera la situación del país en orden a sus intereses morales y materiales.

Con alguna nobilísima excepción, los ricos de Bizkaya han entendido que los penosos y a la par dulces deberes del patriotismo, no les obligan. Los desheredados, los pobres, los que, en la esfera de los bienes materiales, a penas recibieron nada, y nada tienen, por ello, que perder, ésos están forzados a sumar penas y penas, sacrificios y sacrificios. Viven del dolor de la privación, del dolor del trabajo incierto y mal remunerado, y han de cargar, con todo, con los dolores de la patria y con las supremas angustias de una nacionalidad sobre la que cerró la noche de la muerte. Los pobres, que nada pueden, deben hacerlo todo. Ellos, que nada tienen, deben defenderlo todo.

Los poderosos, en cambio, creen hallarse exentos de cargas. Nacieron, según parece, para gozar y para triunfar sobre los desvalidos, y sobre los mismos patriotas cuya abnegación les irrita. Que, no contentos con desoír el llamamiento de la sangre, una en millonarios y en labradores, y con negar la fácil colaboración de su óbolo, halló el nacionalismo en los privilegiados de la patria la oposición y guerra encarnizadas que detienen su avance.

Imaginaban que existe incompatibilidad entre el triunfo del ideal y la prosperidad de sus negocios. Imaginaban que no discurren por el mismo cauce los intereses materiales y los morales de un pueblo. Pero ¿quién ignora que la justicia es fundamento de la vida y, por ello, de engrandecimiento, así en el orden económico como en el nacional?

Donde puede surgir y donde surge la incompatibilidad, bien lo pueden averiguar en las presentes circunstancias, los que vivieron, hasta hoy, frente a nosotros. Patente aparece esa incompatibilidad, como fatal consecuencia de un odio cordial étnico, en los proyectos fiscales, presentados por el Gobierno a las Cortes Españolas, cuya aprobación provocaría la ruina de la riqueza bizkaina.

Esos proyectos de leyes redactados por la malquerencia racial con que se nos distingue a los vascos, habrán de abrir los ojos a las buenas gentes que nos combatían por revolucionarios. Porque revolución más honda, más disolvente, más odiosa, por injusta y por brutal, que la anunciada en esos proyectos, atentatorios a la equidad, al sentido común y a la legalidad vigente, no es posible preparar.

A su siniestra luz podrían ver los capitalistas de Bizkaya lo que el porvenir les tenía reservado. El que se cumpla o no, depende de ellos. De todos modos, la lección es ejemplar y sangrienta.

Engracio Aranzadi, Euzkadi, 16 de mayo de 1916.

"Resolución en favor de la autonomía" (Euskadi, 17 de julio de 1917)

Resolución en favor de la autonomía

En estos momentos solemnes en que todas las regiones de España afirman su aspiración a una autonomía fecunda que les permita desenvolver su actividad sin enojosas trabas que esterilicen los más nobles esfuerzos, las Diputaciones vascongadas, que administran los intereses de un país que en todo tiempo hizo gala de mostrar los rasgos característicos de su personalidad y que dentro del estado actual de cosas, y hechas las salvedades debidas vienen a ser sucesoras de aquellas Diputaciones forales de inolvidable memoria, contra cuya desaparición se formularon las más respetuosas, pero enérgicas protestas, vivas hoy como en el instante en que se causaron, no pueden menos de levantar su voz, y dentro de aquella corrección y aquel orden que fue siempre norma de sus actos declarar que, para el desarrollo de cuanto está encomendado a su dirección y a su amparo, necesitan, no sólo consolidar y arraigar la autonomía de que disfrutan, sino ampliarla y robustecerla para ponerla al abrigo de todo intento que, sin atacar directamente al fondo de la misma, venga, de hecho, a mermarla y a privarla de eficacia.

Unánime en esta aspiración, que es la aspiración del País, y lo es, no sólo ahora, y circunstancialmente sino con carácter de permanencia, de que dan testimonio las manifestaciones que se producen siempre que surja un motivo de oportunidad, las Diputaciones vascongadas no se considerarían fieles a su mandato si no consignasen en estos instantes solemnes la declaración que por el presente acuerdo formulan y no se la transmitiesen a los dignos representantes en Cortes del País Vasco, los cuales son los llamados a mantenerla y defenderla ante los Poderes Públicos. Con celebérrima frase, muchas veces repetida, se ha proclamado que nuestras libertades, como todas las que engendra y crea la Historia, aprovechan a los que las disfrutan y a nadie dañan.

Esas libertades son las que pedimos en nombre del País Vasco obra de la historia y de las virtudes y condiciones de la raza; esas libertades cuyo regulado es la demostración más solemne de que se hallaban admirablemente ajustadas al carácter del pueblo que las practicó, fueron con la laboriosidad de los moradores de esta tierra la causa principal de la prosperidad.

Si necesarias fueron en todos tiempos, cuando la actividad de los vascongados se movía en esfera relativamente reducida, son más que nunca indispensables hoy que se ha producido una tan vigorosa expansión de todas las modalidades en que se manifiesta la laboriosidad de la raza, y tiende ésta, como es legítimo y justo, a obtener la recompensa merecida por sus esfuerzos.

Las Diputaciones están seguras de que su voz será escuchada por todo el País y secundada por quien tiene la obligación de hacerla valer ante los Poderes Públicos, los cuales han de reconocer a su vez que no es justo desoír los clamores de un pueblo que cuando no tuviera en su abono, como tiene, sacratísimos e imprescriptibles derechos históricos, podría invocar como fundamento de sus reclamaciones, el uso que, con satisfacción de los propios y admiración de extraños, ha sabido hacer de la autonomía limitada que hubo de reconocérsele, aun en las circunstancias más críticas y tristes de la historia, y cuando parecía derrumbarse todo lo que constituía su peculiaridad, ante la fiereza con que la combatían y cuantos elementos se conjuraron en contra suya.

Fundándose en las consideraciones precedentes, las Diputaciones de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, acuerdan por unanimidad:

Primero. Solicitar de los Poderes Públicos, dentro de la unidad de la nación, (1) así para las Diputaciones como para los Municipios, una amplia autonomía que esté en consonancia con las constantes aspiraciones del País.

Segundo. Comisionar a los presidentes de las Diputaciones de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, para que en fecha próxima convoquen a los representantes en Cortes en un punto que al efecto se determine y les hagan entrega del presente acuerdo, no sin recomendarles de un modo eficaz que hagan valer ante los Poderes Públicos los deseos del País Vasco.

Resolución en favor de la autonomía adoptada por las Diputaciones de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava en la asamblea celebrada en Vitoria en julio de 1917, Euzkadi, 17 de julio de 1917.

"Pocas palabras" (Euzkadi, 18 de agosto de 1917)

Pocas palabras

Bien quisiéramos dedicar el comentario que exigen y las reflexiones que piden, a los sucesos de los pasados días. Hay razones, sin embargo, fácilmente comprensibles, que ponen en estas circunstancias un límite a las expansiones de la pluma. Tiempo hay por delante y materia de sobra que, Dios mediante, procuraremos agotar cuando pase el régimen de censura.

Hoy, pocas palabras, y éstas de ardiente protesta contra la anarquía suelta que, desde primera hora del lunes, pretendió hacerse dueña de Bilbao y de toda la zona industrial de Bizkaya, consiguiéndolo hasta el momento en que la aplicación saludable de la fuerza puso freno a los desmanes revolucionarios.

Conste también la condenación vehementísima que nos merece a las gentes honradas ese monstruoso atentado, el tristísimo suceso de la Peña, al que la justicia humana esperamos no dejará de aplicar la sanción proporcionada.

Protestamos, con Bizkaya entera, contra el desbordamiento del terror anarquizante; contra el cierre violento de comercio, contra el paro impuesto a la circulación de ferrocarriles y tranvías, al trabajo de fábricas y talleres, aun los más indispensables para la subsistencia de la población angustiada. Contra los asaltos, contra los saqueos aislados de huertas y heredades.

Con esto nos ceñimos, por hoy, a interpretar el sentido de nuestro pueblo, del pueblo honrado indignado ante lo que ha presenciado en estos días inolvidables, hasta que la dura e inevitable represión surgió para acorralar eficazmente a los enemigos de la disciplina y de la paz social.

Editorial, Euzkadi, 18 de agosto de 1917.

"En defensa de la pureza doctrinal" (Jesús de Gaztañaga, Aberri, 15 de diciembre de 1917)

En defensa de la pureza doctrinal

¿Cuáles son las aspiraciones del Nacionalismo Vasco?

Concretamente: La vida plena de la nacionalidad vasca en todos sus aspectos. La independencia absoluta de la nación vasca.

Las aspiraciones del Nacionalismo tienen dos aspectos: social uno, político otro.

Constituimos una nación y todas las del mundo por ser obra de Dios y de la naturaleza no están sujetas a las leyes de los hombres; todas tienen los mismos derechos aunque idénticos destinos; unas viven en la plenitud de su bienestar, y otras sufren la avaricia de los grandes Estados modernos. Entre estas últimas se halla Euzkadi, aunque en verdad no sea un gran Estado el que nos tenga sometidos.

Nuestro derecho es indiscutible. El Pueblo vasco constituye una nación y Euzkadi, como dijo Sabino, es la Patria de los vascos. Nuestras características nacionales son tan manifiestas que es imposible confundir al vasco con el español o con cualquier otro pueblo. El vasco es y sólo puede ser vasco en cuanto a su nacionalidad.

Sabino expresó este concepto así: La nación es un producto de la Naturaleza; el Estado es obra de los hombres. Ningún hombre puede cambiar de nación aunque quiera. A ningún vasco puede hacérsele de nación española o francesa ni a tiros de cañón; como ningún español o francés podrán ser vascos. ¿Por qué? Porque España y Francia son naciones latinas y el vasco no es latino, sino... vasco.

En razón a los derechos de nuestra nacionalidad, aspira el Nacionalismo vasco en el orden político, "a la independencia del pueblo vasco, del cual dos antiguos Estados obedecen al poder francés, y los otros cuatro a la soberanía española", y en el orden social "a la afirmación de la potestad soberana que a cada una de las características nacionales reconoce el derecho".

Para ello pretende vasquizar el territorio patrio e inculcar en las inteligencias vascas la verdad Patria, creando una conciencia nacional capaz por su firmeza de hacer a Euzkadi digna de la libertad que gozó en otras épocas.

Es decir, que el Nacionalismo vasco no habrá triunfado hasta conseguir la hegemonía de las características patrias en la nación vasca y la independencia de los ex Estados vascos.

Más claro: lograr la independencia de Euzkad¡; teniendo sus hijos plena conciencia de sus deberes y de su patriotismo; librar espiritualmente a la Patria de la influencia exótica, afirmar la plenitud en el uso del idioma; usos, costumbres, en su tradición, arte, etc. y conseguir la misma vida plena, soberana para sus instituciones legislativas, judiciales, defensa nacional, etc.

Crear, en una palabra, la Confederación euzkadiana, con los Estados vascos libres e independientes, y que los vascos respondan al sentimiento de nacionalidad que ha afirmado la grandeza y felicidad de otros pueblos que nuestra Patria vio nacer.

¿Está claro?

"Euzkadi —dijo Sabino— ama justamente su libertad, sus leyes, sus costumbres, su tradición, su idioma, su religión, su territorio, sus hijos, sus intereses, su integridad. No amar nosotros una de estas cosas, o no odiar una de las que a ella se opongan, es no ser buen patriota, es infringir el principio moral que nos prescribe hacer el bien."

Esta es la mejor y mas clara definición de la aspiración nacionalista.

Errores nacionalistas

Sentada la aspiración nacionalista, según el testamento de Arana-Goiri, no podemos admitir los errores nacionalistas que aparecen intermitentemente en la Prensa de nuestra Comunión.

La semana pasada leímos esta afirmación. "El Nacionalismo vasco aspira, ya se forme en Euzkadi un sólo Estado nacional vasco, ya tantos Estados nacionales vascos como en la historia se constituyeron; a que éstos o aquél vivan unidos al Estado español por el vínculo confederativo de los pactos, por virtud de los cuales se incorporaron los Estados vascos a la Monarquía de España y ésta juró respetar."

Este atentado, a la pureza de la doctrina nacionalista, no lo podemos admitir ni siquiera tolerar.

Euzkadi, Patria de los vascos no ha estado jamás unida a España, ni voluntaria, ni involuntariamente hasta el 25 de octubre de 1839.

Hasta esa fecha, Euzkadi peninsular, se regía libremente, salvo rarísimos contrafueros cometidos por los señores y reyes de nuestros Estados, reyes a la vez de los Estados españoles.

Jesús de Gaztañaga, Aberri, 15 de diciembre de 1917.

"Al Pueblo Vasco" (Euskadi, 25 de octubre de 1918)

Al Pueblo Vasco." Manifiesto del Euzkadi Buru Batzarra

El ideal nacionalista es posible, es la realidad de la nueva era que la paz abre a la humanidad. Y no es la realidad atávica y antisocial que las plumas mercenarias del imperialismo de los fuertes y del imperialismo ridículo, de los que no se pueden tener en pie, anunciaron como consecuencia ineludible del triunfo nacionalista. Se presenta la realidad nacionalista, salvando a Europa y al mundo de la disolución de la Gran guerra. [...]

A todos los vascos

Con el nacionalismo universal triunfan los nacionalistas vascos, pero su gozo no es exclusivo. Con los vascos nacionalistas, están seguramente sus hermanos de todo matiz que ponen su filiación vasca sobre todo su título terreno. Estos hermanos nuestros, que sueñan con la independencia de los polacos, de los armenios o de los irlandeses; que están con ellos porque conocen sus penas, sus trabajos y sus dolores de los años que pasaran para no volver, reservan, sin duda, para su pueblo y para su raza, para la raza y el pueblo vascos, que tanto han sufrido, una parte de fervor, de la exaltación noble, de la admiración, del dolor purificador y del entusiasmo que han prodigado, entre los que no son sus compatriotas.

Bien está la solidaridad internacional, mas no puede darse sin solidaridad previa nacional. La solidaridad del dolor es bella, pero la solidaridad del dolor, de los vivificados por la sangre, nos une con vínculos mas apretados.

Los vascos no nacionalistas que demandan la libertad de Polonia, la libertad de Armenia, la libertad de Irlanda, han de recordar, en los momentos en que las nacionalidades todas comparecen para formular, ante el mundo, sus demandas de justicieras reivindicaciones, que la más antigua de las nacionalidades europeas, la que presenció los triunfos y caída de Aníbal, la gloria y ruina de Roma, la formación, desenvolvimiento y disolución de los imperios de Carlo-Magno, de Carlos V y de Napoleón, es precisamente la suya, fue Santuario de la Libertad cuando la libertad política era un mito en el mundo y que por ello los estadistas ingleses, norteamericanos y franceses llegaban al Roble de Gernika en busca de luz y fortaleza.

Pero esa libertad, a Dios sólo debida, se nos arrebató villanamente. Aprovecharon el momento en que nos vieron débiles para matar la independencia de la tierra vasca peninsular. Las Juntas Generales y Diputaciones formularon y mantuvieron ante el Gobierno español su ardiente protesta contra la ley de 25 de octubre de 1839 que realizó esa obra infame. Y habiéndola mantenido los vascos, hasta nuestros días, a pesar de la ingratitud de los tiempos, ¿la olvidaremos ahora? ¿Alzarán los brazos ante un enemigo indigno, los vascos traicionados en Bergara, pero nunca vencidos? ¿Nos rendiremos cuando triunfan los polacos y los txecos, los armenios y los yugo-eslavos; cuando vencen todos, en 1918?

Euzkadi, 25 de octubre de 1918.

Los representantes vascos en el Parlamento (Diario de sesiones de Cortes, 13 de diciembre de 1918)

Los representantes vascos en el parlamento

Elseñor presidente: El señor Epalza tiene la palabra para apoyar su proposición.

El señor Epalza: No es fórmula retórica, ni hora de gastarla, el decir que al levantarme a defender nuestra proposición me siento abrumado por el peso de una enorme responsabilidad. Esta responsabilidad consiste en que esa proposición, por su fondo, por espíritu, lleve condensadas las aspiraciones de todo un pueblo, de una nacionalidad, la más antigua de Europa, de una nacionalidad que ha visto formarse a todos, los pueblos modernos, que vio formarse y morir a muchos de los antiguos; puedo decir que es la aspiración de todo un. pueblo, porque aunque el matiz, la forma moderna llamada nacionalista por medio de la cual nosotros la defendemos, no alcance unanimidad absoluta entre los vascos, el fondo, como digo, la sustancia, el espíritu están en la mente y en el corazón de todo vasco peninsular, de todo vizcaíno, alavés, navarro o guipuzcoano, que no haya renegado de su casta y de su sangre.

... Ya indiqué, ayer que nuestra gran coincidencia con el problema planteado por los catalanes, era precisamente la cuestión de oportunidad, porque entendemos nosotros que cuando se derrumban tantas cosas, cuando se agita el mundo de las ideas, como se ha removido el suelo durante la guerra, cuando tantas cosas se levantan nuevas o renovadas —porque de nuevo hay mucho poco en el mundo—, cuando hay que fabricar a toda prisa sustitutivos para lo que ha perecido, todo problema vital, todo problema esencial o que por tal se tenga, debe ser planteado y debe aspirarse a que sea resuelto ahora.

La quietud en estas cosas y en esta circunstancia puede parecer síntoma de muerte, y cuando un enfermo no puede moverse, al sobrevenir un temblor de tierra, como ahora, corre gravísimo peligro de perecer. Si observamos, si podemos observar con tranquilidad los acontecimientos que ahora se están desarrollando en el mundo, veremos inmediatamente que lo que cae, lo que se derrumba, es lo artificial, mejor dicho, lo artificioso, lo ficticio, lo Que no tiene su razón de ser en la naturaleza misma de los hombres y de las cosas, aunque tuviera en su abono el prestigio de los siglos y el amor o el interés que muchas veces es más fuerte que todo lo demás, de muchos miles de individuos; pero lo que tiene su raíz y fundamento en la naturaleza misma, eso queda, a pesar de todo, eso pasará a través de la tempestad, con daño de quien lo combata, eso seguirá presidiendo en los tiempos futuros el desarrollo de la vida. Y es indudable que una de las cosas que no pasarán, que han quedar a pesar de todo, son los pueblos mismos, las nacionalidades que lo constituyen; modificados quizá, más aproximados y más respetuosos probablemente los unos con los otros, como aleccionados por el pasado hasta que el transcurso de los tiempos y la condición humana, voluble y olvidadiza, que también eso tiene su fundamento en la naturaleza, provoque nuevas injusticias, nuevas ambiciones y, como consecuencia, nuevos cataclismos.

Uno de los principios que han sido no sólo conservados sino glorificados, enaltecidos, como templados al fuego de la hoguera, es el principio de las nacionalidades. El principio de que todo pueblo, grande o pequeño, con características propias, tiene reconocido derecho a regir su propia vida , porque las nacionalidades que por este principio se rigen, son una verdadera individualidad, una individualidad colectiva y una individualidad colectiva natural, porque no procede de la voluntad humana ni de sólo los acontecimientos, sino que procede de la voluntad suprema, que por medio de la diferenciación de las razas lo formó y de los hechos históricos que viene a caracterizarlos. Y esto quedará.

La nacionalidad, el fundamento de la nacionalidad, y conste que no voy a exponer aquí la teoría porque todos la conocéis, consiste en la raza, la lengua, las instituciones tradicionales y el territorio, porque el alma de la nación es la raza; su expresión de la lengua, su carácter está formado por el desarrollo de sus instituciones a través del tiempo, y ese territorio es el medio en que la nación se desenvuelve. Dondequiera que encontremos un grupo de hombres, grande o pequeño, que reúna estas características, tendremos una nacionalidad, y hoy, toda nacionalidad que no esté sumida en la barbarie, tiene reconocido, por lo menos teóricamente, el derecho a la propia vida.

Si aplicamos este principio a Euzkadi, sólo una gran ignorancia, una mala fe inexcusable y, más frecuentemente, un apasionamiento extraordinario, porque los apasionamientos suelen ser los que producen las cuestiones más graves y de solución más complicada, puede negar a los vascos el derecho a llamarse nacionalidad, con todas las consecuencias que del título se derivan.

Nuestra raza, realidad innegable aunque haya sufrido en algunas regiones mezclas de que ninguna raza está exenta; nuestra lengua antiquísima, clásica entre las inclasificables, perseguida artera y sañudamente por vosotros, abandonada por las clases altas de nuestro país, que allí, como en tantos sitios, han traicionado al pueblo; nuestras instituciones democráticas, enormemente democráticas, sobre todo, en Vizcaya y Guipúzcoa, pero con una democracia más alta y pura, exenta de la hiel a la democracia moderna, ha infiltrado la revolución, porque eran anteriores en siglo a los abusos que originara la revolución, y nuestro territorio, en que jamás habitó una raza que a la nuestra despojara, nos constituyen en un tipo tan completo, tan acabado, tan perfecto de nacionalidad que junto a la nuestra no hay ninguna, llámese como se llame y esté dondequiera, que pueda disputarnos la primacía.

Y señores, hay gentes que se escandalizan y, lo que es más grave, que se escandalizan de buena fe cuando oyen hablar a los vascos de opresión ese escándalo produce porque el país, una parte del país, está materialmente próspera y vienen a decirnos: "Sois ricos ¿de qué os quejáis?" Señores, cuando yo digo cosa semejante, cuando veo que se exhibe en esa forma una concepción tan materialista de la vida, cuando veo un desconocimiento tan profundo del problema, no puedo menos que pensar que un Estado en donde hombres que dicen, y sobre todo que piensan tal cosa, ocupan cargos y puestos quizá preeminentes, en la política, es un Estado que padece un gravísimo peligro de perdición, que es que no solamente desconocen la realidad viva de nuestra cuestión, sino que no hacen absolutamente nada para estudiarla y comprenderla todos esos que fingen o forjan o provocan exaltaciones sentimentales, Dios sabe para qué; algunos, indudablemente, de buena fe, y otros cabe la sospecha de que quieran encubrir con ellas mezquinos tinglados políticos.

Cuando se formulan por tales hombres esas exhibiciones de inconsciencia y se cree que pueden echarse en cara una prosperidad más o menos real y más o menos ficticia, más o menos accidental, más o menos debida a las circunstancias, pero que en el fondo no procede de otra cosa que de la riqueza natural del subsuelo y del carácter enérgico, trabajador, arriesgadísimo de los vascos, unas veces favorecidos y otras contrariados por las circunstancias, se producen los efectos desastrosos que ellos no ven ni comprenden; en el pueblo vasco, donde el problema nuestro tiene su raíz y su fuerza en el obrero, en el agricultor, en el pescador, ni más rico ni más pobre que en otras partes, pero que ve la enorme incomprensión, además de la injusticia con que se le trata, y que piensa que  gentes que así juzgan o que así dicen juzgar de su problema, no están capacitadas para gobernarles, aunque fueran y no lo son, quienes tuvieran derecho a: hacerlo.

Señores, yo quisiera, aunque desdiciendo un poco de los términos generales en que estas cuestiones pueden plantearse, quisiera citar algunos botones de muestra de la situación que nuestros hombres ven, lo que les entra por los ojos; esos hombres que ven que su lengua no es admitida en ningún Centro oficial; ven que no pueden emplearla ni en los tribunales ni en los actos de fe pública, porque si antes había en el Reglamento notarial un artículo, incumplido muchas veces, que obligaba, como es natural, a los notarios a conocer la lengua del territorio donde ejercían su función, hoy ese artículo se acaba de suprimir: es un indicio del progreso de los tiempos. Cuando vemos que se comete el crimen —que es un verdadero crimen, y no sólo contra nacionalidad, sino también pedagógico— de traer maestros de instrucción primaria a pueblos donde los niños ignoran el castellano, ignorando ellos el vasco, lo cual tiene que calificarse de crimen pedagógico en todas partes, porque lo primero que se consigue es que los niños tomen horror a la instrucción, a lo que no entienden; cuando ven que la cosa más pequeña, más accidental, se persigue, se encarcela, se molesta —y a propósito de esto voy a citar un hecho, porque hoy mismo acabo de recibir una carta que de él trata—; acaso no lo creáis, señores diputados, pero hoy, en el distrito de Guernica, el juez de Guernica está procesando a nuestra gente por delitos electorales supuestos cometidos en la elección de marzo; el procesamiento ha venido en diciembre, y más parece relacionado con las elecciones futuras que con las elecciones pasadas, cosa verdaderamente enorme, pues son ocho o diez los procesados ahora mismo y han sido cien o ciento cincuenta los pescadores a quienes se ha obligado a ir desde Bermeo a Guernica a declarar, preguntándoseles a algunos, según me dicen, hasta por quién han votado (un señor diputado: Pues hay otros, jueces que no han procesado todavía); cuando se ve todo eso, señores, no se pueden extrañar las estridencias que a veces allí surgen, porque es el pueblo mismo el que se ve incomprendido y el que colectivamente ve despreciados sus sentimientos, además de ser pisoteados sus derechos colectivos.

Hay que fijarse también en que cuando ahora en el siglo xx se habla de opresión, no se quiere significar que los individuos de un pueblo vean sus bienes saqueados, o que sean ellos vendidos o tratados como esclavos; no, ésta era la forma de opresión hace siglos y no en todas partes; lo que se quiere decir es que este pueblo ve desconocida su personalidad nacional, ultrajado su derecho, proscrita su lengua, eso es lo que se quiere decir. En este sentido se habla modernamente de los pueblos oprimidos, como se ha hablado refiriéndose a algunos de los que han figurado en la contienda mundial.

¿Y puede consentirse, en bien de todos, señores que continúe el statu quo ni un momento más? ¿Puede consentirse que nosotros, que nos hemos gobernado a nosotros mismos hasta ayer —y estas no son invenciones nuestras, sino realidades bien conocidas— sigamos sujetos, contra la voluntad del pueblo, a un Gobierno que no es vasco, a un Parlamento que no es vasco, a unas leyes que no son vascas, a una lengua que no es la nuestra, y cuyo uso exclusivo y opresivo está matando a la nuestra, porque tiene todas las preeminencias, todos los monopolios, todas las utilidades de nuestra propia casa? Ya veis, señores cómo podríamos protestar contra la situación actual y pedir ante el mundo civilizado que cesara el statu quo, que cambiara inmediatamente la situación de las cosas.

... Después de lo que acabo de decir, señores, creo que de nosotros se podrá decir cualquier cosa menos que inventamos, ni que nuestra doctrina es un subproducto de la guerra. No hay derecho a decirlo, si no quiere desacreditarse el que lo diga. La guerra ha acelerado nuestro problema, lo ha  agotado, como ha acelerado y agitado todos los problemas pero no ha hecho más. No se puede desconocer hoy que la cuestión vasca es una realidad viva y palpitante en el corazón del pueblo, una realidad, que el día de mañana, y ese mañana quizás esté muy próximo, quiera Dios que no, puede ser sangrientamente trágica. Nosotros hemos querido buscar una solución, si era posible, amistosa a este problema, y por eso presentamos esta proposición de ley. No pretendemos con ella, ¿cómo vamos a pretenderlo?, que todas las cosas vuelvan en nuestros país al ser y estado que tenían en 1839. El tiempo pasa, hay realidades que se imponen, y nosotros, los vascos, somos, ante todo hombres de realidades; lo que pretendemos es llegar al estado jurídico anterior al 39, para, en uso de nuestro perfecto derecho, modificar las Constituciones, ajustarlas a los tiempos modernos, ponerlas al día, corro vulgarmente se dice. Y esto no es ni unionismo ni separatismo, ni patriotismo ni antipatriotismo, que de esto del patriotismo se podría hablar mucho; no sé si tendremos ocasión de hacerlo o no; esto es, sencillamente, una restitución, un acto de justicia, o puede ser una medida de alta política, que se haga de grado y a tiempo. ¿No queréis? Pues ya habéis visto, ya sabéis, y no hacía falta que lo recordara, que nuestro derecho es indisputable; que no hay Tribunal en el mundo ante quien ese pleito, si se planteara, no fuera ganado con costas; eso es evidente. ¿Qué queréis? ¿Prolongar el statu quo?, Podéis hacerlo. Yo no tengo la misión de convenceros de que nosotros podemos disponer en un momento de fuerza para hacer prevalecer nuestro derecho; ¡desgraciado en este mundo del derecho que no tiene fuerza a su lado para poder prevalecer!, pero, mirad, yo tengo que hacer una observación: creo que mientras no resolváis en justicia la cuestión vasca, en vuestras horas graves no podéis tener un momento de tranquilidad, porque, como dice un proverbio francés, "las bayonetas pueden servir para todo menos para sentarse encima”. Pero vamos a ver. ¿Es que no colaboramos los vascos con vosotros antes de 1839? ¿Por qué no habíamos de colaborar ahora en una forma igual o parecida? ¿No se ha invitado a las efusiones de cariño, de amor? ¿Por qué no podía haberlas si respetaseis nuestro derecho? ¿ No se ha hecho aquí una enumeración elocuente de todas las glorias que nos son comunes? ¿Qué no habían de reproducirse? ¿Quién se opone a ello? Lo único que puede oponerse es vuestra conducta, es el recuerdo, cada vez más vivo y doloroso de la expoliación; lo único que puede oponerse es esa propuesta continua, latente en el corazón del pueblo entero; son las Diputaciones y los Ayuntamientos todas las entidades del país, las que protestan contra la destrucción de nuestras constituciones forales, las que protestan del incumplimiento del pacto, que debió ser sagrado para vuestros reyes, y que debe ser sagrado para vosotros, los que parecéis representarlos o aspiráis a ser testamentarios suyos. Permitidme que lo diga sin ánimo de molestar a nadie pero tengo que decirlo.

Aquí se fabricó el separatismo cubano, aquí se incubó el separatismo filipino, aquí se ha forjado el separatismo catalán, y aquí, aquí, con las leyes abolicionistas, con el desconocimiento más completo de nuestros derechos, se ha formado, no el nacionalismo, sino el separatismo vasco. Y para atizar el fuego se suma a todo eso, esta política desatentada, vosotros decís que lo es; esta Administración vergonzosa, también lo confesáis; el espectáculo de estos Gobiernos de altura o de cabotaje (no lo digo por éste que, en todo caso, sería de salvamento, y es mucha honra para los miembros del actual Gabinete) el espectáculo de estos Parlamentos formados, como decís vosotros, a medida que los tinglados políticos y disueltos a su conveniencia, con un régimen que, como vosotros decís, no es monárquico ni republicano pero reúne los inconvenientes de todos para formar una gran vergüenza que nos va a llevar a una catástrofe. A mí no me asusta estridencia ninguna, ni en pro ni en contra de mis ideas, cuando coincide con un amor acendrado a las mías o a las contrarias; pero me asusta, me alarma, hasta una reticencia cuando veo en ella signos inequívocos de odio. Y si la cuestión catalana estaba madura (y ya habéis visto el aspecto que va tomando su madurez), la cuestión vasca empezaba a pasarse hace tiempo. Hay en ella irisaciones morbosas que es preciso evitar, que nosotros desearíamos ver desaparecer, pero que solamente pueden desaparecer haciendo justicia mediante la restitución de lo nuestro. Y debo decir también, aunque la confesión me perjudique, que si el odio no ha surgido todavía en «euzcadi», es porque el pueblo, con su visión de la realidad, ha comprendido que el principal culpable de sus desventuras era, él mismo, por su inconsciencia, por sus divisiones y, a veces, por su cobardía. Por eso, en cuanto pareció que la atmósfera aclaraba, purificada por la catástrofe mundial, los que hemos querido a toda costa evitar esas explosiones de odios, rompimos, la tradición del partido nacionalista, opuesto a enviar representantes al Parlamento español, y vinimos dispuestos a buscar una solución de armonía y a procurar una solución de concordia dentro del respeto a nuestros derechos.

Nos invitó el Gabinete anterior del señor marqués de Alhucemas a que, expusiéramos nuestras pretensiones y, naturalmente, nosotros, hombres prácticos y poco parlamentarios, entendimos que se nos invitaba a algo práctico, de finalidad positiva, no a un debate teórico, en que nuestra inferioridad era manifiesta y la pérdida del tiempo no menos evidente; por otra parte, la orientación venida de América, en aquella cuartilla que tuvo la atención de leernos el señor conde de Romanones, también nos invitaba a esperar algo. Y cuando ahora nos encontramos con que, a pesar de todo ello, ni siquiera se piensa tomar en consideración nuestra proposición, comprendemos que la invitación del señor marqués de Alhucemas era una amable preterición para no complicar otras cuestiones; y la orientación de América..., todavía no hemos visto de qué latitud procede. Si no queréis hacer justicia, está bien. Pero conste que os oponéis al derecho y a la voluntad de un pueblo. No quiero pronunciar en estos momentos palabras que pudieran sonar a amenaza. Pero, en fin, el día en que se toquen las consecuencias, no podréis llamaros a engaño.

Yo celebraré, señores, que si se desecha nuestra proposición, no sea porque en el fondo no estéis sustancialmente conformes, en reconocer nuestro derecho, sino por la firma del doctor que no era calificado para ello; que sea porque el Gobierno se prometa resolverla deotro modo aunque estoy seguro de que no puede tener otra solución, pero mirad que (después de deciros tantas cosas que han podido ser más o menos desagradables para vosotros, tengo derecho a que creáis en mi sinceridad), nosotros, la inmensa mayoría de los vascos, sentiríamos profunda amargura en el fondo del corazón sino por cuestión por la cuestión catalana o por cualquiera otra cuestión, fuera a resucitarse en el Occidente del Mediterráneo a ese hombre enfermo que acaba de morir, en el Oriente. ¡Eso podía ser el desastre de todos!

Diario de las sesiones de Cortes, nº 108, págs. 3558 a 3565, 13 de diciembre de 1918.

"Bizkaya ha comenzado a entrenarse" (Aberri, 21 de diciembre de 1918)

Bizkaya ha comenzado a entrenarse

Toda solidaridad Y obra de concordia está rota. Nuestros diputados, como los catalanes, ya lo dijimos no tienen nada que hacer allí. Y —terminábamos aquel artículo— una vez enmudecidos ellos, nuestros parlamentarios, tomaremos la palabra nosotros, los patriotas. Y la lucha será a fondo.

He aquí el verdadero significado de lo acaecido el domingo en nuestra villa. La ocasión fue la reunión de los de legados de los Municipios vascos. El ambiente lo caldearon cuatro viles hijos espúreos de Euzkadi. El chispazo lo dio la brutal actitud de la policía, con sus jefes a la cabeza, dando ejemplo de barbarie. Pero por sobre todo esto está la otra realidad, anunciada proféticamente por nuestro querido amigo el diputado por Barakaldo, al tiempo que 
revista por nosotros. Ante tanta sordera para escuchar las voces que reclaman justicia, Euzkadi quiere prepararse para hacérsela de su propia mano, desesperada de obtenerla legalmente.

Y el domingo comenzó el entrenamiento, con unas pocas guerrillas (eso sí bravas). Por eso, por ser un acto de entrenamiento, fueron pocos grupos los que sostuvieron el choque principal. Y, para qué negarlo. ¡Estamos muy satisfechos del ensayo! Como preludio fue hermoso. [...]

Sólo hemos de lamentar como consecuencia de la gloriosa jornada del domingo las molestias que sufren queridos compatriotas heridos y presos, bien sabemos todos que con injusticia manifiesta.

Sin embargo, no importa: En estas luchas de Patria no hay semilla más fructífera que la sangre que se derrama generosamente.

Aberri, 21 de diciembre de 1918.

"A los obreros vascos" (Euskadi, 29 de diciembre de 1918)

"A los obreros vascos."
Manifiesto de la Federación de Solidaridad de Obreros Vascos

Necesidad de la asociación

Los tiempos modernos hacen de la asociación una necesidad imperiosa. Y a ti, obrero vasco, nos dirigimos para que te cerciores de esta verdad. Si no estás asociado, toda dilación en efectuarlo te será perjudicial por estar expuesto a que un desalmado patrono abuse de tu debilidad individual y a que no se cumplan las buenas condiciones de trabajo que dictan las leyes de legislación obrera.

Y si estás afiliado a otra organización que no sea Solidaridad de Obreros Vascos, es un grave error que debes subsanarlo inmediatamente.

Siendo como eres obrero vasco, Solidaridad de Obreros Vascos es la única colectividad obrera que guardará tu dignidad, por la que serás libre y te hará buen ciudadano. Guardará tu dignidad, porque no te obligará a renunciar tu fe de cristiano católico-apostólico-romano; serás libre, porque en las Agrupaciones de Obreros Vascos se rige el obrero por el obrero mismo; y, por último, serás buen ciudadano, porque estas Sociedades son la salvaguardia de nuestra condición de vascos, y la cultura y doctrinas que en ellas se infunden tienen esencialmente ese carácter. Su acción es social-obrera eminentemente vasca.

Ni políticos ni revolucionarios

Las Agrupaciones de Obreros Vascos, no pertenecen a ningún partido político; son organismos independientes, y pueden integrarla todos los obreros que tengan algún apellido vasco hasta el cuarto y profesen la Religión Católica, sin obligarles a hacer declaración de si son jaimistas, nacionalistas, integristas, etc.; no son socialistas, ni revolucionarios, ni anárquicos; son la unión profesional de los trabajadores vascos, no al servicio del patrono, sino a las órdenes del interés racional de clase.

Frente a una masa de trabajadores desordenada, antisocial y antivasca, era indispensable constituir otra que contrarrestase y anulase a la primera. Las Agrupaciones de Obreros Vascos no defienden la lucha de clases por el odio de clases, sino la armonía de sus intereses respectivos, guiada por los dictados del sentido social; con lo cual, si en ocasiones coincidiera con algunas otras Sociedades en solicitar legalmente mejoras justas, en la mayoría de los casos nuestras Sociedades serán un dique a las intemperancias político-sociales y escudo contra la frecuente rapacidad del patrono.

Modelo de asociaciones

Las Agrupaciones de Obreros Vascos, por una cuota de pesetas, 1,30 mensual, brinda a sus afiliados la asistencia médica gratuita; Secretariado para las consultas de legislación obrera, etc.; Bolsa del Trabajo para la colocación de obreros parados; gran Biblioteca para ilustración del obrero; dispone de duchas para su higiene; espléndido domicilio social en sitio céntrico, amén de fuerte indemnización por fallecimiento (500 pesetas) y socorro en caso de enfermedad (2 pesetas diarias). Además, algunas de las agrupaciones tienen establecido el "Seguro contra el paro forzoso".

¡Conque a asociarte ahora mismo, hermano obrero!

Euzkadi, 29 de diciembre de 1918.

Oligarcas y ciudadanos (Jesús de Sarría, 1919)

Oligarcas y ciudadanos

La muerte de los dioses

Coincidiendo con la pérdida, primero parcial y luego total, de sus instituciones propias, comenzó en el País Vasco un proceso de desintegración ciudadana que ha estado a punto de extinguir nuestras dotes naturales de civilidad.

Bizkaya fue acaso la parte del País donde el proceso corruptor de la ciudadanía presentó señales más palpables, estigmas más humillantes.

Durante largos años la degradación política se enseñoreó de nosotros. Bilbao adquirió capacidades para la organización caciquil. Las preocupaciones ciudadanas, el instinto civil de nuestros mayores fueron sustituidos por la inercia del pueblo y por el dominio abusivo de determinados elementos poderosos. No había opiniones sinceramente sostenidas, ni partidos que respondieran en realidad al concepto que ese nombre representa. Había empresas que se asociaban para dominar conciencias, y conciencias sumisas que obedecían fácilmente.

Habíamos dejado los vascos de ser lo que supimos siempre ser maravillosamente: ciudadanos libres.

No sería justo dejar de hacer aquí una excepción. Frente al compadrazgo de las casas poderosas que se distribuían amigablemente los beneficios de la explotación caciquil, vivió una rebeldía. Las extremas izquierdas residentes en el País, y compuestas en parte de castellanos, sin creer inspirarse en el derecho vasco ni sentirse voluntariamente continuadoras de la tradición democrática de nuestra nacionalidad, se rebelaron, sin embargo, contra la degradación que padecíamos. Por eso, a pesar de no obrar dichas izquierdas como mantenedoras de la soberbia ciudadana del País, les debemos gratitud. Porque fueron ellas durante un tiempo la única manifestación de ciudadanía que tuvimos, la única muestra de dignidad que se presentó en tierra vasca en épocas vergonzosas de nuestra historia. [...]

Así fuimos y así somos. Así seremos siempre. Y los que vengan a nuestra tierra y se vinculen a ella serán también, lo quieran o no los oligarcas; señores de sí mismos, ciudadanos libres de un pueblo libre.

¿Cómo extrañarnos, pues, de la guerra a muerte hecha por los oligarcas al nacionalismo?

¿Cómo extrañarnos de que hayan pretendido establecer una barrera entre el nacionalismo y las extremas izquierdas?

Es muy natural que lo intenten. En el equívoco de que el nacionalismo y las izquierdas son incompatibles pretenden las oligarquías encontrar un último recurso que permita la perduración del régimen que satisface sus ambiciones.

Seríamos imbéciles si les dejáramos explotar ese equívoco. No es verdad que ninguna aspiración de las clases irredentas sea incompatible con el nacionalismo vasco. Al contrario, el nacionalismo vasco es y tiene que ser liberación. Todo régimen restaurador de la libertad y derechos vascos tendrá que ser forzosa, necesariamente, una limpia democracia. Así es la nacionalidad y así somos y seremos siempre los nacionalistas: ciudadanos orgullosos de nuestros derechos. Y no lo ocultamos. Clara y francamente lo anunciamos.

No es tampoco cierto que el nacionalismo rechace a los castellanos que han venido o vengan a nuestro País. Los que han venido o vengan a nuestro País cordialmente, a ser partícipes duraderos de nuestra suerte favorable o adversa son nuestros. Toda nacionalidad vincula a los elementos que se injertan en ella.

