el grimh

GRUPO DE REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO HISPÁNICO

ALICANTE

Jean-Claude SEGUIN VERGARA
Jon LETAMENDI GÁRATE

Alicante, capitale de la province d'Alicante (Espagne), compte 49 463 h (1897).

1896

El vitógrafo (Café del Comercio, < 20 de agosto de 1896)

El primer aparato de fotografías animadas que descubren los alicantinos, es el vitógrafo que viene de Valencia. También aquí coincide con unas fiestas, las de la Virgen de los Remedios. Las sesiones se organizan en el café del Comercio en los primeros días de agosto de 1896 :

EL VITÓGRAFO
Ha empezado a funcionar en el salón especial del café del Comercio, el vitógrafo de París, espectáculo sorprendente que tanto éxito ha alcanzado en otras poblaciones.
Tratándose de una ilusión óptica, la reproducción de las escenas de la vida real no puede ser más perfecta.
En los intermedios de uno a otro número del programa, se dan audiciones fonográficas.
Ya publicaremos el juicio que nos merezca, cuando la visitemos, la nueva sala de espectáculos abierta en Alicante.


El Ateneo, Alicante, lunes 10 de agosto de 1896, p. 188.

alicante cafe comercio
Alicante, Café del Comercio (a la derecha) (c. 1900)

La única fuente disponible, El Ateneo, sale una vez por semana, y no puede ofrece informaciones al día para saber cómo se desarrollando las funciones. Sin embargo, va a publicar un texto muy largo, habitual en aquel momento, sobre los orígenes del cinematógrafo que incluimos en su totalidad :

EL CINEMATÓGRAFO
Ha llamado vivamente la atención, durante estos días últimos, en Alicante, la instalación de un notable aparato, en el salón especial, o reservado, del Café del Comercio; aparato anunciado en nuestra capital con el nombre de Vitógrafo, y acerca del cual, y por encargo expreso del director de El Ateneo, hemos de apuntar algunos antecedentes, que, aunque carezcan de valor científico, por lo menos tendrán la nota de oportunidad que siempre da estima a los trabajos periodísticos, en época como la actual que se señala por la fiebre de vivir al día.
Ese Vitógrafo, presentado en otras capitales con el nombre de Animatógrafo –corruptelas de dicción que la ciencia debe rechazar en su tecnicismo, –es el Cinematógrafo de los Sres. Augusto y Luis Lumière, que han resuelto con su invención, uno de los problemas perseguidos, hace ya años, por los hombres de ciencia.

Tal problema, tan admirablemente hoy solucionado por Mrs. Lumière, no era otro que poder obtener, de una escena animada, un número muy grande de fotografías, con intervalos excesivamente cortos, y conseguir después proyectar esas imágenes sobre una superficie, haciendo que la sucesión de lugar y tiempo, llegase a la misma realidad.
Para ello, se ha logrado que la duración de tiempo para obtener cada cliché fotográfico no escediera [sic] de 1/15 de segundo, consiguiendo así novecientas pruebas por minuto; y después han podido vencerse, con precisión maravillosa y de gran sencillez, todas las dificultades que se oponían a la proyección de los positivos logrados, valiéndose de una banda peculiar de 15 metros, o de más, de larga y de 3 cm. de ancha, sobre la cual las imágenes se presentan con el aspecto de una fotografía ordinaria.
Esta banda, sujeta a un mecanismo de gran precisión –y que no hay para qué describir ahora– va arrollada en lo alto del aparato, sale por una abertura, desciende verticalmente, describe una curva, se eleva pasa por encima de una varilla, y va arrollándose, por último, alrededor de otra varilla, obteniéndose el movimiento de esta banda por medio de una manivela y merced a un bien combinado sistema de multiplicación.
Con esta banda pelicular, movida a voluntad, y con la correspondiente linterna, para la proyección de las imágenes sobre el lienzo preparado, la ilusión es completa y queda fotografiado el movimiento de la escena reproducida, pues a causa de la persistencia de las impresiones luminosas sobre la retina, el ojo no percibe la negrura que separa cada proyección, resultando una claridad bien fuerte y continuada.
El Cinematógrafo Lumière ha venido, pues, a coronar con gran éxito los trabajos de eminentes hombres de ciencia, que, desde que se descubrió la fotografía instantánea, acariciaban la idea de fijar las escenas fugitivas, para hacerlas objeto de meditación y de estudio.
Ya en 1874 M. Janssen se sirvió de su revólver fotográfico, para observar el paso de Venus sobre el Sol; también M. Muybridge, de San Francisco, obtuvo, en la misma época, series de fotografías de objetos de movimiento; después M. Marey utilizó constantemente la cromofotografía, para estudiar la locomoción animal, el vuelo de las aves y diversos fenómenos fisiológicos; en igual sentido trabajaron, aceptando la fotografía instantánea como un poder auxiliar de la ciencia, Anschütz, Sébert, Démény, Loude [sic], etc. etc. produciendo todos estos afamados autores, pruebas fotográficas sucesivas; pero en número relativamente restringido, y formando así una descomposición, un análisis del movimiento, para estudiarlo con la separación debida o para compara esos instantes del movimiento unos con otros.
Consideraban, y con razón, que era un problema de solución muy lejana, la reconstitución, la síntesis de ese mismo movimiento. Las tentativas hechas en este sentido por algunos de los experimentadores citados, llegaron, cuando más, a la recomposición de 25 a 30 pruebas.
Últimamente, vimos llegar desde la América del Norte, los aparatos que el gran Edisson bautizó con el nombre de Kinetoscopio, y que mostraban a espectadores aislados, largas series de pruebas que se sucedían con intervalos muy cortos, realizando ya esa síntesis apetecida.
Vimos, pues, pequeñas escenas animadas en el Kinetoscopio, muy curiosas y que duraban cuando más, medio minuto.
Pero como la banda pelicular, sobre la cual esas escenas se habían tomado, estaba animada de un movimiento continuo, para dar una impresión limpia, no debía ser vista más que durante un tiempo muy corto (7 milésimas de segundo).

