Convocatoria

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10^o Congreso del GRIMH, "Imagen y Deporte"– 17-18-19 de Noviembre de 2016

Que se trate de inmortalizar en un cuadro los ocios de una sociedad, de inmovilizar fotográficamente los cuerpos en pleno esfuerzo, de filmar la tensión dramática de un encuentro internacional o de un partido improvisado, todos los medios y las artes han retratado continuamente al jugador y al atleta, tanto profesional como amateur. El próximo congreso del Grupo de Reflexión sobre la Imagen en el Mundo Hispánico estudiará esta alianza entre la imagen y el deporte pensado como actividad física codificada y compartida. Su finalidad será interrogar las representaciones del deporte, sin excluir considerarlo en su dimensión artística o tradicional a través de una práctica fronteriza como el baile.
¿Para qué se crea una imagen del hecho deportivo? La prensa lo suele mostrar para grabar sus actualidades. El artista se apropia del gesto o del encuentro transformándolo en tema de su obra. La puesta en escena más o menos consciente y ritualizada es intrínseca a cualquier práctica. Esta dramatización que llega incluso hasta el lirismo les ofrece un material idóneo a los creadores de imágenes. Estas representaciones impregnan el imaginario colectivo de todas las sociedades. ¿La relación con el deporte y el imaginario visual que supone será específica en las sociedades hispanohablantes? Podemos citar por ejemplo el ejercicio hollywoodense clásico de la película de boxeo reinterpretado por Mario Camus en Young Sánchez. Invitamos a los investigadores de distintos horizontes a que exploren el espectro que cubre desde el juego de los niños en la calle hasta el deporte espectáculo y que puede inducir una masificación, un marco institucional e incluso una estarización.

Eje 1. Plano cercano: muy próximo al cuerpo y al individuo
El deporte sólo existe en la corporeidad. Los fotógrafos de prensa, los pintores, los cineastas reflejan el gesto deportivo y el cuerpo en movimiento captado en su dimensión fisiológica, sufriendo o viviendo un momento de gracia. Depardon fotógrafo de los Juegos Olímpicos insistía por ejemplo en la importancia de captar « la soledad de los atletas antes de la salida ». Como una prolongación del cuerpo están los indisociables objetos —accesorios, ropa deportiva—, las máquinas y los animales, de carrera o de combate, vinculados a la práctica. El dispositivo creado en 2006 en el largometraje Zidane. Un portrait du 21e siècle, para auscultar al futbolista es una prueba paradigmática de estos estudios de casos.
La plástica de los deportistas transmite desde la Antigüedad un ideal de belleza y fuerza. Puede ser la de un deportista anónimo o la de un individuo ascendido a héroe. La imagen contribuye a la glorificación del atleta. En 1967, Georges Magnane lo equiparaba al creador: « La hazaña excepcional: récord, victoria en un encuentro internacional o en los Juegos Olímpicos, es para él el equivalente de la obra maestra para el artista. » (Jeux et Sports, 1967)

Eje 2. Plano de conjunto: con el grupo
Por individualista que sea, el deporte se desarrolla en un microcosmos (el equipo, la federación, une comunidad, etc.) e integra una parcela variable de la sociedad que lo mira y lo reconoce. Un primer grupo incluye a los que pratican la actividad. Según las palabras elegidas, « encuentro » o « enfrentamiento », la idea de colectivo supone a la vez comunión y solidaridad pero también adversidad. « Juntos hacen, construyen su encuentro, su partido, su carrera. Dan existencia, y llevan hasta su término, a una obra común que se apoya en un vínculo social auténtico contribuyendo a fundarlo. » (Michel Bouet, 1968, Signification du sport).
Alrededor de los recintos deportivos, espacios codificados y limitados tales como las pistas, los campos, los cuadriláteros, se instala un segundo grupo, los espectadores, que ocupa plenamente su sitio en el decorado. A los movimientos y sonidos producidos en el terreno, se suman las acciones de los observadores y las de los hinchas. El público no es el fuera de campo del espectáculo, es su indispensable contracampo. Todos conocen el ritual y juntos escriben su narración. El desarrollo del acontecimiento deportivo, su ritmo, sus rupturas, sus arrebatos son propicios a la captación fija o en movimiento. Las victorias y derrotas famosas del deporte han sido inmortalizadas y grabadas en el patrimonio común.

Eje 3. Gran plano general: más allá del juego
Cuando nos alejamos del cuerpo en movimiento y del partido en sí con su duración y sus reglas, el estudio del deporte adquiere otra dimensión. Las consecuencias funestas de un partido de Tlachtli precolombino, la repercusión de un encuentro entre Boca Juniors y River Plate, el comportamiento de un equipo durante el himno nacional, las manifestaciones de México 68, nos propulsan claramente hacia problemáticas que desbordan el juego.
¿Qué valores transmiten las innumerables prácticas? ¿De qué manera los medios así como el arte reflejan las funciones y poderes del deporte y cómo, a su vez, el deporte nutre la producción y masificación de las imágenes? ¿Cómo borra el deporte, aunque brevemente, las clases sociales o cómo, al contrario, funciona como marcador social? ¿Con qué fines se instrumentalizan las representaciones del juego?
La historia del deporte se cruza con la de las naciones. Desde los partidos locales hasta los grandes encuentros, el patriotismo vuelve a emerger, se afirma la identidad, la unidad puede ser destruida o impulsada, los conflictos están encerrados en los límites del fair play, o al contrario, se exacerban. Las artes y los medios lo almacenan todo en la memoria común.

Los ejes son indicativos. La fecha límite para la entrega de las propuestas es el 30 de abril de 2016. Les recordamos que los artículos entregados tendrán que ser inéditos.

Las organizadoras,
Magali KABOUS y Sonia KERFA
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