Nosotros vinculamos a la nuestra a quien venga con efusión a tierra vasca y quiera fundirse con nosotros. Queremos marchar unidos y en cuanto a nosotros, los nacionalistas, sea una u otra la resolución ajena, la nuestra es terminante: trabajaremos por todos. En nuestro anhelo no caben estrecheces. Los que combaten por un ideal son siempre generosos y humanos. El nacionalismo vasco no odia ni rechaza. Ama, ama mucho, nada más. Y tiene siempre los brazos abiertos, y más abierto aún que los brazos, el corazón.

Jesús de Sarría, Oligarcas y ciudadanos, Bilbao, Álvarez, 1919

"Nacionalismo vasco e independencia vasca" ("Axe" Luis de Eleizalde, Euzkadi, 21 de abril de 1920)

Nacionalismo vasco e independencia vasca

Sea esto lo que fuere, es un hecho inmediatamente comprobable que dentro del Nacionalismo Vasco la cuestión de la Independencia es perfecta y lícitamente opinable, que esa cuestión es de la que se llaman "libres". En realidad, en ninguna de sus Asambleas Generales ha hecho la Comunión Nacionalista declaración alguna sobre ese punto. Tampoco sobre el librecambio. Ni sobre República o Monarquía. Somos los escritores quienes, libremente y bajo nuestra responsabilidad personal, hemos hablado, en diversos tonos y sentidos, acerca de esas cosas. Unos en pro, otros en contra. Ni se trata aquí de cobardías y heroísmo, sino sencillamente de diferencias de visión del problema.

En realidad, pues, el Nacionalismo no lleva consigo necesariamente el independentismo Nacionalismo. en el sentido amplio que Puede "ya" tomar entre nosotros esa palabra, equivale a "afirmación de la nacionalidad, y adhesión afectiva y eficaz a ella", y nada más. Opinan los independentistas que esa afirmación y esa adhesión solamente pueden ser eficaces por medio de la independencia. Por lo cual anteponen la Independencia a todo; porque, si bien teóricamente el fin es antes que el medio, en el terreno de los hechos es el medio el que precede al fin. Otros nacionalistas, en cambio, opinan que se puede llegar al fin del Nacionalismo sin el medio de la Independencia. Como el asunto es ampliamente opinable, hay derecho a pensar que unos y otros están equivocados; pero no le hay a negar el verdadero y sincerísimo nacionalismo de unos y de otros.

Creo que nadie se aventurará a predecir lo que resulte, acerca de este punto interesante, de la próxima Asamblea General.

Nos encontramos aquí en presencia de un fenómeno totalmente previsto, de largo tiempo acá, y que suele darse inevitablemente en todo partido popular de doctrina radical: la coexistencia de las dos tendencias "revolucionaria" y "evolutiva".

Porque no hay que ocultarlo: el independentismo es necesariamente y exclusivamente revolucionario. Con el programa independentista, sinceramente profesado, no se va a las Corporaciones, mucho menos a las Cortes de Madrid: quien crea otra cosa es un benditísimo iluso. Con el programa independentista se va, por lo menos, como primera etapa, a unas Pascuas dublinesas, que no son precisamente conversaciones de sobremesa, ni ternezas líricas, ni mucho más acá. Con el programa independentista no se piensa en elecciones, ni en juguetitos de ese género; sino en arrancarse metódicamente el gusto de vivir. [...]

Si, por otra parte, la Comunión cree que debe seguir actuando en la vida del país, yendo a las Corporaciones y a las Cortes de Madrid, es evidente que ni puede ni debe mantenerse un programa independentista. Y si la Comunión se resuelve por estas vías, es necesario a todo trance disipar el equívoco, de una vez y para siempre.

No me permito yo, que no soy nadie, pugnar por esta solución, por la otra o la de más allá: no soy yo quien ha de resolver. Sea cual fuere la solución que autorizadamente se dé, yo la acato desde ahora.

Sólo me atrevo a salir, modestamente, por los fueros de la lógica, haciendo observar que el ser y el no ser se excluyen mutuamente, desde los tiempos del Diplosauro hasta los del señor Lekerika, pasando por los días de Hamlet, príncipe de Dinamarca. Que, si no ha de herrar, es hora de quitar el banco, o que, de mantener el banco, hay que empuñar resueltamente el martillo y las tenazas.

Que, en fin, es hora de sustituir el "dilettantismo" por el patriotismo, y la incoherencia por la lógica.

Axe (Luis de Eleizalde), Euzkadi, 21 de abril de 1920.

Manifiesto del Partido Nacionalista Vasco (1921)

Manifiesto del Partido Nacionalista Vasco (1921)

El Nacionalismo Vasco, tal como el Partido Nacionalista Vasco lo entiende y proclama, es la obra de Arana-Goiritar Sabin.

Arana Goiritar Sabin nos descubrió la verdad patria completa, asentó claramente los derechos de Euzkadi sobre bases inconmovibles, y desarrolló un cuerpo de Doctrina nacionalista que encierra en sí los fundamentos de un sistema político aplicable a la constitución y al gobierno de nuestra Patria, a cuya felicidad aquella Doctrina y su sistema político se encaminan.

Arana-Goiri partió del hecho real y tangible de la existencia de la raza y nación vascas y contrastó la verdad histórica de su libertad originaria, mantenida sin interrupción por los diferentes estados vascos libérrimamente constituidos en el suelo patrio, en el que aún perdura nuestro hogar y que nadie, antes que nuestra raza, ocupó.

Supuesto el hecho real y tangible de la existencia de la raza y nación vascas el Nacionalismo de Arana Goiritar Sabin establece el derecho natural de la nación vasca a conservar y desarrollar su propia existencia y personalidad en un ambiente adecuado de libertad que exige como punto de partida el ejercicio del gobierno propio sin ninguna injerencia extraña, y que es, para todo pueblo consciente de sí mismo, la salvaguardia natural de las características nacionales, raza, idioma, costumbres peculiares, así como el único medio apto para que pueda desarrollar una civilización propia y cumplir los destinos que la Providencia le tenga reservados.

Y supuesto el hecho de la independencia histórica de los Estados vascos, engendrados y desarrollados en plena libertad, el Nacionalismo de Arana Goiritar Sabin reclama para la nación vasca el derecho histórico que le asiste a la herencia de la personalidad adquirida por el solo esfuerzo de sus antepasados, reanudando su vida de libertad en el suelo patrio multisecularmente poseído, y reconstituyendo los Estados históricos que en plena libertad engendró y que perecieron absorbidos, unos por Francia y los otros por España, a fines del siglo XVIII y primera mitad del XIX, respectivamente.

Ambos fundamentos de derecho, el natural y el histórico, se complementan con el de suprema conveniencia que dedujo Arana-Goiritar Sabin de los desastrosos efectos que en el orden físico, en el moral y en el religioso causa la dominación extranjera en nuestra Patria. Y los tres y cuantos puedan alegarse, culminan en la propia voluntad del Pueblo Vasco, voluntad que en Arana Goiritar Sabin tuvo su firmísimo comienzo y que, gracias a su predicación y sacrificio, se ha hecho perdurable en el corazón de la Patria.

En una palabra: Arana-Goiritar Sabin despertó en nuestra Patria la conciencia nacional enseñándole a conocerse a sí misma, y mostrándole el caudal de todos sus derechos despertó su voluntad para que se dispusiese a perpetuar su personalidad íntegra y a regir soberanamente sus propios destinos y le abrió con su doctrina el camino que pueda conducirle a su felicidad.

El Partido Nacionalista Vasco, recogiendo la doctrina nacionalista de AranaGoiritar Sabin en toda su integridad y pureza, proclama ante el pueblo vasco su confesión de fe y aspiraciones en los siguientes extremos:

1.º Euzkadi, la nación vasca consciente de sí misma, es la única patria de los vascos.

2.º Euzkadi, por derecho natural, por derecho histórico, por derecho de conveniencia suprema y por derecho de propia voluntad, debe ser dueña absoluta de sus propios destinos para regirse a sí misma en la forma que estime conveniente.

3.º El Partido Nacionalista Vasco proclama ante Dios y los hombres el derecho de nuestra Patria a regirse libremente y pide su reconocimiento por todas las naciones.

4.º Mientras el reconocimiento de este derecho no sea una realidad, el Partido Nacionalista Vasco, sin dejar de proclamarlo nunca, atenderá por cuantos medios legales estén a su alcance:

a) A la necesidad primordial de conservar y robustecer la raza vasca, base esencial de nuestra nacionalidad.

g) A la conservación, difusión y depuración del idioma vasco Euzkera, signo preeminente de nuestra nacionalidad.

k) Al restablecimiento de los buenos usos y costumbres tradicionales, combatiendo los exóticos que desvirtúan dañosamente nuestro carácter y personalidad.

y) Al fomento de cuanto en el campo universal de los conocimientos humanos tienda a mantener la idiosincrasia de nuestro pueblo y robustecer su personalidad.

5.º Asimismo, el Partido Nacionalista Vasco atenderá cuidadosamente a la educación íntegramente nacionalista del pueblo vasco, necesaria para que en el día del reconocimiento de su libertad pueda asentarla firmísimamente sobre los principios sabinianos siguientes:

a) Los Estados vascos históricos Araba, Gipuzkoa, Laburdi, Nabara, Zuberoa y Bizkaya se reconstituirán libremente: Restablecerán en toda su integridad lo esencial de sus Leyes tradicionales, restaurarán los buenos usos y costumbres de nuestros mayores. Se constituirán, si no exclusivamente, principalmente con familias de raza vasca. Señalarán el Euzkera como lengua oficial.
g) Euzkadi se constituirá, políticamente, por la Confederación de todos los Estados históricos vascos reconstituidos, los que entrarán en la Confederación libremente, sin mengua de la particular autonomía de cada uno de ellos y reservándose el derecho a la separación.

k) Euzkadi, y cada uno de sus Estados libremente confederados, serán católicos, apostólicos, romanos, en todas las manifestaciones de su vida interna y en las relaciones con los demás pueblos, estableciéndose: sobre una perfecta armonía entre el orden religioso y el político, entre lo divino y lo humano; sobre una clara distinción entre el orden religioso y el político, entre lo eclesiástico y lo civil; sobre una incondicional subordinación de lo político a lo religioso, del Estado a la Iglesia.

Como concreción de toda la Doctrina Nacionalista Vasca que Arana Goiritar Sabin fundó y que el Partido Nacionalista Vasco sustenta, este acepta también y hace suyo el lema que aquel adoptó.

Jaun Goikua Eta Lag¡ Zarra (Dios y Ley Vieja)

LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

Los errores del nacionalismo vasco y sus remedios (Eduardo Landeta, 1923)

Los errores del nacionalismo vasco y sus remedios

¿Por qué dejó morir su espíritu nacional?

Es necesario rendirse ante el peso de tanta amarga verdad. Aunque otra cosa se nos diga, no es precisamente por leyes dictadas e impuestas por los gobiernos de Madrid que Euzkadi perdiera su personalidad ante la Historia. Ella se perdió por desidia, por falta de fe en sí misma y de patriotismo en sus hijos; buscaron en la meseta castellana blasones para sus escudos y cintajos para sus pechos; buscaron en tierra ajena aquella libertad que a raudales les brindaba el libro de sus Fueros, profirieron a su suelo el suelo extraño, al que nutrieron con su savia, con sus indomables energías, con su amor; olvidáronse de su tierra apartada, de su vieja Euskalerria, y ésta, debilitándose poco a poco por la falta de apoyo de sus hijos, vio cumplirse en ella el hecho de aquellas palabras que había de pronunciar más tarde lord Sallisbury: "También hay naciones desprovistas de hombres eminentes y de estadistas en quienes pueda el pueblo poner su confianza y que cada vez se acercan más al término fatal de su destino."

No, no debemos proclamar ni enseñar tampoco a nuestros hijos que por la ley de 25 de octubre de 1839 perdiera exclusivamente Euzkadi su originaria libertad, porque eso es falsear la Historia de la Patria y no debemos, ni tenemos derecho a educar a nuestros hijos en el error. No, no deben continuar por más tiempo los nacionalistas escribiendo en sus programas como finalidad de sus aspiraciones la derogación de la ley de 25 de octubre de 1839, porque ello, en los tiempos actuales, no sólo es ridículo, sino que constituye una negación y la patria no está necesitada de negaciones, sino de afirmaciones, y afirmaciones son todas las energías, todas las actividades que se pongan en juego para hacer palpitar en Euzkadi su conciencia nacional, que esto conseguido, todo lo demás lo tendréis por añadidura.

Paréceme, señores, que las conclusiones claras y precisas que hasta el momento presente se destacan de esta Conferencia, son dos:

Una. La de que se deje en paz a Sabino de Arana y a sus prácticas, para propagandas políticas, porque cada momento histórico tiene su hombre y cada hecho su circunstancia.

Otra. La de que debe borrarse del programa nacionalista vasco, como aspiración de esta colectividad, la derogación de la ley de 25 de octubre de 1839 por no ser cierto que con ella perdieran Vizcaya, Álava, Guipúzcoa ni Navarra su originaria independencia.

Si se deja en paz a Sabino de Arana y a sus prácticas, si del programa nacionalista se borra la aspiración a que sea derogada la ley de 25 de octubre de 1839, ¿qué quedará para el nacionalismo vasco?

Pues quedará lo único que corresponde a todo nacionalismo consciente de lo que es nacionalismo y de su deber, o sea, la de hacer resurgir a la vida la personalidad vasca La Nación vasca. La Patria.

Al igual que una escuela primaria vasca o que funcione en país euskeldun, es, o debe ser, no sólo siguiendo las reglas de la más elemental pedagogía, sino, los dictados del sentido común, en un todo idéntica a otra escuela primaria de una nación cualquiera, salvo la diferencia que corresponda por el lugar y ambiente en que desarrolla su labor educativa y a su particularidad de raza y de lengua, así, también, y siguiendo el curso lógico de estas ideas, el nacionalismo vasco es en un todo idéntico al nacionalismo de cualquier otra nación con las variantes correspondientes a su particularidad de historia; de raza y de lengua, y en consecuencia de esto, yo tomo para mí, respetando como es natural toda opinión que se pronuncie en otro sentido, que nacionalismo vasco no es la doctrina de Sabino de Arana ni de otro vasco cualquiera, sino que es la afirmación de la nacionalidad vasca; sino que es la adhesión afectiva y eficaz a su nacionalidad y a cuanto a ésta le pertenezca, que sientan los vascos para su nación.

Eduardo Landeta, Los errores del nacionalismo vasco y sus remedios, Bilbao, Imprenta y Librería J. Santos, 1923.

"La lucha de clases y el nacionalismo" ("Gudari" Elías de Gallartegui, Aberri, 28 de agosto de 1923)

La lucha de clases y el nacionalismo

Esta situación actual de esta sociedad de dos castas es criminal, propia del bandidaje que encuentra su vida en los senderos de Sierra Morena; es anticristiana como la de quienes en nombre de Cristo van a la conquista de hombres con la pistola al cinto y el lazo cazador de negros a la cintura; es antinacionalista, porque nacionalismo es justicia y es libertad y es amor y respeto; y es, en fin, antihumana porque no se concibe que un hombre harto vea a sus pies morir a un hambriento...

¿Qué hacer ante esto? ¿Dibujar esas castas tal como son, en toda su desnudez y crudeza —¡en toda, hemos dicho!—, para corregirlas e igualarlas en la nobleza y el amor como lo hicimos ... ? Ése creíamos nosotros que era el camino acertado. Más acertado, cuanto mayores la cobardía y respetos criminales que asfixian el ambiente de la Patria. Pero "J. de E.", nacionalista, no lo entiende así. Dice que con esto vamos a conseguir abortar esta "fraternidad" sobre la que ha de basarse el nacionalismo. ¡Qué horrorosa confesión...!

No puede un nacionalista quejarse ¡ni señalar! la división de clases existente, que crea una situación de reconocida injusticia, antivasca y anticristiana por demás. ¡Tiene que subsistir fatalmente la tiranía del de arriba sobre el de abajo! Y éste debe dejarse pisotear y morir, si no quiere hacer abortar esa ideal "fraternidad" de "J. de E.". ¡Maldito mil veces el Nacionalismo si tiene que buscar su gloria y su triunfo en una "fraternidad" así entendida!

Ni el Cielo ni la tierra pueden aprobar semejante crimen; crimen amparado hoy por todas las fuerzas y todos los poderes. Por todas, menos por las organizaciones obreras, ni por el nacionalismo, que debe entrar de lleno y con el pecho descubierto en este campo ideal.

"Gudari" Elías de Gallastegui, Aberri, 28 de agosto de 1923.

Pacto de la Triple Alianza (11 de septiembre de 1923)

Pacto de la Triple Alianza

Pacto de amistad y alianza entre los patriotas de Cataluña, Euskadi y Galicia.

Reunidos en Barcelona, el 11 de septiembre del año 1923, en el 209.º aniversario del asalto de la ciudad por los ejércitos de las dos coronas de Francia y España, los representantes de los patriotas vascos, gallegos y catalanes.

I. Pactan solemnemente una alianza para la acción conjunta y la mutua ayuda en la campaña por la libertad nacional de los tres pueblos.

II. Denuncian que el régimen impuesto por el Estado español a Cataluña, Euskadi y Galicia es hijo de las violencias pasadas y de las coacciones presentes, y que está falto de su consentimiento.

III. Protestan de que dentro de la Europa reconstruida según el principio de la libertad de las naciones grandes y pequeñas, Euskadi, Cataluña y Galicia continúen sometidas, en contra de su voluntad, a las instituciones, a las leyes, a la lengua y a los gobiernos que no le son propios.

IV. Reivindican el derecho de las tres naciones a disponer libremente de los propios destinos y a vivir según un régimen de plena soberanía política, sin otras limitaciones que aquellas que, respetando las facultades esenciales de la nacionalidad, sean exigidas por la convivencia humana en la civilización o puedan ser aconsejables por los intereses de orden económico y las realidades de orden geográfico.

V Afirman la voluntad de los gallegos, de los catalanes y de los vascos de conquistar con el propio esfuerzo y por todos los medios lícitos, la libertad nacional.

VI. Proclaman, para el caso de que la personalidad nacional de los pueblos de Cataluña, Euskadi y Galicia siguiese desconocida y pisada por el Estado español, el derecho a la apelación heroica.

VII. Acuerdan: a) Constituir un Consejo de tres delegados, uno por cada nación, que representarán al conjunto de las organizaciones patrióticas de los respectivos pueblos y servirán de lazo de unión entre éstos; b) confiar al Consejo asesorado debidamente en aquello que haga falta, la tarea de establecer los convenios concretos que respondan a la finalidad del presente pacto y que en cada momento las circunstancias puedan exigir.

VIII. Declaran en nombre de los patriotas vascos, gallegos y catalanes que es su propósito unir las voces en el grito de justicia, darse las manos en la propaganda, unir las fuerzas en la lucha y, si es necesario, mezclar la sangre en el sacrificio.

Barcelona, 11 de septiembre de 1923

"La Comunión Nacionalista Vasca ante la dictadura de Primo de Rivera" (1924)

La Comunión Nacionalista Vasca ante la dictadura de Primo de Rivera.
Nota del Consejo Regional de Guipúzcoa

Primera. Que la actuación de la Comunión Nacionalista de Guipúzcoa no ha sido ni es separatista, y que por ello rechaza una vez más, y con la mayor energía, esa acusación insidiosa, desmentida por una lealtad constante confirmada ésta por la línea de conducta que se propone seguir actualmente.

Segunda. Que para desvanecer, no ya todo motivo, sino ni pretexto siquiera, que pueda dar lugar a duda sobre la sinceridad de su conducta, suspende su actuación política y deposita toda su confianza en la excelentísima Diputación de Guipúzcoa, en cuyo seno forman parte queridos amigos nuestros, a quienes rogamos con el mayor encarecimiento continúen en sus puestos y perseveren en sus difíciles tareas, en obviación de los efectos perniciosos que habrían de seguirse a la Diputación misma y a los intereses públicos a ella encomendados.

Tercera. Que, como se desprende de lo expuesto, los nacionalistas guipuzcoanos abrigan la firme esperanza de que la Diputación procurará con la mayor eficacia llevar a feliz término las gestiones conducentes a la consecución, con el mayor grado de beneficios posibles, de alguna de las soluciones (y por encima de todas la foral que en primer término propone) del proyecto de Memoria, al que los nacionalistas guipuzcoanos se adhieren con entusiasmo aun cuando no responda íntegramente a sus íntimas convicciones, [...]

Cuarta. Que habiéndose disuelto voluntariamente algunos de los organismos políticos de la Comunión Nacionalista Vasca de Guipúzcoa, y aun varias sociedades de recreo a las que se atribuía esa significación y hallándose dispuestas a observar la misma conducta otras de análogo carácter que existen con elevadas miras de sacrificio, se deje, sin embargo, a las que actúen con predominio cultural o recreativo en libertad para acordar en este sentido lo que estimen más oportuno y hacedero.

Quinta. Que todas las suspensiones y restricciones indicadas caducarán el día [...] en que los poderes públicos lleven a nuestra Diputación la satisfacción debida a sus anhelos, quebrantándose por este hecho lo condicional, que integra nuestra presente actitud.

¡Quiera Dios hacer fecundo nuestro sacrificio para que en la medida más colmada posible se den las aspiraciones de España hacia su legítimo engrandecimiento, coincidente con el apogeo de las sanas libertades del pueblo vasco!

Por Gipuzko Buru Batzar: Miguel de Urreta.

Euzkadi, 15 de marzo de 1924.

"Constitución del comité de acción de la Libre Alianza (París, 8 de enero de 1925)

Constitución del comité de acción de la Libre Alianza

Los términos de pacto de esta Alianza son:

Los obreros se comprometen a ayudar a los separatistas de Euzkadi y de Catalunya en el establecimiento de las repúblicas independientes de ambos países y los separatistas a darles una situación legal en sus países ya libres; a restablecer en ellos la Constitución, una amnistía a todos los encausados por cuestiones sociales, el sobreseimiento de sus procesos y a dictar una legislación social que les dignifique moral y materialmente, así como a ayudar a las otras regiones de España en la implantación de regímenes de libertad que ellas libremente pretendieran.

Este pacto no quiere decir, sin embargo, que ninguno de los pueblos ni organismos que entren en la Libre Alianza, pierdan su personalidad con todos sus matices, y que el día después de la instauración de las repúblicas de Euzkadi y Cataluña, y tumbado el régimen de España y concedidas las mejoras mencionadas a las clases obreras, no queden los unos y los otros libres de toda ley de compromiso para seguir cada uno su camino, respetando siempre los términos convenidos en el Pacto, sin otro vínculo que los que ellos libremente pudieran imponerse.

Nada más natural que vínculos de esta ley no se hicieran esperar en forma de pactos económicos, políticos o de cualquier orden que fueran, dado el sentido de fidelidad mutua que nacería entre nosotros. No hay nada que despierte tanto este sentido de fidelidad como es de haber luchado y fundido sangre juntos para un mismo ideal noble; como tampoco no hay nada mejor que la guerra para hacernos recordar que sobre todo somos hombres.

Es en este sentido que se pactó la Libre Alianza y que se acordó la revuelta armada y violenta contra el régimen de España, único medio digno frente a los usados hasta ahora en la política, y el único con la eficacia suficiente para remover y despertar todos los valores supremos que hacen falta a un pueblo que tiene que recobrar el sentido de la dignidad y garantizar así su restauración total y auténtica.

París, el 8 de enero de 1925

Conferencia en la sociedad "El Sitio" de Bilbao (Indalecio Prieto, 3 de mayo de 1930)

Conferencia en la sociedad "El Sitio" de Bilbao

Palabras del señor Fatrás

Señoras y señores:

La conferencia de esta noche, a cargo de D. Indalecio Prieto, versará sobre el tema: «Deberes de la democracia vascongada en el presente momento histórico». Creo que ninguna vez como esta puede decirse que nuestro conferenciante no necesita de presentación. Le conocéis todos de sobra y, por consiguiente, se puede uno excusar de hacer su presentación. Porque si yo os dijera que todo lo que es se lo debe a su propio esfuerzo, sin ningún apoyo; que fué concejal del Ayuntamiento de Bilbao; que fué diputado provincial de Vizcaya, y en ambas Corporaciones desarrolló una campaña honrada y laboriosa, dejando sembrados una porción de proyectos, entre ellos ese tan interesante y humanitario como la institución de los Talleres para Lisiados y Tullidos; que por esa labor tan honrada y eficaz en esas Corporaciones fué elegido diputado a Cortes cuatro veces por Bilbao, y en el Parlamento hizo las campañas que todos conocéis, vibrantes y austeras, atendiendo a sus electores en todo aquello que se le pidió y era de justicia; que fué el mejor diputado de Bilbao y que todo se lo debe a sí mismo, eso ya lo sabéis vosotros.

Ahora, yo tengo una sospecha que desearía fuese infundada. Se me antoja que el Sr. Prieto viene a esta tribuna hoy con alguna prevención, precisamente porque es socio de esta Casa y porque quiere mucho a esta Casa. Yo he de decir al Sr. Prieto que esta tribuna -que ya he dicho mil veces es eminentemente liberal- pueden ocuparla y desarrollar sus temas con entera libertad todos los liberales, sean del grupo que sean, en la seguridad de que van a ser bien atendidos. Por aquí han desfilado oradores de tendencias tan opuestas como los conservadores señores Dato, Bergamín y Ossorio y Gallardo; los liberales Moret, Melquiades Alvarez, etc., y los republicanos don Marcelino Domingo, Azcárate y Lerroux. Y el mismo Sr. Prieto, a quien también oímos antes una conferencia.

Aquí se respetan todas las ideas, fueren cuales fueren, y yo ruego al Sr. Prieto que, si mi sospecha es fundada, deseche ese temor que pueda tener, porque sabe que le queremos todos los de la Casa con entrañable amor. (Grandes aplausos.) El Sr. Prieto va a hacer uso de la palabra.

Discurso del señor Prieto

Es obligado que las primeras palabras que haya que pronunciar sean de gratitud para corresponder a las excesivamente elogiosas con que nuestro presidente, mi amigo D. Vicente Fatrás, acaba de hacer mi presentación. Tengo por muy cierto que a más profundidad, a más hondura en el sentimiento, mayor laconismo en la expresión. De manera que con encerrar mi gratitud en dos palabras, simplemente con decir muchas gracias, queda desde luego testimoniada mi gratitud por las que acabo de escuchar. Y con esas mismas he de agradecer también la invitación que me ha hecho la Junta directiva de nuestra Sociedad para ocupar esta tribuna en una serie de conferencias que forzosamente, si la política ha de rendir el obligado tributo a la actualidad, han de versar sobre las circunstancias en que se mueve actualmente la política española. Y tras la palabra metódica, la expresión clarísima, el raciocinio profundo que caracteriza el modo de orar de D. Marcelino Domingo, va mi palabra, que todos o casi todos conocéis, tumultuosa, desordenada, sin sujeción a cánones que dictan muchas veces disciplinas al pensamiento (a las cuales yo no he podido llegar aún), y después de las elegancias de concepto verdaderamente maravillosas que os sorprendieron el otro día al conocer la peculiar manera de expresarse de D. Niceto Alcalá Zamora, va esta palabra mía, tosca, un tanto hiriente, con aristas un poco agudas porque no las ha sabido pulir el arte.

Mas yo no me siento -fuera una manifestación de inmodestia, a la cual no soy muy propenso- disminuido en la personalidad en esta tribuna al comparecer ante vosotros detrás de figuras tan destacadas en la política española, y detrás, singularmente, de dos maestros, cada uno en su estilo, de la oratoria. Es cierto que la única preocupación que me dominaba al entrar en este salón era aquella de que, excediéndome yo en la forma de expresarme pudiera producir aquí, y ello lo sentiría, incidentes de tal naturaleza que fueran como una incubación de disidencias, de disentimientos, de rencillas dentro del ámbito de la Sociedad. Era esa mi única preocupación, por que aunque inferior en medios oratorios con respecto a los Sres. Domingo y Alcalá Zamora me siento igual a ellos en punto a sinceridad.

Las palabras de gran cordialidad que el Sr. Fatrás acaba de pronunciar rompen, nada más que hasta cierto punto, la timidez mía, y me dispongo a usar discretamente de aquel margen amplísimo de libertad que me conceden, desde luego, el prestigio y la tradición de esta tribuna, y que me ratifican de una manera circunstancial, muy alentadora por cierto, las manifestaciones del Sr. Fatrás.

Tenía yo duda de que esta conferencia pudiera celebrarse. La teoría sustentada por el Gobierno y recogida en versiones oficiosas, de que quienes estuvieran ya incursos en un procedimiento sumarial, quedaban inhabilitados para la propaganda política en tanto el sumario se sustanciase, había forjado en mi ánimo la evidencia de que quedaba condenado a un descanso temporal bastante prolongado. He visto en la Prensa de hoy manifestaciones del jefe del Gobierno, en las cuales, sin rectificar de una manera plena, como, a mi juicio, cumplía a hombres que se dicen restauradores del Derecho, se atenúa ese rigor en forma relativamente elástica, de modo que unas veces se autorice y otras veces se deniegue el permiso para ocupar tribunas públicas a quienes procedemos de cierta manera recalcitrante en la crítica de los actos del primer período de la dictadura y vinculamos donde forzosa, inevitablemente aparecerán vinculadas las principales responsabilidades de ese período bochornoso por que ha atravesado España. Pero conocíamos antes de las declaraciones del señor presidente del Consejo de ministros, una manifestación clara de que instrucciones en ese sentido habían sido cursadas a los gobernadores civiles, y esa manifestación la había hecho de modo bien expreso el señor gobernador civil de Guipúzcoa, al justificar en una nota oficiosa la razón de haber prohibido una conferencia que yo tuve anunciada para el domingo último en el Frontón Astelena, de Eibar. El señor gobernador civil de Guipúzcoa, consignó, con reiteración que él se encargó de manifestar, que a mí no me autorizaba en todo el territorio de Guipúzcoa a usar de la palabra porque había unas diligencias judiciales iniciadas con motivo de ciertas palabras, no muy extensas pero muy claras, que yo hube de pronunciar en un banquete que en San Sebastián se celebró en honor del señor Ortega y Gasset (D. Eduardo). Y si hubiera sido el gobernador civil de Guipúzcoa una persona totalmente lega en Derecho, uno de esos hombres reclutados en la zona que pudiéramos llamar aventurera de la política, para ponerle al frente de una provincia, yo hubiese dudado de la lucidez, de la claridad de juicio del señor gobernador civil de Guipúzcoa; mas nos encontrábamos con la especialísima circunstancia de que el Gobierno civil de Guipúzcoa está desempeñado por persona que pertenece a la Magistratura, que ha pasado a ese cargo gubernativo desde la presidencia de la Audiencia de Santander, y no era posible atribuir a un magistrado la ignorancia verdaderamente vergonzosa de que un hombre, no sólo sometido a las consecuencias de una querella fiscal, sino un hombre sobre el cual pesara ya un auto de procesamiento que sobre mí no pesa aún, de que un ciudadano incluso condenado, aunque la condena llevase consigo de un modo expreso la inhabilitación de sus derechos políticos no puede ser privado de expresar su pensamiento. Sólo los muros de un presidio pueden impedir a un ciudadano la expresión de su pensamiento desde la tribuna pública, sólo puede impedirlo físicamente la reclusión, pues no hay pena en ningún país civilizado que, por aflictiva que sea, condene a la privación de expresar libremente su pensamiento. Hasta el presidiario tiene derecho a opinar. (Aplausos.)

Contestación a Martínez Anido

Como yo, principal y anteriormente a orador, soy un periodista, y un periodista es siempre un hombre encadenado a la actualidad, vais a permitirme que antes de entrar en el tema de la conferencia que os ha anunciado el Sr. Fatrás, ventile aquí públicamente un incidente. Lo ventilo aquí, porque ante el eclecticismo del general Berenguer -el mismo eclecticismo que consistió, por abandono de sus funciones, que el general Silvestre, subordinado suyo, fuese el causante de una derrota como la de Annaul- y temiendo que ese eclecticismo, ejercido en forma negativa para mí, me imponga un silencio que ya temía se produjese desde ahora, aproveche con vuestra benevolencia la ocasión para liquidar en público determinado incidente.

He dicho recientemente, en unas manifestaciones que tuvieron en la Prensa española un eco formidable, por mí ni siquiera sospechado, que el general Martínez Anido había sido sustituido en el Gobierno civil de Barcelona como consecuencia de aquella persecución sañuda que puso en trance de muerte al líder sindicalista Angel Pestaña, y de la asechanza verdaderamente vil de que era víctima este ciudadano para ser asesinado cuando se restableciera de sus heridas, a la puerta del Hospital de Manresa. Y dije allí que el Sr. Sánchez Guerra, como presidente del Consejo de ministros entonces, evitó el asesinato de Pestaña, y que al manifestar su disconformidad y su enojo los generales Martínez Anido y Arlegui, fueron éstos destituidos.

El general Martínez Anido, en toda esa Prensa de la derecha que en España se dedicó a alentar, no ya con su silencio, sino con su aplauso, la serie de crímenes ignominiosos cometidos en la provincia de Barcelona bajo el patrocinio, la inspiración y la inducción de la autoridad gubernativa, ha hecho público un largo relato, en el cual pretende desmentir o rectificar esta afirmación mía, y dice que su destitución fué como consecuencia de un atentado que se proyectó contra él. Yo sé de ese atentado bastante más de lo que se figura el Sr. Martínez Anido. Entre el rescate de la vida de Pestaña, que estaba expuesto a ser asesinado en Manresa, y ese supuesto complot para asesinar al Sr. Martínez Anido mediaron muy pocas, escasas fechas. He dicho supuesto complot porque aquello lo organizó la Policía para justificar una represión bárbara, fué uno de esos complots a cuyas características respondió, igualmente, la tragedia que ensangrentó el territorio vasco en las lindes fronterizas de Vera.

Como había hombres llenos de odios justificados al Sr. Martínez Anido, algunos ilusos picaron en el cebo colocado por las bandas de confidentes de la Policía de Barcelona y se aprestaron a cooperar a un complot organizado por la propia Policía en forma tal, que la motocicleta con «sidecar» destinada a la fuga de los individuos a quienes se había catequizado para atentar contra el señor Martínez Anido era una motocicleta de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona. (Rumores.)

Mediante aquel supuesto complot se pretendía afianzar en sus puestos a las autoridades enojadas y disconformes con el proceder del Gobierno.

En el largo alegato publicado por los periódicos de la derecha, y que éstos han recogido con la fruición y la vestimenta de los grandes titulares, con las cuales, en los modos periodísticos suele hacerse denotar la adhesión jubilosa, dice el Sr. Martínez Anido esto, que resulta verdaderamente trágico: que en su gestión sólo se registraron seis atentados de personas ajenas al Sindicato Unico. ¡Sólo se registraron seis atentados de personas ajenas al Sindicato Unico! Para esta contabilidad trágica del señor Martínez Anido no reza el número considerable de hombres asesinados en las calles de Barcelona y en los pueblos de aquella provincia que pertenecían o simpatizaban con ese Sindicato Unico. Para él no hay más víctimas que esas seis. Las demás no pertenecían a la Humanidad.

¿Es que yo no he formulado cargos contra el Sr. Martínez Anido hasta ahora, que ha dejado de ejercer una función oficial? Si alguna voz ha quebrantado el sosiego parlamentario para acusar concreta y rotundamente al general Martínez Anido a raíz de todos esos asesinatos sobre cuyas víctimas la Jefatura Superior de Policía de Barcelona colocaba epitafios zahiriéndolas y evocando un historial a veces falso de sus fechorías; si alguien ha acusado en el Parlamento, he sido yo. Sepa el Sr. Martínez Anido que yo no ignoro que uno de los pistoleros más destacados que hoy, si la indulgencia de la dictadura no le ha salvado del Presidio, estará en reclusión por haber cosido a puñaladas a su amante, Ortet, el del Ramo del Agua, que tuvo conmigo un incidente en el salón de visitas del Congreso, fué a Madrid a ficharme, a conocerme, a «marcarme», con setecientas cincuenta pesetas que le entregó el general Arlegui, jefe superior de la Policía de Barcelona, y subordinado del general Martínez Anido. Ese sujeto, que había cometido los asesinatos a docenas, campaba libremente por las calles de Barcelona; ese hombre, que fué a Madrid con setecientas cincuenta pesetas entregadas por el general Ariegui para «marcarme» a mí, tenía sobre su historial una serie de asesinatos, algunas de cuyas víctimas, antes de expirar, hubieron de decir en las Casas de Socorro barcelonesas que les había asesinado Ortet, no obstante lo cual estaba en libertad.

Además, quien me denunció el caso de la subvención policíaca a Ortet murió también asesinado en las calles de Barcelona a poco de hacerme tan reveladora confidencia.

Para enjuiciar al Sr. Martínez Anido -y voy a dar fin a este incidente- no tengo ni siquiera que herir vuestras conciencias con afirmaciones mías que algunos de vosotros pudierais considerar fruto de un apasionamiento o de una ceguera política.

Acabo de leer un libro escrito por el general López Ochoa, que en aquellos tiempos tenía mando en la guarnición de Barcelona sobre la brigada de Infantería compuesta por los regimientos de Alcántara y de Vergara. Y en este libro del general López Ochoa en la página 45, dice, hablando de Martínez Anido:

«Recuerdo que el año 1922, después de unas maniobras de los batallones de Cazadores de la guarnición de Barcelona, a las que había asistido Martínez Anido, me dijo, hablando con la mayor tranquilidad, después del banquete:

» -¿Que cómo resuelvo yo el problema sindicalista? Cuando quiero deshacerme de un individuo no tengo más que preguntar por él. Esta simple pregunta es ya una orden; a los pocos días este hombre ha desaparecido.»

Yo quedé consternado viendo la tranquilidad con que aquel hombre ordenaba los asesinatos más viles y cobardes, escudado en su cargo de gobernador civil.» (Sensación, rumores y exclamaciones.)

¿Pero es sospechoso el testimonio del general López Ochoa, general con mando en esa época terrorista, en Barcelona? ¿Vamos también a recusarlo, porque circunstancialmente, por disentimientos con la dictadura, este general haya sido perseguido por quienes ejercieron el poder dictatorial, los generales Primo de Rivera y Martínez Anido? Pero no recusará el general Martínez Anido su propio testimonio personal.

Yo he dicho, no ahora, sino en el Congreso socialista, celebrado en junio de 1928, que tenía en mi poder (veo a través de los tachones de la censura, que ayer lo ha evocado también Unamuno en el Ateneo) un recorte del «Heraldo de Zamora». Y el «Heraldo de Zamora», en un número revisado por la censura, relatando un acto público celebrado en aquella capital, al que concurrió el general Martínez Anido, hablando éste ante lo más granado de la ciudad, hizo, entre otras, esta manifestación:

«Yo solucioné los conflictos sociales de Barcelona sin hacer uso de la Policía ni de la Guardia Civil. Lo que hice fué que se levantara el espíritu ciudadano, haciendo que desapareciera la cobardía y recomendando a los obreros libres que por cada uno que cayera deberían matar a diez sindicalistas.»

De manera que si el testimonio mío, por apasionado, puede rechazarse; si es recusable también el del general López Ochoa, tenemos aquí la manifestación del propio general Martínez Anido, hecha públicamente, registrada por un periódico visado por la censura, de que él autorizaba que se decuplicaran los asesinatos en Barcelona, de que patrocinaba el asesinato de diez sindicalistas del Unico por cada uno del Libre que cayera. Y este hombre, con estos testimonios, es el que se ha atrevido a desmentir, en un alegato que mancha de indignidad las columnas de la Prensa derechista, aquellas afirmaciones que yo hice. Con estas palabras dejo ventilado el incidente para entrar en el tema de la conferencia. (Aplausos.)

Paridad y diferencia de circunstancias entre 1917 y 1930

Me interesa muchísimo -éste ha sido el tema de una disertación mía en San Sebastián- la actitud del liberalismo vascongado en el actual momento político. Claro está que me interesa la actitud de todo el liberalismo español; pero, sin ofensa ni demérito para otras regiones, yo tengo la profunda convicción de que en esta región vascongada el espíritu ciudadano es más fuerte, la ciudadanía es más vigorosa. La misma violencia que ha caracterizado nuestras luchas políticas es un signo claro de la sinceridad de los postulados políticos respectivos. Dadas esas singulares circunstancias, entiendo que hay en esta región, como en otras de la periferia peninsular, una mayor vitalidad política, una mayor ansia de romper todos aquellos frenos que constituyen un obstáculo y que suponen una traba en la consecución de las aspiraciones liberales, que son el patrimonio más excelso de este hogar, de esta Sociedad El Sitio.

Me he entregado sobre esto a profundas meditaciones, y quiero empezar con una lectura encaminada a la justificación de que la actitud que yo he adoptado públicamente en estos instantes con una responsabilidad exclusivamente personal, no responde a ese eclecticismo que permite en la política cambiar bruscamente de posición, borrar postulados, dejar desvaídos ciertos idearios, para adoptar otros que nos coloquen en el camino de la consecución de aquellas realizaciones que nuestra conciencia política apetezca, situándonos en condiciones más favorables al triunfo, desentendiéndonos de nuestros antecedentes, de nuestra historia, de nuestra significación, en fin, de todo lo que constituye nuestra personalidad política, por modesta que ella sea.

Yo tengo un patrimonio en política, que es el de la consecuencia, que procuro conservar sin aquellas rigideces propias de espíritus inflexibles, que no son capaces de evolucionar ni siquiera cuando cambia, en el curso mismo de la vida, el prisma con que vemos los acontecimientos, el cristal óptico, que en unas edades es distinto a las otras, con el cual contemplamos la realidad de la vida de nuestra nación. Puede, debe haber una evolución en esos sentimientos; pero es inaceptable una contradicción flagrante con ellos, porque perjudica, quebranta la seriedad del hombre político. Y para yo hablar como voy a hablar, para justificar mi posición y mi actitud -porque este discurso, si responde mi palabra a mi propósito y no me traiciona el temperamento, será, más que una arenga, una plática de tipo familiar-, para justificar mi actitud he traído como antecednete la copia del acta de una reunión que se celebró en el palacio provincial de Vizcaya el 2 de agosto de 1917, con ocasión de una convocatoria del presidente de esa Corporación a los ex diputados provinciales, para oír su criterio en orden a las aspiraciones del pueblo vizcaíno, como estudio previo a la redacción de conclusiones que habían de elevarse por entonces a los Poderes públicos.