En estas condiciones, la claridad faltaba con frecuencia, se hacía preciso un objetivo muy luminoso, las escenas tomadas eran de poca profundidad y se desarrollaban ante un fondo negro; necesitándose treinta pruebas por segundo para dar a la retina una impresión continuada.
Todos estos inconvenientes los ha salvado el Cinematógrafo de Lumière, que permite bajar el número de pruebas a quince por segundo, que ofrece a toda una reunión las escenas animadas, al proyectarlas sobre una superficie blanca, durando la impresión cerca de un minuto; que no le pone límite a representar el movimiento de las calles, de las plazas públicas, con tal exactitud, que parece la realidad misma.
Así hemos tenido ocasión de contrastarlo en nuestra ciudad, siquiera en el Vitógrafo del Café del Comercio hayamos notado deficiencias bien sensibles, por lo que respecta a la intensidad del foco eléctrico de que se han servido los exhibidores.
Así y todo, el espectáculo ha resultado curiosísimo, y digno de que todo Alicante lo recuerde con suma complacencia.
Es el Cinematógrafo un nuevo avance maravilloso de la magia de nuestra época, que no haya obstáculo que no sepa vencer, para ofrecer al Progreso el laurel del más hermoso triunfo.


El Ateneo, Alicante, jueves 20 de agosto de 1896, p. 193-194.

A pesar de la longitud del texto, no contiene realmente informaciones sobre las sesiones que se organizan. El articulista dedica la mayor parte de sus comentarios a los orígenes de las fotografías animadas con datos globalmente justos. Si nos atenemos a lo que evoca al final del artículo, las proyecciones no han sido del todo satisfactorias por la poca intensidad del foco luminoso. Pero se puede admitir que lo que los alicantinos, después de los valencianos, han podido contemplar, son efectivamente fotografías animadas, por medio de un aparato que podría asemejarse a un animatógrafo o theatrograph, del británico Robert W. Paul, y la falta de luz, tal vez se deba a que las películas presentadas son cintas previstas para el kinetoscope de Edison.  Es probable que el aparato no haya funcionado más de una semana o poco más. En cualquier caso, el vitógrafo, tras sus presentaciones en Valencia y Alicante, desaparece por completo. Poco tiempo después, en Murcia, se estrena un " fotoanimógrafo " -otro nombre desconocido-, sin que podamos afirmar que se trate del mismo cinematógrafo.

El Cinemátografo de Adolfo [Arrengo] (Teatro Principal, 21-28 de noviembre de 1896)

El cantante excéntrico Charles Lamas es la figura importante de la Gran Velada Científico-Artístico-Musical que se inaugura en el Teatro Principal de Alicante, el 21 de noviembre de 1896:

CINEMATÓGRAFO.- Para mañana Sábado, se anuncia la presentación, en el Teatro Principal, de la maravilla del siglo, ó sea el Cinematógrafo perfeccionado, con sus grandes colecciones de fotografías animadas.
Dicha maravilla ha llamado la atención en cuantas poblaciones se ha presentado, por la perfección de sus movimientos y la ilusión más completa.
Contribuye á la mayor atracción del espectáculo el notable cantante escéntrico cosmopolita, Mr. Charles Lamas, digno émulo del gran Frégoli, con sus notables imitaciones de instrumentos y animales.
Dicho artista ha sido la admiración de todos los públicos, por la escentricidad de sus notables trabajos.
Dado el corto número de funciones y la gran novedad que el espectáculo ofrece, el público no ha de negarle sus favores.
Así lo auguramos.


