No á todos los cirujanos les está reservada la gloria , aunque la merezcan, de aparecer en el cinematógrafo. En este caso se halla el hábil médico el [ci]rujano docto[r] Carlos Augusto Núñez. cuyas felices operaciones bien merecen el premio de la publicidad aun cuando más no sea que como un estimulo á la abnegada constancia de esos médicos de campaña que se contentan con sus triunfos científicos sin esperanza de que éstos tengan resonancia ninguna. El doctor Núñez, médico de Leones, goza en este pueblo y los lugares cercanos, de una merecida reputación, confirmada con las recientes afortunadas operaciones que han traído hasta nosotros los ecos de su fama. Tratábase de dos casos difíciles: de un niño atacado del "mal de [Port]" y otro niño que nació casi completamente desarticulado y que presentaba una herida en la columna vertebral. Ambos fueron cuadros por el doctor Núñez, a quien ayudó eficazmente el farmacéutico de la localidad, señor Rafael L. Pardo.Caras y caretas, Buenos Aires, año IV, nº 162, 9 de noviembre de 1901, p. 36.