Enfocad un instante solo la memoria al estado político del país en el año 1917, y encontraréis una paridad de circunstancias, una semejanza, una similitud entre aquellos momentos y estos verdaderamente maravillosa. A mi juicio, mucho más graves, más intensas, más hondas en estos momentos que en aquellos. Observad que aquel ambiente revolucionario en que coincidían grandes sectores del país desde el Ejército -mal encuadradas, deficientemente recogidas, erróneamente plasmadas en las Juntas militares de Defensa sus aspiraciones de regeneración del país- a todas las izquierdas nacionales, a las masas obreras, la opinión coincidente, el punto de convergencia de todas las opiniones era que había que hacer algo para sacar la vida política española de aquel empantanamiento en que se encontraba en 1917, empantanamiento no ciertamente más hondo que el del presente instante. Y observad que aquel movimiento, en que coincidían grandes sectores del país, y al cual distaban mucho de ser ajenas las fuerzas políticas que significaban el orden al regionalismo los puntos de vista más extremos, fracasó porque a la hora de intentar por la violencia el derribo de unas instituciones con respecto a las cuales la disconformidad era de carácter general en el país sólo uno de los sectores, el sector obrero, dió el embate.

Y naturalmente, de aquella lección es lógico sacar esta consecuencia: que, posiblemente, si se repitiera ese caso, si sólo un sector extremo en la vida nacional intentara por sí el movimiento de derribo que es hoy indispensable a la salvación y a la dignidad de la patria, podría producirse exactamente el mismo resultado negativo, porque atemorizadas otras clases sociales ante las repercusiones y ante la dilatación del movimiento mismo, pudieran formar en torno al Poder, como entonces la formaron aquella serie de reductos que, servidos por el egoísmo del interés material, amparó al Poder público en tales circunstancias. Lo que yo pretendo en estos instantes, arrostrando todas las invectivas de quienes comulgando en mis ideas o viviendo en mi afinidad tienen una visión política distinta, es decir a las clases conservadoras y medias del país que por parte de los elementos extremos de la política española no se ansía ahora un movimiento de tipo revolucionario que, al implantar cierto radicalismo incompatible con el estado social y político del país, ponga en peligro todo el porvenir de España, sino que estos hombres, nosotros, que somos los extremistas, queremos ayudar a un movimiento que, salvando la dignidad de España, derribe la monarquía para instaurar un régimen republicano dentro del cual todas las ideas, libremente en su palenque, luchen por el triunfo de sus respectivas aspiraciones. (Prolongada ovación.)

Yo declaro, aunque el ambiente este no me sea propicio -y cuanto menos propicio me resulte el ambiente mayor, más íntima, más fuerte mi obligación de decirlo-, viendo que la coordinación de estas fuerzas coincidentes en la nación española resulta difícil por falta de organización nacional de los partidos republicanos y por ausencia de grandes figuras en el campo de la izquierda antidinástica capaces de agrupar en torno al prestigio de su nombre, a la gloria de su historial, a la austeridad de su conducta, una suma de voluntades que exaltando a esas personalidades las erijan en caudillos y en guías de una revolución, y al serlo constituyan también una solvencia y una garantía para las clases medias, y aun -¿por qué no decirlo?- para las clases capitalistas de la nación, yo declaro que pensé, ante la dificultad, de momento insuperable, de estructurar este agrupamiento con carácter nacional, en que era posible aglutinar regionalmente las fuerzas que coincidieran en este propósito honrado y leal, pero con las debidas precauciones.

Porque el año 1917 también nos dejó, además de la lección que queda expuesta, otra que tuvo todos los caracteres de una traición. La fuerza y el ambiente revolucionario que creó la Asamblea de parlamentarios, en donde coincidieron desde la figura venerable y de una flexibilidad de talento político verdaderamente maravillosa de Pablo Iglesias, pasando por los republicanos y por elementos del liberalismo monárquico, hasta las extremas derechas españolas, aquel ambiente revolucionario fué traicionado por el Sr. Cambó a cuenta de unas carteras ministeriales que otorgó el Poder real. (¡Muy bien! Grandes aplausos.)

Habéis de ver cómo la Historia, sin dejar que pasen centurias ni décadas siquiera, se ha cuidado de esclarecerlo.

Una maniobra casi inédita

Yo tengo aquí -no las leo porque son extensas y sé por práctica cuánto fatiga la incrustación de lecturas en una disertación oral- varias páginas de un libro editado en La Habana, en que un periodista, el señor Capo, recoge las memorias del coronel Márquez, primer presidente de las Juntas militares de Defensa, el hombre, ¡que duda cabe!, que durante unos meses tuvo en sus manos los destinos de España. ¡Pero cuando las circunstancias, ajenas a los méritos personales, encumbran a una figura a cimas que parecen inaccesibles, resulta tan difícil contemplar desde ellas serenamente todo el panorama de la responsabilidad de una gestión! Aquello fracasó y derivó en un caciquismo militar verdaderamente ruin, que tuvo su culminación en los atropellos de que fueron víctimas los alumnos de la Escuela Superior de Guerra, y que disoció el movimiento de tipo revolucionario que caracterizó el primer impulso de las juntas militares de Defensa, desviándolas del espíritu y de la simpatía del país. Estos elementos difusos de la simpatía de las masas ciudadanas, que casi siempre y más en los países latinos, están fuera de los cuadros orgánicos de las agrupaciones políticas, son elementos imponderables que dan el triunfo u ocasionan la derrota independientemente de la voluntad de aquellas colectividades políticas más directamente interesadas por sus ambiciones, por sus aspiraciones, por su historia, a la consecución del fin logrado.

Pues bien, en estas páginas de las Memorias del coronel Márquez, se refiere -os lo voy a sintetizar- cómo en vísperas de la famosa Asamblea de parlamentarios, a la cual con tanto fervor acudieron las representaciones más típicamente austeras de todas las fuerzas políticas del país, llegó a Barcelona, enviado por Palacio, el capellán del batallón de Cazadores de Alba de Tormes, número 8; cómo este capellán castrense se avistó con el coronel Márquez, paara pedirle que interpusiera su influencia -la influencia, realmente avasalladora- para impedir la celebración de la Asamblea de parlamentarios; cómo este capellán enviado de Palacio instó al coronel Márquuez a que, por lo menos, procurara convencer al Sr. Cambó, y cómo -se citan nombres propios- el coronel Márquez, con los capitanes Herrero y Villar, más este capellán, apellidado Planas, se entrevistaron con el Sr. Cambó en el convento de Pompeya, sito al final del paseo de Gracia. Allí llegaron estos militares, que representaban todo el espíritu de rebeldía que en aquellos momentos latía en el Ejército, y allí concurrió también el Sr. Cambó, el hombre indiscutiblemente más destacado por su talento y por su audacia de todos los parlamentarios que habían de congregarse en Barcelona, en vista de la negativa del Gobierno a convocar Cortes. Y allí el padre Ruperto, que, dice el coronel Márquez en estas Memorias, es un misterioso personaje, que dispone de una biblioteca enorme, de dos teléfonos, uno para la capital y otro para comunicarse no se sabe con quién; habitación separada por un cuarto de baño y un departamento reservado, del que extrae documentos voluminosos, de misteriosos contenidos; allí, en esta celda, casi como una habitación de Palace, del padre Ruperto en el convento de Pompeya (risas) se celebró la entrevista de los tres comisionados de las Juntas militares, del Sr. Cambó, del capellán Planas y del padre Ruperto. Cambó contesta que es imposible acceder a lo que se le pide, que está por medio su crédito de político; se insiste; de Palacio piden que no se celebre la Asamblea, y, por fin, el padre Ruperto da con una maravillosa fórmula, que consiste en lo siguiente: en que se haga como que se celebra la Asamblea y que no se celebre.

«¡Oh, maravilloso padre Ruperto! -escribe el periodista Sr. Capo, recogiendo, indudablemente, palabras casi textuales del Sr. Márquez-. En pocas horas elabora nada menos que el modo de que los parlamentarios se reúnan y no se reúnan; que acuerden lo que tengan por conveniente y que no acuerden nada; que le digan al rey la necesidad de una reforma de la Constitución y que no se lo digan; que sepa España entera que los Poderes actuantes están encanallados y que no lo sepa; que España está gobernada por los peores y que no lo está; que la corrupción dicta sus disposiciones y que no las dicta, y en fin, que se intenta renovar todo lo podrido y que no se intenta. ¡Maravilla de talento el de este padre!» (Grandes risas.) Pues bien; desde el convento (sigue la referencia) los militares, acompañados del padre Planas, marchan hasta Teléfonos, pues «en la plaza de Oriente» están esperando impacientes el resultado de la entrevista. Se habla con Madrid, y se escucha a poco la voz de un personaje, que dice: «Coronel: una vez más le quedo agradecido. Es la segunda vez que nos salva usted.»

¿Qué extraño tiene que ante estas tretas en que se compromete la seriedad y la sinceridad de los hombres públicos, adoptemos quienes estamos dispuestos a una colaboración en pro de un fin común las debidas precauciones con los regionalistas? Con una posición regionalista que signifique sinceramente la incorporación a la legislación española de las aspiraciones autonómicas, por mi parte no hay ninguna vacilación; pero yo vacilaré si determinados hombres explotan y amenazan con esas aspiraciones para ejercer lo que en el nuevo Código gubernativo tiene toda la figura delictiva de un chantaje. (Grandes aplausos.)

La esencia del fuero

Perdí el hilo, como véis; iba a leer unas manifestaciones que hice yo en el Palacio provincial de Vizcaya el año 1917, en esa reunión convocada para que las Diputaciones vascas formularan sus aspiraciones en cuanto a la autonomía del país, al Poder central. Entonces, dije:

«Nos hallamos frente al triste espectáculo de la descomposición de un Estado, del Estado español, cuyos organismos rectores están completamente corrompidos. Siendo este mi punto de vista, es claro que los movimientos de regeneración que se produzcan en las regiones fuertes, con vida propia, me han de parecer muy laudables, y más laudables que nunca en los momentos presentes, que considero los más propicios. Por lo tanto, estimo perfectamente razonable resurja ahora con vigor la aspiración de estas provincias en pro de la restauración del espíritu de sus fueros. Para cuanto signifique acoplamiento del espíritu enormemente democrático, profundamente liberal de los fueros a las complejidades de la vida social moderna, cuenten las Diputaciones no sólo con mi aprobación y beneplácito personales, sino con el concurso entusiasta por parte de las gentes que militan en el campo político donde yo me muevo.

Las Diputaciones tienen el deber de concretar clarísimamente sus aspiraciones. Es natural que las provincias vascongadas no pidan nada inspiradas por móviles egoístas, y por ello no habrían de oponerse, sino todo lo contrario, a que aquel régimen que desean para el país vasco fuera instaurado también en las demás regiones españolas.

Aquí hay una tradición foral que puede ser la base de la conquista de una mayor autonomía -luego hablaré de la necesidad de reglar ese autonomía-, y yo digo: ¿si por esa circunstancia, o por unas u otras razones de orden político, se produjera la oportunidad de obtener esa mayor autonomía para el país vasco, había de rechazarse porque no se concediera a la vez a las demás regiones?

Creo que, sin perjuicio de laborar por que el régimen autonómico se implantase en las restantes regiones, las provincias vascas deben continuar por el camino emprendido de trabajar en pro de su autonomía. Ahora bien, si ésta no se regla, tiene el peligro que se observa en todo Poder: el de que en su ejercicio tiende al despotismo si no hay quien lo frene. Si se trata de ir de frente, por parte de las Diputaciones, a la reintegración de las Juntas Generales, hay que cuidar de volver a las fuentes primitivas de la soberanía de esos organismos, a lo que en ese sentido pudiéramos llamar el macho de los fueros vascongados, a la soberanía popular, de la cual nacían las instituciones vascongadas.

Opino que las Diputaciones vascongadas harán una gran obra concediendo de una manera efectiva, no sólo con declaraciones, sino con la práctica, la autonomía municipal y, respetando otra mucho más sagrada, la autonomía individual.»

Esta posición mía del año 1917, ante unas circunstancias absolutamente idénticas en la forma, aunque menos intensas que ahora, es exactamente la misma que yo vengo propugnando y lo que constituye o va a constituir el eje de la ya corta disertación que os espera. Yo he tenido siempre una fuerte devoción por todo lo que era esencial en el régimen foral vascongado. Nadie, a título de liberal, con conciencia plena de lo que son los principios democráticos, puede sentir aversión por instituciones que aquí, con anterioridad, secularmente, siglos y siglos antes de que las conquistas ciudadanas plasmaran en las monarquías constitucionales, representaban una soberanía verdaderamente popular, emanada del pueblo. Fué el pueblo vasco quien se anticipó en siglos a destruir los vestigios de la organización social medieval, y haciendo hijosdalgos a todos los vascongados los colocó en pie de igualdad, sin aquella distinción oprobiosa que significaba la calidad del siervo y la condición humilde y sumisa del esclavo. Fué el pueblo vascongado el que cuidó de una manera tan profundamente radical de evitar la intromisión de la influencia clerical en los destinos políticos del país, que obligaba, para permitir la entrada en el territorio vizcaíno al obispo de la diócesis, a declarar previo juramento que se comprometía a no intervenir directa ni indirectamente en la vida política del país. Fué el fuero de Vizcaya en esto tan riguroso y tan inflexible, que condenaba con la expatriación, que castigaba con el destierro, reputándolo contra fuero, quebrantamiento del fuero, a quienes usaran o instigaran la influencia clerical para la marcha de los destinos públicos. Y fué, sobre todo en la santidad de la independencia de la personalidad vasca, de los ciudadanos vascos, el fuero el que instituyó el pase foral, en virtud del cual las demasías que pudiese cometer la Corona no tenían vigencia en la tierra vascongada, porque no lo consentían los vascongados, en uso de su libérrima voluntad.

Ante un fuero así, ante unas instituciones así, por amplias, por ilimitadas que sean las devociones democráticas ¿cómo no rendirles la pleitesía, el tributo de admiración que merecen Códigos de tal naturaleza que se adelantaron en muchos siglos a las monarquías y a las Repúblicas constitucionales? (Gran ovación.)

Claro que aquí han sucedido fenómenos en la vida contemporánea verdaderamente curiosos y dignos de análisis, para que quienes somos liberales extrememos la vigilancia en evitación de muy perniciosas intromisiones. Y el fenómeno más característico ha sido que cuando aquí se ha manifestado primero como una corriente de gran sentimentalidad adscrita a la devoción por la lengua vernácula, simpatizante con todas las costumbres típicas del país, llevando si se quiere a términos de idolatría, que yo no repudio, el amor a instituciones, a regímenes como los que imperaron antaño en la vida vascongada; cuando ese movimiento ha surgido aquí con pujanza, se ha apoderado de él rápidamente el clericalismo, lo ha domeñado, lo ha hecho instrumento suyo, y aquellos hombres que exaltaron su devoción al país y llegaban por ella incluso a extremos que las leyes pudieran considerar punibles, olvidaban toda la tradición genuinamente civil del régimen y de las instituciones vascongadas para ser reducto, trinchera, parapeto desde los cuales la reacción combatía el espíritu mismo de libertad que fué fundamentalmente la esencia del régimen y de las instituciones del país.

Y, claro, esta culpa es nuestra también. Los apasionamientos de la lucha no consienten muchas veces el discernimiento frío de los exámenes académicos, o, si queréis, científicos de todo el sentido histórico de la tradición política del país. A mí me han tocado, quizá, las batallas más recias con esos elementos. He sido durante largas temporadas el hombre más odiado por ellos; pero yo, ni a través de esos odios ni de esas agresividades que en la sinceridad de la lucha política reputo santos, encontré un velo que me impidiera ver todo el sentido liberal de las instituciones y de los regímenes antiguos del país vascongado. (Muy bien.)

Y lo que pido, a lo que exhorto, lo que yo predico aquí, es que tengamos esta misma visión todos; que en la obcecación de nuestras querellas políticas, que son inevitables, no ceguemos hasta el punto de herir el sentimiento tradicional del país ante el cual los demócratas no hacemos ninguna clase de claudicaciones, con nuestra adhesión a algo que esencialmente es nuestro propio postulado. Y lo que yo pido además, a lo que exhorto en estas circunstancias es, que si en esas fuerzas latentes nacidas por una corriente sentimental, drenadas por el cauce político, hay sinceramente ansias de restaurar la esencia de las libertades vascongadas con aquellos acoplamientos indispensables a la complejidad de la vida moderna, es decirles a ellas que nosotros estamos en esa misma línea de combate; que nosotros estamos en ese misma fila; que al luchar por el derribo del régimen monárquico vamos tras la implantación de un régimen que permita sustantivar de nuevo, con aquellos acoplamientos que necesitan las complejidades de la vida actual, lo que fué el nervio, la sustancia, el alma de los fueros; y a decirles que quien se opone a ello no somos nosotros, que siempre la oposición más viva que tuvieron las tradiciones vascas fué el absolutismo, y que hoy en España no rige una monarquía constitucional; que la Constitución jurada se ha incumplido por perjurio y que el país vasco, como toda la nación, debe levantarse en pie para imponer su voluntad y hacer efectiva su soberanía en este territorio, cual debe hacerse también en todos los demás de la Península ibérica. (Muestras de aprobación y grandes aplausos.)

Los liberales vascos ante el absolutismo

Hay un problema. Yo os declaro aquí que gran parte de mi pequeña ilustración, de mi liviana ilustración sobre la estructura de las viejas instituciones vascas y sobre el carácter de su esencialidad, no la he aprendido en los textos pergeñados por los exaltadores más idolátricos de esas instituciones. Mi pequeña ilustración queda casi estrictamente ceñida a audiciones y lecturas de un hombre liberal, verdaderamente benemérito, que siempre se ha colocado en una oposición apasionada a quienes aquí simbolizaron y patrocinaron el nacionalismo vasco. Me refiero, como muchos de vosotros os habréis anticipado a comprender, a nuestro querido consocio, un liberal de verdad, que es digno de un tributo por su hostilidad permanente a la dictadura: D. Gregorio de Balparda. Y D. Gregorio de Balparda, en una conferencia dada en esta misma tribuna el año 1908, desfloró lo que pudiéramos llamar sustancia aromática del fuero vizcaíno, para sostener la doctrina muy apreciable de que cuanto era sustancial en el fuero de Vizcaya estaba de hecho ya incorporado a la monarquía desde que la monarquía española adoptó, al menos como burdo disfraz, según la práctica se ha demostrado, el tipo constitucional. El Sr. Balparda, en demostración de esta teoría, evocó en esa conferencia el recuerdo de cómo aquí las Juntas generales deliberaron y resolvieron, a raíz de promulgarse en Cádiz la Constitución de 1812, si en el texto de aquella Constitución estaban efectivamente recogidas, absorvidas, las libertades vascongadas.

Y exhumó, entre otros recuerdos, una junta general celebrada en la iglesia de San Nicolás, de Bilbao, el 16 de octubre de 1812, la cual junta consignó en acta «la maravillosa uniformidad entre los principios de la Constitución de la monarquía española y los de la Constitución que desde la más remota antigüedad ha regido y rige en esta provincia».

Y exhumó también, entre otros recuerdos documentales, el de una ponencia nombrada por las Juntas generales del año 20 en Guernica, la cual ponencia sintetizó sobre este mismo problema su criterio en estos términos:

«La Comisión nombrada en la Junta general para examinar la analogía que pueda tener con la Constitución peculiar de Vizcaya, la promulgada para toda la monarquía en el año 1812 por las Cortes generales y extraordinarias, y de si es necesario renunciar a aquélla o si son conciliables en todo o en parte las ventajas de las dos, tiene el honor de manifestar a V.S., que han rebosado sus corazones del placer más puro al contemplar que las voces de libertad y dignidad del hombre en sociedad que hasta aquí habían sido perpetuamente el patrimonio del suelo vascongado, resonaban en todos los ángulos de la Península. En la gran Carta que va a ser el nuevo iris de paz y de regeneración de las Españas, se halla trasladado el espíritu de la Constitución de Vizcaya.»

Es muy respetable el criterio de que no había lugar a pedir la subsistencia de regímenes parciales de libertad si la esencia de estos regímenes estaba recogida en un texto constitucional cuya vigencia era general y abarcaba el territorio del país vasco como abarcaba el resto del territorio español; pero a hombre de la sinceridad probadísima, inflexible del señor Balparda, pregunto yo ahora:

Si destruida, deshecha la Constitución del Estado por quien previo juramento en el estrado del Palacio del Parlamento se obligó a cumpirla, ¿serán tan ingenuos los liberales vascongados que crean en una nueva frase fernandina como aquella, tristemente célebre, por la traición que revela, de «Vayamos todos, y yo el primero, por la senda constitucional»?

Yo he dicho en San Sebastián que Santa María Magdalena pudo haber subido a los fondos cenagosos del vicio hasta las cimas excelsas de la santidad; pero que la Historia no ha registrado ni registrará jamás el caso de un rey que habiendo perdido el prestigio por faltar a su juramento, vuelva a conquistar la aquiescencia y el respeto de la Nación (Aplausos y vivas.)

¿Y a qué remontarnos a fechas históricas, si el espectáculo reciente es la lección más dolorosa para todos vosotros, liberales vascongados? ¿A qué el examen de actitudes dignamente rebeldes del país y de sus gestores políticos ante el poderío de la Corona española cuando ella pretendía invadir las atribuciones del país con resoluciones contra fuero? ¿Queréis espectáculo más dañino y más perturbador para lo que significa la tradición del país, que aquel que se nos ha dado en estas nuestras tierras, nuestras digo, porque a ellas tengo desde una niñez desvalida adscrita mi vida, y son las de mis hijos, y son las de mi alma... (Los aplausos y aclamaciones impiden que el orador termine el párrafo.)

¿Habéis visto espectáculo más tristemente doloroso que la abyección de las autoridades y Corporaciones públicas vascongadas durante estos seis años, «record» del oprobio y de la miseria política? ¿Cuándo se ha inferido un daño más grande a los vestigios de la tradición autonómica vascongada que en estos últimos años? ¿Cuándo se ha dañado más considerablemente la esperanza de una resurrección plena de las aspiraciones del país que en estos seis años? A las cabalgatas grotescas, carnavalescas, organizadas por el dictador en Madrid, han ido los chistularis, que representan lo más idílico de las tradiciones vascongadas; han ido formando en ellas también los miqueletes, emblema del resto de soberanía vascongada, para dar escolta de honor a quien ultrabaja el idioma vasco, prohibía su enseñanza y escarnecía en todo momento y, con morbosa complacencia las tradiciones del país (Ovación que dura largo rato.)

Y aquí, quienes se decían amantes de la autonomía y de la tradición, han aceptado los nombramientos misericordiosos de real orden para auparse en las Corporaciones públicas, hasta cuyos escaños sólo se llegaba antes, con defectos o sin ellos, mediante la expresión de la voluntad ciudadana, y desde los cuales sólo es posible la dignidad en la gestión, la autoridad en la conducta y la independencia con respecto al Poder central cuando no se deben a ese Poder central los nombramientos, sino cuando éstos son verdadera expresión de la voluntad del país vasco. (Muy bien.)

¡Y la autoridad gubernativa! ¡Ah! Para encontrar quien la ejerciera buscó la dictadura entre los sedimentos viciosos que tiene toda sociedad contemporánea lo más ruin, lo más abyecto, lo más vil, lo más miserable... (Una ovación cerrada y las aclamaciones del público, puesto en pie, ahogan el final de la frase.)

Y quienes le rendían homenaje, quienes aguantaban sus improperios, sus injurias, sus caprichos, sus veleidades, a veces inspiradas en el prostíbulo..., ¿esos eran autonomistas, eran defensores del país vasco, eran amantes de su tradición? Esos eran unos serviles, indignos de llamarse vascos y de llamarse españoles, porque en Vizcaya y en España la dignidad ciudadana, como patrimonio del alma, es inajenable. (Muy bien; grandes aplausos.)

Concluyo. Aquí, en este estrado, como evocación viva de un pasado glorioso, como una reliquia que casi por milagro subsiste al embate de los años, tenemos hoy con nosotros a un viejo auxiliar cuyos brazos se han entrelazado muchas veces con los míos, mientras se confundían sus lágrimas enternecedoras, evocadoras del pasado, con aquellas otras que a mí me despertaba la esperanza: D. Juan Montes. Yo sé que de mis ideas a las suyas hay gran distancia. El representa en este estrado a aquel grupo de luchadores que en Bilbao empuñó las armas por defender la libertad. ¡Mezquina hubiera sido la misión de aquellos bravos bilbaínos, hoy reliquias vivas para nosotros, si todo el ímpetu de sus corazones, la generosidad de su sangre, el ardimiento de sus almas los hubieran vinculado exclusivamente a un nombre personal y a una rama dinástica! No; los vincularon a la libertad, y la libertad, Sr. Montes, está hoy traicionada. El absolutismo ha perdido su patronímico. Ya no existe el carlismo; murió D. Carlos. Hoy el absolutismo es el alfonsismo, y frente al alfonsismo debe estar el espíritu liberal de la Sociedad «El Sitio» y de todos los liberales que en ella tienen su hogar, para decir, al enfrentársele, que quieren cerrar el paso al absolutismo.

Los liberales vascongados identificados con el ideario que llevó a sus antepasados a las barricadas y a los reductos no pueden ser hoy, sin incurrir en contradicción, monárquicos de una monarquía absolutista. Y los vascongados todos que amen su tradición tienen que negar el pase foral a las disposiciones de una monarquía absoluta en pugna con las libertades del país. Hay que predicar la desobediencia civil. Fué una fórmula cortés aquella del fuero de : «Se obedece, pero no se cumple». ¡Liberales de Vasconia, ciudadanos de Vasconia: el lema ahora, ante el absolutismo alfonsino, es «ni se obedece ni se cumple»! (Ovación atronadora y vivas entusiastas.)

Indalecio Prieto, 3 de mayo de 1930

Acta de la Asamblea de Vergara (16 de noviembre de 1930)

Acta de la Asamblea de Vergara
16 de noviembre de 1930

Lema del Nacionalismo Vasco: Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra [Dios y Ley Vieja].

Jaun-Goikua

Primera: El Nacionalismo Vasco proclama la Religión Católica como única verdadera y acata la doctrina y jurisdicción de la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana.

Segunda: Euzkadi, como cada uno de los seis ex-Estados históricos o Regiones autónomas que le componen, será Católica, Apostólica, Romana, en todas las manifestaciones de su vida interna y en relaciones con las demás Naciones, Pueblos y Estados.

Lag¡-Zarra

Tercera: Euzkadi, es la nación y patria de los vascos. Cuarta: Euzkadi, la nación vasca, por derecho natural, por derecho histórico, por conveniencia suprema y por su propia voluntad, debe ser dueña absoluta de sus propios destinos para regirse a sí misma, dentro de la ley natural.

Quinta: El Nacionalismo Vasco proclama este derecho y se propone darle realidad, atendiendo desde ahora, en lo posible, y plenamente cuando Euzkadi sea dueña de sus destinos:

a) A la necesidad primordial de conservar y robustecer la raza vasca, base esencial de la nacionalidad;

b) a la conservación, difusión y depuración del idioma vasco, signo preeminente de nuestra nacionalidad;

c) al restablecimiento de buenos usos y costumbres tradicionales, combatiendo los exóticos que desvirtúan dañosamente nuestro carácter y personalidad.

Sexta: Reconstitución substancial de los ex-Estados históricos vascos, Araba, Bizcaya, Gipuzkoa, Nabarra, Laburdi y Zuberoa, y su Confederación en Euzkadi, sin mengua de la particular autonomía de cada uno de ellos.

Interpretación doctrinal

Se conviene en aceptar en lo substancial la contenida en el índice particular del Programa del primitivo nacionalismo vasco, a la que se atendrán todos los afiliados.

Las Autoridades de la Agrupación Nacionalista Vasca, por consiguiente, vienen obligadas a conservar fielmente esta doctrina ideológica oficial del Nacionalismo Vasco y transmitirla íntegra a las que les sucedan en las Asambleas correspondientes.

Manifiesto-Programa

Los suscriptos convienen en que aparte de la doctrina anterior del Nacionalismo Vasco, existirá un Manifiesto-Programa de actuación legal para la Agrupación Nacionalista Vasca.

Este Manifiesto puede ser, el que tenía el Partido Nacionalista Vasco sancionado por la Asamblea Nacional del 21 de diciembre del año 1914.

La interpretación legal de este Manifiesto-Programa compete a las Autoridades nacionalistas vascas correspondientes.

Como norma de actuación y por táctica política, se podrán propugnar como aspiraciones de momento y siempre que supongan algún avance en el camino reivindicador, soluciones concretas congruentes con la aspiración final del Nacionalismo Vasco, bien como resultado de nuevas formas constitucionales de los Estados dominantes, bien como reivindicaciones forales o de carácter histórico del Pueblo Vasco.

Organización

La Organización de la Agrupación Nacionalista Vasca estará basada en la doctrina política que la misma sustenta, manteniendo en lo substancial la que se ha venido practicando sancionada en la Asamblea Nacional de Zumarraga el 21 de diciembre de 1914.

Este sistema interno de constitución compuesto de organismos municipales, regionales y nacionales, irá adquiriendo el carácter de organismo directivo de la vida nacional en todo aquello que es propio del poder civil, para que sirva de escuela práctica de gobierno a los patriotas capacitándoles para que en su día ejerciten conscientemente sus derechos ciudadanos.

Título de la colectividad nacionalista vasca

La denominación de la agrupación nacionalista vasca que resulte de la unión de las dos organizaciones patriotas, Comunión N. Y y Partido N. V., será la que tuvo en el principio, o sea, Partido Nacionalista Vasco.

Manifiesto de San Andrés (Bilbao, 30 de noviembre de 1930)

Manifiesto de San Andrés, Bilbao
30 de noviembre de 1930

Al Pueblo vasco

El Nacionalismo Vasco que inició Sabino de Arana, está en crisis de crecimiento. Al saberse afianzado en el alma del País, ha sentido, sin olvidar sus principios ni experimentar la menor tibieza en su emoción inicial, la inquietud, primero, y, después, la necesidad ineludible de forjar nuevos moldes para poder dar cabida a su propio contenido.

Se reflejó esa inquietud en una primera escisión del Nacionalismo en dos grandes ramas, Comunión y Partido, queriendo aquélla representar un avance en la concepción política del problema, que no pudo ser eficazmente desarrollado ante la intransigente oposición de los que se aferraron ciegamente a sus hábitos primitivos, y que ha venido a quedar esterilizado con la unión recientemente acordada de aquellas dos ramas encerradas de nuevo en los mismos cauces y concepciones de principios de siglo.

Mas como el instinto de progreso, en orden, principalmente, a las concepciones políticas, es incontenible, fueron creciendo y multiplicándose las manifestaciones ostensibles de un concepto nuevo de la organización y desarrollo político del nacionalismo vasco, que no podía, aunque quisiera, quedar al margen de este movimiento evolutivo hacia la perfección; manifestaciones que no acertaban a precisar si disentían en doctrina o discrepaban en procedimiento, pero que respondían a la honrada y profunda convicción de que el Nacionalismo Vasco, como todo nacionalismo, ni podía encerrarse en fórmulas preestablecidas ni debía tampoco someterse a determinada directriz so pena de restarle las adhesiones e incorporaciones que la propia esencia y finalidad del movimiento reclaman.

Acción Nacionalista Vasca se ha propuesto recoger esas manifestaciones, de las que fue eco afortunado la declaración contenida en la ponencia engendrada por el plebiscito del diario Euzkadi y, aceptándola sustancialmente, ha elaborado la fórmula que en estos momentos cree más eficaz para encauzar el Nacionalismo Vasco por derroteros que respondan a la concepción política antes aludida y le impriman el sello de unidad absoluta indispensable para el éxito.

Hemos intentado hacer comprender este criterio a los dirigentes de la Comunión y del Partido, hoy nuevo Partido fusionado. Ha sido vano el empeño. Su incomprensión nos fuerza a emprender esta nueva cruzada con sinceridad y decisión de que a nadie es lícito dudar. He aquí

Nuestro Programa. Base ideológica fundamental

La afirmación afectiva y eficaz de la personalidad nacional del País Vasco, llamado en euzkera Euzkadi, tradicionalmente Euskalerria, y en las lenguas latinas Vasconia, originada por la estimación sentimental y reflexiva de sus características, afianzadas en la voluntad popular; y el reconocimiento y adhesión a todas las consecuencias naturales, lógicas y jurídicas que de esta afirmación se derivan y que, a su vez, cristalizan en la decisión de propugnar y recabar para la colectividad nacional vasca un régimen político que le permita disponer libremente de sus destinos.

Para formar parte de A.N.V. se requiere tan sólo prestar el debido e íntimo asenso a esos principios básicos de su ideario y estar dispuesto en todo momento a laborar, inspirándose en ellos, por la causa de la nacionalidad vasca. El hecho de afiliarse a A.N.V. supone tal disposición.

Norma fundamental de su actuación

A.N.V., a fin de que rinda la máxima eficacia con respecto a sus cardinales afirmaciones, procederá en cada oportunidad a expresar, por medio de sus órganos representativos e inspirándose en el sentir de la colectividad, la forma y procedimiento de actuación, ateniéndose para ello a las exigencias de la realidad.

A.N.V., a este respecto, anticipa su declaración de que considera afín a todo partido, entidad o individualidad que declare o reconozca la personalidad propia y diferencial del País, sea cualquiera el contenido restante de sus ideologías, que respeta, aunque, para que esta afinidad se traduzca en colaboraciones de hecho, reclama el mismo respeto para sí y para los sentimientos arraigados en el País.

Criterios de actuación en los momentos actuales

Frente a la doble realidad indiscutible de constituir el pueblo vasco una nacionalidad perfectamente definida, de una parte, y de otra, el de no estar políticamente constituida de acuerdo con sus derechos, situación esta que ha creado comunidad de intereses, vínculos afectivos y odios y rencores, A.N.V. actuará en el momento presente, a saber:

Con respecto al País Vasco:

A) Laborando por la reconstrucción y difusión del idioma y demás características de la raza y nacionalidad vasca; desarrollando e intensificando su propia cultura; afirmando y estrechando los lazos de unión entre sus componentes; haciendo, en una palabra, que cada vez aparezca más radiante y esplendorosa el alma de la colectividad nacional. B) Laborando para que en la vida administrativa del País Vasco, las entidades que lo rigen se entiendan fraternalmente en régimen de recíprocas concesiones y privilegios llegando a la formación de mancomunidades. C) Favoreciendo el que en las diferentes zonas de Euzkadi y aun en sus distintos municipios, se vayan resolviendo los problemas particularistas que afectan a la posesión de la tierra, relaciones del capital y trabajo y otros de orden análogo en armonía con las exigencias de la nacionalidad vasca y con los postulados que informan los movimientos de carácter social en otros pueblos y colectividades. D) Colaborando con todo partido vasco que propugne la restauración íntegra de los conculcados derechos del País, o que persiga una constitución del Estado español menos unitarista que la actual.

Con respecto a España:

Colaborando con los partidos que reconozcan los derechos de las colectividades nacionales a disponer de sus destinos; que tiendan a una estructuración del Estado español menos unitarista que la actual; que mejor garanticen los derechos individuales; que mejor aseguren el orden jurídico, incompatible con todo sistema de dictadura, arbitrariedad o poder personal; que resuelvan con mayor espíritu de justicia y equidad los problemas sociales; que reduzcan el Ejército a la esfera de su propia función, con derogación de la Ley de jurisdicciones; y, en fin, que propugnen un régimen jurídico-político más en armonía con los imperativos democráticos bajo los que ha vivido y quiere vivir nuestro País. Tal es nuestro programa.

La Tarde, 3 de diciembre de 1930.

LA 2ª REPÚBLICA

El PNV ante el Gobierno republicano (Euzkadi, 14 de mayo de 1931)

vitoria1931
Proclamación de la República en Vitoria (1931)

El PNV ante el Gobierno republicano

La actitud del Partido Nacionalista Vasco en los momentos actuales es de franca y cordial adhesión al Gobierno de la segunda República española, del que reclama y espera el reconocimiento de la personalidad natural y jurídica del País Vasco con el derecho a constituirse y gobernarse por sí mismo, vinculado mediante la forma republicana federal, con las mismas personalidades peninsulares.

En consecuencia, libertad del País Vasco para determinar su constitución interna y de relación anteriormente a las Cortes Constituyentes, estableciendo al efecto una Junta Gestora que, abarcando Alaba, Gipuzkoa, Nabarra y Bizkaya, como cuerpo rector común y transitorio de las mismas, se constituya por representación de los Ayuntamientos vascos para hacerse cargo del Gobierno interino del país.

Esta Junta Gestora así constituida, nombrará Comisiones administrativas en cada una de las actuales provincias vascas, encargadas de su régimen y administración peculiar.

La propia Junta nombrará también una Ponencia al efecto de confeccionar el Estatuto o constitución interna del País Vasco, sometiéndolo a la previa sanción de los Ayuntamientos del País, Estatuto que las Cortes Constituyentes lo articularán con la constitución de la República federal española.

El Partido Nacionalista Vasco no rechaza, pues, el ingreso del País Vasco en la República federal española en la forma antedicha; pero debe manifestar con toda lealtad que le satisfaría y aquietaría más la fórmula de pacto voluntario de Euzkadi con el Estado compuesto o República federal española en forma confederativa como derecho propio, o bien en virtud de un principio constitucional que reconociera la personalidad política de la nacionalidad vasca.

Tales son la actitud, los deseos y las aspiraciones del Partido Nacionalista Vasco en las circunstancias actuales y sus votos por la República federal española.

Euzkadi, 14 de mayo de 1931

Anteproyecto de Estatuto Vasco (31 de mayo de 1931)

Anteproyecto de " Estatuto Vasco" aprobado por La Sociedad de Estudios Vascos el 31 de mayo de 1931.

DECLARACIÓN PRELIMINAR

Artículo 1.º - Se declara que el País Vasco, integrado por las actuales provincias de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, constituye una entidad natural y jurídica con personalidad política propia, y se le reconoce como tal el derecho a constituirse y regirse por si mismo como Estado autónomo dentro de la totalidad del Estado español, con el que vivirá Articulado conforme a laso normas de la Ley de relaciones concertadas en el presente Estatuto,

Cada una de las referidas provincias se constituirá y regirá, a su vez, autonómicamente dentro de la unidad del País Vasco.

Este Estatuto tiene por objeto establecer, do acuerdo con el Parlamento español, las normas jurídicas que permitan consagrar en la ley la. expresada personalidad natural, estructurando la unidad vasca sobre la base del respeto a las autonomías particulares, para asegurar la prosperidad M País Vasco, la libertad y el bienestar material y espiritual de sus habitantes.

TITULO I

TERRITORIO DERECHOS Y OBLIGACIONES

Art 2. - El territorio del Estado Vasco queda hoy Integrado por todo el contenido dentro de los límites de las actuales provincias de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya.

Podrán ser admitidos en adelante a formar parte Integrante del Estado Vasco. otros territorios cuyos habitantes así lo soliciten, mediante el voto expresado en plebiscito del 90 por 100 de los electores incluídos en su Censo electoral para las elecciones generales, y siempre que la admisión sea autorizada por el Parlamento español, por el Consejo General vasco y por las Asambleas legislativas particulares de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya. Será también Indispensable que el territorio que solicite la unión sea continuo y colindante con el territorio vasco en todo o parte de su perímetro.

Si dicho territorio estuviera. enclavado en su totalidad dentro del territorio vasco. bastará que solicite la Incorporación la mayoría de los habitantes de aquél.

Art. 3.º - Los derechos y obligaciones establecidos en este Estatuto, serán aplicables :

a) En cuanto se refieren al orden político : A los naturales del País Vasco que llevaran en 61 un año de residencia. A los hijos 'de padre y madre naturales del mismo, o solamente de padre o madre de dicha naturaleza. mediante igual condición de un año de residencia. Los que no siendo naturales, del, País' ni tampoco siéndolo sus padres, hubieran adquirido vecindad, mediante residencia de dos años por lo menos en el mismo. Respecto a la elegibilidad, se estará, para el Consejo General, a lo dispuesto en este Estatuto, y para los cargos de los Estados particulares, a lo que se establezca en sus Estatutos respectivos. Los derechos contenidos -ti este párrafo podrán ser modificados por razones de reciprocidad.

b) En cuanto al derecho civil : A las personas que llevando - diez años de residencia legal efectiva en territorio vasco, no hayan adoptado por si mismas o por sus representantes legales por la conservación de su naturaleza de origen en la forma que establezcan las leyes. Igualmente a las personas que llevando dos años de residencia legal efectivo. en el territorio vasco, opten, en forma legal, por la adquisición del derecho de naturaleza vasca.

e) En cuanto a las materias de carácter social, será aplicable cuanto en virtud de la. autonomía consagrada en este Estatuto se establezca, 11 todos los habitantes del País, cualesquiera que sean su naturaleza o el tiempo de su residencia, así como a todo patrono u obrero que ejercite su actividad en elementos de transportes matriculados o Inscritos en los Registros del País Vasco.

TITULO II

LOS PODERES DEL ESTADO VASCO

Art. 4.º El poder legislativo vasco corresponde al Consejo General en pleno, para los asuntos comunes y demás especificados en su Reglamento orgánico, a las Juntas de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava y Cortes de Navarra, para los asuntos particulares de cada una de éstas, sin más limitaciones que las atribuidas al Consejo General.

El poder ejecutivo se atribuye a la Comisión ejecutiva del Consejo General del País Vasco y a las Diputaciones de Aloya, Guipúzcoa. Navarra y Vizcaya, según. se trate de materias relativas a la totalidad de aquél 0 de las privativas de cada uno de los Estados particulares,

El poder judicial será ejercido por el Tribunal Supremo del País Vasco y demás Magistrados, Jueces o Autoridades componentes de la Judicatura o Cuerpo judicial vasco, con arreglo a lo que se determine en el Reglamento de organización y funciones del mismo.