El Ateneo, Alicante, 20 de noviembre de 18996, p. 7.

Sin embargo, como lo muestra a continuación los carteles conservados, el cinematógrafo es el principal número de estas veladas cuyo responsable es Adolfo [Arrengo].

alicante 1896 lamas alicante 1896 lamas 02
Gran Velada Científico-artístico-musical 
21 de noviembre de 1896, Alicante, Teatro Principal
© Legajo 1130, Archivo Municipal de Murcia
2ª Velada Científico-artístico-musical 
22 de noviembre de 1896, Alicante, Teatro Principal
© Bilblioteca Gabriel Miró (Alicante)
alicante 1896 lamas 03 alicante 1896 lamas 04
Siempre Variación 
25 de noviembre de 1896, Alicante, Teatro Principal
© Bilblioteca Gabriel Miró (Alicante)
Últimas Funciones 
26 de noviembre de 1896, Alicante, Teatro Principal
© Bilblioteca Gabriel Miró (Alicante)
alicante 1896 lamas 05
Función monstruo
28 de noviembre de 1896, Alicante, Teatro Principal
© Bilblioteca Gabriel Miró (Alicante)

Gracias a estos documentos, se conoce probablemente la totalidad del repertorio de las vistas cinematográficas presentadas por Adolfo [Arrengo] en Alicante También se presenta un panfotoscopio que permite la proyección de vistas fijas (Monumentos de EspañaPortugal, Francia, Rusia, Italia, Tierra Santa). También se evocan "Escenas cómicas cinematográficas", que parecen ser vistas fijas sacadas de películas. Por su parte, la prensa poco evoca esas proyecciones y El Ateneo indica el final de las funciones:

TEATRO PRINCIPAL
Agradables veladas. — Durante estas noches últimas, en nuestro elegante coliseo se han celebrado muy entretenidas soirées, con la exhibición del Cinematógrafo y la presentación del excéntrico Lamas, imitador de Frégoli, consiguiendo atraer numeroso público, sobre todo en las funciones económicas del Sábado y Domingo.
Nos complacerá que este "empiezo de temporada" — siquiera no haya sido muy teatral— inaugure con buen éxito la serie de representaciones que se propone dar, en nuestro clásico coliseo, una notable Compañía dramática, que ha de debutar el Sábado próximo, y de la cual tenemos las mejores noticias. De esa Compañía forma parte un escelente primer actor, Don José M. Prado, cuya labor artística ha merecido ser muy elogiada por distintas publicaciones periódicas que hemos tenido ocasión de leer, y todo hace presumir que nos aguardan algunas veladas sumamente agradables, desterrando así la abrumadora monotonía de estas eternas noches de Invierno.
Ahora, solo falta que el público corresponda á los sacrificios que se ha impuesto una empresa verdaderamente desinteresada.


El Ateneo, Alicante, 30 de noviembre de 1896, p. 8.

alicante teatro principal

Alicante, Teatro Principal (c. 1904)

Los títulos de las películas del repertorio no permiten sin embargo identificar con certeza al editor, sin duda, francés. La presencia de la cinta Baño de una parisién podría indicar que se trata de la casa Normandin que colabora con le fotógrafo parisino Eugène Pirou.

Repertorio (otros títulos): Plaza de la República de París, Un almuerzo en familia, Un baile de niños, Entrada del Czar en París, Varios niños jugando al paso, Los luchadores, Llegada de un tren a la estación de Batignolles, Un mercado en Marsella, Una noche terrible, La Loié Fuller (verdadera serpentina) (Programa del 21 de noviembre de 1896), La entrada de un buque en el puerto de Marsella, Las Lavanderas (Programa del 22 de noviembre de 1896), Entrada del presidente de la república francesa en el puerto de Cherbour, Disputa de un cochero, El Can-can (Programa del 25 de noviembre de 1896), Una noche toledana, Baño de una parisién (Programa del 26 de noviembre de 1896), El Gran Can-can, La noche de bodas, Entrada de un regimiento de infantería francesa (Programa del 28 de noviembre de 1896).

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