TITULO III

ORGANOS RECTORES DEL FAIS VASCO

CAPITULO PRIMERO

EL CONSEJO GENERAL

Art 5.º - Para representar a la totalidad del País Vasco y regir su actuación en sus relaciones con el Estado español, en las interprovinciales y en todos. los asuntos, obras o servicios comunes a las entidades autónomas integrantes de aquél, con la competencia y atribuciones que se consignarán en el Reglamento correspondiente, crea el Consejo General del Estado Vasco.

Art. 6.º - Este Consejo se compondrá de 80 representantes, a razón de 20 por cada una de las cuatro dichas entidades, y serán nombrados por las Juntar, o Asambleas legislativas de cada una de ellas. Su actuación durará cuatro años y podrán ser reelegidos.

Art, 7.º - Habrá, dentro del Consejo, una Comisión Ejecutiva, integrada por 8 representantes, que recibirán el nombre de Consejeros Permanentes y cuyo mandato tendrá la misma duración, con el mismo derecho a reelección Las expresadas Juntas a Asambleas, al elegir los 20 representantes, determinarán los dos de entre ellos que habrán de ocupar estos puestos y designarán otros dos en calidad, de suplentes.

Art. 8.º - El Presidente del Consejo lo será también de la Comisión Ejecutiva, debiendo hacerse la elección por la mayoría absoluta de los 80 representantes, y, en el caso de que a la primera votación no se obtuviera esta mayoría, se repetirá entro los dos que hubieran obtenido mayor número de votos en la primera.

El cargo de Presidente se renovará, cada. dos años, y en cada renovación deberá recaer en un representante de los designados por cada una de las entidades particulares en la rotación siguiente : Vizcaya, Navarra, Guipúzcoa y Alava, es decir, que el primer Presidente deberá ser vizcaíno ; el segundo, navarro ; el tercero. guipuzcoano, y el cuarto, alavés, y as! en lo sucesivo.

Art. 9.º - La Comisión Ejecutiva estará. domiciliada en la ciudad de Vitoria, en la que celebrará sus reuniones, y en donde estarán radicadas también sus oficinas y las del Consejo y la Secretaría General.

El Consejo se reunirá, en cada período bienal, en cada una de las cuatro capitales, por el orden de rotación establecido en el articulo anterior.

Art. 10.º - El Consejo nombrará libremente un secretario general retribuido, que será a la vez de la Comisión Ejecutiva.

Art. 11.º - El Consejo formará un Reglamento para su régimen y funcionamiento, en el que se especificarán sus atribuciones dentro de la norma general establecida en los artículos quinto y veinte, para la determinación de departamentos 0 secciones que estime conveniente establecer para la más eficaz realización de su labor, señalando el modo de arbitrar los recursos necesarios para su actuación, reglas para las convocatorias, asesoramientos. orden y número de sus sesiones y demás materias relativas a sus fines. Este Reglamento, antes de ser puesto en vigor, deberá, ser sometido a la aprobación por separado de las cuatro Provincias.

Art. 12.º - Les acuerdos del Consejo y de la Comisión Ejecutiva se adoptarán por mayoría de votos de los que estuvieron presentes en la respectiva reunión. Sin embargo, cuando el asunto sobre el que recayó acuerdo se refiera exclusiva o preponderantemente a una sola de las cuatro Provincias, a Instancia de uno cualquiera

de los representantes de ella en el Consejo podrá elevarse el acuerdo a la confirmación de éste. cuando se hubiere adoptado por la Comisión Ejecutiva y si el Consejo lo confirmara o se tratase de acuerdo adoptado originariamente por él, se someterá el asunto a una Comisión mixta compuesta por igual número de personas designados, la mitad por el Consejo y la otra rnitad por la Provincia reclamante. La Comisión mixta. deberá ser presidida por el que hubiera desempeñado la Presidencia del Consejo en el bienio inmediatamente anterior o por el de dos bienios anteriores si aquél procediera de la Provincia interesada.

Art. 13. - A la terminación de cada bienio, el Consejo general redactará una Memoria explicativa de su gestión durante dicho periodo, la que, acompañada de un estado de cuentas de lo Invertido, con sus oportunas justificaciones, remitirá, dentro del primer trimestre siguiente, para su examen y aprobación o censura, en. su caso, a la Comisión Plena de Residencia, que se constituirá con todos los miembros de las cuatro Diputaciones del País. Esta Comisión emitirá su dictamen en el término de un mes, y, si fuera aprobatorio, lo enviará al Consejo y a cada una de dichas Diputaciones para su conocimiento y archivo. Si fuera de censura, Ese concederá al Consejo otro término igual para explicar o justificar su actuación en el punto o puntos censurados emitiendo a continuación la Comisión de Residencia su nuevo fallo, el cual, si se mantuviere en él la censura, pasará a la resolución definitiva de un Trlbunal compuesto por doce representantes de las cuatro Asambleas legislativas del País, nombrados por ellas, a razón de tres cada una.

CAPÍTULO II

LA JUDICATURA 0 CUERPO JUDICIAL Y ~AL VASCO

Art. 14.º - El poder y las funciones judiciales del Pala Vasco correrán a cargo del Cuerpo Judicial y Fiscal del Estado autónomo, que lo organizará y ordenará libremente. La organización se ajustará a los principios básicos siguientes, que podrán ser modificados en virtud del apartado 3º del artículo 15 :

l." - Supresión de los Juzgados Municipales, pasando el Registro Civil a los Ayuntamientos y sustituyendo a aquéllos en las demás funciones que les están encomendadas por Juzgados de Zona, a cargo de jueces letrados, con secretarios también letrados Habrán de tener esta misma cualidad los fiscales de tales juzgados

Disposiciones reglamentarias determinarán

A) Número de dichos Juzgados.

B) Zona o demarcación correspondiente a cada uno.

C) Cualidades que deberán tener estos jueces, fiscales y secretarios entre las que, aparte del título de abogado, deberá figurar la dé ser naturales del País Vasco o residentes en él con más de diez años D) Remuneración.

E) Forma de actuación de estos Juzgados, a base de que la ejercerán, no en una localidad o residencia fija, sino en las correspondientes localidades de su respectiva Zona, trasladándose a ellas en los dios periódicos o eventuales que sean adecuados y se determinen según las necesidades de su función.

2.º - Modificación de los actuales Juzgados de Primera Instancia e Instrucción conforme a las normas siguientes :

a) Mantenimiento de los Juzgados mixtos de Primera Instancia e Instrucción en las demarcaciones de menor importancia en cuanto a la población y complejidad de su vida jurídica. b) Establecimiento de Juzgados de Instrucción separados de los de Primera Instancia en las demarcaciones que por su mayor importancia lo requieran.

e) Creación de cuatro Juzgados o Tribunales en las Capitales para los asuntos mercantiles de toda la provincia, con la sola excepción de aquellos que, por razón de su pequeña cuantía, se atribuyen a los Juzgados de Zona, en evitación (le molestias y perjuicios para los Interesados.

d) Un Tribunal Industrial para cada capital de provincia, pudiéndose atribuir también esta jurisdicción a determinados jueces de Zona en las de carácter industrial obrero. e) Un Tribunal Contencioso-administrativo en cada capital de provincia.

f) Todos los funcionarios del Cuerpo Judicial Fiscal habrán de reunir las condiciones de naturaleza o residencia fijadas para los jueces y secretarios de Zona.

3.º - Establecimiento en Bilbao de una Audiencia Territorial con, una Salir de lo Civil para las apelaciones de los Juzgados de Vizcaya y Altiva. mantenimiento la de Pamplona con jurisdicción en Navarra y Guipúzcoa,

4.º - Mantenimiento de las actuales Audiencias de lo Criminal, sin más modificaciones que la relativa a la provisión del personal y sus condiciones.

5.º - Creación del Tribunal Supremo Vasco, con tres Salas una de lo Civil, otra de lo Contencioso-administrativo y otra de] Trabajo y Reforma Social, que entenderán : la primera, en los recursos de casación relativos a la aplicación del Derecho Civil y Mercantil y recursos gubernativos contra calificaciones de !os Registradores de la Propiedad de las cuatro Provincias ; la segunda, en las apelaciones de los Tribunales de lo Contencioso de las mismas que por ahora funcionarán como actualmente, y la tercera en los recursos de nulidad Ir casación relativos a materias reguladas por el Código del Trabajo u otros leyes sociales. Ente Tribunal Supremo tendrá su residencia en Pamplona.

6.º - Exigencia Inexcusable del conocimiento y habla corriente del euskera demostrados ante un Tribunal designado por la Academia de la Lengua Vasca y acreditado por la correspondiente certificación, ésta para el desempeño de los cargos de jueces, magistrados, fiscales, secretarios, oficiales, habilitados y demás auxiliares de los Juzgados y Tribunales expresados excepto las Audiencias Territoriales y el Tribunal Supremo Y los jueces de Zona, de Instrucción y de Primera Instancia de los territorios en que se habla exclusivamente el castellano.

7.º - Exigencia idéntica para todos los notarios y demás funcionarios análogos con esta última excepción.

8.º - Los nombramientos de los cargos de] Cuerpo Judicial serán hechos por el Tribunal Supremo del Estado autónomo.

0.* - Un que ocurran en este Tribunal, incluso el de su presidente, por todos los miembros del mismo y los decanos de los Colegios de Abogados y Notarios del País.

TITULO IV

FACULTADES
Art. 15.º - El Estado Vasco, mediante sus organismos rectores de carácter general y los establecidos en los Estatutos particulares, actuando todos conforme a sus respectivas atribuciones, tiene competencia para legislar, administrar y Juzgar, haciendo que se ejecuten sus leyes y decretos y los fallos de sus Tribunales y Juzgados en las materias siguientes :

1.º - Las relativas a la constitución y al régimen autonómico del Palo Vasco, Interpretación y aplicación de este Estatuto General y de los Estatutos Particulares.

2.º - Administración Local, comprendiendo la organización y el régimen municipal y de los funcionarios afectos a sus servicios, tales como secretarios, interventores, médicos, Inspectores de Sanidad u otros titulares.

3. º - Organización y administración de la Justicia en todos sus órdenes y grados, ordenación de los Registros Civil, Mercantil y de la Propiedad y del Notariado.

4.º - Establecimientos penitenciarios, organización y régimen de los mismos.

5.º - Régimen tributario y económico incluyendo Impuestos, contribuciones, empréstitos, presupuestos, cuentas.

6.º - Vida y política económica del País Vasco, regulación Industrial, mercantil y agrícola, organización corporativa, Consejo de Economía, Cámaras de Comercio, de Industria y Agrícolas, Asociaciones bancarias, Asociaciones de Navieros, Marina mercante separada de la Militar, Instrucción y protección al personal marítimo ; Cámaras Mineras ; Régimen de la Propiedad Inmueble, rústica, urbana y rural y Cámaras de la Propiedad e Industriales ; propiedad comunal, expropiación forzosa y, en general, todas las instituciones y materias relacionadas con la economía del País Vasco.

7.º - Seguridad pública y defensa, Incluyendo Policía, Ejército y Marina militar.

Los contingentes del País Vasco, constituyendo parte del Ejército español, serán una entidad con carácter propio dentro del mismo, formándose las unidades orgánicas y agrupaciones de orden más elevado que consientan los recursos en hombres, de que se pueda disponer, llevarán la denominación de Milicias Vasco-Navarras, y constituirán precisamente en tiempo de paz las guarniciones del País, no pudiendo ser empleadas fuera, sino en caso de maniobras militares, de grave alteración del orden público as! declarada por las Cortes y en caso de guerra. La instrucción premilitar se dará por instructores pagados por el Estado Vasco y nombrados, a propuesta de éste, por el Ministerio de la Guerra. La forma de reclutamiento será de la exclusiva competencia del Estado Vasco, sin más limitación que la de que los reclutas sean aptos con arreglo a las leyes dictadas por la República, que regirán también respecto a la organización y mando de las expresadas unidades Vasco-Navarras y la duración del servicio.

8.º - Sanidad e Higiene.

9.º - Régimen de los cementerios que estará sometido a la jurisdicción de los Municipios,

10.º - Enseñanza en todos sus grados y especialidades, lengua y cultura. Bellas Artes.

11.º - Legislación social y del trabajo, ajustándose a los principios generales de protección al trabajador prescritos por los convenios Internacionales y los acuerdos de la Sociedad de Naciones, y partiendo como mínimo de las conquistas del proletariado sancionadas por la legislación española. El régimen financiero del Retiro Obrero, Seguro de Paro y de Maternidad y demás Instituciones de previsión

12.º - Beneficencia pública y privada, Incluso el patronato de las fundaciones e instituciones benéfico-docentes de carácter particular que existan en el País Vasco.

Obras públicas, mires, aguas, saltos de agua y ferrocarriles, tranvías, puertos, canales, caminos y montes, incluyendo los que el Estado posea en el territorio del País Vasco que serán reintegrados a la provincia correspondiente.

Un puertos de Bilbao y Pasajes serán objeto de una convención especial entre la República Española y el Estado Vasco.

13.º - Creación y fomento de la riqueza pública y privada forestal, agrícola, pecuaria, Industrial, minera, caza y pesca. fluvial y marítima e industria pesquera.

14.º - Comunicaciones Interiores : aéreas, telegráficas telefónicas a inalámbricas, y los transportes por vía aérea, terrestre y marítima.

15.º - Turismo, conservación y propagación de las bellezas artísticas y naturales del País, juegos y espectáculos públicos.

16.º - Legislación civil, hipotecaria, procesal y notarial.

En el ejercicio de estas facultades habrán de tenerse en cuenta las normas siguientes :

A) Principio fundamental.

El Pueblo Vasco es reconocido como soberano en todo lo que no esté limitada su soberanía por la Constitución española o por este Estatuto. Por consiguiente, asumirá todos los derechos y facultades que no se reserven para el Poder del Estado español en este Estatuto y los ejercerá con la máxima intensidad y plenitud.

A estos efectos se declara que quedan reservadas al Estado español, con respecto al Estado Vasco, las materias siguientes :

I.ª - Toda la parte de la Constitución de la República relativa a la forma de Gobierno, los derechos Individuales y sociales, las relaciones entre la Iglesia y el Estado, el régimen de los Cultos, derecho de sindicación y libre ejercicio de la actividad económica Individual. Todos estos derechos estarán bajo la salvaguardia del Estado nacional, al cual podrán acudir con sus reclamaciones en última Instancia, así los ciudadanos como las Asociaciones, los Municipios o las provincias del País Vasco, contra las Infracciones que se cometieren por las autoridades o los particulares.

2.ª - La vida internacional de la República española que ostentará la representación del Estado Vasco en sus relaciones exteriores y su sanción.

3.ª - Aduanas y política arancelaria.

4.ª - Moneda, penas y medidas.

5.ª - Deuda del Estado Español.

6.ª - Correos y Telégrafos, con las salvedades establecidas en los servicios Interiores del País Vasco.

7.ª - Guerra y Marina, con Idénticas salvedades.

en este Estatuto para

8.º - Representación del Palo Vasco en el Parlamento español y procedimiento electoral para constituirlo.

9.ª - Propiedad Industrial e Intelectual.

10.ª - Derecho mercantil y penal.

11.ª - Facultad para resolver las cuestiones interestatales.

12.ª - El fomento y auxilio, como medios de tráfico y comunicación Internacionales, de los grandes puertos de tal carácter, de la navegación marítima y aérea en las mismas condiciones y de la construcción de buques y aparatos aéreos de transporte.

13.ª - La. Intervención en las Iniciativas de carácter interestatal para fijar, de acuerdo con los Estados a quienes afecten, las normas de cooperación económica.
B) Garantías.

El Pueblo Vasco tendrá garantizados por la Constitución de la República española, su territorio, su soberanía (dentro de los limites establecidos en los párrafos anteriores), su Constitución Interna y las particulares de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, la libertad y los derechos del Pueblo Vasco, los derechos constitucionales de sus ciudadanos y los derechos y las atribuciones que el pueblo haya conferido a sus autoridades.

Para el mantenimiento de estas garantías será preciso:

a) Que la Constitución o Estatuto del Palo Vasco y su Gobierno aseguren en todo momento el ejercicio de los derechos políticos de sus ciudadanos bajo formas democráticas ;

b) Que dicha, Constitución no contenga nada que sea contrario a las disposiciones de la Constitución española y que sean de aplicación general para todo el territorio español ; y

e) Que haya sido aprobado por el pueblo y no pueda modificarse o reformarse sino por el voto de la mayoría absoluta de sus ciudadanos.

TITULO V
LA LENGUA

Art. 16.º - La lengua nacional de los vascos es el euskera. Ella será reconocida como oficial en Iguales condiciones que el castellano.

Art. 17.º - En las escuelas de los territorios euskeldunes del País Vasco en utilizarán para la enseñanza los dos Idiomas observándose al efecto las reglas que fije la Diputación en que se halle enclavado el territorio de que se trate.

Todos los funcionarios así administrativos como judiciales, que presten servicio en las mismas deberán ser conocedores del euskera.

Las expresadas Diputaciones demarcarán los territorios que deben merecer a estos efectos la calificación de eunkeldunes.

TITULO VI

REPRESENTACION DEL ESTADO ESPAÑOL

Art. 18.º - La representación del Estado español dentro de todo el territorio vasco corresponderá al Presidente del Consejo General en quien el Gobierno español delegará el ejercicio de las facultades que al mismo correspondan en dicho territorio en materia de orden público, publicación y aplicación de las leyes generales de la República española y de los decretos de su Gobierno en aquellas funciones y materias que éste ejerza en territorio vasco.

Esta representación del Estado español no autorizará en ningún caso a dicho presidente para invadir las atribuciones y facultades que al País Vasco corresponden con arreglo a este Estatuto o que en adelante se le reconozcan, las cuales deberá respetar y hacer que sean siempre. respetadas.

TITULO VII

CONFLICTOS ENTRE EL ESTADO VASCO Y LA REPÚBLICA

Art. 19.º - Un que no puedan resolverse por gestión directa entro las autoridades u organismos representativos de ambos Estados, se someterán a una Comisión mixta, nombrada la mitad por el Consejo General del País Vasco y la otra mitad Por el Parlamento español, presidida por el Presidente de la República española. 81 no estuviera funcionando el Parlamento y el asunto fuera urgente, los miembros del Estado español en dicha Comisión mixta serían designados por el Consejo de ministros de la República.

TITULO VIII

LOS ESTATUTOS PARTICULARES

Art. 20.º - De conformidad con lo establecido en la declaración preliminar, Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, formarán y aprobarán libremente aun respectivos Estatutos particulares para su régimen interno sin otras limitaciones que 1~ siguientes. :
a) Sus Asambleas legislativas serán elegidas por sufragio universal bajo formas democráticas, admitiéndose también el sufragio Indirecto de los Ayuntamientos siempre que éstos hayan sido elegidos por sufragio universal directamente.
b) No contendrán estos Estatutos particulares disposición alguna que está en contradicción u oposición con este Estatuto ni con la Constitución general de la República española en cuanto sea aplicable a todos sus territorios.
c) Será respetada la Autonomía municipal.
d) De las facultades genéricamente atribuidas al Estado vasco competerán al Consejo General las que expresamente se consignan en el presente Estatuto y aquéllas que por resolución de todas las provincias se estime conveniente ejercerlas mancomunadamente. Las demás serán ejercidas en cada provincia por sus organismos peculiares y privativos.
e) Estos Estatutos particulares se elevarán al Consejo General y al Gobierno de la República, para el solo efecto de examinar at hay en ellos algo contrario a ente Estatuto o a la Constitución de la República a tenor del artículo 20º.

TITULO IX


REGIMEN DE RELACIONES TRIBUTARIAS

Art. 21.º - Estando vigentes en el País Vasco el Concierto Económico con las Vascongadas y el Convenio de Navarra, sancionados por RR. DD. de 9 de junto de 1925 y 15 de agosto de 1927, una vez aprobado el presente Estatuto y establecidos los organismos dirigentes del Estado Vasco, éste propondrá al Gobierno de la República, dentro del término máximo de diez meses, una nueva regulación de las relaciones tributarlas sobre la base del mantenimiento de los cupos actuales, con lee correcciones Inherentes a la delimitación de funciones, servicios y facultades establecidos en el presente Estatuto.

TITULO X

REFORMA DE ESTE ESTATUTO

Art. 22.º - Para la reforma de ente Estatuto General, se exigirán los mismos requisitos y garantías que pata la reforma de la Constitución de la República Española la, siendo precisa en todo caso, la conformidad del Consejo General y de las Asambleas legislativas de las cuatro Provincias.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

1.ª -- Será necesaria la Intervención de los Ayuntamientos del Palo para la aprobación del Estatuto.

2.ª - Una vez aprobado y publicado en la " Gaceta " el Estatuto, es procederá para su implantación del modo siguiente :

Dentro de los 20 días siguientes a dicha publicación, las Comisiones Gestoras o las Diputaciones convocarán a Asamblea de Ayuntamientos para la designación de 29 Individuos por cada Provincia que con capacidad para desempeñar el cargo. según ente Estatuto, las representen en el Consejo General del Palo con la facultad de dirigir y promover la constitución Interna de Aleve, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya previa aprobación por ellas mismas de sus Estatutos particulares y la realización de las elecciones de aun privativas Asambleas legislativas y demás trámites necesarios, al efecto, con arreglo a aquéllos y a- las disposiciones que el pueblo en cada Provincia adopte en cada una, consultando con dicho Consejo General las dificultades que se ofrezcan.

Esta labor deberá efectuarse en el término de dos meses, a partir de la fecha de la constitución provisional del Consejo.

Constituidas por Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, aun respectivas Asambleas Legislativas, elegirán el Consejo General definitivo que tomará posesión seguidamente, cesando en el acto el Consejo Provisional.

3.ª - El Consejo General hará libremente los nombramientos de todo el personal del Tribunal Supremo que ha de Iniciar la organización autónoma de la Justicia. Este Tribunal, asistido de los Decanos de los Colegios de Abogados y Notarios, será el que proceda a designar los funcionarios que han de Integrar el Cuerpo Judicial y Fiscal, que a su vez Iniciará aquella organización con arreglo a las bases que previamente haya adoptado el Consejo General.

DISPOSICIONES COMIPLEMENTARIAS

Una vez que el Consejo definitivo hubiera tomado posesión de su cargo, procederá sin demora a la redacción de los siguientes Reglamentos o Cuerpos legales complementarios :
a) Reglamento de Organización, funciones y modo de proceder del Consejo General, con determinación de las atribuciones que, de las materias reservadas al Estado Vasco en este Estatuto, le correspondan exclusivamente y de las que le asignen los organismos representativos de las cuatro Provincias.
b) Reglamento orgánico de la Judicatura o Cuerpo Judicial y Fiscal, en el que se fijarán las necesarias garantías para asegurar la Independencia de los funcionarios, su inamovilidad, modo de Ingreso, procedimiento para las oposiciones, nombramientos, jubilaciones, categorías, escalafones y demás condiciones. Igualmente se reglamentará la materia de Registros Civil, Mercantil y de la Propiedad, el Notariado y el régimen de los Establecimientos penitenciarios. e) Reglamentos de procedimientos civil y contencioso-administrativo a que han de ajustarse la actuación de las partes y de los jueces, fiscales y Tribunales Integrantes del referido Cuerpo Judicial y Fiscal en las contiendas que se promuevan en ambas materias. Mientras otra cosa no se disponga, el Estado Vasco hace suyo el procedimiento para lo penal establecido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882.

d) Reglamento de Instrucción pública y cultura, en el que, previa determinación de las atribuciones especiales que en materia de enseñanza es han de reservar respectivamente a los Ayuntamientos, a los organismos de los Estados particulares y al Consejo, se fijen las reglas comunes a que ha de ajustarse el Palo Vasco en los diversos grados de la misma, Incluso los de la Universidad y las escuelas profesionales, de ampliación, de Investigación y de cultura en todos los órdenes.

e) Instrucción para el mantenimiento del orden público y la organización del servicio militar y matrículas de mar en el Estado Vasco.

f) Reglamento de administración local.
g) Reglamento de Beneficencia.
h) Reglamento de Sanidad.

Estos Reglamentos una vez aprobados por el Consejo General, no enviarán a las Diputaciones de Aleve, Guipuzcoa, Navarra y Vizcaya, para su aprobación.

Serán aplicadas al Estado Vasco las Leyes y facultades no consignadas en este Estatuto que las Cortes o el Gobierno de la República establezcan en favor de otros Catados federados, y sean aceptadas por el propio Estado Vasco.

Según puede leerse en el Boletín de la Sociedad de Estudios Vascos correspondiente al 2* trimestre de 1931, el texto que antecede fué aprobado en la reunión de la Junta permanente de dicha Sociedad celebrada el 31 de mayo de dicho año bajo la presidencia del señor Elorza (J. de) y asistencia de los miembros de la misma Junta, señores Aranzadi, Barandiaran, Díaz de Mendivil, Bas- terrechea, Fuentes, Aguirre (J. de), Armendariz, Chalbaud, Beunza, Aguirre (J. M. de), conde de VilalIonga, Urquijo, Eleta, Orueta, Echegaray y Apraiz. También asisten, por parte de la Comisión de Autonomía, los señores Madariaga, Arana y Echenique, y por la Comisión Gestora de la Diputación de Guipúzcoa, los señores Trecu y Castro,

En la preparación del texto intervinieron en las reuniones de la Comisión de Autonomía Igualmente los señores Zavala (L. de), Cunchillos, Oroz, Aizpun. Landaburu, Huici (S. de) y Oleaga.

Fuente: Fernando Sarrailh de Ihartza, Vasconia, Buenos Aires, 1962

Proyecto de Estatuto General del Estado Vasco (14 de junio de 1931)

Proyecto de Estatuto General del Estado Vasco
(14 de junio de 1931)

El proyecto de "Estatuto General del Estado Vasco" aprobado en la Asamblea de los Municipios Vascos reunida en Estella el 14 de Junio de 1931.
Al trabajo técnico preparatorio llevado a cabo por la "Sociedad de Estudios Vastos" siguió inmediatamente la iniciativa municipal para la demanda y consecución de la autonomía, en la forma que declara el documento que sigue :
Exposición y declaración preliminar del Estatuto general del Estado Vasco aprobado en la Magna Asamblea de Municipios Vascos celebrada en Lízarra (Estella) el día 14 de Junio de 1931.

EXPOSICION
Tradicional o histórica ha sido la libertad de nuestro pueblo. Loes diversos Esta dos que lo han compuesto conservaron su innata libertad, sacudiendo victoriosamente cuantos yugos quisieron imponerle en tiempos pasados. Y siguiendo los impulsos del genio de la raza se dieron a el mismos el régimen que les convino, sin más sugerencias que su propia voluntad manifestada en sus organismos legislativos tradicionales.
Nuestra historia hasta el siglo XIX es la historia de un pueblo libre, amante como el que más de su libertad y celoso guardador de su vida propia contenida en sus fueros, usos y costumbres.
Las leyes aprobadas por las Cortes españolas y promulgadas con fechas 25 de octubre de 1839, 16 de agosto de 1841 y 21 de julio de 1876, se encaminaron a extender la unidad constitucional de España a los territorios de Navarra, Vizcaya, Guipúzcoa y Alava. Su carácter de leyes especiales, la preparación y disposiciones de la del año 1841 y las facultades especiales que se reservan a los Gobiernos en la de 1876, no son sino la consagración de la personalidad peculiar del País Vasco. Ente no dió nunca su consentimiento al régimen de derecho que quisieron crear dichas leyes.
En el transcurso del siglo XIX y durante todo lo que va del presente, la protesta contra la extensión de la unidad constitucional de la Monarquía española fué general y reiteradamente expresada por sus organismos forales y públicos, por las organizaciones políticas y por la opinión general del País.
De aquí que como siempre exista un movimiento universal en el Pueblo Vasco que reclama la derogación de aquellas leyes volviendo al estado jurídico anterior a ellas, que es lo que en nuestro País se conoce con el nombre de Reintegración foral.
Manteniendo viva esta reivindicación de los derechos históricos y armonizándola con la voluntad de no crear, en los momentos en que se está preparando su constitución, dificultades a la consolidación de la República Española, el Pueblo Vasco ha querido que se consagre en la misma Ley constitucional de la misma República la personalidad del País Vasco estructurando la unidad vasca sobre "la base del respeto a las autonomías particulares para asegurar la prosperidad del País Vasco, la libertad y el bienestar material y espiritual de sus habitantes ".

A raíz de la caída de la Dictadura en España, el País Vasco se encontró al igual que los demás pueblos del resto del Estado, sin organismos que tuvieran recibido su poder de la voluntad del pueblo. Los Gobiernos que constituyó la Monarquía en los últimos tiempos no dieron cabida a la manifestación del sufragio popular hasta el día 12 de abril de 1931, fecha en la cual se celebraron en todo el territorio del Estado elecciones para la designación de los componentes de las corporaciones municipales.
Estas elecciones produjeron el cambio de régimen del Estado, implantando la República. El País Vasco llevó por su parte a las Corporaciones Municipales o Cabildos Locales a los legítimos representantes de la voluntad popular.
Careciendo, pues, el País, de toda otra representación emanada del sufragio directo, las Municipalidades vascas sintieron la grave responsabilidad de tener que ser portavoces de los derechos y anhelos del mismo, sin. que ello fuera obstáculo para la implantación ordenada y pacífica de la República en España.

Estos derechos y anhelos de nuestro pueblo fueron concretados en el proyecto de celebrar una Asamblea de Municipios vascos, en la que fueron aprobados las bases y articulado de un proyecto de autonomía del País La idea fué aceptada con singular unanimidad por los Municipios, que en número de cuatrocientos ochenta y cinco aprobaron en sus sesiones respectivas la adhesión entusiasta al proyecto de asamblea y redacción de estatuto 'que contuviera las aspiraciones del País.

Este refrendo de los Ayuntamientos fue considerado por los Alcaldes organizadores más que suficiente para proseguir la labor emprendida, asistidos ahora por la confianza del pueblo. Y dispuesto a que el Estatuto fuera una obra que mereciera el respeto general, encargaron a la meritísima Sociedad de Estudios Vascos su redacción, para que una vez cumplida, se sometiera a la aprobación de los Ayuntamientos. Cerca de cuatrocientos municipios vascos de los quinientos veintiocho que componen el País, se dirigieron a su vez a la citada Sociedad en el mismo mentido que sus Alcaldes representantes.

Redactado el Estatuto vasco por la Sociedad de Estudios Vascos, los Alcaldes Iniciadores del movimiento de las cuatro Provincias, se reunieron en Pamplona en el Salón del Príncipe de Viana, de la Diputación de Navarra, acordando entre otros extremos la celebración de la Magna Asamblea de Municipios del] País Vasco, el día 14 de junto de 1931, en la capital de Navarra.

Trasladada la Asamblea de Pamplona a Estalla, se celebró aquélla en esta última ciudad en la fecha indicada. No hemos de ocuparnos de sus detalles ya que la Asamblea está grabada en el corazón de todos con recuerdo imborrable. Allí dió el País la nota de unidad y concordia más gratas que han podido soñarse

De ella saltó refrendado por el pueblo mediante aun mandatarios, el Estatuto adjunto que respetando nuestras personalidades históricas las une en vínculo de eficaz y mutua prosperidad y convivencia.

Señala para nuestro País, la fecha del 14 de junio de 1931, el avance más formidable de sus últimos tiempos en orden al logro de nuestras reivindicaciones.

Fue el abrazo de las hermanas mucho tiempo separadas por vicisitudes históricas, abrazo de perdón por si entre ellas existieran agravios que la incomprensión creó y que el desconocimiento de la unidad de raza y personalidad de nuestro pueblo amenazaban ahondar. Todo esto acabó en Estella, para dar comienzo a una nueva era de luz ; animada por el calor que despide el sol de la libertad tanto tiempo esperado y que hoy desprende felicidad amaneciendo en nuestro pueblo.

LOS, ALCALDES DE :
Sangüesa, Guecho, Azpeitia y Liodio,
A. Blanco Garmendia, J. A- de Aguirre Lecube,
C. de Orbegozo,I. I. de Zarandona.

SEGUN ACUERDO ADOPTADO POR UNANIMIDAD EN LA ASAMBLEA DO ESTELLA, LOS MUNICIPIOS VASCOS DECLRAN SOLEMNEMENTE QUE LA APROBACION DE ESTE ESTATUTO, NO SUPONE RENUNCIA A LA REINTEGRACION FORAL PLENA, CONCRETADA EN SU ANHELO A LA DEROGACION TOTAL Y PLENA DE LAS LEYES DE 25 DE OCTUBRE DE 1839, 16 DE AGOSTO DIO 1841 Y TODAS CUANTAS, BIEN CON ANTERIORIDAD O POSTERIORIDAD A ESTAS FECHAS, HAYAN CONCULCADO, DE ALGUNA MANERA LOS DERECHOS SAGRADOS DE ESTE PAIS.

En el articulado del Estatuto, aprobado por la Sociedad de Estudios Vascos, aparte algunas correcciones de estilo que no alteraban concepto ni sentido, se introdujeron las modificaciones siguientes en la Asamblea de Municipios :

Art. 2.º - Al texto anterior se añadieron los párrafos que siguen:

" Los territorios que, sin constituir una provincia, se incorporen al Estado Vasco, quedarán agregados a la provincia vasca colindante que elijan.

Cualquier territorio agregado al Estado Vasco con. arreglo a lo dispuesto en ente articulo, podrá obtener su segregación en las mismas condiciones en que es acordó su agregación."

Art. 3.º - El párrafo inicial y extremo a) quedaron redactados como sigue :

" Un derechos y obligaciones establecidos en este Estatuto serán aplicables :

a) En cuanto se refieren al orden político : A los naturales del País Vasco siempre que tuvieran un año de residencia dentro de él. La misma regla se aplicará a los hijos de padre y de madre naturales del mismo, o solamente de padre o de madre de dicha naturaleza, mediante igual condición de un año de residencia. Y a los que no siendo naturales del País, ni siéndolo tampoco sus padres, hubieran adquirido vecindad mediante residencia de diez años por lo menos en el mismo. Respecto a la eligibilidad, se estará para el Consejo General a lo dispuesto en este Estatuto y para los cargos de los Estados particulares, a lo que se establezca en aun Estatutos respectivos. Loa derechos contenidos en ente párrafo podrán ser modificados por razones de reciprocidad. "

Art. 5.º - Quedó redactado así :

" Para representar a la totalidad del País Vasco y regir su actuación en sus relaciones con el Estado Español, en las interprovinciales y en todos los asuntos, obras y servicios comunes a las entidades autónomas integrantes de aquél, con la competencia y atribuciones que en este Estatuto se determina. se crea el Consejo General del País Vasco."

Art. 8.º - El párrafo segundo de este artículo quedó redactado:

" El cargo de Presidente se renovará cada dos años y en cada renovación deberá recaer en un representante de los designados por cada una de las entidades particulares en la rotación siguiente : Navarra, Vizcaya, Alava, y Guipúzcoa, es decir, que el primer Presidente deberá, ser navarro, el segundo vizcaíno, el tercero alavés y el cuarto guipuzcoano, y así en lo sucesivo. "

Art. 9.º - Texto del primer párrafo del mismo :

" La Comisión Ejecutiva estará domiciliada en la ciudad de Pamplona (Iruña) en la que celebrará sus reuniones y en donde estarán radicadas también sus oficinas y las del Consejo y la Secretaría General."

Art. 14.º - Su apartado e) rezará en adelante .
e) Forma de su nombramiento a base de la formación de un Cuerpo en el que se ingrese por oposición hecha en el País.

(El anterior apartado e) pasó a ser el f))

Art. 15.º - Se incluyó un apartado cuarto que dice:

" Cuarto. - Las relaciones de la Iglesia y del Matado Vasco, el cual negociará un concordato con la Santa Sede. " .

(Corren los diversos apartados hasta el 18 inclusive).

" A. PRINCIPIO FUNDAMENTAL. - El Pueblo Vasco es reconocido como soberano en todo lo que no está limitada su soberanía por las atribuciones de que taxativamente hace cesión en ente Estatuto al Estado Español. Por consiguiente. asumirá todos los derechos y facultades que no se reserven para el Poder del Estado Español en este Estatuto, y los ejercerá con la máxima intensidad y plenitud.

A estos efectos, se declara que quedan reservadas al Estado Español con respecto al Estado Vasco las materias siguientes :

1) - Toda la parte de la Constitución de la República relativa a la forma de Gobierno, los derechos individuales y sociales, derecho de sindicación y libre ejercicio de la actividad económica individual. Todos los derechos estarán bajo la salvaguarda del Estado nacional, al cual podrán acudir en aun reclamaciones, en última instancia, así los ciudadanos como las asociaciones, los municipios o las provincias del Pala Vasco, contra las infracciones que se cometieron por las autoridades o los particulares. "

(Sigue adelante el texto sin variación, a partir del extremo 2)

Art. 17.º - Quedó redactado como sigue :

" En las escuelas de los territorios de lengua vasca se utilizará el euskera como idioma vehículo de enseñanza, cursándose como asignatura en todos los grados el castellano, mientras que en las escuelas de zonas de lengua castellana se dará la enseñanza en este idioma, careándose el euskera como asignatura en todos los grados.

Todos los funcionarios, así administrativo. como Judiciales, que presten servicios en los primeros deberán ser conocedores del euskera.

Las respectivas Diputaciones demarcarán, a los efectos de ente artículo, los territorios de lengua vasca "

20.º - Reza así :

" De conformidad a lo establecido en la declaración preliminar, Alava, Guipúzcoa, Navarra Y Vizcaya formarán y aprobarán libremente sus respectivos Estatutos particulares para su régimen interno, sin otras limitaciones que las siguientes :

a) - Sus asambleas legislativas serán elegidas por sufragio universal, bajo formas democráticas o tradicionales, admitiéndose también el sufragio indirecto de loa Ayuntamientos siempre que éstos hayan sido elegidos por sufragio universal directo.

b) - No contendrán estos estatutos particulares disposición alguna que está en contradicción u oposición con este Estatuto.

c) - Será respetada la autonomía municipal.

d) - El Poder Legislativo será ejercido en Alava, Guipúzcoa y Vizcaya por las Juntas Generales y en Navarra por las Cortes. El Ejecutivo correrá a cargo de las Diputaciones en las cuatro. El Poder Judicial será también en todas ellas ejercido por la Judicatura o Cuerpo Judicial y ]Flaca¡ Vasco.

e) - De las facultades genéricamente atribuidas al Estado Vasco, competerán al Consejo General las que expresamente se consignan en el presente Estatuto y aquellas que por resolución de todas las provincias se estime conveniente ejercerlas mancomunadamente. Las demás serán ejercidas en cada provincia por aun organismos peculiares privativos.

f) - Estos Estatutos particulares se elevarán al Consejo General y al Gobierno de la República, para el solo efecto de examinar el hay en ella* algo contrario a este Estatuto General del Estado Vasca. "

Art. 21.º - Dirá así :

" Estando vigentes en el Pase Vasco el Concierto Económico con las Vascongadas y el Convento de Navarra, sancionados por los reales decretos de 9 de Junio de 1926 y 15 de Agosto de 1927, una vez aprobado el presente Estatuto y establecidos los organismos dirigentes del Estado Vasco, éste, previa consulta y aprobación por parte del pueblo vasco, representado por los Ayuntamientos, propondrá al Gobierno de la República, dentro del término Máximo de diez meses una nueva regulación de las relaciones tributarlas sobre la base del mantenimiento de los cupos actuales, con las correcciones inherentes a la delimitación de funciones, servicios y facultades establecidos en el presente Estatuto. "

" DISPOSICIONES TRANSITORIAS. - Las des primeras quedarán redactadas COMO sigue :

Primera - Será necesaria la intervención de los Ayuntamientos del País Para la aprobación de este Estatuto.

Segunda. - Una vez aprobado y publicado en la e Gaceta " el Estatuto, se procederá, Para su implantación, del modo siguiente :

Dentro de los veinte días consecutivos a dicha Publicación, la Comisión de los Municipios convocará a Asambleas de Ayuntamientos para la designación de veinte individuos por cada provincia, que, con capacidad para des. empeñar el cargo según ente Estatuto, las representen en el Consejo General, que ha de asumir de un modo provisional todos los poderes de la totalidad del País. Tendrán la facultad de dirigir y promover la Constitución Interna de Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, previa aprobación por. ellas mismas de aun Estatutos particulares y la realización de las elecciones de aun privativas Asambleas legislativas y demás trámites necesarios al efecto con arreglo a ellos y a las disposiciones que el pueblo adopte, en cada provincia. consultando con el dicho Consejo General las dificultades que se ofrezcan.

Esta labor deberá efectuarse en el término de dos meses a partir de la fecha de la constitución provisional del Consejo.

Constituidas por Alava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya sus respectivas Asambleas legislativas, elegirán el Consejo General definitivo, que tomará posesión seguidamente, constituyéndose en la forma establecido en este Estatuto y cesando, " ipso facto >, el Consejo Provisional. "

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS. - El párrafo inicial y extreme " Una vez que el Consejo definitivo hubiera tomado posesión de su cargo.

a) dirán así:

procederá sin demora a la redacción de los siguientes reglamentos o cuerpos legales complementarlos : a) Reglamento de organización, funciones y Modo de proceder del Consejo General, con determinación de las atribuciones que, de las materias reservadas al Estado Vasco en este Estatuto, le correspondan exclusivamente y de las que se le asignan para la labor de relacionar y coordinar la acción de los organismos representativos de las cuatro provincias.

Con un Mensaje dirigido al Excmo. Sr. Presidente del Gobierno de la República y fechado en Madrid, a 22 de Septiembre de 1931, fue presentado en la capital de España, al Sr. Alcalá Zamora que ostentaba la entonces más alta autoridad de la República Española, por más de 400 alcaldes de las cuatro regiones vascas el " Proyecto de Estatuto Vasco, con sus anexos, a los fines de que esta presentación tenga estado oficial y siga la tramitación que V. E. estime haya de dársele hasta su definitiva aprobación ".

Fuente: Fernando Sarrailh de Ihartza, Vasconia, Buenos Aires, 1962

Estatuto de Estella (14 de junio de 1931)

Estatuto de Estella o Estatuto General del Estado Vasco aprobado
en la Asamblea de Municipios vascos. Estella, 14 de junio de 1931

Según acuerdo adoptado por unanimidad en la Asamblea de Estella, los Municipios vascos declaran solemnemente que la aprobación de este Estatuto no supone renuncia a la reintegración foral plena, concretada en su anhelo a la derogación total y plena de las leyes de 25 de octubre de 1839, 16 de agosto de 1841 y todas cuantas, bien con anterioridad o posterioridad a estas fechas, hayan conculcado de alguna manera los derechos sagrados de este País.

Declaración preliminar

Artículo 1. Se declara que el País Vasco, integrado por las actuales provincias de Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya, constituye una entidad natural y jurídica, con personalidad política propia, y se le reconoce como tal el derecho a constituirse y regirse por si mismo como Estado autónomo dentro de la totalidad del Estado español, con el que vivirá articulado conforme a las normas de la ley de relaciones, concertada en el presente Estatuto.

Cada una de las referidas provincias se constituirá y regirá, a su vez, autonómicamente, dentro de la unidad del País Vasco.

Este Estatuto tiene por objeto establecer las normas jurídicas que permitan consagrar en la Ley la expresada personalidad natural, estructurando la unidad vasca sobre la base del respeto a las autonomías particulares, para asegurar la prosperidad del País Vasco, la libertad y el bienestar material y espiritual de sus habitantes.

Fuente.: J.. M. Castells, El Estatuto Vasco, Luis Haramburu, San Sebastián, 1976: 106-127.

Retirada de la minoría vasco-navarra (PNV y carlistas) de las Cortes Constituyentes por la cuestión religiosa (Euzkadi, 18 de octubre de 1931)

Retirada de la minoría vasco-navarra (PNV y carlistas) de las Cortes Constituyentes por la cuestión religiosa

A nuestros electores

Los diputados de Nabarra, Bizkaya, Gipuzkoa y Alaba, firmantes de este documento, estiman deber inaplazable explicar al País su retirada de las Cortes.

Bien sabido es que los suscritos llevaban al Parlamento un propósito principal: el de defender los derechos, circunstancialmente concretado en el Estatuto del País Vasco, puestas al frente de él las enmiendas de Estella, que significaban el espíritu religioso, esencia y fundamento de la vida y de las instituciones tradicionales del Pueblo Vasco y que fueron expresadas por inequívoca mayoría, que democráticamente nos confió su defensa. Dios y Fueros, Jaungoikoa eta Lege-Zarrak; en una palabra, el sentimiento religioso y las aspiraciones comunes en orden a nuestra libertad, fueron la bandera que los electores depositaron en nuestras manos.

Pues bien; al llegar a las Cortes Constituyentes pudimos advertir desde el primer instante que, por lo que se refería al País Vasco, ninguna de esas aspiraciones nuestras encontraba ambiente en la Cámara; por el contrario, se llegaba en ese sectarismo inconcebible que marca todos los pasos de estas Cortes, a la torpeza de calificar de reaccionario a un Estatuto por comprender entre las facultades autonómicas las relaciones entre la Iglesia y el Estado particular; desconociendo el sentir del mundo civilizado en estas cuestiones y ocultando maliciosamente nuestra absoluta cesión al Estado central de todas las garantías individuales y sociales, demostración de nuestro espíritu de tolerancia.

Ya en la discusión del proyecto constitucional sobre las facultades regionales, se demostró hasta dónde llegaba el sectarismo de estas Cortes y el trato que se daba a los sentimientos más íntimos de nuestro Pueblo.

Obsérvese que en el proyecto constitucional se reserva para el Poder Central la facultad de concordar con la Iglesia Católica, cuando es notorio que sus autores no pensaban concordar: pretendíase solamente con ello negar a nuestro País ese derecho, y por ello, más que por diferencias de concepto sobre autonomía, para obligar a que sus acuerdos antirreligiosos rigieran también en él, pensando, sin duda, que ésa podía ser la manera de descatolizarlo.

Ello no obstante, y a pesar de las mutilaciones introducidas ya en relación con los Estatutos, permanecimos en la Cámara, colaborando en sus tareas, guiados por nuestro afán de concordia. Pero llegó el debate religioso, y en él culminó todo el propósito de persecución que anima a las Cortes. No ha servido para detenerlas, ni siquiera el discurso del entonces presidente del Gobierno, que era el anuncio de una crisis gravísima para la República. Se arrostraba todo, absolutamente todo, con tal de que quedara fijado en la futura Constitución española el designio de perseguir, nada menos que desde la ley fundamental del Estado, a la Iglesia y a sus Instituciones.

Y esto, por lo que a nuestra situación y al pueblo que representamos afecta, con una agravante cualificada: la de haberse llegado a modificar el dictamen de la Comisión concretando su radicalismo, sin citar siquiera ni oír a nuestro representante en el seno de la Comisión y sin dar tiempo material para examinar el nuevo texto y formular sobre él las enmiendas indispensables. Añádase que aconteció todo esto al final de una sesión agotadora, que duró hasta pasada la madrugada, entre insultos y ataques incalificables de algunos diputados, y se habrá formado idea de lo que significa la aprobación del artículo 24 [futuro artículo 26 de la Constitución de 19311, en cuya votación intervinieron tan sólo 178 diputados en pro frente a 59 en contra, de los 464 que integran el Parlamento.

Ante una situación de esta índole, y con la seguridad de que nuestra actuación es absolutamente ineficaz y quizás contraproducente, por estar prejuzgadas todas las demás cuestiones, hemos creído que no podíamos colaborar en la formación de una ley constitucional, que, hiriendo el alma de nuestro País, contraría sus ideales más profundos y queridos. Esta Constitución no responde a los sentimientos generales del Pueblo, ni siquiera a los más elementales respetos que los Estados modernos guardan a la libertad.

Por todo esto, los diputados que suscriben han entendido que su postura más eficaz era la de dirigirse al País que los eligió y manifestarle las razones que les han movido a abandonar las Cortes Constituyentes españolas.

Forzados por el sectarismo actual a ausentarnos de ellas, una vez más seguirá nuestro Pueblo sin colaborar en otro período constituyente del Estado español.

Volvemos a vosotros con la conciencia tranquila de haber cumplido con lo que era nuestro deber; seguros de que esta actitud de dignidad hallará eco en vosotros, porque más que la ofensa personal recibida, ha sido la injuria de vuestros sentimientos colectivos lo que ha determinado nuestra abstención.

¡Nabarros, bizkainos, gipuzkoanos y alabeses! Ante vosotros se presentan hoy vuestros diputados, con la frente levantada, rindiéndoos cuentas de su gestión y trayendo incontaminado, limpio, el tesoro de vuestros ideales. Sigue en pie nuestro espíritu de franca democracia cristiana; en alto nuestra profesión colectiva de Fe, y vivo nuestro anhelo de reintegración foral plena, que mantenemos sin renuncia de ninguna clase. Ideales que, mediante el entusiasmo de todos, se han de ver fortalecidos. Nosotros los traemos más pujantes que nunca.

¡Ahora vosotros tenéis la palabra!

Euzkadi, 18 de octubre de 1931.

"Bilingüismo" (Ramón Menéndez Pidal, El Sol, 3 de noviembre de 1931)

Bilingüismo

La opresión lingüística que en España existió últimamente ha cesado por completo, para siempre, con la República. Las generaciones regionales educadas en la protesta contra los atropellos propenden, sin embargo, a organizarse pensando en el idioma como arma y no como instrumento.

El bilingüismo, que unos estiman riqueza espiritual y otros mero embarazo para el período educacional del individuo; el bilingüismo, ventajoso o inconveniente, es un estado natural de multitud de pueblos, un estado que no se escoge, sino que viene impuesto por la geografía, por la historia y por la ley de gravitación de los idiomas que los agrupa según sus masas. Y si es muy cierto que hay que respetar el hecho del espléndido renacimiento catalán moderno, no es menos necesario contar imprescindiblemente con el hecho magno y secular de la pacifica y perdurable penetración del castellano, desde la Edad Media, tanto en Galicia como en Cataluña y Vasconia.

Y al oír renegar de esta penetración, al oír comparar insensatamente el castellano al inglés, comprendemos que aún está muy viva la psicología del amargor; por lo cual yo no sé sino pedir a las regiones que hagan el mayor esfuerzo de apartamiento respecto a ese estado ideológico formado en la vejación pasada, y se lo pido con alguna confianza de que no me miren como un enemigo, porque soy gallego de nacimiento; porque me sumé cordialmente a la protesta contra el atropello de que fue víctima la lengua catalana y trabajé porque fuese reparado; porque he cooperado en lo que he podido a glorificar el cultivo del vasco.

En definitiva, perdura en múltiples formas la psicología de la incomprensión. ¿Se ha de estructurar bajo esta ideología la España nueva (la nueva vida que ha de proyectarse en largo provenir)? Hay que proceder con el mayor cuidado para que después de una segregación razonable de funciones en lo puramente necesario pueda la República proceder a una poderosa reintegración de los esfuerzos dispersos que levante la vida nacional al punto máxime.

Ramón Menéndez Pidal, El Sol, 3 de noviembre de 1931

Sucesos en Bilbao entre tradicionalistas y grupos de izquierda (enero 1932)

aberrieguna

Cartel del Aberri Eguna (1932)

Sucesos en Bilbao entre tradicionalistas y grupos de izquierda.

El Socialista, 8 de enero de 1932

Ante los sucesos de Bilbao

Hace bien pocos días que un diputado republicano, con anuencia de casi toda la Cámara, llamaba la atención del Gobierno sobre el hecho anómalo, verdadera y cruel paradoja, de que la fuerza pública se viera obligada con harta frecuencia a reprimir a las masas republicanas cuando éstas exteriorizan su protesta ante la torpe y provocadora campaña de propaganda antirrepublicana que llevan a cabo, a favor de una mal entendida tolerancia, los extremistas ultrarreaccionarios. Resulta absurdo e irritante que el poder coactivo de la República, garantía del orden, se emplee precisamente contra los buenos republicanos para proteger a quienes promueven el desorden. Pues no otra cosa viene ocurriendo de algún tiempo a esta parte con los mítines llamados revisionistas, en los cuales han podido dirigirse impunemente las más groseras invectivas al Parlamento, al régimen e incluso a las personas de los ministros y de los diputados.

Equivocadamente, a juicio nuestro, ha querido el Gobierno extremar su benevolencia con esos elementos, que no la merecen, y que ahora recaban para sí, poniendo el grito en el cielo, una libertad que durante toda su vida negaron a los demás. Pero esto, con ser mucho, sería lo de menos si se limitaran a usar de la libertad. Lo más grave es que no saben usarla más que para abusar de ella. Y ese abuso, lejos de moderarse, ha venido haciéndose más intolerable a medida que pasaban los días y comprobaban que la República, si peca de algo, no es de rigurosa, como ellos temían, sino de excesivamente blanda. A la tolerancia han correspondido con la intransigencia y la amenaza; al respeto, con el insulto y la provocación.

Que esa campaña de agitación contra el régimen había de producir disgusto, y que ese disgusto había de manifestarse en una vigorosa reacción de socialistas y republicanos, era cosa evidente y por todos sabida. Lo que no podíamos sospechar es que fueran los propios provocadores los que, no conformes ya con su propaganda injuriosa desde la tribuna, pasaran tan rápidamente a la propaganda por la acción. No creíamos que su envalentonamiento, favorecido por la impunidad, llegara hasta ese punto. Sin embargo, ahí están los sucesos de Bilbao que no dejan lugar a dudas. Primero han hablado los trogloditas; después han hablado las pistolas. Y es inútil que se nos diga que lo uno no tiene relación con lo otro, porque toda la propaganda reaccionaria la pública y la privada- no es más que una prepraración a la ofensiva armada contra la República y sus defensores. Si hasta dentro del propio Parlamento se agitó en más de una ocasión el espantajo de la guerra civil incivil, mejor dicho-, ¿qué de extraño tiene que en la calle produzca chispazos sangrientos la brutalidad tradicional del tradicionalismo?

Cuatro hombres asesinados con alevosía tres de ellos socialistas; republicano el otro- y otros muchos heridos nos parecen motivo más que suficiente para que el Gobierno piense con detenimiento en la necesidad de acabar con una situación que ha producido ya muchos daños y habría de producirlos mayores todavía. Aún puede admitirse no sin reparos por nuestra parte- aquello de que la República debe ser para todos, frase hecha en la que se escudan sus enemigos. Lo que no puede permitirse es que la paz de la República esté a merced del cretinismo o del fanatismo clerical. Y menos cuando se manifiesta con los caracteres de violencia que se han dado en Bilbao, donde hasta desde los conventos se ha hecho fuego sin respetar -¡ellos que invocan a la autoridad constantemente!- a la fuerza pública.

No se puede tampoco someter a una prueba demasiado larga la paciencia de socialistas y republicanos, que ven cómo se atenta contra la República a cara descubierta. Son ya demasiadas provocaciones las que llevamos sufridas y es ya demasiado crecido el tributo de sangre que estamos pagando nosotros sobre todo- a la vieja España superviviente. Un día es el caciquismo rural; otro día es la guardia civil puesta al servicio de ese caciquismo; otro es el clericalismo desatado quien nos arrebata alguna vida. Para evitar todo eso se votó en las Cortes la ley de Defensa de la República. Pero esa ley es un arma que se va pareciendo mucho a la carabina de Ambrosio. Y urge que sepamos a qué atenernos. Porque si ha de ser la fuerza la que venga, a nosotros que tenemos la razón- no nos faltan ánimos ni habrían de faltarnos medios para imponer la justicia por nuestra cuenta.

La Junta de la Comunión Traicionalista de las Vascongadas y Navarra ante el Estatuto de 1932 (Vitoria, mayo de 1932)

La Junta de la Comunión Tradicionalista de las Vascongadas y Navarra ante el Estatuto de 1932
(Vitoria, mayo de 1932)

En nota oficiosa publicada en diciembre último, la Junta de la Comunión Tradicionalista del País Vasco-navarro mostró claramente su actitud concerniente a la redacción del proyecto de Estatuto que había de formularse a base del decreto del Ministerio de la Gobernación del día 8 del citado mes. Tal actitud era, en resumen: De ratificación de las aspiraciones de la Comunión Tradicionalista a la reintegración foral; de circunstancial adhesión a la idea abstracta de un Estatuto Económico que mejore la suma de facultades en orden a los intereses religiosos, morales y materiales del País; de protesta contra el sentido laicista y centralista de la Constitución aprobada; de protesta igualmente, contra la intromisión de las Comisiones Gestoras en la elaboración del referido Estatuto, en absoluto en pugna con la voluntad del país; y por consecuencia, la abstención de colaborar con ellas en la redacción del proyecto, con la decisión de volverse a reunir para determinar la actitud de la Comunión una vez que, redactado aquél, se sometiera a plebiscito.

Ultimado lo primero y anunciado éste, la Junta se cree obligada a hacer pública su opinión, en descargo del compromiso contraído.

Dicho proyecto, que, en el orden autonómico, significa una notoria regresión en el alcance y amplitudes del Estatuto de Estella, tampoco recoge, en el orden espiritual, la fisonomía del país, sino, antes por el contrario, en su parte, dogmática y política, se acomoda al espíritu de la Constitución vigente, que, por su laicismo escandaloso y centralismo impenitente, tanto pugna con el sentir del pueblo vascongado. Ante todo, esta Junta estima como uno de sus primordiales deberes afirmar, con toda la solemnidad que el momento requiere, el derecho imprescriptible, que el País, por medio de sus Diputaciones, mantuvo invariable y plenamente, a la reintegración de nuestro inolvidable régimen foral, con derogación por consiguiente, de todas cuantas disposiciones, desde la inicial, que coincide con la primera Constitución liberal, hasta la última, que coincide con la vigente Constitución republicana, lesionan aquel régimen contra la voluntad expresa y constante del País y contra las más notorias exigencias de la Justicia.

Por dichas razones, la Junta reverente con la tradición del Partido, perennemente manifestada en su propio lema, y entendiendo que el proyecto de las Gestoras no se aviene con el espíritu de nuestro régimen foral, sino, antes bien, en parte, lo olvida y contradice, entiende que no puede declarar su adhesión a un Estatuto que, en orden a las reivindicaciones vascongadas, puede significar un radical desplazamiento en las bases sobre las que se fundan nuestros indiscutibles derechos.

Sin olvidar la conveniencia de insistir en que jamás puede confundirse la razón de ciertas ventajas con las más amplias, que son características de las reivindicaciones que solicita la Comunión Tradicionalista, católica por esencia, imprescriptibles en su base, acomodables a la diferencia de los tiempos sucesivos, e inseparables siempre de la unidad nacional, que en nada obsta, desde nuestros principios a la realidad de las más amplias libertades regionales.

Teniendo presente sin embargo, que de la aprobación del Estatuto pudieran derivarse algunas probables, no muchas, ventajas autonómicas para el País y muy especialmente en lo que a la enseñanza se refiere, la Comunión Tradicionalista afirma su simpatía en todo progreso que en ese orden se pueda lograr, simpatía que pudiera trocarse en motivada censura, si en el regateo parlamentario quedaran frustradas esas esperanzas, únicas que pueden disculpar en parte, los graves errores que el Estatuto contiene.

Estos antecedentes y consideraciones que la Comunión Tradicionalista expone al País de acuerdo con los ideales que siempre fueron norte y guía de su vida política, imponen a esta Junta la necesidad de remitir a la conciencia y decisión de cada uno de sus afiliados su individual actuación, en cuanto a la comisión del voto se refiere.

Víctor Manuel Arbeloa, Navarra ante los Estatutos, Elsa, Pamplona, 1978.

Reglamento del PNV (Asamblea de Tolosa, 29 de enero de 1933)

1933estatuto

Cartel (1933)

Preámbulo y artículo 1.º del Reglamento del PNV. Asamblea de Tolosa
29 de enero de 1933

Organización Confederal del Partido Nacionalista Vasco

Invocando el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, Apoderados nacionalistas de los Municipios de Araba, Gipuzkoa, Nabarra y Bizkaya, usando del poder que, depositado en el pueblo nos ha sido conferido por sus Asambleas respectivas, nos constituimos en Asamblea general para organizar el Partido Nacionalista Vasco de acuerdo con su doctrina política y como órgano de reconstrucción nacional, uno en esencia, porque una es la raza, una la nación y una la Patria; confederal en su organización porque así lo quiso el pueblo en el desenvolvimiento de sus libres actividades al correr de la historia; proponiéndonos que nuestra vieja Raza desarrolle sus características propias y su género peculiar hermanando su tradición con el progreso civil para que la Libertad, la Justicia, la Democracia y la civilización cristianamente vascas, se realicen dentro de su Estado nacional en cooperación fraternal con todos los pueblos para bien de la humanidad entera mediante la reintegración de la Nación Vasca a la plenitud de su soberanía, pactamos, aprobamos y decretamos la presente.

Título preliminar Disposiciones generales

Art. 1.º El PNV se reorganiza en régimen de confederación republicana compuesta de regiones y municipios soberanos unidos en pacto confederal. La soberanía y el poder están depositados en el pueblo. El pueblo vasco nacionalista otorga este poder a sus representantes siguiendo los postulados de la tradición democrática contenidos en su lema Jaun-Goikua eta Lagi-Zarra.

Organizaciones: Confederal Vasca y Regional bizkaina del Partido Nacionalista Vasco, Bilbao, Imprenta Zabalgundia, 1933.

Declaración de principios de STV (mayo de 1933)

Declaración de principios de STV en su segundo Congreso.
Vitoria, mayo de 1933

Solidaridad de Trabajadores Vascos aspira a unir a todos los trabajadores vascos en Agrupaciones profesionales para la mejor defensa de sus derechos, intereses y aspiraciones como trabajadores y como vascos.

Su lema es: Unión obrera y fraternidad vasca.

Solidaridad de Trabajadores Vascos reconoce que el actual régimen social adolece de falta de justicia, ya que las riquezas están mal repartidas e injustamente aplicadas a las distintas clases sociales. Y entendiendo que nada resuelve sino que, por el contrario, enerva el mal social, así el individualismo egoísta como el socialismo estatista, aspira a implantar un sistema social con reconocimiento pleno de los derechos del trabajador, fundamentado en los recios principios de la justicia y moral cristiana, y acomodado a las instituciones del pueblo vasco y a su especial modo de ser.

Reconoce Solidaridad de Trabajadores Vascos que la raza es poderoso aglutinante entre las gentes, toda vez que no es sino una mayor extensión de la familia, cuyos vínculos, más o menos próximos, se manifiestan en la sangre, lengua y demás características propias de un pueblo que tiene similares condiciones.

Por eso, dados los caracteres étnicos, lingüísticos y habitudinales que distinguen todavía hoy, a pesar de los siglos transcurridos, a la raza vasca, Solidaridad de Trabajadores Vascos se apoya en los fundamentos raciales para hacer de ellos un eslabón más que ligue en el terreno económico y profesional a su agrupación.

Estas mismas características peculiares y propias del pueblo vasco, trascendiendo a todos los aspectos de su vida económica y social, exigen ser tenidas en cuenta en la confección de la legislación social obrera que hoy ha de afectar al pueblo vasco. Por lo que, teniendo en cuenta que nadie conoce mejor las necesidades a cuya satisfacción tienden las leyes que regulan la vida agraria, industrial y marítima que los mismos que de cerca las sienten y padecen, Solidaridad de Trabajadores Vascos, por cuantos medios estén a su alcance, tratará de conseguir que las Corporaciones Públicas del País sean las que libremente y asesoradas por los organismos profesionales existentes, regulen la vida social del mismo, gozando para ello de la facultad de dictar y ejecutar las leyes sociales, organizar su inspección y cuanto concierne a la vida sindical vasca.

Solidaridad de Trabajadores Vascos es una entidad eminentemente obrera y profesional. No es, por lo tanto, un partido político.

Los miembros de Solidaridad podrán ser, individualmente, afiliados en su política al partido que esté en consonancia con sus pensamientos, siempre que éste, en su ideología, táctica y actuación no se oponga a los principios fundamentales, táctica y fines de Solidaridad de Trabajadores Vascos.

El régimen de propiedad privada es postulado básico y esencial de Solidaridad de Trabajadores Vascos, la cual procurará difundirla mediante el acceso del obrero a la misma siendo una de sus aspiraciones principales la de que se acreciente lo más posible en el País Vasco el número de propietarios.

Asimismo velará por el uso adecuado de las riquezas, a cuya equitativa distribución aspira.

Solidaridad laborará por la más pronta implantación del salario vital. Entendiendo por éste el salario que ha de fijarse no en función del individuo aislado, sino en función precisamente de la familia y que se denomina salario familiar, además del seguro contra el riesgo de accidente, enfermedad, vejez, viudez, orfandad y paro forzoso. Este salario vital lo exigirá como debido en justicia al obrero. Mas como éste no agota las exigencias de la justicia y de la equidad, se reconocerá al trabajo su papel preponderante de la producción, haciéndolo partícipe de los beneficios mediante la expedición de acciones del capital y admitiendo como cogestor de la empresa.

Como procedimiento inmediato, laborará por el establecimiento en Euzkadi de Cajas de compensación que permitan la implantación de este salario vital.

 

Fuente: J. L. de la Granja, "Solidaridad de Trabajadores Vascos en la II República y la Guerra Civil (1931-1937) ", en Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco, Auñamendi/Estornés Lasa Hermanos, San Sebastián, 1997, vol. XLV: 254-255.

Nacimiento de Galeuzca (Pacto de Compostela, 25 de julio de 1933)

Nacimiento de Galeuzca
25 de julio de 1933

Acta de creación de "Galeuzca"

Los abajo firmantes, reunidos en la ciudad de Compostela, en la tarde del Día de Galicia de 1933, en representación de las organizaciones nacionalistas de Cataluña, Euzkadi y Galicia, acuerdan:

1.º Crear Galeuzca como organismo encargado de las relaciones entre estas tres nacionalidades.

2.º Se conciben estas relaciones con amplitud de relaciones internacionales en todos sus aspectos. No obstante, tendrán que figurar como tareas principales de Galeuzca:

A) Procurar el conocimiento mutuo de todas las características nacionales de cada pueblo y de su historia.

B) La información sobre sus actuales movimientos nacionalistas; y la publicidad de todos los hechos importantes que sucedan en cada nación.

C) El estudio de las cuestiones que afecten a las relaciones entre las tres naciones.

D) La propaganda (y acción) internacional en los asuntos que conciernan a las tres nacionalidades.

3.º En cada nación se formará un Consejo integrado por un representante de cada una de las organizaciones de carácter nacionalista adheridas a Galeuzca y de las que se adhieran en el futuro.

Este Consejo nombrará, de común acuerdo con los de las otras nacionalidades, los miembros que compondrán el Secretariado que Galeuzca tendrá en cada uno de los tres países, en los que existirán datos e informaciones sobre todos los aspectos de la vida de cada una de las tres nacionalidades.

Para desarrollar las bases contenidas en este acta, se celebrará en Euzkadi, en el próximo mes de octubre, una conferencia de los tres Consejos que tendrá carácter constituyente, sin perjuicio de que los Consejos y Secretariados nacionales comiencen inmediatamente su labor.

El Secretariado de Galeuzca en Euzkadi, que actuará provisionalmente como Secretaría General, queda facultado para determinar la fecha de esta Conferencia.

4.' El Secretariado residente en cada nacionalidad estará formado por elementos de las tres nacionalidades, corriendo los gastos que se originen a cargo de los respectivos Consejos. Se pondrá un cuidado especial en que estos elementos, aunque sean patriotas reconocidos y merecedores de la confianza de los organismos de cada nacionalidad, no realicen una actuación de política partidista.

5.º Los Secretariados tendrán un local propio, o al menos estarán domiciliados en locales de entidades de carácter patriótico y cultural.

6.0 Cada Secretariado podrá nombrar personas especializadas para formar Comités encargados del estudio de aspectos particulares de la vida de relación entre las tres naciones.

7.º Al menos una vez al año tendrá lugar una Conferencia entre los Secretariados de las tres naciones o sus representantes, con la finalidad de facilitar la coordinación de sus tareas.

8.' La conformidad que prestan a estas bases los abajo firmantes queda condicionada a la ratificación que a las mismas han de prestar las organizaciones que representan.

Traducido del original en gallego por José Luis De la Granja

¿Euzkadi libre? (José Antonio Primo de Rivera, Falange Española, 7 de diciembre de 1933)

¿Euzkadi libre?


Acaso siglos antes de que Colón tropezara con las costas de América pescaron gentes vascas en los bancos de Terranova. Pero los nombres de aquellos precursores posibles se esfumaron en la niebla del tiempo. Cuando empiezan a resonar por los vientos del mundo las eles y las zetas de los nombres vascos es cuando los hombres que las llevan salen a bordo de las naves imperiales de España. En la ruta de España se encuentran los vascos a sí mismos. Aquella raza espléndida, de bellas musculaturas sin empleo y remotos descubrimientos sin gloria, halla su auténtico destino al bautizar con nombres castellanos las tierras que alumbra y transportar barcos en hombros, de mar a mar, sobre espinazos de cordilleras.

Nadie es uno sino cuando pueden existir otros. No es nuestra interna armadura física lo que nos hace ser personas, sino la existencia de otros de los que el ser personas nos diferencia. Esto pasa a los pueblos, a las naciones. La nación no es una realidad geográfica, ni étnica, ni lingüística; es sencillamente una unidad histórica. Un agregado de hombres sobre un trozo de tierra sólo es nación si lo es en función de universalidad, si cumple un destino propio en la Historia; un destino que no es el de los demás. Siempre los demás son quienes nos dicen que somos uno.

En la convivencia de los hombres soy el que no es ninguno de los otros. En la convivencia universal, es cada nación lo que no son las otras. Por eso las naciones se determinan desde fuera; se las conoce desde los contornos en que cumplen un propio, diferente, universal destino.

Así es nación España. Se dijera que su destino universal, el que iba a darle el toque mágico de nación, aguardaba el instante de verla unida. Las tres últimas décadas del quince asisten atónitas a los dos logros, que bastarían por su tamaño para llenar un siglo cada uno: apenas se cierra la desunión de los pueblos de España, se abren para España –allá van los almirantes vascos en naves de Castilla– todos los caminos del mundo.

Hoy parece que quiere desandarse la Historia. Euzkadi ha votado su Estatuto. Tal vez lo tenga pronto. Euzkadi va por el camino de su libertad. ¿De su libertad? Piensen los vascos en que la vara de la universal predestinación no les tocó en la frente sino cuando fueron unos con los demás pueblos de España. Ni antes ni después, con llevar siglos y siglos hablando lengua propia y midiendo tantos grados de ángulo facial. Fueron nación (es decir, unidad de historia diferente de las demás), cuando España fue su nación. Ahora quieren escindirla en pedazos. Verán cómo les castiga el Dios de las batallas y de las navegaciones, a quien ofende, como el suicidio, la destrucción de las fuertes y bellas unidades. Los castigará a servidumbre, porque quisieron desordenadamente una falsa libertad. No serán nación (una en lo universal); serán pueblo sin destino en la Historia, condenado a labrar el terruño corto de horizontes, y acaso a atar las redes en otras Tierras Nuevas, sin darse cuenta de que descubre mundos.

(Falange Española, núm. 1, 7 de diciembre de 1933)

Los Vascos y España (José Antonio Primo de Rivera, 28 febrero de 1934)

Los Vascos y España
(Discurso pronunciado en el Parlamento el 28 de febrero de 1934)

El señor PRIMO DE RIVERA:

Dios nos libre, señores, de envenenar otro problema nacionalista. En Cataluña hay ya un separatismo rencoroso de muy difícil remedio, y creo que, ha sido, en parte, culpable de este separatismo el no haber sabido entender pronto lo que era Cataluña verdaderamente. Cataluña es un pueblo esencialmente sentimental, un pueblo que no entienden ni poco ni mucho los que le atribuyen codicias y miras prácticas en todas sus actitudes. Cataluña es un pueblo impregnado de un sedimento poético, no sólo en sus manifestaciones típicamente artísticas, como son las canciones antiguas y como es la liturgia de las sardanas, sino aun en su vida burguesa más vulgar, hasta en la vida hereditaria de esas familias barcelonesas que transmiten de padres a hijos las pequeñas tiendas de las calles antiguas, en los alrededores de la plaza Real; no sólo viven con un sentido poético esas familias, sino que lo perciben conscientemente y van perpetuando una tradición de poesía gremial, familiar, maravillosamente fina. Esto no se ha entendido a tiempo; a Cataluña no se la supo tratar, y teniendo en cuenta que es así, por eso se ha envenenado el problema, del cual sólo espero una salida si una nueva poesía española sabe suscitar en el alma de Cataluña el interés por una empresa total, de la que desvió a Cataluña un movimiento, también poético, separatista.

Dios nos libre, pues, de envenenar otro problema de características regionales; pero si hablo para anunciar que estoy al lado de este voto particular del señor Salmón y en contra del Estatuto, es porque creo que en este problema del Estatuto vasco hay algo mucho más importante que la cuestión de si el plebiscito ha sido o no falsificado, de si es aplicable el artículo 11, o el artículo 12, o alguno de esos artículos en que toda mi soberbia no me haría osar seguir, por la intrincada selva de su oratoria, al señor Landrove; lo esencial aquí es que el Estatuto vasco tiene, además de un sentido hostil separatista para España, un profundo espíritu antivasco, del que acaso no se dan cuenta sus propios autores.

La vida del pueblo vasco, como la vida de todos los pueblos, es, simplemente, una pugna trágica entre lo espontáneo y lo histórico; una pugna entre lo nativo, entre aquello que somos capaces de percibir aun instintivamente, y lo artificial difícil, lo ingentemente difícil, que es saber cumplir en la Historia un destino universal. Lo que a los pueblos los convierte en naciones no son tales o cuales características de raza, de, lengua o de clima; lo que a un pueblo le da jerarquía de nación es haber cumplido una empresa universal, porque así como para ser persona y superar la cualidad nativa de individuo tenemos que ser otros, es decir, tenemos que ser distintos de los otros, tenemos que serlo en relación con los otros, para ser nación tenemos que serio diferenciados en lo universal. Somos nación en tanto en cuanto acometemos y logramos una empresa que no es la empresa de las demás naciones.

Ahora bien: ¿Ha sido unidad en lo universal el pueblo vasco? ¿Ha cumplido destino en lo universal el pueblo vasco? Esto es evidente que sí; el pueblo vasco ha dado al mundo una colección de almirantes que ellos solos son una gala para un pueblo entero; el pueblo vasco ha dado al mundo un genio universal como Ignacio de Loyola. Pero el pueblo vasco dio esos genios al mundo precisamente cuando encontró su signo de nación indestructible unido a Castilla.

(El señor Picavea: "Cuando tenía más libertad que la que podemos pedir ahora". El señor Aguirre: "Exacto; de eso hablaremos más tarde". Rumores.) Cuando estaba indestructiblemente unido a España, porque precisamente España es nación y es irrevocablemente nación, porque España, que no es Castilla frente a Vasconia, sino que es Vasconia con Castilla y con todos los demás pueblos que integraron España, sí que cumplió un destino en lo universal, y se justificó en un destino con lo universal, y halló una providencia tan diligente para abastecerla de destino universal, que aquel mismo año de 1492 en que logró España acabar la empresa universal de desislamizarse, encontró la empresa universal de descubrir y conquistar un mundo. Así es que el pueblo vasco superó su vida primitiva, su vida de pesca y de caserío, cabalmente cuando fundió sus destinos al destino total de España.

Pues bien: cuando el pueblo vasco, así unido a España, se ha incorporado definitivamente a la Historia, surgen unos tutores del pueblo vasco que deciden hacerle renegar de esa unidad histórica, de ese signo bajo cuyo poder mágico logró entrar en la Historia unido a España, integrando a España, y quieren desglosarlo otra vez de España y devolverlo a lo nativo, a lo espontáneo, al cultivo de su tierra, de sus costumbres y de su música. Y este designio es antivasco, este designio es ponerse otra vez a las puertas de Io nativo, a las puertas de lo espontáneo, contra el logro universal, histórico, ingente y difícil que ha sido la Hstoria del pueblo vasco unido a la Historia de España. (Muy bien, muy bien.)

Por eso yo creo que la misión de España en ese trance no es averiguar si ha tenido el Estatuto tales o cuales votos: la misión de España es socorrer al pueblo vasco para liberarlo de ese designio al que le quieren llevar sus peores tutores, porque el pueblo vasco se habrá dejado acaso arrastrar por una propaganda nacionalista; pero todas las mejores cabezas del pueblo vasco, todos los vascos de valor universal, son entrañablemente españoles y sienten entrañablemente el destino unido y universal de España. Y si no, perdóneme el señor Aguirre una comparación: de los vascos de dentro de esta Cámara tenemos a don Ramiro de Maeztu; de los vascos de fuera de la Cámara tenemos a don Miguel de Unamuno; con ellos, todas las mejores cabezas vascas son entrañablemente españolas. (El señor Aguirre: "¿Me perdona S. S. una pequeña interrupción? Es para hacer las advertencias de que los vascos de peores cabezas, que somos nosotros, somos, precisamente, los que tenemos la adhesión del pueblo. Esos señores como Maeztu y Unamuno, a quienes yo, por otra parte, respeto extraordinariamente, van a nuestro país y nuestro pueblo los repele. ¿Por qué? Porque no han sabido interpretar sus sentimientos. Ya contestaré luego a S. S.". Rumores.) No, señor Aguirre. Es que es mucho más difícil entender a Maeztu y a Unamuno que enardecerse en un partido de fútbol, y probablemente los señores Maeztu y Unamuno son las mejores cabezas vascas, mientras no pocos predicadores del Estatuto forman un respetabilísimo equipo de futbolistas. (El señor Aguirre: "Su señoría es sapientísimo, y contra S.S. no podemos, es verdad. Ya le contestaremos adecuadamente, porque desconoce en absoluto toda nuestra historia, y ya veremos si todos esos señores de la minoría tradicionalista están conformes con las apreciaciones del señor Primo de Rivera o con las que nosotros luego hemos de hacer". El señor Domínguez Arévalo: "Con lo que está diciendo hasta ahora, en absoluto; con el sentido universal que está glosando, en absoluto". El señor Aguirre: "También de ese sentido universal hablaremos". El señor Toledo: "Ya se hablará de todo, señor Aguirre". Entre los señores Careaga, Domínguez Arévalo y Matesanz se cruzan interrupciones que no se entienden.)

El señor PRESIDENTE:

¡Orden! Las interrupciones, sobrias y pocas.

El señor PRIMO DE RIVERA:

Este es, sencillamente, el requerimiento que yo quería hacer a la Cámara, desligándome de esas cuestiones procesales, detallistas, de los artículos de la Constitución y de los futuros artículos del Estatuto: que España está en la situación trágica de defender hoy a Alava y mañana, probablemente, a Vizcaya y a Guipúzcoa, y aun contra su propia equivocada voluntad, de este intento de volver a la vida local del caserío, de la labranza y de la pesca a un gran pueblo que dejó escritas, con las eles y con las zetas de sus grandes nombres, las mejores navegaciones del mundo.

El nacionalismo vasco ante la Revolución de octubre de 1934

El nacionalismo vasco ante la Revolución de octubre de 1934

A) Consignas del PNV y STV a sus afiliados

PNV. Abstención, absoluta abstención de participar en movimiento de ninguna clase, prestando atención a las órdenes que en caso preciso serán dadas por las Autoridades.

STV. Allá donde pueda trabajarse sin peligro, acudan todos los trabajadores a sus labores, pero si para ello encontraran alguna dificultad o peligro, retírense sin participar en ninguna actividad no ordenada por la agrupación.

José Antonio de Aguirre y Lekube, Entre la libertad y la revolución 1930-1935, Bilbao, Verdes Achirica, 1935.

B) Acuerdos del Comité Ejecutivo de STV de Guipúzcoa en octubre de 1934

Primero: Participar a todas las Agrupaciones de Trabajadores Vascos de Guipúzcoa y a sus afiliados, que Solidaridad quedaba completamente al margen del movimiento sin ninguna intervención directa ni indirecta en él.

Segundo: Para evitar todo choque y el consiguiente derramamiento de sangre, respetar la huelga en aquellos puntos en que no se halle suficientemente garantizada la libertad de trabajo, pero sin tocar [tomar] parte en ella ni relacionarse para nada con sus mantenedores.

Tercero: Que todos los afiliados adopten una actitud expectativa pero estando alertas en todo momento, para en caso de que se trate de ejecutar acciones que ataquen a los sentimientos solidarios, oponerse a quienes lo pretendan.

Memoria de la actuación de STV de Guipúzcoa, 1934. Archivo Histórico Nacional, Sección Guerra Civil (Salamanca).

¿Es posible más paciencia? (Luis de Arana Goiri, 27 de abril de 1935)

¿Es posible más paciencia?
(Luis de Arana, 27 de abril de 1935)

El engaño es método antiguo en las relaciones de los gobernantes hispanos con el pueblo vasco. Y nuestro pueblo bate el record de confiado entre todos los pueblos de la tierra. Recordemos nuestra historia contemporánea desde la gran mentira del sarrancho del generalísimo hispano Espartero en 1.839, y veremos amados lectores, que siempre con engaño nos explotaron izquierdas y derechas sud?ebrinas de inferior potencia moral que la nuestra. Siempre víctima el vasco. Así nos palpamos ayer y hoy en todas las manifestaciones de vida de nuestra pobre Euzkadi.
Aquí, siempre, en plano de víctimas, huérfanos hoy los pueblos vascos de los representantes por él elegidos para sus Diputaciones y Ayuntamientos, vemos que los remplaza el Gobierno de la República española (que en nombre de la libertad y de la justicia -dice- hizo sus leyes) por unos gestores que en unas y otras Corporaciones populares no se sienten ruborosos ocupando puestos para los que no los eligió el pueblo ni se acordó de ellos para nada. Sube de color su actitud cuando esos señores gestores no nombrados por el pueblo sino al estilo despótico de Felipe II el de Valladolid, tratan y resuelven los asuntos más graves para nuestro pueblo vasco, como si tuvieran para ello su mandato.
¿ Puede hacerlo así el que en teoría se dice demócrata y defensor de los derechos del pueblo y de su soberanía etc. etc. ?
El hecho es que ellos meten baza en todo, sin escrúpulos de teorizantes políticos que los limite. Se ha llegado aquí de ese modo hasta el Santo Hospital de Bilbao en el que a tantos hijos del Cid y Sancho Panza albergó la caridad de los bizkainos.
Por lo visto a esos gestores les basta el placet de Madrid, centro de irradiación de toda desventura para Euzkadi. Allí quedan satisfechos del previo antivasquismo gestoriano; mientras aquí no se han cerrado todavía todos los poros de la paciencia. Seguimos siendo los resignados, los vascos de inextinguible paciencia.
Debía haber comenzado estas cuartillas confesando mi yerro y engaño por la esperanza que impulsó a mi patriotismo a escribir unas líneas en este mismo diario " Euzkadi " allá hace cuatro años, a los pocos días de proclamada la República en el Estado español, con mi esperanza engañada repito, por este acontecimiento insospechado que parecía iba a hacer variar los más altos intereses de nuestra Patria Euzkadi.
SI, esperaba entonces que el régimen republicano en España no querría mancharse con el inicuo despojo de la Monarquía perpetrado el alío 1839 con Araba, Gipuzkoa, Nabará y Bizkaya ; y creyendo así, traté de alentar a mis compatriotas para que se dispusieran a lograr la restitución de nuestros derechos históricos. ¡Cómo me engañé entonces... ! Hoy ya nada espero para mi Patria ni de este Régimen ni del otro. Hemos de esperarlo de otros acontecimientos. La República española heredó con la sonrisa de Prieto el rapto inicuo de la Monarquía.
Cuando escribí aquellas líneas el 27 de Abril de 1931 recordemos que teníamos aquí como representantes del Estado español en su más alto puesto de Gobernador Civil, al joven alabés don José M. de Aragón que hace unos meses se malogró en sus ejercicios de aviación. Participaba también él de esa engañosa esperanza mía en sus anhelos fueristas que eran para él meta y para nosotros un solo peldaño arriba. Nuestro Poncio de entonces reunía a esa condición de fuerista un espíritu recto y justiciero, aunque se equivocara algunas veces. Fué nuestro mejor Poncio hasta nuestros días.
Después de aquel artículo, escribí otros que por el patriotismo de "Juventud Vasca" de Bilbao fueron reeditados en un folletito bajo el titulo de ''Euskadi en demanda de su soberanía " Sencillamente abogaba yo en ellos porque mis compatriotas se convencieran que la República española no querría heredar de la Monarquía su haber de iniquidad con nosotros, y bajo ese supuesto se preparasen a la unión para que se estudiara la demanda de la devolución que debía el Estado español a los ex-Estados históricos vascos Araba, Gipuzkoa, Nabara y Bizkaya desde 1.839 por aquel acto inicuo de la Monarquía. Una vez conseguido esto, proponíales como un gran escalón de avance para nuestros. anhelos en Jel, que los cuatro ex?Estados vascos federados entre sí y bien compenetrados de sus derechos históricos, trataran de concertar con el Estado republicano español aquellos pactos que en la historia y de un modo separado, no Inmediato pero sí con el carácter que todos conocemos, aparecía como concertado antes de 1. 839 con la Monarquía hispana.
No cuajó entre mis compatriotas esa idea en la que quería recoger yo el espíritu tradicional vasco como primer paso para Jel.
Ante mi fracaso me sumé a mis compatriotas para las migajas de un Estatuto, derecho nuevo, que se nos concedía a los que teníamos derecho a todo, y triste dislocación que ha concluido porque el sueño de la muerte se ha adueñado de mi pobre Patria Euzkadi. ¡Patria mía, perdona a los hijos que no supieron darte la vida no por mala voluntad sino por equivocación que con ellos deploramos todos sus cómplices !
Vivíamos y vivimos regañados El pueblo vasco va dando pruebas de una paciencia que puede servir de epilogo a la historia de Job. Los Inteligentes del juego del ruedo de la política hispana se callan.
Las izquierdas republicanas españolas seguirán siendo enemigas del primer término de nuestro lema Jaun-Goikua : y las derechas monárquico-republicanas seguirán también siendo enemigas, con odio hispano, del segundo término de nuestro santo lema Lagi-Zara.
Todos contra nosotros con los extremos símbolos de su odio : Prieto y Oriol.
Todos contra nuestros derechos naturales e históricos imprescriptibles.
¿ Habrá algún vasco sordo ante esto que hace a nosotros cerrar los puños ? Sólo lloramos la incomprensión de nuestros compatriotas, todos los días del año, uno tras otro.
Y son muchos ya los que pasan desapercibidos por los que desconocen los principios básicos del primitivo Nacionalismo Vasco que difundía mi hermano Sabino.

Fernando Sarrailh de Ihartza, Vasconia (1963)

Bases del Frente Nacional Vasco (Jagi-Jagi, 25 de enero de 1936)

Propuesta electoral de la Federación de Mendigoxales de Vizcaya al PNV y ANV.Bases del Frente Nacional Vasco

1.ª El Frente abarcará a las cuatro regiones vascas peninsulares, puesto que el problema es igual para todas ellas.

2.ª Los candidatos que luchen en nombre de Euzkadi han de ser todos nacionalistas, y designados en proporción al número de afiliados de cada organización, procediéndose en la distribución de puestos con generosidad.

3.ª Los diputados electos no acudirán al Parlamento de España, a cuyo efecto, y para que el pueblo se dé cuenta exacta de lo que supone esta decisión, los candidatos propuestos, harán pública declaración, antes de la proclamación, de su decisión irrevocable de no acudir al Parlamento español, por tener el convencimiento de que España jamás dará la libertad a Euzkadi, y de no prestar acatamiento a la Constitución española, que contra todo derecho rija en nuestra Patria.

(La posición expuesta en esta base 3. nos parece la más lógica y razonable visto lo señalado anteriormente. Pero en la necesidad de llegar a una coincidencia y si las demás organizaciones del Frente lo estiman necesario, esta Federación no será obstáculo a que los diputados electos acudan a Madrid con el único y exclusivo objeto de reclamar de España la independencia que nos arrebató, o de oponerse decidida y enérgicamente a que toda ley y todo acto de soberanía española tenga vigencia en Euzkadi, más con la condición de que ni al ocupar el cargo ni mientras dure éste, hagan manifestación explícita alguna de acatamiento de la legalidad española, y previamente a la proclamación los candidatos designados por el Frente hagan pública declaración de que sólo han de actuar, en relación con el poder español, de la manera antedicha.)

Jagi-Jagi, 25 de enero de 1936.

Carta a los señores Diputados Nacionalistas Vascos (Luis de Arana Goiri, 8 de mayo de 1936)

Carta a los Señores Diputados Nacionalistas Vascos
(Luis de Arana Goiri)

Abando, 8 de Mayo de 1936

Sres. Diputados Nacionalistas Vascos, en el Parlamento Español.

Madrid

Distinguidos compatriotas :

La nota que de Vds. bajo la denominación de Minoría Nacionalista Vasca inserta el Diario
''Euskadi'' en el día de hoy, me obliga a protestar de ella en mi calidad de afiliado al Partido Nacionalista Vasco, y profesando la doctrina del primitivo Nacionalismo Vasco en Jel.
Protesto, sí de la intromisión de Vds. en su calidad de nacionalistas vascos en el asunto más representativo de la familia española, que en su casa de España vive, como es la elección de su Jefe, del Jefe de esa familia española, el Jefe de esa España.
En ese asunto, debiéramos decir nosotros, los nacionalistas vascos, según nuestra doctrina : "Allá ellos en su familia, allá ellos en su casa, ese asunto no es nuestro". Nosotros, en los asuntos de nuestra familia vasca, de nuestra Euzkadi, no queremos que se entrometa nadie, solos nosotros, los vascos, queremos entender en lo que nos es propio. Y la lógica nos obliga a extender este principio, a todas las otras familias extranjeras y más a la opresora.
No debe haber en el Partido Nacionalista Vasco quien diga que este asunto de la Presidencia de la República española, no se halla incluido en nuestra doctrina. nacionalista Vasca. ¿ Lo dirán as¡ porque explícitamente no se determine en ella este caso, como tampoco el del alcalde de Toledo ni alguacil de Burgos ?. No es asunto indiferente y por lo tanto, opinable.
Ni es confundible este caso con la misión ordinaria de los Diputados Nacionalistas vascos en el Parlamento español, que es : cuando no defender nuestro derecho a la libertad, por lo menos, el de impedir el mal que pudieran hacer en el Parlamento unos representantes contrarios al Nacionalismo, y el conseguir en él, el mayor bien, moral y material, en los asuntos corrientes de la vida de Euzkadi, bajo la opresión extranjera.
Tampoco puede ser el supuesto logro del Estatuto lo que obligue a la transgresión de nuestra doctrina. No debe ser el Estatuto el " ¡al higui! ¡al higui! " con que Prieto entretenga al Nacionalismo Vasco.
Recuérdanos esta intromisión pacífica en los asuntos de la familia española, aquellas otras intromisiones guerreras del Partido carlista en Euzkadi en 1832 y 1872. Intromisiones condenadas por el Nacionalismo Vasco como se lee en el folleto de mi hermano Sabino, "El Partido Carlista y los Fueros Vasco-Navarros" porque no por el logro supuesto de intereses religiosos y fueros vascos, teníamos derecho a imponer un Rey, llámese Carlos V o Carlos VII a España. Otros caminos teníamos para defender nuestros derechos.
Un supuesto logro de una conveniencia, la más alta que se quiera ¿nos puede obligar a pasar por encima de nuestra doctrina?. No, jamás.
Y por último, ciñéndonos al caso actual, que esa nota de Vds. nos revela, ¿ no basta para calmar a los timoratos de los temores por el Estatuto, una franca explicación al seflor Azaña por parte de nuestros Diputados, de los principios doctrinales del nacionalismo vasco, que les obligan a la abstención?.
Creyendo haber cumplido con su deber este viejo nacionalista con estos renglones de protesta, de Vds. , queda en Jel s. s.

Fuente: Fernando Sarrailh de Ihartza, Vasconia, 1963

Programa de Acción Nacionalista Vasca (28 de junio de 1936)

Programa de ANV. Asamblea de Bilbao
(28 de junio de 1936)

Base ideológica. Libertad nacional

a) Constituye la base ideológica fundamental de Acción Nacionalista Vasca el reconocimiento previo de la personalidad nacional de Euzkadi.

b) Euzkadi es una colectividad nacional integrada por el conjunto de las seis regiones vascas conocidas en la Historia bajo las denominaciones de Araba, Gipuzkoa, Bizkaya, Lapurdi, Nabarra y Zuberoa.

c) Consciente de esas afirmaciones, Acción Nacionalista Vasca declara que el pueblo vasco no debe tener mas normas reguladoras de su destino que su propia y soberana voluntad, sin injerencias ni tutelas de poderes extraños y sin más limitaciones que las que puedan derivarse de convenios internacionales, libremente pactados.

Principios básicos fundamentales. Libertad individual

Es necesario asegurar a cuantos integran el pueblo vasco, la realidad y eficacia que aquellos derechos que tienen por origen el fuero de las conciencias y por expresión adecuada la libertad individual.

A este efecto, defendemos el reconocimiento de los derechos individuales y la garantía y protección del ejercicio de los mismos a base de la igualdad civil de todos los ciudadanos dentro del Estado, sin otras limitaciones en el ejercicio de esos derechos que las que puedan imponer las leyes en beneficio del bien común.

La libertad de conciencia es un sagrado derecho individual y para que pueda ser asegurado con plena eficacia es preciso que el Estado vasco sea neutral en religión, estableciéndose la debida separación entre él y la Iglesia.

Justicia social

Sólo con la transformación del régimen presente hasta llegar a la supresión de la actual dependencia económica de unos hombres a otros se puede asegurar a todos el disfrute de una vida libre y digna. El pueblo vasco puede ser una gran familia en la que vivan hermanados todos bajo el signo de la justicia social; y la actuación de los organismos públicos de Euzkadi estará basada en la subordinación de los intereses privados a la conveniencia pública.

Organización política

Defendemos la unidad nacional vasca porque nuestro pueblo es uno e indivisible, debiendo constituirse un organismo de gobierno de extensión nacional que sea el que fije los fines políticos, económicos y sociales del pueblo vasco y el que los dirija soberanamente hacia la realización de esos fines.

Sin embargo, haciendo la distinción debida entre los conceptos de unidad y uniformidad, se cuidará queden siempre a salvo aquellas características que no se opongan a la solidez del Estado, y de una manera muy especial las de matiz administrativo, manteniendo en lo posible la más amplia autonomía de las regiones y de los municipios.

Acción Nacionalista Vasca considera indispensable la forma de gobierno republicano como garantía del normal desenvolvimiento de la democracia, reconociendo en la voluntad popular la única fuente de derecho y el origen legítimo e inmediato del poder. Así, los organismos representativos de los municipios, las regiones y la nación serán elegidos en sufragio universal.
En tanto esté garantizada la libre propaganda de las ideas y salvaguarden las leyes el ejercicio de todos aquellos derechos que son patrimonio natural del hombre, es repudiable el empleo de la violencia, que condenamos terminantemente.

Confederación de pueblos libres

Acción Nacionalista Vasca intervendrá en todos los aspectos de la cosa pública, situándose en un plano internacionalista, perfectamente compatible con un espíritu y un sentimiento profundamente vascos. Y en tal sentido aspira a que la totalidad del territorio vasco consiga incorporarse, conservando su personalidad, a una futura confederación internacional de pueblos libres.

Reconocemos la dificultad insuperable, por el momento, de reunir en un solo cuerpo político a toda la nación vasca, pero no renunciamos de ningún modo a unirnos para siempre con el territorio vasco situado al otro lado del Pirineo.

Con este fin, Acción Nacionalista Vasca apoyará toda iniciativa que tienda a una rápida unión de todas las Repúblicas occidentales de Europa como medio de llegar a un acercamiento de todos los vascos y a la confederación internacional de todos los pueblos

Economía del Estado

Con el objeto de ordenar la economía bajo normas racionales para que su desarrollo se ajuste a la conveniencia y necesidades generales de la Nación y la posibilidad de sus recursos, estarán en poder del Estado el suelo, las riquezas naturales, las fuentes de energía, la gran industria, los medios de comunicación y transporte, la banca, el ahorro, los seguros y, en general, los nervios fundamentales de la economía, así como aquellas actividades que requieren el empleo de masas trabajadoras y cuyo fin sea un servicio de interés común.

Iniciativa particular

En los demás aspectos de la actividad humana, todos serán libres para dedicarse a los trabajos que mas se acomoden a sus preferencias o aptitudes, sin más limitación que la de no poder explotar a otro, para lo cual se dictarán leyes que garanticen al trabajador el producto íntegro de su fuerza de trabajo.

El libre ejercicio de estas actividades será el debido complemento de las ejercidas directamente por el Estado, y de su conjunto se deducirá la satisfacción completa de las necesidades del País.

Estarán en todo momento bajo la fiscalización del Estado aquellas profesiones y actividades particulares de las que hayan de servirse necesariamente los demás, con el fin de regular su buen empleo e impedir abusos por parte de quienes las ejerzan.

Propiedad privada

Cualquiera tendrá derecho a adquirir y poseer libremente cuanto sea necesario para la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales, así como los útiles de trabajo y locales precisos para el ejercicio de las actividades a que se dedique, pudiendo hacer de los rendimientos que obtenga de su trabajo el uso que estime conveniente salvo lo que se legisle en materia de impuestos para sostener las cargas públicas, obligaciones que contraiga voluntariamente o determinen las leyes, y con las restricciones que se deriven de lo establecido en el apartado Economía del Estado, reservándose éste, en todo caso, el derecho de expropiación forzosa por causas de utilidad pública.

Trabajo

La vida social e individual en el País Vasco se asentará sobre la base del trabajo, al que todos tendrán derecho.

Apreciamos la necesidad de que todos los trabajadores manuales e intelectuales estén sindicados en agrupaciones que se correspondan con sus actividades, para que puedan prestar al Estado la cooperación necesaria al cumplimiento de sus fines, y para que los trabajadores tengan en dichas organizaciones los mejores medios de apoyo mutuo y prosperidad.

LA GUERRA CIVIL

El PNV ante el comienzo de la Guerra Civil (julio de 1936)

El PNV ante el comienzo de la Guerra Civil 
(julio de 1936)

A) Nota del BBB (Consejo Regional de Vizcaya del PNV):

Ante los acontecimientos que se desarrollan en el Estado español, y que tan directa y dolorosa repercusión pudieran alcanzar sobre Euzkadi y sus destinos, el Partido Nacionalista Vasco declara —salvando todo aquello a que le obliga su ideología que hoy ratifica solemnemente— que, planteada la lucha entre la ciudadanía y el fascismo, entre la República y la Monarquía, sus principios le llevan indeclinablemente a caer del lado de la ciudadanía y la República, en consonancia con el régimen demócrata y republicano que fue privativo de nuestro pueblo en sus siglos de libertad.

Euzkadi, 19 de julio de 1936.

B) Testimonio histórico de Juan Ajuriaguerra, presidente del BBB, sobre el 18 de julio de 1936:

Tenía la esperanza de escuchar alguna noticia que nos ahorrase el tener que tomar una decisión: que uno u otro bando ya hubiese ganado la partida. A medida que avanzaba la noche, algo iba quedando bien claro: el alzamiento militar lo había organizado la oligarquía derechista cuyo eslogan era la unidad, una agresiva unidad española apuntada hacia nosotros. La derecha se oponía ferozmente a cualquier estatuto de autonomía para el País Vasco. Por otro lado, el gobierno legal nos lo había prometido y sabíamos que acabaríamos consiguiéndolo. A las seis de la mañana [del 19 de julio de 1936], tras una noche en blanco, tomamos una decisión unánime. Promulgamos una declaración dando nuestro apoyo al gobierno republicano. Tomamos esa decisión sin mucho entusiasmo, pero convencidos de haber elegido el bando más favorable para los intereses del pueblo vasco; convencidos también de que, de habernos decidido por el otro bando, nuestra base se nos habría opuesto.

Ronald Fraser, Recuérdalo tú y recuérdalo a otros. Historia oral de la guerra civil española, Barcelona, Crítica, 1979, tomo 1.

Al Bizkai-Buru-Batzar (Luis de Arana Goiri, 10 de septiembre de 1936)

Al Bizkai-Buru-Batzar
(Luis de Arana Goiri, 10 de septiembre de 1936)

AL BIZKAI-BURU-BATZAR 0 CONSEJO REGIONAL DE BIZKAYA :

Suprema autoridad gubernativa de la Asamblea de Bizkaya :
Como afiliado al Partido Nacionalista Vasco me dirijo a esa autoridad disponiéndome a distraería lo menos posible con la lectura de estas líneas aunque rogándola encarecidamente, se detenga en e¡ fondo de ellas por tratarse de materia que apreciará sumamente importante para el afiliado nacionalista y para el Partido mismo.
Se trata de que ya hartos de tanta intervención arbitraria por las huestes de los partidos españolistas rojos aquí, en nuestra Bizkaya región amada de nuestra Patria Euzkadi, intervención en las personas religiosas y e. los edificios propios de nuestra Santa Religión, registrándose hoy una detención arbitraria y mañana otra en sacerdotes que nunca se distinguieron en política ; interviniendo con osadía sectaria en capillas públicas e Iglesias en las que se halla reservado el Señor de Cielos y Tierra, registrándose en ellas a fieles y a edificios bajo pretextos infantiles que debían sonrojar a quienes se llaman hombres, intervenciones arbitrarias que encienden de indignación nuestros pechos cristianos, cree el que por estas líneas se dirige a esa autoridad que ha llegado el momento de poner eficaz remedo a tanta Injusticia y a tanto menosprecio y burla que hiere los sentimientos cristianos de todo nacionalista vasco.
Pero antes de exponer lo que pretendo, debo manifestar algo que nos congratula y obliga a felicitar a esa autoridad bizkaina. Y es, que en verdad si no han pasado en Bizkaya mayores males en personas y edificios religiosos, ha. sido gracias al Partido Nacionalista Vasco. Lo reconocen así hasta nuestros enemigos mortales en Patria que se llaman derechas españolistas. Sin embargo, cabe perfeccionar esa obra y nuestra conciencia nacionalista vasca nos debe obligar a poner todos los medios para ello, con todo empeño y tesón, un día tras otro, hasta conseguirlo.
Hecha esta digresión no ajena al caso, paso a exponer brevemente lo que he prometido hacerlo.
Mi parecer y deseo es que debía recabar ahora del gobernador hispano el Bizkai-Buru-Batzar, para sí, exclusivamente para sí, todo derecho a intervenir en lo que se refiere a personas religiosas y edificios religiosos en Bizkaya. Aclaro que dentro de la denominación personas religiosas se comprendan, no sólo el clero secular, sino el regular entre los hombres y en cuanto a. las mujeres, todas las religiosas de todos los órdenes y congregaciones y bajo el título de edificios religiosos, no solamente se comprendan las Iglesias Parroquiales, sino las Capillas públicas, los Conventos de ambos sexos y todo centro de educación cristiana o catequística.
El fundamento de este derecho que debe recabar del Gobernador hispano el B.B.B. del Partido Nacionalista Vasco exclusivamente para sí, radica :
1 - En que el Partido Nacionalista Vasco es la única agrupación de carácter nacional político que combate a la actual rebelión fascista militar y que confiesa su fé religiosa cristiano católica. Por lo tanto, ninguna agrupación más idónea que ella, para entender en todo lo que afecta a personas religiosas y edificios religiosos.
2 - Habiendo nacido y viviendo el Partido Nacionalista en y exclusivamente para su Patria Euzkadi, con esa confesión de fé, sus afiliados han vivido y viven en natural contacto con los sacerdotes y religiosos vascos y en general son conocedores de sus tendencias políticas, as¡ como conocen de los edificios religioso, sus destinos especiales, etc. Y nadie más interesado que el afiliado nacionalista y el mismo Partido, en que esas conductas de los eclesiásticos en materias politico-religiosas, se ajusten a su misión apostólica y no a otra. Y que en esos edificios, se cumpla con el fin de su institución. De modo, que conocimiento e interés en este punto, nadie más que el Partido Nacionalista Vasco, entre los que combatimos al fascismo.
3 - Por el contrario, nadie más incapacitados que los partidos españolistas rojos, para entender en lo que no conocen ni les debe interesar. ¿ Qué conocen ellos a los eclesiásticos si sus afiliados no los tratan ? ¿ Ni qué conocen los edificios religiosos si sus afiliados no han entrado nunca en ellos ? ¿ Qué distinción puede hacer un incrédulo entre un sacerdote estricto cumplidor de sus deberes sacerdotales y el desgraciado sacerdote carlista trabucaire ? Y si el incrédulo es inculto, ¿ no puede encajárselo que los cirios son lanzas, y bombas de gases los incensarios ? ¿ No hemos oído antojos aculturales parecidos en esas gentes ? ¿ No se cuentan por mil los casos estupendos de estupidez sectaria ?
Reconocido ese derecho exclusivo al Partido Nacionalista Vasco para entender en personas eclesiásticas y edificios religiosos en Bizkaya, debe procederse a la instalación de una oficina especial con personal director idóneo, y de oficina, creando también un cuerpo especial de vigilancia e inspección.
En esa oficina se admitirán todas las denuncias que vinieren de cualesquiera persona o entidad que fuese, que la denuncia o delación la oficina rechazaría o la admitiría para juzgar inmediatamente a las personas y sancionar su falta. De todo ello se pasaría un resumen al gobernador hispano para que conociera la actuación de la oficina del Partido Nacionalista Vasco.
Y por último en esa oficina se llevaría un índice explicativo de todo lo que realice, para que aparezca claramente su labor acusando así actividad y no abandono, su estricta justicia y no el capricho o la venganza ruin.
Con esta breve exposición elevada al Bizkai-Buru-Batzar, cree haber satisfecho su conciencia nacionalista en este punto, el afiliado al Partido Nacionalista Vasco en Abando.

Abando, 10 de Septiembre de 1936

Fuente: Fernando Sarrailh de Ihartza, Vasconia, 1963

Breve relación de un hecho acaecido hace ya dos meses menos 4 días (Luis de Arana Goiri, 15 de septiembre de 1936)

Breve relación de un hecho acaecido hace ya dos meses menos 4 días
(Luis de Arana Goiri, 15 de septiembre de 1936)

Abando, 15 de septiembre de 1936

El sábado día 18 de julio de 1.936, por la mañana me avisó por teléfono Agiregoitia (miembro del Bizkai-Buru-Batzar), que se había producido alguna sublevación militar en España Por la tarde se confirmó la noticia, pero puesto al habla por teléfono con Arbeloa, secretario de Euzeldun Batzokija, decidimos que por esa causa si no lo impedía fuerza mayor, no íbamos a dejar de llevar a cabo la expedición a Sukarieta al día siguiente domingo, con todos los demás actos conmemorativos del aniversario de EuzkeIdun Batzokija.
Efectivamente, al día siguiente, domingo, día 19 de julio, fui a Misa y comulgué en la Residencia a las 8 y 30, y para las 9 fui a la Parroquia de San Vicente de Abando, a oír la Misa encargada por Euzkeldun Batzokija.
A la salida de Misa, empecé a saludar a tantos compañeros de Euzkeldun Batzokija, como habían acudido, cuando Axuriagera (Presidente del Bizkai-Buru-Batzar), se me acercó para decirme que quería consultar un asunto conmigo, y sí al efecto podríamos entrevistarnos enseguida. Le contesté que después de saludar a algunos compañeros y amigos del Euzkeldun que allí estaban y no les veía nunca, me tendría a su disposición en las oficinas del Partido. Así se hizo.
Después de haber saludado, como digo, a varios amigos en la puerta de la Iglesia de San Vicente, me dirigí con algunos hacía la casa de Albia, para reunirnos los expedicionarios de Euzkeldun Batzokija en Sabin-Etxia, desayunar y decidir lo que íbamos a hacer. Pero antes entré en las oficinas del Partido, y Axuriagera (Presidente del B.B.B.), me introdujo en el saloncito del secretariado. De pie en él, me dijo poco más o menos : El asunto está gravísimo, porque las sublevaciones militares se repiten y el Gobierno está apuradísimo ; el Gobernador pregunta si puede contar con el Partido Nacionalista Vasco ; pues él, en caso afirmativo, nos darla las fábricas de armas de Gernika y Markina. ¿Qué .le parece a Vd. que debemos hacer ? me preguntó.
Le contesté yo que el Partido Nacionalista Vasco en Jel vive sólo para Euzkadi y si este Gobierno y régimen es malo para Euzkadi, el Gobierno fascista de los militares sería aún peor, por lo tanto el Partido Nacionalista, Vasco está obligado a mantener el orden a todo trance, porque vivimos en nuestra casa, en nuestra Patria, en nuestra Bizkaya y nuestro deber es conservarla. Le añadí que el Bizkal-Buru-Batzar debe aceptar todo ofrecimiento de armas y las fábricas de armas de Gernika y. Markina, que se le ofrecen, desde luego.
Nos despedimos y subí a Sabin-Etxia. Allí les dije a los compañeros amigos de Euzkeldun Batzokija, que el Presidente del B.B.B. me habla dicho que la situación era gravísima ; y que yo le contesté que el Partido Nacionalista Vasco debía mantener el orden en nuestra Bizkaya. De ahí que después de parecerme que todos mis compañeros aprobaron mi contestación al B.B.B. hablamos de si habíamos de realizar la expedición proyectada o no, y como se dijera que no se permitía salir los autobuses de Bilbao, pues uno habla sido detenido en Miraflores, decidimos todos aplazar nuestra expedición a Gernika y Sukarieta hasta que pudiéramos hacerlo en la tranquilidad.
Después, serían las once cuando salimos de Sabin-Etxia varios amigos de paseo hacia el Parque, y serían las 12 y 30 cuando entraba yo en mi casa. Entonces me acordé de escribir en una cuartilla al amigo Agiregoitia -miembro del D. B. B.-, para que ante esta autoridad constara por escrito la consulta de su Presidente Axuriagera a mí y mi contestación. Así lo hice.
Andando el tiempo, un mes y algo más de esto, me acordé que yo no tenía una. copia de esa cuartilla mía escrita en la hoja de un block y remitida a Agiregoitia y rogué a éste me la entregara para sacar una copia con objeto de conservarla. Pero me dijo Agiregoitia que como esa carta mía le había entregado en su día a Axuriagera, le preguntó a éste ahora por ella y le contestó que la archivó el B.B.B. Pretendió obtenerla del Secretario Egileor, pero éste le dijo que estaría en uno de los paquetes hechas para esconder todo documento del B.B.B.
Siento no tener copia de esta cuartilla mía escrita a escape en una cuartilla de block. Recuerdo que después de hace r la relación ¿le la consulta de Axuriagera a mí, hacía yo referencia a algo que siempre en mis conversaciones con él le repetía acerca de la necesidad de una organización militar dentro de la organización política en el Partido Nacionalista Vasco. Necesidad que yo la creía de urgencia, porque se vela que alguna tempestad había de estallar pronto en el Estado hispano y debíamos estar preparados.
Como curiosidad. En una de mis carpetas me he encontrado un par de cuartillas bajo que yo entiendo por orden, que es la esencia de la dicha consulta. Aunque inacabado el articulo, y por tanto sin publicar, lo copio exactamente aquí, hasta donde llegué en él. Dice así: "Un atentado inicuo contra un pueblo bizkaíno". "Ese atentado inicuo son los dos bombardeos realizados esta mañana del 22 de julio contra la Villa bizkaína de Otxandiano por la aviación al servicio de la actual rebelión de una parte del ejército español, impulsada por los fascistas".
"Comienza a ser Bizkaya víctima cruenta de la división de los españoles entre el Gobierno establecido por el Frente Popular y de otra parte por los rebeldes a ese Gobierno que dicen ser fascistas en sus comienzos para convertirse, quizás, en monárquicos después ".
"Hasta hoy, Biskaya, Araba, Gipuzkoa y Nabara, regiones queridas de nuestra Patria Euzkadi, sólo habían sido campo más o menos castigado por la discordia entre los dos sectores hispanos enemigos entre sí, por ideologías irreconciliables. Pero hoy comienza a correr del modo bárbaro apuntado, la sangre de nuestros queridos compatriotas. "
"Bizkaínos, vascos todos, ruje hoy la barbarie africana bombardeando un pacifica pueblo biskaino modelo de laboriosidad. Era de nuestro deber en esta lucha, que no es nuestra, que no es de nuestra raza, que no es de nuestra ideología, el mantenimiento del orden en nuestra casa, en nuestra Bizkaya, en nuestra Euzkadi. Al cumplimiento de ese deber nos empujaba la conveniencia. Porque si mal está hoy nuestra Euzkadi, peor estará si triunfaran los rebeldes del Gobierno hispano."
"Los vascos debemos defender hoy por hoy, nada más que el orden. El orden que significa el respeto a nuestra libertad Individual, el respeto a nuestros hogares, el respeto a nuestros Templos elevados para dar culto a Dios, el respeto a las comunidades religiosas en sus casas de recogimiento y oración, en fin, el respeto a todos los intereses es comercio, industria, navegación, etc., cte. El Frente Popular, que hoy rige los destinos de España y países sometidos, deben entender que si el vasco...."
(aquí he interrumpido mi escrito, porque yo andaba entonces delicado de salud, pero en otra cuartilla que escribí entonces y la encuentro entre mis papeles, leo esto que allí digo) :
"¿ Es que los vascos no tenemos hogar que defender ? ¿ No somos nadie en la tierra de nuestros antepasados, en la tierra de nuestros padres, nuestra, de nuestros hijos? ¿Ha de mandarnos aquí el extranjero ? ¿ No podemos defender los bizkainos a Bizkaya ?"
"Si nos dispusimos a defender sólo el orden que representa para nosotros en la situación actual de opresión, nuestra libertad individual, nuestros hogares, nuestros templos, nuestras propiedades y bienes materiales, es porque todavía no habrá llegado el momento de levantarnos como un sólo hombre por la libertad nacional."
Estas cuartillas que aquí copio, por mi escritas alrededor del 22 de julio, a raíz de la sublevación militar fascista del 18, las confirmo ahora, 15 de septiembre, en su esencia, porque expresan lo que yo entiendo por orden, de un modo general : conservación de nuestra casa en estos tiempos de opresión. ¿ y cuál es nuestra casa, sino Euzkadi ?. Y dentro de esa casa, ¿ no sabemos los bizkainos que una parte de ella es nuestra Bizkaya, la más obligada para nosotros ? ¿ Y qué otra parte de ella es Gipuzkoa y es la más obligada para los gipuzkoanos, para que los gipuzkoanos miren por ella ? ¿y qué otra parte es Araba... Nabara otra... hoy separadas ambas de nosotros por la lucha hispana entre rojos y amarillos?

Fuente: Fernando Sarrailh de Ihartza, Vasconia, 1963

Ley sobre el estatuto del País Vasco (4 de octubre de 1936)

estatuovasco

El Liberal (2 de octubre de 1936)

Ley sobre el estatuto del País Vasco
(4 de octubre de 1936)

Excelentísimo señor: El Congreso de los Diputados ha decretado y sancionado la siguiente

LEY

TITULO PRIMERO

DISPOSICIONES GENERALES

Art. 1.º Con arreglo a la Constitución de la República y al presente Estatuto, Alava, Guipúzcoa y Vizcaya se constituyen en región autónoma dentro del Estado español, adoptando la denominación de "País Vasco".

Su territorio estará compuesto por el que actualmente integran las provincias mencionadas, las cuales a su vez se regirán automáticamente en cuanto a las facultades que el presente Estatuto o las disposiciones legislativas del país les encomiende. A tal efecto se entenderán atribuidas a las provincias las facultades que especialmente no se atribuyan a órganos del País Vasco.

El vascuence será, como el castellano, lengua oficial en el País Vasco, y, en consecuencia, las disposiciones oficiales de carácter general que emanen de los Poderes autónomos serán redactadas en ambos idiomas. En las relaciones con el Estado español o sus autoridades, el idioma oficial será el castellano.

A los efectos del ejercicio de los derechos políticos que reconoce este cuerpo legal tendrán la condición de vascos:

1.º Los que lo sean por naturaleza y no hayan ganado vecindad administrativa fuera de la región autónoma.

2.º Los demás ciudadanos españoles que adquieran su vecindad en el País Vasco.

TITULO II

CONTENIDO Y EXTENSIÓN DE LA AUTONOMÍA

Art. 2.º Corresponde a la competencia del País Vasco, de acuerdo con los artículos 16 y 17 de la Constitución de la República, la legislación exclusiva y la ejecución directa en las materias siguientes:

a) 1.1 Constitución interior del país, incluso su legislación electoral, con sujeción a las normas contenidas en el presente Estatuto.

2.º Demarcaciones territoriales para el cumplimiento de sus fines.

3.º Régimen local, sin que la autonomía atribuida a los Municipios vascos pueda tener límites inferiores a los que se señalen en las leyes generales del Estado.

4.º Estadística en las materias atribuidas expresamente a la competencia del País Vasco.

b) 1.º Legislación civil en general, incluso en las materias reguladas actualmente por el Derecho foral. escrito o consuetudinario, y el registro civil. Todo ello con las limitaciones establecidas en el número 1.1 del artículo 15 de la Constitución.

2.º Legislación administrativa en las materias que estén plenamente atribuidas por este Estatuto al País Vasco. Legislación notarial, incluido el nombramiento de notarios, con sujeción a las reglas de provisión que rijan en el resto del territorio español.

c) 1.º Régimen de montes, agricultura y ganadería, sin perjuicio de la facultad legislativa que el Estado se reserva sobre las bases mínimas en cuanto afectan a la defensa de la riqueza y a la coordinación de la economía nacional.

2.º Socialización de riquezas naturales y empresas económicas, en cuanto a la propiedad y a las facultades que el Estado reconozca a las regiones al llevar a efecto la delimitación que determina el apartado 12 del artículo 15 de la Constitución.

d) 1.º Sanidad interior e higiene pública y privada sobre las bases mínimas que fije el Estado.

2.º Asistencia social y beneficencia, tanto pública como privada. Fundaciones benéficas de todas clases. Tribunales tutelares de menores.

3.º Baños y aguas mineromedicinales.

e) 1.º Corporaciones oficiales, económicas y profesionales de todas clases, salvo las de carácter social y las facultades que corresponden al Estado conforme al artículo 15 de la Constitución. Abastos. Instituciones de Ahorro. Previsión y crédito, organizadas por Corporaciones oficiales y Asociaciones domiciliadas en el territorio del país. Cooperativas, Mutualidades y Pósitos, con la salvedad respecto a las leyes sociales contenidas en el número 1.º del artículo 15 de la Constitución.

2.º Organismos emisores de crédito corporativo, público y territorial, sin perjuicio de lo dispuesto en el número 12 del artículo 14 de la Constitución y en la legislación mercantil y de los privilegios estatales existentes.

3.º Sindicatos y Cooperativas agrícolas y de ganaderos. Política y acción agrarias.

4.º Establecimientos de contratación de mercancías y valores, conforme a las normas generales del Código de Comercio.

1) 1.º Ferrocarriles, tranvías, transportes, carreteras, vías pecuarias, canales, pantanos, teléfonos, puertos, aeropuertos, líneas aéreas y radiocomunicación, salvo las limitaciones establecidas en los números 13 del artículo 14 y 6.1 del artículo 15 de la Constitución.

2.º Aprovechamientos hidráulicos e instalaciones eléctricas cuando las aguas discurran exclusivamente dentro del País Vasco o el transporte de la energía no salga de su término.

3.º Turismo.

Art. 3.º Será atribución del País Vasco la organización de la Justicia en sus diversas instancias, dentro de la región autónoma, en todas las jurisdicciones, con excepción de la militar y de la Armada, conforme a los preceptos de la Constitución y a las leyes procesales y orgánicas del Estado. La designación de los magistrados y jueces con jurisdicción en el País Vasco será hecha por la región autónoma mediante concurso entre los comprendidos, en el Escalafón general del Estado, siendo condición preferente el conocimiento del Derecho foral vasco, y tratándose de territorios de habla vasca, el de la lengua, pero sin que pueda establecerse excepción alguna por razón de naturaleza o vecindad. Los nombramientos de secretarios y auxiliares de la Administración de Justicia se harán por la región autónoma, con arreglo a las leyes orgánicas del Estado, y los de funcionarios de la Justicia municipal con arreglo a la organización y régimen que el País Vasco establezca.

Conforme al artículo 104 de la Constitución, el Ministerio fiscal será organizado y designado por el Estado español, sin perjuicio de que la región encomiende el mantenimiento de la competencia y la defensa de los intereses de sus órganos autónomos ante los Tribunales de todo orden del País Vasco, a uno o varios letrados, que promoverán la acción pública.

El Tribunal Superior Vasco, que será nombrado conforme a la legislación interior, tendrá jurisdicción propia y facultades disciplinarias en las materias civiles y administrativas cuya legislación exclusiva corresponda al País Vasco, conociendo de los recursos de casación y revisión que sobre tales materias se interpongan; resolverá igualmente las cuestiones de competencia y jurisdicción entre las autoridades judiciales de la región y conocerá de los recursos sobre calificación de documentos referentes al Derecho privativo vasco que deban tener acceso a los Registros de la Propiedad. Con arreglo a lo prevenido en el número 11 del artículo 14 de la Constitución, en todo lo no previsto en este párrafo continúa subsistente la jurisdicción del Tribunal Supremo de Justicia.

Art. 4.º Conforme a lo preceptuado en el artículo 50 de la Constitución, se reconoce al País Vasco la facultad de crear y sostener Centros docentes de todas las especialidades y grados, incluso el universitario, siempre que su orientación y métodos se ciñan a lo imperiosamente establecido en el artículo 48 de la propia ley fundamental. El Estado podrá mantener los Centros de enseñanza ya existentes y crear otros nuevos en el País Vasco si lo considera necesario en servicio de la cultura general.

Para la colación de títulos académicos y profesionales, en tanto no se dicte una ley que regule lo prevenido en el artículo 49 de la Constitución, se establecerá una prueba final de Estado en la Universidad, si se crea, y en los demás Centros de enseñanza sostenidos por la región autónoma, con arreglo a las normas y requisitos que señale el Gobierno de la República.

El País Vasco se encargará de los servicios de Bellas Artes, Archivos, Museos, Bibliotecas y Tesoro Artístico.

Art. 5.º Corresponderá al País Vasco el régimen de Policía para la tutela jurídica y el mantenimiento del orden público dentro del territorio autónomo, sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados 4.º 10, 16 y 18 del artículo 14 de la Constitución y en la ley general de Orden público.

Para la coordinación permanente, mutuo auxilio, ayuda e información entre los servicios de Orden público encomendados al País Vasco y aquellos que corresponden al Estado, existirá una Junta formada en número igual por autoridades o representantes del Gobierno de la República y de la región autónoma.

Esta Junta, además, fijará la proporción en que para los servicios de Orden público encomendados al País Vasco y a las órdenes de su órgano ejecutivo han de figurar las fuerzas de los Institutos y Cuerpos que el Estado tiene organizados para el cumplimiento de tales finalidades.

El País Vasco no podrá proceder contra los dictámenes de esta Junta en cuanto se relacione con los servicios coordinados.

El Estado podrá intervenir en el mantenimiento del orden interior del País Vasco y asumir su dirección en los siguientes casos:

1.º A requerimiento del órgano ejecutivo del País, cesando la intervención a instancia del mismo.

2.º Por propia iniciativa cuando estime comprometido el interés general del Estado o su seguridad, previa declaración del estado de guerra o de alarma y únicamente por el tiempo que dure esta medida de excepción.

Art. 6.º El País Vasco ejecutará la legislación social del Estado y organizará todos los servicios que la misma haya establecido o establezca. El Gobierno de la República inspeccionará la ejecución de las leyes y la organización de los servicios para garantizar su estricto cumplimiento y el de los Tratados internacionales que afecten a la materia.

En relación con las facultades atribuidas en el párrafo anterior, el Estado podrá designar en cualquier momento los delegados que estime necesarios para velar por la ejecución de las leyes.

El País Vasco está obligado a subsanar, a requerimiento del Gobierno de la República, las deficiencias que se observen en la ejecución de aquellas leyes.

Art. 7.1 El País Vasco regulará la cooficialidad del castellano y el vascuence con arreglo a las siguientes normas:

a) Publicará y notificará en ambos idiomas las resoluciones oficiales de todos sus órganos que hayan de surtir efectos en los países de habla vasca.

b) Reconocerá a los habitantes de los territorios de habla vasca el derecho a elegir el idioma que prefieran en sus relaciones con los Tribunales, autoridades y funcionarios de todas clases del País Vasco.

c) Admitirá que se redacten indistintamente en uno u otro idioma los documentos que hayan de presentarse ante las autoridades judiciales vascas o hayan de ser autorizados por los fedatarios del País.

d) Establecerá la obligación de traducir al castellano los mismos documentos redactados en vascuence cuando lo solicite parte interesada o deban surtir efecto fuera del territorio vasco.

e) Regulará el uso de las lenguas castellana y vasca en la enseñanza, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 50 de la Constitución.

f) Podrá exigir el conocimiento del vascuence a todos los funcionarios que presten servicio en territorio de habla vasca, exceptuados aquellos que estuvieren actuando al tiempo de implantarse este Estatuto, los cuales serán respetados en su situación y en los derechos adquiridos.

Las Diputaciones u órganos representativos que las sustituyan, de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, demarcarán en sus respectivas provincias los territorios que a los efectos de este artículo deban considerarse como de habla vasca.

Art. 8.º Conforme al artículo 15 de la Constitución de la República, incumbe al País Vasco la función ejecutiva de la legislación del Estado en las siguientes materias:

1.ª Las reservadas a la legislación del Estado en los números 1 y 2 de dicho artículo 15 de la Constitución, y el régimen de los establecimientos penitenciarios.

2.ª Estadística y servicios demográficos

3.ª Eficacia de los Comunicados oficiales y documentos públicos.

4.ª Pesas y medidas. Contraste de metales preciosos y verificación industrial.

5.ª Régimen minero.

6.ª Ferrocarriles, carreteras, canales, teléfonos y puertos de interés general, salvo los derechos de reversión y policía de los primeros y la ejecución directa que pueda reservarse el Estado.

7.ª Seguros generales y sociales, incluidas su gestión y administración.

8.ª Aguas, caza y pesca fluvial, salvo en cuanto a los aprovechamientos hidráulicos, cuando las aguas discurran fuera del territorio autónomo.

9.ª Régimen de Prensa, Asociaciones, reuniones y espectáculos públicos.

10. Derecho de expropiación, salvo, en todo caso, la facultad del Estado para ejecutar por sí sus obras peculiares.

11. Socialización de riquezas naturales y empresas económicas, conforme al apartado 12 del artículo 15 de la Constitución.

12. Marina mercante y personal marítimo, con sujeción a lo preceptuado en el número 9.º del artículo 14 de la Constitución y a la legislación mercantil.

13. Servicios de aviación civil y radiodifusión, salvo el derecho del Estado a coordinar los medios de comunicación en todo el país. El Estado podrá instalar servicios propios de radiodifusión y ejercerá la inspección de los que funcionen por concesión de las autoridades del País Vasco.

Art. 9.º Las autoridades del País Vasco tornarán las medidas necesarias para la ejecución de los Tratados y Convenios que versen sobre materias atribuidas total o parcialmente a la competencia regional por el presente Estatuto. Si no lo hiciera en tiempo oportuno corresponderá adoptar dichas medidas al Gobierno de la República. Por tener a su cargo la totalidad de las relaciones exteriores, ejercerá siempre la alta inspección sobre el cumplimiento de los referidos Tratados y Convenios y sobre la observancia de los principios del derecho de gentes. Todos los asuntos que revistan este carácter, como la participación oficial en Exposiciones y Congresos internacionales, la relación con los españoles residentes en el extranjero o cualesquiera otros análogos, serán de la exclusiva competencia del Estado.

TITULO III

ORGANIZACIÓN DEL PAIS VASCO

Art. 10. Los poderes del País Vasco emanan del pueblo y se ejercitarán de acuerdo con la Constitución de la República y el presente Estatuto, por los órganos que libremente determine el mismo, con las siguientes limitaciones:

a) El órgano legislativo regional se compondrá de representantes en número no menor de 1 por 25.000 habitantes y será elegido del mismo modo que todos los demás órganos que tengan encomendadas facultades legislativas, por sufragio universal, igual, directo y secreto.

b) El órgano ejecutivo deberá tener la confianza del legislativo y su Presidente asumirá la representación de la región en sus relaciones con la República y la del Estado en aquellas funciones cuya ejecución directa corresponde al Poder central.

El Presidente podrá delegar las facultades de ejecución, pero no las de representación.

Los miembros que constituyen el Poder legislativo regional serán inviolables por los votos y opiniones que emitan en el ejercicio de su cargo, y sólo podrán ser perseguidos y juzgados, por los delitos que cometan dentro del territorio autónomo, por el Tribunal de superior categoría que dentro del País Vasco le esté atribuida competencia por razón de la materia.

El pueblo manifestará su voluntad por medio de las elecciones, el referéndum y la iniciativa en forma de proposición de ley.

Art. 11. Las cuestiones de competencia y los conflictos de jurisdicción que se susciten entre los Tribunales del País y los demás del Estado español serán resueltos por el Tribunal Supremo de la República. Las que se susciten entre las autoridades u organismos de carácter administrativo de la República y la del País Vasco se resolverán por el Tribunal de Garantías Constitucionales.

Al mismo Tribunal de Garantías corresponderá resolver las divergencias que surjan cuando, en virtud de lo dispuesto en el párrafo segundo del artículo 6.º de este Estatuto, el órgano ejecutivo del País Vasco estimase injustificado el requerimiento del Gobierno de la República sobre deficiencias en la ejecución de las leyes sociales, pudiendo en este caso el Tribunal, si lo estimase necesario, suspender definitivamente la ejecución de los actos o acuerdos a que se refiera la divergencia.

TITULO IV

HACIENDA Y RELACIONES TRIBUTARLAS

Art. 12. 1.º Los servicios que en virtud del presente Estatuto son traspasados al País Vasco serán dotados en cuantía equivalente al costo exacto de los mismos, con recursos que hoy pertenecen a la Hacienda del Estado.

2.º El costo de los servicios y la determinación de los recursos transferidos se fijará en acuerdo del Gobierno de la República con el Poder ejecutivo del País Vasco, previo informe de la Comisión mixta creada en la disposición transitoria cuarta de este Estatuto.

3.º Los derechos del Estado en el territorio del País Vasco relativos a montes, minas, aguas, caza y pesca, los bienes de uso público y los que sin ser de uso común pertenecen privativamente al Estado y estén destinados a algún servicio público o al fomento de la riqueza nacional, pasarán a ser propiedad del País Vasco, excepto los que se hallen afectos a funciones cuyo ejercicio se haya reservado el Gobierno de la República. Dichos bienes y derechos no podrán ser enajenados, gravados ni destinados a fines de carácter particular sin autorización del Estado.

Si el Estado emite Deuda cuyo producto haya de invertirse total o parcialmente en la creación o mejoramiento de servicios de los reservados por este Estatuto al País Vasco, éste será compensado recibiendo una parte del producto de la nueva emisión que a tales servicios se destine igual a la proporción que existe entre la población total de España y la de dicho País.

La Hacienda de la República y la del País Vasco respetarán los actuales ingresos de las Haciendas locales de dicho País, sin gravar con nuevas contribuciones las bases de tributación de aquéllas. Estas Haciendas locales tendrán derecho a todas las cesiones de contribuciones o tasas que el Estado haga en lo sucesivo a las correspondientes del régimen común vinculadas directamente al mismo.

El País Vasco podrá adoptar el sistema tributario que juzgue justo y conveniente.

Art. 13. Alava, Guipúzcoa y Vizcaya continuarán haciendo efectiva su contribución a las cargas generales del Estado en la forma y condiciones sancionadas con fuerza de ley por las Cortes Constituyentes en 9 de septiembre de 1931.

TITULO V

DE LA MODIFICACIÓN DEL ESTATUTO

Art. 14. Este Estatuto podrá ser reformado:

a) Por iniciativa del País Vasco, mediante referéndum de los Ayuntamientos y aprobación del órgano legislativo del País.

b) Por iniciativa del Gobierno de la República y a propuesta de la cuarta parte de los votos de las Cortes.

En uno y otro caso será preciso para la aprobación de la ley de reforma del Estatuto las dos terceras partes del voto de las Cortes. Si el acuerdo de las Cortes de la República fuera rechazado por el referéndum del País Vasco, será menester, para que prospere la reforma, la ratificación de las Cortes ordinarias subsiguientes a las que lo hayan acordado.

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

1.ª En tanto duren las circunstancias anormales producidas por la guerra civil, regirá el País Vasco, con todas las facultades establecidas en el presente Estatuto, un Gobierno provisional.

El Presidente de este Gobierno provisional será designado dentro de los ocho días siguientes a la fecha de promulgación del Estatuto por los concejales de elección popular que formen parte de los Ayuntamientos vascos y puedan emitir libremente su voto. El nombramiento se hará mediante elección, en la que se atribuirá a cada uno de dichos concejales un número de votos igual al que hubiese obtenido directamente cuando le fue conferida por el pueblo la investidura edilicia.

La elección de Presidente del Gobierno provisional se verificará bajo la presidencia del gobernador civil de Vizcaya en el lugar y fecha que el mismo señale, debiendo convocarla con antelación de tres días.

El Presidente así elegido nombrará los miembros del Gobierno provisional en número no inferior a cinco.

2.ª Cuando por haberse restablecido la normalidad las circunstancias lo permitan, el Gobierno provisional del País Vasco convocará en Alava, Guipúzcoa y Vizcaya a elecciones de diputados provinciales, que se verificarán dentro del términos de treinta días de la convocatoria, con arreglo al sistema proporcional de lista y cociente. Al efecto se incluirá en el decreto de convocatoria la oportuna regulación.

Cada una de las provincias formará una sola circunscripción y elegirá un diputado provincial por cada 10.000 habitantes o fracción superior a 5.000.

3.ª Las Diputaciones provinciales así elegidas se reunirán para su constitución el segundo domingo, a partir del día en que las elecciones se celebren, y desde dicha fecha sustituirán a las actuales Comisiones gestoras.

Una vez constituidas las tres Diputaciones, los presidentes de las mismas, de común acuerdo, señalarán la fecha en que los diputados de las tres provincias, formando un solo Cuerpo, deben reunirse en la Casa de Juntas de Guernica, para actuar como órgano legislativo provisional del País Vasco. Constituida la Asamblea, éste designará, además de las personas que han de componer la Mesa, una Comisión ejecutiva, y lo comunicará al Gobierno de la República, entendiéndose desde ese momento transferidas a la Asamblea y a la Comisión ejecutiva las facultades que al País Vasco reconoce la presente ley.

Corresponde a esta Asamblea, además de la facultad de designar y sustituir a la Comisión ejecutiva, las siguientes, que deberá realizar en el plazo máximo de seis meses:

a) Redactar y aprobar el Reglamento para su funcionamiento.

b) Organizar los poderes regionales de todas clases, fijar su composición y funciones y regular las relaciones entre los mismos.

c) Activar la constitución interior de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya y señalar las facultades que corresponden a los órganos regionales y a cada una de las provincias, así como las relaciones entre dichas entidades.

d) Acordar la ley Electoral que a base del sufragio universal haya de regir en el País Vasco.

Las leyes que emanen de la Asamblea deberán ser votadas favorablemente por la mayoría absoluta de los diputados que la integran, siendo además necesario, cuando se trate de atribuir o ceder al País Vasco facultades encomendadas hoy a las provincias o que por el presente Estatuto se confieran a las mismas, el voto favorable de la mitad más uno de los diputados de la provincia o provincias interesadas.

Cumplida su misión cesará la Asamblea en sus funciones, convocándose simultáneamente las elecciones para constituir el órgano legislativo del País Vasco con arreglo a las leyes por aquélla aprobadas.

4.ª Una Comisión mixta, integrada por igual número de representantes del Consejo de Ministros y del órgano legislativo del País, constituida en un plazo que no excederá de dos meses, a partir de la promulgación del Estatuto, dispondrá lo necesario para que sean transferidas a las Autoridades y funcionarios de la Región las funciones y atribuciones que con arreglo al presente Estatuto les correspondan ejercer en lo sucesivo y establecerá las normas a que habrán de ajustarse el inventario de bienes y derechos y la adaptación y traspaso de los servicios que pasen a la competencia del País Vasco.

Esta Comisión deberá tomar sus acuerdos por el voto de las dos terceras partes de sus miembros como mínimo, sometiendo, en caso necesario, sus diferencias al Presidente de las Cortes de la República.

El procedimiento y plazo para la intervención de la mencionada Comisión serán los fijados por la Presidencia del Consejo de Ministros de 9 de mayo de 1932, referentes a la Comisión mixta del Estatuto de Cataluña, que serán de aplicación en todas sus partes para la del presente Estatuto.

Y nos honramos en comunicarlo a V. E. a los efectos prevenidos en el artículo 83 de la vigente Constitución de la República española.

Palacio del Congreso, 1 de octubre de 1936.— El Presidente, Luis Fernández Clérigo.— El Secretario, José A. Trabal. —El Secretario, Adolfo Llopis.

Visto lo decretado y sancionado por las Cortes, se promulga como ley.—Madrid, 4 de octubre de 1936.—Manuel Azaña

Programa del primer Gobierno vasco (7 de octubre de 1936)

Programa del primer Gobierno vasco (PNV/Frente Popular).
Declaración de Gernika
7 de octubre de 1936

Al constituirse el Gobierno Provisional Vasco, nacido de la voluntad popular, en cumplimiento de los preceptos que contiene el Estatuto de Autonomía de Euzkadi, aprobado por las Cortes de la República Española, expone ante el pueblo vasco los puntos fundamentales del programa a que someterá su actuación y que siendo el centro de coincidencia de todas las fuerzas políticas que lo constituyen, tiene por finalidad inmediata el supremo designio de conseguir la victoria y establecer y organizar definitivamente la paz, como Gabinete de guerra que es en toda la significación que este vocablo integra.

En su virtud:

Respetará y garantizará los derechos individuales y sociales de todos los ciudadanos vascos y, en consecuencia, la libre práctica de las confesiones y asociaciones religiosas, la seguridad de sus componentes y la de sus bienes, dentro siempre de las prescripciones establecidas por la Constitución. El carácter religioso no eximirá de las responsabilidades que se deriven de actuaciones políticas contrarias a la Ley.

El Gobierno Provisional Vasco llevará a través de su Presidente y del Departamento de Defensa la dirección suprema de la guerra, establecerá el mando único y militarizará rápidamente todas las milicias con sujeción al Código de Justicia Militar, entendiéndose incluidos tanto los elementos pertenecientes a la Marina Mercante como aquellos que trabajen en las industrias movilizadas.
El Gobierno Vasco mantendrá inexorablemente el orden público, llegando si fuere preciso a la adopción de medidas extremas y excepcionales. Vigilará cuidadosamente la población civil de retaguardia, extirpando severamente toda suerte de espionaje.

Procederá con la mayor urgencia a la formación de un Cuerpo de Policía Foral, organizado moderna y eficazmente con arreglo a las necesidades presentes.

Sobre las bases mínimas de la legislación social del Estado, el Gobierno desarrollará una política de acusado avance social, respondiendo al principio de que todo ciudadano tiene obligación de contribuir con su trabajo, su capital y su actividad intelectual al bienestar general del país; recíprocamente, tiene derecho a participar en los bienes sociales según el progreso civil.

En consecuencia, el Gobierno Vasco promoverá el acceso del trabajador al capital, a los beneficios y a la coadministración de las empresas, pudiendo llegar a la incautación y socialización de los elementos de producción que estime necesarios para organizar rápidamente la victoria. Procurará en todo momento evitar lesión innecesaria en los intereses de los productos y protegerá decididamente al modesto industrial y comerciante.

Estudiará y llevará a efecto un plan de obras públicas que absorban el paro de la clase trabajadora e impulsará las fuentes del trabajo y de la riqueza.

El poder público regulará la producción y el consumo y fijará los precios de las mercancías que él mismo designe, dentro del país.

Regulará el arrendamiento como contrato social y facilitará el traspaso de la propiedad de las tierras y caseríos a sus cultivadores sobre las normas que las Corporaciones provinciales del país han venido estudiando con sentido de liberación social.

Formará un presupuesto circunstancial que permita desarrollar la magna obra que las circunstancias actuales reclaman y en cuya confección tendrá presente la función social del impuesto, regulándolo de un modo progresivo. Exigirá indemnizaciones económicas a cuantas entidades y personas hayan contribuido de una manera positiva al movimiento insurreccional.

Resolverá rápidamente la situación de los presos políticos y militares, sometiéndolos sin dilación a los Tribunales Populares creados por la Ley.

Revisará escrupulosamente los escalafones de todos los funcionarios públicos, examinando su lealtad a las instituciones republicanas, en beneficio del mayor rendimiento de los distintos servicios.

Garantizará a los ciudadanos vascos de posición precaria el libre acceso a los grados de las enseñanzas media y superior, condicionado solamente por la aptitud y vocación.

Cumpliendo los requisitos constitucionales en materia de instrucción pública, regulará las condiciones de la enseñanza libre y el uso del euzkera en todos los grados y establecimientos docentes.

El Gobierno Vasco salvaguardará las características nacionales del pueblo vasco, prestando al fomento de las mismas toda la consideración y protección a que le obliga el reconocimiento de la personalidad vasca, de la que es exponente y garantía este Gobierno, viniendo por ello obligado a la defensa de la libertad y de los valores espirituales y sociales reconocidos por la ley y sellados por la sangre.

No afectando la situación actual a las buenas relaciones que han de mantenerse con cuantos países respeten la soberanía y derechos de la República y de Euzkadi, el Gobierno Vasco cuidará celosamente de que los extranjeros, sus representantes y agentes sean respetados en sus derechos y libertad en lo que no fuere obstáculo a las operaciones militares; especialmente estrechará los vínculos que le unen a los pueblos que mantienen las formas democráticas de gobierno y singularmente con aquellos otros en los que viven importantes colectividades vascas.

Finalmente, el Gobierno Provisional del País Vasco declara que, respondiendo a las circunstancias presentes y a su peculiar significación, dedicará sus mayores desvelos a la mejor organización y encuadramiento de las milicias del país y a prodigar atenciones y cuidados al soldado del frente, considerándolo como ciudadano privilegiado, a quien dirige un emocionado y agradecido saludo en nombre de todo el pueblo, haciendo votos por la rápida reconquista de las tierras vascas y por que la historia corone para siempre la lucha de los defensores de un régimen justo, de la democracia y de la libertad.

El Libro Blanco del Gobierno Vasco, París, 1956

Carta al R.P.E. Fray Pedro... (Trinitario) (Luis de Arana Goiri, 9 de octubre de 1936)

Carta al R.P.E. Fray Pedro de...
(Luis de Arana Goiri, 9 de octubre de 1936)

ABANDO, 9 de Octubre de 1.936

R. P. E. Fray Pedro de..... (Trinitario)

Mi muy respetable y apreciable Padre:

Quedé agradecido por lo que me dice en su grata del 2, y confuso por lo que no merezco.
¡Cuánto daría por que en sus excursiones mentales patrias, no viera puntos oscuros en la actitud del nacionalismo vasco en esta guerra. Me refiero en esta carta a antes de ese triste consentimiento de las autoridades del Partido Nacionalista Vasco, en ser representado el Partido por un afiliado en el gobierno de Madrid, en calidad de Ministro.
Si hubiera el P.N.V. pactado o convenido con el gobierno sectario de Madrid, en una colaboración guerrera a base del mismo gobierno, el P.N.V. sería reo de esa colaboración, aunque fuera justificada porque el fascismo de enfrente, niega los derechos históricos de Euzkadi a su vida y gobierno propio.
Pero el P. N. V. no hizo ese pacto guerrero con el gobierno hispano aunque tuvo en cuenta la maldad del fascio, sino que expresó su deber natural de mantener le orden en su Patria Euzkadi, el orden como viene definido en uno de mis escritos que V. conoce. Y desde ose momento, sin pactar colaboración ninguna, hay solamente coincidencia en defender, nosotros, nuestra Patria y casa, Euzkadi, ellos la zona País Vasco, que creen pertenece a España. Esa acción, pues, no lleva en sí naturaleza de colaboración, sino apariencia de colaborac1ón.
Otra cosa, repito, es después que el P.N.V. consiente en ser representado en el Gobierno hispano, por un afiliado al mismo como Ministro. Desde ahí si que comienza la colaboración para los que aceptan esa transgresión del principio nacionalista vasco, que Sabino sintetizó en "Nosotros para Euzkadi, y Euzkadi para Dios". Pero tampoco comienza esa colaboración para los que protestamos de esa transgresión, sino que continúa para nosotros la coincidencia dicha, y nada más, en lo que se refiere a la acción guerrera, que es necesaria para conservar el orden que propugnamos y hemos definido desde el principio.
Nada más por hoy.
Todo esto remito, al amigo E. Laucirika y acompaño con una carta dándome de baja en el P. N. V. y una breve alocución para completar mi pobre, pero digna situación, rogándole ponga en sus manos de Vd.
Tengo también el gusto de remitir a V., Padre, el besalamano de Companys, a propósito del Padre Beitia, para quien yo he pedido un salvoconducto. Por esa carta parece estar obtenido. ¿Lo habrá aprovechado para ir a Roma en vez de venir a Bizkaya, el padre Beitia?
Agur, Padre, pida al Señor por mí en el Santo sacrificio de la Misa.

Queda de Vd. su affmo. s. a. en Jel

 

Constitución del Gobierno vasco (El Socialista, 9 de octubre de 1936)

aguirre

José Antonio Aguirre (1904-1960)

Constitución del Gobierno vasco presidido por don J. A. Aguirre

Bilbao, 8 (1'15 m.). - Con gran solemnidad se ha celebrado hoy la elección de presidente provisional del Gobierno vasco, promesa ante el Árbol de Guernica y constitución del nuevo Gobierno.
A primera hora de la mañana se concentraron en Bilbao los concejales populares habilitados para tomar parte en el sufragio. A las nueve y media de la mañana se constituyeron las Mesas en los colegios electorales.
En el Gobierno civil se constituyó la Mesa número 1. En este colegio votaron 99 concejales, que representan un total de sufragios de 15.951 electores. Se votó por unanimidad el nombre de don José Antonio de Aguirre y Lecube. No se formularon reclamaciones. Presidió la Mesa el gobernador civil de Vizcaya.
La segunda Mesa quedó constituida en el edificio de la Diputación Provincial, presidiéndola el presidente de la Gestora, camarada Rufino Laiseca. Votaron 400 concejales, que representan un total de sufragios de 84.558.
El señor Aguirre obtuvo 84.498 sufragios, y el centenar restante lo obtuvo don Ramón Madariaga.
La tercera Mesa funciona en el Ayuntamiento, presidiendo el alcalde, don Fermín Zarza. Uno de los primeros votantes en este colegio fue el antiguo banderillero Luciano Bilbao, alias Lunares, concejal de Lejona. Votaron en este colegio 238 concejales, representado un total de sufragios de 105.011, todos a favor del señor Aguirre. Algunos votantes vestían el uniforme miliciano.
La cuarta Mesa se constituyó en el edificio de la Audiencia y estaba presidida por el gobernador de Guipúzcoa, don Antonio Ortega. Votaron 272 concejales, que representaban 86.011 sufragios. Todos también a favor del señor Aguirre.
A la una de la tarde se verificó el escrutinio, presidido por el gobernador. El secretario del gobernador manifestó que la jornada se había reducido a la elección de presidente provincial del Gobierno vasco, tomando parte casi todos los concejales de la región.
Por la tarde se celebró en Guernica, con gran solemnidad, la proclamación del presidente del Gobierno.
A las cinco de la tarde la Sala de Juntas se hallaba totalmente ocupada por alcaldes y concejales del País Vasco, Cuerpo consular, autoridades, entidades y representaciones diversas.
Se constituyó la Mesa, presidida por el gobernador de Vizcaya, junto con el de Guipúzcoa, alcalde de Bilbao, secretario de Vizcaya. que actuó a la vez de secretario de la Asamblea; el presidente de la Diputación y otras personalidades.
EL gobernador de Vizcaya declaró abierta la sesión con estas palabras:
- En nombre del Gobierno de la República declaro abierta esta asamblea, y se va a proceder a la lectura del escrutinio.
El secretario da lectura de las actas que arrojan un total de sufragios a favor de don José Antonio de Aguirre y Lecube, para la Presidencia provisional del Gobierno, de 291.471. Comprobado el resultado, se proclama a don José Antonio de Aguirre y Lecube presidente del Gobierno provisional. El público prorrumpe en aplausos y vítores a Euzkadi, a la República, al señor Aguirre y al señor Azaña.
El gobernador de Vizcaya dijo a continuación: - He tenido el honor de presidir esta Mesa en este acto histórico, que constituye un homenaje a Vasconia, y también como homenaje yo os propongo que se forme otra Mesa integrada por dos personas de cada demarcación foral para que ellos sean los encargados de traer a este recinto al señor Aguirre.
Así se acuerda, y la Mesa se constituye con los alcaldes de San Sebastián, Tolosa, Bilbao, Mundaca, Amurrio y Llodio.
Seguidamente se suspende la sesión unos momentos para que la Comisión Foral marche a recoger al señor Aguirre.
A las seis menos cinco de la tarde penetra en la Sala de Juntas la Comisión con el presidente provisional del Gobierno. Su presencia se acoge con aplausos y vítores.

El gobernador civil confiere el Poder

El gobernador civil de Vizcaya vuelve a hacer uso de la palabra en los siguientes términos:
- Señor presidente del Gobierno provisional del País Vasco : Las fuertes emociones de los meses últimos nada representan, o representan casi nada, ante la emoción que experimento en el histórico momento actual, histórico por el lugar y por las circunstancias e histórico también por lo que tiene de renovador este acto de las normas políticas de España. He tenido yo el alto honor de ser el representante del Gobierno de la República en el acto solemne de entregar a Vizcaya el logro de sus ansias más legitimas y de sus aspiraciones más justas, aspiraciones que fueron las de mis mayores y las de todo nuestro pueblo. Sólo ansío ver a Vasconia con su propia personalidad. Esta nueva política que emprende la República me hace pensar que igual aspiración conseguirá más tarde nuestra hermana Galicia, que se unirá en plena libertad a Vasconia y a Cataluña.
Termino expresando la seguridad de que el éxito más franco ha de acompañar a la gestión del primer presidente del Gobierno del País Vasco, señor Aguirre.
Los concurrentes aplaudieron con entusiasmo estas palabras del gobernador.

El señor Aguirre expresa su emoción

A continuación, entre grandes aplausos, se levantó a hablar el señor Aguirre.
- Antes de prestar el juramento tradicional - empezó diciendo -, quiero dar las gracias a todos en nombre del pueblo, pues en el mío seria cosa más bien mezquina.
He de anunciaros que con la lealtad de todos los partidos traigo ya formado el nuevo Gobierno. En la reunión que para ello hemos tenido os aseguro que he llorado de emoción ante esa lealtad que todos los partidos que integran el Gobierno han prestado a mi obra. He llorado de emoción al ver mi modesto nombre al frente de este Gobierno, que nace glorioso y precursor de victorias. Nace para eso, para gobernar, para imponer la ley y para conseguir el triunfo.
A vosotros, representantes del cuerpo consular, os pido que llevéis a los países que representáis la voz de este Gobierno que nace del pueblo y que responde a aspiraciones seculares. Me alegro de que seáis testigos de la ceremonia que se celebra en este salón. Tened la seguridad, y decidlo así a vuestros países, que por acusado que sea el avance social de este Gobierno, no puede confundirse nunca con el desorden. Son cosas completamente distintas. Venimos precisamente a implantar un orden nuevo, en beneficio de todos. Presentad nuestro saludo á vuestros países, pues con todos ellos queremos vivir en paz. (Grandes aplausos.)
"Quiero ser corto en palabras. Voy a prestar juramento bajo el .árbol de Guernica como creyente, como magistrado y como vasco. A los no creyentes os pido que respetéis mi juramento, puesto que hermanados estamos todos en el Gobierno. En este juramento prometeré lealtad al mandato que he recibido. Y ahora, sin más palabras, agradecido a vuestras atenciones, vamos ahí fuera, bajo el árbol histórico de Guernica, a quitar las telarañas del Arbol y a instaurar los cimientos de una nueva vida, basada en los principios de Libertad, Justicia y Democracia. (Gran ovación y vítores.)

El juramento bajo el Arbol de Guernica

El presidente y su séquito salieron del Salón de Juntas y se dirigieron al recinto del .árbol. El señor Aguirre se adelantó y formuló el juramento, primero en vascuence y después en castellano, con estas palabras :
"Ante Dios, humillado, sobre la tierra vasca en pie y bajo el roble de Vizcaya, en el recuerdo de mis antepasados, juro cumplir mi mandato con entera fidelidad."
EL gobernador de Vizcaya dijo:
" En nombre del Gobierno de la República hago entrega del Poder de las Vascongadas al legitimo presidente, don José Antonio de Aguirre y Lecube, quien dará a conocer al pueblo la lista del Gobierno."

La lista del nuevo Gobierno

Seguidamente, el señor Aguirre leyó en voz alta la lista del primer Gobierno de Vasconia, que es la siguiente :
Presidencia y Defensa, José Antonio de Aguirre Lecube; Gobernación, Telesforo Monzón; Hacienda, Heliodoro Latorre; Justicia y Cultura, Jesús María Leizaola; Obras Públicas, Juan de Astigarrabia; Trabajo, Previsión y Comunicaciones, Juan de los Toyos; Asistencia Social, Juan Gracia; Industria, Santiago Aznar; Agricultura, Gonzalo Nardiz; Sanidad, Alfredo Espinosa; Comercio y Abastecimientos, Ramón María Aldasoro.

La declaración del Gobierno

El presidente leyó a continuación la declaración ministerial. La declaración lleva un titulo que dice : Bajo el Arbol de Guernica."
En el preámbulo se historia y justifica la formación del Gobierno del País Vasco. "Expone este Gobierno -dice- los puntos del programa fruto de la coincidencia de diversas fuerzas que lo integran, y señala como primera finalidad la consecución de la victoria para instaurar luego la paz. Se respetarán los derechos de todos los ciudadanos vascos, así como los de las Asociaciones religiosas, dentro siempre de la Constitución. El carácter religioso no salvará la responsabilidad por actos cometidos contra la ley. A través del Ministerio de Defensa se ejercerá la dirección de la guerra, estableciendo el mando único, militarización de las Milicias, encuadrándolas en el Código militar, así como a la Marina mercante e industrias movilizadas.
En el orden público se llegaría, en caso preciso, a medidas extremas y excepcionales. Se vigilará con gran rigor la retaguardia, especialmente, en lo que se refiere a cualquier actividad de espionaje. Se constituirá una Policía foral, con arreglo a los métodos modernos.
Se establecerá una política de acusado avance social, en la cual todo ciudadano tendrá la obligación de contribuir con su trabajo, con su capital o con sus dones intelectuales al bien del país, y tendrá derecho a participar en el bienestar común. El trabajador tendrá acceso al capital mediante la coadministración en las Empresas, llegando a las incautaciones que sean necesarias para asegurar la victoria. Se protegerá al modesto industrial y comerciante.
Se hará un plan de obras públicas para absorber el paro, impulsar el trabajo, y fomentar la riqueza. Se regulará la producción y el consumo, fijándose los precios.
Se regularán los arrendamientos y el traspaso de tierras y caseríos a los cultivadores, sobre las normas que han venido estudiando las Corporaciones provinciales, con un sentido de liberación social.
Se resolverá la situación de los presos políticos, sometiéndolos al fallo de los Tribunales populares. Se revisarán escrupulosamente los escalafones de funcionarios, exigiendo a éstos lealtad a las instituciones de la República.
Se garantizará a los vascos de situación precaria el acceso a la enseñanza media y superior. Se regularán las condiciones de la enseñanza libre y se establecerá el uso del idioma del País.
Se defenderán los valores regionales consagrados por la tradición y sellados con la sangre.
El Gobierno vasco garantizará el respeto a los extranjeros, mientras no sean obstáculo a las operaciones militares. Se mantendrán las mejores relaciones con todos los países, especialmente con aquellos de Gobierno democrático y aquellos otros en cuyos territorios residan grandes contingentes vascos.
EL Gobierno declara que se desvelará por el bienestar de las Milicias y soldados que luchan en el frente considerándolos como ciudadanos privilegiados, a los que envía un emocionado saludo, haciendo votos por la reconquista de las tierras vascas, mediante la victoria que corone la obra de triunfo y de libertad. Guernica, 7 de octubre de 1936.b
Terminada la lectura de la declaración, se celebró en la galería una recepción, a la que asistieron todos los concurrentes a la ceremonia. Por último, el señor Aguirre presenció el desfile de las fuerzas forales y Milicias vascas que habían rendido honores.
El Gobierno vasco está constituido por cuatro nacionalistas vascos, que son los señores Aguirre, Monzón, Latorre y Leizaola; un comunista, Astigarrabia; tres socialistas, Juan de los Toyos, Juan Gracia y Santiago Aznar; uno de Acción nacionalista de izquierda, Gonzalo Nardiz; uno de Unión Republicana, señor Espinosa y uno de Izquierda Republicana, señor Aldasoro. - (Febus).

El Socialista, 9 de octubre de 1936

Programa de don José A. de Aguirre (Radio Euskadi, 22 de diciembre de 1936)

Programa de don José A. de Aguirre, presidente del Gobierno vasco

A todos cuantos a través de estas ondas escuchan mi palabra, tanto aquí en Euzkadi como en el resto de la República y en el mundo, llegue el saludo preñado de esperanzas del presidente de un Gobierno joven, representante del viejo pueblo de los vascos. Hace dos meses y medio fue proclamada la autonomía vasca, después de ser aprobada solemnemente como ley por las Cortes de la República en su sesión del día primero de octubre. Una campana persistente y tenaz, llevada a cabo por el pueblo vasco para la recuperación de su libertad, conculcada hace cien años por la monarquía española, ha dado como resultado, en medio de los días trágicos, que la personalidad vasca haya sido reconocida mediante una forma estatal autonómica (1); y de la Ley en que era reconocida surgió el primer Gobierno de Euzkadi, el primer Gobierno autónomo. Sumido nuestro viejo pueblo en los azares desgraciados de una guerra cruenta, que no ha querido jamás, que le ha sido traída por la invasión de los militares sublevados, desde el día en que tuvo su Gobierno autónomo, sintió una gran satisfacción, la de sentirse gobernado, defendido por los hombres que contaban y cuentan con el asentimiento popular (páginas 3-4).

El programa que nos une en el designio y el trabajo.

Nada mejor para justificar nuestra obra que examinar, remozando de nuevo los conceptos del programa que une a hombres de tan diversas ideologías en un empeño común, programa que nos une en el designio y en el trabajo, programa que ha sido norte y guía de nuestra actuación y que ha sido cumplido en muchas de sus partes. Sus puntos fundamentales constituyen, como su texto literal dice, el sentir de coincidencia de todas las fuerzas políticas que forman el Gobierno y que tienen como finalidad inmediata el supremo designio de conseguir la victoria y establecer y organizar definitivamente la paz como Gabinete de guerra que es en toda la significación que este vocablo encierra. En su virtud, decía, respetará y garantizará los derechos individuales y sociales de todos los ciudadanos vascos, y, en consecuencia, la libre práctica de las confesiones y de las asociaciones religiosas, la seguridad de sus componentes y bienes, dentro de las prescripciones constitucionales; y se añadía que el carácter religioso no podría eximir de las responsabilidades derivadas de actuaciones políticas contrarias a la ley. Y en este marco ha encerrado el Gobierno vasco su actuación, respetando al sacerdote que, afortunadamente, ha estado y se ha mantenido al lado del pueblo; respetando el culto, abiertas las iglesias, se ha producido en el pueblo vasco, sujeto a la jurisdicción de su Gobierno, un fenómeno delicado de tolerancia exquisita, de gran comprensión en las masas populares y de los organismos sociales; fenómeno tangible, real, a la luz de todos, porque en medio de los fragores de esta lucha, un pueblo culto y civilizado ha sabido separar, respetando las creencias y prácticas de muchísimos ciudadanos, aquellos otros problemas que uniéndolos en el designio de la victoria han hecho de este Gobierno un conjunto de hombres respetuosos entre sí e inflexibles cumplidores de la ley y de la finalidad suprema que los mueve.

El respeto a los valores espirituales

Sólo este hecho real es el mentís más reacio a las campañas indignas e interesadas de Prensa tendenciosa, mucha de ella engañada, que no ha tenido siquiera la precaución de visitar este viejo pueblo vasco, en el cual, pese a las conmociones sociales y a los avances que una justicia social exigen, se sigue la norma invariable de ser respetuosos con aquellos valores espirituales que, hondamente sentidos, constituyen base doctrinal de una inmensa masa de sus ciudadanos (págs. 5, 6).

Política de acusado avance social

Otro punto del programa del Gobierno Vasco constituye el desarrollo de una política de acusado avance social, fundada en aquel principio de que todo ciudadano tiene obligación de contribuir con su trabajo, su capital y su actividad intelectual al bienestar general del país, y recíprocamente tiene derecho a participar en los bienes sociales según el progreso social. Promoverá, dice el programa, el Gobierno Vasco el acceso del trabajador al capital, a los beneficios y a la coadministración de las empresas, pudiendo llegar a la incautación y socialización de los medios de producción que estime necesarios para organizar rápidamente la victoria. Y así lo ha hecho, aun cuando la vieja concepción egoísta y rutinariamente conservadora se resista: un pensamiento social de avance, común al pensamiento cristiano y al pensamiento de los partidos sociales más avanzados, ha hecho que en el País Vasco se comience a instaurar el sistema de coadministración, dando participación al trabajador en aquellos lugares de donde estaba arrojado con tanto quebranto para la causa de la paz y de la justicia.
Se presentan proyectos y el Gobierno los aprueba, de intervención ordenada y justa del brazo productor en la alta dirección y consejos de las empresas, con la esperanza de que ello ha de redundar en breve tiempo en una mayor armonía entre todos los elementos de la riqueza, dentro siempre de un orden y de una legalidad inexorablemente exigida e impuesta por el Gobierno: Sobran a éste medios, y sobre todo cuenta con la adhesión popular, que en ayuda creciente hará que las reformas sociales, que venían siempre precedidas de tumultuosas manifestaciones, sean aquí implantadas en medio de la comprensión general de un público supremo de la colectividad con la menor lesión posible a los intereses Privados, máxime cuando éstos han sido, como en nuestro pueblo sucede corrientísimamente, fruto de un trabajo de muchos años (págs. 9, 10).
Se estudia, cumpliendo el programa del Gobierno, la función social del contrato de arrendamiento y el traspaso de la propiedad de las tierras y caseríos a sus cultivadores, con las normas de indemnización que fueron fijadas anteriormente por las Diputaciones vascas tan celosas siempre del fomento de la propiedad rústica, fraccionándola en millares y millares de familias propietarias y libres cívicamente (pág. 11).
Asigna el programa del Gobierno una función social al impuesto, que será regulado de un modo progresivo. El consejero de Hacienda del Gobierno Vasco tiene ya preparados los proyectos que harán viable el cumplimiento de estas disposiciones, y siguiendo todos los puntos contenidos en el programa, ha resuelto rápidamente la situación de los presos políticos y militares, sometiéndoles a los tribunales creados por la ley, como antes decimos, con todas aquellas garantías precisas para la sustanciación procesal de estos juicios (págs. 11, 12).

La Universidad vasca

En plena guerra, cuando lo más granado de la juventud vasca se encuentra en los frentes, rechazan do victoriosamente la invasión facciosa y reconquistando el territorio patrio, el Gobierno Vasco ha creado la Universidad. Nuestro centro de cultura superior, fruto de tantas y tantas campañas, ha tenido que ver su luz primera en medio de los fragores de una lucha fratricida y cruel; pero ha sido inaugurada la Universidad vasca con su Facultad de Medicina con toda sencillez, mas con toda solemnidad, funcionando desde hace casi un mes con perfecta regularidad.
Cumpliendo un deber de pueblo, de raza y llenando asimismo el programa del Gobierno, el euzkera, nuestro viejo idioma racial, tiene asiento en la Universidad, y su uso se irá regulando en los centros docentes, siguiendo esta acción los métodos hoy vigentes en los pueblos cultos que compaginan los idiomas vernáculos con aquellos otros idiomas de civilización que son precisos para las relaciones con todos los pueblos. Conducta que contrasta con la terrible obstinación de los tiempos monárquicos y dictatoriales, en los que se persiguió todo vestigio de la personalidad vasca, con persecución a su idioma, a su cultura, a sus componentes espirituales. Petición constante la de la Universidad vasca, no satisfecha hasta que la República, con sentido profundo de justicia, reconoció la autonomía del pueblo vasco, y éste ha podido crear su institución de cultura superior. Por eso el Gobierno Vasco, en razón natural contra aquella obstinación, tiene en su programa textualmente expresado que ha de salvaguardar las características nacionales del pueblo vasco, prestando al fomento de las mismas toda la consideración y adhesión a que le obliga el reconocimiento de la personalidad vasca, viniendo por ello obligado a la defensa de los valores espirituales y sociales reconocidos por la ley y sellados por la sangre (páginas 12, 13).

Unidad y autoridad del Gobierno

Finalmente, el Gobierno programó como misión principal la organización y encuadramiento de las milicias del país, obligándose a prodigar atenciones y cuidados al soldado del frente, considerándole como ciudadano privilegiado; y puede decirse con satisfacción que lo ha cumplido. Ha prestado asistencia especial al avituallamiento del soldado, a su alimentación, a su vestido, y ha prodigado toda la asistencia precisa a las familias de los heroicos muchachos que encontraron su muerte en la defensa de su pueblo... Y todo este programa, cumplido mucho de él y en vías de cumplimiento lo que resta, va verificándose en medio de una unidad ejemplar de gobierno, fortalecido con una autoridad quizá pocas veces conocida; unidad y autoridad que puede reflejarse en el hecho de que los acuerdos adoptados en el Gobierno lo han sido siempre por unanimidad y que ninguno de los asuntos que constituyen el programa que acabo de comentar ha sido objeto de una sola votación.
Ante este hecho, elocuente por sí, sólo cabe preguntar: ¿Cómo se compagina la propaganda internacional que ha presentado hasta ahora a los pueblos que integran la República como asiento de indisciplinas, siendo así que, como en el pueblo vasco, el orden más perfecto ha presidido toda la actuación del Gobierno?
No hemos de ocultar que en algunos puntos hayan podido producirse excesos que no están previstos en la mente de los gobernantes. No ciertamente en el pueblo vasco: pero ante una sublevación militar que traidoramente se aprovecha de la fuerza que el pueblo puso en sus manos, confiado en su juramento de fidelidad, cuán fácil es comprender los actos violentos ante la sola consideración de la medida en que había de producirse la irritación popular (páginas 14, 15).

 
1. Destacado en el original.

Discurso pronunciado por el excelentísimo señor presidente del Gobierno de Euzkadi, don José Antonio de Aguirre, ante el micrófono de Radio Euzkadi, el día 22 de diciembre de 1936.

Carta a D. Doroteo Ziaurriz (Luis de Arana Goiri, 1 de marzo de 1937)

Carta a D. Doroteo Ziaurriz
(Luis de Arana, 1 de marzo de 1937)

ABANDO. 1 de Marzo de 1937

Sr. D. Doroteo Ziaurriz
Presidente de Euzkadi-Buru-Batzar

Compatriota :

Para dirigirme con estas líneas a V. y a ese Euzkadi-Buru-Batzar, autoridad oficial superior del Partido Nacionalista Vasco. que mi hermano Sabino y yo fundamos el 31 de Julio de 1.895 en los locales y con los patriotas inscriptos en Euzke1dun Batzokija de Bilbao, no puedo Invocar el derecho de todo afiliado al Partido, pues mi conciencia nacionalista vasca me obligó a darme de baja en él el 5 de Octubre pasado de 1.936 en carta al Presidente de la Junta Municipal de Abando del Partido Nacionalista Vasco como afiliado a ella.
Baja que por la causa que lo motivó debo recordarla aquí transcribiendo exactamente su fundamento. Decía en ella : "La doctrina del primitivo Nacionalismo Vasco difundida por mi hermano Sabino ha sido traicionada ahora por su autoridad Bizkai-Buru-Batzar por la transgresión por esa autoridad del más elemental y fundamental principio básico de nuestra doctrina en Jel, consintiendo que nuestro desgraciado Partido Nacionalista Vasco colabore con un Ministro que represente al Partido en el Gobierno de Madrid, gobierno del Estado Español, por añadidura sectario ". Esa mi carta la dirigí repito al Presidente de la Junta Municipal del Partido en Abando (Bizkaya) como afiliado en esa anteiglesia de mi nacimiento y de mis antepasados, y como bizkaino hice alusión a ella a la autoridad gubernativa superior del Partido Nacionalista Vasco en Bizkaya que es su Bizkai-Buru-Batzar.
Hoy, aunque no afiliado, la misma conciencia nacionalista vasca me obliga a protestar ante el Partido fundado en Jel que ahora Vds. representan oficialmente en el Euzkadi-Buru-Batzar. Y esta protesta la curso por un hecho derivado de esa raíz de muchos males que motivó mi baja en el Partido, según vengo de transcribir ahora. Y la llamo raíz de muchos males ante la doctrina del primitivo Nacionalismo Vasco que difundió Sabina, por que ella ha encadenado al Partido Nacionalista Vasco a España, por Iniciativa del conocedor de flaquezas humanas Prieto y Largo Caballero, quienes pactando con nuestros diputados a Cortes Españolas, Aguirre e Irujo, lograron conseguir la aquiescencia de Vds. , es decir, de la misma autoridad oficial superior del Partido Nacionalista Vasco que fundara Sabino en 1. 895, bien ajeno entonces a esa traición de ahora. ¡Oh dolor para "un alma patriota!. Desde ese momento se venía abajo todo el edificio doctrinal del primitivo nacionalismo vasco en el Partido en Jel.
Pero -para que no- se viniera abajo para siempre ni fuera juguete de subterfugios de los innovadores evolucionistas, aconsejé a mis amigos en mi carta de baja, que se mantuvieran todos los buenos nacionalistas sin salirse del Partido para contenerle en sus desviaciones y un día rectificar sus caminos, llevándole a la doctrina del primitivo Nacionalismo Vasco en Jel.
Debo con tristeza señalar fuertemente, que desde el desgraciado pacto del principio de Octubre de 1936, el P. N. V. no puede negar que quebrantada la doctrina por Sabino difundida, colabora ya voluntariamente con el Gobierno hispano y sectario de Prieto y Largo Caballero, pues el Partido proporcionó y mantiene en ese gobierno, a un afiliado, a Irujo,. como ministro a cambio de la triste concesión en momentos críticos para el gobierno hispano, de un mísero Estatuto que antaño, hubiera podido ser un peldaño ascendente hacia nuestro ideal, mísero Estatuto que sin embargo la República Española, dio antes de buena gana a Cataluña y dará mañana a Valencia, Andalucía, etc.. . Desde ese pacto el P. N. V. por medio de sus autoridades superiores, se halla también subordinado al mal llamado Gobierno de Madrid, pues su Presidente Aguirre es el delegado del mismo en Araba, Bizkaya y Gipuzkoa. ¡Pobre nacionalismo vasco anhelo de nuestro corazón!. la República Española que heredó e hizo suya la inicua ley del 25. de Octubre de 1.839 de la monarquía española, no sólo oprime y esclaviza a la nación vasca con ella como hizo la monarquía española, sino que con la concesión de ahora en Octubre de 1.936 de un mísero Estatuto tras la burda comedia del Parlamento español, ha encadenado al mismo P. N. V. que fundó Sabino.
M protesta de hoy, es pues, por un hecho derivado de aquella raíz de muchos males de principios de Octubre pasado de 1.936, bochornoso pacto de nuestros diputados en el Parlamento español, Aguirre e Irujo con Prieto y Largo Caballero, pacto realizado con el consentimiento de Vds. y confirmado por Vds. en la continuada supeditación al llamado Gobierno Vasco de Euzkadi, sucursal del Gobierno de Madrid.
Hoy miles de vascos, miles de nacionalistas vascos han traspasado la frontera vasca para ir a España, a Asturias, a entrometerse sacrificándose en tierra española y en una contienda de la familia española, contienda de amarillos y rojos, todos opresores, todos enemigos de nuestra nación vasca con odio español que Calvo Sotelo esculpió con imborrable frase "Antes España roja que España rota". Pues contra esa Intromisión del P. N. V. en España, protesto con toda mi alma como nacionalista vasco.
¿Es que esa cristiana juventud nacionalista que amamos habrá traspasado nuestra frontera para mantener la negación del culto a Dios que mantiene el gobierno hispano en la Ignorante y descristianizada España roja en que él domina?. ¿Habrán ido acaso a decidir el problema social de España aplastando al eterno egoísmo anticristiano de los soberbios ricos hispanos para encumbrar los principios disolventes anticristianos aceptados ha tiempo por las Ignorantes masas hispanas? ¿No es esta guerra civil española, un problema netamente hispano planteado en su misma casa España y traído a su esclava Euzkadi?. ¿Por qué nuestra intervención nacionalista vasca fuera de Euzkadi, en casa ajena? ¿Qué y quién nos obliga a los nacionalistas vascos a salir de nuestra casa en la que tenemos tanto que guardar y arreglar con nuestra Gipuzkoa Invadida y nuestras Araba y Navarra copadas?......¡Ah es el gobierno hispano el que obliga al llamado gobierno vasco y éste el que ordena al P. N. V. y el Partido a sus pobres gudaris a tomar parte directa en España en un problema español! ¡Oh vergonzosos tiempos del taimado evolucionismo que nos proporciona tantas claudicaciones y traiciones!. ¡Oh nefanda fecha del pacto de Octubre de 1936, semejante a la del convenio del 25 de Octubre de 1839!.
Y mientras nuestros pobres jóvenes nacionalistas vascos, atraviesan la frontera vasca para ir a morir a España a Asturias, contristados por el quebrantamiento que advierten de nuestra base doctrinal nacionalista y víctimas del moderno iberismo de los dirigentes del P. N. , Euzkadi llora porque las madres vascas lloran ; y con los buenos nacionalistas vascos, yo digo : ¡Maldito Estatuto español que nos pareció algún ascenso en nuestro ideal en otro tiempo pero que de un modo insospechado por nuestras gentes con capa de vasquismo los españoliza!. ¡Maldito evolucionismo Innovador que quebranta la doctrina del primitivo nacionalismo que difundió Sabino y que lo Infundió en el P.N.V.!.
¡Cuánta gente inconsciente no cayó en el evolucionismo innovador unitarista y español de 1915 ; cuánta con el iberismo de Cambó de 1918 ; cuánta con Galleuzka, cuánta con el federalismo español de ahora asomado al miserable Estatuto concedido por el Parlamento español!
No me exclamaría así, contra la evolución que comienza con el Estatuto si no fuera porque los portadores de éste no se hubieran adueñado del P. N. V. que mantenía otra doctrina bien determinada, y si ellos hubieran creado otro partido distinto.
No puedo terminar esto que querían ser dos breves líneas, sin recordar por la conexión con esta carta, los dos casos únicos de mi leve intervención en esta guerra, que son dos casos de consejo demandados por el Bizkai-Buru-Batzar y que no se siguieron.
El primero fué al comienzo de esta guerra española, el domingo día 19 de Julio pasado de 1936, en que preguntado por el presidente del Bizkai-Buru-Batzar sobre la actitud del P.N.V. en la rebelión. Iniciada por los militares españoles, contesté que en esa con tienda puramente española que podía también trascender a nuestra patria Euzkadi, se debía tener en cuenta que si el Gobierno español es malo para el 'nacionalismo aun sería peor el látigo de los militares hispanos, y que el P. N. V. por tanto, sólo estaba obligado a mantener el orden en nuestra Patria Euzkadi. El concepto de ese orden lo dije siempre y lo digo en un escrito de entonces : era mantener en nuestra Patria Euzkadi, el respeto a la libertad individual, el respeto a nuestros hogares, el respeto a nuestros Templos, etc. , etc. , es decir, a todos nuestros intereses más caros, lo mismo que el respeto a los intereses materiales, de la Industria, comercio, navegación, etc. Y en ese plano se debía haber mantenido siempre al P. N. V. sin desviaciones ni cobardías y otra hubiera sido así nuestra situación de ahora.
Después, la segunda y última consulta del B. B. B. fué por medio de 3 representantes en la noche del 3 de Setiembre pasado de 1936, preguntándome si en el caso de formar gobierno largo Caballero con los partidos republicanos, socialistas y sindicatos obreros, daría el P. N. V. un representante al mismo. IR contestación fué que de ningún modo podía admitir el P. N. V. esa participación de colaboración en un Gobierno del Estado español opresor. Pero seguidamente se me preguntó si formado un gobierno en el país vasco con todos los partidos políticos de todas clases y partiendo de su potencialidad electoral, por ejemplo, podía este Gobierno vasco, así formado, tener un representante en el Gobierno de Madrid, contestando yo, que variaba el caso anterior y que en este caso podía tenerlo, pues sólo representaba a un gobierno de todos los partidos, pero que ese representante no podía ser de ningún modo afiliado al P. N. V.
Como esas soluciones me sugirió mi criterio nacionalista vasco en las dos consultas dichas y hoy me dicta las mismas soluciones, debo decir a ese Euzkadi-Buru-Batzar, que de haberlas seguido no se hubiera podido acusar hoy al P. N. V. como colaborador del gobierno sectario español, sino simplemente de coincidente con él en el plan de guerra aquí en Euzkadi ; y esta actuación por simple coincidencia por nadie podía ser condenada, pues todos saben que si los rojos son sectarios y enemigos de todo lo vasco, los amarillos o derechas españolas odian todo lo vasco proclamándolo con descoco en la desgraciada frase de Calvo Sotelo ; y natural es, que ante este enemigo determinador en nuestra Patria Euzkadi, el nacionalismo vasco defienda sus fronteras.
Aquí doy fin a estas líneas, muchas más de las que me propuse al ponerme a escribir, deseando evitar a Vds. y a mi una molestia mayor en esta materia inacabable y antipática.
Esta carta debería tener una fecha mucho más anterior a la que lleva, pues la comencé a escribir a mediados del mes pasado, pero lo enojoso del asunto me ha tenido retrasándola.
Conste a ese Euzkadi-Buru-Batzar esta protesta de un viejo nacionalista vasco. Su conciencia nacionalista le obliga a velar por la doctrina del primitivo nacionalismo vasco que difundió mi hermano Sabino y de la que tanto se apartan y se exponen a apartar los evolucionistas innovadores de doctrina y de procedimientos nacionalistas.

En Jel siempre con la gracia de Dios.

Carta a D. Juan de Axuriegera (Luis de Arana Goiri, 14 de abril de 1937)

Carta a D. Juan de Axuriegera
(Luis de Arana Goiri, 14 de abril de 1937)

ABANDO, 14 de Abril de 1 937

Sr. D., Juan de Axuriegera
Presidente de "Bizkai-Buru-Batzar"

Compatriota ,

El 1 de Marzo pasado hube de elevar otra protesta dirigida entonces al Presidente de Euzkadi-Buru-Batzar " porque la materia de ella me pareció convenía a esta autoridad ya que se trataba de protestar entonces de envío de batallones vascos de Euzkadi para luchar en España en Oviedo, en esta guerra inicialmente española y sólo española entrometiéndose así los vascos nacionalistas, con grave quebranto de nuestros principios doctrinales nacionalistas vascos, entrometiéndose, digo, en lo que pertenece a la familia española en su propia casa.
Hoy, con esta fecha, lleno de tristeza, de vergüenza y de indignación a un tiempo, protesto por la venida a Bizkaya de tres batallones españoles, de asturianos, y por los actos de barbarie cometidos por esas hordas en nuestra querida Bizkaya, y protesto con toda mi alma corno nacionalista vasco no ante el E. B. R. sino ante esa superior autoridad bizkaina "Bizkai-Buru-Batzar" que fué nombrada por la Asamblea bizkaina según la Organización del Partido Nacionalista Vasco y es la que obliga a mirar por los intereses del Nacionalismo vasco en Bizkaya. Protesto a un tiempo, si, por este nuevo quebrantamiento de los principios de nuestro ideal en Jel realizado por esa autoridad bizkaina consintiendo en esa invasión, causa de tanto desmán, robos y asesinatos causados por dichas bordas hispanas en nuestra querida Bizkaya, Bal pisoteada y humillada.
Protesto con toda la indignación de patriota nacionalista vasco por esa serie de actos vandálicos llevados a cabo por esas bordas hispanas en Zeánuri y otras sencillas anteiglegias arratianas y del Duranguesado. Jamás, i ¡jamás debía haber consentido, ese B. B. B. que esos batallones hispanos y otros rojos españolistas de aquí ejerzan funciones de policía en nuestras Anteiglesias y villas bizkainas, obligando a evacuar los caseríos y sometiendo así al bizkaino a la odiosa esclavitud del hispano que nos odia con odio español amarillo y rojo! ¡Pobres familias baserritarras nuestras sumidas en el desamparo de los suyos, en la desolación y en la miseria caminando fugitivos por sendas y caminos como bohemios en su misma casa y Patria Bizkaya! .....
Si el amor a nuestra Bizkaya no vive vigilante en el mal llamado "Gobierno vasco" que es al fin españolista, sucursal del Gobierno español de Largo Caballero y Prieto, debe vivir vigilantísimo en esa autoridad bizkaina B. B. B. del Partido Nacionalista Vasco. Y si antes esa autoridad no previó los males incurables que lamentamos con tanto dolor, ¿por qué no exige ahora que esa soldadesca hispana vuelva a su Patria, y los rojos españolistas no ejerzan sino funciones simplemente guerreras y de ningún modo policiacas en nuestra Bizkaya? ¿No se cuenta con batallones de gudaris bizkainos para esas funciones de, autoridad protectora en nuestras sencillas Anteiglesias de Bizkaya ?
De otro modo día llegará en que Bizkaya entera sabrá los nombres de los que en vez de mirar por ella, colaboraron hoy, en esta guerra hispana, en su ruina moral y material con los hispanos.
Y ahora, llena mi alma de dolor al ver el éxodo de nuestros baserritarras de sus caseríos, formulo a ese B. B. B. las dos siguientes preguntas.
1 - Esas evacuaciones que se hace de nuestros pobres caseríos, ¿son necesarias ? son por lo menos, siempre pertinentes, no se prodigan innecesariamente? Se economizan y hacen del modo que se debe, al amparo del amor que nos debemos al baserritarra, raíz de nuestra alma vasca?
2 -¿ Por qué a tanto refugiado español como ha venido a Bizkaya de las provincias de Santander y Asturias no se les ordena la inmediata evacuación hoy que no cabemos los bizkainos en Bizkaya por nuestras obligadas evacuaciones propias y las de nuestros hermanos los gipuzkoanos?. ¿No obliga también a esa medida la razón del avituallamiento que nos es necesario para vivir en Bizkaya los bIzkainos y después los demás vascos aquí refugiados ?.
He aquí en unas líneas la protesta que a " Bizkai-Buru-Batzar " eleva con esta fecha por ser autoridad oficial superior del Partido Nacionalista Vasco en Bizkaya, este bizkaino nacionalista vasco en Jel que ama a Bizkaya en Euzkadi.

Carta al Bizkai-Buru-Batzar (Luis de Arana Goiri, 28 de abril de 1937)

Carta al Bizkai-Buru-Batzar
(Luis de Arana Goiri, 28 de abril de 1937)

ABANDO, 28 de Abril de 1937

Al Bizkai-Buru-Batzar por medio de su Presidente Don Juan de Axuriagera.

Compatriota :

a) A mi carta de baja en el Partido Nacionalista Vasco, que mi hermano y yo fundamos el 31 de Julio de 1895, baja motivada por el traidor consentimiento de las actuales autoridades superiores del Partido a los deseos de Prieto y Largo Caballero en pacto con Aguirre e Irujo, afiliados al Partido y simples diputados a Cortes españolas, pacto por el que se hace colaborar al P.N.V. con el Gobierno español y sectario a cambio de un mísero Estatuto español engendro del ridículo "Gobierno Vasco" de una Euzkadi rota, baja que lleva la fecha de 5 de Octubre de 1. 936 o sea a raíz del pacto.
b) A mi carta protesta de fecha 1 de Marzo pasado dirigida a "Euzkadi-Buru-Batzar" por medio de su presidente Don Doroteo Ziaurriz, por haber consentido a ese llamado Gobierno Vasco el envío a España, Asturias, de algunos de nuestros batallones nacionalistas vascos para participar en esta sangrienta guerra de la familia española entre amarillos y rojos en su misma casa España.
c) Y a mi carta protesta de fecha 14 del mes actual de Abril dirigida al "Bizkai?Buru?Batzar " por medio de su presidente Don Juan de Axuriagera, porque esta autoridad que especialmente debe mirar por los intereses de Bizkaya, consintió que tres batallones de rojos españoles, asturianos, vinieran a Bizkaya actuando no sólo en plan guerrero sino también en policiaco en nuestras sencillas aldeas, pisoteando y ultrajando a nuestra oprimida Bizcaya con robos y asesinatos ejecutados impunemente en los caseríos de nuestras Anteiglesias, hoy triste cementerio de su criminalidad ; a esa mi baja y esas mis protestas sumo hoy estas líneas que quiero sean breves.
No quiero llorar con ellas la desolación de tanta pobre familia baserritarra, de tanta Anteiglesia bizkaina desierta, de tantas villas destruidas. ¡Qué dolor, qué pena! Pobre Bizkaya amada, víctima de su opresora España lo mismo amarilla que roja, siempre! Solo quiero decir aún a trueque de repetir, lo que sigue :
1 - Ha organizado el B. B. B. la manera como debe evacuarse cada municipio, qué cosas deben evacuarse y a dónde en cada caso? Ayuda el B. B. B. a nuestras pobres familias baserritarras a esa evacuación cuando ésta es indispensable? Evita el B. B. B. que para esas evacuaciones y después de ellas ejerzan los rojos la actuación policiaca que
debe ser de protección y amparo para las familias bizkaínas y no de robo de sus caseríos? ¿Se les proporciona refugios adecuados? ¿Se mira por su avituallamiento? ¿Se sabe que después de desalojados caseríos y habitaciones se han introducido en ellos los rojos a robar, esos rojos batallones españoles, y también de los españolistas como los de la C.N.T. ? ¡Pobre Bizkaya! ¡Desgraciados los que los han traído!
1 ? Debe ponerse y permanecer siempre el B. B. B. en contacto directo y relación íntima con los batallones nacionalistas bizkainos para hacer valer esa fuerza nacionalista en cualquier momento en bien de Bizkaya. No es esta guerra de la independencia de Euzkadi, pero si obliga al nacionalismo a salvaguardar : la libertad individual, el respeto al hogar, a nuestros templos, etc. etc. , todos los caros Intereses morales y materiales de los bizkaínos en Bizkaya. Esta guerra no es vasca, es española, como también lo fueron las guerras carlistas en las que por nuestra desgracia se enrolaron los vascos bajo el mal entendido grito, religión y fueros, como ahora los enrola bajo el cacareado fascismo, cuando sólo debía ser la asquerosa frase unitarista española de Calvo Sotelo.
Debe el B.B.B. poner todo su empeño cerca del llamado "Gobierno Vasco" para que Inmediatamente evacúen Bizkaya los batallones asturianos y santanderinos, inmediatamente y pasando por el registre aduanero bizkaíno de la frontera a fin de que no lleven a España los objetos robados en Bizkaya. Estas aduanas bizkaínas deben funcionar en la frontera en ferrocarriles, carreteras y determinados puertos de embarque. Ahí es donde debía haber buena policía para no _dejar entrar y salir lo que no se deba ni en persona ni en objetos.
Aprovecho esta ocasión de estas líneas porque veo que será difícil otra, para decir al B. B. B. que el diario " Euzkadi" parece un órgano del llamado " Gobierno Vasco", y no del Partido Nacionalista Vasco de Bizkaya y al mismo tiempo a su comisión política en el diario "Euzkadi" y al cuerpo de redactores del mismo, que no pocos viejos nacionalistas nos solemos doler de que ese diario incurra todos los días en Lapsus que ya las jóvenes generaciones se van asimilando con perjuicio de su formación nacionalista en la verdad. Así leemos todos los días en " Euzkadi " anteiglesias por villa y villa por anteiglesia bizkaina. Otras veces se llama villa foral a la villa de Gernica. Otras llaman a la provincia de Santander la Montaña como si estuviéramos en Burgos.
No digamos de otros errores de más volumen en materia histórico-politica en la que por ejemplo se trata a Catalunya como a hermana de Euzkadi en aspiraciones Y lo mismo a Galicia, otros metiendo el iberismo, etc. etc.
Aun de hechos del Nacionalismo relativamente recientes, descontando los antiguos, ¡cuantos disparates leemos que nos hacen reir a los viejos! ... Hace una temporada, por ejemplo, se nos viene repitiendo en el diario "Euzkadi" por el Donosti-Buru-Baztar" (¡dónde habrán vivido estos pobres hombres!) que Don Engracio de Aranzadi (G.B.) fue el fundador del mismo diario ''Euskadi'' cuando en Bizkaya todos los viejos sabemos que no fué sino su primer director este brillante escritor donostiarra traído a "Euzkadi" de Donestia para tal fin. Fue el 1º de Febrero de 1913 cuando comenzó su labor en el diario fundado casi totalmente con capital bizkaino y por el partido a iniciativa de su E.B.B. Era yo su Presidente entonces y conservo toda la documentación de la fundación del diario. Pero uno de los errores más garrafales para un nacionalista vasco sobre todo si es bizkaino, es el que cayendo de la altura que cae, lo inserte el diario "Euzkadi" del pasado día 27 de Abril en la "Nota de Su Excelencia el Señor Presidente" del llamado "Gobierno Vasco" engendró el Estatuto como concesión del parlamento español no como misera devolución, nota en que dice hablando del criminal bombardeo de la villa de Gernika, que fué incendiada "La histórica villa que tanta veneración tiene entre los vascos. "
Como nos hallamos tristemente en momentos muy serios para reír, voy a tomarlo en serio preguntando:
¿ No debe saber todo nacionalista bizkaino por la historia de Bizkaya que, el Arbol de Gernika símbolo de la libertad de Bizkaya se halla enclavado en la anteiglesia de Luno ? ¿ No sabe que ese lugar del emplazamiento del Arbol se denomina toponímicamente Gernika en la falda oriental del monte Kosnoaga sin que tenga que ver nada el Arbol con la Villa de Gernika sino la proximidad y la denominación toponímica común del lugar en que ambos se hallan ? 
Por otro lado no hay nacionalista bizkaíno que Ignore por la historia que siendo toda la tierra de Bizkaya de los bizkainos como principio fundamental bízkaino, para fundar el Señor de Bizkaya una villa tenía que ser con consentimiento de los bizkainos y en lugar cedido por éstos para ese fin ; y que la villa de Gernika fué fundada por Don Tello en 1036 en jurisdicción de la anteiglesia de Luno, en el lugar llamado toponírnicamente Gernika próximo al Arbol.
Tampoco hay nacionalista vasco que ignore que el Arbol de Gernika sito en la anteiglesia de Luno que ha sido y seguirá siendo siempre racionalmente, lógicamente en la historia el símbolo de la libertad de Bizkaya, no ha sido nunca símbolo venerado de todos los vascos hasta que el buen guitarrista Iparraguirre y el fuerista cura¡ del 21 de Julio (El Noticiero Bilbaíno) lo hicieran por antonomasia. Menos sabido será con ser más reciente que el que perpetró el atentado a la constitución bizkaina con la anexión más que fusión de la anteiglesia de Luno a la Villa de Gernika tomando corrientemente esta última denominación a pesar de su categoría bizkaina Inferior a la de anteiglesia, fue Angel Allende Salazar, ministro de Gobernación de Cánovas del Castillo, anexión mejor que fusión después de la segunda guerra carlista. Fué su autor ese antivasco del conservadurismo español, como fué Cánovas el autor de la Ley del 21 de Julio de 1879, que llaman las gentes abolitoria de los fueros.
Termino, más obligado porque se alargaron estas líneas más de la cuenta, rogando al B. B. B. que ponga todos los medios para que evacúen Bizkaya no sólo los batallones españoles (asturianos y santanderinos) sino las gentes de esas tierras. Con esto, se extirparán muchos males presentes y futuros. También ruego al B. B. B., ponga toda su solicitud por las pobres familias bizkainas que ahora evacuan sus lugares. ¡Por Dios, miren por ellas! También por último, insisto en que los batallones bizkaínos no permita el B. B. B. que pasen al llamado "Gobierno Vasco" desligándose de su verdadera autoridad en Bizkaya, su B. B. B.
Doy fin a estas líneas sin tocar otros puntos especiales, ?¡no estos generales y elementales que deben tener derecho todo patriota nacionalista vasco en JEL a expresarlas en su amor a Bizkaya en Euzkadi.

Proyecto de la Confederación de Mendigoxales (5 de mayo de 1937)

PROYECTO QUE LA CONFEDERACION DE MENDIGOXALES PRESENTA A LAS ORGANIZACIONES NACIONALISTAS, SOLIDARIDAD DE TRABAJADORES VASCOS, ACCION NACIONALISTA VASCA Y PARTIDO NACIONALISTA VASCO, PARA SU ESTUDIO Y APROBACION

La Confederación Nacional de Mendigoxales, que desde hace varios años ha propugnado de una manera pública y privada por que las organizaciones nacionalistas se unan al objeto de presentar clara y rotunda la cuestión nacionalista ante el mundo entero, cree hoy, como ayer, que esa unión se hace más que necesaria.

Y en aquellas campañas y actuaciones encaminadas a realizar ese pensamiento de la unión nacional en lo que llamábamos Frente Nacional, dejábamos bien clara nuestra Idea sobre el fin patriótico que a ese Frente Nacional correspondía realizar, y que no puede ser otro, ayer como hoy, que el de luchar con todos los medios a su alcance, por la independencia patria. El fin pues del Frente Nacional, seria exclusivo de fronteras afuera, y frente al invasor, y con una sola idea, la de la independencia.

Y como es natural, esa finalidad exclusivamente Independentista, impondría a todos aquellos organismos nacionalistas en él encuadrados, una norma de actuación cuyas primeras consecuencias, serían la de alejarse de todo contacto colaboracionista con el opresor, anulando todo otro carácter que no fuese el meramente patriótico.

Así lo ha defendido en varias ocasiones esta Confederación Nacional de Mendigoxales, y hoy sigue creyendo que lo primordial y necesario seria, al constituirse un Frente Nacional, el romper toda colaboración con el extraño presentando nuestro problema nacional con toda crudeza y realidad, y que no es otro que el de la Independencia plena.

Esta Confederación Nacional de Mendigoxales, cree que ese Frente Nacional, ha de guardar ese espíritu esencial, y as¡ lo hace presente a todos los organismos nacionalistas.

Ahora bien ; como en toda nuestra actuación llevamos un deseo firme de hacer labor conjunta y eficaz con los demás organismos nacionalistas, y vista la actuación de hoy, que podría quizás dificultar su adhesión a ese Frente nacional, creado con ese espíritu propio, e indesviable, teniendo además en cuenta, lo que en reuniones anteriores han dejado ver algunas de las representaciones de los organismos nacionalistas, queremos con toda buena fe y deseo, buscar una fórmula eficaz que sin mixtificar lo que es esencial, aproveche las circunstancias actuales, y sirva ello para el bien de la patria que en cuanto al común denominador, se encarna en el. deseo de la libertad.

Si pues las demás organizaciones estimasen que el momento actual no es el más Indicado para crear un Frente Nacional con su propio carácter, esta Confederación Nacional ? que se halla dispuesta como siempre a sostenerle ?, expone con toda nobleza una fórmula transitoria y temporal, alianza o unión de partidos encargada de actuar durante el tiempo que se creyese oportuno y necesario, hasta llegar a constituir el F. N., con el carácter que más arriba hemos dicho.

A ese fin expone los principios por los que podría regirse el organismo que encarnase esa unión o alianza transitoria, que bien pudiera llamarse

"Comité Superior Vasco

El Comité Superior Vasco, estará integrado por representaciones de todos los organismos aliados y su finalidad será la de realizar en el más breve plazo todos aquellos trabajos preparatorios que aseguren la realización que ha de llevar a cabo el Frente Nacional.

Relación de subordinación de Organismos al "Comité Superior Vasco"

La subordinación de los organismos que integran esta Alianza con relación al Comité Superior Vasco, será total e incondicional e inmediata al fin que este Comité persigue, pudiendo usar de esos organismos y de sus personas conforme a sus necesidades.

Todos los organismos que integren esta Alianza, quedarán en libertad de acción, cuando a su juicio, se atente contra el fin para el que se creó.

Actuación del "Comité superior Vasco"

Dado el fin que persigue, su actuación encauzada al mismo, puede dividirse, en lo que concierne el orden interior, o sea de fronteras adentro, y al del exterior.

En cuanto al' orden interior, dadas las circunstancias por las que atraviesa Euzkadi, debemos dividirlo para su más fácil estudio en lo que se refiere al orden político, al bélico y al económico.

Actuación política

La doctrina nacionalista, debe llegar a ser tema predominante en medio de esta catástrofe que sufrimos, haciendo una intensa labor de propaganda, encaminada a aumentar la fraternidad vasca, y a aprovechar el estado psicológico del pueblo vasco hoy, desangrado y lleno de dolor, para orientarlo en una lucha clara y decidida pro Independencia vasca.

Actuación bélica

Todos los organismos nacionalistas pondrán a disposición del Comité Superior Vasco, cuantos efectivos de guerra posean en la actualidad.

Este Comité Superior estará asistido de un Estado Mayor, lo más perfecto y valioso posible, Integrado con representantes de todos los organismos que formen la Alianza.

Es necesario que tanto los gudaris, como los batallones de retaguardia estén a disposición del C. S. V., evitando en lo posible su participación en la actual lucha antifascista, entre otras muchas razones por ahorrar vidas. Así mismo este Comité o su Estado Mayor realizará las gestiones necesarias para la adquisición de material de guerra suficiente a sostener un movimiento bélico independentista.

Actuación económica

Todos los resortes económicos de Euzkadi, deberán estar a disposición de este Comíté Superior Vasco. Divisas extranjeras, valores depositados y todo aquello que representa riqueza económica, debe usarlo este Comité para su finalidad, facilitando esta labor aquellas personas que, perteneciendo a los organismos que Integran esta Alianza, se hallen en fácil camino de conseguirlo.

Actuación en el exterior

El C. S. V. , debe ordenar una campaña internacional, en la que se plantee claramente nuestro problema nacional, presentándolo siempre tal cual es, usando para ello los métodos que se estimen más eficaces.

Habrá de buscarse el apoyo de potencias a quienes puedan Interesar el que Euzkadi asegure su comercio internacional, como consecuencia de su libertad nacional.

Igualmente deben buscarse ayudas y ventajas de orden bélico y económico, poniéndose Inmediatamente en relación con quien pudiera suministrarlas.

Fin de la gestión del "Comité Superior Vasco"

Más arriba hemos dejado bien sentado, que la labor genuina de esta Alianza se limita a la preparación de los medios y a la determinación del momento en el que, dando vida al Frente Nacional con su carácter propio e indesviable, se lance éste a la consecución del fin independentista.

Labor final del Frente Nacional

Tan pronto como el Comité Superior Vasco creyese oportuno, los organismos nacionalistas se lanzarán conjuntamente a la lucha independentista, alcanzada la cual ? la independencia ? harán que en el más breve plazo, el pueblo vasco por medio de una Asamblea democráticamente nombrada, se haga cargo de los destinos de la República Vasca.

Esto es lo que, a grandes rasgos, presenta la Confederación Nacional de Mendigoxales a los restantes partidos y organizaciones nacionalistas para su estudio, en la seguridad de que el noble deseo de hacer una labor conjunta y fructífera, orillará toda dificultad que si bien en teoría pudiera existir, el deseo unánime de llegar a la plena liberación será bastante para alcanzar el fin que con esto perseguimos.

Abando, 5 de Mayo de 1937

Manifiesto de Trucíos (Euzko Deya, 4 de julio de 1937)

1937euzkadi

Euzkadi (16 junio 1937)

Mensaje del presidente José Antonio Aguirre al abandonar el territorio vasco en la Guerra Civil. Manifiesto de Trucíos

He llegado con las tropas vascas hasta el límite de Euzkadi. He permanecido entre ellas, admirando el temple de nuestro pueblo cuyo espíritu no será jamás vencido. Y antes de salir de Euzkadi, protesto en su nombre ante el mundo, del despojo que con los vascos se verifica en pleno siglo xx privándonos de nuestra Patria, a la que tenemos derecho por ser nuestra y porque la amamos entrañablemente. Y protestamos doblemente, porque, para verificar el despojo ha necesitado el fascismo español de fuerzas mercenarias y extranjeras y de elementos de guerra alemanes e italianos. Con absoluto descaro invocaron nuestros enemigos el derecho de conquista. Lo negamos para siempre. El territorio habrá sido conquistado, el alma del Pueblo Vasco no, no lo será jamás.

Hemos obrado noblemente, nuestra conducta no ha variado ni siquiera a última hora. Hemos dejado intacto Bilbao y sus fuentes productoras. Hemos dado libertad a los presos con generosidad que es pagada por el enemigo con fusilamientos y persecuciones. Ningún despojo es imputable al Ejército Vasco.

El Pueblo Vasco mira al futuro con ilusión, su alma nos pertenece. Nuestra conducta es la suya. Volveremos a recobrar el suelo de nuestros padres para restaurar el idioma escarnecido, la Ley ultrajada, la Libertad arrebatada. ¿Qué prometió jamás el fascismo a Euzkadi? Nada, pues puesta su planta sobre Bilbao ha derogado no sólo la autonomía conquistada, sino hasta el Concierto Económico, viejo resto de libertades históricas que fue respetado hasta en los tiempos de la Monarquía. Protesto también de este postrer despojo, interpretando el sentimiento sordo del Pueblo sojuzgado, a quien no se le permite hablan

Mi pueblo emigrado tropieza con el mar, encontrándose ante un doble peligro. No quiero pensar que los pueblos amigos o enemigos han de permanecer en silencio. ¿Tan grave es que un pueblo defienda su libertad? Pues por defenderla, por ser dignos de la Patria, centenares de miles de vascos pasan hoy momentos de angustia y privaciones. No quiero creer que del mundo ha desaparecido la sensibilidad.

El Gobierno Vasco sigue en su puesto, lo mismo en Euzkadi que dondequiera se encuentre. Él es el Gobierno legítimo de los Vascos, porque interpreta el sentir de una Raza, que no ha sido vencida, sino temporalmente avasallada y ultrajada. Y el afecto de nuestros compatriotas les acompañará hasta el día de la victoria.

Euzko Deya, París, 4 de julio de 1937.

Pacto de Santoña (agosto de 1937)

Pacto de Santoña o acuerdo del PNV con las fuerzas italianas del ejército de Franco para la rendición de los batallones vascos en agosto de 1937

Lo que sucedió en Santoña

Vascos e italianos habían llegado a un acuerdo definitivo acerca del cese de las hostilidades, que se ha venido en llamar "Capitulación de Santoña". No porque se firmara el acuerdo en aquella localidad cántabra, sino debido a que allí se congregaron las fuerzas vascas en el último momento y allí se cristalizó en hechos el mencionado acuerdo. ¿Qué se acordó?

De parte de las fuerzas vascas

a) deponer ordenadamente las armas entregando el material a las fuerzas legionarias italianas, que ocuparían sin lucha la región de Santoña;

b) conservar el orden público en la zona que ocuparan;

c) asegurar la vida y la libertad de los rehenes políticos de las cárceles de Laredo y Santoña.

De parte de las fuerzas italianas

a) garantizar la vida de todos los combatientes vascos, tenerlos hasta la terminación de la guerra bajo su mando sin entregarlos al General Franco;

b) garantizar la vida y autorizar la salida al extranjero de todos los hombres políticos y funcionarios vascos existentes en el territorio de Santoña y Santander;

c) considerar a los combatientes vascos sometidos a esta capitulación, libres de toda obligación de participar en la guerra civil;

d) garantizar que no sea perseguida la población vasca leal al Gobierno Provisional de Euzkadi.

Alberto Onaindia, El "Pacto" de Santoña. Antecedentes y desenlace, Bilbao, Laiz, 1983.

Carta de representantes de PNV, ANV, S. de T.V. y Federación de Mendigoixales (Bayona, 27 de octubre de 1938)

Carta de representantes de PNV, ANV, STV y FEderación de Mendigoixales
(Bayona, 27 de octubre de 1938)

Sr. Presidente de Euzkadi-Buru-Batzar Comité Nacional de A.N.V. Solidaridad de Obreros Vascos. Federación de Mendigoizales.

Estimado compatriota :

Los suscritos, afiliados a las organizaciones Partido Nacionalista Vasco, Acción Nacionalista Vasca, Solidaridad de Trabajadores Vascos y Federación de Mendigoixales, coincidentes todas ellas en el reconocimiento y defensa de la personalidad nacional de Euzkadi, única Patria de los vascos, se creen en el deber de dirigirse a los organismos superiores de las cuatro entidades citadas para exponer a su consideración la necesidad de satisfacer un deseo que en los presentes momentos críticos para el porvenir de Euzkadi se siente íntimamente en todos los vascos amantes de su Patria, cualesquiera que sean sus diferencias en cuanto a la interpretación del ideal nacionalista. Este deseo es el de llegar a la unión de todos los patriotas vascos en una labor que sobre la base de lo que les es común, que es lo substancial, y prescindiendo de las diferencias accidentales, tenga por fin conseguir para el pueblo vasco aquella libertad y aquel bienestar que todos anhelamos.

No pretendemos borrar las diferencias de interpretación o de aspiraciones que existen entre nosotros. Estimamos, más bien, que son convenientes para la mejor satisfacción de las aspiraciones de orden ideal o material que siente cada uno, y para que todo vasco, cualquiera que sea su punto de vista particular en cuanto al modo de entender la gobernación del pueblo vasco y la administración de sus Intereses, tenga dentro de Euzkadi agrupaciones políticas o sindicales auténticamente vascas donde encajen sus preferencias, sin tener que entrar a formar parte de agrupaciones que son extrañas al país o tienen fuera de él sus organismos dirigentes. En este aspecto cada organización quedará, como siempre, en completa libertad para los trabajos de propaganda y defensa de su programa, sin más compromiso, por parte de todos, que el de evitar la política de agresión hacia las demás entidades nacionalistas.

Lo que pretendemos es sumar todo lo que nos sea común y, previa la concreción de estas aspiraciones coincidentes, en un programa de acción, lanzarnos formando un solo bloque a la lucha por la libertad y por la superación de nuestro pueblo.

Como hemos dicho antes, los momentos son críticos para el porvenir de Euzkadi. Son varios los factores que han de Intervenir en nuestro destino ; pero uno de estos factores es el pueblo vasco nacionalista. Sí en estas circunstancias y frente a tantos enemigos, damos ante nuestro pueblo y ante los que pudieran ser nuestros amigos la sensación de estar desunidos y discrepantes, el daño que habremos causado con ello a nuestra causa será inmenso e imperdonable. Por contra si aparecemos unidos, formando un solo bloque, aunados todos nuestros esfuerzos en una misma dirección, habremos dado un gran paso hacia adelante en el camino que hemos de recorrer juntos hacia la meta común.

Pensemos en nuestros gloriosos muertos, los más generosos hijos de Euzkadi ; en nuestra patria invadida; en nuestros hermanos que sufren prisión ; en los que padecen vejaciones y maltrato; en los que viven en el destierro. Pensando en todo eso convendremos en que al sacrificio que tenemos que realizar para llegar a una unión es insignificante.

No creemos necesario extendernos más, pues cualquier cosa que podríamos añadir está en el ánimo de todos los patriotas. Vamos a terminar este escrito concretando nuestra petición:

Que por cada una de las cuatro agrupaciones citadas se designan dos personas con autorización plena para reunirse y tratar cuantas cuestiones estimen necesarias para llegar a redactar un programa común de actuación, lo mismo en el destierro que para cuando podamos volver a Euzkadi. Una vez redactado este programa seria sometido a los organismos superiores de cada entidad con el fin de que le den su sanción definitiva o presenten los reparos que estimen convenientes.

Únicamente nos permitirnos llamar su atención sobre la urgencia del trabajo a realizar. Todo retraso en el cumplimiento de los diversos trámites se traduciría en un daño para Euzkadi. Por ello, le rogamos haga cuanto antes la designación, comunicando los nombres de los designados a las otras tres entidades, para que los ocho delegados se reúnan inmediatamente y comiencen desde luego su labor.

Bayona 27 de Octubre de 1938

Luis Ruiz de Agite - A. N. V. José de VIllalonga - sin filiación. José Olivares Larrondo - A. N. V. Gonzalo Aranguren - P. N. V. Santiago Ibarguen - S. de T. Y. Antonio de Goenechea - P: N. V. Angel de Agiretxe - F. N.. de M.

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